Id | Vlad | Saved | Scrape Time | Status | Scrape Result | Original Ad | Adarchiveid | Creative Links | Title | Body | Cta Type | Link Url | Pageid | Page Name | Page Profile Uri | Page Like Count | Collationcount | Collationid | Currency | Enddate | Entitytype | Fevinfo | Gatedtype | Hasuserreported | Hiddensafetydata | Hidedatastatus | Impressionstext | Impressionsindex | Isaaaeligible | Isactive | Isprofilepage | Cta Text | Pageinfo | Pageisdeleted | Pagename | Reachestimate | Reportcount | Ad Creative | Byline | Caption | Dynamic Versions | Effective Authorization Category | Display Format | Link Description | Link Url | Page Welcome Message | Creation Time | Page Profile Picture Url | Page Entity Type | Page Is Profile Page | Instagram Actor Name | Instagram Profile Pic Url | Instagram Url | Instagram Handle | Is Reshared | Version | Branded Content | Current Page Name | Disclaimer Label | Page Is Deleted | Root Reshared Post | Additional Info | Ec Certificates | Country Iso Code | Instagram Branded Content | Spend | Startdate | Statemediarunlabel | Actions |
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Tener hijo con mi mejor amigo | Para ella, casarse con su mejor amigo y quedar embarazada de su hijo fue un sueño hecho realidad. Pero en ese momento feliz, la mujer que amaba su marido regresó... ===== ¿Lo había oído bien? ¿Estoy embarazada? ¡Estoy embarazada de un bebé de Pierce! ¡Mi mejor amigo y mi primer amor! --Qué bueno que haya sido cautelosa, pudo haber perdido a su bebé, señorita Monroe --me dijo el ginecólogo con seriedad al ver la sorpresa en mis ojos. En ese momento, me toqué el vientre inconscientemente, sin poder creer que hubiera un bebé acostado allí. Cuando salí del hospital, no podía esperar para contarle a Pierce sobre nuestro bebé. Me preguntaba cuál sería su reacción. ¿Gritaría de felicidad? ¿Me b**aría y todo eso? ¡Dios! No podía contener mi felicidad. Incluso tomé mi cara roja entre mis manos mientras fantaseaba. Pero en el momento en que sentí el frío del anillo en mi dedo, mi corazón que latía salvajemente se calmó. Casi olvidaba que Pierce no estaba interesado en tener hijos, menos considerando que nuestro matrimonio fue arreglado por su familia. Por supuesto, Pierce era un completo caballero, como amigo y como marido. Cada vez que teníamos relaciones s**uales, él era considerado y cauteloso, y decía que no era necesario agregar más ataduras si no estábamos listos. Este bebé, en cierto modo, estaba fuera de los planes. --Señora, ¿está todo bien? ¿Necesita que llame al jefe? --preguntó mi conductor privado, Luke, preocupado al notar mi ceño fruncido. Luke era confiable como un miembro de la familia, pero no quería contarle porque quería que Pierce fuera el primero en enterarse de esta noticia. Él era el padre de mi bebé. --No --dije y negué con la cabeza, dándole a Luke una sonrisa tranquilizadora--. Está en el vuelo. Hablaré con él más tarde --y así vería su respuesta yo misma en sus crudas expresiones. Siempre fui buena en eso. Finalmente, cerré los ojos y recordé el día en que nos conocimos. Su brillante sonrisa a la luz del sol era tan deslumbrante que parecía un príncipe. Me enamoré de él a primera vista, mucho antes de que nos convirtiéramos en mejores amigos. Pero era sólo un amor no correspondido y yo lo sabía bien. En ese instante, bajé la ventanilla del auto para tomar un poco de aire fresco y, sin quererlo, vislumbré nuestra antigua escuela secundaria. Ese sentimiento amargo llenó mi pecho una vez más... Pierce fue mi primer amor, pero yo no era el suyo. En la escuela secundaria, yo no era más que una nerd aburrida a los ojos de los demás, mientras que Pierce Anderson era el brillante mariscal de campo. Todos se sorprendieron de que pudiéramos ser amigos. Aunque las hostilidades hacia mí aumentaron, disfruté estar cerca de él y poco a poco me di cuenta de que no quería ser sólo su amiga. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de confesarle mis sentimientos, otra chica llegó a su vida. Sacudí la cabeza tratando de deshacerme de esos viejos y tristes recuerdos. Luego toqué el frío anillo de bodas en mi dedo y me dije que el pasado ya había pasado. Pierce dijo que habían terminado y que ahora yo era su esposa. Sí, yo era su esposa y además estaba embarazada de su bebé. Pronto, me sequé las lágrimas de las comisuras de los ojos y abrí la puerta de nuestra casa. Mi corazón se calmó al respirar el aroma de mi hogar, nuestra casa. Pierce y yo la decoramos juntos con nuestras propias manos. Lo disfrutamos. Sí, tal vez estaba pensando demasiado. Esa mujer había estado fuera de nuestras vidas durante mucho tiempo y los últimos tres años mi matrimonio con Pierce fueron tan hermosos como un cuento de hadas. Una vez dentro, miré el reloj de la pared. Para ese entonces, Pierce ya debería haberse bajado del avión. Estuvo más de un mes en viajes de negocios de nuestra empresa familiar. Pierce era el presidente de ADE, la empresa de revistas de moda líder en toda Asia, y yo era la vicepresidente de la compañía. No sólo éramos compañeros de vida, sino también buenos socios en el trabajo. En verdad lo extrañaba. De inmediato, marqué su número, pues tenía muchas ganas de escuchar su voz y saber cuándo llegaría a casa. Le prepararía una buena comida y él me premiaría con un dulce beso. Y luego podríamos... Vaya, en ese momento casi olvidé que estaba embarazada. Debía contarle eso primero y luego podríamos hacer otra cosa. Estaba imaginando felizmente nuestra encantadora reunión, pero mi corazón dio un vuelco cuando una voz de mujer cruzó la línea. --¿Hola? Al escuchar esa sola palabra, dejé caer mi teléfono, que se rompió al chocar contra el suelo, y mi cuerpo empezó a temblar incontrolablemente. ¡NO! ¡No podía ser ella! ¡No podía ser Lexi! ¡Ella ya estaba fuera de nuestras vidas! Debí haber escuchado mal. De inmediato, corrí hacia la nevera en un intento por calmarme con la ayuda de un poco de al**hol. Pero en el momento en que toqué la botella de v**o, recordé las palabras del médico sobre mi bebé. Debía tener cuidado por la salud de mi bebé, así que solo agarré una caja de leche y caminé hacia el sofá. En ese entonces, no sabía qué me hizo reconocer esa voz como la de Lexi. Nosotras nunca fuimos cercanas. Lexi Gilbert era la típica belleza rubia por la que los hombres se volvían locos. Ella era una animadora popular en la escuela secundaria, mientras que Pierce era el mariscal de campo estrella. Encajaba mejor con él que una nerd como yo, ¿verdad? No me sorprendió que se haya enamorado de ella. Mi orgullo no soportó ver al hombre que amaba volverse loco por otra mujer, así que una vez intenté alejarme de ellos en silencio, pero Pierce se negó a salirse de mi vida. Cada vez que me ahogaba en un mar de libros y estudios para olvidarlos, Pierce aparecía en mi puerta invitándome a salir. No podía decirle que no a su sonrisa encantadora y tampoco podía decirle que no porque afirmaba que era su deber como mi mejor amigo llevarme a disfrutar del mundo real. Para no arruinar nuestra amistad, oculté mi corazón roto y desempeñé en silencio el papel de su mejor amiga, siempre a su lado y observando su rostro feliz por otra chica. Finalmente, cuando supe que Pierce planeaba proponerle matrimonio a Lexi, me armé de valor y fui a estudiar al extranjero, sin saber que su abuela me llamaría para rogarme que regresara. Por supuesto, volví a toda prisa sólo para ver a Pierce sin vida. Lexi le había herido gravemente el corazón y el mío sufría por mi amado. Empecé a odiar a Lexi desde ese momento. Le había entregado a mi amado hombre, ¡cómo se atrevió a hacerle tanto daño! ¡Esa bruja! Pierce no le contó a nadie lo que pasó, excepto que había terminado con Lexi. Luego, la abuela arregló nuestro matrimonio. No entendí por qué estuvo de acuerdo hasta que un día lo escuché decir que casarse con cualquiera que no fuera Lexi sería lo mismo para él. Aquello me dolió mucho, pero aun así me casé con él sin pensarlo dos veces. Mi amado estaba destrozado y quería recomponerlo, sin importarme si eso me arruinaba a mí en el proceso. Me quedé dormida sintiéndome muy insegura y preocupada. Me desperté en medio de la noche cuando sentí que alguien acariciaba mi mejilla. Lentamente abrí los ojos y me di cuenta de que me había quedado dormida en la sala de estar. Alguien me levantó del sofá e inmediatamente reconocí su olor y tacto mientras lo miraba con los ojos entrecerrados. --Pierce… --Hmm --murmuró mientras caminaba hacia las escaleras--. ¿Por qué te dormiste en el sofá? Yo solo me quedé mirándolo a la cara y luego me dejó suavemente sobre la cama, acarició mi cabello y besó mi frente. Siempre fue tan gentil y por eso lo amaba tanto. Llevábamos más de un mes separados, mi cuerpo lo extrañaba y mi corazón lo anhelaba. --¿Dónde estabas? Te estuve esperando --dije mientras acariciaba su mejilla. --Acabo de encontrarme con un amigo. Dijiste que me estabas esperando, ¿es urgente? Al ver su rostro amable, de repente no quise arruinarle el momento, así que cerré mis labios entreabiertos y tragué la verdad para devolverla a mi estómago. Mañana, tal vez mañana tendría el coraje de afrontar todos los rompecabezas. De modo que solo sacudí la cabeza, hice un puchero y le dije que tenía sueño. Él se rió entre dientes y me dio un beso de buenas noches, pero en el momento en que estuvo a punto de dejarme, por alguna razón entré en pánico. Rápidamente lo agarré y lo b*sé con toda mi pasión... Lo extrañaba y lo quería. --Espera, Kels --dijo y me detuvo, sujetando mis locas manos sobre la cama--. Pensé que habías dicho que tenías sueño y que necesitabas descansar. --Sí, pero te extraño --exclamé y lo miré con inocencia. Pude captar el deseo brillando en sus ojos, pero se desvaneció de pronto y yo no comprendía por qué. Solía ponerse feliz cuando yo tomaba la iniciativa. En ese instante, como si notara mi confusión, se rió entre dientes y me pellizcó juguetonamente la nariz. --Me daré una ducha. Huelo a al**hol --manifestó. Yo solo asentí y lo miré mientras caminaba hacia el baño. Pronto la somnolencia volvió a atacarme, así que cerré los ojos para tomar una siesta. Sin embargo, ya era de mañana cuando abrí los ojos nuevamente y Pierce estaba a mi lado, poniendo una bandeja con comida en la mesita de noche. --¡Ey! --lo saludé y sonreí cuando me di cuenta de lo que había hecho. Me había preparado el desayuno para llevármelo a la cama. Era tan dulce. Él sonrió y se sentó en la cama. --Buen día. Le devolví la sonrisa mientras me sentaba en la cama. En ese momento, agarró la bandeja y la puso a mi lado. Al instante, levanté una ceja e incliné la cabeza mientras miraba su hermoso rostro. Sus cejas espesas y negras enmarcaban sus hermosos ojos de color marrón oscuro. Su nariz era orgullosa y puntiaguda y sus labios eran rojos y finos. Parecía un chico malo y s*xy, incluso Damon Salvatore se avergonzaría de estar a su lado. Nadie tenía posibilidad alguna contra este hombre. --¿Qué es esto? ¿Un soborno? Me dejaste plantada anoche, chico malo --dije. Él no se rió. Exhaló un suspiro y colocó con suavidad mi cabello detrás de mis orejas antes de tomar mi mano y mirarme a los ojos. --Tengo algo que decirte. Al instante, sentí que mi corazón se aceleraba y pensé en nuestro bebé en mi útero. Tenía algo que decirme, yo también tenía algo que contarle. --¿Q-Qué cosa? --pregunté con voz temblorosa. De repente, dio un profundo suspiro y comenzó: --Sabes que eres importante para mí, ¿verdad? Asentí lentamente con los labios entreabiertos. No pude responder, tenía miedo de lo que estaba a punto de decir. Tenía un mal presentimiento. --Eras mi mejor amiga antes de casarnos. Eres una de las pocas personas que valoro… --prosiguió. Mientras hablaba, escondí mis puños cerrados debajo de la sábana. No sabía por qué me decía todo esto, pero ya podía sentir las lágrimas acumulándose en el rabillo de mis ojos. --Kelly... --hizo una pausa y cerró los ojos con fuerza antes de volver a mirarme a los ojos--. Creo que es hora de que nos divorciemos. --P-Pierce… --exclamé y sentí que mi corazón se apretaba. Él sonrió. --Sé que tú tampoco sientes nada por mí. Te casaste conmigo por mis abuelos, hiciste esto solo porque los amas. Ahora llegó el momento de nuestra verdadera felicidad, Kelly. Al oírlo, no pude evitar sacudir la cabeza. --¿De qué estás hablando, Pierce? --inquirí. --Lexi ha vuelto, Kelly. Mi primer amor ha vuelto. Capítulo 2 Punto de vista de Kelly--Llueve sobre mojado De inmediato, me levanté de la cama e intenté irme, pero Pierce me agarró la mano. Rápidamente me sequé las lágrimas que rodaban por mis mejillas antes de que él pudiera verlas. Luego, se paró frente a mí