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No 2024-11-30 18:33 active 1942 0 LEARN_MORE http://www.bifflebookbox.com/ Biffle Book Box https://www.facebook.com/bifflebookbox/ 25 0 0 1969-12-31 18:00 0 0 0 0 0 0 Learn More 0 bifflebookbox.com CAROUSEL http://www.bifflebookbox.com/ 1969-12-31 18:00 https://scontent.fshd1-1.fna.fbcdn.net/v/t39.35426-6/468795750_1821750131694022_7791343193889351505_n.jpg?stp=dst-jpg_s60x60&_nc_cat=102&ccb=1-7&_nc_sid=c53f8f&_nc_ohc=1oZpbMgupg4Q7kNvgEFNKhm&_nc_zt=14&_nc_ht=scontent.fshd1-1.fna&_nc_gid=AAlzBZIlDu6emuofLe0lp8B&oh=00_AYBglg32M8_ZoFUyLU6NGJhjS5hhVVPwBfw1wKSljLH7fw&oe=675160FC PERSON_PROFILE 0 0 0 Biffle Book Box 0 0 1969-12-31 18:00 View Edit
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No 2024-11-30 18:30 active 1942 0 Tener hijo con mi mejor amigo Para ella, casarse con su mejor amigo y quedar embarazada de su hijo fue un sueño hecho realidad. Pero en ese momento feliz, la mujer que amaba su marido regresó... ===== ¿Lo había oído bien? ¿Estoy embarazada? ¡Estoy embarazada de un bebé de Pierce! ¡Mi mejor amigo y mi primer amor! --Qué bueno que haya sido cautelosa, pudo haber perdido a su bebé, señorita Monroe --me dijo el ginecólogo con seriedad al ver la sorpresa en mis ojos. En ese momento, me toqué el vientre inconscientemente, sin poder creer que hubiera un bebé acostado allí. Cuando salí del hospital, no podía esperar para contarle a Pierce sobre nuestro bebé. Me preguntaba cuál sería su reacción. ¿Gritaría de felicidad? ¿Me b**aría y todo eso? ¡Dios! No podía contener mi felicidad. Incluso tomé mi cara roja entre mis manos mientras fantaseaba. Pero en el momento en que sentí el frío del anillo en mi dedo, mi corazón que latía salvajemente se calmó. Casi olvidaba que Pierce no estaba interesado en tener hijos, menos considerando que nuestro matrimonio fue arreglado por su familia. Por supuesto, Pierce era un completo caballero, como amigo y como marido. Cada vez que teníamos relaciones s**uales, él era considerado y cauteloso, y decía que no era necesario agregar más ataduras si no estábamos listos. Este bebé, en cierto modo, estaba fuera de los planes. --Señora, ¿está todo bien? ¿Necesita que llame al jefe? --preguntó mi conductor privado, Luke, preocupado al notar mi ceño fruncido. Luke era confiable como un miembro de la familia, pero no quería contarle porque quería que Pierce fuera el primero en enterarse de esta noticia. Él era el padre de mi bebé. --No --dije y negué con la cabeza, dándole a Luke una sonrisa tranquilizadora--. Está en el vuelo. Hablaré con él más tarde --y así vería su respuesta yo misma en sus crudas expresiones. Siempre fui buena en eso. Finalmente, cerré los ojos y recordé el día en que nos conocimos. Su brillante sonrisa a la luz del sol era tan deslumbrante que parecía un príncipe. Me enamoré de él a primera vista, mucho antes de que nos convirtiéramos en mejores amigos. Pero era sólo un amor no correspondido y yo lo sabía bien. En ese instante, bajé la ventanilla del auto para tomar un poco de aire fresco y, sin quererlo, vislumbré nuestra antigua escuela secundaria. Ese sentimiento amargo llenó mi pecho una vez más... Pierce fue mi primer amor, pero yo no era el suyo. En la escuela secundaria, yo no era más que una nerd aburrida a los ojos de los demás, mientras que Pierce Anderson era el brillante mariscal de campo. Todos se sorprendieron de que pudiéramos ser amigos. Aunque las hostilidades hacia mí aumentaron, disfruté estar cerca de él y poco a poco me di cuenta de que no quería ser sólo su amiga. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de confesarle mis sentimientos, otra chica llegó a su vida. Sacudí la cabeza tratando de deshacerme de esos viejos y tristes recuerdos. Luego toqué el frío anillo de bodas en mi dedo y me dije que el pasado ya había pasado. Pierce dijo que habían terminado y que ahora yo era su esposa. Sí, yo era su esposa y además estaba embarazada de su bebé. Pronto, me sequé las lágrimas de las comisuras de los ojos y abrí la puerta de nuestra casa. Mi corazón se calmó al respirar el aroma de mi hogar, nuestra casa. Pierce y yo la decoramos juntos con nuestras propias manos. Lo disfrutamos. Sí, tal vez estaba pensando demasiado. Esa mujer había estado fuera de nuestras vidas durante mucho tiempo y los últimos tres años mi matrimonio con Pierce fueron tan hermosos como un cuento de hadas. Una vez dentro, miré el reloj de la pared. Para ese entonces, Pierce ya debería haberse bajado del avión. Estuvo más de un mes en viajes de negocios de nuestra empresa familiar. Pierce era el presidente de ADE, la empresa de revistas de moda líder en toda Asia, y yo era la vicepresidente de la compañía. No sólo éramos compañeros de vida, sino también buenos socios en el trabajo. En verdad lo extrañaba. De inmediato, marqué su número, pues tenía muchas ganas de escuchar su voz y saber cuándo llegaría a casa. Le prepararía una buena comida y él me premiaría con un dulce beso. Y luego podríamos... Vaya, en ese momento casi olvidé que estaba embarazada. Debía contarle eso primero y luego podríamos hacer otra cosa. Estaba imaginando felizmente nuestra encantadora reunión, pero mi corazón dio un vuelco cuando una voz de mujer cruzó la línea. --¿Hola? Al escuchar esa sola palabra, dejé caer mi teléfono, que se rompió al chocar contra el suelo, y mi cuerpo empezó a temblar incontrolablemente. ¡NO! ¡No podía ser ella! ¡No podía ser Lexi! ¡Ella ya estaba fuera de nuestras vidas! Debí haber escuchado mal. De inmediato, corrí hacia la nevera en un intento por calmarme con la ayuda de un poco de al**hol. Pero en el momento en que toqué la botella de v**o, recordé las palabras del médico sobre mi bebé. Debía tener cuidado por la salud de mi bebé, así que solo agarré una caja de leche y caminé hacia el sofá. En ese entonces, no sabía qué me hizo reconocer esa voz como la de Lexi. Nosotras nunca fuimos cercanas. Lexi Gilbert era la típica belleza rubia por la que los hombres se volvían locos. Ella era una animadora popular en la escuela secundaria, mientras que Pierce era el mariscal de campo estrella. Encajaba mejor con él que una nerd como yo, ¿verdad? No me sorprendió que se haya enamorado de ella. Mi orgullo no soportó ver al hombre que amaba volverse loco por otra mujer, así que una vez intenté alejarme de ellos en silencio, pero Pierce se negó a salirse de mi vida. Cada vez que me ahogaba en un mar de libros y estudios para olvidarlos, Pierce aparecía en mi puerta invitándome a salir. No podía decirle que no a su sonrisa encantadora y tampoco podía decirle que no porque afirmaba que era su deber como mi mejor amigo llevarme a disfrutar del mundo real. Para no arruinar nuestra amistad, oculté mi corazón roto y desempeñé en silencio el papel de su mejor amiga, siempre a su lado y observando su rostro feliz por otra chica. Finalmente, cuando supe que Pierce planeaba proponerle matrimonio a Lexi, me armé de valor y fui a estudiar al extranjero, sin saber que su abuela me llamaría para rogarme que regresara. Por supuesto, volví a toda prisa sólo para ver a Pierce sin vida. Lexi le había herido gravemente el corazón y el mío sufría por mi amado. Empecé a odiar a Lexi desde ese momento. Le había entregado a mi amado hombre, ¡cómo se atrevió a hacerle tanto daño! ¡Esa bruja! Pierce no le contó a nadie lo que pasó, excepto que había terminado con Lexi. Luego, la abuela arregló nuestro matrimonio. No entendí por qué estuvo de acuerdo hasta que un día lo escuché decir que casarse con cualquiera que no fuera Lexi sería lo mismo para él. Aquello me dolió mucho, pero aun así me casé con él sin pensarlo dos veces. Mi amado estaba destrozado y quería recomponerlo, sin importarme si eso me arruinaba a mí en el proceso. Me quedé dormida sintiéndome muy insegura y preocupada. Me desperté en medio de la noche cuando sentí que alguien acariciaba mi mejilla. Lentamente abrí los ojos y me di cuenta de que me había quedado dormida en la sala de estar. Alguien me levantó del sofá e inmediatamente reconocí su olor y tacto mientras lo miraba con los ojos entrecerrados. --Pierce… --Hmm --murmuró mientras caminaba hacia las escaleras--. ¿Por qué te dormiste en el sofá? Yo solo me quedé mirándolo a la cara y luego me dejó suavemente sobre la cama, acarició mi cabello y besó mi frente. Siempre fue tan gentil y por eso lo amaba tanto. Llevábamos más de un mes separados, mi cuerpo lo extrañaba y mi corazón lo anhelaba. --¿Dónde estabas? Te estuve esperando --dije mientras acariciaba su mejilla. --Acabo de encontrarme con un amigo. Dijiste que me estabas esperando, ¿es urgente? Al ver su rostro amable, de repente no quise arruinarle el momento, así que cerré mis labios entreabiertos y tragué la verdad para devolverla a mi estómago. Mañana, tal vez mañana tendría el coraje de afrontar todos los rompecabezas. De modo que solo sacudí la cabeza, hice un puchero y le dije que tenía sueño. Él se rió entre dientes y me dio un beso de buenas noches, pero en el momento en que estuvo a punto de dejarme, por alguna razón entré en pánico. Rápidamente lo agarré y lo b*sé con toda mi pasión... Lo extrañaba y lo quería. --Espera, Kels --dijo y me detuvo, sujetando mis locas manos sobre la cama--. Pensé que habías dicho que tenías sueño y que necesitabas descansar. --Sí, pero te extraño --exclamé y lo miré con inocencia. Pude captar el deseo brillando en sus ojos, pero se desvaneció de pronto y yo no comprendía por qué. Solía ​​​​ponerse feliz cuando yo tomaba la iniciativa. En ese instante, como si notara mi confusión, se rió entre dientes y me pellizcó juguetonamente la nariz. --Me daré una ducha. Huelo a al**hol --manifestó. Yo solo asentí y lo miré mientras caminaba hacia el baño. Pronto la somnolencia volvió a atacarme, así que cerré los ojos para tomar una siesta. Sin embargo, ya era de mañana cuando abrí los ojos nuevamente y Pierce estaba a mi lado, poniendo una bandeja con comida en la mesita de noche. --¡Ey! --lo saludé y sonreí cuando me di cuenta de lo que había hecho. Me había preparado el desayuno para llevármelo a la cama. Era tan dulce. Él sonrió y se sentó en la cama. --Buen día. Le devolví la sonrisa mientras me sentaba en la cama. En ese momento, agarró la bandeja y la puso a mi lado. Al instante, levanté una ceja e incliné la cabeza mientras miraba su hermoso rostro. Sus cejas espesas y negras enmarcaban sus hermosos ojos de color marrón oscuro. Su nariz era orgullosa y puntiaguda y sus labios eran rojos y finos. Parecía un chico malo y s*xy, incluso Damon Salvatore se avergonzaría de estar a su lado. Nadie tenía posibilidad alguna contra este hombre. --¿Qué es esto? ¿Un soborno? Me dejaste plantada anoche, chico malo --dije. Él no se rió. Exhaló un suspiro y colocó con suavidad mi cabello detrás de mis orejas antes de tomar mi mano y mirarme a los ojos. --Tengo algo que decirte. Al instante, sentí que mi corazón se aceleraba y pensé en nuestro bebé en mi útero. Tenía algo que decirme, yo también tenía algo que contarle. --¿Q-Qué cosa? --pregunté con voz temblorosa. De repente, dio un profundo suspiro y comenzó: --Sabes que eres importante para mí, ¿verdad? Asentí lentamente con los labios entreabiertos. No pude responder, tenía miedo de lo que estaba a punto de decir. Tenía un mal presentimiento. --Eras mi mejor amiga antes de casarnos. Eres una de las pocas personas que valoro… --prosiguió. Mientras hablaba, escondí mis puños cerrados debajo de la sábana. No sabía por qué me decía todo esto, pero ya podía sentir las lágrimas acumulándose en el rabillo de mis ojos. --Kelly... --hizo una pausa y cerró los ojos con fuerza antes de volver a mirarme a los ojos--. Creo que es hora de que nos divorciemos. --P-Pierce… --exclamé y sentí que mi corazón se apretaba. Él sonrió. --Sé que tú tampoco sientes nada por mí. Te casaste conmigo por mis abuelos, hiciste esto solo porque los amas. Ahora llegó el momento de nuestra verdadera felicidad, Kelly. Al oírlo, no pude evitar sacudir la cabeza. --¿De qué estás hablando, Pierce? --inquirí. --Lexi ha vuelto, Kelly. Mi primer amor ha vuelto. Capítulo 2 Punto de vista de Kelly--Llueve sobre mojado De inmediato, me levanté de la cama e intenté irme, pero Pierce me agarró la mano. Rápidamente me sequé las lágrimas que rodaban por mis mejillas antes de que él pudiera verlas. Luego, se paró frente a mí y me miró a la cara mientras yo intentaba con todas mis fuerzas mirar hacia abajo y evitar verlo a los ojos. Sentí que mi corazón se rompía en pedazos. Pensaba… pensaba que podría hacer que se enamorara de mí en esos tres años que pasamos juntos. Pensaba que sus sentimientos cambiarían y me vería como una mujer en lugar de solo su mejor amiga. Fui estúpida por tener esperanzas y soñar tan alto. Fallé. Sin importar cuánto lo intentara, su corazón pertenecía sólo a su primer amor: Lexi. --Kelly… En ese momento, contuve el aliento y me tragué el dolor mientras lo miraba. Luego fingí una sonrisa y dije: --Debo lavarme las manos antes de comer. Pero él me miró a los ojos como si intentara descubrir lo que estaba pensando. Yo sabía que él me conocía demasiado bien, así que traté con todas mis fuerzas de ocultar mi dolor y le sonreí. Finalmente, suspiró y soltó mi mano. --Bueno. Te esperaré aquí. Comamos y vayamos a trabajar juntos. ¿Juntos? ¿Por qué era tan cruel? ¿Quería que nos siguiéramos llevando bien como si no me hubiera pedido el divorcio? ¿Quería que nos quedáramos como estábamos justo después de decirme que su primer amor había regresado y quería divorciarse de mí? Oh Pierce, ¿qué estaba pasando por tu cabeza? Antes podía obligarme a mí misma a quedarme en el puesto de su mejor amiga mientras le deseaba felicidad, pero ya no tenía ese coraje después de los tres años que habíamos compartido. No había manera de que pudiera soportar esa tortura otra vez, en especial ahora que cargaba a su bebé. El bebé... en un principio pensé que era una buena noticia para nosotros, pero ahora... supongo que sería más bien una carga para él. Una carga que le impediría conseguir su verdadero amor y su libertad. Yo sabía muy bien cómo crecía un niño no deseado. Mis padres se divorciaron antes de que mi madre muriera y la nueva familia de mi padre me odiaba, lo que me dolía muchísimo. Por eso no quería que mi bebé experimentara lo mismo que yo sentí, así que debía mantener a mi bebé alejado de él. --No podemos --dije mientras fingía una nueva sonrisa--. Debo visitar el estudio para la sesión de fotos de nuestros nuevos modelos… --Iré contigo. --No --contesté y aparté su mano. Sus ojos siguieron mi mano antes de levantar la cara para mirarme de nuevo--. Tienes documentos que firmar. Nuestros horarios ya están organizados, ¿recuerdas? --Pero… --Tengo un conductor personal, Pierce. Estaré bien sola --afirmé. Finalmente, suspiró y asintió con calma. En ese momento, le di la espalda y entré al baño. Inmediatamente abrí la ducha y me paré bajo el agua fría. Las lágrimas cayeron en cascada por mis mejillas mientras me cubría la boca para reprimir los sollozos. Mis hombros temblaban mucho y cuando pensé en mi bebé, tragué saliva y traté de calmarme. Luego me limpié la cara y acaricié mi vientre. Debía ser fuerte y mantener la calma. No podía arriesgar la vida de mi bebé sólo porque me habían roto el corazón. Tenía que lidiar con esto de forma inteligente. Unos minutos después, tomé un respiro profundo y terminé mi ducha. Cuando salí del baño, me sorprendió ver que Pierce todavía estaba allí. Estaba luchando por arreglarse la corbata frente al espejo de cuerpo entero. También noté un par de zapatos y un vestido míos sobre la cama. --¡Ey! Elegí tu vestido para hoy --dijo. Como nuestro matrimonio no era público, Pierce dijo que haría pequeñas cosas para mí como marido. De hecho, lo había hecho bien y yo solía disfrutar de estos dulces momentos que me regalaba, pero ahora sentía que eso mismo me m**aría. Al segundo siguiente, agarré el vestido y entré al vestidor, sentiendo que me seguía. Volví a guardar el vestido blanco y elegí uno rojo. Cuando me di vuelta y lo tuve de frente, lo vi con la frente arrugada. --Hoy prefiero el rojo. Me sentiré hermosa con este vestido --expliqué con una sonrisa. Al instante, sus ojos se dirigieron al vestido que sostenía y su rostro inmediatamente se calmó. Al final asintió y caminó hacia mí. --Ya veo. Pero antes ayúdame a arreglar esto --me pidió. Sin dudarlo, puse mi vestido en su brazo y comencé a arreglarle la corbata. Podía sentir sus ojos mirándome intensamente y eso hacía que mi corazón latiera muy rápido. Respiré hondo y me mordí el labio inferior mientras luchaba por arreglar su corbata. De pronto, mi visión se volvió borrosa otra vez. ¡Maldición! --Kelly… No pude evitar sobresaltarme en shock. --¿Mmm? --¿Estás bien? --preguntó. Lo miré y sonreí: --Sí. --Tengo algo más que decirte. En ese instante, terminé de arreglarle la corbata y le quité rápidamente el vestido del brazo. Lo miré antes de pasar junto a él y dije: --Hablaremos después. Voy a llegar tarde. Lo escuché suspirar antes de volver a seguirme. Me vestí mientras él estaba detrás de mí. Estuvo en silencio todo el tiempo, como si estuviera pensando en algo. --Deberías desayunar antes de irte --comentó. Un segundo después, me paré frente a él y asentí. --Lo haré. Deberías irte ahora --respondí. --Kelly, estamos en la misma página, ¿verdad? --preguntó. Lo miré fijamente. No, Pierce. Nunca estuvimos en la misma página. Sólo fueron mis estúpidas fantasías. Pensaba que sentías algo por mí, pero estaba muy equivocada. --Si hablas del divorcio, lo entiendo, Pierce. Sé lo que tengo que hacer. Sólo dame algo de tiempo porque estoy muy ocupada con la empresa. No huiré. --Kelly, no estoy haciendo esto sólo por mí. También lo hago por ti. Has estado encerrada conmigo desde que nos casamos. Sé que no eres feliz porque en el fondo también quieres encontrar al hombre que te mereces. Alguien que realmente te ame, no yo. No alguien indiferente. --Entiendo lo que tratas de decir, Pierce --dije y traté de darle la espalda, pero antes de poder hacerlo, él me sujetó por la cintura y me mantuvo en el lugar. Luego hizo todo lo posible para captar mis ojos hasta que lo consiguió. Su mirada era de preocupación. --Eres mi mejor amiga. No quiero perderte, Kels. Eres una de las pocas personas… --Lo sé --lo interrumpí con frustración. Parecía sorprendido, así que me calmé--. Ya lo sé. No tienes que preocuparte. Simplemente estoy estresada por el trabajo, no es por el divorcio. En ese instante, sus labios se separaron, asintió lentamente y soltó un suspiro. Luego, caminó hacia mí y me congelé cuando besó mi frente con dulzura… --Gracias, Kelly --susurró. Al oírlo, mi corazón se apretó. Habían pasado tres años pero todavía era una cobarde. «¿Por qué no puedes simplemente decirle que lo amas, Kelly? ¡Él es tu esposo y estás llevando su bebé! ¡Díselo y tal vez cambie de opinión!» pensé. Con eso en mente, tragué saliva y estuve a punto de decírselo, pero justo en ese momento su teléfono sonó. Pude ver el identificador de llamadas. Era Lexi. --Me tengo que ir --afirmó y se rascó la cabeza a modo de disculpa, mientras las comisuras de su boca se curvaban hacia arriba--. Llamé a Luke. Te espera afuera. Come antes de irte, ¿sí? Con eso, salió de nuestra habitación. De repente, las lágrimas que había logrado reprimir hasta ese momento volvieron a brotar. ¿Por qué había pensado que podría tener una oportunidad? Él tomó su decisión en el momento en que me pidió el divorcio, ¿verdad? Siempre que se trataba de Lexi me abandonaba. Capítulo 3 Punto de vista de Kelly--Mantener la compostura Entré al estudio con tacones rojos de cinco centímetros y un vestido igualmente rojo. Todos miraron en mi dirección cuando entré caminando por el pasillo y me saludaron con una sonrisa, pero mantuve mi rostro estoico, sin mostrar emoción alguna. La conversación de esa mañana con Pierce todavía estaba en mi cabeza, pero no podía permitir que afectara mi trabajo. No podía fallar en mi trabajo después de haber fracasado en mi matrimonio. De modo que respiré profundamente para recomponerme. Un momento después, cuando entré a la sala de la sesión de fotos, noté que todos estaban sumidos en el caos. --¡No podemos! No responde las llamadas. ¿Qué debemos hacer? La vicepresidente viene hoy, se enojará. --Podemos simplemente decirle la verdad. Ella es amable. --¡No lo será con esta situación, Lily! Nos va a regañar... --¿Qué está pasando aquí? --pregunté mientras entraba a la sala. De inmediato, el personal me miró con expresiones preocupadas y entonces supe que había un problema. --B-Buenos días, señorita Monroe. Señorita Monroe. Por supuesto, nadie sabía que Pierce y yo estábamos casados ​​excepto nuestras familias. Sentí como si pellizcaran mi corazón con esa verdad. Dolía. Rápidamente, la miré sin comprender. --¿Qué ocurre? --T-tenemos un problema, señorita Monroe. La señorita Chen, nuestra modelo, no atiende nuestras llamadas. Dijo que escuchó que íbamos a cambiar de modelo así que… no quiere venir. Incluso... amenazó con presentar una demanda contra nosotros. Después de decir eso, inclinó la cabeza. Yo apreté los dientes y recorrí el lugar con la mirada. --¿Dónde está la directora de marketing? --inquirí. --E-Ella todavía está tratando de convencer a la señorita Chen, señorita Monroe. Luego de escuchar el problema, me masajeé la frente y cerré los ojos con fuerza. Un segundo después, me agarré del pelo y grité de ira. Sentí que todos a mi alrededor se sobresaltaban sorprendidos. Yo solo suspiré y tomé una gran bocanada de aire antes de mirar a mi alrededor. --Señorita Monroe... --¿Qué es todo esto, señorita Hayley? Tú eres la directora de marketing, ¿qué está pasando? --Señorita Monroe, no sé cómo sucedió, pero la señorita Chen escuchó que usted cambiará de modelo. Está a punto de presentar una demanda contra nosotros... ¿Cambiar de modelo? ¿Cómo es que yo no sabía nada al respecto? La señorita Chen siempre había sido nuestra modelo de confianza y, si no era necesario, cambiar de modelo para una sesión comercial con tan poca antelación sólo causaría muchos problemas a la empresa. Nunca permitiría un error como este. --Yo no pedí eso. Debe ser un error --la interrumpí para ahorrar tiempo--. ¡Arregla este desastre o tendré que despedirte! --Señorita Monroe... Fue el presidente quien nos pidió que la cambiáramos --explicó Hayley vacilante--. Lo ordenó ayer tan pronto como regresó de su viaje de negocios. Aquella verdad me golpeó con fuerza. ¿Fue orden de Pierce? ¿Por qué no me lo dijo? Solía ​​discutir conmigo cada decisión importante antes de tomarla. --No puede ser... --exclamé confundida. Pierce no era un hombre de negocios despistado. Siempre mantuvo una clara distinción entre el trabajo y la vida personal, razón por la cual siempre tuvo éxito. Y esa fue también la razón por la que decidió mantener nuestro matrimonio en secreto. --Sí, Kelly. Yo di la orden. --Su voz me hizo retroceder. --S-Señor Presidente… --saludó Hayley y se inclinó con respeto al ver al hombre que apareció de repente detrás de mí. --Pierce, ¡creo que me debes una explicación sobre este cambio de modelo! --dije con los dientes apretados mientras me giraba para interrogarlo. Él sabía perfectamente cuánto esfuerzo puse para ganar este proyecto. Estuve días sin dormir y la señorita Chen era la persona ideal para este trabajo. De hecho, él también estuvo de acuerdo. Pero ahora… simplemente cambió la modelo a su gusto sin avisarme con antelación. Eso fue como abofetearme con fuerza en la cara. --Continúen con el trabajo. Yo se lo aclararé --le indicó él al personal para calmarlos, ignorando la ira que estaba a punto de salir de mis ojos. --¡Contéstame, Pierce! ¿Por qué cambias de modelo tan de repente? --No pude contener mi enojo. Él simplemente me tocó el hombro y me susurró: --Este no es el lugar para discutir al respecto. Te lo explicaré en el auto. En ese momento, miré a mi alrededor y noté que los demás nos miraban furtivamente. Luego me quité sus manos de encima y caminé hacia el estacionamiento, pero durante el camino, sentía mi corazón cada vez más pesado. Tenía la sensación de que su explicación no iba a gustarme. --Vamos, dímelo --exclamé ni bien nos sentamos en su auto. Antes de hablar, me miró a los ojos como si sopesara mis emociones, pero yo aparté la mirada de nuevo. No podía soportar sus miradas, no podía soportar esos ojos que nunca me miraban como yo quería. Él no sentía nada por mí y eso me dolía mucho. --Yo-yo… --hizo una pausa y suspiró--. Reemplacé a la señorita Chen porque Lexi quiere ser nuestra modelo. Ella también encaja en el proyecto, así que estuve de acuerdo... --¿Qué? --pregunté con incredulidad. De pronto, apretó los labios y miró hacia otro lado. Luego se revolvió el cabello antes de sacudir la cabeza y tomar mi mano. --Lamento no haberte dicho antes, fue muy repentino. Ella me pidió un favor, no pude decirle que no. Rápidamente, retiré mi mano y lo miré con dolor y enojo. --No pudiste decirle que no, así que preferiste dañar a la empresa, a nuestra empresa. Me traicionaste, Pierce. --Kels, vamos. Sabes cuánto la amo. Ella es mi primer amor. Al oírlo, cerré los ojos con dolor. «Oh sí, ella es tu primer amor. Siempre la quisiste a ella, sin que te importen los demás. Si ella te frunce el ceño un poco, puedes hacer la vista gorda ante el dolor y el esfuerzo de los demás. Eres tan cruel, Pierce» pensé. --Bueno, ya lo has decidido. No tengo voz y voto en esto ya que tú eres el presidente. Ahora vete, estaré en la oficina --indiqué con frialdad mientras abría la puerta del auto para salir. --Kelly… En ese instante, lo miré a los ojos y dije: --Ve a casa temprano. Hablaremos de nuestro divorcio esta noche. Capítulo 4 Punto de vista de Kelly--Plantada Me encontraba jugueteando con el anillo de bodas en mi dedo mientras lo esperaba. Le había dicho que volviera temprano a casa, pero todavía no regresaba y ni siquiera contestaba mis llamadas. Bueno, ahora que Lexi había vuelto, probablemente ya no veía a esta casa como su hogar. De pronto, mis ojos se dirigieron a mi informe de embarazo que estaba sobre la mesa. Qué gracioso. Todavía era tan ingenua para albergar un rayo de esperanza de que las cosas podrían cambiar si le hablaba del bebé, pero este bebé estaba fuera de sus planes. Me sequé las lágrimas que se acumulaban en el rabillo de mis ojos y agarré el informe. Ya eran las cinco de la mañana cuando miré el reloj de la pared. Intenté marcar su número nuevamente, pero seguía sin responder. ¿En qué estaba tan ocupado? ¿Estaba h**iendo el a**r con Lexi? Debió haberla extrañado mucho, ¿verdad? Pronto, sin saber cuándo, me quedé dormida. Cuando sonó el despertador, inconscientemente toqué la almohada a mi lado. Frío como anoche, no había vuelto a casa todavía. Me burlé de mí misma al ver mi reflejo en el espejo de la cómoda. Los círculos oscuros bajo mis ojos se veían a simple vista y mi cabello era un total desastre, parecía un fantasma. De repente una oleada de náuseas inundó mi estómago y me di cuenta de que no había comido nada la noche anterior. De pronto, me sentí mal otra vez y rápidamente corrí hacia el lavabo y vomité. Escupí un líquido amarillento que sabía muy mal. De inmediato, me lavé la boca y miré mi propio reflejo en el espejo. Al verme, sacudí la cabeza y tomé mi frente en cuanto sentí ganas de vomitar de nuevo. Volví a escupir el líquido amarillento y mientras me lavaba la boca, sentí una cálida mano acariciando mi espalda. Inmediatamente levanté la cara y me encontré con un par de ojos marrones que me miraban a través del espejo. Detrás de mí con cara de preocupación estaba mi esposo Pierce. --¿Estás bien? ¿Te sientes mal? Debiste haberme dicho. Al instante, lo miré a través del espejo. --No respondiste mis llamadas --contesté. Ante aquellas palabras, la culpa apareció en sus ojos. --Lo lamento. Tenía cosas que hacer. Me quedé en la oficina toda la noche --afirmó. Rápidamente, me limpié la cara y pasé junto a él. Pierce me siguió mientras me sentaba frente al tocador y comenzaba a peinarme. --Kels… --Me desperté tarde. No pude preparar el desayuno. Mientras hablaba, intenté evitar sus ojos. Sentía que iba a perder los estribos y gritarle. En ningún momento sentí su egoísmo tan claramente como ahora. Decía que yo era su mejor amiga, pero nunca le habían importado mis necesidades, mis sentimientos. --Kels... sabes que no te pregunté eso. Estoy preocupado por tu salud... Kels, ¿todavía estamos bien? Ante aquella pregunta, dejé de peinarme y lentamente nuestras miradas se encontraron a través del espejo, otra vez. ¿De verdad me estaba preguntando eso? ¿Después de que me pidió el divorcio sin siquiera preguntarme si estaba de acuerdo? Él decidió por su cuenta sólo porque su primer amor había vuelto. No podía creer lo que hacía. Al final, fingí una sonrisa y dije: --No me siento bien hoy, Pierce, eso es todo. Un instante después, se puso de cuclillas a mi lado, lo cual no me resultó sorprendente porque sabía que realmente se preocupaba. Pero lo que sí me sorprendió fue que hacía todo esto después de enterrar una daga en mi corazón. --¿Estás bien? --preguntó mientras tocaba suavemente mi frente y mi cuello--. ¿Estás enferma? Dime cómo te sientes, Kels. --Mis sentimientos no importan --no pude evitar decir y parecía sorprendido por mis palabras. En ese instante, intenté evitarlo, pero me agarró de la muñeca y me hizo mirarlo. Su rostro ahora reflejaba su ira. Había perdido completamente la paciencia. --¿Qué te pasa, Kels? Has estado actuando así desde ayer. ¿Es por Lexi? ¿O porque no volví a casa anoche? --inquirió. Yo lo miré a los ojos, molesta. --¡Tú fuiste quien pidió el divorcio! Te pedí que regresaras temprano para hablar al respecto, pero me dejaste esperando toda la noche. ¿Pretendías que te diera la bienvenida con brazos abiertos después de eso, Pierce? --respondí. Al escucharme, apretó la mandíbula y sacudió la cabeza. --Kels, yo... --Ya basta. Hablaremos del divorcio después del trabajo. --¡Kels! --me llamó y me agarró de los hombros. La confusión y el dolor eran visibles en sus ojos--. ¿Estás... enamorada de mí? Aquello me desconcertó. ¿Enamorada? ¡Sí! Desde que estábamos en la escuela secundaria, desde que se convirtió en mi mejor amigo. ¿Quién no se enamoraría de alguien que te ha estado protegiendo desde entonces? Siempre he estado agradecida de tenerlo como mi mejor amigo y esposo, pero ahora… lo estaba perdiendo. Perdiéndolo irremediablemente. Decidí darle a nuestro matrimonio una última oportunidad, hacer un esfuerzo final... ...... ==== Casarse con su mejor amigo fue un sueño hecho realidad para Kelly, pero todo tiene realmente una limitación. Pierce es el primer amor de Kelly, pero como su mejor amiga, sabía bien que siempre había otra mujer en lo profundo de su corazón. Lexi Gilbert. Kelly finalmente se dio cuenta de que su feliz matrimonio de los últimos tres años era solo un hermoso sueño cuando Pierce pidió el divorcio solo porque Lexi regresó. Ella sólo podría ser su mejor amiga incluso si estuviera encinta de su bebé. ¿Por qué no merecía ser amada? ¿Qué sucederá en adelante? ¿Cómo podría Kelly salvar su corazón en esta batalla de amor y odio? Los capítulos disponibles son limitados aquí, haga click el botón abajo para instalar APP y disfrutar leyendo más contenidos maravillosos. (Al abrir el APP, directo accederá a este libro) &3& LEARN_MORE https://fbweb.manobook.com/14603375-fb_contact-spc Fun Novels https://www.facebook.com/61563251196448/ 1,978 0 0 1969-12-31 18:00 0 0 0 0 0 0 Learn more 0 fbweb.manobook.com IMAGE https://fbweb.manobook.com/14603375-fb_contact-spcp25_2-1030-core1.html?adid={{ad.id}}&char=157725&accid=860298072104208&rawadid=120215507551620204 1969-12-31 18:00 https://scontent.fshd1-1.fna.fbcdn.net/v/t39.35426-6/465800491_569177425518653_7657134585513048986_n.jpg?stp=dst-jpg_s60x60&_nc_cat=108&ccb=1-7&_nc_sid=c53f8f&_nc_ohc=Cy4qo7tBHGIQ7kNvgE2IqB3&_nc_zt=14&_nc_ht=scontent.fshd1-1.fna&_nc_gid=AYCvLaFMbFRe_WHuK2Iy5-C&oh=00_AYA2HEpjdNhn5zJFuIf3QCmfhH8wlOrWS25ZmwwSvByECQ&oe=67516C22 PERSON_PROFILE 0 0 0 Fun Novels 0 0 1969-12-31 18:00 View Edit
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Yes 2024-11-30 18:30 active 1942 0 Read next chapter For her, marrying her best friend and carrying his child was a dream come true. However, just at this joyful moment, the man's beloved returned... ===== "It's a good thing you're cautious. You could've lost your baby, Miss Monroe," the GYN told me seriously as she could see the shock in my eyes. Had I heard it right? I was pregnant? I was pregnant with a baby for Pierce--my best friend and my first crush! On the way out of the hospital, I couldn't wait to tell Pierce about our baby. I wondered what his reaction would be. Would he scream in happiness? God! I couldn't contain my happiness. I cupped my flushed face as I fantasized, but the moment I felt the cold of the simple ring on my finger, my wildly beating heart calmed down. I almost forgot that Pierce wasn't the type to be keen on having children, especially since our marriage was arranged by his family. Pierce was a complete gentleman, both as a friend and a husband. Every time we did intimate thing, he was considerate yet cautious, saying there was no need to add extra shackles when we weren't ready. This baby, in a way, was out of the plan. "Ma'am, is everything okay? Do you need to call the boss?" my private driver, Luke, asked worriedly as he noticed my frown. Luke was reliable, like family, but if I chose to share, I still wanted Pierce to be the first to know this news. He was my baby's father. "No," I shook my head, giving Luke a reassuring smile. "He's on a flight. I'll talk to him later myself." I wanted to sense his answer directly from his raw expressions. I was always good at that. I closed my eyes, recalling the first day we met. His bright smile in the sunlight was so dazzling; he was a Prince. Long before we became best friends, I fell in love with him at first sight. But it was only unrequited love; I knew that well. I slid down the car window to get some fresh air but accidentally caught a glimpse of our old high school. That bitter feeling filled my chest once again. Pierce was my first love, but I wasn't his. In high school, I was just a boring nerd in others' eyes while Pierce Anderson was the shining quarterback. Everyone was surprised that we could be friends. Though envy arose, I enjoyed being around him. I slowly realized that I didn't just want to be his friend. However, right when I was about to confess my feelings to him, another girl came into his life. I shook my head, trying to rid myself of those sad memories. I gripped the cold wedding ring on my finger, telling myself the past was the past. Pierce said they were over, and I was his wife now. I was his wife who was carrying his baby. I wiped the tears from the corners of my eyes and opened the door to our house. My heart calmed as I breathed in the scent of home. Our home. Pierce and I decorated it together with our own hands. We enjoyed it. Yes, I must have been overthinking. That woman had been out of our lives for a long time, and my marriage with Pierce had been as beautiful as a fairy tale for the past three years. I glanced at the clock on the wall. At this point, Pierce should have gotten off the plane. He had been traveling for over a month for the sake of our family's business. Pierce was the President of ADE, the leading fashion magazine company in Asia, and I was actually the Vice President. We were not only life partners but also good partners at work. I really missed him. I dialed his number immediately. I wanted to hear his voice now, to know when he would arrive home. I would prepare a good meal for him, and he would reward me with a sweet k*ss. Then we might do intimate thing... Oops, I almost forgot I was pregnant now. I needed to tell him this first before we could do anything else. I was happily envisioning our lovely reunion when my heart dropped as a woman's voice came over the line. [Hello?] I snapped the phone as just one word came out. My phone fell to the floor, and my body started shaking uncontrollably. NO! It couldn't be her! It couldn't be Lexi! She was already out of our lives! I must have misheard. I rushed to the fridge, attempting to calm myself with some al**hol. But the moment I was reminded of the doctor's words and my baby. I needed to be cautious for my baby's sake. I turned to grab a box of milk and walked toward the sofa. I didn't know what made me recognize that as Lexi's voice at that moment. I meant Lexi and I were never close. Lexi Gilbert was a typical blonde beauty that men would go crazy for. She was the popular cheerleader in high school while Pierce was the star quarterback. A better match than he and a nerd like me, right? It wasn't surprising that he had fallen for her. My pride couldn't stand watching the man I loved go crazy for another woman. So I had once tried to stay away from them silently, but Pierce refused to quit my life. Every time I drowned myself in a sea of books and studies to forget them, Pierce would appear at my doorstep asking me out. I couldn't say no to his charming smile; I couldn't refuse when he claimed it was his duty as my best friend to take me out to enjoy the real world. To avoid ruining our friendship, I could only hide my broken heart, silently playing the role of his best friend while watching his happy face as he pursued another girl. I finally mustered the courage to study abroad when I learned that Pierce was planning to propose to Lexi. However, I never expected Grams would call to beg me to return. I hurried back only to see a lifeless Pierce. His heart was shattered, thanks to Lexi. My beloved sunshine boy was nowhere to be seen, and my heart b*ed for him. I started to hate Lexi from that moment. I gave up my cherished man for her, and how dared she harm him so badly! Pierce didn't tell anyone what happened except that he was done with Lexi. Grams arranged our marriage. I didn't understand why he agreed until the day I heard him say that marrying anyone but Lexi would be the same for him. It hurt like hell, but I still walked into this marriage without a second thought. My cherished boy was broken, and I wanted to fix him, not caring if I ruined myself in the process. I fell asleep at home, feeling insecure and worried. I woke up in the middle of the night when I felt someone caressing my cheek. Slowly, I opened my eyes and realized I had fallen asleep in the living room. Someone lifted me from the couch. I immediately recognized his scent and touch as I looked at him with heavy-lidded eyes. "Pierce..." "Hmm," he hummed as he walked toward the stairs. "Why did you sleep on the couch?" I stared at his face as he gently placed me down on the bed. He caressed my hair and k*ssed my forehead. He was always so gentle, and that was why I loved him so much. "Where have you been? I've been waiting for you," I said as I caressed his cheek. "Just met a friend. You said you were waiting for me; is it something urgent?" Looking at his gentle face, I suddenly didn't want to ruin the moment, so I closed my parted lips and swallowed the truth back down. Tomorrow, maybe tomorrow, I would have the courage to face all the puzzles. I shook my head and pouted, signaling that I was sleepy. He chuckled and carefully carried me to the bed. Just as he was about to leave me after giving me a goodnight k*ss, I panicked for some reason. I quickly grabbed him... I missed him. I wanted him. "Wait, Kels," he said, stopping me by pinning my hands to the bed. "I thought you said you were sleepy and needed to rest." "But I think I miss you more now." I looked at him with innocence and caught the d**ire flashing in his eyes, but I didn't know why it faded so quickly. He used to be happy when I took the initiative. As if noticing my confusion, he chuckled and playfully pinched my nose. "I'll just take a shower." I nodded and watched him as he walked toward the bathroom. But drowsiness struck again, so I closed my eyes to take a nap. However, it was already morning when I opened my eyes again, and Pierce