y me miró a la cara mientras yo intentaba con todas mis fuerzas mirar hacia abajo y evitar verlo a los ojos. Sentí que mi corazón se rompía en pedazos. Pensaba… pensaba que podría hacer que se enamorara de mí en esos tres años que pasamos juntos. Pensaba que sus sentimientos cambiarían y me vería como una mujer en lugar de solo su mejor amiga. Fui estúpida por tener esperanzas y soñar tan alto. Fallé. Sin importar cuánto lo intentara, su corazón pertenecía sólo a su primer amor: Lexi. --Kelly… En ese momento, contuve el aliento y me tragué el dolor mientras lo miraba. Luego fingí una sonrisa y dije: --Debo lavarme las manos antes de comer. Pero él me miró a los ojos como si intentara descubrir lo que estaba pensando. Yo sabía que él me conocía demasiado bien, así que traté con todas mis fuerzas de ocultar mi dolor y le sonreí. Finalmente, suspiró y soltó mi mano. --Bueno. Te esperaré aquí. Comamos y vayamos a trabajar juntos. ¿Juntos? ¿Por qué era tan cruel? ¿Quería que nos siguiéramos llevando bien como si no me hubiera pedido el divorcio? ¿Quería que nos quedáramos como estábamos justo después de decirme que su primer amor había regresado y quería divorciarse de mí? Oh Pierce, ¿qué estaba pasando por tu cabeza? Antes podía obligarme a mí misma a quedarme en el puesto de su mejor amiga mientras le deseaba felicidad, pero ya no tenía ese coraje después de los tres años que habíamos compartido. No había manera de que pudiera soportar esa tortura otra vez, en especial ahora que cargaba a su bebé. El bebé... en un principio pensé que era una buena noticia para nosotros, pero ahora... supongo que sería más bien una carga para él. Una carga que le impediría conseguir su verdadero amor y su libertad. Yo sabía muy bien cómo crecía un niño no deseado. Mis padres se divorciaron antes de que mi madre muriera y la nueva familia de mi padre me odiaba, lo que me dolía muchísimo. Por eso no quería que mi bebé experimentara lo mismo que yo sentí, así que debía mantener a mi bebé alejado de él. --No podemos --dije mientras fingía una nueva sonrisa--. Debo visitar el estudio para la sesión de fotos de nuestros nuevos modelos… --Iré contigo. --No --contesté y aparté su mano. Sus ojos siguieron mi mano antes de levantar la cara para mirarme de nuevo--. Tienes documentos que firmar. Nuestros horarios ya están organizados, ¿recuerdas? --Pero… --Tengo un conductor personal, Pierce. Estaré bien sola --afirmé. Finalmente, suspiró y asintió con calma. En ese momento, le di la espalda y entré al baño. Inmediatamente abrí la ducha y me paré bajo el agua fría. Las lágrimas cayeron en cascada por mis mejillas mientras me cubría la boca para reprimir los sollozos. Mis hombros temblaban mucho y cuando pensé en mi bebé, tragué saliva y traté de calmarme. Luego me limpié la cara y acaricié mi vientre. Debía ser fuerte y mantener la calma. No podía arriesgar la vida de mi bebé sólo porque me habían roto el corazón. Tenía que lidiar con esto de forma inteligente. Unos minutos después, tomé un respiro profundo y terminé mi ducha. Cuando salí del baño, me sorprendió ver que Pierce todavía estaba allí. Estaba luchando por arreglarse la corbata frente al espejo de cuerpo entero. También noté un par de zapatos y un vestido míos sobre la cama. --¡Ey! Elegí tu vestido para hoy --dijo. Como nuestro matrimonio no era público, Pierce dijo que haría pequeñas cosas para mí como marido. De hecho, lo había hecho bien y yo solía disfrutar de estos dulces momentos que me regalaba, pero ahora sentía que eso mismo me m**aría. Al segundo siguiente, agarré el vestido y entré al vestidor, sentiendo que me seguía. Volví a guardar el vestido blanco y elegí uno rojo. Cuando me di vuelta y lo tuve de frente, lo vi con la frente arrugada. --Hoy prefiero el rojo. Me sentiré hermosa con este vestido --expliqué con una sonrisa. Al instante, sus ojos se dirigieron al vestido que sostenía y su rostro inmediatamente se calmó. Al final asintió y caminó hacia mí. --Ya veo. Pero antes ayúdame a arreglar esto --me pidió. Sin dudarlo, puse mi vestido en su brazo y comencé a arreglarle la corbata. Podía sentir sus ojos mirándome intensamente y eso hacía que mi corazón latiera muy rápido. Respiré hondo y me mordí el labio inferior mientras luchaba por arreglar su corbata. De pronto, mi visión se volvió borrosa otra vez. ¡Maldición! --Kelly… No pude evitar sobresaltarme en shock. --¿Mmm? --¿Estás bien? --preguntó. Lo miré y sonreí: --Sí. --Tengo algo más que decirte. En ese instante, terminé de arreglarle la corbata y le quité rápidamente el vestido del brazo. Lo miré antes de pasar junto a él y dije: --Hablaremos después. Voy a llegar tarde. Lo escuché suspirar antes de volver a seguirme. Me vestí mientras él estaba detrás de mí. Estuvo en silencio todo el tiempo, como si estuviera pensando en algo. --Deberías desayunar antes de irte --comentó. Un segundo después, me paré frente a él y asentí. --Lo haré. Deberías irte ahora --respondí. --Kelly, estamos en la misma página, ¿verdad? --preguntó. Lo miré fijamente. No, Pierce. Nunca estuvimos en la misma página. Sólo fueron mis estúpidas fantasías. Pensaba que sentías algo por mí, pero estaba muy equivocada. --Si hablas del divorcio, lo entiendo, Pierce. Sé lo que tengo que hacer. Sólo dame algo de tiempo porque estoy muy ocupada con la empresa. No huiré. --Kelly, no estoy haciendo esto sólo por mí. También lo hago por ti. Has estado encerrada conmigo desde que nos casamos. Sé que no eres feliz porque en el fondo también quieres encontrar al hombre que te mereces. Alguien que realmente te ame, no yo. No alguien indiferente. --Entiendo lo que tratas de decir, Pierce --dije y traté de darle la espalda, pero antes de poder hacerlo, él me sujetó por la cintura y me mantuvo en el lugar. Luego hizo todo lo posible para captar mis ojos hasta que lo consiguió. Su mirada era de preocupación. --Eres mi mejor amiga. No quiero perderte, Kels. Eres una de las pocas personas… --Lo sé --lo interrumpí con frustración. Parecía sorprendido, así que me calmé--. Ya lo sé. No tienes que preocuparte. Simplemente estoy estresada por el trabajo, no es por el divorcio. En ese instante, sus labios se separaron, asintió lentamente y soltó un suspiro. Luego, caminó hacia mí y me congelé cuando besó mi frente con dulzura… --Gracias, Kelly --susurró. Al oírlo, mi corazón se apretó. Habían pasado tres años pero todavía era una cobarde. «¿Por qué no puedes simplemente decirle que lo amas, Kelly? ¡Él es tu esposo y estás llevando su bebé! ¡Díselo y tal vez cambie de opinión!» pensé. Con eso en mente, tragué saliva y estuve a punto de decírselo, pero justo en ese momento su teléfono sonó. Pude ver el identificador de llamadas. Era Lexi. --Me tengo que ir --afirmó y se rascó la cabeza a modo de disculpa, mientras las comisuras de su boca se curvaban hacia arriba--. Llamé a Luke. Te espera afuera. Come antes de irte, ¿sí? Con eso, salió de nuestra habitación. De repente, las lágrimas que había logrado reprimir hasta ese momento volvieron a brotar. ¿Por qué había pensado que podría tener una oportunidad? Él tomó su decisión en el momento en que me pidió el divorcio, ¿verdad? Siempre que se trataba de Lexi me abandonaba. Capítulo 3 Punto de vista de Kelly--Mantener la compostura Entré al estudio con tacones rojos de cinco centímetros y un vestido igualmente rojo. Todos miraron en mi dirección cuando entré caminando por el pasillo y me saludaron con una sonrisa, pero mantuve mi rostro estoico, sin mostrar emoción alguna. La conversación de esa mañana con Pierce todavía estaba en mi cabeza, pero no podía permitir que afectara mi trabajo. No podía fallar en mi trabajo después de haber fracasado en mi matrimonio. De modo que respiré profundamente para recomponerme. Un momento después, cuando entré a la sala de la sesión de fotos, noté que todos estaban sumidos en el caos. --¡No podemos! No responde las llamadas. ¿Qué debemos hacer? La vicepresidente viene hoy, se enojará. --Podemos simplemente decirle la verdad. Ella es amable. --¡No lo será con esta situación, Lily! Nos va a regañar... --¿Qué está pasando aquí? --pregunté mientras entraba a la sala. De inmediato, el personal me miró con expresiones preocupadas y entonces supe que había un problema. --B-Buenos días, señorita Monroe. Señorita Monroe. Por supuesto, nadie sabía que Pierce y yo estábamos casados excepto nuestras familias. Sentí como si pellizcaran mi corazón con esa verdad. Dolía. Rápidamente, la miré sin comprender. --¿Qué ocurre? --T-tenemos un problema, señorita Monroe. La señorita Chen, nuestra modelo, no atiende nuestras llamadas. Dijo que escuchó que íbamos a cambiar de modelo así que… no quiere venir. Incluso... amenazó con presentar una demanda contra nosotros. Después de decir eso, inclinó la cabeza. Yo apreté los dientes y recorrí el lugar con la mirada. --¿Dónde está la directora de marketing? --inquirí. --E-Ella todavía está tratando de convencer a la señorita Chen, señorita Monroe. Luego de escuchar el problema, me masajeé la frente y cerré los ojos con fuerza. Un segundo después, me agarré del pelo y grité de ira. Sentí que todos a mi alrededor se sobresaltaban sorprendidos. Yo solo suspiré y tomé una gran bocanada de aire antes de mirar a mi alrededor. --Señorita Monroe... --¿Qué es todo esto, señorita Hayley? Tú eres la directora de marketing, ¿qué está pasando? --Señorita Monroe, no sé cómo sucedió, pero la señorita Chen escuchó que usted cambiará de modelo. Está a punto de presentar una demanda contra nosotros... ¿Cambiar de modelo? ¿Cómo es que yo no sabía nada al respecto? La señorita Chen siempre había sido nuestra modelo de confianza y, si no era necesario, cambiar de modelo para una sesión comercial con tan poca antelación sólo causaría muchos problemas a la empresa. Nunca permitiría un error como este. --Yo no pedí eso. Debe ser un error --la interrumpí para ahorrar tiempo--. ¡Arregla este desastre o tendré que despedirte! --Señorita Monroe... Fue el presidente quien nos pidió que la cambiáramos --explicó Hayley vacilante--. Lo ordenó ayer tan pronto como regresó de su viaje de negocios. Aquella verdad me golpeó con fuerza. ¿Fue orden de Pierce? ¿Por qué no me lo dijo? Solía discutir conmigo cada decisión importante antes de tomarla. --No puede ser... --exclamé confundida. Pierce no era un hombre de negocios despistado. Siempre mantuvo una clara distinción entre el trabajo y la vida personal, razón por la cual siempre tuvo éxito. Y esa fue también la razón por la que decidió mantener nuestro matrimonio en secreto. --Sí, Kelly. Yo di la orden. --Su voz me hizo retroceder. --S-Señor Presidente… --saludó Hayley y se inclinó con respeto al ver al hombre que apareció de repente detrás de mí. --Pierce, ¡creo que me debes una explicación sobre este cambio de modelo! --dije con los dientes apretados mientras me giraba para interrogarlo. Él sabía perfectamente cuánto esfuerzo puse para ganar este proyecto. Estuve días sin dormir y la señorita Chen era la persona ideal para este trabajo. De hecho, él también estuvo de acuerdo. Pero ahora… simplemente cambió la modelo a su gusto sin avisarme con antelación. Eso fue como abofetearme con fuerza en la cara. --Continúen con el trabajo. Yo se lo aclararé --le indicó él al personal para calmarlos, ignorando la ira que estaba a punto de salir de mis ojos. --¡Contéstame, Pierce! ¿Por qué cambias de modelo tan de repente? --No pude contener mi enojo. Él simplemente me tocó el hombro y me susurró: --Este no es el lugar para discutir al respecto. Te lo explicaré en el auto. En ese momento, miré a mi alrededor y noté que los demás nos miraban furtivamente. Luego me quité sus manos de encima y caminé hacia el estacionamiento, pero durante el camino, sentía mi corazón cada vez más pesado. Tenía la sensación de que su explicación no iba a gustarme. --Vamos, dímelo --exclamé ni bien nos sentamos en su auto. Antes de hablar, me miró a los ojos como si sopesara mis emociones, pero yo aparté la mirada de nuevo. No podía soportar sus miradas, no podía soportar esos ojos que nunca me miraban como yo quería. Él no sentía nada por mí y eso me dolía mucho. --Yo-yo… --hizo una pausa y suspiró--. Reemplacé a la señorita Chen porque Lexi quiere ser nuestra modelo. Ella también encaja en el proyecto, así que estuve de acuerdo... --¿Qué? --pregunté con incredulidad. De pronto, apretó los labios y miró hacia otro lado. Luego se revolvió el cabello antes de sacudir la cabeza y tomar mi mano. --Lamento no haberte dicho antes, fue muy repentino. Ella me pidió un favor, no pude decirle que no. Rápidamente, retiré mi mano y lo miré con dolor y enojo. --No pudiste decirle que no, así que preferiste dañar a la empresa, a