was beside me, putting a tray of food on the bedside table. "Hey!" I greeted, smiling when I realized what he'd done. He had prepared breakfast for me. In bed. The sweetest. He smiled and sat on the edge of the bed. "Good morning." I grinned as I sat up. He carried the tray and put it beside me. I shot an eyebrow up, tilting my head as I stared at his handsome face. His deep brown eyes and thick, black eyebrows complemented his striking features. "What is this? Is this a bribe? You stood me up last night, bad boy." He didn't laugh. Instead, he heaved a sigh, gently tucking my hair behind my ear before taking my hand and staring into my eyes. "I have something to tell you." My heart raced. I thought about our baby. He had something to say, and I did too. "W-What is it?" I asked, feeling my voice tremble. He took a deep breath. "You know you're important to me, right?" I slowly nodded, my lips parted. I couldn't speak; I was scared of what he was about to say. I had a bad feeling about this. "You were my best friend before we got married. You're one of the few people I treasure..." I hid my clenched fists under the sheets. I didn't understand why he was telling me this, but I felt tears pooling in the corner of my eyes already. "Kelly..." He paused, squeezing his eyes shut before looking into mine again. "I-I think it's time for us to divorce." "P-Pierce..." My heart clenched. He smiled sadly. "I know you don't have feelings for me either. You only married me because of my grandparents. You just did this because you love them. Now it's time for our real happiness, Kelly." I shook my head. "W-What are you talking about, Pierce?" "Lexi is back, Kelly. My first love is back." Chapter 2 Kelly's POV--It Never Rains but It Pours I got off the bed and tried to leave, but Pierce grabbed my hand. I quickly wiped the tears rolling down my cheeks before he could see them. He stood in front of me, searching my face as I struggled to look down and avoid his gaze. My heart felt like it was breaking into pieces. I thought... I thought I could make him fall in love with me during those three years together. I believed his feelings would deepen, that he would see me as a woman rather than just a best friend. I was foolish to hope and dream so high. I had failed. No matter how hard I tried, his heart belonged only to his first love, Lexi. "Kelly..." I sucked in a breath and swallowed the pain as I looked at him. I forced a smile. "I need to wash up before eating." He stared into my eyes, trying to figure out what I was thinking. I knew he understood me too well, so I made a concerted effort to hide my pain and smiled back at him. He sighed and let go of my hand. "Okay. I'll wait for you here. Let's eat and go to work together." Together? How cruel could he be? He still wanted us to get along as if he hadn't just asked for a divorce? He wanted us to stay the same right after telling me that his first love was back and he wanted to divorce me? Oh, Pierce, what's going on in your head? If I used to be able to force myself to remain in the role of his best friend, wishing him happiness, I no longer had that courage after the three years we'd shared. There was no way I could endure that kind of torture again, especially now that I was carrying his baby. The baby... I had thought it was good news for us, but now... it felt more like a burden to him, I guess. A burden that would prevent him from pursuing his true love and freedom. I knew how an unwanted child could grow up. My parents divorced even before my mother died, and my father's new family hated me. It hurt like hell. I didn't want my baby to experience that same pain. I needed to keep my child away from it. I forced another smile. "We can't. I need to visit the studio for the photoshoot of our new models..." "I'll go with you--" "No." I pushed his hand away. His eyes followed my hand before he looked up at me again. "You have some documents to sign. Our schedules are already organized, remember?" "But..." "I have a personal driver, Pierce. I'll be fine going alone." He sighed and slowly nodded. I turned my back on him and entered the bathroom. I immediately opened the shower and stood under the cold water. Tears cascaded down my cheeks as I covered my mouth to suppress my sobs. My shoulders trembled violently, and when I thought about my baby, I swallowed hard, trying to calm myself down. I wiped my face and caressed my belly. I needed to be strong. I had to stay calm. I shouldn't put my baby's life at risk just because I got my heart broken. I had to handle this wisely. I took a deep breath and finished my shower. When I got out of the bathroom, I was shocked to see Pierce still there. He was struggling to fix his tie in front of the full-length mirror. I also noticed my pair of heels and dress on the bed. "Hey! I picked your dress for today." Since our marriage wasn't public, Pierce had said he would try to do little things for me as a husband. He did it well, and I used to enjoy these sweet moments, but now, they felt like d**gers to my heart. I grabbed the dress and went into the walk-in closet. I felt him following me. I put the white dress back and picked a red one. When I turned to face him, his forehead was creased. "I prefer red today. I'd feel beautiful in this dress." His eyes landed on the dress I was holding, and his face immediately relaxed. He nodded and walked toward me. "I see. Help me fix this first." I placed my dress on his arm and started adjusting his tie. I could feel his eyes staring intently and it was making my heart beat so fast. I took a deep breath and chewed my bottom lip as I struggled to fix the tie. My vision started to blur again. D**n! "Kelly..." I jumped in shock. "Hmm?" "Are you okay?" I looked at him and smiled. "Yeah." "I have something else to say." I finished fixing his tie, then immediately grabbed the dress from him. I glanced at him before walking past him and said, "Let's just talk some other time. I'm going to be late." I heard him sigh as he followed me again. He's silent the whole time as if he's thinking about something. "You should eat before you leave." I turned to him and nodded. "I will. You should go now." "Kelly, we're on the same page, right?" I stared at him. No, Pierce. We're never on the same page. All of this was just my stupid fantasy. I thought you had feelings for me, and I was so wrong. "If it's about the divorce, I understand everything, Pierce. I know what I have to do. Just give me some time because I'm really busy with the company. I won't run away." "Kelly, I'm not just doing this for myself. I'm doing this for you too. You've been caged with me ever since we got married. I know you're not happy because deep down, you want to find the man you deserve. Someone who will truly love you. Not me. Not someone who's half-hearted." "I understand what you're trying to say, Pierce," I said, trying to turn away, but he held me by the waist, keeping me in place. He did everything he could to capture my gaze, and he succeeded. He looked at me worriedly. "You are my best friend. I don't want to lose you, Kels. You're one of the few people I..." "I know," I said out of frustration. He looked shocked, so I took a breath to calm myself. "I-I know. You don't have to worry. I'm just stressed about work. It's not about our divorce." His lips parted, and he slowly nodded, as if he could finally breathe properly. He walked toward me, and I froze when he gently k*ssed my forehead... "Thank you, Kelly," he whispered. My heart clenched. It had been three years, but I was still such a coward. Why couldn't I just tell him that I loved him? He's my husband, and I'm carrying his baby! If I told him, he might change his mind! I swallowed hard, ready to speak, but his phone rang. I didn't miss the caller ID. Again, it was Lexi. "I gotta go." He scratched his head in apology, and I didn't miss the upturned corners of his mouth. "I called Luke, and he's waiting outside. Eat before you go, okay?" With that, he left our room. The tears I had managed to hold back burst forth again. Why did I think I could have a chance? He had made his choice the moment he asked for a divorce, hadn't he? Whenever it came to Lexi, I was always the one he would abandon. Chapter 3 Kelly's POV--Stiff Upper Lip I entered the studio wearing two-inch red heels and a red dress. Everyone turned to look as I walked down the hallway, greeting me with smiles, but my face remained stoic, not showing any emotions at all. The conversation with Pierce this morning lingered in my mind, but I couldn't let it affect my work. I couldn't fail my work after I had failed my marriage. I took a deep breath to steady myself. However, when I entered the photoshoot room, I could notice everyone was in chaos. "We can't! She's not answering her calls. What should we do? The Vice President is coming today. She'll be furious." "We can just tell her the truth. She's nice." "Not in this situation, Lily! She'll scold us--" "What's happening here?" I asked, stepping further into the room. The staff turned to me with worried expressions, and I knew then that something was wrong. "G-Good morning, Miss Monroe." Miss Monroe. Of course, no one knew that Pierce and I were married except for our families. I felt a pinch in my heart because of that truth. It hurt. I stared at her blankly, "What? "W-We have a problem, Miss Monroe. Miss Chen, our model, has been refusing our calls. She said she heard that we're changing the model, so...she doesn't want to come here. She's even threatening to file a case against us." She bowed her head, and I gritted my teeth, scanning the room. "Where's the marketing manager?" "S-She's still trying to convince Miss Chen, Miss Monroe." I massaged my forehead, squeezing my eyes closed. I grabbed my hair and screamed in so much anger, causing everyone around me to jump in shock. I g**aned, sucking in a breath before looking around. "Miss Monroe..." "What is this, Miss Hayley? You're the marketing manager. What's happening?" "Miss Monroe, I don't know how it happened, but Miss Chen heard that you're changing our model. She's about to file a case against us--" Changing the model? How had I not known about this? Miss Chen had always been a trusted partner, and if not necessary, changing models for a commercial shoot on short notice would only create chaos for the company. I would never allow such a costly mistake. "I never asked for that. You must be mistaken." I cut her off to save the time, "Fix this mess, or I'll have to fire you!" "Miss Monroe... It's Mr. President who ordered the change." Hayley spoke hesitantly. "He instructed us as soon as he returned from his business trip yesterday." The truth hit me hard. Pierce's order? Why hadn't he told me? He used to discuss every major decision with me first. "It shouldn't be..." Confusion clouded my mind. Pierce was not a clueless businessman; he maintained a clear distinction between work and personal matters, which was why he always succeeded. And that was also why he chose to keep our marriage a secret. "Yes, Kelly. I gave the order." The voice pulled me back. "M-Mr. President..." Hayley bowed in respect as the man suddenly appeared behind me. "I think you owe me an explanation, Pierce. About changing the model!" I snapped as I turned to face him. He knew how much effort I had put into securing this project. I hadn't slept well for days, and Miss Chen was the perfect fit for us. He had agreed too. But now... he just changed the model as he liked without informing me in advance. It felt like a hard s**p in the face. "Go ahead with the work. I'll explain it to her." He pacified the staff first, ignoring the anger simmering in my eyes. "Answer me, Pierce! Why did you change the model so suddenly?" I couldn't contain my fury. He touched my shoulder and whispered, "This isn't the place to talk. Let me explain in the car." I glanced around, noticing others sneaking glances at us. I shook off his hand and walked toward the parking lot, my heart growing heavier with each step. I had a sinking feeling I wouldn't like his explanation. "Now, say it," I blurted once we were seated in his car. He stared into my eyes as if weighing my emotions. I looked away again.; I couldn't bear his gaze. I couldn't withstand his eyes that never looked at me the way I wanted him to. He had no feelings for me and it hurt so much. "I-I..." he paused, sighing. "I replaced Miss Chen because Lexi wants to be our model. She's also a good fit, so I agreed--" "What?" I asked in disbelief. He pressed his lips together and looked away, ruffling his hair in frustration before shaking his head and holding my hand. "I'm sorry I didn't tell you sooner. It was just so sudden. She asked for a favor, and I couldn't say no." I pulled my hand away, looking at him with a mix of pain and anger. "You can't say no to her, so you'd rather harm the company--our company. You've betrayed me, Pierce." "Kels, come on. You know how much I love her. She's my first love." Painfully, I closed my eyes. Oh yes, she was your first love. She's always the one you want, no matter the cost. As long as she frowns a bit, you turn a blind eye to the pain and effort of others. You're so heartless, Pierce. "Well, you've made your decision. I don't have a say in this since you're the President. Just go. I'll be in the office." I said coldly, opening the car door to leave. "Kelly..." I looked him in the eyes. "Go home early. Let's talk about our divorce at home tonight." Chapter 4 Kelly's POV--Left High and Dry I was playing with the wedding ring on my finger. I told him to go home early, but he didn't come home at all. He wasn't even answering my calls. Well, now Lexi was back; this house was probably not home in his eyes anymore. My eyes turned to my pregnancy report on the table. What a mockery. I was still naive to hold a glimmer of hope that things would be different if I told him about the baby. But forget this baby thing was out of his plan. I wiped away the tears collecting at the corners of my eyes and picked up the report. It was 5 a.m. already when I looked at the clock on the wall. I tried to dial his number again, but it was still busy. What was he busy with? Was he busy staying with Lexi? He must have missed her a lot, didn't he? I didn't remember how I fell asleep. When the alarm clock went off, he didn't come home yet. I sneered at myself as I caught my reflection in the dresser mirror. The dark circles under my eyes were so clear, and my hair was a total mess, looking like a ghost. Suddenly, a wave of nausea flooded my stomach, and I realized I hadn't eaten anything last night. Feeling sick again, I ran to the sink and puked. I spat yellowish liquid, and while I was washing my mouth, I felt a warm hand caressing my back. I immediately lifted my face and met a pair of brown eyes looking at me through the mirror. Standing behind me with a worried expression was my husband, Pierce. I had always been thankful to have him as my best friend and husband, but now... I'm losing him. Hopelessly losing him. "Are you okay? Are you not feeling well? You should've told me." I stared at him through the mirror. "You didn't answer my calls." Guilt flickered in his eyes. "I'm sorry. I had some things to do. I stayed in the office all night." I wiped my face and walked past him. He followed me as I sat in front of the vanity and started combing my hair. "Kels..." "I woke up late. I failed to prepare breakfast." I tried to avoid his eyes. I felt like I would lose my temper and snap at him. There was no moment when I felt his selfishness so clearly as now. He called me his best friend, yet he had never seriously confronted my needs. My feelings. "Kels... you know I'm not asking about this. I'm just worried about your condition..." "Kels, are we still okay?" I stopped combing my hair and slowly met his eyes. Through the mirror, again. Really? He's asking me that? After he offered me a divorce without even asking if I was okay with it? He decided on his own, just because his first love is back. I couldn't believe him. I faked a smile. "I just don't feel well today, Pierce." He immediately squatted beside me, which was not surprising because I knew he truly cared. What surprised me was why he was still doing this after he buried a dagger in my heart. "Are you okay?" He gently touched my forehead and neck. "Are you sick? Tell me how you feel, Kels." "My feelings don't matter," I couldn't help but blurt out. He looked shocked by what I said. When I attempted to avoid him, he grabbed my wrist and made me face him. His face was mirroring his anger now. He was completely lost his patience. "What's wrong with you, Kels? You've been acting like this since yesterday. Is this about Lexi? Or was it because I didn't come home last night?" I looked him in the eyes, annoyed. "You're the one who asked for a divorce! I told you to come back earlier, but you just let me wait the whole night. How do you want me to greet you this morning, Pierce?" He clenched his jaws and shook his head. "Kels, I..." "Enough. We can talk about the divorce after work today." "Kels!" He called and grabbed my shoulders. Confusion and pain were visible in his eyes. "Are you... in love with me?" I was taken aback. In love? Yes! Ever since we were in high school. Ever since he became my best friend. Who wouldn't fall for someone who had been protecting you ever since? But of course, I couldn't tell him. It would only complicate things more. I didn't even want him to pity me. I shook my head and pushed his arms away. "Are you on d**gs? I'm not in love with you." I turned my back on him and entered the bathroom again. I locked it before going to the bathtub. I should focus on myself. I can't let my emotions affect me, but... why are my tears falling again? "You are so pathetic, Kelly! You can't even tell him how you truly feel," I whispered to myself as I wiped my tears angrily. It took me almost an hour to bathe. When I was done, I realized Pierce had already left. I shook my head in disbelief. He's been constantly abandoning me. I can't believe we've reached this point. I thought we were okay. I was so stupid. *** "Good morning, Miss Monroe..." "Good morning, Vice President..." I did not greet anyone back, just like how I used to greet them. I still felt pissed, and my mood seemed off. Irritation could easily take over me, and I couldn't control it. Probably because of Pierce's divorce proposal or because of my pregnancy. I was about to enter my office when I heard two girls talking. "Did you see her? I bet she's Mr. Anderson's girlfriend. They seemed close." My forehead creased. Pierce's girlfriend? "Ah! It's a waste that I didn't see her face, but I feel like it's Miss Lexi." "Lexi? Lexi Gilbert? The model?" "Yes! I bet my whole month's salary on this. They look good together." "Come on! Miss Monroe and Mr. Anderson look better together." "Are you serious? They're best friends. You know, some people are better off just friends. It's Mr. Anderson and Miss Monroe." I squeezed my eyes closed and pushed the door of my office. I slowly closed it and rested my back against it. This is harder than I expected. I took a deep breath and sat in my swivel chair. I opened the computer at the same time a notification popped up on the screen of my phone. My hands started shaking as soon as I saw the notification. It was Pierce's social media update. He uploaded a photo of him and Lexi together, eating in a fancy restaurant. I balled my fists and gritted my teeth. See, Kelly? That's what happens when you step into such a loveless marriage without a second thought. You would only break yourself if you continued on the wrong path. Just get a divorce. Spare him and yourself. Your baby needs a strong mommy... ...... ==== Marrying her best friend was a dream come true for Kelly, but everything truly has a limitation. Pierce is Kelly's first love, but as his best friend, she knew well there was always another woman deep in his heart, Lexi Gilbert. Kelly finally realized their happy marriage of the last three years was just a beautiful dream when Pierce asked for a divorce just because Lexi returned. She could only be his best friend even if she was carrying his baby. Since their friendship had become a cage, Kelly chose to set him free, as well as the miserable herself. But why then, it was Pierce who became the one who refused to move on? To make matters worse, her devil stepbrother also domineeringly stepped in at the same time, asking her to be his. What happens next? How could Kelly save her heart in this battle of love and hate? Available chapters here are limited, click the button below to install the App and enjoy more exciting chapters (Automatically jump to this novel when you open the app) &3& LEARN_MORE https://fbweb.moboreader.net/61818322-fb_contact-e Mano reading 0 0 0 1969-12-31 18:00 0 0 0 0 0 0 Learn more 0 fbweb.moboreader.net VIDEO https://fbweb.moboreader.net/61818322-fb_contact-encp25_2-1025-core1.html?adid={{ad.id}}&char=157725&accid=304554039400649&rawadid=120213550651390238 1969-12-31 18:00 https://scontent.fshd1-1.fna.fbcdn.net/v/t39.35426-6/465283237_1080407150307654_435977065198160244_n.jpg?stp=dst-jpg_s60x60_tt6&_nc_cat=111&ccb=1-7&_nc_sid=c53f8f&_nc_ohc=ZgaFh0bfL2cQ7kNvgFlCEoY&_nc_zt=14&_nc_ht=scontent.fshd1-1.fna&_nc_gid=AdaZmjli_ERy3U0Kjl3dsd7&oh=00_AYBLocP5Liosn42YXxdlze00l71_hRnCxOQwYmvizoD6Tg&oe=675170E3 REGULAR_PAGE 0 0 0 0 0 1969-12-31 18:00 View Edit
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No 2024-11-30 18:31 active 1942 0 Para ella, casarse con su mejor amigo y quedar embarazada de su hijo fue un sueño hecho realidad. Pero en ese momento feliz, la mujer que amaba su marido regresó... ===== ¿Lo había oído bien? ¿Estoy embarazada? ¡Estoy embarazada de un bebé de Pierce! ¡Mi mejor amigo y mi primer amor! --Qué bueno que haya sido cautelosa, pudo haber perdido a su bebé, señorita Monroe --me dijo el ginecólogo con seriedad al ver la sorpresa en mis ojos. En ese momento, me toqué el vientre inconscientemente, sin poder creer que hubiera un bebé acostado allí. Cuando salí del hospital, no podía esperar para contarle a Pierce sobre nuestro bebé. Me preguntaba cuál sería su reacción. ¿Gritaría de felicidad? ¿Me b**aría y todo eso? ¡Dios! No podía contener mi felicidad. Incluso tomé mi cara roja entre mis manos mientras fantaseaba. Pero en el momento en que sentí el frío del anillo en mi dedo, mi corazón que latía salvajemente se calmó. Casi olvidaba que Pierce no estaba interesado en tener hijos, menos considerando que nuestro matrimonio fue arreglado por su familia. Por supuesto, Pierce era un completo caballero, como amigo y como marido. Cada vez que teníamos relaciones s**uales, él era considerado y cauteloso, y decía que no era necesario agregar más ataduras si no estábamos listos. Este bebé, en cierto modo, estaba fuera de los planes. --Señora, ¿está todo bien? ¿Necesita que llame al jefe? --preguntó mi conductor privado, Luke, preocupado al notar mi ceño fruncido. Luke era confiable como un miembro de la familia, pero no quería contarle porque quería que Pierce fuera el primero en enterarse de esta noticia. Él era el padre de mi bebé. --No --dije y negué con la cabeza, dándole a Luke una sonrisa tranquilizadora--. Está en el vuelo. Hablaré con él más tarde --y así vería su respuesta yo misma en sus crudas expresiones. Siempre fui buena en eso. Finalmente, cerré los ojos y recordé el día en que nos conocimos. Su brillante sonrisa a la luz del sol era tan deslumbrante que parecía un príncipe. Me enamoré de él a primera vista, mucho antes de que nos convirtiéramos en mejores amigos. Pero era sólo un amor no correspondido y yo lo sabía bien. En ese instante, bajé la ventanilla del auto para tomar un poco de aire fresco y, sin quererlo, vislumbré nuestra antigua escuela secundaria. Ese sentimiento amargo llenó mi pecho una vez más... Pierce fue mi primer amor, pero yo no era el suyo. En la escuela secundaria, yo no era más que una nerd aburrida a los ojos de los demás, mientras que Pierce Anderson era el brillante mariscal de campo. Todos se sorprendieron de que pudiéramos ser amigos. Aunque las hostilidades hacia mí aumentaron, disfruté estar cerca de él y poco a poco me di cuenta de que no quería ser sólo su amiga. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de confesarle mis sentimientos, otra chica llegó a su vida. Sacudí la cabeza tratando de deshacerme de esos viejos y tristes recuerdos. Luego toqué el frío anillo de bodas en mi dedo y me dije que el pasado ya había pasado. Pierce dijo que habían terminado y que ahora yo era su esposa. Sí, yo era su esposa y además estaba embarazada de su bebé. Pronto, me sequé las lágrimas de las comisuras de los ojos y abrí la puerta de nuestra casa. Mi corazón se calmó al respirar el aroma de mi hogar, nuestra casa. Pierce y yo la decoramos juntos con nuestras propias manos. Lo disfrutamos. Sí, tal vez estaba pensando demasiado. Esa mujer había estado fuera de nuestras vidas durante mucho tiempo y los últimos tres años mi matrimonio con Pierce fueron tan hermosos como un cuento de hadas. Una vez dentro, miré el reloj de la pared. Para ese entonces, Pierce ya debería haberse bajado del avión. Estuvo más de un mes en viajes de negocios de nuestra empresa familiar. Pierce era el presidente de ADE, la empresa de revistas de moda líder en toda Asia, y yo era la vicepresidente de la compañía. No sólo éramos compañeros de vida, sino también buenos socios en el trabajo. En verdad lo extrañaba. De inmediato, marqué su número, pues tenía muchas ganas de escuchar su voz y saber cuándo llegaría a casa. Le prepararía una buena comida y él me premiaría con un dulce beso. Y luego podríamos... Vaya, en ese momento casi olvidé que estaba embarazada. Debía contarle eso primero y luego podríamos hacer otra cosa. Estaba imaginando felizmente nuestra encantadora reunión, pero mi corazón dio un vuelco cuando una voz de mujer cruzó la línea. --¿Hola? Al escuchar esa sola palabra, dejé caer mi teléfono, que se rompió al chocar contra el suelo, y mi cuerpo empezó a temblar incontrolablemente. ¡NO! ¡No podía ser ella! ¡No podía ser Lexi! ¡Ella ya estaba fuera de nuestras vidas! Debí haber escuchado mal. De inmediato, corrí hacia la nevera en un intento por calmarme con la ayuda de un poco de al**hol. Pero en el momento en que toqué la botella de v**o, recordé las palabras del médico sobre mi bebé. Debía tener cuidado por la salud de mi bebé, así que solo agarré una caja de leche y caminé hacia el sofá. En ese entonces, no sabía qué me hizo reconocer esa voz como la de Lexi. Nosotras nunca fuimos cercanas. Lexi Gilbert era la típica belleza rubia por la que los hombres se volvían locos. Ella era una animadora popular en la escuela secundaria, mientras que Pierce era el mariscal de campo estrella. Encajaba mejor con él que una nerd como yo, ¿verdad? No me sorprendió que se haya enamorado de ella. Mi orgullo no soportó ver al hombre que amaba volverse loco por otra mujer, así que una vez intenté alejarme de ellos en silencio, pero Pierce se negó a salirse de mi vida. Cada vez que me ahogaba en un mar de libros y estudios para olvidarlos, Pierce aparecía en mi puerta invitándome a salir. No podía decirle que no a su sonrisa encantadora y tampoco podía decirle que no porque afirmaba que era su deber como mi mejor amigo llevarme a disfrutar del mundo real. Para no arruinar nuestra amistad, oculté mi corazón roto y desempeñé en silencio el papel de su mejor amiga, siempre a su lado y observando su rostro feliz por otra chica. Finalmente, cuando supe que Pierce planeaba proponerle matrimonio a Lexi, me armé de valor y fui a estudiar al extranjero, sin saber que su abuela me llamaría para rogarme que regresara. Por supuesto, volví a toda prisa sólo para ver a Pierce sin vida. Lexi le había herido gravemente el corazón y el mío sufría por mi amado. Empecé a odiar a Lexi desde ese momento. Le había entregado a mi amado hombre, ¡cómo se atrevió a hacerle tanto daño! ¡Esa bruja! Pierce no le contó a nadie lo que pasó, excepto que había terminado con Lexi. Luego, la abuela arregló nuestro matrimonio. No entendí por qué estuvo de acuerdo hasta que un día lo escuché decir que casarse con cualquiera que no fuera Lexi sería lo mismo para él. Aquello me dolió mucho, pero aun así me casé con él sin pensarlo dos veces. Mi amado estaba destrozado y quería recomponerlo, sin importarme si eso me arruinaba a mí en el proceso. Me quedé dormida sintiéndome muy insegura y preocupada. Me desperté en medio de la noche cuando sentí que alguien acariciaba mi mejilla. Lentamente abrí los ojos y me di cuenta de que me había quedado dormida en la sala de estar. Alguien me levantó del sofá e inmediatamente reconocí su olor y tacto mientras lo miraba con los ojos entrecerrados. --Pierce… --Hmm --murmuró mientras caminaba hacia las escaleras--. ¿Por qué te dormiste en el sofá? Yo solo me quedé mirándolo a la cara y luego me dejó suavemente sobre la cama, acarició mi cabello y besó mi frente. Siempre fue tan gentil y por eso lo amaba tanto. Llevábamos más de un mes separados, mi cuerpo lo extrañaba y mi corazón lo anhelaba. --¿Dónde estabas? Te estuve esperando --dije mientras acariciaba su mejilla. --Acabo de encontrarme con un amigo. Dijiste que me estabas esperando, ¿es urgente? Al ver su rostro amable, de repente no quise arruinarle el momento, así que cerré mis labios entreabiertos y tragué la verdad para devolverla a mi estómago. Mañana, tal vez mañana tendría el coraje de afrontar todos los rompecabezas. De modo que solo sacudí la cabeza, hice un puchero y le dije que tenía sueño. Él se rió entre dientes y me dio un beso de buenas noches, pero en el momento en que estuvo a punto de dejarme, por alguna razón entré en pánico. Rápidamente lo agarré y lo b*sé con toda mi pasión... Lo extrañaba y lo quería. --Espera, Kels --dijo y me detuvo, sujetando mis locas manos sobre la cama--. Pensé que habías dicho que tenías sueño y que necesitabas descansar. --Sí, pero te extraño --exclamé y lo miré con inocencia. Pude captar el deseo brillando en sus ojos, pero se desvaneció de pronto y yo no comprendía por qué. Solía ​​​​ponerse feliz cuando yo tomaba la iniciativa. En ese instante, como si notara mi confusión, se rió entre dientes y me pellizcó juguetonamente la nariz. --Me daré una ducha. Huelo a al**hol --manifestó. Yo solo asentí y lo miré mientras caminaba hacia el baño. Pronto la somnolencia volvió a atacarme, así que cerré los ojos para tomar una siesta. Sin embargo, ya era de mañana cuando abrí los ojos nuevamente y Pierce estaba a mi lado, poniendo una bandeja con comida en la mesita de noche. --¡Ey! --lo saludé y sonreí cuando me di cuenta de lo que había hecho. Me había preparado el desayuno para llevármelo a la cama. Era tan dulce. Él sonrió y se sentó en la cama. --Buen día. Le devolví la sonrisa mientras me sentaba en la cama. En ese momento, agarró la bandeja y la puso a mi lado. Al instante, levanté una ceja e incliné la cabeza mientras miraba su hermoso rostro. Sus cejas espesas y negras enmarcaban sus hermosos ojos de color marrón oscuro. Su nariz era orgullosa y puntiaguda y sus labios eran rojos y finos. Parecía un chico malo y s*xy, incluso Damon Salvatore se avergonzaría de estar a su lado. Nadie tenía posibilidad alguna contra este hombre. --¿Qué es esto? ¿Un soborno? Me dejaste plantada anoche, chico malo --dije. Él no se rió. Exhaló un suspiro y colocó con suavidad mi cabello detrás de mis orejas antes de tomar mi mano y mirarme a los ojos. --Tengo algo que decirte. Al instante, sentí que mi corazón se aceleraba y pensé en nuestro bebé en mi útero. Tenía algo que decirme, yo también tenía algo que contarle. --¿Q-Qué cosa? --pregunté con voz temblorosa. De repente, dio un profundo suspiro y comenzó: --Sabes que eres importante para mí, ¿verdad? Asentí lentamente con los labios entreabiertos. No pude responder, tenía miedo de lo que estaba a punto de decir. Tenía un mal presentimiento. --Eras mi mejor amiga antes de casarnos. Eres una de las pocas personas que valoro… --prosiguió. Mientras hablaba, escondí mis puños cerrados debajo de la sábana. No sabía por qué me decía todo esto, pero ya podía sentir las lágrimas acumulándose en el rabillo de mis ojos. --Kelly... --hizo una pausa y cerró los ojos con fuerza antes de volver a mirarme a los ojos--. Creo que es hora de que nos divorciemos. --P-Pierce… --exclamé y sentí que mi corazón se apretaba. Él sonrió. --Sé que tú tampoco sientes nada por mí. Te casaste conmigo por mis abuelos, hiciste esto solo porque los amas. Ahora llegó el momento de nuestra verdadera felicidad, Kelly. Al oírlo, no pude evitar sacudir la cabeza. --¿De qué estás hablando, Pierce? --inquirí. --Lexi ha vuelto, Kelly. Mi primer amor ha vuelto. Capítulo 2 Punto de vista de Kelly--Llueve sobre mojado De inmediato, me levanté de la cama e intenté irme, pero Pierce me agarró la mano. Rápidamente me sequé las lágrimas que rodaban por mis mejillas antes de que él pudiera verlas. Luego, se paró frente a mí y me miró a la cara mientras yo intentaba con todas mis fuerzas mirar hacia abajo y evitar verlo a los ojos. Sentí que mi corazón se rompía en pedazos. Pensaba… pensaba que podría hacer que se enamorara de mí en esos tres años que pasamos juntos. Pensaba que sus sentimientos cambiarían y me vería como una mujer en lugar de solo su mejor amiga. Fui estúpida por tener esperanzas y soñar tan alto. Fallé. Sin importar cuánto lo intentara, su corazón pertenecía sólo a su primer amor: Lexi. --Kelly… En ese momento, contuve el aliento y me tragué el dolor mientras lo miraba. Luego fingí una sonrisa y dije: --Debo lavarme las manos antes de comer. Pero él me miró a los ojos como si intentara descubrir lo que estaba pensando. Yo sabía que él me conocía demasiado bien, así que traté con todas mis fuerzas de ocultar mi dolor y le sonreí. Finalmente, suspiró y soltó mi mano. --Bueno. Te esperaré aquí. Comamos y vayamos a trabajar juntos. ¿Juntos? ¿Por qué era tan cruel? ¿Quería que nos siguiéramos llevando bien como si no me hubiera pedido el divorcio? ¿Quería que nos quedáramos como estábamos justo después de decirme que su primer amor había regresado y quería divorciarse de mí? Oh Pierce, ¿qué estaba pasando por tu cabeza? Antes podía obligarme a mí misma a quedarme en el puesto de su mejor amiga mientras le deseaba felicidad, pero ya no tenía ese coraje después de los tres años que habíamos compartido. No había manera de que pudiera soportar esa tortura otra vez, en especial ahora que cargaba a su bebé. El bebé... en un principio pensé que era una buena noticia para nosotros, pero ahora... supongo que sería más bien una carga para él. Una carga que le impediría conseguir su verdadero amor y su libertad. Yo sabía muy bien cómo crecía un niño no deseado. Mis padres se divorciaron antes de que mi madre muriera y la nueva familia de mi padre me odiaba, lo que me dolía muchísimo. Por eso no quería que mi bebé experimentara lo mismo que yo sentí, así que debía mantener a mi bebé alejado de él. --No podemos --dije mientras fingía una nueva sonrisa--. Debo visitar el estudio para la sesión de fotos de nuestros nuevos modelos… --Iré contigo. --No --contesté y aparté su mano. Sus ojos siguieron mi mano antes de levantar la cara para mirarme de nuevo--. Tienes documentos que firmar. Nuestros horarios ya están organizados, ¿recuerdas? --Pero… --Tengo un conductor personal, Pierce. Estaré bien sola --afirmé. Finalmente, suspiró y asintió con calma. En ese momento, le di la espalda y entré al baño. Inmediatamente abrí la ducha y me paré bajo el agua fría. Las lágrimas cayeron en cascada por mis mejillas mientras me cubría la boca para reprimir los sollozos. Mis hombros temblaban mucho y cuando pensé en mi bebé, tragué saliva y traté de calmarme. Luego me limpié la cara y acaricié mi vientre. Debía ser fuerte y mantener la calma. No podía arriesgar la vida de mi bebé sólo porque me habían roto el corazón. Tenía que lidiar con esto de forma inteligente. Unos minutos después, tomé un respiro profundo y terminé mi ducha. Cuando salí del baño, me sorprendió ver que Pierce todavía estaba allí. Estaba luchando por arreglarse la corbata frente al espejo de cuerpo entero. También noté un par de zapatos y un vestido míos sobre la cama. --¡Ey! Elegí tu vestido para hoy --dijo. Como nuestro matrimonio no era público, Pierce dijo que haría pequeñas cosas para mí como marido. De hecho, lo había hecho bien y yo solía disfrutar de estos dulces momentos que me regalaba, pero ahora sentía que eso mismo me m**aría. Al segundo siguiente, agarré el vestido y entré al vestidor, sentiendo que me seguía. Volví a guardar el vestido blanco y elegí uno rojo. Cuando me di vuelta y lo tuve de frente, lo vi con la frente arrugada. --Hoy prefiero el rojo. Me sentiré hermosa con este vestido --expliqué con una sonrisa. Al instante, sus ojos se dirigieron al vestido que sostenía y su rostro inmediatamente se calmó. Al final asintió y caminó hacia mí. --Ya veo. Pero antes ayúdame a arreglar esto --me pidió. Sin dudarlo, puse mi vestido en su brazo y comencé a arreglarle la corbata. Podía sentir sus ojos mirándome intensamente y eso hacía que mi corazón latiera muy rápido. Respiré hondo y me mordí el labio inferior mientras luchaba por arreglar su corbata. De pronto, mi visión se volvió borrosa otra vez. ¡Maldición! --Kelly… No pude evitar sobresaltarme en shock. --¿Mmm? --¿Estás bien? --preguntó. Lo miré y sonreí: --Sí. --Tengo algo más que decirte. En ese instante, terminé de arreglarle la corbata y le quité rápidamente el vestido del brazo. Lo miré antes de pasar junto a él y dije: --Hablaremos después. Voy a llegar tarde. Lo escuché suspirar antes de volver a seguirme. Me vestí mientras él estaba detrás de mí. Estuvo en silencio todo el tiempo, como si estuviera pensando en algo. --Deberías desayunar antes de irte --comentó. Un segundo después, me paré frente a él y asentí. --Lo haré. Deberías irte ahora --respondí. --Kelly, estamos en la misma página, ¿verdad? --preguntó. Lo miré fijamente. No, Pierce. Nunca estuvimos en la misma página. Sólo fueron mis estúpidas fantasías. Pensaba que sentías algo por mí, pero estaba muy equivocada. --Si hablas del divorcio, lo entiendo, Pierce. Sé lo que tengo que hacer. Sólo dame algo de tiempo porque estoy muy ocupada con la empresa. No huiré. --Kelly, no estoy haciendo esto sólo por mí. También lo hago por ti. Has estado encerrada conmigo desde que nos casamos. Sé que no eres feliz porque en el fondo también quieres encontrar al hombre que te mereces. Alguien que realmente te ame, no yo. No alguien indiferente. --Entiendo lo que tratas de decir, Pierce --dije y traté de darle la espalda, pero antes de poder hacerlo, él me sujetó por la cintura y me mantuvo en el lugar. Luego hizo todo lo posible para captar mis ojos hasta que lo consiguió. Su mirada era de preocupación. --Eres mi mejor amiga. No quiero perderte, Kels. Eres una de las pocas personas… --Lo sé --lo interrumpí con frustración. Parecía sorprendido, así que me calmé--. Ya lo sé. No tienes que preocuparte. Simplemente estoy estresada por el trabajo, no es por el divorcio. En ese instante, sus labios se separaron, asintió lentamente y soltó un suspiro. Luego, caminó hacia mí y me congelé cuando besó mi frente con dulzura… --Gracias, Kelly --susurró. Al oírlo, mi corazón se apretó. Habían pasado tres años pero todavía era una cobarde. «¿Por qué no puedes simplemente decirle que lo amas, Kelly? ¡Él es tu esposo y estás llevando su bebé! ¡Díselo y tal vez cambie de opinión!» pensé. Con eso en mente, tragué saliva y estuve a punto de decírselo, pero justo en ese momento su teléfono sonó. Pude ver el identificador de llamadas. Era Lexi. --Me tengo que ir --afirmó y se rascó la cabeza a modo de disculpa, mientras las comisuras de su boca se curvaban hacia arriba--. Llamé a Luke. Te espera afuera. Come antes de irte, ¿sí? Con eso, salió de nuestra habitación. De repente, las lágrimas que había logrado reprimir hasta ese momento volvieron