nuestra empresa. Me traicionaste, Pierce. --Kels, vamos. Sabes cuánto la amo. Ella es mi primer amor. Al oírlo, cerré los ojos con dolor. «Oh sí, ella es tu primer amor. Siempre la quisiste a ella, sin que te importen los demás. Si ella te frunce el ceño un poco, puedes hacer la vista gorda ante el dolor y el esfuerzo de los demás. Eres tan cruel, Pierce» pensé. --Bueno, ya lo has decidido. No tengo voz y voto en esto ya que tú eres el presidente. Ahora vete, estaré en la oficina --indiqué con frialdad mientras abría la puerta del auto para salir. --Kelly… En ese instante, lo miré a los ojos y dije: --Ve a casa temprano. Hablaremos de nuestro divorcio esta noche. Capítulo 4 Punto de vista de Kelly--Plantada Me encontraba jugueteando con el anillo de bodas en mi dedo mientras lo esperaba. Le había dicho que volviera temprano a casa, pero todavía no regresaba y ni siquiera contestaba mis llamadas. Bueno, ahora que Lexi había vuelto, probablemente ya no veía a esta casa como su hogar. De pronto, mis ojos se dirigieron a mi informe de embarazo que estaba sobre la mesa. Qué gracioso. Todavía era tan ingenua para albergar un rayo de esperanza de que las cosas podrían cambiar si le hablaba del bebé, pero este bebé estaba fuera de sus planes. Me sequé las lágrimas que se acumulaban en el rabillo de mis ojos y agarré el informe. Ya eran las cinco de la mañana cuando miré el reloj de la pared. Intenté marcar su número nuevamente, pero seguía sin responder. ¿En qué estaba tan ocupado? ¿Estaba h**iendo el a**r con Lexi? Debió haberla extrañado mucho, ¿verdad? Pronto, sin saber cuándo, me quedé dormida. Cuando sonó el despertador, inconscientemente toqué la almohada a mi lado. Frío como anoche, no había vuelto a casa todavía. Me burlé de mí misma al ver mi reflejo en el espejo de la cómoda. Los círculos oscuros bajo mis ojos se veían a simple vista y mi cabello era un total desastre, parecía un fantasma. De repente una oleada de náuseas inundó mi estómago y me di cuenta de que no había comido nada la noche anterior. De pronto, me sentí mal otra vez y rápidamente corrí hacia el lavabo y vomité. Escupí un líquido amarillento que sabía muy mal. De inmediato, me lavé la boca y miré mi propio reflejo en el espejo. Al verme, sacudí la cabeza y tomé mi frente en cuanto sentí ganas de vomitar de nuevo. Volví a escupir el líquido amarillento y mientras me lavaba la boca, sentí una cálida mano acariciando mi espalda. Inmediatamente levanté la cara y me encontré con un par de ojos marrones que me miraban a través del espejo. Detrás de mí con cara de preocupación estaba mi esposo Pierce. --¿Estás bien? ¿Te sientes mal? Debiste haberme dicho. Al instante, lo miré a través del espejo. --No respondiste mis llamadas --contesté. Ante aquellas palabras, la culpa apareció en sus ojos. --Lo lamento. Tenía cosas que hacer. Me quedé en la oficina toda la noche --afirmó. Rápidamente, me limpié la cara y pasé junto a él. Pierce me siguió mientras me sentaba frente al tocador y comenzaba a peinarme. --Kels… --Me desperté tarde. No pude preparar el desayuno. Mientras hablaba, intenté evitar sus ojos. Sentía que iba a perder los estribos y gritarle. En ningún momento sentí su egoísmo tan claramente como ahora. Decía que yo era su mejor amiga, pero nunca le habían importado mis necesidades, mis sentimientos. --Kels... sabes que no te pregunté eso. Estoy preocupado por tu salud... Kels, ¿todavía estamos bien? Ante aquella pregunta, dejé de peinarme y lentamente nuestras miradas se encontraron a través del espejo, otra vez. ¿De verdad me estaba preguntando eso? ¿Después de que me pidió el divorcio sin siquiera preguntarme si estaba de acuerdo? Él decidió por su cuenta sólo porque su primer amor había vuelto. No podía creer lo que hacía. Al final, fingí una sonrisa y dije: --No me siento bien hoy, Pierce, eso es todo. Un instante después, se puso de cuclillas a mi lado, lo cual no me resultó sorprendente porque sabía que realmente se preocupaba. Pero lo que sí me sorprendió fue que hacía todo esto después de enterrar una daga en mi corazón. --¿Estás bien? --preguntó mientras tocaba suavemente mi frente y mi cuello--. ¿Estás enferma? Dime cómo te sientes, Kels. --Mis sentimientos no importan --no pude evitar decir y parecía sorprendido por mis palabras. En ese instante, intenté evitarlo, pero me agarró de la muñeca y me hizo mirarlo. Su rostro ahora reflejaba su ira. Había perdido completamente la paciencia. --¿Qué te pasa, Kels? Has estado actuando así desde ayer. ¿Es por Lexi? ¿O porque no volví a casa anoche? --inquirió. Yo lo miré a los ojos, molesta. --¡Tú fuiste quien pidió el divorcio! Te pedí que regresaras temprano para hablar al respecto, pero me dejaste esperando toda la noche. ¿Pretendías que te diera la bienvenida con brazos abiertos después de eso, Pierce? --respondí. Al escucharme, apretó la mandíbula y sacudió la cabeza. --Kels, yo... --Ya basta. Hablaremos del divorcio después del trabajo. --¡Kels! --me llamó y me agarró de los hombros. La confusión y el dolor eran visibles en sus ojos--. ¿Estás... enamorada de mí? Aquello me desconcertó. ¿Enamorada? ¡Sí! Desde que estábamos en la escuela secundaria, desde que se convirtió en mi mejor amigo. ¿Quién no se enamoraría de alguien que te ha estado protegiendo desde entonces? Siempre he estado agradecida de tenerlo como mi mejor amigo y esposo, pero ahora… lo estaba perdiendo. Perdiéndolo irremediablemente. Decidí darle a nuestro matrimonio una última oportunidad, hacer un esfuerzo final... ...... ==== Casarse con su mejor amigo fue un sueño hecho realidad para Kelly, pero todo tiene realmente una limitación. Pierce es el primer amor de Kelly, pero como su mejor amiga, sabía bien que siempre había otra mujer en lo profundo de su corazón. Lexi Gilbert. Kelly finalmente se dio cuenta de que su feliz matrimonio de los últimos tres años era solo un hermoso sueño cuando Pierce pidió el divorcio solo porque Lexi regresó. Ella sólo podría ser su mejor amiga incluso si estuviera encinta de su bebé. ¿Por qué no merecía ser amada? ¿Qué sucederá en adelante? ¿Cómo podría Kelly salvar su corazón en esta batalla de amor y odio? Los capítulos disponibles son limitados aquí, haga click el botón abajo para instalar APP y disfrutar leyendo más contenidos maravillosos. (Al abrir el APP, directo accederá a este libro) &3& | LEARN_MORE | https://fbweb.manobook.com/14603375-fb_contact-spc | Fun Novels | https://www.facebook.com/61563251196448/ | 1,877 | 0 | 0 | 1969-12-31 18:00 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | Learn more | 0 | fbweb.manobook.com | IMAGE | https://fbweb.manobook.com/14603375-fb_contact-spcp25_2-1030-core1.html?adid={{ad.id}}&char=157725&accid=860298072104208&rawadid=120215507439670204 | 1969-12-31 18:00 | https://scontent-iad3-2.xx.fbcdn.net/v/t39.35426-6/465591459_576244008283768_6914953164467477750_n.jpg?stp=dst-jpg_s60x60&_nc_cat=100&ccb=1-7&_nc_sid=c53f8f&_nc_ohc=fq1_RjGTDDkQ7kNvgHdIM9G&_nc_zt=14&_nc_ht=scontent-iad3-2.xx&_nc_gid=Aag-g6C6jIAdH6laXcp1Tn5&oh=00_AYDUy0PHmgxclu7pB7Xh9EFlaJS5jhnUdI815bC6kosp_Q&oe=6745A828 | PERSON_PROFILE | 0 | 0 | 0 | Fun Novels | 0 | 0 | 1969-12-31 18:00 | View Edit Delete | ||||||||||||||||||||||||||||||
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Read next chapter | For her, marrying her best friend and carrying his child was a dream come true. However, just at this joyful moment, the man's beloved returned... ===== "It's a good thing you're cautious. You could've lost your baby, Miss Monroe," the GYN told me seriously as she could see the shock in my eyes. Had I heard it right? I was pregnant? I was pregnant with a baby for Pierce--my best friend and my first crush! On the way out of the hospital, I couldn't wait to tell Pierce about our baby. I wondered what his reaction would be. Would he scream in happiness? God! I couldn't contain my happiness. I cupped my flushed face as I fantasized, but the moment I felt the cold of the simple ring on my finger, my wildly beating heart calmed down. I almost forgot that Pierce wasn't the type to be keen on having children, especially since our marriage was arranged by his family. Pierce was a complete gentleman, both as a friend and a husband. Every time we did intimate thing, he was considerate yet cautious, saying there was no need to add extra shackles when we weren't ready. This baby, in a way, was out of the plan. "Ma'am, is everything okay? Do you need to call the boss?" my private driver, Luke, asked worriedly as he noticed my frown. Luke was reliable, like family, but if I chose to share, I still wanted Pierce to be the first to know this news. He was my baby's father. "No," I shook my head, giving Luke a reassuring smile. "He's on a flight. I'll talk to him later myself." I wanted to sense his answer directly from his raw expressions. I was always good at that. I closed my eyes, recalling the first day we met. His bright smile in the sunlight was so dazzling; he was a Prince. Long before we became best friends, I fell in love with him at first sight. But it was only unrequited love; I knew that well. I slid down the car window to get some fresh air but accidentally caught a glimpse of our old high school. That bitter feeling filled my chest once again. Pierce was my first love, but I wasn't his. In high school, I was just a boring nerd in others' eyes while Pierce Anderson was the shining quarterback. Everyone was surprised that we could be friends. Though envy arose, I enjoyed being around him. I slowly realized that I didn't just want to be his friend. However, right when I was about to confess my feelings to him, another girl came into his life. I shook my head, trying to rid myself of those sad memories. I gripped the cold wedding ring on my finger, telling myself the past was the past. Pierce said they were over, and I was his wife now. I was his wife who was carrying his baby. I wiped the tears from the corners of my eyes and opened the door to our house. My heart calmed as I breathed in the scent of home. Our home. Pierce and I decorated it together with our own hands. We enjoyed it. Yes, I must have been overthinking. That woman had been out of our lives for a long time, and my marriage with Pierce had been as beautiful as a fairy tale for the past three years. I glanced at the clock on the wall. At this point, Pierce should have gotten off the plane. He had been traveling for over a month for the sake of our family's business. Pierce was the President of ADE, the leading fashion magazine company in Asia, and I was actually the Vice President. We were not only life partners but also good partners at work. I really missed him. I dialed his number immediately. I wanted to hear his voice now, to know when he would arrive home. I would prepare a good meal for him, and he would reward me with a sweet k*ss. Then we might do intimate thing... Oops, I almost forgot I was pregnant now. I needed to tell him this first before we could do anything else. I was happily envisioning our lovely reunion when my heart dropped as a woman's voice came over the line. [Hello?] I snapped the phone as just one word came out. My phone fell to the floor, and my body started shaking uncontrollably. NO! It couldn't be her! It couldn't be Lexi! She was already out of our lives! I must have misheard. I rushed to the fridge, attempting to calm myself with some al**hol. But the moment I was reminded of the doctor's words and my baby. I needed to be cautious for my baby's sake. I turned to grab a box of milk and walked toward the sofa. I didn't know what made me recognize that as Lexi's voice at that moment. I meant Lexi and I were never close. Lexi Gilbert was a typical blonde beauty that men would go crazy for. She was the popular cheerleader in high school while Pierce was the star quarterback. A better match than he and a nerd like me, right? It wasn't surprising that he had fallen for her. My pride couldn't stand watching the man I loved go crazy for another woman. So I had once tried to stay away from them silently, but Pierce refused to quit my life. Every time I drowned myself in a sea of books and studies to forget them, Pierce would appear at my doorstep asking me out. I couldn't say no to his charming smile; I couldn't refuse when he claimed it was his duty as my best friend to take me out to enjoy the real world. To avoid ruining our friendship, I could only hide my broken heart, silently playing the role of his best friend while watching his happy face as he pursued another girl. I finally mustered the courage to study abroad when I learned that Pierce was planning to propose to Lexi. However, I never expected Grams would