a brotar. ¿Por qué había pensado que podría tener una oportunidad? Él tomó su decisión en el momento en que me pidió el divorcio, ¿verdad? Siempre que se trataba de Lexi me abandonaba. Capítulo 3 Punto de vista de Kelly--Mantener la compostura Entré al estudio con tacones rojos de cinco centímetros y un vestido igualmente rojo. Todos miraron en mi dirección cuando entré caminando por el pasillo y me saludaron con una sonrisa, pero mantuve mi rostro estoico, sin mostrar emoción alguna. La conversación de esa mañana con Pierce todavía estaba en mi cabeza, pero no podía permitir que afectara mi trabajo. No podía fallar en mi trabajo después de haber fracasado en mi matrimonio. De modo que respiré profundamente para recomponerme. Un momento después, cuando entré a la sala de la sesión de fotos, noté que todos estaban sumidos en el caos. --¡No podemos! No responde las llamadas. ¿Qué debemos hacer? La vicepresidente viene hoy, se enojará. --Podemos simplemente decirle la verdad. Ella es amable. --¡No lo será con esta situación, Lily! Nos va a regañar... --¿Qué está pasando aquí? --pregunté mientras entraba a la sala. De inmediato, el personal me miró con expresiones preocupadas y entonces supe que había un problema. --B-Buenos días, señorita Monroe. Señorita Monroe. Por supuesto, nadie sabía que Pierce y yo estábamos casados ​​excepto nuestras familias. Sentí como si pellizcaran mi corazón con esa verdad. Dolía. Rápidamente, la miré sin comprender. --¿Qué ocurre? --T-tenemos un problema, señorita Monroe. La señorita Chen, nuestra modelo, no atiende nuestras llamadas. Dijo que escuchó que íbamos a cambiar de modelo así que… no quiere venir. Incluso... amenazó con presentar una demanda contra nosotros. Después de decir eso, inclinó la cabeza. Yo apreté los dientes y recorrí el lugar con la mirada. --¿Dónde está la directora de marketing? --inquirí. --E-Ella todavía está tratando de convencer a la señorita Chen, señorita Monroe. Luego de escuchar el problema, me masajeé la frente y cerré los ojos con fuerza. Un segundo después, me agarré del pelo y grité de ira. Sentí que todos a mi alrededor se sobresaltaban sorprendidos. Yo solo suspiré y tomé una gran bocanada de aire antes de mirar a mi alrededor. --Señorita Monroe... --¿Qué es todo esto, señorita Hayley? Tú eres la directora de marketing, ¿qué está pasando? --Señorita Monroe, no sé cómo sucedió, pero la señorita Chen escuchó que usted cambiará de modelo. Está a punto de presentar una demanda contra nosotros... ¿Cambiar de modelo? ¿Cómo es que yo no sabía nada al respecto? La señorita Chen siempre había sido nuestra modelo de confianza y, si no era necesario, cambiar de modelo para una sesión comercial con tan poca antelación sólo causaría muchos problemas a la empresa. Nunca permitiría un error como este. --Yo no pedí eso. Debe ser un error --la interrumpí para ahorrar tiempo--. ¡Arregla este desastre o tendré que despedirte! --Señorita Monroe... Fue el presidente quien nos pidió que la cambiáramos --explicó Hayley vacilante--. Lo ordenó ayer tan pronto como regresó de su viaje de negocios. Aquella verdad me golpeó con fuerza. ¿Fue orden de Pierce? ¿Por qué no me lo dijo? Solía ​​discutir conmigo cada decisión importante antes de tomarla. --No puede ser... --exclamé confundida. Pierce no era un hombre de negocios despistado. Siempre mantuvo una clara distinción entre el trabajo y la vida personal, razón por la cual siempre tuvo éxito. Y esa fue también la razón por la que decidió mantener nuestro matrimonio en secreto. --Sí, Kelly. Yo di la orden. --Su voz me hizo retroceder. --S-Señor Presidente… --saludó Hayley y se inclinó con respeto al ver al hombre que apareció de repente detrás de mí. --Pierce, ¡creo que me debes una explicación sobre este cambio de modelo! --dije con los dientes apretados mientras me giraba para interrogarlo. Él sabía perfectamente cuánto esfuerzo puse para ganar este proyecto. Estuve días sin dormir y la señorita Chen era la persona ideal para este trabajo. De hecho, él también estuvo de acuerdo. Pero ahora… simplemente cambió la modelo a su gusto sin avisarme con antelación. Eso fue como abofetearme con fuerza en la cara. --Continúen con el trabajo. Yo se lo aclararé --le indicó él al personal para calmarlos, ignorando la ira que estaba a punto de salir de mis ojos. --¡Contéstame, Pierce! ¿Por qué cambias de modelo tan de repente? --No pude contener mi enojo. Él simplemente me tocó el hombro y me susurró: --Este no es el lugar para discutir al respecto. Te lo explicaré en el auto. En ese momento, miré a mi alrededor y noté que los demás nos miraban furtivamente. Luego me quité sus manos de encima y caminé hacia el estacionamiento, pero durante el camino, sentía mi corazón cada vez más pesado. Tenía la sensación de que su explicación no iba a gustarme. --Vamos, dímelo --exclamé ni bien nos sentamos en su auto. Antes de hablar, me miró a los ojos como si sopesara mis emociones, pero yo aparté la mirada de nuevo. No podía soportar sus miradas, no podía soportar esos ojos que nunca me miraban como yo quería. Él no sentía nada por mí y eso me dolía mucho. --Yo-yo… --hizo una pausa y suspiró--. Reemplacé a la señorita Chen porque Lexi quiere ser nuestra modelo. Ella también encaja en el proyecto, así que estuve de acuerdo... --¿Qué? --pregunté con incredulidad. De pronto, apretó los labios y miró hacia otro lado. Luego se revolvió el cabello antes de sacudir la cabeza y tomar mi mano. --Lamento no haberte dicho antes, fue muy repentino. Ella me pidió un favor, no pude decirle que no. Rápidamente, retiré mi mano y lo miré con dolor y enojo. --No pudiste decirle que no, así que preferiste dañar a la empresa, a nuestra empresa. Me traicionaste, Pierce. --Kels, vamos. Sabes cuánto la amo. Ella es mi primer amor. Al oírlo, cerré los ojos con dolor. «Oh sí, ella es tu primer amor. Siempre la quisiste a ella, sin que te importen los demás. Si ella te frunce el ceño un poco, puedes hacer la vista gorda ante el dolor y el esfuerzo de los demás. Eres tan cruel, Pierce» pensé. --Bueno, ya lo has decidido. No tengo voz y voto en esto ya que tú eres el presidente. Ahora vete, estaré en la oficina --indiqué con frialdad mientras abría la puerta del auto para salir. --Kelly… En ese instante, lo miré a los ojos y dije: --Ve a casa temprano. Hablaremos de nuestro divorcio esta noche. Capítulo 4 Punto de vista de Kelly--Plantada Me encontraba jugueteando con el anillo de bodas en mi dedo mientras lo esperaba. Le había dicho que volviera temprano a casa, pero todavía no regresaba y ni siquiera contestaba mis llamadas. Bueno, ahora que Lexi había vuelto, probablemente ya no veía a esta casa como su hogar. De pronto, mis ojos se dirigieron a mi informe de embarazo que estaba sobre la mesa. Qué gracioso. Todavía era tan ingenua para albergar un rayo de esperanza de que las cosas podrían cambiar si le hablaba del bebé, pero este bebé estaba fuera de sus planes. Me sequé las lágrimas que se acumulaban en el rabillo de mis ojos y agarré el informe. Ya eran las cinco de la mañana cuando miré el reloj de la pared. Intenté marcar su número nuevamente, pero seguía sin responder. ¿En qué estaba tan ocupado? ¿Estaba h**iendo el a**r con Lexi? Debió haberla extrañado mucho, ¿verdad? Pronto, sin saber cuándo, me quedé dormida. Cuando sonó el despertador, inconscientemente toqué la almohada a mi lado. Frío como anoche, no había vuelto a casa todavía. Me burlé de mí misma al ver mi reflejo en el espejo de la cómoda. Los círculos oscuros bajo mis ojos se veían a simple vista y mi cabello era un total desastre, parecía un fantasma. De repente una oleada de náuseas inundó mi estómago y me di cuenta de que no había comido nada la noche anterior. De pronto, me sentí mal otra vez y rápidamente corrí hacia el lavabo y vomité. Escupí un líquido amarillento que sabía muy mal. De inmediato, me lavé la boca y miré mi propio reflejo en el espejo. Al verme, sacudí la cabeza y tomé mi frente en cuanto sentí ganas de vomitar de nuevo. Volví a escupir el líquido amarillento y mientras me lavaba la boca, sentí una cálida mano acariciando mi espalda. Inmediatamente levanté la cara y me encontré con un par de ojos marrones que me miraban a través del espejo. Detrás de mí con cara de preocupación estaba mi esposo Pierce. --¿Estás bien? ¿Te sientes mal? Debiste haberme dicho. Al instante, lo miré a través del espejo. --No respondiste mis llamadas --contesté. Ante aquellas palabras, la culpa apareció en sus ojos. --Lo lamento. Tenía cosas que hacer. Me quedé en la oficina toda la noche --afirmó. Rápidamente, me limpié la cara y pasé junto a él. Pierce me siguió mientras me sentaba frente al tocador y comenzaba a peinarme. --Kels… --Me desperté tarde. No pude preparar el desayuno. Mientras hablaba, intenté evitar sus ojos. Sentía que iba a perder los estribos y gritarle. En ningún momento sentí su egoísmo tan claramente como ahora. Decía que yo era su mejor amiga, pero nunca le habían importado mis necesidades, mis sentimientos. --Kels... sabes que no te pregunté eso. Estoy preocupado por tu salud... Kels, ¿todavía estamos bien? Ante aquella pregunta, dejé de peinarme y lentamente nuestras miradas se encontraron a través del espejo, otra vez. ¿De verdad me estaba preguntando eso? ¿Después de que me pidió el divorcio sin siquiera preguntarme si estaba de acuerdo? Él decidió por su cuenta sólo porque su primer amor había vuelto. No podía creer lo que hacía. Al final, fingí una sonrisa y dije: --No me siento bien hoy, Pierce, eso es todo. Un instante después, se puso de cuclillas a mi lado, lo cual no me resultó sorprendente porque sabía que realmente se preocupaba. Pero lo que sí me sorprendió fue que hacía todo esto después de enterrar una daga en mi corazón. --¿Estás bien? --preguntó mientras tocaba suavemente mi frente y mi cuello--. ¿Estás enferma? Dime cómo te sientes, Kels. --Mis sentimientos no importan --no pude evitar decir y parecía sorprendido por mis palabras. En ese instante, intenté evitarlo, pero me agarró de la muñeca y me hizo mirarlo. Su rostro ahora reflejaba su ira. Había perdido completamente la paciencia. --¿Qué te pasa, Kels? Has estado actuando así desde ayer. ¿Es por Lexi? ¿O porque no volví a casa anoche? --inquirió. Yo lo miré a los ojos, molesta. --¡Tú fuiste quien pidió el divorcio! Te pedí que regresaras temprano para hablar al respecto, pero me dejaste esperando toda la noche. ¿Pretendías que te diera la bienvenida con brazos abiertos después de eso, Pierce? --respondí. Al escucharme, apretó la mandíbula y sacudió la cabeza. --Kels, yo... --Ya basta. Hablaremos del divorcio después del trabajo. --¡Kels! --me llamó y me agarró de los hombros. La confusión y el dolor eran visibles en sus ojos--. ¿Estás... enamorada de mí? Aquello me desconcertó. ¿Enamorada? ¡Sí! Desde que estábamos en la escuela secundaria, desde que se convirtió en mi mejor amigo. ¿Quién no se enamoraría de alguien que te ha estado protegiendo desde entonces? Siempre he estado agradecida de tenerlo como mi mejor amigo y esposo, pero ahora… lo estaba perdiendo. Perdiéndolo irremediablemente. Decidí darle a nuestro matrimonio una última oportunidad, hacer un esfuerzo final... ...... ==== Casarse con su mejor amigo fue un sueño hecho realidad para Kelly, pero todo tiene realmente una limitación. Pierce es el primer amor de Kelly, pero como su mejor amiga, sabía bien que siempre había otra mujer en lo profundo de su corazón. Lexi Gilbert. Kelly finalmente se dio cuenta de que su feliz matrimonio de los últimos tres años era solo un hermoso sueño cuando Pierce pidió el divorcio solo porque Lexi regresó. Ella sólo podría ser su mejor amiga incluso si estuviera encinta de su bebé. ¿Por qué no merecía ser amada? ¿Qué sucederá en adelante? ¿Cómo podría Kelly salvar su corazón en esta batalla de amor y odio? Los capítulos disponibles son limitados aquí, haga click el botón abajo para instalar APP y disfrutar leyendo más contenidos maravillosos. (Al abrir el APP, directo accederá a este libro) &3& LEARN_MORE https://fbweb.manobook.com/14603375-fb_contact-spc Fun Novels https://www.facebook.com/61563251196448/ 1,978 0 0 1969-12-31 18:00 0 0 0 0 0 0 Learn more 0 fbweb.manobook.com VIDEO https://fbweb.manobook.com/14603375-fb_contact-spcp25_2-1030-core1.html?adid={{ad.id}}&char=157725&accid=860298072104208&rawadid=120215913779390204 1969-12-31 18:00 https://scontent.fshd1-1.fna.fbcdn.net/v/t39.35426-6/468035956_1289938352351023_3696171713541485450_n.jpg?stp=dst-jpg_s60x60&_nc_cat=105&ccb=1-7&_nc_sid=c53f8f&_nc_ohc=pGATBE7MENsQ7kNvgG5JNmr&_nc_zt=14&_nc_ht=scontent.fshd1-1.fna&_nc_gid=Ayhu2fNP8_rGgh4moGTGYmD&oh=00_AYBS5wRK6YSHdtSBL_rqLY_ij-FVTwj4uX-2WILgZB2bpg&oe=6751900D PERSON_PROFILE 0 0 0 Fun Novels 0 0 1969-12-31 18:00 View Edit
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Yes 2024-11-30 18:31 active 1942 0 Tener hijo con mi mejor amigo Para ella, casarse con su mejor amigo y quedar embarazada de su hijo fue un sueño hecho realidad. Pero en ese momento feliz, la mujer que amaba su marido regresó... ===== ¿Lo había oído bien? ¿Estoy embarazada? ¡Estoy embarazada de un bebé de Pierce! ¡Mi mejor amigo y mi primer amor! --Qué bueno que haya sido cautelosa, pudo haber perdido a su bebé, señorita Monroe --me dijo el ginecólogo con seriedad al ver la sorpresa en mis ojos. En ese momento, me toqué el vientre inconscientemente, sin poder creer que hubiera un bebé acostado allí. Cuando salí del hospital, no podía esperar para contarle a Pierce sobre nuestro bebé. Me preguntaba cuál sería su reacción. ¿Gritaría de felicidad? ¿Me b**aría y todo eso? ¡Dios! No podía contener mi felicidad. Incluso tomé mi cara roja entre mis manos mientras fantaseaba. Pero en el momento en que sentí el frío del anillo en mi dedo, mi corazón que latía salvajemente se calmó. Casi olvidaba que Pierce no estaba interesado en tener hijos, menos considerando que nuestro matrimonio fue arreglado por su familia. Por supuesto, Pierce era un completo caballero, como amigo y como marido. Cada vez que teníamos relaciones s**uales, él era considerado y cauteloso, y decía que no era necesario agregar más ataduras si no estábamos listos. Este bebé, en cierto modo, estaba fuera de los planes. --Señora, ¿está todo bien? ¿Necesita que llame al jefe? --preguntó mi conductor privado, Luke, preocupado al notar mi ceño fruncido. Luke era confiable como un miembro de la familia, pero no quería contarle porque quería que Pierce fuera el primero en enterarse de esta noticia. Él era el padre de mi bebé. --No --dije y negué con la cabeza, dándole a Luke una sonrisa tranquilizadora--. Está en el vuelo. Hablaré con él más tarde --y así vería su respuesta yo misma en sus crudas expresiones. Siempre fui buena en eso. Finalmente, cerré los ojos y recordé el día en que nos conocimos. Su brillante sonrisa a la luz del sol era tan deslumbrante que parecía un príncipe. Me enamoré de él a primera vista, mucho antes de que nos convirtiéramos en mejores amigos. Pero era sólo un amor no correspondido y yo lo sabía bien. En ese instante, bajé la ventanilla del auto para tomar un poco de aire fresco y, sin quererlo, vislumbré nuestra antigua escuela secundaria. Ese sentimiento amargo llenó mi pecho una vez más... Pierce fue mi primer amor, pero yo no era el suyo. En la escuela secundaria, yo no era más que una nerd aburrida a los ojos de los demás, mientras que Pierce Anderson era el brillante mariscal de campo. Todos se sorprendieron de que pudiéramos ser amigos. Aunque las hostilidades hacia mí aumentaron, disfruté estar cerca de él y poco a poco me di cuenta de que no quería ser sólo su amiga. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de confesarle mis sentimientos, otra chica llegó a su vida. Sacudí la cabeza tratando de deshacerme de esos viejos y tristes recuerdos. Luego toqué el frío anillo de bodas en mi dedo y me dije que el pasado ya había pasado. Pierce dijo que habían terminado y que ahora yo era su esposa. Sí, yo era su esposa y además estaba embarazada de su bebé. Pronto, me sequé las lágrimas de las comisuras de los ojos y abrí la puerta de nuestra casa. Mi corazón se calmó al respirar el aroma de mi hogar, nuestra casa. Pierce y yo la decoramos juntos con nuestras propias manos. Lo disfrutamos. Sí, tal vez estaba pensando demasiado. Esa mujer había estado fuera de nuestras vidas durante mucho tiempo y los últimos tres años mi matrimonio con Pierce fueron tan hermosos como un cuento de hadas. Una vez dentro, miré el reloj de la pared. Para ese entonces, Pierce ya debería haberse bajado del avión. Estuvo más de un mes en viajes de negocios de nuestra empresa familiar. Pierce era el presidente de ADE, la empresa de revistas de moda líder en toda Asia, y yo era la vicepresidente de la compañía. No sólo éramos compañeros de vida, sino también buenos socios en el trabajo. En verdad lo extrañaba. De inmediato, marqué su número, pues tenía muchas ganas de escuchar su voz y saber cuándo llegaría a casa. Le prepararía una buena comida y él me premiaría con un dulce beso. Y luego podríamos... Vaya, en ese momento casi olvidé que estaba embarazada. Debía contarle eso primero y luego podríamos hacer otra cosa. Estaba imaginando felizmente nuestra encantadora reunión, pero mi corazón dio un vuelco cuando una voz de mujer cruzó la línea. --¿Hola? Al escuchar esa sola palabra, dejé caer mi teléfono, que se rompió al chocar contra el suelo, y mi cuerpo empezó a temblar incontrolablemente. ¡NO! ¡No podía ser ella! ¡No podía ser Lexi! ¡Ella ya estaba fuera de nuestras vidas! Debí haber escuchado mal. De inmediato, corrí hacia la nevera en un intento por calmarme con la ayuda de un poco de al**hol. Pero en el momento en que toqué la botella de v**o, recordé las palabras del médico sobre mi bebé. Debía tener cuidado por la salud de mi bebé, así que solo agarré una caja de leche y caminé hacia el sofá. En ese entonces, no sabía qué me hizo reconocer esa voz como la de Lexi. Nosotras nunca fuimos cercanas. Lexi Gilbert era la típica belleza rubia por la que los hombres se volvían locos. Ella era una animadora popular en la escuela secundaria, mientras que Pierce era el mariscal de campo estrella. Encajaba mejor con él que una nerd como yo, ¿verdad? No me sorprendió que se haya enamorado de ella. Mi orgullo no soportó ver al hombre que amaba volverse loco por otra mujer, así que una vez intenté alejarme de ellos en silencio, pero Pierce se negó a salirse de mi vida. Cada vez que me ahogaba en un mar de libros y estudios para olvidarlos, Pierce aparecía en mi puerta invitándome a salir. No podía decirle que no a su sonrisa encantadora y tampoco podía decirle que no porque afirmaba que era su deber como mi mejor amigo llevarme a disfrutar del mundo real. Para no arruinar nuestra amistad, oculté mi corazón roto y desempeñé en silencio el papel de su mejor amiga, siempre a su lado y observando su rostro feliz por otra chica. Finalmente, cuando supe que Pierce planeaba proponerle matrimonio a Lexi, me armé de valor y fui a estudiar al extranjero, sin saber que su abuela me llamaría para rogarme que regresara. Por supuesto, volví a toda prisa sólo para ver a Pierce sin vida. Lexi le había herido gravemente el corazón y el mío sufría por mi amado. Empecé a odiar a Lexi desde ese momento. Le había entregado a mi amado hombre, ¡cómo se atrevió a hacerle tanto daño! ¡Esa bruja! Pierce no le contó a nadie lo que pasó, excepto que había terminado con Lexi. Luego, la abuela arregló nuestro matrimonio. No entendí por qué estuvo de acuerdo hasta que un día lo escuché decir que casarse con cualquiera que no fuera Lexi sería lo mismo para él. Aquello me dolió mucho, pero aun así me casé con él sin pensarlo dos veces. Mi amado estaba destrozado y quería recomponerlo, sin importarme si eso me arruinaba a mí en el proceso. Me quedé dormida sintiéndome muy insegura y preocupada. Me desperté en medio de la noche cuando sentí que alguien acariciaba mi mejilla. Lentamente abrí los ojos y me di cuenta de que me había quedado dormida en la sala de estar. Alguien me levantó del sofá e inmediatamente reconocí su olor y tacto mientras lo miraba con los ojos entrecerrados. --Pierce… --Hmm --murmuró mientras caminaba hacia las escaleras--. ¿Por qué te dormiste en el sofá? Yo solo me quedé mirándolo a la cara y luego me dejó suavemente sobre la cama, acarició mi cabello y besó mi frente. Siempre fue tan gentil y por eso lo amaba tanto. Llevábamos más de un mes separados, mi cuerpo lo extrañaba y mi corazón lo anhelaba. --¿Dónde estabas? Te estuve esperando --dije mientras acariciaba su mejilla. --Acabo de encontrarme con un amigo. Dijiste que me estabas esperando, ¿es urgente? Al ver su rostro amable, de repente no quise arruinarle el momento, así que cerré mis labios entreabiertos y tragué la verdad para devolverla a mi estómago. Mañana, tal vez mañana tendría el coraje de afrontar todos los rompecabezas. De modo que solo sacudí la cabeza, hice un puchero y le dije que tenía sueño. Él se rió entre dientes y me dio un beso de buenas noches, pero en el momento en que estuvo a punto de dejarme, por alguna razón entré en pánico. Rápidamente lo agarré y lo b*sé con toda mi pasión... Lo extrañaba y lo quería. --Espera, Kels --dijo y me detuvo, sujetando mis locas manos sobre la cama--. Pensé que habías dicho que tenías sueño y que necesitabas descansar. --Sí, pero te extraño --exclamé y lo miré con inocencia. Pude captar el deseo brillando en sus ojos, pero se desvaneció de pronto y yo no comprendía por qué. Solía ​​​​ponerse feliz cuando yo tomaba la iniciativa. En ese instante, como si notara mi confusión, se rió entre dientes y me pellizcó juguetonamente la nariz. --Me daré una ducha. Huelo a al**hol --manifestó. Yo solo asentí y lo miré mientras caminaba hacia el baño. Pronto la somnolencia volvió a atacarme, así que cerré los ojos para tomar una siesta. Sin embargo, ya era de mañana cuando abrí los ojos nuevamente y Pierce estaba a mi lado, poniendo una bandeja con comida en la mesita de noche. --¡Ey! --lo saludé y sonreí cuando me di cuenta de lo que había hecho. Me había preparado el desayuno para llevármelo a la cama. Era tan dulce. Él sonrió y se sentó en la cama. --Buen día. Le devolví la sonrisa mientras me sentaba en la cama. En ese momento, agarró la bandeja y la puso a mi lado. Al instante, levanté una ceja e incliné la cabeza mientras miraba su hermoso rostro. Sus cejas espesas y negras enmarcaban sus hermosos ojos de color marrón oscuro. Su nariz era orgullosa y puntiaguda y sus labios eran rojos y finos. Parecía un chico malo y s*xy, incluso Damon Salvatore se avergonzaría de estar a su lado. Nadie tenía posibilidad alguna contra este hombre. --¿Qué es esto? ¿Un soborno? Me dejaste plantada anoche, chico malo --dije. Él no se rió. Exhaló un suspiro y colocó con suavidad mi cabello detrás de mis orejas antes de tomar mi mano y mirarme a los ojos. --Tengo algo que decirte. Al instante, sentí que mi corazón se aceleraba y pensé en nuestro bebé en mi útero. Tenía algo que decirme, yo también tenía algo que contarle. --¿Q-Qué cosa? --pregunté con voz temblorosa. De repente, dio un profundo suspiro y comenzó: --Sabes que eres importante para mí, ¿verdad? Asentí lentamente con los labios entreabiertos. No pude responder, tenía miedo de lo que estaba a punto de decir. Tenía un mal presentimiento. --Eras mi mejor amiga antes de casarnos. Eres una de las pocas personas que valoro… --prosiguió. Mientras hablaba, escondí mis puños cerrados debajo de la sábana. No sabía por qué me decía todo esto, pero ya podía sentir las lágrimas acumulándose en el rabillo de mis ojos. --Kelly... --hizo una pausa y cerró los ojos con fuerza antes de volver a mirarme a los ojos--. Creo que es hora de que nos divorciemos. --P-Pierce… --exclamé y sentí que mi corazón se apretaba. Él sonrió. --Sé que tú tampoco sientes nada por mí. Te casaste conmigo por mis abuelos, hiciste esto solo porque los amas. Ahora llegó el momento de nuestra verdadera felicidad, Kelly. Al oírlo, no pude evitar sacudir la cabeza. --¿De qué estás hablando, Pierce? --inquirí. --Lexi ha vuelto, Kelly. Mi primer amor ha vuelto. Capítulo 2 Punto de vista de Kelly--Llueve sobre mojado De inmediato, me levanté de la cama e intenté irme, pero Pierce me agarró la mano. Rápidamente me sequé las lágrimas que rodaban por mis mejillas antes de que él pudiera verlas. Luego, se paró frente a mí y me miró a la cara mientras yo intentaba con todas mis fuerzas mirar hacia abajo y evitar verlo a los ojos. Sentí que mi corazón se rompía en pedazos. Pensaba… pensaba que podría hacer que se enamorara de mí en esos tres años que pasamos juntos. Pensaba que sus sentimientos cambiarían y me vería como una mujer en lugar de solo su mejor amiga. Fui estúpida por tener esperanzas y soñar tan alto. Fallé. Sin importar cuánto lo intentara, su corazón pertenecía sólo a su primer amor: Lexi. --Kelly… En ese momento, contuve el aliento y me tragué el dolor mientras lo miraba. Luego fingí una sonrisa y dije: --Debo lavarme las manos antes de comer. Pero él me miró a los ojos como si intentara descubrir lo que estaba pensando. Yo sabía que él me conocía demasiado bien, así que traté con todas mis fuerzas de ocultar mi dolor y le sonreí. Finalmente, suspiró y soltó mi mano. --Bueno. Te esperaré aquí. Comamos y vayamos a trabajar juntos. ¿Juntos? ¿Por qué era tan cruel? ¿Quería que nos siguiéramos llevando bien como si no me hubiera pedido el divorcio? ¿Quería que nos quedáramos como estábamos justo después de decirme que su primer amor había regresado y quería divorciarse de mí? Oh Pierce, ¿qué estaba pasando por tu cabeza? Antes podía obligarme a mí misma a quedarme en el puesto de su mejor amiga mientras le deseaba felicidad, pero ya no tenía ese coraje después de los tres años que habíamos compartido. No había manera de que pudiera soportar esa tortura otra vez, en especial ahora que cargaba a su bebé. El bebé... en un principio pensé que era una buena noticia para nosotros, pero ahora... supongo que sería más bien una carga para él. Una carga que le impediría conseguir su verdadero amor y su libertad. Yo sabía muy bien cómo crecía un niño no deseado. Mis padres se divorciaron antes de que mi madre muriera y la nueva familia de mi padre me odiaba, lo que me dolía muchísimo. Por eso no quería que mi bebé experimentara lo mismo que yo sentí, así que debía mantener a mi bebé alejado de él. --No podemos --dije mientras fingía una nueva sonrisa--. Debo visitar el estudio para la sesión de fotos de nuestros nuevos modelos… --Iré contigo. --No --contesté y aparté su mano. Sus ojos siguieron mi mano antes de levantar la cara para mirarme de nuevo--. Tienes documentos que firmar. Nuestros horarios ya están organizados, ¿recuerdas? --Pero… --Tengo un conductor personal, Pierce. Estaré bien sola --afirmé. Finalmente, suspiró y asintió con calma. En ese momento, le di la espalda y entré al baño. Inmediatamente abrí la ducha y me paré bajo el agua fría. Las lágrimas cayeron en cascada por mis mejillas mientras me cubría la boca para reprimir los sollozos. Mis hombros temblaban mucho y cuando pensé en mi bebé, tragué saliva y traté de calmarme. Luego me limpié la cara y acaricié mi vientre. Debía ser fuerte y mantener la calma. No podía arriesgar la vida de mi bebé sólo porque me habían roto el corazón. Tenía que lidiar con esto de forma inteligente. Unos minutos después, tomé un respiro profundo y terminé mi ducha. Cuando salí del baño, me sorprendió ver que Pierce todavía estaba allí. Estaba luchando por arreglarse la corbata frente al espejo de cuerpo entero. También noté un par de zapatos y un vestido míos sobre la cama. --¡Ey! Elegí tu vestido para hoy --dijo. Como nuestro matrimonio no era público, Pierce dijo que haría pequeñas cosas para mí como marido. De hecho, lo había hecho bien y yo solía disfrutar de estos dulces momentos que me regalaba, pero ahora sentía que eso mismo me m**aría. Al segundo siguiente, agarré el vestido y entré al vestidor, sentiendo que me seguía. Volví a guardar el vestido blanco y elegí uno rojo. Cuando me di vuelta y lo tuve de frente, lo vi con la frente arrugada. --Hoy prefiero el rojo. Me sentiré hermosa con este vestido --expliqué con una sonrisa. Al instante, sus ojos se dirigieron al vestido que sostenía y su rostro inmediatamente se calmó. Al final asintió y caminó hacia mí. --Ya veo. Pero antes ayúdame a arreglar esto --me pidió. Sin dudarlo, puse mi vestido en su brazo y comencé a arreglarle la corbata. Podía sentir sus ojos mirándome intensamente y eso hacía que mi corazón latiera muy rápido. Respiré hondo y me mordí el labio inferior mientras luchaba por arreglar su corbata. De pronto, mi visión se volvió borrosa otra vez. ¡Maldición! --Kelly… No pude evitar sobresaltarme en shock. --¿Mmm? --¿Estás bien? --preguntó. Lo miré y sonreí: --Sí. --Tengo algo más que decirte. En ese instante, terminé de arreglarle la corbata y le quité rápidamente el vestido del brazo. Lo miré antes de pasar junto a él y dije: --Hablaremos después. Voy a llegar tarde. Lo escuché suspirar antes de volver a seguirme. Me vestí mientras él estaba detrás de mí. Estuvo en silencio todo el tiempo, como si estuviera pensando en algo. --Deberías desayunar antes de irte --comentó. Un segundo después, me paré frente a él y asentí. --Lo haré. Deberías irte ahora --respondí. --Kelly, estamos en la misma página, ¿verdad? --preguntó. Lo miré fijamente. No, Pierce. Nunca estuvimos en la misma página. Sólo fueron mis estúpidas fantasías. Pensaba que sentías algo por mí, pero estaba muy equivocada. --Si hablas del divorcio, lo entiendo, Pierce. Sé lo que tengo que hacer. Sólo dame algo de tiempo porque estoy muy ocupada con la empresa. No huiré. --Kelly, no estoy haciendo esto sólo por mí. También lo hago por ti. Has estado encerrada conmigo desde que nos casamos. Sé que no eres feliz porque en el fondo también quieres encontrar al hombre que te mereces. Alguien que realmente te ame, no yo. No alguien indiferente. --Entiendo lo que tratas de decir, Pierce --dije y traté de darle la espalda, pero antes de poder hacerlo, él me sujetó por la cintura y me mantuvo en el lugar. Luego hizo todo lo posible para captar mis ojos hasta que lo consiguió. Su mirada era de preocupación. --Eres mi mejor amiga. No quiero perderte, Kels. Eres una de las pocas personas… --Lo sé --lo interrumpí con frustración. Parecía sorprendido, así que me calmé--. Ya lo sé. No tienes que preocuparte. Simplemente estoy estresada por el trabajo, no es por el divorcio. En ese instante, sus labios se separaron, asintió lentamente y soltó un suspiro. Luego, caminó hacia mí y me congelé cuando besó mi frente con dulzura… --Gracias, Kelly --susurró. Al oírlo, mi corazón se apretó. Habían pasado tres años pero todavía era una cobarde. «¿Por qué no puedes simplemente decirle que lo amas, Kelly? ¡Él es tu esposo y estás llevando su bebé! ¡Díselo y tal vez cambie de opinión!» pensé. Con eso en mente, tragué saliva y estuve a punto de decírselo, pero justo en ese momento su teléfono sonó. Pude ver el identificador de llamadas. Era Lexi. --Me tengo que ir --afirmó y se rascó la cabeza a modo de disculpa, mientras las comisuras de su boca se curvaban hacia arriba--. Llamé a Luke. Te espera afuera. Come antes de irte, ¿sí? Con eso, salió de nuestra habitación. De repente, las lágrimas que había logrado reprimir hasta ese momento volvieron a brotar. ¿Por qué había pensado que podría tener una oportunidad? Él tomó su decisión en el momento en que me pidió el divorcio, ¿verdad? Siempre que se trataba de Lexi me abandonaba. Capítulo 3 Punto de vista de Kelly--Mantener la compostura Entré al estudio con tacones rojos de cinco centímetros y un vestido igualmente rojo. Todos miraron en mi dirección cuando entré caminando por el pasillo y me saludaron con una sonrisa, pero mantuve mi rostro estoico, sin mostrar emoción alguna. La conversación de esa mañana con Pierce todavía estaba en mi cabeza, pero no podía permitir que afectara mi trabajo. No podía fallar en mi trabajo después de haber fracasado en mi matrimonio. De modo que respiré profundamente para recomponerme. Un momento después, cuando entré a la sala de la sesión de fotos, noté que todos estaban sumidos en el caos. --¡No podemos! No responde las llamadas. ¿Qué debemos hacer? La vicepresidente viene hoy, se enojará. --Podemos simplemente decirle la verdad. Ella es amable. --¡No lo será con esta situación, Lily! Nos va a regañar... --¿Qué está pasando aquí? --pregunté mientras entraba a la sala. De inmediato, el personal me miró con expresiones preocupadas y entonces supe que había un problema. --B-Buenos días, señorita Monroe. Señorita Monroe. Por supuesto, nadie sabía que Pierce y yo estábamos casados ​​excepto nuestras familias. Sentí como si pellizcaran mi corazón con esa verdad. Dolía. Rápidamente, la miré sin comprender. --¿Qué ocurre? --T-tenemos un problema, señorita Monroe. La señorita Chen, nuestra modelo, no atiende nuestras llamadas. Dijo que escuchó que íbamos a cambiar de modelo así que… no quiere venir. Incluso... amenazó con presentar una demanda contra nosotros. Después de decir eso, inclinó la cabeza. Yo apreté los dientes y recorrí el lugar con la mirada. --¿Dónde está la directora de marketing? --inquirí. --E-Ella todavía está tratando de convencer a la señorita Chen, señorita Monroe. Luego de escuchar el problema, me masajeé la frente y cerré los ojos con fuerza. Un segundo después, me agarré del pelo y grité de ira. Sentí que todos a mi alrededor se sobresaltaban sorprendidos. Yo solo suspiré y tomé una gran bocanada de aire antes de mirar a mi alrededor. --Señorita Monroe... --¿Qué es todo esto, señorita Hayley? Tú eres la directora de marketing, ¿qué está pasando? --Señorita Monroe, no sé cómo sucedió, pero la señorita Chen escuchó que usted cambiará de modelo. Está a punto de presentar una demanda contra nosotros... ¿Cambiar de modelo? ¿Cómo es que yo no sabía nada al respecto? La señorita Chen siempre había sido nuestra modelo de confianza y, si no era necesario, cambiar de modelo para una sesión comercial con tan poca antelación sólo causaría muchos problemas a la empresa. Nunca permitiría un error como este. --Yo no pedí eso. Debe ser un error --la interrumpí para ahorrar tiempo--. ¡Arregla este desastre o tendré que despedirte! --Señorita Monroe... Fue el presidente quien nos pidió que la cambiáramos --explicó Hayley vacilante--. Lo ordenó ayer tan pronto como regresó de su viaje de negocios. Aquella verdad me golpeó con fuerza. ¿Fue orden de Pierce? ¿Por qué no me lo dijo? Solía ​​discutir conmigo cada decisión importante antes de tomarla. --No puede ser... --exclamé confundida. Pierce no era un hombre de negocios despistado. Siempre mantuvo una clara distinción entre el trabajo y la vida personal, razón por la cual siempre tuvo éxito. Y esa fue también la razón por la que decidió mantener nuestro matrimonio en secreto. --Sí, Kelly. Yo di la orden. --Su voz me hizo retroceder. --S-Señor Presidente… --saludó Hayley y se inclinó con respeto al ver al hombre que apareció de repente detrás de mí. --Pierce, ¡creo que me debes una explicación sobre este cambio de modelo! --dije con los dientes apretados mientras me giraba para interrogarlo. Él sabía perfectamente cuánto esfuerzo puse para ganar este proyecto. Estuve días sin dormir y la señorita Chen era la persona ideal para este trabajo. De hecho, él también estuvo de acuerdo. Pero ahora… simplemente cambió la modelo a su gusto sin avisarme con antelación. Eso fue como abofetearme con fuerza en la cara. --Continúen con el trabajo. Yo se lo aclararé --le indicó él al personal para calmarlos, ignorando la ira que estaba a punto de salir de mis ojos. --¡Contéstame, Pierce! ¿Por qué cambias de modelo tan de repente? --No pude contener mi enojo. Él simplemente me tocó el hombro y me susurró: --Este no es el lugar para discutir al respecto. Te lo explicaré en el auto. En ese momento, miré a mi alrededor y noté que los demás nos miraban furtivamente. Luego me quité sus manos de encima y caminé hacia el estacionamiento, pero durante el camino, sentía mi corazón cada vez más pesado. Tenía la sensación de que su explicación no iba a gustarme. --Vamos, dímelo --exclamé ni bien nos sentamos en su auto. Antes de hablar, me miró a los ojos como si sopesara mis emociones, pero yo aparté la mirada de nuevo. No podía soportar sus miradas, no podía soportar esos ojos que nunca me miraban como yo quería. Él no sentía nada por mí y eso me dolía mucho. --Yo-yo… --hizo una pausa y suspiró--. Reemplacé a la señorita Chen porque Lexi quiere ser nuestra modelo. Ella también encaja en el proyecto, así que estuve de acuerdo... --¿Qué? --pregunté con incredulidad. De pronto, apretó los labios y miró hacia otro lado. Luego se revolvió el cabello antes de sacudir la cabeza y tomar mi mano. --Lamento no haberte dicho antes, fue muy repentino. Ella me pidió un favor, no pude decirle que no. Rápidamente, retiré mi mano y lo miré con dolor y enojo. --No pudiste decirle que no, así que preferiste dañar a la empresa, a nuestra empresa. Me traicionaste, Pierce. --Kels, vamos. Sabes cuánto la amo. Ella es mi primer amor. Al oírlo, cerré los ojos con dolor. «Oh sí, ella es tu primer amor. Siempre la quisiste a ella, sin que te importen los demás. Si ella te frunce el ceño un poco, puedes hacer la vista gorda ante el dolor y el esfuerzo de los demás. Eres tan cruel, Pierce» pensé. --Bueno, ya lo has decidido. No tengo voz y voto en esto ya que tú eres el presidente. Ahora vete, estaré en la oficina --indiqué con frialdad mientras abría la puerta del auto para salir. --Kelly… En ese instante, lo miré a los ojos y dije: --Ve a casa temprano. Hablaremos de nuestro divorcio esta noche. Capítulo 4 Punto de vista de Kelly--Plantada Me encontraba jugueteando con el anillo de bodas en mi dedo mientras lo esperaba. Le había dicho que volviera temprano a casa, pero todavía no regresaba y ni siquiera contestaba mis llamadas. Bueno, ahora que Lexi había vuelto, probablemente ya no veía a esta casa como su hogar. De pronto, mis ojos se dirigieron a mi informe de embarazo que estaba sobre la mesa. Qué gracioso. Todavía era tan ingenua para albergar un rayo de esperanza de que las cosas podrían cambiar si le hablaba del bebé, pero este bebé estaba fuera de sus planes. Me sequé las lágrimas que se acumulaban en el rabillo de mis ojos y agarré el informe. Ya eran las cinco de la mañana cuando miré el reloj de la pared. Intenté marcar su número nuevamente, pero seguía sin responder. ¿En qué estaba tan ocupado? ¿Estaba h**iendo el a**r con Lexi? Debió haberla extrañado mucho, ¿verdad? Pronto, sin saber cuándo, me quedé dormida. Cuando sonó el despertador, inconscientemente toqué la almohada a mi lado. Frío como anoche, no había vuelto a casa todavía. Me burlé de mí misma al ver mi reflejo en el espejo de la cómoda. Los círculos oscuros bajo mis ojos se veían a simple vista y mi cabello era un total desastre, parecía un fantasma. De repente una oleada de náuseas inundó mi estómago y me di cuenta de que no había comido nada la noche anterior. De pronto, me sentí mal otra vez y rápidamente corrí hacia el lavabo y vomité. Escupí un líquido amarillento que sabía muy mal. De inmediato, me lavé la boca y miré mi propio reflejo en el espejo. Al verme, sacudí la cabeza y tomé mi frente en cuanto sentí ganas de vomitar de nuevo. Volví a escupir el líquido amarillento y mientras me lavaba la boca, sentí una cálida mano acariciando mi espalda. Inmediatamente levanté la cara y me encontré con un par de ojos marrones que me miraban a través del espejo. Detrás de mí con cara de preocupación estaba mi esposo Pierce. --¿Estás bien? ¿Te sientes mal? Debiste haberme dicho. Al instante, lo miré a través del espejo. --No respondiste mis llamadas --contesté. Ante aquellas palabras, la culpa apareció en sus ojos. --Lo lamento. Tenía cosas que hacer. Me quedé en la oficina toda la noche --afirmó. Rápidamente, me limpié la cara y pasé junto a él. Pierce me siguió mientras me sentaba frente al tocador y comenzaba a peinarme. --Kels… --Me desperté tarde. No pude preparar el desayuno. Mientras hablaba, intenté evitar sus ojos. Sentía que iba a perder los estribos y gritarle. En ningún momento sentí su egoísmo tan claramente como ahora. Decía que yo era su mejor amiga, pero nunca le habían importado mis necesidades, mis sentimientos. --Kels... sabes que no te pregunté eso. Estoy preocupado por tu salud... Kels, ¿todavía estamos bien? Ante aquella pregunta, dejé de peinarme y lentamente nuestras miradas se encontraron a través del espejo, otra vez. ¿De verdad me estaba preguntando eso? ¿Después de que me pidió el divorcio sin siquiera preguntarme si estaba de acuerdo? Él decidió por su cuenta sólo porque su primer amor había vuelto. No podía creer lo que hacía. Al final, fingí una sonrisa y dije: --No me siento bien hoy, Pierce, eso es todo. Un instante después, se puso de cuclillas a mi lado, lo cual no me resultó sorprendente porque sabía que realmente se preocupaba. Pero lo que sí me sorprendió fue que hacía todo esto después de enterrar una daga en mi corazón. --¿Estás bien? --preguntó mientras tocaba suavemente mi frente y mi cuello--. ¿Estás enferma? Dime cómo te sientes, Kels. --Mis sentimientos no importan --no pude evitar decir y parecía sorprendido por mis palabras. En ese instante, intenté evitarlo, pero me agarró de la muñeca y me hizo mirarlo. Su rostro ahora reflejaba su ira. Había perdido completamente la paciencia. --¿Qué te pasa, Kels? Has estado actuando así desde ayer. ¿Es por Lexi? ¿O porque no volví a casa anoche? --inquirió. Yo lo miré a los ojos, molesta. --¡Tú fuiste quien pidió el divorcio! Te pedí que regresaras temprano para hablar al respecto, pero me dejaste esperando toda la noche. ¿Pretendías que te diera la bienvenida con brazos abiertos después de eso, Pierce? --respondí. Al escucharme, apretó la mandíbula y sacudió la cabeza. --Kels, yo... --Ya basta. Hablaremos del divorcio después del trabajo. --¡Kels! --me llamó y me agarró de los hombros. La confusión y el dolor eran visibles en sus ojos--. ¿Estás... enamorada de mí? Aquello me desconcertó. ¿Enamorada? ¡Sí! Desde que estábamos en la escuela secundaria, desde que se convirtió en mi mejor amigo. ¿Quién no se enamoraría de alguien que te ha estado protegiendo desde entonces? Siempre he estado agradecida de tenerlo como mi mejor amigo y esposo, pero ahora… lo estaba perdiendo. Perdiéndolo irremediablemente. Decidí darle a nuestro matrimonio una última oportunidad, hacer un esfuerzo final... ...... ==== Casarse con su mejor amigo fue un sueño hecho realidad para Kelly, pero todo tiene realmente una limitación. Pierce es el primer amor de Kelly, pero como su mejor amiga, sabía bien que siempre había otra mujer en lo profundo de su corazón. Lexi Gilbert. Kelly finalmente se dio cuenta de que su feliz matrimonio de los últimos tres años era solo un hermoso sueño cuando Pierce pidió el divorcio solo porque Lexi regresó. Ella sólo podría ser su mejor amiga incluso si estuviera encinta de su bebé. ¿Por qué no merecía ser amada? ¿Qué sucederá en adelante? ¿Cómo podría Kelly salvar su corazón en esta batalla de amor y odio? Los capítulos disponibles son limitados aquí, haga click el botón abajo para instalar APP y disfrutar leyendo más contenidos maravillosos. (Al abrir el APP, directo accederá a este libro) &3& LEARN_MORE https://fbweb.manobook.com/14603375-fb_contact-spc Fun Novels https://www.facebook.com/61563251196448/ 1,978 0 0 1969-12-31 18:00 0 0 0 0 0 0 Learn more 0 fbweb.manobook.com IMAGE https://fbweb.manobook.com/14603375-fb_contact-spcp25_2-1030-core1.html?adid={{ad.id}}&char=157725&accid=860298072104208&rawadid=120215507347510204 1969-12-31 18:00 https://scontent.fshd1-1.fna.fbcdn.net/v/t39.35426-6/465411374_543242801675196_8698085210778716086_n.jpg?stp=dst-jpg_s60x60_tt6&_nc_cat=111&ccb=1-7&_nc_sid=c53f8f&_nc_ohc=sik9__qCfPIQ7kNvgExmZcO&_nc_zt=14&_nc_ht=scontent.fshd1-1.fna&_nc_gid=AdaZmjli_ERy3U0Kjl3dsd7&oh=00_AYAkiCEPB7x6hZBCl5ct0Dno2DkM4gkm0c_AGVN5hpVxig&oe=67517E71 PERSON_PROFILE 0 0 0 Fun Novels 0 0 1969-12-31 18:00 View Edit