call to beg me to return. I hurried back only to see a lifeless Pierce. His heart was shattered, thanks to Lexi. My beloved sunshine boy was nowhere to be seen, and my heart b*ed for him. I started to hate Lexi from that moment. I gave up my cherished man for her, and how dared she harm him so badly! Pierce didn't tell anyone what happened except that he was done with Lexi. Grams arranged our marriage. I didn't understand why he agreed until the day I heard him say that marrying anyone but Lexi would be the same for him. It hurt like hell, but I still walked into this marriage without a second thought. My cherished boy was broken, and I wanted to fix him, not caring if I ruined myself in the process. I fell asleep at home, feeling insecure and worried. I woke up in the middle of the night when I felt someone caressing my cheek. Slowly, I opened my eyes and realized I had fallen asleep in the living room. Someone lifted me from the couch. I immediately recognized his scent and touch as I looked at him with heavy-lidded eyes. "Pierce..." "Hmm," he hummed as he walked toward the stairs. "Why did you sleep on the couch?" I stared at his face as he gently placed me down on the bed. He caressed my hair and k*ssed my forehead. He was always so gentle, and that was why I loved him so much. "Where have you been? I've been waiting for you," I said as I caressed his cheek. "Just met a friend. You said you were waiting for me; is it something urgent?" Looking at his gentle face, I suddenly didn't want to ruin the moment, so I closed my parted lips and swallowed the truth back down. Tomorrow, maybe tomorrow, I would have the courage to face all the puzzles. I shook my head and pouted, signaling that I was sleepy. He chuckled and carefully carried me to the bed. Just as he was about to leave me after giving me a goodnight k*ss, I panicked for some reason. I quickly grabbed him... I missed him. I wanted him. "Wait, Kels," he said, stopping me by pinning my hands to the bed. "I thought you said you were sleepy and needed to rest." "But I think I miss you more now." I looked at him with innocence and caught the d**ire flashing in his eyes, but I didn't know why it faded so quickly. He used to be happy when I took the initiative. As if noticing my confusion, he chuckled and playfully pinched my nose. "I'll just take a shower." I nodded and watched him as he walked toward the bathroom. But drowsiness struck again, so I closed my eyes to take a nap. However, it was already morning when I opened my eyes again, and Pierce was beside me, putting a tray of food on the bedside table. "Hey!" I greeted, smiling when I realized what he'd done. He had prepared breakfast for me. In bed. The sweetest. He smiled and sat on the edge of the bed. "Good morning." I grinned as I sat up. He carried the tray and put it beside me. I shot an eyebrow up, tilting my head as I stared at his handsome face. His deep brown eyes and thick, black eyebrows complemented his striking features. "What is this? Is this a bribe? You stood me up last night, bad boy." He didn't laugh. Instead, he heaved a sigh, gently tucking my hair behind my ear before taking my hand and staring into my eyes. "I have something to tell you." My heart raced. I thought about our baby. He had something to say, and I did too. "W-What is it?" I asked, feeling my voice tremble. He took a deep breath. "You know you're important to me, right?" I slowly nodded, my lips parted. I couldn't speak; I was scared of what he was about to say. I had a bad feeling about this. "You were my best friend before we got married. You're one of the few people I treasure..." I hid my clenched fists under the sheets. I didn't understand why he was telling me this, but I felt tears pooling in the corner of my eyes already. "Kelly..." He paused, squeezing his eyes shut before looking into mine again. "I-I think it's time for us to divorce." "P-Pierce..." My heart clenched. He smiled sadly. "I know you don't have feelings for me either. You only married me because of my grandparents. You just did this because you love them. Now it's time for our real happiness, Kelly." I shook my head. "W-What are you talking about, Pierce?" "Lexi is back, Kelly. My first love is back." Chapter 2 Kelly's POV--It Never Rains but It Pours I got off the bed and tried to leave, but Pierce grabbed my hand. I quickly wiped the tears rolling down my cheeks before he could see them. He stood in front of me, searching my face as I struggled to look down and avoid his gaze. My heart felt like it was breaking into pieces. I thought... I thought I could make him fall in love with me during those three years together. I believed his feelings would deepen, that he would see me as a woman rather than just a best friend. I was foolish to hope and dream so high. I had failed. No matter how hard I tried, his heart belonged only to his first love, Lexi. "Kelly..." I sucked in a breath and swallowed the pain as I looked at him. I forced a smile. "I need to wash up before eating." He stared into my eyes, trying to figure out what I was thinking. I knew he understood me too well, so I made a concerted effort to hide my pain and smiled back at him. He sighed and let go of my hand. "Okay. I'll wait for you here. Let's eat and go to work together." Together? How cruel could he be? He still wanted us to get along as if he hadn't just asked for a divorce? He wanted us to stay the same right after telling me that his first love was back and he wanted to divorce me? Oh, Pierce, what's going on in your head? If I used to be able to force myself to remain in the role of his best friend, wishing him happiness, I no longer had that courage after the three years we'd shared. There was no way I could endure that kind of torture again, especially now that I was carrying his baby. The baby... I had thought it was good news for us, but now... it felt more like a burden to him, I guess. A burden that would prevent him from pursuing his true love and freedom. I knew how an unwanted child could grow up. My parents divorced even before my mother died, and my father's new family hated me. It hurt like hell. I didn't want my baby to experience that same pain. I needed to keep my child away from it. I forced another smile. "We can't. I need to visit the studio for the photoshoot of our new models..." "I'll go with you--" "No." I pushed his hand away. His eyes followed my hand before he looked up at me again. "You have some documents to sign. Our schedules are already organized, remember?" "But..." "I have a personal driver, Pierce. I'll be fine going alone." He sighed and slowly nodded. I turned my back on him and entered the bathroom. I immediately opened the shower and stood under the cold water. Tears cascaded down my cheeks as I covered my mouth to suppress my sobs. My shoulders trembled violently, and when I thought about my baby, I swallowed hard, trying to calm myself down. I wiped my face and caressed my belly. I needed to be strong. I had to stay calm. I shouldn't put my baby's life at risk just because I got my heart broken. I had to handle this wisely. I took a deep breath and finished my shower. When I got out of the bathroom, I was shocked to see Pierce still there. He was struggling to fix his tie in front of the full-length mirror. I also noticed my pair of heels and dress on the bed. "Hey! I picked your dress for today." Since our marriage wasn't public, Pierce had said he would try to do little things for me as a husband. He did it well, and I used to enjoy these sweet moments, but now, they felt like d**gers to my heart. I grabbed the dress and went into the walk-in closet. I felt him following me. I put the white dress back and picked a red one. When I turned to face him, his forehead was creased. "I prefer red today. I'd feel beautiful in this dress." His eyes landed on the dress I was holding, and his face immediately relaxed. He nodded and walked toward me. "I see. Help me fix this first." I placed my dress on his arm and started adjusting his tie. I could feel his eyes staring intently and it was making my heart beat so fast. I took a deep breath and chewed my bottom lip as I struggled to fix the tie. My vision started to blur again. D**n! "Kelly..." I jumped in shock. "Hmm?" "Are you okay?" I looked at him and smiled. "Yeah." "I have something else to say." I finished fixing his tie, then immediately grabbed the dress from him. I glanced at him before walking past him and said, "Let's just talk some other time. I'm going to be late." I heard him sigh as he followed me again. He's silent the whole time as if he's thinking about something. "You should eat before you leave." I turned to him and nodded. "I will. You should go now." "Kelly, we're on the same page, right?" I stared at him. No, Pierce. We're never on the same page. All of this was just my stupid fantasy. I thought you had feelings for me, and I was so wrong. "If it's about the divorce, I understand everything, Pierce. I know what I have to do. Just give me some time because I'm really busy with the company. I won't run away." "Kelly, I'm not just doing this for myself. I'm doing this for you too. You've been caged with me ever since we got married. I know you're not happy because deep down, you want to find the man you deserve. Someone who will truly love you. Not me. Not someone who's half-hearted." "I understand what you're trying to say, Pierce," I said, trying to turn away, but he held me by the waist, keeping me in place. He did everything he could to capture my gaze, and he succeeded. He looked at me worriedly. "You are my best friend. I don't want to lose you, Kels. You're one of the few people I..." "I know," I said out of frustration. He looked shocked, so I took a breath to calm myself. "I-I know. You don't have to worry. I'm just stressed about work. It's not about our divorce." His lips parted, and he slowly nodded, as if he could finally breathe properly. He walked toward me, and I froze when he gently k*ssed my forehead... "Thank you, Kelly," he whispered. My heart clenched. It had been three years, but I was still such a coward. Why couldn't I just tell him that I loved him? He's my husband, and I'm carrying his baby! If I told him, he might change his mind! I swallowed hard, ready to speak, but his phone rang. I didn't miss the caller ID. Again, it was Lexi. "I gotta go." He scratched his head in apology, and I didn't miss the upturned corners of his mouth. "I called Luke, and he's waiting outside. Eat before you go, okay?" With that, he left our room. The tears I had managed to hold back burst forth again. Why did I think I could have a chance? He had made his choice the moment he asked for a divorce, hadn't he? Whenever it came to Lexi, I was always the one he would abandon. Chapter 3 Kelly's POV--Stiff Upper Lip I entered the studio wearing two-inch red heels and a red dress. Everyone turned to look as I walked down the hallway, greeting me with smiles, but my face remained stoic, not showing any emotions at all. The conversation with Pierce this morning lingered in my mind, but I couldn't let it affect my work. I couldn't fail my work after I had failed my marriage. I took a deep breath to steady myself. However, when I entered the photoshoot room, I could notice everyone was in chaos. "We can't! She's not answering her calls. What should we do? The Vice President is coming today. She'll be furious." "We can just tell her the truth. She's nice." "Not in this situation, Lily! She'll scold us--" "What's happening here?" I asked, stepping further into the room. The staff turned to me with worried expressions, and I knew then that something was wrong. "G-Good morning, Miss Monroe." Miss Monroe. Of course, no one knew that Pierce and I were married except for our families. I felt a pinch in my heart because of that truth. It hurt. I stared at her blankly, "What? "W-We have a problem, Miss Monroe. Miss Chen, our model, has been refusing our calls. She said she heard that we're changing the model, so...she doesn't want to come here. She's even threatening to file a case against us." She bowed her head, and I gritted my teeth, scanning the room. "Where's the marketing manager?" "S-She's still trying to convince Miss Chen, Miss Monroe." I massaged my forehead, squeezing my eyes closed. I grabbed my hair and screamed in so much anger, causing everyone around me to jump in shock. I g**aned, sucking in a breath before looking around. "Miss Monroe..." "What is this, Miss Hayley? You're the marketing manager. What's happening?" "Miss Monroe, I don't know how it happened, but Miss Chen heard that you're changing our