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No 2024-11-30 18:39 active 1942 0 Embrace Our Curves Midsize and large busts deserve comfortable support! Find our perfect bra with FORLEST®🥰 #forlest #forlestbra #wirelessbra SHOP_NOW https://forlest.com/collections/best-seller Forlest https://www.facebook.com/forlestofficial/ 10,013 0 0 1969-12-31 18:00 0 0 0 0 0 0 Shop Now 0 forlest.com DCO Grab 2 for better deals! https://forlest.com/collections/best-seller 1969-12-31 18:00 https://scontent.fshd1-1.fna.fbcdn.net/v/t39.35426-6/467917428_387147127725620_2065953303861933029_n.jpg?stp=dst-jpg_s60x60_tt6&_nc_cat=104&ccb=1-7&_nc_sid=c53f8f&_nc_ohc=k6qPk9dubP4Q7kNvgEKFp2_&_nc_zt=14&_nc_ht=scontent.fshd1-1.fna&_nc_gid=AP_dilfucD6CIH6kwvw8Puz&oh=00_AYAQTsy-ZYIo3uNoJ8YwJG3ZOpftjqVV4M5M1cWAYQnCcg&oe=67517763 PERSON_PROFILE 0 0 0 Forlest 0 0 1969-12-31 18:00 View Edit
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Yes 2024-11-30 18:24 active 1942 0 Download Now👉👉👉 The Vampire And His Blood Wife ONLY on Drama Time.🎬 Don't miss out! Watch the series you've been wanting to see. No regrets, just pure entertainment! #Must SeeTV #No Regrets #Watch Now WATCH_MORE Romantic Love https://www.facebook.com/61557838064349/ 346 0 0 1969-12-31 18:00 0 0 0 0 0 0 Watch More 0 DCO 1969-12-31 18:00 https://scontent.fshd1-1.fna.fbcdn.net/v/t39.35426-6/459181918_1590259071615106_1149023035939670505_n.jpg?stp=dst-jpg_s60x60_tt6&_nc_cat=103&ccb=1-7&_nc_sid=c53f8f&_nc_ohc=lPWV8XXk95EQ7kNvgFOL4eR&_nc_zt=14&_nc_ht=scontent.fshd1-1.fna&_nc_gid=AnId_PF0YT5nv7qZh7MVAfF&oh=00_AYBT-UYiJw4D_iJKiVsbjnWjsk3V70A84gXeowa2KoDyqA&oe=675174F8 PERSON_PROFILE 0 0 0 Romantic Love 0 0 1969-12-31 18:00 View Edit
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No 2024-11-30 18:26 active 1942 0 Seguir leyendo👉👉 Para ella, casarse con su mejor amigo y quedar embarazada de su hijo fue un sueño hecho realidad. Pero en ese momento feliz, la mujer que amaba su marido regresó... ===== ¿Lo había oído bien? ¿Estoy embarazada? ¡Estoy embarazada de un bebé de Pierce! ¡Mi mejor amigo y mi primer amor! --Qué bueno que haya sido cautelosa, pudo haber perdido a su bebé, señorita Monroe --me dijo el ginecólogo con seriedad al ver la sorpresa en mis ojos. En ese momento, me toqué el vientre inconscientemente, sin poder creer que hubiera un bebé acostado allí. Cuando salí del hospital, no podía esperar para contarle a Pierce sobre nuestro bebé. Me preguntaba cuál sería su reacción. ¿Gritaría de felicidad? ¿Me b**aría y todo eso? ¡Dios! No podía contener mi felicidad. Incluso tomé mi cara roja entre mis manos mientras fantaseaba. Pero en el momento en que sentí el frío del anillo en mi dedo, mi corazón que latía salvajemente se calmó. Casi olvidaba que Pierce no estaba interesado en tener hijos, menos considerando que nuestro matrimonio fue arreglado por su familia. Por supuesto, Pierce era un completo caballero, como amigo y como marido. Cada vez que teníamos relaciones s**uales, él era considerado y cauteloso, y decía que no era necesario agregar más ataduras si no estábamos listos. Este bebé, en cierto modo, estaba fuera de los planes. --Señora, ¿está todo bien? ¿Necesita que llame al jefe? --preguntó mi conductor privado, Luke, preocupado al notar mi ceño fruncido. Luke era confiable como un miembro de la familia, pero no quería contarle porque quería que Pierce fuera el primero en enterarse de esta noticia. Él era el padre de mi bebé. --No --dije y negué con la cabeza, dándole a Luke una sonrisa tranquilizadora--. Está en el vuelo. Hablaré con él más tarde --y así vería su respuesta yo misma en sus crudas expresiones. Siempre fui buena en eso. Finalmente, cerré los ojos y recordé el día en que nos conocimos. Su brillante sonrisa a la luz del sol era tan deslumbrante que parecía un príncipe. Me enamoré de él a primera vista, mucho antes de que nos convirtiéramos en mejores amigos. Pero era sólo un amor no correspondido y yo lo sabía bien. En ese instante, bajé la ventanilla del auto para tomar un poco de aire fresco y, sin quererlo, vislumbré nuestra antigua escuela secundaria. Ese sentimiento amargo llenó mi pecho una vez más... Pierce fue mi primer amor, pero yo no era el suyo. En la escuela secundaria, yo no era más que una nerd aburrida a los ojos de los demás, mientras que Pierce Anderson era el brillante mariscal de campo. Todos se sorprendieron de que pudiéramos ser amigos. Aunque las hostilidades hacia mí aumentaron, disfruté estar cerca de él y poco a poco me di cuenta de que no quería ser sólo su amiga. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de confesarle mis sentimientos, otra chica llegó a su vida. Sacudí la cabeza tratando de deshacerme de esos viejos y tristes recuerdos. Luego toqué el frío anillo de bodas en mi dedo y me dije que el pasado ya había pasado. Pierce dijo que habían terminado y que ahora yo era su esposa. Sí, yo era su esposa y además estaba embarazada de su bebé. Pronto, me sequé las lágrimas de las comisuras de los ojos y abrí la puerta de nuestra casa. Mi corazón se calmó al respirar el aroma de mi hogar, nuestra casa. Pierce y yo la decoramos juntos con nuestras propias manos. Lo disfrutamos. Sí, tal vez estaba pensando demasiado. Esa mujer había estado fuera de nuestras vidas durante mucho tiempo y los últimos tres años mi matrimonio con Pierce fueron tan hermosos como un cuento de hadas. Una vez dentro, miré el reloj de la pared. Para ese entonces, Pierce ya debería haberse bajado del avión. Estuvo más de un mes en viajes de negocios de nuestra empresa familiar. Pierce era el presidente de ADE, la empresa de revistas de moda líder en toda Asia, y yo era la vicepresidente de la compañía. No sólo éramos compañeros de vida, sino también buenos socios en el trabajo. En verdad lo extrañaba. De inmediato, marqué su número, pues tenía muchas ganas de escuchar su voz y saber cuándo llegaría a casa. Le prepararía una buena comida y él me premiaría con un dulce beso. Y luego podríamos... Vaya, en ese momento casi olvidé que estaba embarazada. Debía contarle eso primero y luego podríamos hacer otra cosa. Estaba imaginando felizmente nuestra encantadora reunión, pero mi corazón dio un vuelco cuando una voz de mujer cruzó la línea. --¿Hola? Al escuchar esa sola palabra, dejé caer mi teléfono, que se rompió al chocar contra el suelo, y mi cuerpo empezó a temblar incontrolablemente. ¡NO! ¡No podía ser ella! ¡No podía ser Lexi! ¡Ella ya estaba fuera de nuestras vidas! Debí haber escuchado mal. De inmediato, corrí hacia la nevera en un intento por calmarme con la ayuda de un poco de al**hol. Pero en el momento en que toqué la botella de v**o, recordé las palabras del médico sobre mi bebé. Debía tener cuidado por la salud de mi bebé, así que solo agarré una caja de leche y caminé hacia el sofá. En ese entonces, no sabía qué me hizo reconocer esa voz como la de Lexi. Nosotras nunca fuimos cercanas. Lexi Gilbert era la típica belleza rubia por la que los hombres se volvían locos. Ella era una animadora popular en la escuela secundaria, mientras que Pierce era el mariscal de campo estrella. Encajaba mejor con él que una nerd como yo, ¿verdad? No me sorprendió que se haya enamorado de ella. Mi orgullo no soportó ver al hombre que amaba volverse loco por otra mujer, así que una vez intenté alejarme de ellos en silencio, pero Pierce se negó a salirse de mi vida. Cada vez que me ahogaba en un mar de libros y estudios para olvidarlos, Pierce aparecía en mi puerta invitándome a salir. No podía decirle que no a su sonrisa encantadora y tampoco podía decirle que no porque afirmaba que era su deber como mi mejor amigo llevarme a disfrutar del mundo real. Para no arruinar nuestra amistad, oculté mi corazón roto y desempeñé en silencio el papel de su mejor amiga, siempre a su lado y observando su rostro feliz por otra chica. Finalmente, cuando supe que Pierce planeaba proponerle matrimonio a Lexi, me armé de valor y fui a estudiar al extranjero, sin saber que su abuela me llamaría para rogarme que regresara. Por supuesto, volví a toda prisa sólo para ver a Pierce sin vida. Lexi le había herido gravemente el corazón y el mío sufría por mi amado. Empecé a odiar a Lexi desde ese momento. Le había entregado a mi amado hombre, ¡cómo se atrevió a hacerle tanto daño! ¡Esa bruja! Pierce no le contó a nadie lo que pasó, excepto que había terminado con Lexi. Luego, la abuela arregló nuestro matrimonio. No entendí por qué estuvo de acuerdo hasta que un día lo escuché decir que casarse con cualquiera que no fuera Lexi sería lo mismo para él. Aquello me dolió mucho, pero aun así me casé con él sin pensarlo dos veces. Mi amado estaba destrozado y quería recomponerlo, sin importarme si eso me arruinaba a mí en el proceso. Me quedé dormida sintiéndome muy insegura y preocupada. Me desperté en medio de la noche cuando sentí que alguien acariciaba mi mejilla. Lentamente abrí los ojos y me di cuenta de que me había quedado dormida en la sala de estar. Alguien me levantó del sofá e inmediatamente reconocí su olor y tacto mientras lo miraba con los ojos entrecerrados. --Pierce… --Hmm --murmuró mientras caminaba hacia las escaleras--. ¿Por qué te dormiste en el sofá? Yo solo me quedé mirándolo a la cara y luego me dejó suavemente sobre la cama, acarició mi cabello y besó mi frente. Siempre fue tan gentil y por eso lo amaba tanto. Llevábamos más de un mes separados, mi cuerpo lo extrañaba y mi corazón lo anhelaba. --¿Dónde estabas? Te estuve esperando --dije mientras acariciaba su mejilla. --Acabo de encontrarme con un amigo. Dijiste que me estabas esperando, ¿es urgente? Al ver su rostro amable, de repente no quise arruinarle el momento, así que cerré mis labios entreabiertos y tragué la verdad para devolverla a mi estómago. Mañana, tal vez mañana tendría el coraje de afrontar todos los rompecabezas. De modo que solo sacudí la cabeza, hice un puchero y le dije que tenía sueño. Él se rió entre dientes y me dio un beso de buenas noches, pero en el momento en que estuvo a punto de dejarme, por alguna razón entré en pánico. Rápidamente lo agarré y lo b*sé con toda mi pasión... Lo extrañaba y lo quería. --Espera, Kels --dijo y me detuvo, sujetando mis locas manos sobre la cama--. Pensé que habías dicho que tenías sueño y que necesitabas descansar. --Sí, pero te extraño --exclamé y lo miré con inocencia. Pude captar el deseo brillando en sus ojos, pero se desvaneció de pronto y yo no comprendía por qué. Solía ​​​​ponerse feliz cuando yo tomaba la iniciativa. En ese instante, como si notara mi confusión, se rió entre dientes y me pellizcó juguetonamente la nariz. --Me daré una ducha. Huelo a al**hol --manifestó. Yo solo asentí y lo miré mientras caminaba hacia el baño. Pronto la somnolencia volvió a atacarme, así que cerré los ojos para tomar una siesta. Sin embargo, ya era de mañana cuando abrí los ojos nuevamente y Pierce estaba a mi lado, poniendo una bandeja con comida en la mesita de noche. --¡Ey! --lo saludé y sonreí cuando me di cuenta de lo que había hecho. Me había preparado el desayuno para llevármelo a la cama. Era tan dulce. Él sonrió y se sentó en la cama. --Buen día. Le devolví la sonrisa mientras me sentaba en la cama. En ese momento, agarró la bandeja y la puso a mi lado. Al instante, levanté una ceja e incliné la cabeza mientras miraba su hermoso rostro. Sus cejas espesas y negras enmarcaban sus hermosos ojos de color marrón oscuro. Su nariz era orgullosa y puntiaguda y sus labios eran rojos y finos. Parecía un chico malo y s*xy, incluso Damon Salvatore se avergonzaría de estar a su lado. Nadie tenía posibilidad alguna contra este hombre. --¿Qué es esto? ¿Un soborno? Me dejaste plantada anoche, chico malo --dije. Él no se rió. Exhaló un suspiro y colocó con suavidad mi cabello detrás de mis orejas antes de tomar mi mano y mirarme a los ojos. --Tengo algo que decirte. Al instante, sentí que mi corazón se aceleraba y pensé en nuestro bebé en mi útero. Tenía algo que decirme, yo también tenía algo que contarle. --¿Q-Qué cosa? --pregunté con voz temblorosa. De repente, dio un profundo suspiro y comenzó: --Sabes que eres importante para mí, ¿verdad? Asentí lentamente con los labios entreabiertos. No pude responder, tenía miedo de lo que estaba a punto de decir. Tenía un mal presentimiento. --Eras mi mejor amiga antes de casarnos. Eres una de las pocas personas que valoro… --prosiguió. Mientras hablaba, escondí mis puños cerrados debajo de la sábana. No sabía por qué me decía todo esto, pero ya podía sentir las lágrimas acumulándose en el rabillo de mis ojos. --Kelly... --hizo una pausa y cerró los ojos con fuerza antes de volver a mirarme a los ojos--. Creo que es hora de que nos divorciemos. --P-Pierce… --exclamé y sentí que mi corazón se apretaba. Él sonrió. --Sé que tú tampoco sientes nada por mí. Te casaste conmigo por mis abuelos, hiciste esto solo porque los amas. Ahora llegó el momento de nuestra verdadera felicidad, Kelly. Al oírlo, no pude evitar sacudir la cabeza. --¿De qué estás hablando, Pierce? --inquirí. --Lexi ha vuelto, Kelly. Mi primer amor ha vuelto. Capítulo 2 Punto de vista de Kelly--Llueve sobre mojado De inmediato, me levanté de la cama e intenté irme, pero Pierce me agarró la mano. Rápidamente me sequé las lágrimas que rodaban por mis mejillas antes de que él pudiera verlas. Luego, se paró frente a mí y me miró a la cara mientras yo intentaba con todas mis fuerzas mirar hacia abajo y evitar verlo a los ojos. Sentí que mi corazón se rompía en pedazos. Pensaba… pensaba que podría hacer que se enamorara de mí en esos tres años que pasamos juntos. Pensaba que sus sentimientos cambiarían y me vería como una mujer en lugar de solo su mejor amiga. Fui estúpida por tener esperanzas y soñar tan alto. Fallé. Sin importar cuánto lo intentara, su corazón pertenecía sólo a su primer amor: Lexi. --Kelly… En ese momento, contuve el aliento y me tragué el dolor mientras lo miraba. Luego fingí una sonrisa y dije: --Debo lavarme las manos antes de comer. Pero él me miró a los ojos como si intentara descubrir lo que estaba pensando. Yo sabía que él me conocía demasiado bien, así que traté con todas mis fuerzas de ocultar mi dolor y le sonreí. Finalmente, suspiró y soltó mi mano. --Bueno. Te esperaré aquí. Comamos y vayamos a trabajar juntos. ¿Juntos? ¿Por qué era tan cruel? ¿Quería que nos siguiéramos llevando bien como si no me hubiera pedido el divorcio? ¿Quería que nos quedáramos como estábamos justo después de decirme que su primer amor había regresado y quería divorciarse de mí? Oh Pierce, ¿qué estaba pasando por tu cabeza? Antes podía obligarme a mí misma a quedarme en el puesto de su mejor amiga mientras le deseaba felicidad, pero ya no tenía ese coraje después de los tres años que habíamos compartido. No había manera de que pudiera soportar esa tortura otra vez, en especial ahora que cargaba a su bebé. El bebé... en un principio pensé que era una buena noticia para nosotros, pero ahora... supongo que sería más bien una carga para él. Una carga que le impediría conseguir su verdadero amor y su libertad. Yo sabía muy bien cómo crecía un niño no deseado. Mis padres se divorciaron antes de que mi madre muriera y la nueva familia de mi padre me odiaba, lo que me dolía muchísimo. Por eso no quería que mi bebé experimentara lo mismo que yo sentí, así que debía mantener a mi bebé alejado de él. --No podemos --dije mientras fingía una nueva sonrisa--. Debo visitar el estudio para la sesión de fotos de nuestros nuevos modelos… --Iré contigo. --No --contesté y aparté su mano. Sus ojos siguieron mi mano antes de levantar la cara para mirarme de nuevo--. Tienes documentos que firmar. Nuestros horarios ya están organizados, ¿recuerdas? --Pero… --Tengo un conductor personal, Pierce. Estaré bien sola --afirmé. Finalmente, suspiró y asintió con calma. En ese momento, le di la espalda y entré al baño. Inmediatamente abrí la ducha y me paré bajo el agua fría. Las lágrimas cayeron en cascada por mis mejillas mientras me cubría la boca para reprimir los sollozos. Mis hombros temblaban mucho y cuando pensé en mi bebé, tragué saliva y traté de calmarme. Luego me limpié la cara y acaricié mi vientre. Debía ser fuerte y mantener la calma. No podía arriesgar la vida de mi bebé sólo porque me habían roto el corazón. Tenía que lidiar con esto de forma inteligente. Unos minutos después, tomé un respiro profundo y terminé mi ducha. Cuando salí del baño, me sorprendió ver que Pierce todavía estaba allí. Estaba luchando por arreglarse la corbata frente al espejo de cuerpo entero. También noté un par de zapatos y un vestido míos sobre la cama. --¡Ey! Elegí tu vestido para hoy --dijo. Como nuestro matrimonio no era público, Pierce dijo que haría pequeñas cosas para mí como marido. De hecho, lo había hecho bien y yo solía disfrutar de estos dulces momentos que me regalaba, pero ahora sentía que eso mismo me m**aría. Al segundo siguiente, agarré el vestido y entré al vestidor, sentiendo que me seguía. Volví a guardar el vestido blanco y elegí uno rojo. Cuando me di vuelta y lo tuve de frente, lo vi con la frente arrugada. --Hoy prefiero el rojo. Me sentiré hermosa con este vestido --expliqué con una sonrisa. Al instante, sus ojos se dirigieron al vestido que sostenía y su rostro inmediatamente se calmó. Al final asintió y caminó hacia mí. --Ya veo. Pero antes ayúdame a arreglar esto --me pidió. Sin dudarlo, puse mi vestido en su brazo y comencé a arreglarle la corbata. Podía sentir sus ojos mirándome intensamente y eso hacía que mi corazón latiera muy rápido. Respiré hondo y me mordí el labio inferior mientras luchaba por arreglar su corbata. De pronto, mi visión se volvió borrosa otra vez. ¡Maldición! --Kelly… No pude evitar sobresaltarme en shock. --¿Mmm? --¿Estás bien? --preguntó. Lo miré y sonreí: --Sí. --Tengo algo más que decirte. En ese instante, terminé de arreglarle la corbata y le quité rápidamente el vestido del brazo. Lo miré antes de pasar junto a él y dije: --Hablaremos después. Voy a llegar tarde. Lo escuché suspirar antes de volver a seguirme. Me vestí mientras él estaba detrás de mí. Estuvo en silencio todo el tiempo, como si estuviera pensando en algo. --Deberías desayunar antes de irte --comentó. Un segundo después, me paré frente a él y asentí. --Lo haré. Deberías irte ahora --respondí. --Kelly, estamos en la misma página, ¿verdad? --preguntó. Lo miré fijamente. No, Pierce. Nunca estuvimos en la misma página. Sólo fueron mis estúpidas fantasías. Pensaba que sentías algo por mí, pero estaba muy equivocada. --Si hablas del divorcio, lo entiendo, Pierce. Sé lo que tengo que hacer. Sólo dame algo de tiempo porque estoy muy ocupada con la empresa. No huiré. --Kelly, no estoy haciendo esto sólo por mí. También lo hago por ti. Has estado encerrada conmigo desde que nos casamos. Sé que no eres feliz porque en el fondo también quieres encontrar al hombre que te mereces. Alguien que realmente te ame, no yo. No alguien indiferente. --Entiendo lo que tratas de decir, Pierce --dije y traté de darle la espalda, pero antes de poder hacerlo, él me sujetó por la cintura y me mantuvo en el lugar. Luego hizo todo lo posible para captar mis ojos hasta que lo consiguió. Su mirada era de preocupación. --Eres mi mejor amiga. No quiero perderte, Kels. Eres una de las pocas personas… --Lo sé --lo interrumpí con frustración. Parecía sorprendido, así que me calmé--. Ya lo sé. No tienes que preocuparte. Simplemente estoy estresada por el trabajo, no es por el divorcio. En ese instante, sus labios se separaron, asintió lentamente y soltó un suspiro. Luego, caminó hacia mí y me congelé cuando besó mi frente con dulzura… --Gracias, Kelly --susurró. Al oírlo, mi corazón se apretó. Habían pasado tres años pero todavía era una cobarde. «¿Por qué no puedes simplemente decirle que lo amas, Kelly? ¡Él es tu esposo y estás llevando su bebé! ¡Díselo y tal vez cambie de opinión!» pensé. Con eso en mente, tragué saliva y estuve a punto de decírselo, pero justo en ese momento su teléfono sonó. Pude ver el identificador de llamadas. Era Lexi. --Me tengo que ir --afirmó y se rascó la cabeza a modo de disculpa, mientras las comisuras de su boca se curvaban hacia arriba--. Llamé a Luke. Te espera afuera. Come antes de irte, ¿sí? Con eso, salió de nuestra habitación. De repente, las lágrimas que había logrado reprimir hasta ese momento volvieron a brotar. ¿Por qué había pensado que podría tener una oportunidad? Él tomó su decisión en el momento en que me pidió el divorcio, ¿verdad? Siempre que se trataba de Lexi me abandonaba. Capítulo 3 Punto de vista de Kelly--Mantener la compostura Entré al estudio con tacones rojos de cinco centímetros y un vestido igualmente rojo. Todos miraron en mi dirección cuando entré caminando por el pasillo y me saludaron con una sonrisa, pero mantuve mi rostro estoico, sin mostrar emoción alguna. La conversación de esa mañana con Pierce todavía estaba en mi cabeza, pero no podía permitir que afectara mi trabajo. No podía fallar en mi trabajo después de haber fracasado en mi matrimonio. De modo que respiré profundamente para recomponerme. Un momento después, cuando entré a la sala de la sesión de fotos, noté que todos estaban sumidos en el caos. --¡No podemos! No responde las llamadas. ¿Qué debemos hacer? La vicepresidente viene hoy, se enojará. --Podemos simplemente decirle la verdad. Ella es amable. --¡No lo será con esta situación, Lily! Nos va a regañar... --¿Qué está pasando aquí? --pregunté mientras entraba a la sala. De inmediato, el personal me miró con expresiones preocupadas y entonces supe que había un problema. --B-Buenos días, señorita Monroe. Señorita Monroe. Por supuesto, nadie sabía que Pierce y yo estábamos casados ​​excepto nuestras familias. Sentí como si pellizcaran mi corazón con esa verdad. Dolía. Rápidamente, la miré sin comprender. --¿Qué ocurre? --T-tenemos un problema, señorita Monroe. La señorita Chen, nuestra modelo, no atiende nuestras llamadas. Dijo que escuchó que íbamos a cambiar de modelo así que… no quiere venir. Incluso... amenazó con presentar una demanda contra nosotros. Después de decir eso, inclinó la cabeza. Yo apreté los dientes y recorrí el lugar con la mirada. --¿Dónde está la directora de marketing? --inquirí. --E-Ella todavía está tratando de convencer a la señorita Chen, señorita Monroe. Luego de escuchar el problema, me masajeé la frente y cerré los ojos con fuerza. Un segundo después, me agarré del pelo y grité de ira. Sentí que todos a mi alrededor se sobresaltaban sorprendidos. Yo solo suspiré y tomé una gran bocanada de aire antes de mirar a mi alrededor. --Señorita Monroe... --¿Qué es todo esto, señorita Hayley? Tú eres la directora de marketing, ¿qué está pasando? --Señorita Monroe, no sé cómo sucedió, pero la señorita Chen escuchó que usted cambiará de modelo. Está a punto de presentar una demanda contra nosotros... ¿Cambiar de modelo? ¿Cómo es que yo no sabía nada al respecto? La señorita Chen siempre había sido nuestra modelo de confianza y, si no era necesario, cambiar de modelo para una sesión comercial con tan poca antelación sólo causaría muchos problemas a la empresa. Nunca permitiría un error como este. --Yo no pedí eso. Debe ser un error --la interrumpí para ahorrar tiempo--. ¡Arregla este desastre o tendré que despedirte! --Señorita Monroe... Fue el presidente quien nos pidió que la cambiáramos --explicó Hayley vacilante--. Lo ordenó ayer tan pronto como regresó de su viaje de negocios. Aquella verdad me golpeó con fuerza. ¿Fue orden de Pierce? ¿Por qué no me lo dijo? Solía ​​discutir conmigo cada decisión importante antes de tomarla. --No puede ser... --exclamé confundida. Pierce no era un hombre de negocios despistado. Siempre mantuvo una clara distinción entre el trabajo y la vida personal, razón por la cual siempre tuvo éxito. Y esa fue también la razón por la que decidió mantener nuestro matrimonio en secreto. --Sí, Kelly. Yo di la orden. --Su voz me hizo retroceder. --S-Señor Presidente… --saludó Hayley y se inclinó con respeto al ver al hombre que apareció de repente detrás de mí. --Pierce, ¡creo que me debes una explicación sobre este cambio de modelo! --dije con los dientes apretados mientras me giraba para interrogarlo. Él sabía perfectamente cuánto esfuerzo puse para ganar este proyecto. Estuve días sin dormir y la señorita Chen era la persona ideal para este trabajo. De hecho, él también estuvo de acuerdo. Pero ahora… simplemente cambió la modelo a su gusto sin avisarme con antelación. Eso fue como abofetearme con fuerza en la cara. --Continúen con el trabajo. Yo se lo aclararé --le indicó él al personal para calmarlos, ignorando la ira que estaba a punto de salir de mis ojos. --¡Contéstame, Pierce! ¿Por qué cambias de modelo tan de repente? --No pude contener mi enojo. Él simplemente me tocó el hombro y me susurró: --Este no es el lugar para discutir al respecto. Te lo explicaré en el auto. En ese momento, miré a mi alrededor y noté que los demás nos miraban furtivamente. Luego me quité sus manos de encima y caminé hacia el estacionamiento, pero durante el camino, sentía mi corazón cada vez más pesado. Tenía la sensación de que su explicación no iba a gustarme. --Vamos, dímelo --exclamé ni bien nos sentamos en su auto. Antes de hablar, me miró a los ojos como si sopesara mis emociones, pero yo aparté la mirada de nuevo. No podía soportar sus miradas, no podía soportar esos ojos que nunca me miraban como yo quería. Él no sentía nada por mí y eso me dolía mucho. --Yo-yo… --hizo una pausa y suspiró--. Reemplacé a la señorita Chen porque Lexi quiere ser nuestra modelo. Ella también encaja en el proyecto, así que estuve de acuerdo... --¿Qué? --pregunté con incredulidad. De pronto, apretó los labios y miró hacia otro lado. Luego se revolvió el cabello antes de sacudir la cabeza y tomar mi mano. --Lamento no haberte dicho antes, fue muy repentino. Ella me pidió un favor, no pude decirle que no. Rápidamente, retiré mi mano y lo miré con dolor y enojo. --No pudiste decirle que no, así que preferiste dañar a la empresa, a nuestra empresa. Me traicionaste, Pierce. --Kels, vamos. Sabes cuánto la amo. Ella es mi primer amor. Al oírlo, cerré los ojos con dolor. «Oh sí, ella es tu primer amor. Siempre la quisiste a ella, sin que te importen los demás. Si ella te frunce el ceño un poco, puedes hacer la vista gorda ante el dolor y el esfuerzo de los demás. Eres tan cruel, Pierce» pensé. --Bueno, ya lo has decidido. No tengo voz y voto en esto ya que tú eres el presidente. Ahora vete, estaré en la oficina --indiqué con frialdad mientras abría la puerta del auto para salir. --Kelly… En ese instante, lo miré a los ojos y dije: --Ve a casa temprano. Hablaremos de nuestro divorcio esta noche. Capítulo 4 Punto de vista de Kelly--Plantada Me encontraba jugueteando con el anillo de bodas en mi dedo mientras lo esperaba. Le había dicho que volviera temprano a casa, pero todavía no regresaba y ni siquiera contestaba mis llamadas. Bueno, ahora que Lexi había vuelto, probablemente ya no veía a esta casa como su hogar. De pronto, mis ojos se dirigieron a mi informe de embarazo que estaba sobre la mesa. Qué gracioso. Todavía era tan ingenua para albergar un rayo de esperanza de que las cosas podrían cambiar si le hablaba del bebé, pero este bebé estaba fuera de sus planes. Me sequé las lágrimas que se acumulaban en el rabillo de mis ojos y agarré el informe. Ya eran las cinco de la mañana cuando miré el reloj de la pared. Intenté marcar su número nuevamente, pero seguía sin responder. ¿En qué estaba tan ocupado? ¿Estaba h**iendo el a**r con Lexi? Debió haberla extrañado mucho, ¿verdad? Pronto, sin saber cuándo, me quedé dormida. Cuando sonó el despertador, inconscientemente toqué la almohada a mi lado. Frío como anoche, no había vuelto a casa todavía. Me burlé de mí misma al ver mi reflejo en el espejo de la cómoda. Los círculos oscuros bajo mis ojos se veían a simple vista y mi cabello era un total desastre, parecía un fantasma. De repente una oleada de náuseas inundó mi estómago y me di cuenta de que no había comido nada la noche anterior. De pronto, me sentí mal otra vez y rápidamente corrí hacia el lavabo y vomité. Escupí un líquido amarillento que sabía muy mal. De inmediato, me lavé la boca y miré mi propio reflejo en el espejo. Al verme, sacudí la cabeza y tomé mi frente en cuanto sentí ganas de vomitar de nuevo. Volví a escupir el líquido amarillento y mientras me lavaba la boca, sentí una cálida mano acariciando mi espalda. Inmediatamente levanté la cara y me encontré con un par de ojos marrones que me miraban a través del espejo. Detrás de mí con cara de preocupación estaba mi esposo Pierce. --¿Estás bien? ¿Te sientes mal? Debiste haberme dicho. Al instante, lo miré a través del espejo. --No respondiste mis llamadas --contesté. Ante aquellas palabras, la culpa apareció en sus ojos. --Lo lamento. Tenía cosas que hacer. Me quedé en la oficina toda la noche --afirmó. Rápidamente, me limpié la cara y pasé junto a él. Pierce me siguió mientras me sentaba frente al tocador y comenzaba a peinarme. --Kels… --Me desperté tarde. No pude preparar el desayuno. Mientras hablaba, intenté evitar sus ojos. Sentía que iba a perder los estribos y gritarle. En ningún momento sentí su egoísmo tan claramente como ahora. Decía que yo era su mejor amiga, pero nunca le habían importado mis necesidades, mis sentimientos. --Kels... sabes que no te pregunté eso. Estoy preocupado por tu salud... Kels, ¿todavía estamos bien? Ante aquella pregunta, dejé de peinarme y lentamente nuestras miradas se encontraron a través del espejo, otra vez. ¿De verdad me estaba preguntando eso? ¿Después de que me pidió el divorcio sin siquiera preguntarme si estaba de acuerdo? Él decidió por su cuenta sólo porque su primer amor había vuelto. No podía creer lo que hacía. Al final, fingí una sonrisa y dije: --No me siento bien hoy, Pierce, eso es todo. Un instante después, se puso de cuclillas a mi lado, lo cual no me resultó sorprendente porque sabía que realmente se preocupaba. Pero lo que sí me sorprendió fue que hacía todo esto después de enterrar una daga en mi corazón. --¿Estás bien? --preguntó mientras tocaba suavemente mi frente y mi cuello--. ¿Estás enferma? Dime cómo te sientes, Kels. --Mis sentimientos no importan --no pude evitar decir y parecía sorprendido por mis palabras. En ese instante, intenté evitarlo, pero me agarró de la muñeca y me hizo mirarlo. Su rostro ahora reflejaba su ira. Había perdido completamente la paciencia. --¿Qué te pasa, Kels? Has estado actuando así desde ayer. ¿Es por Lexi? ¿O porque no volví a casa anoche? --inquirió. Yo lo miré a los ojos, molesta. --¡Tú fuiste quien pidió el divorcio! Te pedí que regresaras temprano para hablar al respecto, pero me dejaste esperando toda la noche. ¿Pretendías que te diera la bienvenida con brazos abiertos después de eso, Pierce? --respondí. Al escucharme, apretó la mandíbula y sacudió la cabeza. --Kels, yo... --Ya basta. Hablaremos del divorcio después del trabajo. --¡Kels! --me llamó y me agarró de los hombros. La confusión y el dolor eran visibles en sus ojos--. ¿Estás... enamorada de mí? Aquello me desconcertó. ¿Enamorada? ¡Sí! Desde que estábamos en la escuela secundaria, desde que se convirtió en mi mejor amigo. ¿Quién no se enamoraría de alguien que te ha estado protegiendo desde entonces? Siempre he estado agradecida de tenerlo como mi mejor amigo y esposo, pero ahora… lo estaba perdiendo. Perdiéndolo irremediablemente. Decidí darle a nuestro matrimonio una última oportunidad, hacer un esfuerzo final... ...... ==== Casarse con su mejor amigo fue un sueño hecho realidad para Kelly, pero todo tiene realmente una limitación. Pierce es el primer amor de Kelly, pero como su mejor amiga, sabía bien que siempre había otra mujer en lo profundo de su corazón. Lexi Gilbert. Kelly finalmente se dio cuenta de que su feliz matrimonio de los últimos tres años era solo un hermoso sueño cuando Pierce pidió el divorcio solo porque Lexi regresó. Ella sólo podría ser su mejor amiga incluso si estuviera encinta de su bebé. ¿Por qué no merecía ser amada? ¿Qué sucederá en adelante? ¿Cómo podría Kelly salvar su corazón en esta batalla de amor y odio? Los capítulos disponibles son limitados aquí, haga click el botón abajo para instalar APP y disfrutar leyendo más contenidos maravillosos. (Al abrir el APP, directo accederá a este libro) &3& LEARN_MORE https://fbweb.manobook.com/14603375-fb_contact-spc Happy reading https://www.facebook.com/61566043183664/ 396 0 0 1969-12-31 18:00 0 0 0 0 0 0 Learn more 0 fbweb.manobook.com VIDEO https://fbweb.manobook.com/14603375-fb_contact-spcp25_2-1030-core1.html?adid={{ad.id}}&char=124213&accid=2029568687383448&rawadid=120214496989900700 1969-12-31 18:00 https://scontent.fshd1-1.fna.fbcdn.net/v/t39.35426-6/466837516_1219991439289787_4781388159160336923_n.jpg?stp=dst-jpg_s60x60&_nc_cat=110&ccb=1-7&_nc_sid=c53f8f&_nc_ohc=vMleeN1YpacQ7kNvgFtOrvG&_nc_zt=14&_nc_ht=scontent.fshd1-1.fna&_nc_gid=AZqhAqnAGeaka07QUHszDYA&oh=00_AYCBkVYuPJe2BWlI2Gdb6-GEVOTEqptbYkx1uVTAqDoDFA&oe=67518C28 PERSON_PROFILE 0 0 0 Happy reading 0 0 1969-12-31 18:00 View Edit
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Yes 2024-11-30 18:35 active 1942 0 ❤️😍O que acontece a seguir👉Clique aqui para continuar lendo👉 Cheguei em casa depois de um dia puxado e meus pais estavam me esperando na sala. - Catarina, senta aí que precisamos conversar. – Meu pai falou e parecia bem nervoso. - Pode falar, pai, o que aconteceu? – Perguntei ao meu pai cansado, eu tinha trabalhado o dia todo, ido pra faculdade à noite e, ao chegar em casa, a única coisa que eu queria era tomar um banho e cair na cama. Mas não foi possível. - Catarina, chegou o convite de casamento da sua prima. – Minha mãe falou. - Aquela mulherzinha não é minha prima! – Falei já ficando nervosa. - Catarina, ela é a sua prima. – Minha mãe falou. – É melhor você parar com esse ataque de infantilidade. A Melissa já bateu nela e fez um escândalo aqui em casa. Agora chega! Ela é filha da minha irmã, portanto é sua prima. - Me desculpa, mãe, mas ela não é nada pra mim. – Tentei manter a calma. – Ela ficou com o meu namorado na minha cama, isso não é coisa que se faça. Eu namorava o Cláudio há quatro anos, ele foi meu primeiro namorado, e o encontrei na minha cama, no meu quarto, transando com a Kelly, minha prima! Eu fiquei em choque. Claro que a Melissa, minha melhor amiga, partiu pra cima deles. Desde então as coisas ficaram tensas em minha casa, pois meus pais insistiam que era uma bobagem e que eu deveria agir como se nada tivesse acontecido e voltasse a conviver com a minha prima. - Errado foi ele, Catarina, que era seu namorado. – Minha mãe argumentou. – A Kelly, coitada, foi seduzida, ele a desonrou, agora vai se casar com ela pra ela não ficar mal falada na cidade. - Ah, mãe! Me poupe e se poupe! A cidade inteira sabe que a Kelly é uma vadia... – Perdi a paciência. - Catarina, olha o vocabulário! – Meu pai chamou a minha atenção. – Olha aqui, se você não quer conviver com a Kelly tudo bem, mas você vai a esse casamento. E chega desse comportamento grosseiro. - Eu o quê? – Achei que eu tinha ouvido errado. - Você vai ao casamento da sua prima, Catarina. Isso é uma ordem! Nós somos os seus pais e você vai obedecer. – Minha mãe falava brava comigo, como se eu fosse a errada nessa situação. - Sinto muito, mãe, mas eu não vou! Eu sigo as regras de vocês, eu sou uma boa filha, mas dessa vez não vai dar. Eu fui a ofendida! Eu tenho todo o direito de não querer ser a piada da família mais. – Falei já chorando. - CHEGA, CATARINA! – Meu pai gritou e me assustou. – Você vai a esse casamento e ponto final. - Mas, pai... - Não quero saber, Catarina! É importante pra sua mãe manter a paz na família. Então você vai e pronto. – Meu pai falou não dando margem para questionamentos. Fui para o meu quarto e passei a noite chorando. No dia seguinte contei tudo para a Melissa, que não perdeu tempo, arrumou os convites para um baile de máscaras, evento de gala, falando para os meus pais que seria importantíssimo para a minha carreira, já que os empresários mais importantes da cidade estariam lá, eu faria contatos muito importantes e nossos professores haviam prometido nos apresentar a vários empresários que abririam portas para o nosso futuro profissional. Em princípio meus pais não estavam muito convencidos, mas os pais da Melissa conversaram com eles e os convenceram de que seria uma excelente oportunidade para o meu futuro. Então eles concordaram que eu deveria aproveitar a oportunidade. - Catarina, você não pode me dizer não! Já comprei os convites, as máscaras e já até convenci seus pais de que é um evento importantíssimo para o seu futuro profissional, o que me deu um trabalhão. Essa festa vai ser incrível e você não vai perder! – Melissa, falava e me olhava com os olhos de um cachorrinho abandonado, juntando as mãos como se suplicando. Eu estava sentada em minha mesa no trabalho, no meio da tarde de uma quinta feira, entre anotar recados e fazer ligações, e a Mel apareceu com café, bolinhos de chocolate e essa insistência para eu aceitar ir no baile de máscaras que acontecia anualmente e era o maior evento em nossa cidade. - Ai, Mel, como é que pode eu não conseguir dizer não pra você? Está bem, eu vou! Eu concordei em ir ao baile, mas eu ainda não tinha certeza. De qualquer forma eu iria dormir na casa da Mel para fugir do casamento, mas não iria à festa, contudo, Melissa tanto fez que me convenceu a ir pra festa. No sábado nos arrumamos na casa dela. - Quê isso, hein, amiga! Tá gata demais! – Ela me entregou uma máscara dourada, linda, toda trabalhada como se fosse uma renda, que cobria até o nariz e eu a coloquei. Eu usava um vestido de cetim vermelho brilhante e a máscara combinou perfeitamente. – Então, estamos prontas? - Sim estamos prontas. – Respondi e peguei minha bolsa. – Ih, esqueci meu perfume. - Não, tem problema, você vai usar o perfume novo da minha mãe. Ela não se importa. Quando o Fernando, namorado da Mel, nos viu sorriu, deu um beijo na Mel e disse: - Garotas, vocês estão lindíssimas! Acho que você vai sair dessa festa com um namorado novo, Cat. - Sem namorado, Nando. Na verdade, eu acho que é melhor eu ficar, eu não estou no clima pra festa. Por favor, Mel, deixa eu ficar? CAPÍTULO 2: O grande baile, a tequila, os cosmopolitans e o estranho irresistível Não teve jeito, minha amiga me arrastou para o baile. Logo que entramos a Mel nos arrastou para o bar e falou no meu ouvido: - A festa é open bar, então hoje você vai beber para afogar de vez a tristeza! –A Mel me entregou dois shots de tequila e com mais dois em suas mãos me falou: - Vamos virar! – viramos a tequila e o Fernando já entregava uma taça de cosmopolitan para cada uma. Melissa me arrastou para a pista de dança e até que eu estava me divertindo. Começou uma música lenta e o Nando e a Mel começaram a dançar agarradinhos, aproveitei a deixa e me encaminhei para o buffet, mas não consegui chegar, senti uma mão puxando a minha e quando olhei para trás havia um homem com uma máscara preta sorrindo pra mim, e que sorriso! Ele beijou minha mão e me puxou para perto dizendo no meu ouvido com uma voz rouca: - A mulher mais linda do salão não vai me negar uma dança, vai? - E por que não? Vamos dançar. – Sorri pra ele. Era impossível resistir aquela voz rouca sedutora e aquele sorriso lindo meio de lado! Ele era alto, ombros largos, um sorriso encantador e olhos azuis, tão azuis que eram quase violeta. Ele tinha uma boca que convidava ao pecado, cabelos castanhos, e quando me puxou pela cintura eu apoiei as mãos em seu corpo e percebi que ele era uma parede de músculos bem definidos. Embora a máscara não permitisse ver seu rosto, ele era muito charmoso e encantador. - Eu estava observando você desde que chegou. – Aquele homem, com ar misterioso, falou no meu ouvido. – Você é tão linda! - Você é gentil. Mas você não é da cidade, é? – Ele tinha uma presença forte, emanava poder. - Não. Um amigo me convenceu a vir a essa festa. - Parece que temos algo em comum, meus amigos também me convenceram a vir. - Sorte minha! - E por que? – Sorri. - Porque eu fiquei fascinado quando te vi. Você é muito linda. – Enquanto ele falava no meu ouvido eu ia me arrepiando, sentindo meu rosto esquentar e o corpo formigar, ele realmente me encantou. - Mesmo com a máscara? - Mesmo com a máscara! Você é linda demais. - Você é um sedutor. - Você me acha sedutor? - Você sabe que é. E lindo também. - Que bom que você gosta do que vê. – Eu me senti um pouco zonza, não sei se pela bebida ou pelo perfume delicioso que aquele homem usava. Acabei tropeçando nos meus próprios pés. - Você está bem? - Acho que preciso de um pouco de ar. - Vem comigo. - Ele me puxou para um corredor sem iluminação que dava para uma saída de emergência e ficou assoprando o meu rosto. – Eu quero muito te beijar. Posso? – Eu fiz que sim com a cabeça. Ele olhou nos meus olhos, segurou a minha nuca e nossos lábios se encontraram, começou lento, mas foi se aprofundando, ele me encostou na parede e o beijo se intensificou ainda mais, quase nos roubando o fôlego, quando ele interrompeu o beijo para respirarmos, nos olhamos nos olhos, foi como jogar gasolina no fogo, ele passou a mão pela minha cintura, desceu até minha coxa e puxou minha perna para sua cintura. Eu já estava completamente entregue nesse momento, sentindo seu corpo contra o meu, eu fiquei louca de tesão e o puxei para mais perto envolvendo sua cintura com minha perna. - Você beija bem! – Sorri pra ele e senti meu corpo todo se arrepiar. – Ah, linda, você é incrível, eu quero muito você, aqui, agora! – ele disse entre beijos e enfiou a mão sob o meu vestido o puxando pra cima e chegando a minha calcinha. Eu estava em chamas quando ele enfiou a mão dentro da minha calcinha e gemeu. – Ah! Que delícia! Tão quente, tão molhadinha! – Disse e me beijou com mais força, enquanto abria o zíper da sua calça. Com um movimento rápido, de quem já tinha feito aquilo antes, ele rasgou minha calcinha e acariciou minha entrada, como se pedisse permissão. Olhou nos meus olhos de novo e me perguntou: - O que você quer que eu faça? - Eu quero que você esteja dentro de mim agora! – Respondi sem nenhum pudor, eu já estava arfando de tanto tesão. Eu não resisti aqueles olhos e aquela voz rouca. Eu nunca fui assim, normalmente eu teria me desvencilhado dele no momento em que me puxou pela mão, mas aquela noite eu havia prometido a mim mesma que iria me divertir e se aparecesse alguém interessante eu viveria o momento. E era o que eu estava fazendo, vivendo aquele momento. Ao me ouvir, ele foi entrando em mim devagar, observando eu encostar minha cabeça na parede e aproveitar cada centímetro dele, e ele era enorme. Ele aproveitou para espalhar beijos pelo meu pescoço. Quando acabou de entrar ele parou e falou entre beijos no meu ouvido: - Agora eu vou me mexer. – E começou a sair, só pra entrar de novo com toda força dessa vez, e foi uma delícia, eu estava completamente entregue e enlouquecida com os movimentos dele que entrava e saia de mim freneticamente. Nos descontrolamos e nos entregamos totalmente, como se não tivesse nada ao nosso redor, eu senti uma névoa em meus olhos e o climax começando a se formar e gemi baixinho no ouvido dele, nesse momento parece que ele enlouqueceu, puxou minha outra perna para sua cintura e eu o entrelacei. Me beijando intensamente ele entrava e saia com mais força ainda em mim, era o paraíso na terra. Eu gozei gemendo na boca dele e foi um climax incrível, mas ele continuou o movimento e logo outro climax se formou, e gozei novamente, um climax ainda maior que o anterior que me deixou sem fôlego, enquanto eu gozava ele me disse baixinho que estava no limite me sentindo pulsar ao seu redor, logo eu senti o gozo dele quente dentro de mim. Ficamos ali encostados naquela parede, totalmente sem fôlego, a testa dele encostada a minha. Enquanto me beijava, ele começou a sair de mim e eu estava completamente bem comida, como diria a Melissa. Eu sorri e ele me olhou, me deu um selinho e disse: - Você é realmente incrível! Gentilmente ele baixou minhas pernas até meus pés tocarem o chão, colocou o meu vestido em ordem, arrumou sua calça e me abraçou. Isso foi tão íntimo, tão afetuoso, apesar da loucura daquele encontro e da ferocidade com que nos entregamos, ele ainda era cuidadoso comigo. Eu nunca tinha tido uma relação tão maravilhosa, mas eu só tinha transado com meu ex até então. E meu ex nunca tinha se preocupado em me abraçar depois, nem se preocupava com meu prazer, para ele a coisa se resumia a entrar e sair até ele estar satisfeito, então, o fato de um homem se preocupar comigo, com meu prazer, cuidar de mim, foi novidade, e uma novidade incrível. Ele me deu um beijo no pescoço e perguntou no meu ouvido: - Então, linda, eu ainda não sei o seu nome. – Levei segundos para processar e finalmente me dar conta de que acabei de transar com um completo estranho e nem sei o nome dele. Quando eu ia abrir a boca pra falar, ele puxou o celular do bolso e me pediu um minuto para atender. Se afastou um pouco e só pude ouvir ele elevando a voz e dizendo: - O que você disse? – Nesse momento aquele estranho saiu correndo como se tivesse se esquecido de mim, ou como se só estivesse fugindo da rapariga que comeu rapidinho na festa. Mas e daí? Foda-se eu só estava me divertindo também e eu nem sabia quem era o cara e ele não sabia quem eu era. Tudo certo. Me recompus, procurei minha calcinha rasgada inutilmente, onde ele a teria jogado eu não faço ideia, e saí daquele corredor. Voltei pra mesa e encontrei a Mel e o Nando se agarrando. Logo eles pararam e focaram em mim: - Mel, acho que encontrei o Lobo Mau! – Eu ri e ela riu comigo. - Quando chegarmos em casa quero saber tudo! - Claro que quer! – respondi com os olhos brilhando. - Príncipe, acho que já podemos ir. O que acha, Cat? - Eu estou pronta quando vocês quiserem! – falei virando um copo de água. - Então vamos, garotas! – Fernando falou e nos conduziu para a saída. Mal chegamos e a Mel já foi me ordenando: - Conta tudo, quem é, como foi, como não foi, tudo. Eu ri e contei tudo pra ela, quando terminei de falar minha amiga me olhava de boca aberta e me perguntou: - Vocês usaram camisinha, né? Meu coração disparou! A gente não usou preservativo. E eu balancei a cabeça em negativa para ela, eu estava em choque por me dar conta do quão descuidada eu fui. Ela já foi logo me acalmando: - Não, Cat, calma. Com certeza não vai dar nada. Mas você deve fazer uns exames para garantir que está tudo bem. Vou na cozinha preparar um chá pra gente. Não surta! CAPÍTULO 3: Chegou a hora da verdade Na segunda, na hora do almoço, encontrei a Mel e ela me entregou uma sacolinha de uma loja chique. Olhei pra ela sem entender. - Minha mãe mandou eu te entregar. Ela disse que ele é perfeito para você e não combina com ela. – A Mel falou com um grande sorriso. Abri a sacolinha e lá dentro estava o perfume que eu usei para ir ao baile. Eu abri um grande sorriso. Eu amei aquele perfume e ele era parte da melhor noite da minha vida. Liguei para o laboratório e fui informada que precisaria apresentar um pedido médico para fazer os exames pelo plano de saúde. Graças a Deus a empresa pagava plano de saúde para os funcionários, porque se não, não sei o que faria, meu salário não era alto e o pouco que sobrava depois de cobrir as despesas da faculdade eu ajudava em casa, já que minha mãe não trabalhava fora e meu pai também não ganhava muito como motorista. Então marquei o médico que só tinha horário para quinze dias depois e aguardei agoniada. Quanto mais os dias passavam mais nervosa eu estava, a Mel fazia de tudo para me acalmar. Na data marcada ela foi comigo ao médico. Com a lista de exames nas mãos ela mesma marcou o laboratório e fez questão de me acompanhar. Já tinham se passado três semanas desde a festa quando eu finalmente consegui fazer os exames. Os resultados saíram cinco dias depois e eu voltei ao médico. Claro que a Mel estava comigo. O médico verificou os resultados e me olhou nos olhos: - Srta. Catarina, sua saúde está ótima. Você está saudável. Mas, daqui pra frente terá que se cuidar melhor. Eu respirei aliviada Ele continuou falando: - Parabéns, você está grávida! Vou encaminhá-la para um ginecologista obstetra para que você faça o pré natal.... Eu não ouvi mais nada, só o sangue pulsando em meus ouvidos. Eu não podia acreditar nisso! Grávida? Como eu iria explicar? Não é possível. Na primeira vez que deixo a racionalidade de lado acabo grávida e nem sei quem é o pai! A Mel segurava minha mão e repetia: - Calma, Cat, vai ficar tudo bem! Como ficaria tudo bem? Eu nem sabia quem era o pai. Eu teria que contar isso para os meus pais, sua única filha acabaria com eles. Eles ficariam decepcionados, iriam me odiar, me colocariam pra fora de casa. Como eu ia explicar que não sei nem como é a cara do pai do meu filho? Eu já estava hiperventilando. De repente, senti o médico pegando minha mão e falando calmamente: - Filha, calma! A situação, pelo que percebo, não é a melhor, mas você não pode ficar nervosa assim, isso fará mal para o seu bebê, agora você tem que se cuidar por ele. Tenho certeza que as pessoas que te amam vão te apoiar e ajudar. Mas você precisa se acalmar, porque só você pode cuidar para que esse bebê se desenvolva saudável e nasça forte. Você me compreende? O médico pediu a secretária para trazer um chá de camomila para mim e enquanto eu bebia o chá e tentava me acalmar ele passava todas as informações para a Melissa que ouvia tudo atentamente. Saímos do consultório e a Melissa me levou para uma lanchonete dizendo que nós precisávamos comer alguma coisa. Logo que me sentei senti as lágrimas caírem. Minha amiga me abraçou e me disse mais uma vez que eu não estava sozinha. Olhei para ela e disse: - A única certeza que tenho agora é que quero você e o Nando como padrinhos do meu filho, porque sei que vocês vão apoiá-lo e dar a ele muito amor. Os olhos dela brilharam e ela explodiu em lágrimas e soluçando me respondeu: - Eu vou ser a melhor madrinha do mundo e vou estar sempre perto do nosso bebê! E tenho certeza que o Nando vai ficar muito feliz também! Ela garantiu que estaria ao meu lado sempre, deixou claro que eu não passaria por nada sozinha e que estaria comigo quando eu fosse falar com meus pais. Meus pais... ai! Comecei a raciocinar e decidi que não iria esconder deles nem por um dia, ia contar naquela noite mesmo, não iria a faculdade, pois iria pra casa falar com eles. A Mel logo me apoiou e disse: - Então vamos, eu estou com você! Quando chegamos em minha casa meus pais se assustaram e minha mãe já veio toda preocupada: - Meninas, vocês não foram a aula hoje? Está tudo bem? - Não muito, mãe. Eu preciso falar com vocês. Meus pais perceberam logo que era algo muito sério. Nos sentamos todos na sala e eu contei a eles o que estava acontecendo e que eu fui irresponsável e fiquei com um estranho na festa, não entrei em detalhes obviamente, mas deixei claro que não poderia encontrar o pai do meu filho de novo. A decepção nos olhos deles era evidente. Minha mãe soluçava de tanto chorar e dizia que eu estava arruinada. Meu pai até então não havia dito nada. A Melissa vendo como minha mãe estava nervosa foi logo na cozinha e voltou com um copo de água com açúcar para ela. Melissa sempre dá água com açúcar pra quem está nervoso dizendo que acalma, eu nunca entendi isso. Por fim, meu pai falou: - Você cometeu um erro muito grande e não tem volta. Ouvir meu pai enfatizar que eu errei fez meu coração doer ainda mais. Eu comecei a chorar e fui falando: - Eu sei, pai, eu fui irresponsável. Mas agora não tem jeito. Eu vou deixar a faculdade para poder criar meu filho. E já vou fazer minha mala... - Fazer a mala? Você está muito enganada se acha que vai sair dessa casa assim. Você errou, nos decepcionou, mas nós te amamos, vamos superar isso e vamos ajudar você. Você não está sozinha, minha filha! E essa criança também não! – Meu pai disse isso e meu coração se encheu de esperança. - Mas pai, eu envergonhei vocês... - Você não é a primeira e não será a última mãe solteira nesse mundo. Nós gostaríamos que as coisas fossem diferentes para você, que não fossem tão difíceis. Você sempre foi tão responsável! Mas, se é assim, nós vamos enfrentar isso. Você não vai deixar a faculdade, mais do que nunca você precisa crescer na vida para cuidar do seu filho, você vai ser mãe solteira, sua responsabilidade é muito grande. Nós vamos te ajudar e, mesmo que seja com dificuldade, vai dar tudo certo. A Melissa já estava chorando e logo falou com os meus pais: - Sr. Antônio, Dona Celina, vocês contem comigo, vou ajudar em tudo! Até porque eu sou a madrinha desse bebê, a Cat é como uma irmã pra mim, e vou estar sempre por perto. Meus pais olharam para ela com gratidão. Eu olhei para aqueles três me sentindo completamente abençoada por tê-los em minha vida, cheia de amor por eles e um sentimento totalmente novo por aquele serzinho que ainda crescia dentro de mim e que eu acabava de descobrir a existência! Por mais difícil que fosse ser mãe solteira, aquela noite no baile foi a melhor noite da minha vida. Eu nunca vou poder esquecer aqueles olhos azuis violeta me olhando com adoração durante nosso encontro furtivo e tudo o que meu corpo experimentou naquela noite. Eu sempre teria essa doce lembrança comigo. Os meses seguintes foram difíceis. Guardei em uma caixa o vestido, os sapatos, a máscara e o perfume que a mãe da Mel me deu. Em dias difíceis eu abria aquela caixa e revivia em minha memória aquela noite. Embora eu tenha tido uma gravidez tranquila, os comentários e a maldade das pessoas era difícil suportar. Para piorar, depois que se casaram, meu ex e minha prima foram morar com os pais dela, que moravam na mesma rua que nós, e eles faziam questão de me humilhar com comentários maldosos sempre que me viam e espalharam no bairro inteiro que eu não sabia quem era o pai do meu filho e que eu era uma perdida, por isso que o Cláudio me deixou. Eu queria matá-los! A mãe da Kelly, que era irmã da minha mãe, também não perdia a oportunidade de ir lá em casa nos atormentar, dizendo que ainda bem que a filha dela não era como eu, que era uma boa moça, que tinha se casado com um homem decente. Parecia ter esquecido que aquela puta roubou meu namorado e transou com ele na minha cama. Mas eu engolia tudo, não valia a pena bater boca com essa gente e eu não queria transmitir sentimentos ruins ao meu filho. Quanto mais os dias passavam, mais eu amava aquele bebê, eu não tinha ideia que poderia existir um amor assim. Tudo o que eu fazia, fazia por ele. Eu o protegeria de tudo, eu daria a minha vida por ele. E, por incrível que pareça, com a gravidez parecia que todas as coisas fluíam para o meu bem, tudo ia se encaminhando e dando certo. Descobri que eu teria um menino e decidi que se chamaria Pedro. E assim foi. Pedro nasceu saudável, com um par de imensos olhos azuis violeta que nunca me deixariam esquecer da noite que mudou a minha vida, mas que foi a melhor noite que eu vivi! Eu nunca esqueceria aquele homem! CAPÍTULO 4: Depois da faculdade Quando eu me formei, Pedro já estava com dois anos. A essa altura ele já andava para todos os lados, sempre agarrado na vovó, que foi a primeira palavrinha que ele disse. Era um menino lindo, cabelinhos amigos bem lisinhos, pele clara, um nariz arrebitadinho e aqueles enormes olhos violeta que me faziam suspirar. Ele era o meu sol! E agora eu teria mais tempo pra ele. Após a formatura meu chefe me chamou para conversar, ele era um ótimo chefe, disse que estava muito feliz comigo na empresa, mas sabia que eu merecia chegar muito longe, então eu deveria procurar emprego na minha área, que ele compreenderia. Garantiu que meu emprego na construtora seria meu enquanto eu quisesse e que se eu saísse e não desse certo eu teria para onde voltar. Mas que eu deveria buscar algo na minha área de formação, para dar um futuro muito melhor para o meu filho. Eu fiquei muito emocionada com isso e aceitei o seu bom conselho. Contei pra Melissa e ela logo me disse que ia falar com o pai dela para que ele acionasse alguns contatos. E não demorou, o Sr. Otávio Lascuran, pai da Mel, me chamou no escritório dele e me entregou um cartão, me dizendo: - Catarina, sei que você é uma ótima garota e uma boa profissional. Falei com um amigo e ele conseguiu uma entrevista para você no Grupo Mellendez, é para o cargo de assistente do CEO do grupo. Se você conseguir esse emprego vai exercer sua profissão em uma empresa global, é um excelente cargo, mas não é aqui em Campanário. Você teria que se mudar para Porto Paraíso. Eu sei que é um passo enorme, mas acho que você deveria considerar, vai ser excelente para você. Enfim, envie um e-mail para o endereço eletrônico no cartão com a sua resposta desistindo da vaga ou aceitando a entrevista virtual. - Sr. Lascuran, eu não tenho palavras para agradecer! Vocês sempre foram tão bons comigo! O Grupo Mellendez é um dos maiores conglomerados de empresas do país! Trabalhar lá é um sonho! Eu vou aceitar a entrevista sim, se tiver que me mudar eu vou, sei que será uma grande oportunidade. – falei com convicção, pois não seria ruim me afastar daquelas pessoas maldosas da minha família, principalmente agora que a “rainha” Kelly estava grávida e a mãe dela resolveu pedir tudo que é do Pedro pro rebento do casal canalha! Ainda bem que minha mãe disse a ela que isso era um absurdo, mas que de qualquer forma seria impossível, pois eu já havia dado tudo que não servia mais para o Pedro para uma conhecida que estava grávida. Minha mãe andava muito chateada com a irmã, pois ela estava sempre se desfazendo do meu filho, sempre se referia a ele como o menino sem pai e isso magoou muito minha mãe. Indo embora dessa cidade, só vou lamentar em deixar meus pais e meus amigos, mas sei que eles vão me apoiar mais uma vez. Agradeci ao Sr. Lascuran e sai do escritório. Cheguei a minha mesa e falei com o meu chefe, outro Sr. Lascuran, mas ele não gostava de ser chamado assim então o chamava pelo nome: - Aldo, seu irmão conseguiu uma entrevista pra mim no Grupo Mellendez. Ele sorriu: - Eu sei, ele acabou de me ligar, acho que você deve agarrar a oportunidade, se não der certo você volta. Sorri pra ele e fui logo enviar o e-mail para marcar a entrevista. Recebi rapidamente a confirmação de que a entrevista seria no dia seguinte às dez horas da manhã, já que eu já havia tomado a iniciativa de enviar o meu currículo, a entrevista seria rápida. Naquela noite em casa falei com os meus pais que entenderam, mesmo se preocupando em como eu ia cuidar de uma criança sozinha em outra cidade e ficando chorosos porque ficariam longe do neto. Me apoiaram como sempre e ficaram felizes com a oportunidade que eu recebi. Pedi que eles não contassem para ninguém. Quando a Mel chegou, ela ia todos os dias ver o afilhado, contei tudo e ela me ajudou a me preparar para o dia seguinte. Na hora da entrevista, fui para a sala de reuniões do meu trabalho, meu chefe havia me liberado, me sentei e esperei a chamada. Fui entrevistada por uma senhora muito gentil e inteligente, Sra. Mariana Toledo. Foi muito agradável, conversamos por duas horas, ela me passou todas as informações do cargo, salário e benefícios, no final ela me disse: - Catarina, você está contratada! Você vai me substituir, já que eu estou indo para um cargo de diretoria na filial de Londres, então você ocupará meu cargo aqui. De modo que gostaria que você começasse o mais rápido possível, pois eu viajo daqui a dez dias e gostaria de lhe passar tudo antes de ir. E também não gostaria de reagendar a minha partida. Quando você pode começar? - Eu preciso apenas que meu chefe me libere, mas creio que posso estar aí na segunda. – Já era sexta, será que o Aldo concordaria em me liberar ainda hoje? - Perfeito. Você pode me enviar um e-mail confirmando depois de falar com ele. Você tem alguma dúvida? - Não, senhora. Está tudo claro. -Ótimo! Bem vinda ao Grupo Mellendez, tenho certeza que você vai se sair muito bem. Te espero na segunda. Ela encerrou a chamada e meu coração estava disparado, eu tinha conseguido. O emprego era ótimo, o salário melhor ainda e eu ainda teria chance de progredir. Era um sonho. Mas era hora de correr para resolver tudo. Fui imediatamente falar com meu chefe. Ele ficou feliz, ligou para a contabilidade e mandou fazer meu acerto imediatamente. Após o acerto ele me liberou, disse que eu teria sempre um lugar para voltar se precisasse, mas que sabia que eu iria me dar muito bem. O agradeci por tudo e saí. Mandei o e-mail de confirmação para a Sra. Mariana, dizendo que na segunda, às oito da manhã, estaria na empresa, e fui logo falar com a Mel e o pai dela, tinha que agradecer. E aí foi a Mel quem me surpreendeu: - O que você achou, que ia levar meu afilhado embora assim? Não vai mesmo! Meu pai conseguiu uma entrevista para mim na Lince Mundi em Porto Paraíso. Eu vou me mudar com você e vamos morar juntas. O que acha? Isso era perfeito! Fiquei muito feliz, mas logo perguntei: - Mel, mas e o Nando? - O Nando já pediu na empresa a transferência dele pra filial de Porto Paraíso, lá ele terá mais oportunidades também. Ele vai daqui a quinze dias. Amiga, vida nova para nós três. Eu estava muito feliz. A Mel já havia orquestrado tudo. O Nando ia nos levar e ela ficaria com o Pedro para eu trabalhar até conseguirmos a creche. Ela já tinha três creches para visitar e o pai dela já havia disponibilizado um apartamento mobiliado na cidade pra gente. Era bom demais, eu estava até com medo. Percebendo, a Mel me cutucou e me disse: - Aprenda a aceitar as coisas boas que a vida te oferece! Eu sorri pra ela e fomos para a casa dos meus pais. Era hora de dar a notícia e nos despedir. Porto Paraíso fica do outro lado do país, então ficaríamos sem nos ver um tempo. Meus pais ficaram felizes, até eu dizer que partiria na manhã seguinte, aí a despedida foi uma tristeza. Era difícil deixá-los para trás, mas era necessário. Com o salário que eu receberia, poderia ajudá-los agora. Isso era bom. Na manhã seguinte o Nando e a Mel chegaram pontualmente. O pai da Mel deu uma caminhonete de presente para ela, o que facilitou muito fazer nossa mudança. O Nando colocou tudo na caminhonete e lá fomos nós, seria o dia todo na estrada. Chegamos a Porto Paraíso já era tarde da noite de sábado, Pedrinho estava muito cansado, se divertiu muito durante a viagem, era tudo novidade. Nos acomodamos, pedimos comida e depois de comer fomos dormir. No domingo percorremos a cidade reconhecendo tudo, Porto Paraíso era uma cidade muito grande, cheia de indústrias, muito moderna, ficava no litoral e o porto atraia muitos negócios para a cidade, era um centro urbano de primeiro mundo. O apartamento em que iríamos morar ficava perto de uma das creches que a Mel havia contactado, isso era ótimo, e também não ficava longe da empresa, de metrô eu chegaria em vinte minutos. Era lindo, decorado em estilo moderno e bem arejado e iluminado, com janelas enormes. À noite deixamos o Nando no aeroporto e de volta em casa fomos descansar, o dia seguinte seria um grande dia, eu começaria no emprego e a Mel faria sua entrevista virtual e marcaria com a diretora da creche perto do apartamento para irmos conhecer e conversar. Coloquei meu filho na cama, ele estava cansado de tanto que se divertiu hoje. Eu observei por um tempo seu soninho tranquilo e estava confiante de que aqui nós teríamos uma vida muito boa. Pedro agora tinha seu próprio quarto, eu e a Mel combinamos de comprar umas coisinhas para deixar bem a nossa cara, dar um toque pessoal. Peguei a babá eletrônica e fui para o meu quarto. Abri uma das minhas caixas e comecei a arrumar tudo ali. Quando abri a última caixa, tirei dela a caixa com minhas lembranças da noite do baile, a abri, passei a mão por aquele vestido lindo e suspirei mais uma vez. Peguei o perfume e pensei, “por que não?”, a partir de amanhã eu usaria esse perfume todos os dias, meu salário era bom e quando esse acabasse eu poderia comprar outro. Guardei a caixa, deixei o perfume sobre a penteadeira e fui dormir cheia de expectativas com essa vida nova que se abria a minha frente. CAPÍTULO 5: Meu novo chefe é muito estressado Me apresentei na empresa às oito da manhã. Fui muito bem recebida pela Sra. Mariana, que me apresentou todo mundo e todos foram gentis. O chefe não estava lá, estava viajando e chegaria no final da semana. O escritório era lindo, muito moderno, todo decorado em branco, aço inox e detalhes verdes, muito profissional e acolhedor ao mesmo tempo. Era elegante e eu gostei muito. Fiquei particularmente feliz por ter escolhido vestir um terno amigo, com uma blusa de cetim verde escuro por baixo e saltos amigos. Eu deveria estar elegante todos os dias agora, afinal ia trabalhar direto com o presidente da empresa. No meio da manhã recebi uma mensagem da Mel dizendo que conseguiu marcar com a diretora da creche próxima ao nosso apartamento para a hora do almoço. Expliquei a situação a Sra. Mariana e perguntei se seria possível me liberar no horário, mas que eu estaria de volta a tempo. - Então você tem um filho. Qual a idade dele? – ela me perguntou com um sorriso. - Ele tem dois anos. É um garotinho muito esperto. Não foi planejado, mas é a razão da minha vida! - Qual o nome dele? - Pedro. - Pedro. Um nome forte. Você não é casada, isso eu sei, mas e o pai do seu filho, vocês continuam juntos? – Meu coração despencou, como é que eu explico pra ela que não sei quem é o pai? Mas eu não minto, então vamos enfrentar a verdade. Contei para ela que o pai do Pedro era um homem que eu conheci em uma festa e nunca mais vi, ela me olhava séria, não havia julgamento nos olhos dela. Então me disse: - Você tem o meu respeito, Catarina, não é fácil ser mãe solteira, e é muito difícil contar verdades como essa que você sabe que vai despertar o julgamento dos outros. Obrigada pela confiança e honestidade. Vai lá resolver a creche para o seu filho, continuamos à tarde, não precisa correr. Agradeci e me despedi dela indo encontrar a Mel e o Pedro. Minha admiração e respeito pela Sra. Mariana só cresciam. Ela é uma mulher de uns cinquenta e cinco anos, cabelos loiros bem claros e olhos azuis quase transparentes. É uma mulher bonita e elegante, mas principalmente é muito acolhedora. Nós nos demos muito bem. Durante o resto da manhã ela me encheu de informações sobre o trabalho e eu ia anotando tudo. Na hora do almoço eu saí do prédio e a Mel já estava me esperando na porta com o Pedro. Entrei no carro e fomos almoçar antes de ir à creche. Eu e a Mel adoramos a creche e o Pedro já estava enturmado correndo com os novos amiguinhos, ele é um menino muito extrovertido. Isso me deixou muito feliz! Meu filho estava feliz! Desistimos de ver as outras creches, pois essa era ótima e ficava muito perto de casa, a três quarteirões de distância. Fizemos a matrícula e acertamos todos os detalhes. A diretora sugeriu que deixássemos o Pedro até o final do dia, já que ele estava se divertindo e assim já ia se adaptando. A Mel ficou de buscá-lo no fim do dia. A Mel me deixou na empresa novamente e me disse que voltaria pra casa para se preparar para a entrevista de trabalho que seria no meio da tarde. Voltei à minha sala e cheguei antes da Sra. Mariana. Sentei à mesa e fui repassando tudo o que ela já havia me informado. O telefone sobre a mesa tocou e eu fiquei sem saber o que fazer, mas aquela seria minha mesa, então atendi com a voz mais profissional possível: - Grupo Mellendez, presidência, boa tarde, em que posso ajudar? Ouvi do outro lado um silêncio sepulcral seguido de um longo suspiro. Alguém vociferou do outro lado, com certa impaciência e uma voz forte e meio rouca: - Passa para a Mariana. Levei um susto, mas me controlei e respondi: - Desculpe, senhor, mas a senhora Mariana ainda não retornou do almoço. Posso ajudá-lo ou o senhor gostaria de deixar um recado? - Quem está falando? – falou do outro lado ainda mais impaciente. - Meu nome é Catarina, sou a nova assessora do Sr. Mellendez. - Mas eu não te conheço. – Parecia que ele ficava mais impaciente a cada vez que falava. - É que hoje é meu primeiro dia, senhor. O senhor gostaria de deixar um recado? - Diga a Mariana para me ligar assim que puser os pés no escritório. - Perfeitamente, senhor. E qual o seu nome? - Parece que eu sou o seu chefe! – falou rispidamente e desligou o telefone. Nossa, que homem estressado! Isso não estava na descrição do cargo. Imediatamente minha garganta apertou, meu chefe e eu já tinha causado má impressão? Eu estava muito ferrada! Comecei a pensar que não ia durar nesse emprego. Pouco depois a Sra. Mariana chegou e eu lhe transmiti o recado com uma cara de preocupação. Ela olhou pra mim sorrindo, como se entendesse meu receio, e perguntou: - Ele estava calmo? Eu olhei pra ela e não aguentei: - Ele estava a ponto de ter um colapso nervoso. Certamente a jugular dele estava saltando no pescoço. Ela caiu na gargalhada e depois disse: - Vocês dois vão se dar muito bem! Você vai domar a fera, tenho certeza. Eu não tinha essa certeza. Talvez eu nem devesse desfazer as malas, esse homem iria me engolir viva! LEARN_MORE https://hunled.com/market/buenovela/3?lpid=15216&u Casa dos livros https://www.facebook.com/61558148557550/ 16,723 0 0 1969-12-31 18:00 0 0 0 0 0 0 Learn More 0 hunled.com DCO 🔥Mais grandes romances aqui🔥 https://hunled.com/market/buenovela/3?lpid=15216&utm_campaign={{campaign.name}}&utm_content={{campaign.id}}&adset_name={{adset.name}}&adset_id={{adset.id}}&ad_id={{ad.id}}&ad_name={{ad.name}}&placement={{placement}} 1969-12-31 18:00 https://scontent.fshd1-1.fna.fbcdn.net/v/t39.35426-6/468660465_920448223022218_1240767327146598366_n.jpg?stp=dst-jpg_s60x60_tt6&_nc_cat=110&ccb=1-7&_nc_sid=c53f8f&_nc_ohc=wFODjN0VJMEQ7kNvgEJbwgf&_nc_zt=14&_nc_ht=scontent.fshd1-1.fna&_nc_gid=A6oUB0AsXjWdRBZOIFT99Dr&oh=00_AYA3k8etbqn71WD6d6RygRXAm2vU5496mCt7zU8EJKCkKQ&oe=675187AE PERSON_PROFILE 0 0 0 Casa dos livros 0 0 1969-12-31 18:00 View Edit
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No 2024-11-30 18:29 active 1942 0 To find out, listen to the audioseries “Rekindled Heartache” (FREE for a limited period of time) Click on the link below to download the PocketFM app, now! Listen to one of the most interesting audio series “Rekindled Heartache” Only on the PocketFM app. Download Now! INSTALL_MOBILE_APP http://play.google.com/store/apps/details?id=com.r Rekindled Heartache By Pocket FM https://www.facebook.com/pocketfm.rekindledheartache/ 7,478 0 0 1969-12-31 18:00 0 0 0 0 0 0 Install now 0 play.google.com VIDEO http://play.google.com/store/apps/details?id=com.radio.pocketfm 1969-12-31 18:00 https://scontent.fshd1-1.fna.fbcdn.net/v/t39.35426-6/442426681_382482858119782_8934642607422595363_n.jpg?stp=dst-jpg_s60x60_tt6&_nc_cat=107&ccb=1-7&_nc_sid=c53f8f&_nc_ohc=KSzTxSeeUM8Q7kNvgFt8Fr9&_nc_zt=14&_nc_ht=scontent.fshd1-1.fna&_nc_gid=A0XOkJnfuM9OwcmC_jn9jN7&oh=00_AYAouxvurC_LksfF0y_rDD-lcH0IecWXjdzcG_i-GXblBA&oe=67519757 PERSON_PROFILE 0 0 0 Rekindled Heartache By Pocket FM 0 0 1969-12-31 18:00 View Edit