model. She's about to file a case against us--" Changing the model? How had I not known about this? Miss Chen had always been a trusted partner, and if not necessary, changing models for a commercial shoot on short notice would only create chaos for the company. I would never allow such a costly mistake. "I never asked for that. You must be mistaken." I cut her off to save the time, "Fix this mess, or I'll have to fire you!" "Miss Monroe... It's Mr. President who ordered the change." Hayley spoke hesitantly. "He instructed us as soon as he returned from his business trip yesterday." The truth hit me hard. Pierce's order? Why hadn't he told me? He used to discuss every major decision with me first. "It shouldn't be..." Confusion clouded my mind. Pierce was not a clueless businessman; he maintained a clear distinction between work and personal matters, which was why he always succeeded. And that was also why he chose to keep our marriage a secret. "Yes, Kelly. I gave the order." The voice pulled me back. "M-Mr. President..." Hayley bowed in respect as the man suddenly appeared behind me. "I think you owe me an explanation, Pierce. About changing the model!" I snapped as I turned to face him. He knew how much effort I had put into securing this project. I hadn't slept well for days, and Miss Chen was the perfect fit for us. He had agreed too. But now... he just changed the model as he liked without informing me in advance. It felt like a hard s**p in the face. "Go ahead with the work. I'll explain it to her." He pacified the staff first, ignoring the anger simmering in my eyes. "Answer me, Pierce! Why did you change the model so suddenly?" I couldn't contain my fury. He touched my shoulder and whispered, "This isn't the place to talk. Let me explain in the car." I glanced around, noticing others sneaking glances at us. I shook off his hand and walked toward the parking lot, my heart growing heavier with each step. I had a sinking feeling I wouldn't like his explanation. "Now, say it," I blurted once we were seated in his car. He stared into my eyes as if weighing my emotions. I looked away again.; I couldn't bear his gaze. I couldn't withstand his eyes that never looked at me the way I wanted him to. He had no feelings for me and it hurt so much. "I-I..." he paused, sighing. "I replaced Miss Chen because Lexi wants to be our model. She's also a good fit, so I agreed--" "What?" I asked in disbelief. He pressed his lips together and looked away, ruffling his hair in frustration before shaking his head and holding my hand. "I'm sorry I didn't tell you sooner. It was just so sudden. She asked for a favor, and I couldn't say no." I pulled my hand away, looking at him with a mix of pain and anger. "You can't say no to her, so you'd rather harm the company--our company. You've betrayed me, Pierce." "Kels, come on. You know how much I love her. She's my first love." Painfully, I closed my eyes. Oh yes, she was your first love. She's always the one you want, no matter the cost. As long as she frowns a bit, you turn a blind eye to the pain and effort of others. You're so heartless, Pierce. "Well, you've made your decision. I don't have a say in this since you're the President. Just go. I'll be in the office." I said coldly, opening the car door to leave. "Kelly..." I looked him in the eyes. "Go home early. Let's talk about our divorce at home tonight." Chapter 4 Kelly's POV--Left High and Dry I was playing with the wedding ring on my finger. I told him to go home early, but he didn't come home at all. He wasn't even answering my calls. Well, now Lexi was back; this house was probably not home in his eyes anymore. My eyes turned to my pregnancy report on the table. What a mockery. I was still naive to hold a glimmer of hope that things would be different if I told him about the baby. But forget this baby thing was out of his plan. I wiped away the tears collecting at the corners of my eyes and picked up the report. It was 5 a.m. already when I looked at the clock on the wall. I tried to dial his number again, but it was still busy. What was he busy with? Was he busy staying with Lexi? He must have missed her a lot, didn't he? I didn't remember how I fell asleep. When the alarm clock went off, he didn't come home yet. I sneered at myself as I caught my reflection in the dresser mirror. The dark circles under my eyes were so clear, and my hair was a total mess, looking like a ghost. Suddenly, a wave of nausea flooded my stomach, and I realized I hadn't eaten anything last night. Feeling sick again, I ran to the sink and puked. I spat yellowish liquid, and while I was washing my mouth, I felt a warm hand caressing my back. I immediately lifted my face and met a pair of brown eyes looking at me through the mirror. Standing behind me with a worried expression was my husband, Pierce. I had always been thankful to have him as my best friend and husband, but now... I'm losing him. Hopelessly losing him. "Are you okay? Are you not feeling well? You should've told me." I stared at him through the mirror. "You didn't answer my calls." Guilt flickered in his eyes. "I'm sorry. I had some things to do. I stayed in the office all night." I wiped my face and walked past him. He followed me as I sat in front of the vanity and started combing my hair. "Kels..." "I woke up late. I failed to prepare breakfast." I tried to avoid his eyes. I felt like I would lose my temper and snap at him. There was no moment when I felt his selfishness so clearly as now. He called me his best friend, yet he had never seriously confronted my needs. My feelings. "Kels... you know I'm not asking about this. I'm just worried about your condition..." "Kels, are we still okay?" I stopped combing my hair and slowly met his eyes. Through the mirror, again. Really? He's asking me that? After he offered me a divorce without even asking if I was okay with it? He decided on his own, just because his first love is back. I couldn't believe him. I faked a smile. "I just don't feel well today, Pierce." He immediately squatted beside me, which was not surprising because I knew he truly cared. What surprised me was why he was still doing this after he buried a dagger in my heart. "Are you okay?" He gently touched my forehead and neck. "Are you sick? Tell me how you feel, Kels." "My feelings don't matter," I couldn't help but blurt out. He looked shocked by what I said. When I attempted to avoid him, he grabbed my wrist and made me face him. His face was mirroring his anger now. He was completely lost his patience. "What's wrong with you, Kels? You've been acting like this since yesterday. Is this about Lexi? Or was it because I didn't come home last night?" I looked him in the eyes, annoyed. "You're the one who asked for a divorce! I told you to come back earlier, but you just let me wait the whole night. How do you want me to greet you this morning, Pierce?" He clenched his jaws and shook his head. "Kels, I..." "Enough. We can talk about the divorce after work today." "Kels!" He called and grabbed my shoulders. Confusion and pain were visible in his eyes. "Are you... in love with me?" I was taken aback. In love? Yes! Ever since we were in high school. Ever since he became my best friend. Who wouldn't fall for someone who had been protecting you ever since? But of course, I couldn't tell him. It would only complicate things more. I didn't even want him to pity me. I shook my head and pushed his arms away. "Are you on d**gs? I'm not in love with you." I turned my back on him and entered the bathroom again. I locked it before going to the bathtub. I should focus on myself. I can't let my emotions affect me, but... why are my tears falling again? "You are so pathetic, Kelly! You can't even tell him how you truly feel," I whispered to myself as I wiped my tears angrily. It took me almost an hour to bathe. When I was done, I realized Pierce had already left. I shook my head in disbelief. He's been constantly abandoning me. I can't believe we've reached this point. I thought we were okay. I was so stupid. *** "Good morning, Miss Monroe..." "Good morning, Vice President..." I did not greet anyone back, just like how I used to greet them. I still felt pissed, and my mood seemed off. Irritation could easily take over me, and I couldn't control it. Probably because of Pierce's divorce proposal or because of my pregnancy. I was about to enter my office when I heard two girls talking. "Did you see her? I bet she's Mr. Anderson's girlfriend. They seemed close." My forehead creased. Pierce's girlfriend? "Ah! It's a waste that I didn't see her face, but I feel like it's Miss Lexi." "Lexi? Lexi Gilbert? The model?" "Yes! I bet my whole month's salary on this. They look good together." "Come on! Miss Monroe and Mr. Anderson look better together." "Are you serious? They're best friends. You know, some people are better off just friends. It's Mr. Anderson and Miss Monroe." I squeezed my eyes closed and pushed the door of my office. I slowly closed it and rested my back against it. This is harder than I expected. I took a deep breath and sat in my swivel chair. I opened the computer at the same time a notification popped up on the screen of my phone. My hands started shaking as soon as I saw the notification. It was Pierce's social media update. He uploaded a photo of him and Lexi together, eating in a fancy restaurant. I balled my fists and gritted my teeth. See, Kelly? That's what happens when you step into such a loveless marriage without a second thought. You would only break yourself if you continued on the wrong path. Just get a divorce. Spare him and yourself. Your baby needs a strong mommy... ...... ==== Marrying her best friend was a dream come true for Kelly, but everything truly has a limitation. Pierce is Kelly's first love, but as his best friend, she knew well there was always another woman deep in his heart, Lexi Gilbert. Kelly finally realized their happy marriage of the last three years was just a beautiful dream when Pierce asked for a divorce just because Lexi returned. She could only be his best friend even if she was carrying his baby. Since their friendship had become a cage, Kelly chose to set him free, as well as the miserable herself. But why then, it was Pierce who became the one who refused to move on? To make matters worse, her devil stepbrother also domineeringly stepped in at the same time, asking her to be his. What happens next? How could Kelly save her heart in this battle of love and hate? Available chapters here are limited, click the button below to install the App and enjoy more exciting chapters (Automatically jump to this novel when you open the app) &3& | LEARN_MORE | https://fbweb.moboreader.net/61818322-fb_contact-e | Lucky Reading | 0 | 0 | 0 | 1969-12-31 18:00 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | Learn more | 0 | fbweb.moboreader.net | IMAGE | https://fbweb.moboreader.net/61818322-fb_contact-encp25_2-1025-core1.html?adid={{ad.id}}&char=157725&accid=304554039400649&rawadid=120213710932110238 | 1969-12-31 18:00 | https://scontent-iad3-2.xx.fbcdn.net/v/t39.35426-6/466014154_7820301938072981_537853645180251293_n.jpg?stp=dst-jpg_s60x60&_nc_cat=111&ccb=1-7&_nc_sid=c53f8f&_nc_ohc=5oKqbFhIOlgQ7kNvgGzhTt3&_nc_zt=14&_nc_ht=scontent-iad3-2.xx&_nc_gid=AS5xq3MiHvvs3KSbFU9ISt0&oh=00_AYAHu1SQIKcszbGb6ahZ-yDvFHq9WHZ6EDU3TfkGdhuutQ&oe=6745B312 | REGULAR_PAGE | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 1969-12-31 18:00 | View Edit Delete | ||||||||||||||||||||||||||||||||
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Made in the Bay. The Timeless, Tactile Luxury Of Handmade Felt @FogandFury offers luxurious felt textiles handcrafted by Kristin Kelly Colombano in her San Francisco studio. Inspired by nature, her artistic and functional creations bring beauty and tactile joy to homes. Each piece is custom-made and elevates any room with texture and organic opulence rarely experienced in our modern world. Fog & Fury is available to the design trade @the.real.thomas.lavin in their @pacificdesigncenter & @lagunadesigncenter showrooms. #titanintuitive #fogandfury #felt #madeincalifornia #sanfrancisco #sanfranciscoartist #art #woven #artist #craftsmanship #designer #designdetails #textiles | LEARN_MORE | https://titanintuitive.com/blog/fogandfurynew | Titan Intuitive | https://www.facebook.com/TitanIntuitive/ | 181 | 0 | 0 | 1969-12-31 18:00 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | Learn more | 0 | titanintuitive.com | IMAGE | https://titanintuitive.com/blog/fogandfurynew | 1969-12-31 18:00 | https://scontent-iad3-1.xx.fbcdn.net/v/t39.35426-6/468092985_912172083878733_5697159757431938159_n.jpg?stp=dst-jpg_s60x60&_nc_cat=107&ccb=1-7&_nc_sid=c53f8f&_nc_ohc=W_OwKcSN9fcQ7kNvgGcPfOl&_nc_zt=14&_nc_ht=scontent-iad3-1.xx&_nc_gid=ARQJVm9nuLUbQtVArloPBGK&oh=00_AYCmS2eq9Svovf5XM3MWQ86lqM_9Rr-rBzuTv9b2pWI1UQ&oe=6745A4D3 | PERSON_PROFILE | 0 | 0 | 0 | Titan Intuitive | 0 | 0 | 1969-12-31 18:00 | View Edit Delete | |||||||||||||||||||||||||||||||