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Yes 2024-11-30 18:30 active 1942 0 Para ella, casarse con su mejor amigo y quedar embarazada de su hijo fue un sueño hecho realidad. Pero en ese momento feliz, la mujer que amaba su marido regresó... ===== ¿Lo había oído bien? ¿Estoy embarazada? ¡Estoy embarazada de un bebé de Pierce! ¡Mi mejor amigo y mi primer amor! --Qué bueno que haya sido cautelosa, pudo haber perdido a su bebé, señorita Monroe --me dijo el ginecólogo con seriedad al ver la sorpresa en mis ojos. En ese momento, me toqué el vientre inconscientemente, sin poder creer que hubiera un bebé acostado allí. Cuando salí del hospital, no podía esperar para contarle a Pierce sobre nuestro bebé. Me preguntaba cuál sería su reacción. ¿Gritaría de felicidad? ¿Me b**aría y todo eso? ¡Dios! No podía contener mi felicidad. Incluso tomé mi cara roja entre mis manos mientras fantaseaba. Pero en el momento en que sentí el frío del anillo en mi dedo, mi corazón que latía salvajemente se calmó. Casi olvidaba que Pierce no estaba interesado en tener hijos, menos considerando que nuestro matrimonio fue arreglado por su familia. Por supuesto, Pierce era un completo caballero, como amigo y como marido. Cada vez que teníamos relaciones s**uales, él era considerado y cauteloso, y decía que no era necesario agregar más ataduras si no estábamos listos. Este bebé, en cierto modo, estaba fuera de los planes. --Señora, ¿está todo bien? ¿Necesita que llame al jefe? --preguntó mi conductor privado, Luke, preocupado al notar mi ceño fruncido. Luke era confiable como un miembro de la familia, pero no quería contarle porque quería que Pierce fuera el primero en enterarse de esta noticia. Él era el padre de mi bebé. --No --dije y negué con la cabeza, dándole a Luke una sonrisa tranquilizadora--. Está en el vuelo. Hablaré con él más tarde --y así vería su respuesta yo misma en sus crudas expresiones. Siempre fui buena en eso. Finalmente, cerré los ojos y recordé el día en que nos conocimos. Su brillante sonrisa a la luz del sol era tan deslumbrante que parecía un príncipe. Me enamoré de él a primera vista, mucho antes de que nos convirtiéramos en mejores amigos. Pero era sólo un amor no correspondido y yo lo sabía bien. En ese instante, bajé la ventanilla del auto para tomar un poco de aire fresco y, sin quererlo, vislumbré nuestra antigua escuela secundaria. Ese sentimiento amargo llenó mi pecho una vez más... Pierce fue mi primer amor, pero yo no era el suyo. En la escuela secundaria, yo no era más que una nerd aburrida a los ojos de los demás, mientras que Pierce Anderson era el brillante mariscal de campo. Todos se sorprendieron de que pudiéramos ser amigos. Aunque las hostilidades hacia mí aumentaron, disfruté estar cerca de él y poco a poco me di cuenta de que no quería ser sólo su amiga. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de confesarle mis sentimientos, otra chica llegó a su vida. Sacudí la cabeza tratando de deshacerme de esos viejos y tristes recuerdos. Luego toqué el frío anillo de bodas en mi dedo y me dije que el pasado ya había pasado. Pierce dijo que habían terminado y que ahora yo era su esposa. Sí, yo era su esposa y además estaba embarazada de su bebé. Pronto, me sequé las lágrimas de las comisuras de los ojos y abrí la puerta de nuestra casa. Mi corazón se calmó al respirar el aroma de mi hogar, nuestra casa. Pierce y yo la decoramos juntos con nuestras propias manos. Lo disfrutamos. Sí, tal vez estaba pensando demasiado. Esa mujer había estado fuera de nuestras vidas durante mucho tiempo y los últimos tres años mi matrimonio con Pierce fueron tan hermosos como un cuento de hadas. Una vez dentro, miré el reloj de la pared. Para ese entonces, Pierce ya debería haberse bajado del avión. Estuvo más de un mes en viajes de negocios de nuestra empresa familiar. Pierce era el presidente de ADE, la empresa de revistas de moda líder en toda Asia, y yo era la vicepresidente de la compañía. No sólo éramos compañeros de vida, sino también buenos socios en el trabajo. En verdad lo extrañaba. De inmediato, marqué su número, pues tenía muchas ganas de escuchar su voz y saber cuándo llegaría a casa. Le prepararía una buena comida y él me premiaría con un dulce beso. Y luego podríamos... Vaya, en ese momento casi olvidé que estaba embarazada. Debía contarle eso primero y luego podríamos hacer otra cosa. Estaba imaginando felizmente nuestra encantadora reunión, pero mi corazón dio un vuelco cuando una voz de mujer cruzó la línea. --¿Hola? Al escuchar esa sola palabra, dejé caer mi teléfono, que se rompió al chocar contra el suelo, y mi cuerpo empezó a temblar incontrolablemente. ¡NO! ¡No podía ser ella! ¡No podía ser Lexi! ¡Ella ya estaba fuera de nuestras vidas! Debí haber escuchado mal. De inmediato, corrí hacia la nevera en un intento por calmarme con la ayuda de un poco de al**hol. Pero en el momento en que toqué la botella de v**o, recordé las palabras del médico sobre mi bebé. Debía tener cuidado por la salud de mi bebé, así que solo agarré una caja de leche y caminé hacia el sofá. En ese entonces, no sabía qué me hizo reconocer esa voz como la de Lexi. Nosotras nunca fuimos cercanas. Lexi Gilbert era la típica belleza rubia por la que los hombres se volvían locos. Ella era una animadora popular en la escuela secundaria, mientras que Pierce era el mariscal de campo estrella. Encajaba mejor con él que una nerd como yo, ¿verdad? No me sorprendió que se haya enamorado de ella. Mi orgullo no soportó ver al hombre que amaba volverse loco por otra mujer, así que una vez intenté alejarme de ellos en silencio, pero Pierce se negó a salirse de mi vida. Cada vez que me ahogaba en un mar de libros y estudios para olvidarlos, Pierce aparecía en mi puerta invitándome a salir. No podía decirle que no a su sonrisa encantadora y tampoco podía decirle que no porque afirmaba que era su deber como mi mejor amigo llevarme a disfrutar del mundo real. Para no arruinar nuestra amistad, oculté mi corazón roto y desempeñé en silencio el papel de su mejor amiga, siempre a su lado y observando su rostro feliz por otra chica. Finalmente, cuando supe que Pierce planeaba proponerle matrimonio a Lexi, me armé de valor y fui a estudiar al extranjero, sin saber que su abuela me llamaría para rogarme que regresara. Por supuesto, volví a toda prisa sólo para ver a Pierce sin vida. Lexi le había herido gravemente el corazón y el mío sufría por mi amado. Empecé a odiar a Lexi desde ese momento. Le había entregado a mi amado hombre, ¡cómo se atrevió a hacerle tanto daño! ¡Esa bruja! Pierce no le contó a nadie lo que pasó, excepto que había terminado con Lexi. Luego, la abuela arregló nuestro matrimonio. No entendí por qué estuvo de acuerdo hasta que un día lo escuché decir que casarse con cualquiera que no fuera Lexi sería lo mismo para él. Aquello me dolió mucho, pero aun así me casé con él sin pensarlo dos veces. Mi amado estaba destrozado y quería recomponerlo, sin importarme si eso me arruinaba a mí en el proceso. Me quedé dormida sintiéndome muy insegura y preocupada. Me desperté en medio de la noche cuando sentí que alguien acariciaba mi mejilla. Lentamente abrí los ojos y me di cuenta de que me había quedado dormida en la sala de estar. Alguien me levantó del sofá e inmediatamente reconocí su olor y tacto mientras lo miraba con los ojos entrecerrados. --Pierce… --Hmm --murmuró mientras caminaba hacia las escaleras--. ¿Por qué te dormiste en el sofá? Yo solo me quedé mirándolo a la cara y luego me dejó suavemente sobre la cama, acarició mi cabello y besó mi frente. Siempre fue tan gentil y por eso lo amaba tanto. Llevábamos más de un mes separados, mi cuerpo lo extrañaba y mi corazón lo anhelaba. --¿Dónde estabas? Te estuve esperando --dije mientras acariciaba su mejilla. --Acabo de encontrarme con un amigo. Dijiste que me estabas esperando, ¿es urgente? Al ver su rostro amable, de repente no quise arruinarle el momento, así que cerré mis labios entreabiertos y tragué la verdad para devolverla a mi estómago. Mañana, tal vez mañana tendría el coraje de afrontar todos los rompecabezas. De modo que solo sacudí la cabeza, hice un puchero y le dije que tenía sueño. Él se rió entre dientes y me dio un beso de buenas noches, pero en el momento en que estuvo a punto de dejarme, por alguna razón entré en pánico. Rápidamente lo agarré y lo b*sé con toda mi pasión... Lo extrañaba y lo quería. --Espera, Kels --dijo y me detuvo, sujetando mis locas manos sobre la cama--. Pensé que habías dicho que tenías sueño y que necesitabas descansar. --Sí, pero te extraño --exclamé y lo miré con inocencia. Pude captar el deseo brillando en sus ojos, pero se desvaneció de pronto y yo no comprendía por qué. Solía ​​​​ponerse feliz cuando yo tomaba la iniciativa. En ese instante, como si notara mi confusión, se rió entre dientes y me pellizcó juguetonamente la nariz. --Me daré una ducha. Huelo a al**hol --manifestó. Yo solo asentí y lo miré mientras caminaba hacia el baño. Pronto la somnolencia volvió a atacarme, así que cerré los ojos para tomar una siesta. Sin embargo, ya era de mañana cuando abrí los ojos nuevamente y Pierce estaba a mi lado, poniendo una bandeja con comida en la mesita de noche. --¡Ey! --lo saludé y sonreí cuando me di cuenta de lo que había hecho. Me había preparado el desayuno para llevármelo a la cama. Era tan dulce. Él sonrió y se sentó en la cama. --Buen día. Le devolví la sonrisa mientras me sentaba en la cama. En ese momento, agarró la bandeja y la puso a mi lado. Al instante, levanté una ceja e incliné la cabeza mientras miraba su hermoso rostro. Sus cejas espesas y negras enmarcaban sus hermosos ojos de color marrón oscuro. Su nariz era orgullosa y puntiaguda y sus labios eran rojos y finos. Parecía un chico malo y s*xy, incluso Damon Salvatore se avergonzaría de estar a su lado. Nadie tenía posibilidad alguna contra este hombre. --¿Qué es esto? ¿Un soborno? Me dejaste plantada anoche, chico malo --dije. Él no se rió. Exhaló un suspiro y colocó con suavidad mi cabello detrás de mis orejas antes de tomar mi mano y mirarme a los ojos. --Tengo algo que decirte. Al instante, sentí que mi corazón se aceleraba y pensé en nuestro bebé en mi útero. Tenía algo que decirme, yo también tenía algo que contarle. --¿Q-Qué cosa? --pregunté con voz temblorosa. De repente, dio un profundo suspiro y comenzó: --Sabes que eres importante para mí, ¿verdad? Asentí lentamente con los labios entreabiertos. No pude responder, tenía miedo de lo que estaba a punto de decir. Tenía un mal presentimiento. --Eras mi mejor amiga antes de casarnos. Eres una de las pocas personas que valoro… --prosiguió. Mientras hablaba, escondí mis puños cerrados debajo de la sábana. No sabía por qué me decía todo esto, pero ya podía sentir las lágrimas acumulándose en el rabillo de mis ojos. --Kelly... --hizo una pausa y cerró los ojos con fuerza antes de volver a mirarme a los ojos--. Creo que es hora de que nos divorciemos. --P-Pierce… --exclamé y sentí que mi corazón se apretaba. Él sonrió. --Sé que tú tampoco sientes nada por mí. Te casaste conmigo por mis abuelos, hiciste esto solo porque los amas. Ahora llegó el momento de nuestra verdadera felicidad, Kelly. Al oírlo, no pude evitar sacudir la cabeza. --¿De qué estás hablando, Pierce? --inquirí. --Lexi ha vuelto, Kelly. Mi primer amor ha vuelto. Capítulo 2 Punto de vista de Kelly--Llueve sobre mojado De inmediato, me levanté de la cama e intenté irme, pero Pierce me agarró la mano. Rápidamente me sequé las lágrimas que rodaban por mis mejillas antes de que él pudiera verlas. Luego, se paró frente a mí y me miró a la cara mientras yo intentaba con todas mis fuerzas mirar hacia abajo y evitar verlo a los ojos. Sentí que mi corazón se rompía en pedazos. Pensaba… pensaba que podría hacer que se enamorara de mí en esos tres años que pasamos juntos. Pensaba que sus sentimientos cambiarían y me vería como una mujer en lugar de solo su mejor amiga. Fui estúpida por tener esperanzas y soñar tan alto. Fallé. Sin importar cuánto lo intentara, su corazón pertenecía sólo a su primer amor: Lexi. --Kelly… En ese momento, contuve el aliento y me tragué el dolor mientras lo miraba. Luego fingí una sonrisa y dije: --Debo lavarme las manos antes de comer. Pero él me miró a los ojos como si intentara descubrir lo que estaba pensando. Yo sabía que él me conocía demasiado bien, así que traté con todas mis fuerzas de ocultar mi dolor y le sonreí. Finalmente, suspiró y soltó mi mano. --Bueno. Te esperaré aquí. Comamos y vayamos a trabajar juntos. ¿Juntos? ¿Por qué era tan cruel? ¿Quería que nos siguiéramos llevando bien como si no me hubiera pedido el divorcio? ¿Quería que nos quedáramos como estábamos justo después de decirme que su primer amor había regresado y quería divorciarse de mí? Oh Pierce, ¿qué estaba pasando por tu cabeza? Antes podía obligarme a mí misma a quedarme en el puesto de su mejor amiga mientras le deseaba felicidad, pero ya no tenía ese coraje después de los tres años que habíamos compartido. No había manera de que pudiera soportar esa tortura otra vez, en especial ahora que cargaba a su bebé. El bebé... en un principio pensé que era una buena noticia para nosotros, pero ahora... supongo que sería más bien una carga para él. Una carga que le impediría conseguir su verdadero amor y su libertad. Yo sabía muy bien cómo crecía un niño no deseado. Mis padres se divorciaron antes de que mi madre muriera y la nueva familia de mi padre me odiaba, lo que me dolía muchísimo. Por eso no quería que mi bebé experimentara lo mismo que yo sentí, así que debía mantener a mi bebé alejado de él. --No podemos --dije mientras fingía una nueva sonrisa--. Debo visitar el estudio para la sesión de fotos de nuestros nuevos modelos… --Iré contigo. --No --contesté y aparté su mano. Sus ojos siguieron mi mano antes de levantar la cara para mirarme de nuevo--. Tienes documentos que firmar. Nuestros horarios ya están organizados, ¿recuerdas? --Pero… --Tengo un conductor personal, Pierce. Estaré bien sola --afirmé. Finalmente, suspiró y asintió con calma. En ese momento, le di la espalda y entré al baño. Inmediatamente abrí la ducha y me paré bajo el agua fría. Las lágrimas cayeron en cascada por mis mejillas mientras me cubría la boca para reprimir los sollozos. Mis hombros temblaban mucho y cuando pensé en mi bebé, tragué saliva y traté de calmarme. Luego me limpié la cara y acaricié mi vientre. Debía ser fuerte y mantener la calma. No podía arriesgar la vida de mi bebé sólo porque me habían roto el corazón. Tenía que lidiar con esto de forma inteligente. Unos minutos después, tomé un respiro profundo y terminé mi ducha. Cuando salí del baño, me sorprendió ver que Pierce todavía estaba allí. Estaba luchando por arreglarse la corbata frente al espejo de cuerpo entero. También noté un par de zapatos y un vestido míos sobre la cama. --¡Ey! Elegí tu vestido para hoy --dijo. Como nuestro matrimonio no era público, Pierce dijo que haría pequeñas cosas para mí como marido. De hecho, lo había hecho bien y yo solía disfrutar de estos dulces momentos que me regalaba, pero ahora sentía que eso mismo me m**aría. Al segundo siguiente, agarré el vestido y entré al vestidor, sentiendo que me seguía. Volví a guardar el vestido blanco y elegí uno rojo. Cuando me di vuelta y lo tuve de frente, lo vi con la frente arrugada. --Hoy prefiero el rojo. Me sentiré hermosa con este vestido --expliqué con una sonrisa. Al instante, sus ojos se dirigieron al vestido que sostenía y su rostro inmediatamente se calmó. Al final asintió y caminó hacia mí. --Ya veo. Pero antes ayúdame a arreglar esto --me pidió. Sin dudarlo, puse mi vestido en su brazo y comencé a arreglarle la corbata. Podía sentir sus ojos mirándome intensamente y eso hacía que mi corazón latiera muy rápido. Respiré hondo y me mordí el labio inferior mientras luchaba por arreglar su corbata. De pronto, mi visión se volvió borrosa otra vez. ¡Maldición! --Kelly… No pude evitar sobresaltarme en shock. --¿Mmm? --¿Estás bien? --preguntó. Lo miré y sonreí: --Sí. --Tengo algo más que decirte. En ese instante, terminé de arreglarle la corbata y le quité rápidamente el vestido del brazo. Lo miré antes de pasar junto a él y dije: --Hablaremos después. Voy a llegar tarde. Lo escuché suspirar antes de volver a seguirme. Me vestí mientras él estaba detrás de mí. Estuvo en silencio todo el tiempo, como si estuviera pensando en algo. --Deberías desayunar antes de irte --comentó. Un segundo después, me paré frente a él y asentí. --Lo haré. Deberías irte ahora --respondí. --Kelly, estamos en la misma página, ¿verdad? --preguntó. Lo miré fijamente. No, Pierce. Nunca estuvimos en la misma página. Sólo fueron mis estúpidas fantasías. Pensaba que sentías algo por mí, pero estaba muy equivocada. --Si hablas del divorcio, lo entiendo, Pierce. Sé lo que tengo que hacer. Sólo dame algo de tiempo porque estoy muy ocupada con la empresa. No huiré. --Kelly, no estoy haciendo esto sólo por mí. También lo hago por ti. Has estado encerrada conmigo desde que nos casamos. Sé que no eres feliz porque en el fondo también quieres encontrar al hombre que te mereces. Alguien que realmente te ame, no yo. No alguien indiferente. --Entiendo lo que tratas de decir, Pierce --dije y traté de darle la espalda, pero antes de poder hacerlo, él me sujetó por la cintura y me mantuvo en el lugar. Luego hizo todo lo posible para captar mis ojos hasta que lo consiguió. Su mirada era de preocupación. --Eres mi mejor amiga. No quiero perderte, Kels. Eres una de las pocas personas… --Lo sé --lo interrumpí con frustración. Parecía sorprendido, así que me calmé--. Ya lo sé. No tienes que preocuparte. Simplemente estoy estresada por el trabajo, no es por el divorcio. En ese instante, sus labios se separaron, asintió lentamente y soltó un suspiro. Luego, caminó hacia mí y me congelé cuando besó mi frente con dulzura… --Gracias, Kelly --susurró. Al oírlo, mi corazón se apretó. Habían pasado tres años pero todavía era una cobarde. «¿Por qué no puedes simplemente decirle que lo amas, Kelly? ¡Él es tu esposo y estás llevando su bebé! ¡Díselo y tal vez cambie de opinión!» pensé. Con eso en mente, tragué saliva y estuve a punto de decírselo, pero justo en ese momento su teléfono sonó. Pude ver el identificador de llamadas. Era Lexi. --Me tengo que ir --afirmó y se rascó la cabeza a modo de disculpa, mientras las comisuras de su boca se curvaban hacia arriba--. Llamé a Luke. Te espera afuera. Come antes de irte, ¿sí? Con eso, salió de nuestra habitación. De repente, las lágrimas que había logrado reprimir hasta ese momento volvieron a brotar. ¿Por qué había pensado que podría tener una oportunidad? Él tomó su decisión en el momento en que me pidió el divorcio, ¿verdad? Siempre que se trataba de Lexi me abandonaba. Capítulo 3 Punto de vista de Kelly--Mantener la compostura Entré al estudio con tacones rojos de cinco centímetros y un vestido igualmente rojo. Todos miraron en mi dirección cuando entré caminando por el pasillo y me saludaron con una sonrisa, pero mantuve mi rostro estoico, sin mostrar emoción alguna. La conversación de esa mañana con Pierce todavía estaba en mi cabeza, pero no podía permitir que afectara mi trabajo. No podía fallar en mi trabajo después de haber fracasado en mi matrimonio. De modo que respiré profundamente para recomponerme. Un momento después, cuando entré a la sala de la sesión de fotos, noté que todos estaban sumidos en el caos. --¡No podemos! No responde las llamadas. ¿Qué debemos hacer? La vicepresidente viene hoy, se enojará. --Podemos simplemente decirle la verdad. Ella es amable. --¡No lo será con esta situación, Lily! Nos va a regañar... --¿Qué está pasando aquí? --pregunté mientras entraba a la sala. De inmediato, el personal me miró con expresiones preocupadas y entonces supe que había un problema. --B-Buenos días, señorita Monroe. Señorita Monroe. Por supuesto, nadie sabía que Pierce y yo estábamos casados ​​excepto nuestras familias. Sentí como si pellizcaran mi corazón con esa verdad. Dolía. Rápidamente, la miré sin comprender. --¿Qué ocurre? --T-tenemos un problema, señorita Monroe. La señorita Chen, nuestra modelo, no atiende nuestras llamadas. Dijo que escuchó que íbamos a cambiar de modelo así que… no quiere venir. Incluso... amenazó con presentar una demanda contra nosotros. Después de decir eso, inclinó la cabeza. Yo apreté los dientes y recorrí el lugar con la mirada. --¿Dónde está la directora de marketing? --inquirí. --E-Ella todavía está tratando de convencer a la señorita Chen, señorita Monroe. Luego de escuchar el problema, me masajeé la frente y cerré los ojos con fuerza. Un segundo después, me agarré del pelo y grité de ira. Sentí que todos a mi alrededor se sobresaltaban sorprendidos. Yo solo suspiré y tomé una gran bocanada de aire antes de mirar a mi alrededor. --Señorita Monroe... --¿Qué es todo esto, señorita Hayley? Tú eres la directora de marketing, ¿qué está pasando? --Señorita Monroe, no sé cómo sucedió, pero la señorita Chen escuchó que usted cambiará de modelo. Está a punto de presentar una demanda contra nosotros... ¿Cambiar de modelo? ¿Cómo es que yo no sabía nada al respecto? La señorita Chen siempre había sido nuestra modelo de confianza y, si no era necesario, cambiar de modelo para una sesión comercial con tan poca antelación sólo causaría muchos problemas a la empresa. Nunca permitiría un error como este. --Yo no pedí eso. Debe ser un error --la interrumpí para ahorrar tiempo--. ¡Arregla este desastre o tendré que despedirte! --Señorita Monroe... Fue el presidente quien nos pidió que la cambiáramos --explicó Hayley vacilante--. Lo ordenó ayer tan pronto como regresó de su viaje de negocios. Aquella verdad me golpeó con fuerza. ¿Fue orden de Pierce? ¿Por qué no me lo dijo? Solía ​​discutir conmigo cada decisión importante antes de tomarla. --No puede ser... --exclamé confundida. Pierce no era un hombre de negocios despistado. Siempre mantuvo una clara distinción entre el trabajo y la vida personal, razón por la cual siempre tuvo éxito. Y esa fue también la razón por la que decidió mantener nuestro matrimonio en secreto. --Sí, Kelly. Yo di la orden. --Su voz me hizo retroceder. --S-Señor Presidente… --saludó Hayley y se inclinó con respeto al ver al hombre que apareció de repente detrás de mí. --Pierce, ¡creo que me debes una explicación sobre este cambio de modelo! --dije con los dientes apretados mientras me giraba para interrogarlo. Él sabía perfectamente cuánto esfuerzo puse para ganar este proyecto. Estuve días sin dormir y la señorita Chen era la persona ideal para este trabajo. De hecho, él también estuvo de acuerdo. Pero ahora… simplemente cambió la modelo a su gusto sin avisarme con antelación. Eso fue como abofetearme con fuerza en la cara. --Continúen con el trabajo. Yo se lo aclararé --le indicó él al personal para calmarlos, ignorando la ira que estaba a punto de salir de mis ojos. --¡Contéstame, Pierce! ¿Por qué cambias de modelo tan de repente? --No pude contener mi enojo. Él simplemente me tocó el hombro y me susurró: --Este no es el lugar para discutir al respecto. Te lo explicaré en el auto. En ese momento, miré a mi alrededor y noté que los demás nos miraban furtivamente. Luego me quité sus manos de encima y caminé hacia el estacionamiento, pero durante el camino, sentía mi corazón cada vez más pesado. Tenía la sensación de que su explicación no iba a gustarme. --Vamos, dímelo --exclamé ni bien nos sentamos en su auto. Antes de hablar, me miró a los ojos como si sopesara mis emociones, pero yo aparté la mirada de nuevo. No podía soportar sus miradas, no podía soportar esos ojos que nunca me miraban como yo quería. Él no sentía nada por mí y eso me dolía mucho. --Yo-yo… --hizo una pausa y suspiró--. Reemplacé a la señorita Chen porque Lexi quiere ser nuestra modelo. Ella también encaja en el proyecto, así que estuve de acuerdo... --¿Qué? --pregunté con incredulidad. De pronto, apretó los labios y miró hacia otro lado. Luego se revolvió el cabello antes de sacudir la cabeza y tomar mi mano. --Lamento no haberte dicho antes, fue muy repentino. Ella me pidió un favor, no pude decirle que no. Rápidamente, retiré mi mano y lo miré con dolor y enojo. --No pudiste decirle que no, así que preferiste dañar a la empresa, a nuestra empresa. Me traicionaste, Pierce. --Kels, vamos. Sabes cuánto la amo. Ella es mi primer amor. Al oírlo, cerré los ojos con dolor. «Oh sí, ella es tu primer amor. Siempre la quisiste a ella, sin que te importen los demás. Si ella te frunce el ceño un poco, puedes hacer la vista gorda ante el dolor y el esfuerzo de los demás. Eres tan cruel, Pierce» pensé. --Bueno, ya lo has decidido. No tengo voz y voto en esto ya que tú eres el presidente. Ahora vete, estaré en la oficina --indiqué con frialdad mientras abría la puerta del auto para salir. --Kelly… En ese instante, lo miré a los ojos y dije: --Ve a casa temprano. Hablaremos de nuestro divorcio esta noche. Capítulo 4 Punto de vista de Kelly--Plantada Me encontraba jugueteando con el anillo de bodas en mi dedo mientras lo esperaba. Le había dicho que volviera temprano a casa, pero todavía no regresaba y ni siquiera contestaba mis llamadas. Bueno, ahora que Lexi había vuelto, probablemente ya no veía a esta casa como su hogar. De pronto, mis ojos se dirigieron a mi informe de embarazo que estaba sobre la mesa. Qué gracioso. Todavía era tan ingenua para albergar un rayo de esperanza de que las cosas podrían cambiar si le hablaba del bebé, pero este bebé estaba fuera de sus planes. Me sequé las lágrimas que se acumulaban en el rabillo de mis ojos y agarré el informe. Ya eran las cinco de la mañana cuando miré el reloj de la pared. Intenté marcar su número nuevamente, pero seguía sin responder. ¿En qué estaba tan ocupado? ¿Estaba h**iendo el a**r con Lexi? Debió haberla extrañado mucho, ¿verdad? Pronto, sin saber cuándo, me quedé dormida. Cuando sonó el despertador, inconscientemente toqué la almohada a mi lado. Frío como anoche, no había vuelto a casa todavía. Me burlé de mí misma al ver mi reflejo en el espejo de la cómoda. Los círculos oscuros bajo mis ojos se veían a simple vista y mi cabello era un total desastre, parecía un fantasma. De repente una oleada de náuseas inundó mi estómago y me di cuenta de que no había comido nada la noche anterior. De pronto, me sentí mal otra vez y rápidamente corrí hacia el lavabo y vomité. Escupí un líquido amarillento que sabía muy mal. De inmediato, me lavé la boca y miré mi propio reflejo en el espejo. Al verme, sacudí la cabeza y tomé mi frente en cuanto sentí ganas de vomitar de nuevo. Volví a escupir el líquido amarillento y mientras me lavaba la boca, sentí una cálida mano acariciando mi espalda. Inmediatamente levanté la cara y me encontré con un par de ojos marrones que me miraban a través del espejo. Detrás de mí con cara de preocupación estaba mi esposo Pierce. --¿Estás bien? ¿Te sientes mal? Debiste haberme dicho. Al instante, lo miré a través del espejo. --No respondiste mis llamadas --contesté. Ante aquellas palabras, la culpa apareció en sus ojos. --Lo lamento. Tenía cosas que hacer. Me quedé en la oficina toda la noche --afirmó. Rápidamente, me limpié la cara y pasé junto a él. Pierce me siguió mientras me sentaba frente al tocador y comenzaba a peinarme. --Kels… --Me desperté tarde. No pude preparar el desayuno. Mientras hablaba, intenté evitar sus ojos. Sentía que iba a perder los estribos y gritarle. En ningún momento sentí su egoísmo tan claramente como ahora. Decía que yo era su mejor amiga, pero nunca le habían importado mis necesidades, mis sentimientos. --Kels... sabes que no te pregunté eso. Estoy preocupado por tu salud... Kels, ¿todavía estamos bien? Ante aquella pregunta, dejé de peinarme y lentamente nuestras miradas se encontraron a través del espejo, otra vez. ¿De verdad me estaba preguntando eso? ¿Después de que me pidió el divorcio sin siquiera preguntarme si estaba de acuerdo? Él decidió por su cuenta sólo porque su primer amor había vuelto. No podía creer lo que hacía. Al final, fingí una sonrisa y dije: --No me siento bien hoy, Pierce, eso es todo. Un instante después, se puso de cuclillas a mi lado, lo cual no me resultó sorprendente porque sabía que realmente se preocupaba. Pero lo que sí me sorprendió fue que hacía todo esto después de enterrar una daga en mi corazón. --¿Estás bien? --preguntó mientras tocaba suavemente mi frente y mi cuello--. ¿Estás enferma? Dime cómo te sientes, Kels. --Mis sentimientos no importan --no pude evitar decir y parecía sorprendido por mis palabras. En ese instante, intenté evitarlo, pero me agarró de la muñeca y me hizo mirarlo. Su rostro ahora reflejaba su ira. Había perdido completamente la paciencia. --¿Qué te pasa, Kels? Has estado actuando así desde ayer. ¿Es por Lexi? ¿O porque no volví a casa anoche? --inquirió. Yo lo miré a los ojos, molesta. --¡Tú fuiste quien pidió el divorcio! Te pedí que regresaras temprano para hablar al respecto, pero me dejaste esperando toda la noche. ¿Pretendías que te diera la bienvenida con brazos abiertos después de eso, Pierce? --respondí. Al escucharme, apretó la mandíbula y sacudió la cabeza. --Kels, yo... --Ya basta. Hablaremos del divorcio después del trabajo. --¡Kels! --me llamó y me agarró de los hombros. La confusión y el dolor eran visibles en sus ojos--. ¿Estás... enamorada de mí? Aquello me desconcertó. ¿Enamorada? ¡Sí! Desde que estábamos en la escuela secundaria, desde que se convirtió en mi mejor amigo. ¿Quién no se enamoraría de alguien que te ha estado protegiendo desde entonces? Siempre he estado agradecida de tenerlo como mi mejor amigo y esposo, pero ahora… lo estaba perdiendo. Perdiéndolo irremediablemente. Decidí darle a nuestro matrimonio una última oportunidad, hacer un esfuerzo final... ...... ==== Casarse con su mejor amigo fue un sueño hecho realidad para Kelly, pero todo tiene realmente una limitación. Pierce es el primer amor de Kelly, pero como su mejor amiga, sabía bien que siempre había otra mujer en lo profundo de su corazón. Lexi Gilbert. Kelly finalmente se dio cuenta de que su feliz matrimonio de los últimos tres años era solo un hermoso sueño cuando Pierce pidió el divorcio solo porque Lexi regresó. Ella sólo podría ser su mejor amiga incluso si estuviera encinta de su bebé. ¿Por qué no merecía ser amada? ¿Qué sucederá en adelante? ¿Cómo podría Kelly salvar su corazón en esta batalla de amor y odio? Los capítulos disponibles son limitados aquí, haga click el botón abajo para instalar APP y disfrutar leyendo más contenidos maravillosos. (Al abrir el APP, directo accederá a este libro) &3& LEARN_MORE https://fbweb.manobook.com/14603375-fb_contact-spc Fun Novels https://www.facebook.com/61563251196448/ 1,978 0 0 1969-12-31 18:00 0 0 0 0 0 0 Learn more 0 fbweb.manobook.com VIDEO https://fbweb.manobook.com/14603375-fb_contact-spcp25_2-1030-core1.html?adid={{ad.id}}&char=157725&accid=860298072104208&rawadid=120215507563630204 1969-12-31 18:00 https://scontent.fshd1-1.fna.fbcdn.net/v/t39.35426-6/465411389_551216004160732_1174418618637756867_n.jpg?stp=dst-jpg_s60x60_tt6&_nc_cat=105&ccb=1-7&_nc_sid=c53f8f&_nc_ohc=3iMfDRVLyuMQ7kNvgH7bxJZ&_nc_zt=14&_nc_ht=scontent.fshd1-1.fna&_nc_gid=AYCvLaFMbFRe_WHuK2Iy5-C&oh=00_AYCWvLckDRH84UJVlv0d2HiyGeVkmz5jpPJBJtHuflLqCg&oe=6751694A PERSON_PROFILE 0 0 0 Fun Novels 0 0 1969-12-31 18:00 View Edit
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No 2024-11-30 18:26 active 1942 0 Seguir leyendo👉👉 Para ella, casarse con su mejor amigo y quedar embarazada de su hijo fue un sueño hecho realidad. Pero en ese momento feliz, la mujer que amaba su marido regresó... ===== ¿Lo había oído bien? ¿Estoy embarazada? ¡Estoy embarazada de un bebé de Pierce! ¡Mi mejor amigo y mi primer amor! --Qué bueno que haya sido cautelosa, pudo haber perdido a su bebé, señorita Monroe --me dijo el ginecólogo con seriedad al ver la sorpresa en mis ojos. En ese momento, me toqué el vientre inconscientemente, sin poder creer que hubiera un bebé acostado allí. Cuando salí del hospital, no podía esperar para contarle a Pierce sobre nuestro bebé. Me preguntaba cuál sería su reacción. ¿Gritaría de felicidad? ¿Me b**aría y todo eso? ¡Dios! No podía contener mi felicidad. Incluso tomé mi cara roja entre mis manos mientras fantaseaba. Pero en el momento en que sentí el frío del anillo en mi dedo, mi corazón que latía salvajemente se calmó. Casi olvidaba que Pierce no estaba interesado en tener hijos, menos considerando que nuestro matrimonio fue arreglado por su familia. Por supuesto, Pierce era un completo caballero, como amigo y como marido. Cada vez que teníamos relaciones s**uales, él era considerado y cauteloso, y decía que no era necesario agregar más ataduras si no estábamos listos. Este bebé, en cierto modo, estaba fuera de los planes. --Señora, ¿está todo bien? ¿Necesita que llame al jefe? --preguntó mi conductor privado, Luke, preocupado al notar mi ceño fruncido. Luke era confiable como un miembro de la familia, pero no quería contarle porque quería que Pierce fuera el primero en enterarse de esta noticia. Él era el padre de mi bebé. --No --dije y negué con la cabeza, dándole a Luke una sonrisa tranquilizadora--. Está en el vuelo. Hablaré con él más tarde --y así vería su respuesta yo misma en sus crudas expresiones. Siempre fui buena en eso. Finalmente, cerré los ojos y recordé el día en que nos conocimos. Su brillante sonrisa a la luz del sol era tan deslumbrante que parecía un príncipe. Me enamoré de él a primera vista, mucho antes de que nos convirtiéramos en mejores amigos. Pero era sólo un amor no correspondido y yo lo sabía bien. En ese instante, bajé la ventanilla del auto para tomar un poco de aire fresco y, sin quererlo, vislumbré nuestra antigua escuela secundaria. Ese sentimiento amargo llenó mi pecho una vez más... Pierce fue mi primer amor, pero yo no era el suyo. En la escuela secundaria, yo no era más que una nerd aburrida a los ojos de los demás, mientras que Pierce Anderson era el brillante mariscal de campo. Todos se sorprendieron de que pudiéramos ser amigos. Aunque las hostilidades hacia mí aumentaron, disfruté estar cerca de él y poco a poco me di cuenta de que no quería ser sólo su amiga. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de confesarle mis sentimientos, otra chica llegó a su vida. Sacudí la cabeza tratando de deshacerme de esos viejos y tristes recuerdos. Luego toqué el frío anillo de bodas en mi dedo y me dije que el pasado ya había pasado. Pierce dijo que habían terminado y que ahora yo era su esposa. Sí, yo era su esposa y además estaba embarazada de su bebé. Pronto, me sequé las lágrimas de las comisuras de los ojos y abrí la puerta de nuestra casa. Mi corazón se calmó al respirar el aroma de mi hogar, nuestra casa. Pierce y yo la decoramos juntos con nuestras propias manos. Lo disfrutamos. Sí, tal vez estaba pensando demasiado. Esa mujer había estado fuera de nuestras vidas durante mucho tiempo y los últimos tres años mi matrimonio con Pierce fueron tan hermosos como un cuento de hadas. Una vez dentro, miré el reloj de la pared. Para ese entonces, Pierce ya debería haberse bajado del avión. Estuvo más de un mes en viajes de negocios de nuestra empresa familiar. Pierce era el presidente de ADE, la empresa de revistas de moda líder en toda Asia, y yo era la vicepresidente de la compañía. No sólo éramos compañeros de vida, sino también buenos socios en el trabajo. En verdad lo extrañaba. De inmediato, marqué su número, pues tenía muchas ganas de escuchar su voz y saber cuándo llegaría a casa. Le prepararía una buena comida y él me premiaría con un dulce beso. Y luego podríamos... Vaya, en ese momento casi olvidé que estaba embarazada. Debía contarle eso primero y luego podríamos hacer otra cosa. Estaba imaginando felizmente nuestra encantadora reunión, pero mi corazón dio un vuelco cuando una voz de mujer cruzó la línea. --¿Hola? Al escuchar esa sola palabra, dejé caer mi teléfono, que se rompió al chocar contra el suelo, y mi cuerpo empezó a temblar incontrolablemente. ¡NO! ¡No podía ser ella! ¡No podía ser Lexi! ¡Ella ya estaba fuera de nuestras vidas! Debí haber escuchado mal. De inmediato, corrí hacia la nevera en un intento por calmarme con la ayuda de un poco de al**hol. Pero en el momento en que toqué la botella de v**o, recordé las palabras del médico sobre mi bebé. Debía tener cuidado por la salud de mi bebé, así que solo agarré una caja de leche y caminé hacia el sofá. En ese entonces, no sabía qué me hizo reconocer esa voz como la de Lexi. Nosotras nunca fuimos cercanas. Lexi Gilbert era la típica belleza rubia por la que los hombres se volvían locos. Ella era una animadora popular en la escuela secundaria, mientras que Pierce era el mariscal de campo estrella. Encajaba mejor con él que una nerd como yo, ¿verdad? No me sorprendió que se haya enamorado de ella. Mi orgullo no soportó ver al hombre que amaba volverse loco por otra mujer, así que una vez intenté alejarme de ellos en silencio, pero Pierce se negó a salirse de mi vida. Cada vez que me ahogaba en un mar de libros y estudios para olvidarlos, Pierce aparecía en mi puerta invitándome a salir. No podía decirle que no a su sonrisa encantadora y tampoco podía decirle que no porque afirmaba que era su deber como mi mejor amigo llevarme a disfrutar del mundo real. Para no arruinar nuestra amistad, oculté mi corazón roto y desempeñé en silencio el papel de su mejor amiga, siempre a su lado y observando su rostro feliz por otra chica. Finalmente, cuando supe que Pierce planeaba proponerle matrimonio a Lexi, me armé de valor y fui a estudiar al extranjero, sin saber que su abuela me llamaría para rogarme que regresara. Por supuesto, volví a toda prisa sólo para ver a Pierce sin vida. Lexi le había herido gravemente el corazón y el mío sufría por mi amado. Empecé a odiar a Lexi desde ese momento. Le había entregado a mi amado hombre, ¡cómo se atrevió a hacerle tanto daño! ¡Esa bruja! Pierce no le contó a nadie lo que pasó, excepto que había terminado con Lexi. Luego, la abuela arregló nuestro matrimonio. No entendí por qué estuvo de acuerdo hasta que un día lo escuché decir que casarse con cualquiera que no fuera Lexi sería lo mismo para él. Aquello me dolió mucho, pero aun así me casé con él sin pensarlo dos veces. Mi amado estaba destrozado y quería recomponerlo, sin importarme si eso me arruinaba a mí en el proceso. Me quedé dormida sintiéndome muy insegura y preocupada. Me desperté en medio de la noche cuando sentí que alguien acariciaba mi mejilla. Lentamente abrí los ojos y me di cuenta de que me había quedado dormida en la sala de estar. Alguien me levantó del sofá e inmediatamente reconocí su olor y tacto mientras lo miraba con los ojos entrecerrados. --Pierce… --Hmm --murmuró mientras caminaba hacia las escaleras--. ¿Por qué te dormiste en el sofá? Yo solo me quedé mirándolo a la cara y luego me dejó suavemente sobre la cama, acarició mi cabello y besó mi frente. Siempre fue tan gentil y por eso lo amaba tanto. Llevábamos más de un mes separados, mi cuerpo lo extrañaba y mi corazón lo anhelaba. --¿Dónde estabas? Te estuve esperando --dije mientras acariciaba su mejilla. --Acabo de encontrarme con un amigo. Dijiste que me estabas esperando, ¿es urgente? Al ver su rostro amable, de repente no quise arruinarle el momento, así que cerré mis labios entreabiertos y tragué la verdad para devolverla a mi estómago. Mañana, tal vez mañana tendría el coraje de afrontar todos los rompecabezas. De modo que solo sacudí la cabeza, hice un puchero y le dije que tenía sueño. Él se rió entre dientes y me dio un beso de buenas noches, pero en el momento en que estuvo a punto de dejarme, por alguna razón entré en pánico. Rápidamente lo agarré y lo b*sé con toda mi pasión... Lo extrañaba y lo quería. --Espera, Kels --dijo y me detuvo, sujetando mis locas manos sobre la cama--. Pensé que habías dicho que tenías sueño y que necesitabas descansar. --Sí, pero te extraño --exclamé y lo miré con inocencia. Pude captar el deseo brillando en sus ojos, pero se desvaneció de pronto y yo no comprendía por qué. Solía ​​​​ponerse feliz cuando yo tomaba la iniciativa. En ese instante, como si notara mi confusión, se rió entre dientes y me pellizcó juguetonamente la nariz. --Me daré una ducha. Huelo a al**hol --manifestó. Yo solo asentí y lo miré mientras caminaba hacia el baño. Pronto la somnolencia volvió a atacarme, así que cerré los ojos para tomar una siesta. Sin embargo, ya era de mañana cuando abrí los ojos nuevamente y Pierce estaba a mi lado, poniendo una bandeja con comida en la mesita de noche. --¡Ey! --lo saludé y sonreí cuando me di cuenta de lo que había hecho. Me había preparado el desayuno para llevármelo a la cama. Era tan dulce. Él sonrió y se sentó en la cama. --Buen día. Le devolví la sonrisa mientras me sentaba en la cama. En ese momento, agarró la bandeja y la puso a mi lado. Al instante, levanté una ceja e incliné la cabeza mientras miraba su hermoso rostro. Sus cejas espesas y negras enmarcaban sus hermosos ojos de color marrón oscuro. Su nariz era orgullosa y puntiaguda y sus labios eran rojos y finos. Parecía un chico malo y s*xy, incluso Damon Salvatore se avergonzaría de estar a su lado. Nadie tenía posibilidad alguna contra este hombre. --¿Qué es esto? ¿Un soborno? Me dejaste plantada anoche, chico malo --dije. Él no se rió. Exhaló un suspiro y colocó con suavidad mi cabello detrás de mis orejas antes de tomar mi mano y mirarme a los ojos. --Tengo algo que decirte. Al instante, sentí que mi corazón se aceleraba y pensé en nuestro bebé en mi útero. Tenía algo que decirme, yo también tenía algo que contarle. --¿Q-Qué cosa? --pregunté con voz temblorosa. De repente, dio un profundo suspiro y comenzó: --Sabes que eres importante para mí, ¿verdad? Asentí lentamente con los labios entreabiertos. No pude responder, tenía miedo de lo que estaba a punto de decir. Tenía un mal presentimiento. --Eras mi mejor amiga antes de casarnos. Eres una de las pocas personas que valoro… --prosiguió. Mientras hablaba, escondí mis puños cerrados debajo de la sábana. No sabía por qué me decía todo esto, pero ya podía sentir las lágrimas acumulándose en el rabillo de mis ojos. --Kelly... --hizo una pausa y cerró los ojos con fuerza antes de volver a mirarme a los ojos--. Creo que es hora de que nos divorciemos. --P-Pierce… --exclamé y sentí que mi corazón se apretaba. Él sonrió. --Sé que tú tampoco sientes nada por mí. Te casaste conmigo por mis abuelos, hiciste esto solo porque los amas. Ahora llegó el momento de nuestra verdadera felicidad, Kelly. Al oírlo, no pude evitar sacudir la cabeza. --¿De qué estás hablando, Pierce? --inquirí. --Lexi ha vuelto, Kelly. Mi primer amor ha vuelto. Capítulo 2 Punto de vista de Kelly--Llueve sobre mojado De inmediato, me levanté de la cama e intenté irme, pero Pierce me agarró la mano. Rápidamente me sequé las lágrimas que rodaban por mis mejillas antes de que él pudiera verlas. Luego, se paró frente a mí y me miró a la cara mientras yo intentaba con todas mis fuerzas mirar hacia abajo y evitar verlo a los ojos. Sentí que mi corazón se rompía en pedazos. Pensaba… pensaba que podría hacer que se enamorara de mí en esos tres años que pasamos juntos. Pensaba que sus sentimientos cambiarían y me vería como una mujer en lugar de solo su mejor amiga. Fui estúpida por tener esperanzas y soñar tan alto. Fallé. Sin importar cuánto lo intentara, su corazón pertenecía sólo a su primer amor: Lexi. --Kelly… En ese momento, contuve el aliento y me tragué el dolor mientras lo miraba. Luego fingí una sonrisa y dije: --Debo lavarme las manos antes de comer. Pero él me miró a los ojos como si intentara descubrir lo que estaba pensando. Yo sabía que él me conocía demasiado bien, así que traté con todas mis fuerzas de ocultar mi dolor y le sonreí. Finalmente, suspiró y soltó mi mano. --Bueno. Te esperaré aquí. Comamos y vayamos a trabajar juntos. ¿Juntos? ¿Por qué era tan cruel? ¿Quería que nos siguiéramos llevando bien como si no me hubiera pedido el divorcio? ¿Quería que nos quedáramos como estábamos justo después de decirme que su primer amor había regresado y quería divorciarse de mí? Oh Pierce, ¿qué estaba pasando por tu cabeza? Antes podía obligarme a mí misma a quedarme en el puesto de su mejor amiga mientras le deseaba felicidad, pero ya no tenía ese coraje después de los tres años que habíamos compartido. No había manera de que pudiera soportar esa tortura otra vez, en especial ahora que cargaba a su bebé. El bebé... en un principio pensé que era una buena noticia para nosotros, pero ahora... supongo que sería más bien una carga para él. Una carga que le impediría conseguir su verdadero amor y su libertad. Yo sabía muy bien cómo crecía un niño no deseado. Mis padres se divorciaron antes de que mi madre muriera y la nueva familia de mi padre me odiaba, lo que me dolía muchísimo. Por eso no quería que mi bebé experimentara lo mismo que yo sentí, así que debía mantener a mi bebé alejado de él. --No podemos --dije mientras fingía una nueva sonrisa--. Debo visitar el estudio para la sesión de fotos de nuestros nuevos modelos… --Iré contigo. --No --contesté y aparté su mano. Sus ojos siguieron mi mano antes de levantar la cara para mirarme de nuevo--. Tienes documentos que firmar. Nuestros horarios ya están organizados, ¿recuerdas? --Pero… --Tengo un conductor personal, Pierce. Estaré bien sola --afirmé. Finalmente, suspiró y asintió con calma. En ese momento, le di la espalda y entré al baño. Inmediatamente abrí la ducha y me paré bajo el agua fría. Las lágrimas cayeron en cascada por mis mejillas mientras me cubría la boca para reprimir los sollozos. Mis hombros temblaban mucho y cuando pensé en mi bebé, tragué saliva y traté de calmarme. Luego me limpié la cara y acaricié mi vientre. Debía ser fuerte y mantener la calma. No podía arriesgar la vida de mi bebé sólo porque me habían roto el corazón. Tenía que lidiar con esto de forma inteligente. Unos minutos después, tomé un respiro profundo y terminé mi ducha. Cuando salí del baño, me sorprendió ver que Pierce todavía estaba allí. Estaba luchando por arreglarse la corbata frente al espejo de cuerpo entero. También noté un par de zapatos y un vestido míos sobre la cama. --¡Ey! Elegí tu vestido para hoy --dijo. Como nuestro matrimonio no era público, Pierce dijo que haría pequeñas cosas para mí como marido. De hecho, lo había hecho bien y yo solía disfrutar de estos dulces momentos que me regalaba, pero ahora sentía que eso mismo me m**aría. Al segundo siguiente, agarré el vestido y entré al vestidor, sentiendo que me seguía. Volví a guardar el vestido blanco y elegí uno rojo. Cuando me di vuelta y lo tuve de frente, lo vi con la frente arrugada. --Hoy prefiero el rojo. Me sentiré hermosa con este vestido --expliqué con una sonrisa. Al instante, sus ojos se dirigieron al vestido que sostenía y su rostro inmediatamente se calmó. Al final asintió y caminó hacia mí. --Ya veo. Pero antes ayúdame a arreglar esto --me pidió. Sin dudarlo, puse mi vestido en su brazo y comencé a arreglarle la corbata. Podía sentir sus ojos mirándome intensamente y eso hacía que mi corazón latiera muy rápido. Respiré hondo y me mordí el labio inferior mientras luchaba por arreglar su corbata. De pronto, mi visión se volvió borrosa otra vez. ¡Maldición! --Kelly… No pude evitar sobresaltarme en shock. --¿Mmm? --¿Estás bien? --preguntó. Lo miré y sonreí: --Sí. --Tengo algo más que decirte. En ese instante, terminé de arreglarle la corbata y le quité rápidamente el vestido del brazo. Lo miré antes de pasar junto a él y dije: --Hablaremos después. Voy a llegar tarde. Lo escuché suspirar antes de volver a seguirme. Me vestí mientras él estaba detrás de mí. Estuvo en silencio todo el tiempo, como si estuviera pensando en algo. --Deberías desayunar antes de irte --comentó. Un segundo después, me paré frente a él y asentí. --Lo haré. Deberías irte ahora --respondí. --Kelly, estamos en la misma página, ¿verdad? --preguntó. Lo miré fijamente. No, Pierce. Nunca estuvimos en la misma página. Sólo fueron mis estúpidas fantasías. Pensaba que sentías algo por mí, pero estaba muy equivocada. --Si hablas del divorcio, lo entiendo, Pierce. Sé lo que tengo que hacer. Sólo dame algo de tiempo porque estoy muy ocupada con la empresa. No huiré. --Kelly, no estoy haciendo esto sólo por mí. También lo hago por ti. Has estado encerrada conmigo desde que nos casamos. Sé que no eres feliz porque en el fondo también quieres encontrar al hombre que te mereces. Alguien que realmente te ame, no yo. No alguien indiferente. --Entiendo lo que tratas de decir, Pierce --dije y traté de darle la espalda, pero antes de poder hacerlo, él me sujetó por la cintura y me mantuvo en el lugar. Luego hizo todo lo posible para captar mis ojos hasta que lo consiguió. Su mirada era de preocupación. --Eres mi mejor amiga. No quiero perderte, Kels. Eres una de las pocas personas… --Lo sé --lo interrumpí con frustración. Parecía sorprendido, así que me calmé--. Ya lo sé. No tienes que preocuparte. Simplemente estoy estresada por el trabajo, no es por el divorcio. En ese instante, sus labios se separaron, asintió lentamente y soltó un suspiro. Luego, caminó hacia mí y me congelé cuando besó mi frente con dulzura… --Gracias, Kelly --susurró. Al oírlo, mi corazón se apretó. Habían pasado tres años pero todavía era una cobarde. «¿Por qué no puedes simplemente decirle que lo amas, Kelly? ¡Él es tu esposo y estás llevando su bebé! ¡Díselo y tal vez cambie de opinión!» pensé. Con eso en mente, tragué saliva y estuve a punto de decírselo, pero justo en ese momento su teléfono sonó. Pude ver el identificador de llamadas. Era Lexi. --Me tengo que ir --afirmó y se rascó la cabeza a modo de disculpa, mientras las comisuras de su boca se curvaban hacia arriba--. Llamé a Luke. Te espera afuera. Come antes de irte, ¿sí? Con eso, salió de nuestra habitación. De repente, las lágrimas que había logrado reprimir hasta ese momento volvieron a brotar. ¿Por qué había pensado que podría tener una oportunidad? Él tomó su decisión en el momento en que me pidió el divorcio, ¿verdad? Siempre que se trataba de Lexi me abandonaba. Capítulo 3 Punto de vista de Kelly--Mantener la compostura Entré al estudio con tacones rojos de cinco centímetros y un vestido igualmente rojo. Todos miraron en mi dirección cuando entré caminando por el pasillo y me saludaron con una sonrisa, pero mantuve mi rostro estoico, sin mostrar emoción alguna. La conversación de esa mañana con Pierce todavía estaba en mi cabeza, pero no podía permitir que afectara mi trabajo. No podía fallar en mi trabajo después de haber fracasado en mi matrimonio. De modo que respiré profundamente para recomponerme. Un momento después, cuando entré a la sala de la sesión de fotos, noté que todos estaban sumidos en el caos. --¡No podemos! No responde las llamadas. ¿Qué debemos hacer? La vicepresidente viene hoy, se enojará. --Podemos simplemente decirle la verdad. Ella es amable. --¡No lo será con esta situación, Lily! Nos va a regañar... --¿Qué está pasando aquí? --pregunté mientras entraba a la sala. De inmediato, el personal me miró con expresiones preocupadas y entonces supe que había un problema. --B-Buenos días, señorita Monroe. Señorita Monroe. Por supuesto, nadie sabía que Pierce y yo estábamos casados ​​excepto nuestras familias. Sentí como si pellizcaran mi corazón con esa verdad. Dolía. Rápidamente, la miré sin comprender. --¿Qué ocurre? --T-tenemos un problema, señorita Monroe. La señorita Chen, nuestra modelo, no atiende nuestras llamadas. Dijo que escuchó que íbamos a cambiar de modelo así que… no quiere venir. Incluso... amenazó con presentar una demanda contra nosotros. Después de decir eso, inclinó la cabeza. Yo apreté los dientes y recorrí el lugar con la mirada. --¿Dónde está la directora de marketing? --inquirí. --E-Ella todavía está tratando de convencer a la señorita Chen, señorita Monroe. Luego de escuchar el problema, me masajeé la frente y cerré los ojos con fuerza. Un segundo después, me agarré del pelo y grité de ira. Sentí que todos a mi alrededor se sobresaltaban sorprendidos. Yo solo suspiré y tomé una gran bocanada de aire antes de mirar a mi alrededor. --Señorita Monroe... --¿Qué es todo esto, señorita Hayley? Tú eres la directora de marketing, ¿qué está pasando? --Señorita Monroe, no sé cómo sucedió, pero la señorita Chen escuchó que usted cambiará de modelo. Está a punto de presentar una demanda contra nosotros... ¿Cambiar de modelo? ¿Cómo es que yo no sabía nada al respecto? La señorita Chen siempre había sido nuestra modelo de confianza y, si no era necesario, cambiar de modelo para una sesión comercial con tan poca antelación sólo causaría muchos problemas a la empresa. Nunca permitiría un error como este. --Yo no pedí eso. Debe ser un error --la interrumpí para ahorrar tiempo--. ¡Arregla este desastre o tendré que despedirte! --Señorita Monroe... Fue el presidente quien nos pidió que la cambiáramos --explicó Hayley vacilante--. Lo ordenó ayer tan pronto como regresó de su viaje de negocios. Aquella verdad me golpeó con fuerza. ¿Fue orden de Pierce? ¿Por qué no me lo dijo? Solía ​​discutir conmigo cada decisión importante antes de tomarla. --No puede ser... --exclamé confundida. Pierce no era un hombre de negocios despistado. Siempre mantuvo una clara distinción entre el trabajo y la vida personal, razón por la cual siempre tuvo éxito. Y esa fue también la razón por la que decidió mantener nuestro matrimonio en secreto. --Sí, Kelly. Yo di la orden. --Su voz me hizo retroceder. --S-Señor Presidente… --saludó Hayley y se inclinó con respeto al ver al hombre que apareció de repente detrás de mí. --Pierce, ¡creo que me debes una explicación sobre este cambio de modelo! --dije con los dientes apretados mientras me giraba para interrogarlo. Él sabía perfectamente cuánto esfuerzo puse para ganar este proyecto. Estuve días sin dormir y la señorita Chen era la persona ideal para este trabajo. De hecho, él también estuvo de acuerdo. Pero ahora… simplemente cambió la modelo a su gusto sin avisarme con antelación. Eso fue como abofetearme con fuerza en la cara. --Continúen con el trabajo. Yo se lo aclararé --le indicó él al personal para calmarlos, ignorando la ira que estaba a punto de salir de mis ojos. --¡Contéstame, Pierce! ¿Por qué cambias de modelo tan de repente? --No pude contener mi enojo. Él simplemente me tocó el hombro y me susurró: --Este no es el lugar para discutir al respecto. Te lo explicaré en el auto. En ese momento, miré a mi alrededor y noté que los demás nos miraban furtivamente. Luego me quité sus manos de encima y caminé hacia el estacionamiento, pero durante el camino, sentía mi corazón cada vez más pesado. Tenía la sensación de que su explicación no iba a gustarme. --Vamos, dímelo --exclamé ni bien nos sentamos en su auto. Antes de hablar, me miró a los ojos como si sopesara mis emociones, pero yo aparté la mirada de nuevo. No podía soportar sus miradas, no podía soportar esos ojos que nunca me miraban como yo quería. Él no sentía nada por mí y eso me dolía mucho. --Yo-yo… --hizo una pausa y suspiró--. Reemplacé a la señorita Chen porque Lexi quiere ser nuestra modelo. Ella también encaja en el proyecto, así que estuve de acuerdo... --¿Qué? --pregunté con incredulidad. De pronto, apretó los labios y miró hacia otro lado. Luego se revolvió el cabello antes de sacudir la cabeza y tomar mi mano. --Lamento no haberte dicho antes, fue muy repentino. Ella me pidió un favor, no pude decirle que no. Rápidamente, retiré mi mano y lo miré con dolor y enojo. --No pudiste decirle que no, así que preferiste dañar a la empresa, a nuestra empresa. Me traicionaste, Pierce. --Kels, vamos. Sabes cuánto la amo. Ella es mi primer amor. Al oírlo, cerré los ojos con dolor. «Oh sí, ella es tu primer amor. Siempre la quisiste a ella, sin que te importen los demás. Si ella te frunce el ceño un poco, puedes hacer la vista gorda ante el dolor y el esfuerzo de los demás. Eres tan cruel, Pierce» pensé. --Bueno, ya lo has decidido. No tengo voz y voto en esto ya que tú eres el presidente. Ahora vete, estaré en la oficina --indiqué con frialdad mientras abría la puerta del auto para salir. --Kelly… En ese instante, lo miré a los ojos y dije: --Ve a casa temprano. Hablaremos de nuestro divorcio esta noche. Capítulo 4 Punto de vista de Kelly--Plantada Me encontraba jugueteando con el anillo de bodas en mi dedo mientras lo esperaba. Le había dicho que volviera temprano a casa, pero todavía no regresaba y ni siquiera contestaba mis llamadas. Bueno, ahora que Lexi había vuelto, probablemente ya no veía a esta casa como su hogar. De pronto, mis ojos se dirigieron a mi informe de embarazo que estaba sobre la mesa. Qué gracioso. Todavía era tan ingenua para albergar un rayo de esperanza de que las cosas podrían cambiar si le hablaba del bebé, pero este bebé estaba fuera de sus planes. Me sequé las lágrimas que se acumulaban en el rabillo de mis ojos y agarré el informe. Ya eran las cinco de la mañana cuando miré el reloj de la pared. Intenté marcar su número nuevamente, pero seguía sin responder. ¿En qué estaba tan ocupado? ¿Estaba h**iendo el a**r con Lexi? Debió haberla extrañado mucho, ¿verdad? Pronto, sin saber cuándo, me quedé dormida. Cuando sonó el despertador, inconscientemente toqué la almohada a mi lado. Frío como anoche, no había vuelto a casa todavía. Me burlé de mí misma al ver mi reflejo en el espejo de la cómoda. Los círculos oscuros bajo mis ojos se veían a simple vista y mi cabello era un total desastre, parecía un fantasma. De repente una oleada de náuseas inundó mi estómago y me di cuenta de que no había comido nada la noche anterior. De pronto, me sentí mal otra vez y rápidamente corrí hacia el lavabo y vomité. Escupí un líquido amarillento que sabía muy mal. De inmediato, me lavé la boca y miré mi propio reflejo en el espejo. Al verme, sacudí la cabeza y tomé mi frente en cuanto sentí ganas de vomitar de nuevo. Volví a escupir el líquido amarillento y mientras me lavaba la boca, sentí una cálida mano acariciando mi espalda. Inmediatamente levanté la cara y me encontré con un par de ojos marrones que me miraban a través del espejo. Detrás de mí con cara de preocupación estaba mi esposo Pierce. --¿Estás bien? ¿Te sientes mal? Debiste haberme dicho. Al instante, lo miré a través del espejo. --No respondiste mis llamadas --contesté. Ante aquellas palabras, la culpa apareció en sus ojos. --Lo lamento. Tenía cosas que hacer. Me quedé en la oficina toda la noche --afirmó. Rápidamente, me limpié la cara y pasé junto a él. Pierce me siguió mientras me sentaba frente al tocador y comenzaba a peinarme. --Kels… --Me desperté tarde. No pude preparar el desayuno. Mientras hablaba, intenté evitar sus ojos. Sentía que iba a perder los estribos y gritarle. En ningún momento sentí su egoísmo tan claramente como ahora. Decía que yo era su mejor amiga, pero nunca le habían importado mis necesidades, mis sentimientos. --Kels... sabes que no te pregunté eso. Estoy preocupado por tu salud... Kels, ¿todavía estamos bien? Ante aquella pregunta, dejé de peinarme y lentamente nuestras miradas se encontraron a través del espejo, otra vez. ¿De verdad me estaba preguntando eso? ¿Después de que me pidió el divorcio sin siquiera preguntarme si estaba de acuerdo? Él decidió por su cuenta sólo porque su primer amor había vuelto. No podía creer lo que hacía. Al final, fingí una sonrisa y dije: --No me siento bien hoy, Pierce, eso es todo. Un instante después, se puso de cuclillas a mi lado, lo cual no me resultó sorprendente porque sabía que realmente se preocupaba. Pero lo que sí me sorprendió fue que hacía todo esto después de enterrar una daga en mi corazón. --¿Estás bien? --preguntó mientras tocaba suavemente mi frente y mi cuello--. ¿Estás enferma? Dime cómo te sientes, Kels. --Mis sentimientos no importan --no pude evitar decir y parecía sorprendido por mis palabras. En ese instante, intenté evitarlo, pero me agarró de la muñeca y me hizo mirarlo. Su rostro ahora reflejaba su ira. Había perdido completamente la paciencia. --¿Qué te pasa, Kels? Has estado actuando así desde ayer. ¿Es por Lexi? ¿O porque no volví a casa anoche? --inquirió. Yo lo miré a los ojos, molesta. --¡Tú fuiste quien pidió el divorcio! Te pedí que regresaras temprano para hablar al respecto, pero me dejaste esperando toda la noche. ¿Pretendías que te diera la bienvenida con brazos abiertos después de eso, Pierce? --respondí. Al escucharme, apretó la mandíbula y sacudió la cabeza. --Kels, yo... --Ya basta. Hablaremos del divorcio después del trabajo. --¡Kels! --me llamó y me agarró de los hombros. La confusión y el dolor eran visibles en sus ojos--. ¿Estás... enamorada de mí? Aquello me desconcertó. ¿Enamorada? ¡Sí! Desde que estábamos en la escuela secundaria, desde que se convirtió en mi mejor amigo. ¿Quién no se enamoraría de alguien que te ha estado protegiendo desde entonces? Siempre he estado agradecida de tenerlo como mi mejor amigo y esposo, pero ahora… lo estaba perdiendo. Perdiéndolo irremediablemente. Decidí darle a nuestro matrimonio una última oportunidad, hacer un esfuerzo final... ...... ==== Casarse con su mejor amigo fue un sueño hecho realidad para Kelly, pero todo tiene realmente una limitación. Pierce es el primer amor de Kelly, pero como su mejor amiga, sabía bien que siempre había otra mujer en lo profundo de su corazón. Lexi Gilbert. Kelly finalmente se dio cuenta de que su feliz matrimonio de los últimos tres años era solo un hermoso sueño cuando Pierce pidió el divorcio solo porque Lexi regresó. Ella sólo podría ser su mejor amiga incluso si estuviera encinta de su bebé. ¿Por qué no merecía ser amada? ¿Qué sucederá en adelante? ¿Cómo podría Kelly salvar su corazón en esta batalla de amor y odio? Los capítulos disponibles son limitados aquí, haga click el botón abajo para instalar APP y disfrutar leyendo más contenidos maravillosos. 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No 2024-11-30 18:30 active 1942 0 Para ella, casarse con su mejor amigo y quedar embarazada de su hijo fue un sueño hecho realidad. Pero en ese momento feliz, la mujer que amaba su marido regresó... ===== ¿Lo había oído bien? ¿Estoy embarazada? ¡Estoy embarazada de un bebé de Pierce! ¡Mi mejor amigo y mi primer amor! --Qué bueno que haya sido cautelosa, pudo haber perdido a su bebé, señorita Monroe --me dijo el ginecólogo con seriedad al ver la sorpresa en mis ojos. En ese momento, me toqué el vientre inconscientemente, sin poder creer que hubiera un bebé acostado allí. Cuando salí del hospital, no podía esperar para contarle a Pierce sobre nuestro bebé. Me preguntaba cuál sería su reacción. ¿Gritaría de felicidad? ¿Me b**aría y todo eso? ¡Dios! No podía contener mi felicidad. Incluso tomé mi cara roja entre mis manos mientras fantaseaba. Pero en el momento en que sentí el frío del anillo en mi dedo, mi corazón que latía salvajemente se calmó. Casi olvidaba que Pierce no estaba interesado en tener hijos, menos considerando que nuestro matrimonio fue arreglado por su familia. Por supuesto, Pierce era un completo caballero, como amigo y como marido. Cada vez que teníamos relaciones s**uales, él era considerado y cauteloso, y decía que no era necesario agregar más ataduras si no estábamos listos. Este bebé, en cierto modo, estaba fuera de los planes. --Señora, ¿está todo bien? ¿Necesita que llame al jefe? --preguntó mi conductor privado, Luke, preocupado al notar mi ceño fruncido. Luke era confiable como un miembro de la familia, pero no quería contarle porque quería que Pierce fuera el primero en enterarse de esta noticia. Él era el padre de mi bebé. --No --dije y negué con la cabeza, dándole a Luke una sonrisa tranquilizadora--. Está en el vuelo. Hablaré con él más tarde --y así vería su respuesta yo misma en sus crudas expresiones. Siempre fui buena en eso. Finalmente, cerré los ojos y recordé el día en que nos conocimos. Su brillante sonrisa a la luz del sol era tan deslumbrante que parecía un príncipe. Me enamoré de él a primera vista, mucho antes de que nos convirtiéramos en mejores amigos. Pero era sólo un amor no correspondido y yo lo sabía bien. En ese instante, bajé la ventanilla del auto para tomar un poco de aire fresco y, sin quererlo, vislumbré nuestra antigua escuela secundaria. Ese sentimiento amargo llenó mi pecho una vez más... Pierce fue mi primer amor, pero yo no era el suyo. En la escuela secundaria, yo no era más que una nerd aburrida a los ojos de los demás, mientras que Pierce Anderson era el brillante mariscal de campo. Todos se sorprendieron de que pudiéramos ser amigos. Aunque las hostilidades hacia mí aumentaron, disfruté estar cerca de él y poco a poco me di cuenta de que no quería ser sólo su amiga. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de confesarle mis sentimientos, otra chica llegó a su vida. Sacudí la cabeza tratando de deshacerme de esos viejos y tristes recuerdos. Luego toqué el frío anillo de bodas en mi dedo y me dije que el pasado ya había pasado. Pierce dijo que habían terminado y que ahora yo era su esposa. Sí, yo era su esposa y además estaba embarazada de su bebé. Pronto, me sequé las lágrimas de las comisuras de los ojos y abrí la puerta de nuestra casa. Mi corazón se calmó al respirar el aroma de mi hogar, nuestra casa. Pierce y yo la decoramos juntos con nuestras propias manos. Lo disfrutamos. Sí, tal vez estaba pensando demasiado. Esa mujer había estado fuera de nuestras vidas durante mucho tiempo y los últimos tres años mi matrimonio con Pierce fueron tan hermosos como un cuento de hadas. Una vez dentro, miré el reloj de la pared. Para ese entonces, Pierce ya debería haberse bajado del avión. Estuvo más de un mes en viajes de negocios de nuestra empresa familiar. Pierce era el presidente de ADE, la empresa de revistas de moda líder en toda Asia, y yo era la vicepresidente de la compañía. No sólo éramos compañeros de vida, sino también buenos socios en el trabajo. En verdad lo extrañaba. De inmediato, marqué su número, pues tenía muchas ganas de escuchar su voz y saber cuándo llegaría a casa. Le prepararía una buena comida y él me premiaría con un dulce beso. Y luego podríamos... Vaya, en ese momento casi olvidé que estaba embarazada. Debía contarle eso primero y luego podríamos hacer otra cosa. Estaba imaginando felizmente nuestra encantadora reunión, pero mi corazón dio un vuelco cuando una voz de mujer cruzó la línea. --¿Hola? Al escuchar esa sola palabra, dejé caer mi teléfono, que se rompió al chocar contra el suelo, y mi cuerpo empezó a temblar incontrolablemente. ¡NO! ¡No podía ser ella! ¡No podía ser Lexi! ¡Ella ya estaba fuera de nuestras vidas! Debí haber escuchado mal. De inmediato, corrí hacia la nevera en un intento por calmarme con la ayuda de un poco de al**hol. Pero en el momento en que toqué la botella de v**o, recordé las palabras del médico sobre mi bebé. Debía tener cuidado por la salud de mi bebé, así que solo agarré una caja de leche y caminé hacia el sofá. En ese entonces, no sabía qué me hizo reconocer esa voz como la de Lexi. Nosotras nunca fuimos cercanas. Lexi Gilbert era la típica belleza rubia por la que los hombres se volvían locos. Ella era una animadora popular en la escuela secundaria, mientras que Pierce era el mariscal de campo estrella. Encajaba mejor con él que una nerd como yo, ¿verdad? No me sorprendió que se haya enamorado de ella. Mi orgullo no soportó ver al hombre que amaba volverse loco por otra mujer, así que una vez intenté alejarme de ellos en silencio, pero Pierce se negó a salirse de mi vida. Cada vez que me ahogaba en un mar de libros y estudios para olvidarlos, Pierce aparecía en mi puerta invitándome a salir. No podía decirle que no a su sonrisa encantadora y tampoco podía decirle que no porque afirmaba que era su deber como mi mejor amigo llevarme a disfrutar del mundo real. Para no arruinar nuestra amistad, oculté mi corazón roto y desempeñé en silencio el papel de su mejor amiga, siempre a su lado y observando su rostro feliz por otra chica. Finalmente, cuando supe que Pierce planeaba proponerle matrimonio a Lexi, me armé de valor y fui a estudiar al extranjero, sin saber que su abuela me llamaría para rogarme que regresara. Por supuesto, volví a toda prisa sólo para ver a Pierce sin vida. Lexi le había herido gravemente el corazón y el mío sufría por mi amado. Empecé a odiar a Lexi desde ese momento. Le había entregado a mi amado hombre, ¡cómo se atrevió a hacerle tanto daño! ¡Esa bruja! Pierce no le contó a nadie lo que pasó, excepto que había terminado con Lexi. Luego, la abuela arregló nuestro matrimonio. No entendí por qué estuvo de acuerdo hasta que un día lo escuché decir que casarse con cualquiera que no fuera Lexi sería lo mismo para él. Aquello me dolió mucho, pero aun así me casé con él sin pensarlo dos veces. Mi amado estaba destrozado y quería recomponerlo, sin importarme si eso me arruinaba a mí en el proceso. Me quedé dormida sintiéndome muy insegura y preocupada. Me desperté en medio de la noche cuando sentí que alguien acariciaba mi mejilla. Lentamente abrí los ojos y me di cuenta de que me había quedado dormida en la sala de estar. Alguien me levantó del sofá e inmediatamente reconocí su olor y tacto mientras lo miraba con los ojos entrecerrados. --Pierce… --Hmm --murmuró mientras caminaba hacia las escaleras--. ¿Por qué te dormiste en el sofá? Yo solo me quedé mirándolo a la cara y luego me dejó suavemente sobre la cama, acarició mi cabello y besó mi frente. Siempre fue tan gentil y por eso lo amaba tanto. Llevábamos más de un mes separados, mi cuerpo lo extrañaba y mi corazón lo anhelaba. --¿Dónde estabas? Te estuve esperando --dije mientras acariciaba su mejilla. --Acabo de encontrarme con un amigo. Dijiste que me estabas esperando, ¿es urgente? Al ver su rostro amable, de repente no quise arruinarle el momento, así que cerré mis labios entreabiertos y tragué la verdad para devolverla a mi estómago. Mañana, tal vez mañana tendría el coraje de afrontar todos los rompecabezas. De modo que solo sacudí la cabeza, hice un puchero y le dije que tenía sueño. Él se rió entre dientes y me dio un beso de buenas noches, pero en el momento en que estuvo a punto de dejarme, por alguna razón entré en pánico. Rápidamente lo agarré y lo b*sé con toda mi pasión... Lo extrañaba y lo quería. --Espera, Kels --dijo y me detuvo, sujetando mis locas manos sobre la cama--. Pensé que habías dicho que tenías sueño y que necesitabas descansar. --Sí, pero te extraño --exclamé y lo miré con inocencia. Pude captar el deseo brillando en sus ojos, pero se desvaneció de pronto y yo no comprendía por qué. Solía ​​​​ponerse feliz cuando yo tomaba la iniciativa. En ese instante, como si notara mi confusión, se rió entre dientes y me pellizcó juguetonamente la nariz. --Me daré una ducha. Huelo a al**hol --manifestó. Yo solo asentí y lo miré mientras caminaba hacia el baño. Pronto la somnolencia volvió a atacarme, así que cerré los ojos para tomar una siesta. Sin embargo, ya era de mañana cuando abrí los ojos nuevamente y Pierce estaba a mi lado, poniendo una bandeja con comida en la mesita de noche. --¡Ey! --lo saludé y sonreí cuando me di cuenta de lo que había hecho. Me había preparado el desayuno para llevármelo a la cama. Era tan dulce. Él sonrió y se sentó en la cama. --Buen día. Le devolví la sonrisa mientras me sentaba en la cama. En ese momento, agarró la bandeja y la puso a mi lado. Al instante, levanté una ceja e incliné la cabeza mientras miraba su hermoso rostro. Sus cejas espesas y negras enmarcaban sus hermosos ojos de color marrón oscuro. Su nariz era orgullosa y puntiaguda y sus labios eran rojos y finos. Parecía un chico malo y s*xy, incluso Damon Salvatore se avergonzaría de estar a su lado. Nadie tenía posibilidad alguna contra este hombre. --¿Qué es esto? ¿Un soborno? Me dejaste plantada anoche, chico malo --dije. Él no se rió. Exhaló un suspiro y colocó con suavidad mi cabello detrás de mis orejas antes de tomar mi mano y mirarme a los ojos. --Tengo algo que decirte. Al instante, sentí que mi corazón se aceleraba y pensé en nuestro bebé en mi útero. Tenía algo que decirme, yo también tenía algo que contarle. --¿Q-Qué cosa? --pregunté con voz temblorosa. De repente, dio un profundo suspiro y comenzó: --Sabes que eres importante para mí, ¿verdad? Asentí lentamente con los labios entreabiertos. No pude responder, tenía miedo de lo que estaba a punto de decir. Tenía un mal presentimiento. --Eras mi mejor amiga antes de casarnos. Eres una de las pocas personas que valoro… --prosiguió. Mientras hablaba, escondí mis puños cerrados debajo de la sábana. No sabía por qué me decía todo esto, pero ya podía sentir las lágrimas acumulándose en el rabillo de mis ojos. --Kelly... --hizo una pausa y cerró los ojos con fuerza antes de volver a mirarme a los ojos--. Creo que es hora de que nos divorciemos. --P-Pierce… --exclamé y sentí que mi corazón se apretaba. Él sonrió. --Sé que tú tampoco sientes nada por mí. Te casaste conmigo por mis abuelos, hiciste esto solo porque los amas. Ahora llegó el momento de nuestra verdadera felicidad, Kelly. Al oírlo, no pude evitar sacudir la cabeza. --¿De qué estás hablando, Pierce? --inquirí. --Lexi ha vuelto, Kelly. Mi primer amor ha vuelto. Capítulo 2 Punto de vista de Kelly--Llueve sobre mojado De inmediato, me levanté de la cama e intenté irme, pero Pierce me agarró la mano. Rápidamente me sequé las lágrimas que rodaban por mis mejillas antes de que él pudiera verlas. Luego, se paró frente a mí y me miró a la cara mientras yo intentaba con todas mis fuerzas mirar hacia abajo y evitar verlo a los ojos. Sentí que mi corazón se rompía en pedazos. Pensaba… pensaba que podría hacer que se enamorara de mí en esos tres años que pasamos juntos. Pensaba que sus sentimientos cambiarían y me vería como una mujer en lugar de solo su mejor amiga. Fui estúpida por tener esperanzas y soñar tan alto. Fallé. Sin importar cuánto lo intentara, su corazón pertenecía sólo a su primer amor: Lexi. --Kelly… En ese momento, contuve el aliento y me tragué el dolor mientras lo miraba. Luego fingí una sonrisa y dije: --Debo lavarme las manos antes de comer. Pero él me miró a los ojos como si intentara descubrir lo que estaba pensando. Yo sabía que él me conocía demasiado bien, así que traté con todas mis fuerzas de ocultar mi dolor y le sonreí. Finalmente, suspiró y soltó mi mano. --Bueno. Te esperaré aquí. Comamos y vayamos a trabajar juntos. ¿Juntos? ¿Por qué era tan cruel? ¿Quería que nos siguiéramos llevando bien como si no me hubiera pedido el divorcio? ¿Quería que nos quedáramos como estábamos justo después de decirme que su primer amor había regresado y quería divorciarse de mí? Oh Pierce, ¿qué estaba pasando por tu cabeza? Antes podía obligarme a mí misma a quedarme en el puesto de su mejor amiga mientras le deseaba felicidad, pero ya no tenía ese coraje después de los tres años que habíamos compartido. No había manera de que pudiera soportar esa tortura otra vez, en especial ahora que cargaba a su bebé. El bebé... en un principio pensé que era una buena noticia para nosotros, pero ahora... supongo que sería más bien una carga para él. Una carga que le impediría conseguir su verdadero amor y su libertad. Yo sabía muy bien cómo crecía un niño no deseado. Mis padres se divorciaron antes de que mi madre muriera y la nueva familia de mi padre me odiaba, lo que me dolía muchísimo. Por eso no quería que mi bebé experimentara lo mismo que yo sentí, así que debía mantener a mi bebé alejado de él. --No podemos --dije mientras fingía una nueva sonrisa--. Debo visitar el estudio para la sesión de fotos de nuestros nuevos modelos… --Iré contigo. --No --contesté y aparté su mano. Sus ojos siguieron mi mano antes de levantar la cara para mirarme de nuevo--. Tienes documentos que firmar. Nuestros horarios ya están organizados, ¿recuerdas? --Pero… --Tengo un conductor personal, Pierce. Estaré bien sola --afirmé. Finalmente, suspiró y asintió con calma. En ese momento, le di la espalda y entré al baño. Inmediatamente abrí la ducha y me paré bajo el agua fría. Las lágrimas cayeron en cascada por mis mejillas mientras me cubría la boca para reprimir los sollozos. Mis hombros temblaban mucho y cuando pensé en mi bebé, tragué saliva y traté de calmarme. Luego me limpié la cara y acaricié mi vientre. Debía ser fuerte y mantener la calma. No podía arriesgar la vida de mi bebé sólo porque me habían roto el corazón. Tenía que lidiar con esto de forma inteligente. Unos minutos después, tomé un respiro profundo y terminé mi ducha. Cuando salí del baño, me sorprendió ver que Pierce todavía estaba allí. Estaba luchando por arreglarse la corbata frente al espejo de cuerpo entero. También noté un par de zapatos y un vestido míos sobre la cama. --¡Ey! Elegí tu vestido para hoy --dijo. Como nuestro matrimonio no era público, Pierce dijo que haría pequeñas cosas para mí como marido. De hecho, lo había hecho bien y yo solía disfrutar de estos dulces momentos que me regalaba, pero ahora sentía que eso mismo me m**aría. Al segundo siguiente, agarré el vestido y entré al vestidor, sentiendo que me seguía. Volví a guardar el vestido blanco y elegí uno rojo. Cuando me di vuelta y lo tuve de frente, lo vi con la frente arrugada. --Hoy prefiero el rojo. Me sentiré hermosa con este vestido --expliqué con una sonrisa. Al instante, sus ojos se dirigieron al vestido que sostenía y su rostro inmediatamente se calmó. Al final asintió y caminó hacia mí. --Ya veo. Pero antes ayúdame a arreglar esto --me pidió. Sin dudarlo, puse mi vestido en su brazo y comencé a arreglarle la corbata. Podía sentir sus ojos mirándome intensamente y eso hacía que mi corazón latiera muy rápido. Respiré hondo y me mordí el labio inferior mientras luchaba por arreglar su corbata. De pronto, mi visión se volvió borrosa otra vez. ¡Maldición! --Kelly… No pude evitar sobresaltarme en shock. --¿Mmm? --¿Estás bien? --preguntó. Lo miré y sonreí: --Sí. --Tengo algo más que decirte. En ese instante, terminé de arreglarle la corbata y le quité rápidamente el vestido del brazo. Lo miré antes de pasar junto a él y dije: --Hablaremos después. Voy a llegar tarde. Lo escuché suspirar antes de volver a seguirme. Me vestí mientras él estaba detrás de mí. Estuvo en silencio todo el tiempo, como si estuviera pensando en algo. --Deberías desayunar antes de irte --comentó. Un segundo después, me paré frente a él y asentí. --Lo haré. Deberías irte ahora --respondí. --Kelly, estamos en la misma página, ¿verdad? --preguntó. Lo miré fijamente. No, Pierce. Nunca estuvimos en la misma página. Sólo fueron mis estúpidas fantasías. Pensaba que sentías algo por mí, pero estaba muy equivocada. --Si hablas del divorcio, lo entiendo, Pierce. Sé lo que tengo que hacer. Sólo dame algo de tiempo porque estoy muy ocupada con la empresa. No huiré. --Kelly, no estoy haciendo esto sólo por mí. También lo hago por ti. Has estado encerrada conmigo desde que nos casamos. Sé que no eres feliz porque en el fondo también quieres encontrar al hombre que te mereces. Alguien que realmente te ame, no yo. No alguien indiferente. --Entiendo lo que tratas de decir, Pierce --dije y traté de darle la espalda, pero antes de poder hacerlo, él me sujetó por la cintura y me mantuvo en el lugar. Luego hizo todo lo posible para captar mis ojos hasta que lo consiguió. Su mirada era de preocupación. --Eres mi mejor amiga. No quiero perderte, Kels. Eres una de las pocas personas… --Lo sé --lo interrumpí con frustración. Parecía sorprendido, así que me calmé--. Ya lo sé. No tienes que preocuparte. Simplemente estoy estresada por el trabajo, no es por el divorcio. En ese instante, sus labios se separaron, asintió lentamente y soltó un suspiro. Luego, caminó hacia mí y me congelé cuando besó mi frente con dulzura… --Gracias, Kelly --susurró. Al oírlo, mi corazón se apretó. Habían pasado tres años pero todavía era una cobarde. «¿Por qué no puedes simplemente decirle que lo amas, Kelly? ¡Él es tu esposo y estás llevando su bebé! ¡Díselo y tal vez cambie de opinión!» pensé. Con eso en mente, tragué saliva y estuve a punto de decírselo, pero justo en ese momento su teléfono sonó. Pude ver el identificador de llamadas. Era Lexi. --Me tengo que ir --afirmó y se rascó la cabeza a modo de disculpa, mientras las comisuras de su boca se curvaban hacia arriba--. Llamé a Luke. Te espera afuera. Come antes de irte, ¿sí? Con eso, salió de nuestra habitación. De repente, las lágrimas que había logrado reprimir hasta ese momento volvieron a brotar. ¿Por qué había pensado que podría tener una oportunidad? Él tomó su decisión en el momento en que me pidió el divorcio, ¿verdad? Siempre que se trataba de Lexi me abandonaba. Capítulo 3 Punto de vista de Kelly--Mantener la compostura Entré al estudio con tacones rojos de cinco centímetros y un vestido igualmente rojo. Todos miraron en mi dirección cuando entré caminando por el pasillo y me saludaron con una sonrisa, pero mantuve mi rostro estoico, sin mostrar emoción alguna. La conversación de esa mañana con Pierce todavía estaba en mi cabeza, pero no podía permitir que afectara mi trabajo. No podía fallar en mi trabajo después de haber fracasado en mi matrimonio. De modo que respiré profundamente para recomponerme. Un momento después, cuando entré a la sala de la sesión de fotos, noté que todos estaban sumidos en el caos. --¡No podemos! No responde las llamadas. ¿Qué debemos hacer? La vicepresidente viene hoy, se enojará. --Podemos simplemente decirle la verdad. Ella es amable. --¡No lo será con esta situación, Lily! Nos va a regañar... --¿Qué está pasando aquí? --pregunté mientras entraba a la sala. De inmediato, el personal me miró con expresiones preocupadas y entonces supe que había un problema. --B-Buenos días, señorita Monroe. Señorita Monroe. Por supuesto, nadie sabía que Pierce y yo estábamos casados ​​excepto nuestras familias. Sentí como si pellizcaran mi corazón con esa verdad. Dolía. Rápidamente, la miré sin comprender. --¿Qué ocurre? --T-tenemos un problema, señorita Monroe. La señorita Chen, nuestra modelo, no atiende nuestras llamadas. Dijo que escuchó que íbamos a cambiar de modelo así que… no quiere venir. Incluso... amenazó con presentar una demanda contra nosotros. Después de decir eso, inclinó la cabeza. Yo apreté los dientes y recorrí el lugar con la mirada. --¿Dónde está la directora de marketing? --inquirí. --E-Ella todavía está tratando de convencer a la señorita Chen, señorita Monroe. Luego de escuchar el problema, me masajeé la frente y cerré los ojos con fuerza. Un segundo después, me agarré del pelo y grité de ira. Sentí que todos a mi alrededor se sobresaltaban sorprendidos. Yo solo suspiré y tomé una gran bocanada de aire antes de mirar a mi alrededor. --Señorita Monroe... --¿Qué es todo esto, señorita Hayley? Tú eres la directora de marketing, ¿qué está pasando? --Señorita Monroe, no sé cómo sucedió, pero la señorita Chen escuchó que usted cambiará de modelo. Está a punto de presentar una demanda contra nosotros... ¿Cambiar de modelo? ¿Cómo es que yo no sabía nada al respecto? La señorita Chen siempre había sido nuestra modelo de confianza y, si no era necesario, cambiar de modelo para una sesión comercial con tan poca antelación sólo causaría muchos problemas a la empresa. Nunca permitiría un error como este. --Yo no pedí eso. Debe ser un error --la interrumpí para ahorrar tiempo--. ¡Arregla este desastre o tendré que despedirte! --Señorita Monroe... Fue el presidente quien nos pidió que la cambiáramos --explicó Hayley vacilante--. Lo ordenó ayer tan pronto como regresó de su viaje de negocios. Aquella verdad me golpeó con fuerza. ¿Fue orden de Pierce? ¿Por qué no me lo dijo? Solía ​​discutir conmigo cada decisión importante antes de tomarla. --No puede ser... --exclamé confundida. Pierce no era un hombre de negocios despistado. Siempre mantuvo una clara distinción entre el trabajo y la vida personal, razón por la cual siempre tuvo éxito. Y esa fue también la razón por la que decidió mantener nuestro matrimonio en secreto. --Sí, Kelly. Yo di la orden. --Su voz me hizo retroceder. --S-Señor Presidente… --saludó Hayley y se inclinó con respeto al ver al hombre que apareció de repente detrás de mí. --Pierce, ¡creo que me debes una explicación sobre este cambio de modelo! --dije con los dientes apretados mientras me giraba para interrogarlo. Él sabía perfectamente cuánto esfuerzo puse para ganar este proyecto. Estuve días sin dormir y la señorita Chen era la persona ideal para este trabajo. De hecho, él también estuvo de acuerdo. Pero ahora… simplemente cambió la modelo a su gusto sin avisarme con antelación. Eso fue como abofetearme con fuerza en la cara. --Continúen con el trabajo. Yo se lo aclararé --le indicó él al personal para calmarlos, ignorando la ira que estaba a punto de salir de mis ojos. --¡Contéstame, Pierce! ¿Por qué cambias de modelo tan de repente? --No pude contener mi enojo. Él simplemente me tocó el hombro y me susurró: --Este no es el lugar para discutir al respecto. Te lo explicaré en el auto. En ese momento, miré a mi alrededor y noté que los demás nos miraban furtivamente. Luego me quité sus manos de encima y caminé hacia el estacionamiento, pero durante el camino, sentía mi corazón cada vez más pesado. Tenía la sensación de que su explicación no iba a gustarme. --Vamos, dímelo --exclamé ni bien nos sentamos en su auto. Antes de hablar, me miró a los ojos como si