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Tener hijo con mi mejor amigo | Para ella, casarse con su mejor amigo y quedar embarazada de su hijo fue un sueño hecho realidad. Pero en ese momento feliz, la mujer que amaba su marido regresó... ===== ¿Lo había oído bien? ¿Estoy embarazada? ¡Estoy embarazada de un bebé de Pierce! ¡Mi mejor amigo y mi primer amor! --Qué bueno que haya sido cautelosa, pudo haber perdido a su bebé, señorita Monroe --me dijo el ginecólogo con seriedad al ver la sorpresa en mis ojos. En ese momento, me toqué el vientre inconscientemente, sin poder creer que hubiera un bebé acostado allí. Cuando salí del hospital, no podía esperar para contarle a Pierce sobre nuestro bebé. Me preguntaba cuál sería su reacción. ¿Gritaría de felicidad? ¿Me b**aría y todo eso? ¡Dios! No podía contener mi felicidad. Incluso tomé mi cara roja entre mis manos mientras fantaseaba. Pero en el momento en que sentí el frío del anillo en mi dedo, mi corazón que latía salvajemente se calmó. Casi olvidaba que Pierce no estaba interesado en tener hijos, menos considerando que nuestro matrimonio fue arreglado por su familia. Por supuesto, Pierce era un completo caballero, como amigo y como marido. Cada vez que teníamos relaciones s**uales, él era considerado y cauteloso, y decía que no era necesario agregar más ataduras si no estábamos listos. Este bebé, en cierto modo, estaba fuera de los planes. --Señora, ¿está todo bien? ¿Necesita que llame al jefe? --preguntó mi conductor privado, Luke, preocupado al notar mi ceño fruncido. Luke era confiable como un miembro de la familia, pero no quería contarle porque quería que Pierce fuera el primero en enterarse de esta noticia. Él era el padre de mi bebé. --No --dije y negué con la cabeza, dándole a Luke una sonrisa tranquilizadora--. Está en el vuelo. Hablaré con él más tarde --y así vería su respuesta yo misma en sus crudas expresiones. Siempre fui buena en eso. Finalmente, cerré los ojos y recordé el día en que nos conocimos. Su brillante sonrisa a la luz del sol era tan deslumbrante que parecía un príncipe. Me enamoré de él a primera vista, mucho antes de que nos convirtiéramos en mejores amigos. Pero era sólo un amor no correspondido y yo lo sabía bien. En ese instante, bajé la ventanilla del auto para tomar un poco de aire fresco y, sin quererlo, vislumbré nuestra antigua escuela secundaria. Ese sentimiento amargo llenó mi pecho una vez más... Pierce fue mi primer amor, pero yo no era el suyo. En la escuela secundaria, yo no era más que una nerd aburrida a los ojos de los demás, mientras que Pierce Anderson era el brillante mariscal de campo. Todos se sorprendieron de que pudiéramos ser amigos. Aunque las hostilidades hacia mí aumentaron, disfruté estar cerca de él y poco a poco me di cuenta de que no quería ser sólo su amiga. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de confesarle mis sentimientos, otra chica llegó a su vida. Sacudí la cabeza tratando de deshacerme de esos viejos y tristes recuerdos. Luego toqué el frío anillo de bodas en mi dedo y me dije que el pasado ya había pasado. Pierce dijo que habían terminado y que ahora yo era su esposa. Sí, yo era su esposa y además estaba embarazada de su bebé. Pronto, me sequé las lágrimas de las comisuras de los ojos y abrí la puerta de nuestra casa. Mi corazón se calmó al respirar el aroma de mi hogar, nuestra casa. Pierce y yo la decoramos juntos con nuestras propias manos. Lo disfrutamos. Sí, tal vez estaba pensando demasiado. Esa mujer había estado fuera de nuestras vidas durante mucho tiempo y los últimos tres años mi matrimonio con Pierce fueron tan hermosos como un cuento de hadas. Una vez dentro, miré el reloj de la pared. Para ese entonces, Pierce ya debería haberse bajado del avión. Estuvo más de un mes en viajes de negocios de nuestra empresa familiar. Pierce era el presidente de ADE, la empresa de revistas de moda líder en toda Asia, y yo era la vicepresidente de la compañía. No sólo éramos compañeros de vida, sino también buenos socios en el trabajo. En verdad lo extrañaba. De inmediato, marqué su número, pues tenía muchas ganas de escuchar su voz y saber cuándo llegaría a casa. Le prepararía una buena comida y él me premiaría con un dulce beso. Y luego podríamos... Vaya, en ese momento casi olvidé que estaba embarazada. Debía contarle eso primero y luego podríamos hacer otra cosa. Estaba imaginando felizmente nuestra encantadora reunión, pero mi corazón dio un vuelco cuando una voz de mujer cruzó la línea. --¿Hola? Al escuchar esa sola palabra, dejé caer mi teléfono, que se rompió al chocar contra el suelo, y mi cuerpo empezó a temblar incontrolablemente. ¡NO! ¡No podía ser ella! ¡No podía ser Lexi! ¡Ella ya estaba fuera de nuestras vidas! Debí haber escuchado mal. De inmediato, corrí hacia la nevera en un intento por calmarme con la ayuda de un poco de al**hol. Pero en el momento en que toqué la botella de v**o, recordé las palabras del médico sobre mi bebé. Debía tener cuidado por la salud de mi bebé, así que solo agarré una caja de leche y caminé hacia el sofá. En ese entonces, no sabía qué me hizo reconocer esa voz como la de Lexi. Nosotras nunca fuimos cercanas. Lexi Gilbert era la típica belleza rubia por la que los hombres se volvían locos. Ella era una animadora popular en la escuela secundaria, mientras que Pierce era el mariscal de campo estrella. Encajaba mejor con él que una nerd como yo, ¿verdad? No me sorprendió que se haya enamorado de ella. Mi orgullo no soportó ver al hombre que amaba volverse loco por otra mujer, así que una vez intenté alejarme de ellos en silencio, pero Pierce se negó a salirse de mi vida. Cada vez que me ahogaba en un mar de libros y estudios para olvidarlos, Pierce aparecía en mi puerta invitándome a salir. No podía decirle que no a su sonrisa encantadora y tampoco podía decirle que no porque afirmaba que era su deber como mi mejor amigo llevarme a disfrutar del mundo real. Para no arruinar nuestra amistad, oculté mi corazón roto y desempeñé en silencio el papel de su mejor amiga, siempre a su lado y observando su rostro feliz por otra chica. Finalmente, cuando supe que Pierce planeaba proponerle matrimonio a Lexi, me armé de valor y fui a estudiar al extranjero, sin saber que su abuela me llamaría para rogarme que regresara. Por supuesto, volví a toda prisa sólo para ver a Pierce sin vida. Lexi le había herido gravemente el corazón y el mío sufría por mi amado. Empecé a odiar a Lexi desde ese momento. Le había entregado a mi amado hombre, ¡cómo se atrevió a hacerle tanto daño! ¡Esa bruja! Pierce no le contó a nadie lo que pasó, excepto que había terminado con Lexi. Luego, la abuela arregló nuestro matrimonio. No entendí por qué estuvo de acuerdo hasta que un día lo escuché decir que casarse con cualquiera que no fuera Lexi sería lo mismo para él. Aquello me dolió mucho, pero aun así me casé con él sin pensarlo dos veces. Mi amado estaba destrozado y quería recomponerlo, sin importarme si eso me arruinaba a mí en el proceso. Me quedé dormida sintiéndome muy insegura y preocupada. Me desperté en medio de la noche cuando sentí que alguien acariciaba mi mejilla. Lentamente abrí los ojos y me di cuenta de que me había quedado dormida en la sala de estar. Alguien me levantó del sofá e inmediatamente reconocí su olor y tacto mientras lo miraba con los ojos entrecerrados. --Pierce… --Hmm --murmuró mientras caminaba hacia las escaleras--. ¿Por qué te dormiste en el sofá? Yo solo me quedé mirándolo a la cara y luego me dejó suavemente sobre la cama, acarició mi cabello y besó mi frente. Siempre fue tan gentil y por eso lo amaba tanto. Llevábamos más de un mes separados, mi cuerpo lo extrañaba y mi corazón lo anhelaba. --¿Dónde estabas? Te estuve esperando --dije mientras acariciaba su mejilla. --Acabo de encontrarme con un amigo. Dijiste que me estabas esperando, ¿es urgente? Al ver su rostro amable, de repente no quise arruinarle el momento, así que cerré mis labios entreabiertos y tragué la verdad para devolverla a mi estómago. Mañana, tal vez mañana tendría el coraje de afrontar todos los rompecabezas. De modo que solo sacudí la cabeza, hice un puchero y le dije que tenía sueño. Él se rió entre dientes y me dio un beso de buenas noches, pero en el momento en que estuvo a punto de dejarme, por alguna razón entré en pánico. Rápidamente lo agarré y lo b*sé con toda mi pasión... Lo extrañaba y lo quería. --Espera, Kels --dijo y me detuvo, sujetando mis locas manos sobre la cama--. Pensé que habías dicho que tenías sueño y que necesitabas descansar. --Sí, pero te extraño --exclamé y lo miré con inocencia. Pude captar el deseo brillando en sus ojos, pero se desvaneció de pronto y yo no comprendía por qué. Solía ponerse feliz cuando yo tomaba la iniciativa. En ese instante, como si notara mi confusión, se rió entre dientes y me pellizcó juguetonamente la nariz. --Me daré una ducha. Huelo a al**hol --manifestó. Yo solo asentí y lo miré mientras caminaba hacia el baño. Pronto la somnolencia volvió a atacarme, así que cerré los ojos para tomar una siesta. Sin embargo, ya era de mañana cuando abrí los ojos nuevamente y Pierce estaba a mi lado, poniendo una bandeja con comida en la mesita de noche. --¡Ey! --lo saludé y sonreí cuando me di cuenta de lo que había hecho. Me había preparado el desayuno para llevármelo a la cama. Era tan dulce. Él sonrió y se sentó en la cama. --Buen día. Le devolví la sonrisa mientras me sentaba en la cama. En ese momento, agarró la bandeja y la puso a mi lado. Al instante, levanté una ceja e incliné la cabeza mientras miraba su hermoso rostro. Sus cejas espesas y negras enmarcaban sus hermosos ojos de color marrón oscuro. Su nariz era orgullosa y puntiaguda y sus labios eran rojos y finos. Parecía un chico malo y s*xy, incluso Damon Salvatore se avergonzaría de estar a su lado. Nadie tenía posibilidad alguna contra este hombre. --¿Qué es esto? ¿Un soborno? Me dejaste plantada anoche, chico malo --dije. Él no se rió. Exhaló un suspiro y colocó con suavidad mi cabello detrás de mis orejas antes de tomar mi mano y mirarme a los ojos. --Tengo algo que decirte. Al instante, sentí que mi corazón se aceleraba y pensé en nuestro bebé en mi útero. Tenía algo que decirme, yo también tenía algo que contarle. --¿Q-Qué cosa? --pregunté con voz temblorosa. De repente, dio un profundo suspiro y comenzó: --Sabes que eres importante para mí, ¿verdad? Asentí lentamente con los labios entreabiertos. No pude responder, tenía miedo de lo que estaba a punto de decir. Tenía un mal presentimiento. --Eras mi mejor amiga antes de casarnos. Eres una de las pocas personas que valoro… --prosiguió. Mientras hablaba, escondí mis puños cerrados debajo de la sábana. No sabía por qué me decía todo esto, pero ya podía sentir las lágrimas acumulándose en el rabillo de mis ojos. --Kelly... --hizo una pausa y cerró los ojos con fuerza antes de volver a mirarme a los ojos--. Creo que es hora de que nos divorciemos. --P-Pierce… --exclamé y sentí que mi corazón se apretaba. Él sonrió. --Sé que tú tampoco sientes nada por mí. Te casaste conmigo por mis abuelos, hiciste esto solo porque los amas. Ahora llegó el momento de nuestra verdadera felicidad, Kelly. Al oírlo, no pude evitar sacudir la cabeza. --¿De qué estás hablando, Pierce? --inquirí. --Lexi ha vuelto, Kelly. Mi primer amor ha vuelto. Capítulo 2 Punto de vista de Kelly--Llueve sobre mojado De inmediato, me levanté de la cama e intenté irme, pero Pierce me agarró la mano. Rápidamente me sequé las lágrimas que rodaban por mis mejillas antes de que él pudiera verlas. Luego, se paró frente a mí y me miró a la cara mientras yo intentaba con todas mis fuerzas mirar hacia abajo y evitar verlo a los ojos. Sentí que mi corazón se rompía en pedazos. Pensaba… pensaba que podría hacer que se enamorara de mí en esos tres años que pasamos juntos. Pensaba que sus sentimientos cambiarían y me vería como una mujer en lugar de solo su mejor amiga. Fui estúpida por tener esperanzas y soñar tan alto. Fallé. Sin importar cuánto lo intentara, su corazón pertenecía sólo a su primer amor: Lexi. --Kelly… En ese momento, contuve el aliento y me tragué el dolor mientras lo miraba. Luego fingí una sonrisa y dije: --Debo lavarme las manos antes de comer. Pero él me miró a los ojos como si intentara descubrir