sopesara mis emociones, pero yo aparté la mirada de nuevo. No podía soportar sus miradas, no podía soportar esos ojos que nunca me miraban como yo quería. Él no sentía nada por mí y eso me dolía mucho. --Yo-yo… --hizo una pausa y suspiró--. Reemplacé a la señorita Chen porque Lexi quiere ser nuestra modelo. Ella también encaja en el proyecto, así que estuve de acuerdo... --¿Qué? --pregunté con incredulidad. De pronto, apretó los labios y miró hacia otro lado. Luego se revolvió el cabello antes de sacudir la cabeza y tomar mi mano. --Lamento no haberte dicho antes, fue muy repentino. Ella me pidió un favor, no pude decirle que no. Rápidamente, retiré mi mano y lo miré con dolor y enojo. --No pudiste decirle que no, así que preferiste dañar a la empresa, a nuestra empresa. Me traicionaste, Pierce. --Kels, vamos. Sabes cuánto la amo. Ella es mi primer amor. Al oírlo, cerré los ojos con dolor. «Oh sí, ella es tu primer amor. Siempre la quisiste a ella, sin que te importen los demás. Si ella te frunce el ceño un poco, puedes hacer la vista gorda ante el dolor y el esfuerzo de los demás. Eres tan cruel, Pierce» pensé. --Bueno, ya lo has decidido. No tengo voz y voto en esto ya que tú eres el presidente. Ahora vete, estaré en la oficina --indiqué con frialdad mientras abría la puerta del auto para salir. --Kelly… En ese instante, lo miré a los ojos y dije: --Ve a casa temprano. Hablaremos de nuestro divorcio esta noche. Capítulo 4 Punto de vista de Kelly--Plantada Me encontraba jugueteando con el anillo de bodas en mi dedo mientras lo esperaba. Le había dicho que volviera temprano a casa, pero todavía no regresaba y ni siquiera contestaba mis llamadas. Bueno, ahora que Lexi había vuelto, probablemente ya no veía a esta casa como su hogar. De pronto, mis ojos se dirigieron a mi informe de embarazo que estaba sobre la mesa. Qué gracioso. Todavía era tan ingenua para albergar un rayo de esperanza de que las cosas podrían cambiar si le hablaba del bebé, pero este bebé estaba fuera de sus planes. Me sequé las lágrimas que se acumulaban en el rabillo de mis ojos y agarré el informe. Ya eran las cinco de la mañana cuando miré el reloj de la pared. Intenté marcar su número nuevamente, pero seguía sin responder. ¿En qué estaba tan ocupado? ¿Estaba h**iendo el a**r con Lexi? Debió haberla extrañado mucho, ¿verdad? Pronto, sin saber cuándo, me quedé dormida. Cuando sonó el despertador, inconscientemente toqué la almohada a mi lado. Frío como anoche, no había vuelto a casa todavía. Me burlé de mí misma al ver mi reflejo en el espejo de la cómoda. Los círculos oscuros bajo mis ojos se veían a simple vista y mi cabello era un total desastre, parecía un fantasma. De repente una oleada de náuseas inundó mi estómago y me di cuenta de que no había comido nada la noche anterior. De pronto, me sentí mal otra vez y rápidamente corrí hacia el lavabo y vomité. Escupí un líquido amarillento que sabía muy mal. De inmediato, me lavé la boca y miré mi propio reflejo en el espejo. Al verme, sacudí la cabeza y tomé mi frente en cuanto sentí ganas de vomitar de nuevo. Volví a escupir el líquido amarillento y mientras me lavaba la boca, sentí una cálida mano acariciando mi espalda. Inmediatamente levanté la cara y me encontré con un par de ojos marrones que me miraban a través del espejo. Detrás de mí con cara de preocupación estaba mi esposo Pierce. --¿Estás bien? ¿Te sientes mal? Debiste haberme dicho. Al instante, lo miré a través del espejo. --No respondiste mis llamadas --contesté. Ante aquellas palabras, la culpa apareció en sus ojos. --Lo lamento. Tenía cosas que hacer. Me quedé en la oficina toda la noche --afirmó. Rápidamente, me limpié la cara y pasé junto a él. Pierce me siguió mientras me sentaba frente al tocador y comenzaba a peinarme. --Kels… --Me desperté tarde. No pude preparar el desayuno. Mientras hablaba, intenté evitar sus ojos. Sentía que iba a perder los estribos y gritarle. En ningún momento sentí su egoísmo tan claramente como ahora. Decía que yo era su mejor amiga, pero nunca le habían importado mis necesidades, mis sentimientos. --Kels... sabes que no te pregunté eso. Estoy preocupado por tu salud... Kels, ¿todavía estamos bien? Ante aquella pregunta, dejé de peinarme y lentamente nuestras miradas se encontraron a través del espejo, otra vez. ¿De verdad me estaba preguntando eso? ¿Después de que me pidió el divorcio sin siquiera preguntarme si estaba de acuerdo? Él decidió por su cuenta sólo porque su primer amor había vuelto. No podía creer lo que hacía. Al final, fingí una sonrisa y dije: --No me siento bien hoy, Pierce, eso es todo. Un instante después, se puso de cuclillas a mi lado, lo cual no me resultó sorprendente porque sabía que realmente se preocupaba. Pero lo que sí me sorprendió fue que hacía todo esto después de enterrar una daga en mi corazón. --¿Estás bien? --preguntó mientras tocaba suavemente mi frente y mi cuello--. ¿Estás enferma? Dime cómo te sientes, Kels. --Mis sentimientos no importan --no pude evitar decir y parecía sorprendido por mis palabras. En ese instante, intenté evitarlo, pero me agarró de la muñeca y me hizo mirarlo. Su rostro ahora reflejaba su ira. Había perdido completamente la paciencia. --¿Qué te pasa, Kels? Has estado actuando así desde ayer. ¿Es por Lexi? ¿O porque no volví a casa anoche? --inquirió. Yo lo miré a los ojos, molesta. --¡Tú fuiste quien pidió el divorcio! Te pedí que regresaras temprano para hablar al respecto, pero me dejaste esperando toda la noche. ¿Pretendías que te diera la bienvenida con brazos abiertos después de eso, Pierce? --respondí. Al escucharme, apretó la mandíbula y sacudió la cabeza. --Kels, yo... --Ya basta. Hablaremos del divorcio después del trabajo. --¡Kels! --me llamó y me agarró de los hombros. La confusión y el dolor eran visibles en sus ojos--. ¿Estás... enamorada de mí? Aquello me desconcertó. ¿Enamorada? ¡Sí! Desde que estábamos en la escuela secundaria, desde que se convirtió en mi mejor amigo. ¿Quién no se enamoraría de alguien que te ha estado protegiendo desde entonces? Siempre he estado agradecida de tenerlo como mi mejor amigo y esposo, pero ahora… lo estaba perdiendo. Perdiéndolo irremediablemente. Decidí darle a nuestro matrimonio una última oportunidad, hacer un esfuerzo final... ...... ==== Casarse con su mejor amigo fue un sueño hecho realidad para Kelly, pero todo tiene realmente una limitación. Pierce es el primer amor de Kelly, pero como su mejor amiga, sabía bien que siempre había otra mujer en lo profundo de su corazón. Lexi Gilbert. Kelly finalmente se dio cuenta de que su feliz matrimonio de los últimos tres años era solo un hermoso sueño cuando Pierce pidió el divorcio solo porque Lexi regresó. Ella sólo podría ser su mejor amiga incluso si estuviera encinta de su bebé. ¿Por qué no merecía ser amada? ¿Qué sucederá en adelante? ¿Cómo podría Kelly salvar su corazón en esta batalla de amor y odio? Los capítulos disponibles son limitados aquí, haga click el botón abajo para instalar APP y disfrutar leyendo más contenidos maravillosos. 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Yes 2024-11-30 18:24 active 1942 0 The Vampire And His Blood Wife👉👉👉 The Vampire And His Blood Wife ONLY on Drama Time.🎬 Don't miss out! Watch the series you've been wanting to see. No regrets, just pure entertainment! #Must SeeTV #No Regrets #Watch Now WATCH_MORE Romantic Love https://www.facebook.com/61557838064349/ 346 0 0 1969-12-31 18:00 0 0 0 0 0 0 Watch More 0 DCO 1969-12-31 18:00 https://scontent.fshd1-1.fna.fbcdn.net/v/t39.35426-6/461161006_552547384104728_2693328307478602036_n.jpg?stp=dst-jpg_s60x60&_nc_cat=101&ccb=1-7&_nc_sid=c53f8f&_nc_ohc=6C09D2NvIZIQ7kNvgH21-W7&_nc_zt=14&_nc_ht=scontent.fshd1-1.fna&_nc_gid=AnId_PF0YT5nv7qZh7MVAfF&oh=00_AYCi5bKd1nFZlU82pnsacv_F_hfgjxvCIIA0_J576N3aFA&oe=67518CA3 PERSON_PROFILE 0 0 0 Romantic Love 0 0 1969-12-31 18:00 View Edit
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Yes 2024-11-30 18:24 active 1942 0 The Vampire And His Blood Wife👉👉👉 The Vampire And His Blood Wife ONLY on Drama Time.🎬 Don't miss out! Watch the series you've been wanting to see. No regrets, just pure entertainment! #Must SeeTV #No Regrets #Watch Now WATCH_MORE Romantic Love https://www.facebook.com/61557838064349/ 346 0 0 1969-12-31 18:00 0 0 0 0 0 0 Watch More 0 DCO 1969-12-31 18:00 https://scontent.fshd1-1.fna.fbcdn.net/v/t39.35426-6/460844654_1586091338786756_7335652434014015276_n.jpg?stp=dst-jpg_s60x60_tt6&_nc_cat=106&ccb=1-7&_nc_sid=c53f8f&_nc_ohc=p5v7EHToq4YQ7kNvgHdRIGy&_nc_zt=14&_nc_ht=scontent.fshd1-1.fna&_nc_gid=AnId_PF0YT5nv7qZh7MVAfF&oh=00_AYDOHiyxypx0K7G_EuRCJ037LWd3Hk5aqcR5tYQx48VhUw&oe=6751917A PERSON_PROFILE 0 0 0 Romantic Love 0 0 1969-12-31 18:00 View Edit
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No 2024-11-30 18:30 active 1942 0 Para ella, casarse con su mejor amigo y quedar embarazada de su hijo fue un sueño hecho realidad. Pero en ese momento feliz, la mujer que amaba su marido regresó... ===== ¿Lo había oído bien? ¿Estoy embarazada? ¡Estoy embarazada de un bebé de Pierce! ¡Mi mejor amigo y mi primer amor! --Qué bueno que haya sido cautelosa, pudo haber perdido a su bebé, señorita Monroe --me dijo el ginecólogo con seriedad al ver la sorpresa en mis ojos. En ese momento, me toqué el vientre inconscientemente, sin poder creer que hubiera un bebé acostado allí. Cuando salí del hospital, no podía esperar para contarle a Pierce sobre nuestro bebé. Me preguntaba cuál sería su reacción. ¿Gritaría de felicidad? ¿Me b**aría y todo eso? ¡Dios! No podía contener mi felicidad. Incluso tomé mi cara roja entre mis manos mientras fantaseaba. Pero en el momento en que sentí el frío del anillo en mi dedo, mi corazón que latía salvajemente se calmó. Casi olvidaba que Pierce no estaba interesado en tener hijos, menos considerando que nuestro matrimonio fue arreglado por su familia. Por supuesto, Pierce era un completo caballero, como amigo y como marido. Cada vez que teníamos relaciones s**uales, él era considerado y cauteloso, y decía que no era necesario agregar más ataduras si no estábamos listos. Este bebé, en cierto modo, estaba fuera de los planes. --Señora, ¿está todo bien? ¿Necesita que llame al jefe? --preguntó mi conductor privado, Luke, preocupado al notar mi ceño fruncido. Luke era confiable como un miembro de la familia, pero no quería contarle porque quería que Pierce fuera el primero en enterarse de esta noticia. Él era el padre de mi bebé. --No --dije y negué con la cabeza, dándole a Luke una sonrisa tranquilizadora--. Está en el vuelo. Hablaré con él más tarde --y así vería su respuesta yo misma en sus crudas expresiones. Siempre fui buena en eso. Finalmente, cerré los ojos y recordé el día en que nos conocimos. Su brillante sonrisa a la luz del sol era tan deslumbrante que parecía un príncipe. Me enamoré de él a primera vista, mucho antes de que nos convirtiéramos en mejores amigos. Pero era sólo un amor no correspondido y yo lo sabía bien. En ese instante, bajé la ventanilla del auto para tomar un poco de aire fresco y, sin quererlo, vislumbré nuestra antigua escuela secundaria. Ese sentimiento amargo llenó mi pecho una vez más... Pierce fue mi primer amor, pero yo no era el suyo. En la escuela secundaria, yo no era más que una nerd aburrida a los ojos de los demás, mientras que Pierce Anderson era el brillante mariscal de campo. Todos se sorprendieron de que pudiéramos ser amigos. Aunque las hostilidades hacia mí aumentaron, disfruté estar cerca de él y poco a poco me di cuenta de que no quería ser sólo su amiga. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de confesarle mis sentimientos, otra chica llegó a su vida. Sacudí la cabeza tratando de deshacerme de esos viejos y tristes recuerdos. Luego toqué el frío anillo de bodas en mi dedo y me dije que el pasado ya había pasado. Pierce dijo que habían terminado y que ahora yo era su esposa. Sí, yo era su esposa y además estaba embarazada de su bebé. Pronto, me sequé las lágrimas de las comisuras de los ojos y abrí la puerta de nuestra casa. Mi corazón se calmó al respirar el aroma de mi hogar, nuestra casa. Pierce y yo la decoramos juntos con nuestras propias manos. Lo disfrutamos. Sí, tal vez estaba pensando demasiado. Esa mujer había estado fuera de nuestras vidas durante mucho tiempo y los últimos tres años mi matrimonio con Pierce fueron tan hermosos como un cuento de hadas. Una vez dentro, miré el reloj de la pared. Para ese entonces, Pierce ya debería haberse bajado del avión. Estuvo más de un mes en viajes de negocios de nuestra empresa familiar. Pierce era el presidente de ADE, la empresa de revistas de moda líder en toda Asia, y yo era la vicepresidente de la compañía. No sólo éramos compañeros de vida, sino también buenos socios en el trabajo. En verdad lo extrañaba. De inmediato, marqué su número, pues tenía muchas ganas de escuchar su voz y saber cuándo llegaría a casa. Le prepararía una buena comida y él me premiaría con un dulce beso. Y luego podríamos... Vaya, en ese momento casi olvidé que estaba embarazada. Debía contarle eso primero y luego podríamos hacer otra cosa. Estaba imaginando felizmente nuestra encantadora reunión, pero mi corazón dio un vuelco cuando una voz de mujer cruzó la línea. --¿Hola? Al escuchar esa sola palabra, dejé caer mi teléfono, que se rompió al chocar contra el suelo, y mi cuerpo empezó a temblar incontrolablemente. ¡NO! ¡No podía ser ella! ¡No podía ser Lexi! ¡Ella ya estaba fuera de nuestras vidas! Debí haber escuchado mal. De inmediato, corrí hacia la nevera en un intento por calmarme con la ayuda de un poco de al**hol. Pero en el momento en que toqué la botella de v**o, recordé las palabras del médico sobre mi bebé. Debía tener cuidado por la salud de mi bebé, así que solo agarré una caja de leche y caminé hacia el sofá. En ese entonces, no sabía qué me hizo reconocer esa voz como la de Lexi. Nosotras nunca fuimos cercanas. Lexi Gilbert era la típica belleza rubia por la que los hombres se volvían locos. Ella era una animadora popular en la escuela secundaria, mientras que Pierce era el mariscal de campo estrella. Encajaba mejor con él que una nerd como yo, ¿verdad? No me sorprendió que se haya enamorado de ella. Mi orgullo no soportó ver al hombre que amaba volverse loco por otra mujer, así que una vez intenté alejarme de ellos en silencio, pero Pierce se negó a salirse de mi vida. Cada vez que me ahogaba en un mar de libros y estudios para olvidarlos, Pierce aparecía en mi puerta invitándome a salir. No podía decirle que no a su sonrisa encantadora y tampoco podía decirle que no porque afirmaba que era su deber como mi mejor amigo llevarme a disfrutar del mundo real. Para no arruinar nuestra amistad, oculté mi corazón roto y desempeñé en silencio el papel de su mejor amiga, siempre a su lado y observando su rostro feliz por otra chica. Finalmente, cuando supe que Pierce planeaba proponerle matrimonio a Lexi, me armé de valor y fui a estudiar al extranjero, sin saber que su abuela me llamaría para rogarme que regresara. Por supuesto, volví a toda prisa sólo para ver a Pierce sin vida. Lexi le había herido gravemente el corazón y el mío sufría por mi amado. Empecé a odiar a Lexi desde ese momento. Le había entregado a mi amado hombre, ¡cómo se atrevió a hacerle tanto daño! ¡Esa bruja! Pierce no le contó a nadie lo que pasó, excepto que había terminado con Lexi. Luego, la abuela arregló nuestro matrimonio. No entendí por qué estuvo de acuerdo hasta que un día lo escuché decir que casarse con cualquiera que no fuera Lexi sería lo mismo para él. Aquello me dolió mucho, pero aun así me casé con él sin pensarlo dos veces. Mi amado estaba destrozado y quería recomponerlo, sin importarme si eso me arruinaba a mí en el proceso. Me quedé dormida sintiéndome muy insegura y preocupada. Me desperté en medio de la noche cuando sentí que alguien acariciaba mi mejilla. Lentamente abrí los ojos y me di cuenta de que me había quedado dormida en la sala de estar. Alguien me levantó del sofá e inmediatamente reconocí su olor y tacto mientras lo miraba con los ojos entrecerrados. --Pierce… --Hmm --murmuró mientras caminaba hacia las escaleras--. ¿Por qué te dormiste en el sofá? Yo solo me quedé mirándolo a la cara y luego me dejó suavemente sobre la cama, acarició mi cabello y besó mi frente. Siempre fue tan gentil y por eso lo amaba tanto. Llevábamos más de un mes separados, mi cuerpo lo extrañaba y mi corazón lo anhelaba. --¿Dónde estabas? Te estuve esperando --dije mientras acariciaba su mejilla. --Acabo de encontrarme con un amigo. Dijiste que me estabas esperando, ¿es urgente? Al ver su rostro amable, de repente no quise arruinarle el momento, así que cerré mis labios entreabiertos y tragué la verdad para devolverla a mi estómago. Mañana, tal vez mañana tendría el coraje de afrontar todos los rompecabezas. De modo que solo sacudí la cabeza, hice un puchero y le dije que tenía sueño. Él se rió entre dientes y me dio un beso de buenas noches, pero en el momento en que estuvo a punto de dejarme, por alguna razón entré en pánico. Rápidamente lo agarré y lo b*sé con toda mi pasión... Lo extrañaba y lo quería. --Espera, Kels --dijo y me detuvo, sujetando mis locas manos sobre la cama--. Pensé que habías dicho que tenías sueño y que necesitabas descansar. --Sí, pero te extraño --exclamé y lo miré con inocencia. Pude captar el deseo brillando en sus ojos, pero se desvaneció de pronto y yo no comprendía por qué. Solía ​​​​ponerse feliz cuando yo tomaba la iniciativa. En ese instante, como si notara mi confusión, se rió entre dientes y me pellizcó juguetonamente la nariz. --Me daré una ducha. Huelo a al**hol --manifestó. Yo solo asentí y lo miré mientras caminaba hacia el baño. Pronto la somnolencia volvió a atacarme, así que cerré los ojos para tomar una siesta. Sin embargo, ya era de mañana cuando abrí los ojos nuevamente y Pierce estaba a mi lado, poniendo una bandeja con comida en la mesita de noche. --¡Ey! --lo saludé y sonreí cuando me di cuenta de lo que había hecho. Me había preparado el desayuno para llevármelo a la cama. Era tan dulce. Él sonrió y se sentó en la cama. --Buen día. Le devolví la sonrisa mientras me sentaba en la cama. En ese momento, agarró la bandeja y la puso a mi lado. Al instante, levanté una ceja e incliné la cabeza mientras miraba su hermoso rostro. Sus cejas espesas y negras enmarcaban sus hermosos ojos de color marrón oscuro. Su nariz era orgullosa y puntiaguda y sus labios eran rojos y finos. Parecía un chico malo y s*xy, incluso Damon Salvatore se avergonzaría de estar a su lado. Nadie tenía posibilidad alguna contra este hombre. --¿Qué es esto? ¿Un soborno? Me dejaste plantada anoche, chico malo --dije. Él no se rió. Exhaló un suspiro y colocó con suavidad mi cabello detrás de mis orejas antes de tomar mi mano y mirarme a los ojos. --Tengo algo que decirte. Al instante, sentí que mi corazón se aceleraba y pensé en nuestro bebé en mi útero. Tenía algo que decirme, yo también tenía algo que contarle. --¿Q-Qué cosa? --pregunté con voz temblorosa. De repente, dio un profundo suspiro y comenzó: --Sabes que eres importante para mí, ¿verdad? Asentí lentamente con los labios entreabiertos. No pude responder, tenía miedo de lo que estaba a punto de decir. Tenía un mal presentimiento. --Eras mi mejor amiga antes de casarnos. Eres una de las pocas personas que valoro… --prosiguió. Mientras hablaba, escondí mis puños cerrados debajo de la sábana. No sabía por qué me decía todo esto, pero ya podía sentir las lágrimas acumulándose en el rabillo de mis ojos. --Kelly... --hizo una pausa y cerró los ojos con fuerza antes de volver a mirarme a los ojos--. Creo que es hora de que nos divorciemos. --P-Pierce… --exclamé y sentí que mi corazón se apretaba. Él sonrió. --Sé que tú tampoco sientes nada por mí. Te casaste conmigo por mis abuelos, hiciste esto solo porque los amas. Ahora llegó el momento de nuestra verdadera felicidad, Kelly. Al oírlo, no pude evitar sacudir la cabeza. --¿De qué estás hablando, Pierce? --inquirí. --Lexi ha vuelto, Kelly. Mi primer amor ha vuelto. Capítulo 2 Punto de vista de Kelly--Llueve sobre mojado De inmediato, me levanté de la cama e intenté irme, pero Pierce me agarró la mano. Rápidamente me sequé las lágrimas que rodaban por mis mejillas antes de que él pudiera verlas. Luego, se paró frente a mí y me miró a la cara mientras yo intentaba con todas mis fuerzas mirar hacia abajo y evitar verlo a los ojos. Sentí que mi corazón se rompía en pedazos. Pensaba… pensaba que podría hacer que se enamorara de mí en esos tres años que pasamos juntos. Pensaba que sus sentimientos cambiarían y me vería como una mujer en lugar de solo su mejor amiga. Fui estúpida por tener esperanzas y soñar tan alto. Fallé. Sin importar cuánto lo intentara, su corazón pertenecía sólo a su primer amor: Lexi. --Kelly… En ese momento, contuve el aliento y me tragué el dolor mientras lo miraba. Luego fingí una sonrisa y dije: --Debo lavarme las manos antes de comer. Pero él me miró a los ojos como si intentara descubrir lo que estaba pensando. Yo sabía que él me conocía demasiado bien, así que traté con todas mis fuerzas de ocultar mi dolor y le sonreí. Finalmente, suspiró y soltó mi mano. --Bueno. Te esperaré aquí. Comamos y vayamos a trabajar juntos. ¿Juntos? ¿Por qué era tan cruel? ¿Quería que nos siguiéramos llevando bien como si no me hubiera pedido el divorcio? ¿Quería que nos quedáramos como estábamos justo después de decirme que su primer amor había regresado y quería divorciarse de mí? Oh Pierce, ¿qué estaba pasando por tu cabeza? Antes podía obligarme a mí misma a quedarme en el puesto de su mejor amiga mientras le deseaba felicidad, pero ya no tenía ese coraje después de los tres años que habíamos compartido. No había manera de que pudiera soportar esa tortura otra vez, en especial ahora que cargaba a su bebé. El bebé... en un principio pensé que era una buena noticia para nosotros, pero ahora... supongo que sería más bien una carga para él. Una carga que le impediría conseguir su verdadero amor y su libertad. Yo sabía muy bien cómo crecía un niño no deseado. Mis padres se divorciaron antes de que mi madre muriera y la nueva familia de mi padre me odiaba, lo que me dolía muchísimo. Por eso no quería que mi bebé experimentara lo mismo que yo sentí, así que debía mantener a mi bebé alejado de él. --No podemos --dije mientras fingía una nueva sonrisa--. Debo visitar el estudio para la sesión de fotos de nuestros nuevos modelos… --Iré contigo. --No --contesté y aparté su mano. Sus ojos siguieron mi mano antes de levantar la cara para mirarme de nuevo--. Tienes documentos que firmar. Nuestros horarios ya están organizados, ¿recuerdas? --Pero… --Tengo un conductor personal, Pierce. Estaré bien sola --afirmé. Finalmente, suspiró y asintió con calma. En ese momento, le di la espalda y entré al baño. Inmediatamente abrí la ducha y me paré bajo el agua fría. Las lágrimas cayeron en cascada por mis mejillas mientras me cubría la boca para reprimir los sollozos. Mis hombros temblaban mucho y cuando pensé en mi bebé, tragué saliva y traté de calmarme. Luego me limpié la cara y acaricié mi vientre. Debía ser fuerte y mantener la calma. No podía arriesgar la vida de mi bebé sólo porque me habían roto el corazón. Tenía que lidiar con esto de forma inteligente. Unos minutos después, tomé un respiro profundo y terminé mi ducha. Cuando salí del baño, me sorprendió ver que Pierce todavía estaba allí. Estaba luchando por arreglarse la corbata frente al espejo de cuerpo entero. También noté un par de zapatos y un vestido míos sobre la cama. --¡Ey! Elegí tu vestido para hoy --dijo. Como nuestro matrimonio no era público, Pierce dijo que haría pequeñas cosas para mí como marido. De hecho, lo había hecho bien y yo solía disfrutar de estos dulces momentos que me regalaba, pero ahora sentía que eso mismo me m**aría. Al segundo siguiente, agarré el vestido y entré al vestidor, sentiendo que me seguía. Volví a guardar el vestido blanco y elegí uno rojo. Cuando me di vuelta y lo tuve de frente, lo vi con la frente arrugada. --Hoy prefiero el rojo. Me sentiré hermosa con este vestido --expliqué con una sonrisa. Al instante, sus ojos se dirigieron al vestido que sostenía y su rostro inmediatamente se calmó. Al final asintió y caminó hacia mí. --Ya veo. Pero antes ayúdame a arreglar esto --me pidió. Sin dudarlo, puse mi vestido en su brazo y comencé a arreglarle la corbata. Podía sentir sus ojos mirándome intensamente y eso hacía que mi corazón latiera muy rápido. Respiré hondo y me mordí el labio inferior mientras luchaba por arreglar su corbata. De pronto, mi visión se volvió borrosa otra vez. ¡Maldición! --Kelly… No pude evitar sobresaltarme en shock. --¿Mmm? --¿Estás bien? --preguntó. Lo miré y sonreí: --Sí. --Tengo algo más que decirte. En ese instante, terminé de arreglarle la corbata y le quité rápidamente el vestido del brazo. Lo miré antes de pasar junto a él y dije: --Hablaremos después. Voy a llegar tarde. Lo escuché suspirar antes de volver a seguirme. Me vestí mientras él estaba detrás de mí. Estuvo en silencio todo el tiempo, como si estuviera pensando en algo. --Deberías desayunar antes de irte --comentó. Un segundo después, me paré frente a él y asentí. --Lo haré. Deberías irte ahora --respondí. --Kelly, estamos en la misma página, ¿verdad? --preguntó. Lo miré fijamente. No, Pierce. Nunca estuvimos en la misma página. Sólo fueron mis estúpidas fantasías. Pensaba que sentías algo por mí, pero estaba muy equivocada. --Si hablas del divorcio, lo entiendo, Pierce. Sé lo que tengo que hacer. Sólo dame algo de tiempo porque estoy muy ocupada con la empresa. No huiré. --Kelly, no estoy haciendo esto sólo por mí. También lo hago por ti. Has estado encerrada conmigo desde que nos casamos. Sé que no eres feliz porque en el fondo también quieres encontrar al hombre que te mereces. Alguien que realmente te ame, no yo. No alguien indiferente. --Entiendo lo que tratas de decir, Pierce --dije y traté de darle la espalda, pero antes de poder hacerlo, él me sujetó por la cintura y me mantuvo en el lugar. Luego hizo todo lo posible para captar mis ojos hasta que lo consiguió. Su mirada era de preocupación. --Eres mi mejor amiga. No quiero perderte, Kels. Eres una de las pocas personas… --Lo sé --lo interrumpí con frustración. Parecía sorprendido, así que me calmé--. Ya lo sé. No tienes que preocuparte. Simplemente estoy estresada por el trabajo, no es por el divorcio. En ese instante, sus labios se separaron, asintió lentamente y soltó un suspiro. Luego, caminó hacia mí y me congelé cuando besó mi frente con dulzura… --Gracias, Kelly --susurró. Al oírlo, mi corazón se apretó. Habían pasado tres años pero todavía era una cobarde. «¿Por qué no puedes simplemente decirle que lo amas, Kelly? ¡Él es tu esposo y estás llevando su bebé! ¡Díselo y tal vez cambie de opinión!» pensé. Con eso en mente, tragué saliva y estuve a punto de decírselo, pero justo en ese momento su teléfono sonó. Pude ver el identificador de llamadas. Era Lexi. --Me tengo que ir --afirmó y se rascó la cabeza a modo de disculpa, mientras las comisuras de su boca se curvaban hacia arriba--. Llamé a Luke. Te espera afuera. Come antes de irte, ¿sí? Con eso, salió de nuestra habitación. De repente, las lágrimas que había logrado reprimir hasta ese momento volvieron a brotar. ¿Por qué había pensado que podría tener una oportunidad? Él tomó su decisión en el momento en que me pidió el divorcio, ¿verdad? Siempre que se trataba de Lexi me abandonaba. Capítulo 3 Punto de vista de Kelly--Mantener la compostura Entré al estudio con tacones rojos de cinco centímetros y un vestido igualmente rojo. Todos miraron en mi dirección cuando entré caminando por el pasillo y me saludaron con una sonrisa, pero mantuve mi rostro estoico, sin mostrar emoción alguna. La conversación de esa mañana con Pierce todavía estaba en mi cabeza, pero no podía permitir que afectara mi trabajo. No podía fallar en mi trabajo después de haber fracasado en mi matrimonio. De modo que respiré profundamente para recomponerme. Un momento después, cuando entré a la sala de la sesión de fotos, noté que todos estaban sumidos en el caos. --¡No podemos! No responde las llamadas. ¿Qué debemos hacer? La vicepresidente viene hoy, se enojará. --Podemos simplemente decirle la verdad. Ella es amable. --¡No lo será con esta situación, Lily! Nos va a regañar... --¿Qué está pasando aquí? --pregunté mientras entraba a la sala. De inmediato, el personal me miró con expresiones preocupadas y entonces supe que había un problema. --B-Buenos días, señorita Monroe. Señorita Monroe. Por supuesto, nadie sabía que Pierce y yo estábamos casados ​​excepto nuestras familias. Sentí como si pellizcaran mi corazón con esa verdad. Dolía. Rápidamente, la miré sin comprender. --¿Qué ocurre? --T-tenemos un problema, señorita Monroe. La señorita Chen, nuestra modelo, no atiende nuestras llamadas. Dijo que escuchó que íbamos a cambiar de modelo así que… no quiere venir. Incluso... amenazó con presentar una demanda contra nosotros. Después de decir eso, inclinó la cabeza. Yo apreté los dientes y recorrí el lugar con la mirada. --¿Dónde está la directora de marketing? --inquirí. --E-Ella todavía está tratando de convencer a la señorita Chen, señorita Monroe. Luego de escuchar el problema, me masajeé la frente y cerré los ojos con fuerza. Un segundo después, me agarré del pelo y grité de ira. Sentí que todos a mi alrededor se sobresaltaban sorprendidos. Yo solo suspiré y tomé una gran bocanada de aire antes de mirar a mi alrededor. --Señorita Monroe... --¿Qué es todo esto, señorita Hayley? Tú eres la directora de marketing, ¿qué está pasando? --Señorita Monroe, no sé cómo sucedió, pero la señorita Chen escuchó que usted cambiará de modelo. Está a punto de presentar una demanda contra nosotros... ¿Cambiar de modelo? ¿Cómo es que yo no sabía nada al respecto? La señorita Chen siempre había sido nuestra modelo de confianza y, si no era necesario, cambiar de modelo para una sesión comercial con tan poca antelación sólo causaría muchos problemas a la empresa. Nunca permitiría un error como este. --Yo no pedí eso. Debe ser un error --la interrumpí para ahorrar tiempo--. ¡Arregla este desastre o tendré que despedirte! --Señorita Monroe... Fue el presidente quien nos pidió que la cambiáramos --explicó Hayley vacilante--. Lo ordenó ayer tan pronto como regresó de su viaje de negocios. Aquella verdad me golpeó con fuerza. ¿Fue orden de Pierce? ¿Por qué no me lo dijo? Solía ​​discutir conmigo cada decisión importante antes de tomarla. --No puede ser... --exclamé confundida. Pierce no era un hombre de negocios despistado. Siempre mantuvo una clara distinción entre el trabajo y la vida personal, razón por la cual siempre tuvo éxito. Y esa fue también la razón por la que decidió mantener nuestro matrimonio en secreto. --Sí, Kelly. Yo di la orden. --Su voz me hizo retroceder. --S-Señor Presidente… --saludó Hayley y se inclinó con respeto al ver al hombre que apareció de repente detrás de mí. --Pierce, ¡creo que me debes una explicación sobre este cambio de modelo! --dije con los dientes apretados mientras me giraba para interrogarlo. Él sabía perfectamente cuánto esfuerzo puse para ganar este proyecto. Estuve días sin dormir y la señorita Chen era la persona ideal para este trabajo. De hecho, él también estuvo de acuerdo. Pero ahora… simplemente cambió la modelo a su gusto sin avisarme con antelación. Eso fue como abofetearme con fuerza en la cara. --Continúen con el trabajo. Yo se lo aclararé --le indicó él al personal para calmarlos, ignorando la ira que estaba a punto de salir de mis ojos. --¡Contéstame, Pierce! ¿Por qué cambias de modelo tan de repente? --No pude contener mi enojo. Él simplemente me tocó el hombro y me susurró: --Este no es el lugar para discutir al respecto. Te lo explicaré en el auto. En ese momento, miré a mi alrededor y noté que los demás nos miraban furtivamente. Luego me quité sus manos de encima y caminé hacia el estacionamiento, pero durante el camino, sentía mi corazón cada vez más pesado. Tenía la sensación de que su explicación no iba a gustarme. --Vamos, dímelo --exclamé ni bien nos sentamos en su auto. Antes de hablar, me miró a los ojos como si sopesara mis emociones, pero yo aparté la mirada de nuevo. No podía soportar sus miradas, no podía soportar esos ojos que nunca me miraban como yo quería. Él no sentía nada por mí y eso me dolía mucho. --Yo-yo… --hizo una pausa y suspiró--. Reemplacé a la señorita Chen porque Lexi quiere ser nuestra modelo. Ella también encaja en el proyecto, así que estuve de acuerdo... --¿Qué? --pregunté con incredulidad. De pronto, apretó los labios y miró hacia otro lado. Luego se revolvió el cabello antes de sacudir la cabeza y tomar mi mano. --Lamento no haberte dicho antes, fue muy repentino. Ella me pidió un favor, no pude decirle que no. Rápidamente, retiré mi mano y lo miré con dolor y enojo. --No pudiste decirle que no, así que preferiste dañar a la empresa, a nuestra empresa. Me traicionaste, Pierce. --Kels, vamos. Sabes cuánto la amo. Ella es mi primer amor. Al oírlo, cerré los ojos con dolor. «Oh sí, ella es tu primer amor. Siempre la quisiste a ella, sin que te importen los demás. Si ella te frunce el ceño un poco, puedes hacer la vista gorda ante el dolor y el esfuerzo de los demás. Eres tan cruel, Pierce» pensé. --Bueno, ya lo has decidido. No tengo voz y voto en esto ya que tú eres el presidente. Ahora vete, estaré en la oficina --indiqué con frialdad mientras abría la puerta del auto para salir. --Kelly… En ese instante, lo miré a los ojos y dije: --Ve a casa temprano. Hablaremos de nuestro divorcio esta noche. Capítulo 4 Punto de vista de Kelly--Plantada Me encontraba jugueteando con el anillo de bodas en mi dedo mientras lo esperaba. Le había dicho que volviera temprano a casa, pero todavía no regresaba y ni siquiera contestaba mis llamadas. Bueno, ahora que Lexi había vuelto, probablemente ya no veía a esta casa como su hogar. De pronto, mis ojos se dirigieron a mi informe de embarazo que estaba sobre la mesa. Qué gracioso. Todavía era tan ingenua para albergar un rayo de esperanza de que las cosas podrían cambiar si le hablaba del bebé, pero este bebé estaba fuera de sus planes. Me sequé las lágrimas que se acumulaban en el rabillo de mis ojos y agarré el informe. Ya eran las cinco de la mañana cuando miré el reloj de la pared. Intenté marcar su número nuevamente, pero seguía sin responder. ¿En qué estaba tan ocupado? ¿Estaba h**iendo el a**r con Lexi? Debió haberla extrañado mucho, ¿verdad? Pronto, sin saber cuándo, me quedé dormida. Cuando sonó el despertador, inconscientemente toqué la almohada a mi lado. Frío como anoche, no había vuelto a casa todavía. Me burlé de mí misma al ver mi reflejo en el espejo de la cómoda. Los círculos oscuros bajo mis ojos se veían a simple vista y mi cabello era un total desastre, parecía un fantasma. De repente una oleada de náuseas inundó mi estómago y me di cuenta de que no había comido nada la noche anterior. De pronto, me sentí mal otra vez y rápidamente corrí hacia el lavabo y vomité. Escupí un líquido amarillento que sabía muy mal. De inmediato, me lavé la boca y miré mi propio reflejo en el espejo. Al verme, sacudí la cabeza y tomé mi frente en cuanto sentí ganas de vomitar de nuevo. Volví a escupir el líquido amarillento y mientras me lavaba la boca, sentí una cálida mano acariciando mi espalda. Inmediatamente levanté la cara y me encontré con un par de ojos marrones que me miraban a través del espejo. Detrás de mí con cara de preocupación estaba mi esposo Pierce. --¿Estás bien? ¿Te sientes mal? Debiste haberme dicho. Al instante, lo miré a través del espejo. --No respondiste mis llamadas --contesté. Ante aquellas palabras, la culpa apareció en sus ojos. --Lo lamento. Tenía cosas que hacer. Me quedé en la oficina toda la noche --afirmó. Rápidamente, me limpié la cara y pasé junto a él. Pierce me siguió mientras me sentaba frente al tocador y comenzaba a peinarme. --Kels… --Me desperté tarde. No pude preparar el desayuno. Mientras hablaba, intenté evitar sus ojos. Sentía que iba a perder los estribos y gritarle. En ningún momento sentí su egoísmo tan claramente como ahora. Decía que yo era su mejor amiga, pero nunca le habían importado mis necesidades, mis sentimientos. --Kels... sabes que no te pregunté eso. Estoy preocupado por tu salud... Kels, ¿todavía estamos bien? Ante aquella pregunta, dejé de peinarme y lentamente nuestras miradas se encontraron a través del espejo, otra vez. ¿De verdad me estaba preguntando eso? ¿Después de que me pidió el divorcio sin siquiera preguntarme si estaba de acuerdo? Él decidió por su cuenta sólo porque su primer amor había vuelto. No podía creer lo que hacía. Al final, fingí una sonrisa y dije: --No me siento bien hoy, Pierce, eso es todo. Un instante después, se puso de cuclillas a mi lado, lo cual no me resultó sorprendente porque sabía que realmente se preocupaba. Pero lo que sí me sorprendió fue que hacía todo esto después de enterrar una daga en mi corazón. --¿Estás bien? --preguntó mientras tocaba suavemente mi frente y mi cuello--. ¿Estás enferma? Dime cómo te sientes, Kels. --Mis sentimientos no importan --no pude evitar decir y parecía sorprendido por mis palabras. En ese instante, intenté evitarlo, pero me agarró de la muñeca y me hizo mirarlo. Su rostro ahora reflejaba su ira. Había perdido completamente la paciencia. --¿Qué te pasa, Kels? Has estado actuando así desde ayer. ¿Es por Lexi? ¿O porque no volví a casa anoche? --inquirió. Yo lo miré a los ojos, molesta. --¡Tú fuiste quien pidió el divorcio! Te pedí que regresaras temprano para hablar al respecto, pero me dejaste esperando toda la noche. ¿Pretendías que te diera la bienvenida con brazos abiertos después de eso, Pierce? --respondí. Al escucharme, apretó la mandíbula y sacudió la cabeza. --Kels, yo... --Ya basta. Hablaremos del divorcio después del trabajo. --¡Kels! --me llamó y me agarró de los hombros. La confusión y el dolor eran visibles en sus ojos--. ¿Estás... enamorada de mí? Aquello me desconcertó. ¿Enamorada? ¡Sí! Desde que estábamos en la escuela secundaria, desde que se convirtió en mi mejor amigo. ¿Quién no se enamoraría de alguien que te ha estado protegiendo desde entonces? Siempre he estado agradecida de tenerlo como mi mejor amigo y esposo, pero ahora… lo estaba perdiendo. Perdiéndolo irremediablemente. Decidí darle a nuestro matrimonio una última oportunidad, hacer un esfuerzo final... ...... ==== Casarse con su mejor amigo fue un sueño hecho realidad para Kelly, pero todo tiene realmente una limitación. Pierce es el primer amor de Kelly, pero como su mejor amiga, sabía bien que siempre había otra mujer en lo profundo de su corazón. Lexi Gilbert. Kelly finalmente se dio cuenta de que su feliz matrimonio de los últimos tres años era solo un hermoso sueño cuando Pierce pidió el divorcio solo porque Lexi regresó. Ella sólo podría ser su mejor amiga incluso si estuviera encinta de su bebé. ¿Por qué no merecía ser amada? ¿Qué sucederá en adelante? ¿Cómo podría Kelly salvar su corazón en esta batalla de amor y odio? Los capítulos disponibles son limitados aquí, haga click el botón abajo para instalar APP y disfrutar leyendo más contenidos maravillosos. (Al abrir el APP, directo accederá a este libro) &3& LEARN_MORE https://fbweb.manobook.com/14603375-fb_contact-spc Fun Novels https://www.facebook.com/61563251196448/ 1,978 0 0 1969-12-31 18:00 0 0 0 0 0 0 Learn more 0 fbweb.manobook.com VIDEO https://fbweb.manobook.com/14603375-fb_contact-spcp25_2-1030-core1.html?adid={{ad.id}}&char=157725&accid=1129045438529903&rawadid=120214592257460120 1969-12-31 18:00 https://scontent.fshd1-1.fna.fbcdn.net/v/t39.35426-6/465796044_1273940260311452_7885294600989358383_n.jpg?stp=dst-jpg_s60x60&_nc_cat=102&ccb=1-7&_nc_sid=c53f8f&_nc_ohc=68ObKJRjAO8Q7kNvgHBSmc-&_nc_zt=14&_nc_ht=scontent.fshd1-1.fna&_nc_gid=A0JXW3j37bg8qM3wEZE0AzO&oh=00_AYA1OHhuz8ZRIwpNW1eLjfZz4FIzqM4u07V_outXt1UUoA&oe=6751907E PERSON_PROFILE 0 0 0 Fun Novels 0 0 1969-12-31 18:00 View Edit
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