lo que estaba pensando. Yo sabía que él me conocía demasiado bien, así que traté con todas mis fuerzas de ocultar mi dolor y le sonreí. Finalmente, suspiró y soltó mi mano. --Bueno. Te esperaré aquí. Comamos y vayamos a trabajar juntos. ¿Juntos? ¿Por qué era tan cruel? ¿Quería que nos siguiéramos llevando bien como si no me hubiera pedido el divorcio? ¿Quería que nos quedáramos como estábamos justo después de decirme que su primer amor había regresado y quería divorciarse de mí? Oh Pierce, ¿qué estaba pasando por tu cabeza? Antes podía obligarme a mí misma a quedarme en el puesto de su mejor amiga mientras le deseaba felicidad, pero ya no tenía ese coraje después de los tres años que habíamos compartido. No había manera de que pudiera soportar esa tortura otra vez, en especial ahora que cargaba a su bebé. El bebé... en un principio pensé que era una buena noticia para nosotros, pero ahora... supongo que sería más bien una carga para él. Una carga que le impediría conseguir su verdadero amor y su libertad. Yo sabía muy bien cómo crecía un niño no deseado. Mis padres se divorciaron antes de que mi madre muriera y la nueva familia de mi padre me odiaba, lo que me dolía muchísimo. Por eso no quería que mi bebé experimentara lo mismo que yo sentí, así que debía mantener a mi bebé alejado de él. --No podemos --dije mientras fingía una nueva sonrisa--. Debo visitar el estudio para la sesión de fotos de nuestros nuevos modelos… --Iré contigo. --No --contesté y aparté su mano. Sus ojos siguieron mi mano antes de levantar la cara para mirarme de nuevo--. Tienes documentos que firmar. Nuestros horarios ya están organizados, ¿recuerdas? --Pero… --Tengo un conductor personal, Pierce. Estaré bien sola --afirmé. Finalmente, suspiró y asintió con calma. En ese momento, le di la espalda y entré al baño. Inmediatamente abrí la ducha y me paré bajo el agua fría. Las lágrimas cayeron en cascada por mis mejillas mientras me cubría la boca para reprimir los sollozos. Mis hombros temblaban mucho y cuando pensé en mi bebé, tragué saliva y traté de calmarme. Luego me limpié la cara y acaricié mi vientre. Debía ser fuerte y mantener la calma. No podía arriesgar la vida de mi bebé sólo porque me habían roto el corazón. Tenía que lidiar con esto de forma inteligente. Unos minutos después, tomé un respiro profundo y terminé mi ducha. Cuando salí del baño, me sorprendió ver que Pierce todavía estaba allí. Estaba luchando por arreglarse la corbata frente al espejo de cuerpo entero. También noté un par de zapatos y un vestido míos sobre la cama. --¡Ey! Elegí tu vestido para hoy --dijo. Como nuestro matrimonio no era público, Pierce dijo que haría pequeñas cosas para mí como marido. De hecho, lo había hecho bien y yo solía disfrutar de estos dulces momentos que me regalaba, pero ahora sentía que eso mismo me m**aría. Al segundo siguiente, agarré el vestido y entré al vestidor, sentiendo que me seguía. Volví a guardar el vestido blanco y elegí uno rojo. Cuando me di vuelta y lo tuve de frente, lo vi con la frente arrugada. --Hoy prefiero el rojo. Me sentiré hermosa con este vestido --expliqué con una sonrisa. Al instante, sus ojos se dirigieron al vestido que sostenía y su rostro inmediatamente se calmó. Al final asintió y caminó hacia mí. --Ya veo. Pero antes ayúdame a arreglar esto --me pidió. Sin dudarlo, puse mi vestido en su brazo y comencé a arreglarle la corbata. Podía sentir sus ojos mirándome intensamente y eso hacía que mi corazón latiera muy rápido. Respiré hondo y me mordí el labio inferior mientras luchaba por arreglar su corbata. De pronto, mi visión se volvió borrosa otra vez. ¡Maldición! --Kelly… No pude evitar sobresaltarme en shock. --¿Mmm? --¿Estás bien? --preguntó. Lo miré y sonreí: --Sí. --Tengo algo más que decirte. En ese instante, terminé de arreglarle la corbata y le quité rápidamente el vestido del brazo. Lo miré antes de pasar junto a él y dije: --Hablaremos después. Voy a llegar tarde. Lo escuché suspirar antes de volver a seguirme. Me vestí mientras él estaba detrás de mí. Estuvo en silencio todo el tiempo, como si estuviera pensando en algo. --Deberías desayunar antes de irte --comentó. Un segundo después, me paré frente a él y asentí. --Lo haré. Deberías irte ahora --respondí. --Kelly, estamos en la misma página, ¿verdad? --preguntó. Lo miré fijamente. No, Pierce. Nunca estuvimos en la misma página. Sólo fueron mis estúpidas fantasías. Pensaba que sentías algo por mí, pero estaba muy equivocada. --Si hablas del divorcio, lo entiendo, Pierce. Sé lo que tengo que hacer. Sólo dame algo de tiempo porque estoy muy ocupada con la empresa. No huiré. --Kelly, no estoy haciendo esto sólo por mí. También lo hago por ti. Has estado encerrada conmigo desde que nos casamos. Sé que no eres feliz porque en el fondo también quieres encontrar al hombre que te mereces. Alguien que realmente te ame, no yo. No alguien indiferente. --Entiendo lo que tratas de decir, Pierce --dije y traté de darle la espalda, pero antes de poder hacerlo, él me sujetó por la cintura y me mantuvo en el lugar. Luego hizo todo lo posible para captar mis ojos hasta que lo consiguió. Su mirada era de preocupación. --Eres mi mejor amiga. No quiero perderte, Kels. Eres una de las pocas personas… --Lo sé --lo interrumpí con frustración. Parecía sorprendido, así que me calmé--. Ya lo sé. No tienes que preocuparte. Simplemente estoy estresada por el trabajo, no es por el divorcio. En ese instante, sus labios se separaron, asintió lentamente y soltó un suspiro. Luego, caminó hacia mí y me congelé cuando besó mi frente con dulzura… --Gracias, Kelly --susurró. Al oírlo, mi corazón se apretó. Habían pasado tres años pero todavía era una cobarde. «¿Por qué no puedes simplemente decirle que lo amas, Kelly? ¡Él es tu esposo y estás llevando su bebé! ¡Díselo y tal vez cambie de opinión!» pensé. Con eso en mente, tragué saliva y estuve a punto de decírselo, pero justo en ese momento su teléfono sonó. Pude ver el identificador de llamadas. Era Lexi. --Me tengo que ir --afirmó y se rascó la cabeza a modo de disculpa, mientras las comisuras de su boca se curvaban hacia arriba--. Llamé a Luke. Te espera afuera. Come antes de irte, ¿sí? Con eso, salió de nuestra habitación. De repente, las lágrimas que había logrado reprimir hasta ese momento volvieron a brotar. ¿Por qué había pensado que podría tener una oportunidad? Él tomó su decisión en el momento en que me pidió el divorcio, ¿verdad? Siempre que se trataba de Lexi me abandonaba. Capítulo 3 Punto de vista de Kelly--Mantener la compostura Entré al estudio con tacones rojos de cinco centímetros y un vestido igualmente rojo. Todos miraron en mi dirección cuando entré caminando por el pasillo y me saludaron con una sonrisa, pero mantuve mi rostro estoico, sin mostrar emoción alguna. La conversación de esa mañana con Pierce todavía estaba en mi cabeza, pero no podía permitir que afectara mi trabajo. No podía fallar en mi trabajo después de haber fracasado en mi matrimonio. De modo que respiré profundamente para recomponerme. Un momento después, cuando entré a la sala de la sesión de fotos, noté que todos estaban sumidos en el caos. --¡No podemos! No responde las llamadas. ¿Qué debemos hacer? La vicepresidente viene hoy, se enojará. --Podemos simplemente decirle la verdad. Ella es amable. --¡No lo será con esta situación, Lily! Nos va a regañar... --¿Qué está pasando aquí? --pregunté mientras entraba a la sala. De inmediato, el personal me miró con expresiones preocupadas y entonces supe que había un problema. --B-Buenos días, señorita Monroe. Señorita Monroe. Por supuesto, nadie sabía que Pierce y yo estábamos casados excepto nuestras familias. Sentí como si pellizcaran mi corazón con esa verdad. Dolía. Rápidamente, la miré sin comprender. --¿Qué ocurre? --T-tenemos un problema, señorita Monroe. La señorita Chen, nuestra modelo, no atiende nuestras llamadas. Dijo que escuchó que íbamos a cambiar de modelo así que… no quiere venir. Incluso... amenazó con presentar una demanda contra nosotros. Después de decir eso, inclinó la cabeza. Yo apreté los dientes y recorrí el lugar con la mirada. --¿Dónde está la directora de marketing? --inquirí. --E-Ella todavía está tratando de convencer a la señorita Chen, señorita Monroe. Luego de escuchar el problema, me masajeé la frente y cerré los ojos con fuerza. Un segundo después, me agarré del pelo y grité de ira. Sentí que todos a mi alrededor se sobresaltaban sorprendidos. Yo solo suspiré y tomé una gran bocanada de aire antes de mirar a mi alrededor. --Señorita Monroe... --¿Qué es todo esto, señorita Hayley? Tú eres la directora de marketing, ¿qué está pasando? --Señorita Monroe, no sé cómo sucedió, pero la señorita Chen escuchó que usted cambiará de modelo. Está a punto de presentar una demanda contra nosotros... ¿Cambiar de modelo? ¿Cómo es que yo no sabía nada al respecto? La señorita Chen siempre había sido nuestra modelo de confianza y, si no era necesario, cambiar de modelo para una sesión comercial con tan poca antelación sólo causaría muchos problemas a la empresa. Nunca permitiría un error como este. --Yo no pedí eso. Debe ser un error --la interrumpí para ahorrar tiempo--. ¡Arregla este desastre o tendré que despedirte! --Señorita Monroe... Fue el presidente quien nos pidió que la cambiáramos --explicó Hayley vacilante--. Lo ordenó ayer tan pronto como regresó de su viaje de negocios. Aquella verdad me golpeó con fuerza. ¿Fue orden de Pierce? ¿Por qué no me lo dijo? Solía discutir conmigo cada decisión importante antes de tomarla. --No puede ser... --exclamé confundida. Pierce no era un hombre de negocios despistado. Siempre mantuvo una clara distinción entre el trabajo y la vida personal, razón por la cual siempre tuvo éxito. Y esa fue también la razón por la que decidió mantener nuestro matrimonio en secreto. --Sí, Kelly. Yo di la orden. --Su voz me hizo retroceder. --S-Señor Presidente… --saludó Hayley y se inclinó con respeto al ver al hombre que apareció de repente detrás de mí. --Pierce, ¡creo que me debes una explicación sobre este cambio de modelo! --dije con los dientes apretados mientras me giraba para interrogarlo. Él sabía perfectamente cuánto esfuerzo puse para ganar este proyecto. Estuve días sin dormir y la señorita Chen era la persona ideal para este trabajo. De hecho, él también estuvo de acuerdo. Pero ahora… simplemente cambió la modelo a su gusto sin avisarme con antelación. Eso fue como abofetearme con fuerza en la cara. --Continúen con el trabajo. Yo se lo aclararé --le indicó él al personal para calmarlos, ignorando la ira que estaba a punto de salir de mis ojos. --¡Contéstame, Pierce! ¿Por qué cambias de modelo tan de repente? --No pude contener mi enojo. Él simplemente me tocó el hombro y me susurró: --Este no es el lugar para discutir al respecto. Te lo explicaré en el auto. En ese momento, miré a mi alrededor y noté que los demás nos miraban furtivamente. Luego me quité sus manos de encima y caminé hacia el estacionamiento, pero durante el camino, sentía mi corazón cada vez más pesado. Tenía la sensación de que su explicación no iba a gustarme. --Vamos, dímelo --exclamé ni bien nos sentamos en su auto. Antes de hablar, me miró a los ojos como si sopesara mis emociones, pero yo aparté la mirada de nuevo. No podía soportar sus miradas, no podía soportar esos ojos que nunca me miraban como yo quería. Él no sentía nada por mí y eso me dolía mucho. --Yo-yo… --hizo una pausa y suspiró--. Reemplacé a la señorita Chen porque Lexi quiere ser nuestra modelo. Ella también encaja en el proyecto, así que estuve de acuerdo... --¿Qué? --pregunté con incredulidad. De pronto, apretó los labios y miró hacia otro lado. Luego se revolvió el cabello antes de sacudir la cabeza y tomar mi mano. --Lamento no haberte dicho antes, fue muy repentino. Ella me pidió un favor, no pude decirle que no. Rápidamente, retiré mi mano y lo miré con dolor y enojo. --No pudiste decirle que no, así que preferiste dañar a la empresa, a nuestra empresa. Me traicionaste, Pierce. --Kels, vamos. Sabes cuánto la amo. Ella es mi primer amor. Al oírlo, cerré los ojos con dolor. «Oh sí, ella es tu primer amor. Siempre la quisiste a ella, sin que te importen los demás. Si ella te frunce el ceño un poco, puedes hacer la vista gorda ante el dolor y el esfuerzo de los demás. Eres tan cruel, Pierce» pensé. --Bueno, ya lo has decidido. No tengo voz y voto en esto ya que tú eres el presidente. Ahora vete, estaré en la oficina --indiqué con frialdad mientras abría la puerta del auto para salir. --Kelly… En ese instante, lo miré a los ojos y dije: --Ve a casa temprano. Hablaremos de nuestro divorcio esta noche. Capítulo 4 Punto de vista de Kelly--Plantada Me encontraba jugueteando con el anillo de bodas en mi dedo mientras lo esperaba. Le había dicho que volviera temprano a casa, pero todavía no regresaba y ni siquiera contestaba mis llamadas. Bueno, ahora que Lexi había vuelto, probablemente ya no veía a esta casa como su hogar. De pronto, mis ojos se dirigieron a mi informe de embarazo que estaba sobre la mesa. Qué gracioso. Todavía era tan ingenua para albergar un rayo de esperanza de que las cosas podrían cambiar si le hablaba del bebé, pero este bebé estaba fuera de sus planes. Me sequé las lágrimas que se acumulaban en el rabillo de mis ojos y agarré el informe. Ya eran las cinco de la mañana cuando miré el reloj de la pared. Intenté marcar su número nuevamente, pero seguía sin responder. ¿En qué estaba tan ocupado? ¿Estaba h**iendo el a**r con Lexi? Debió haberla extrañado mucho, ¿verdad? Pronto, sin saber cuándo, me quedé dormida. Cuando sonó el despertador, inconscientemente toqué la almohada a mi lado. Frío como anoche, no había vuelto a casa todavía. Me burlé de mí misma al ver mi reflejo en el espejo de la cómoda. Los círculos oscuros bajo mis ojos se veían a simple vista y mi cabello era un total desastre, parecía un fantasma. De repente una oleada de náuseas inundó mi estómago y me di cuenta de que no había comido nada la noche anterior. De pronto, me sentí mal otra vez y rápidamente corrí hacia el lavabo y vomité. Escupí un líquido amarillento que sabía muy mal. De inmediato, me lavé la boca y miré mi propio reflejo en el espejo. Al verme, sacudí la cabeza y tomé mi frente en cuanto sentí ganas de vomitar de nuevo. Volví a escupir el líquido amarillento y mientras me lavaba la boca, sentí una cálida mano acariciando mi espalda. Inmediatamente levanté la cara y me encontré con un par de ojos marrones que me miraban a través del espejo. Detrás de mí con cara de preocupación estaba mi esposo Pierce. --¿Estás bien? ¿Te sientes mal? Debiste haberme dicho. Al instante, lo miré a través del espejo. --No respondiste mis llamadas --contesté. Ante aquellas palabras, la culpa apareció en sus ojos. --Lo lamento. Tenía cosas que hacer. Me quedé en la oficina toda la noche --afirmó. Rápidamente, me limpié la cara y pasé junto a él. Pierce me siguió mientras me sentaba frente al tocador y comenzaba a peinarme. --Kels… --Me desperté tarde. No pude preparar el desayuno. Mientras hablaba, intenté evitar sus ojos. Sentía que iba a perder los estribos y gritarle. En ningún momento sentí su egoísmo tan claramente como ahora. Decía que yo era su mejor amiga, pero nunca le habían importado mis necesidades, mis sentimientos. --Kels... sabes que no te pregunté eso. Estoy preocupado por tu salud... Kels, ¿todavía estamos bien? Ante aquella pregunta, dejé de peinarme y lentamente nuestras miradas se encontraron a través del espejo, otra vez. ¿De verdad me estaba preguntando eso? ¿Después de que me pidió el divorcio sin siquiera preguntarme si estaba de acuerdo? Él decidió por su cuenta sólo porque su primer amor había vuelto. No podía creer lo que hacía. Al final, fingí una sonrisa y dije: --No me siento bien hoy, Pierce, eso es todo. Un instante después, se puso de cuclillas a mi lado, lo cual no me resultó sorprendente porque sabía que realmente se preocupaba. Pero lo que sí me sorprendió fue que hacía todo esto después de enterrar una daga en mi corazón. --¿Estás bien? --preguntó mientras tocaba suavemente mi frente y mi cuello--. ¿Estás enferma? Dime cómo te sientes, Kels. --Mis sentimientos no importan --no pude evitar decir y parecía sorprendido por mis palabras. En ese instante, intenté evitarlo, pero me agarró de la muñeca y me hizo mirarlo. Su rostro ahora reflejaba su ira. Había perdido completamente la paciencia. --¿Qué te pasa, Kels? Has estado actuando así desde ayer. ¿Es por Lexi? ¿O porque no volví a casa anoche? --inquirió. Yo lo miré a los ojos, molesta. --¡Tú fuiste quien pidió el divorcio! Te pedí que regresaras temprano para hablar al respecto, pero me dejaste esperando toda la noche. ¿Pretendías que te diera la bienvenida con brazos abiertos después de eso, Pierce? --respondí. Al escucharme, apretó la mandíbula y sacudió la cabeza. --Kels, yo... --Ya basta. Hablaremos del divorcio después del trabajo. --¡Kels! --me llamó y me agarró de los hombros. La confusión y el dolor eran visibles en sus ojos--. ¿Estás... enamorada de mí? Aquello me desconcertó. ¿Enamorada? ¡Sí! Desde que estábamos en la escuela secundaria, desde que se convirtió en mi mejor amigo. ¿Quién no se enamoraría de alguien que te ha estado protegiendo desde entonces? Siempre he estado agradecida de tenerlo como mi mejor amigo y esposo, pero ahora… lo estaba perdiendo. Perdiéndolo irremediablemente. Decidí darle a nuestro matrimonio una última oportunidad, hacer un esfuerzo final... ...... ==== Casarse con su mejor amigo fue un sueño hecho realidad para Kelly, pero todo tiene realmente una limitación. Pierce es el primer amor de Kelly, pero como su mejor amiga, sabía bien que siempre había otra mujer en lo profundo de su corazón. Lexi Gilbert. Kelly finalmente se dio cuenta de que su feliz matrimonio de los últimos tres años era solo un hermoso sueño cuando Pierce pidió el divorcio solo porque Lexi regresó. Ella sólo podría ser su mejor amiga incluso si estuviera encinta de su bebé. ¿Por qué no merecía ser amada? ¿Qué sucederá en adelante? ¿Cómo podría Kelly salvar su corazón en esta batalla de amor y odio? Los capítulos disponibles son limitados aquí, haga click el botón abajo para instalar APP y disfrutar leyendo más contenidos maravillosos. (Al abrir el APP, directo accederá a este libro) &3& | LEARN_MORE | https://fbweb.manobook.com/14603375-fb_contact-spc | Fun Novels | https://www.facebook.com/61563251196448/ | 1,877 | 0 | 0 | 1969-12-31 18:00 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | Learn more | 0 | fbweb.manobook.com | IMAGE | https://fbweb.manobook.com/14603375-fb_contact-spcp25_2-1030-core1.html?adid={{ad.id}}&char=157725&accid=860298072104208&rawadid=120215437212480204 | 1969-12-31 18:00 | https://scontent-iad3-2.xx.fbcdn.net/v/t39.35426-6/465413548_431735609687346_1265044520730502328_n.jpg?stp=dst-jpg_s60x60&_nc_cat=106&ccb=1-7&_nc_sid=c53f8f&_nc_ohc=K1fgYTYmDiUQ7kNvgE_cAb2&_nc_zt=14&_nc_ht=scontent-iad3-2.xx&_nc_gid=AS5xq3MiHvvs3KSbFU9ISt0&oh=00_AYCrDppdHN60Uts1jCRb0hAecTDJHQ95FzkrsdMPkcUzCA&oe=6745B121 | PERSON_PROFILE | 0 | 0 | 0 | Fun Novels | 0 | 0 | 1969-12-31 18:00 | View Edit Delete | ||||||||||||||||||||||||||||||
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Yes | 2024-11-21 18:48 | active | 1903 | 0 | Para ella, casarse con su mejor amigo y quedar embarazada de su hijo fue un sueño hecho realidad. Pero en ese momento feliz, la mujer que amaba su marido regresó... ===== ¿Lo había oído bien? ¿Estoy embarazada? ¡Estoy embarazada de un bebé de Pierce! ¡Mi mejor amigo y mi primer amor! --Qué bueno que haya sido cautelosa, pudo haber perdido a su bebé, señorita Monroe --me dijo el ginecólogo con seriedad al ver la sorpresa en mis ojos. En ese momento, me toqué el vientre inconscientemente, sin poder creer que hubiera un bebé acostado allí. Cuando salí del hospital, no podía esperar para contarle a Pierce sobre nuestro bebé. Me preguntaba cuál sería su reacción. ¿Gritaría de felicidad? ¿Me b**aría y todo eso? ¡Dios! No podía contener mi felicidad. Incluso tomé mi cara roja entre mis manos mientras fantaseaba. Pero en el momento en que sentí el frío del anillo en mi dedo, mi corazón que latía salvajemente se calmó. Casi olvidaba que Pierce no estaba interesado en tener hijos, menos considerando que nuestro matrimonio fue arreglado por su familia. Por supuesto, Pierce era un completo caballero, como amigo y como marido. Cada vez que teníamos relaciones s**uales, él era considerado y cauteloso, y decía que no era necesario agregar más ataduras si no estábamos listos. Este bebé, en cierto modo, estaba fuera de los planes. --Señora, ¿está todo bien? ¿Necesita que llame al jefe? --preguntó mi conductor privado, Luke, preocupado al notar mi ceño fruncido. Luke era confiable como un miembro de la familia, pero no quería contarle porque quería que Pierce fuera el primero en enterarse de esta noticia. Él era el padre de mi bebé. --No --dije y negué con la cabeza, dándole a Luke una sonrisa tranquilizadora--. Está en el vuelo. Hablaré con él más tarde --y así vería su respuesta yo misma en sus crudas expresiones. Siempre fui buena en eso. Finalmente, cerré los ojos y recordé el día en que nos conocimos. Su brillante sonrisa a la luz del sol era tan deslumbrante que parecía un príncipe. Me enamoré de él a primera vista, mucho antes de que nos convirtiéramos en mejores amigos. Pero era sólo un amor no correspondido y yo lo sabía bien. En ese instante, bajé la ventanilla del auto para tomar un poco de aire fresco y, sin quererlo, vislumbré nuestra antigua escuela secundaria. Ese sentimiento amargo llenó mi pecho una vez más... Pierce fue mi primer amor, pero yo no era el suyo. En la escuela secundaria, yo no era más que una nerd aburrida a los ojos de los demás, mientras que Pierce Anderson era el brillante mariscal de campo. Todos se sorprendieron de que pudiéramos ser amigos. Aunque las hostilidades hacia mí aumentaron, disfruté estar cerca de él y poco a poco me di cuenta de que no quería ser sólo su amiga. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de confesarle mis sentimientos, otra chica llegó a su vida. Sacudí la cabeza tratando de deshacerme de esos viejos y tristes recuerdos. Luego toqué el frío anillo de bodas en mi dedo y me dije que el pasado ya había pasado. Pierce dijo que habían terminado y que ahora yo era su esposa. Sí, yo era su esposa y además estaba embarazada de su bebé. Pronto, me sequé las lágrimas de las comisuras de los ojos y abrí la puerta de nuestra casa. Mi corazón se calmó al respirar el aroma de mi hogar, nuestra casa. Pierce y yo la decoramos juntos con nuestras propias manos. Lo disfrutamos. Sí, tal vez estaba pensando demasiado. Esa mujer había estado fuera de nuestras vidas durante mucho tiempo y los últimos tres años mi matrimonio con Pierce fueron tan hermosos como un cuento de hadas. Una vez dentro, miré el reloj de la pared. Para ese entonces, Pierce ya debería haberse bajado del avión. Estuvo más de un mes en viajes de negocios de nuestra empresa familiar. Pierce era el presidente de ADE, la empresa de revistas de moda líder en toda Asia, y yo era la vicepresidente de la compañía. No sólo éramos compañeros de vida, sino también buenos socios en el trabajo. En verdad lo extrañaba. De inmediato, marqué su número, pues tenía muchas ganas de escuchar su voz y saber cuándo llegaría a casa. Le prepararía una buena comida y él me premiaría con un dulce beso. Y luego podríamos... Vaya, en ese momento casi olvidé que estaba embarazada. Debía contarle eso primero y luego podríamos hacer otra cosa. Estaba imaginando felizmente nuestra encantadora reunión, pero mi corazón dio un vuelco cuando una voz de mujer cruzó la línea. --¿Hola? Al escuchar esa sola palabra, dejé caer mi teléfono, que se rompió al chocar contra el suelo, y mi cuerpo empezó a temblar incontrolablemente. ¡NO! ¡No podía ser ella! ¡No podía ser Lexi! ¡Ella ya estaba fuera de nuestras vidas! Debí haber escuchado mal. De inmediato, corrí hacia la nevera en un intento por calmarme con la ayuda de un poco de al**hol. Pero en el momento en que toqué la botella de v**o, recordé las palabras del médico sobre mi bebé. Debía tener cuidado por la salud de mi bebé, así que solo agarré una caja de leche y caminé hacia el sofá. En ese entonces, no sabía qué me hizo reconocer esa voz como la de Lexi. Nosotras nunca fuimos cercanas. Lexi Gilbert era la típica belleza rubia por la que los hombres se volvían locos. Ella era una animadora popular en la escuela secundaria, mientras que Pierce era el mariscal de campo estrella. Encajaba mejor con él que una nerd como yo, ¿verdad? No me sorprendió que se haya enamorado de ella. Mi orgullo no soportó ver al hombre que amaba volverse loco por otra mujer, así que una vez intenté alejarme de ellos en silencio, pero Pierce se negó a salirse de mi vida. Cada vez que me ahogaba en un mar de libros y estudios para olvidarlos, Pierce aparecía en mi puerta invitándome a salir. No podía decirle que no a su sonrisa encantadora y tampoco podía decirle que no porque afirmaba que era su deber como mi mejor amigo llevarme a disfrutar del mundo real. Para no arruinar nuestra amistad, oculté mi corazón roto y desempeñé en silencio el papel de su mejor amiga, siempre a su lado y observando su rostro feliz por otra chica. Finalmente, cuando supe que Pierce planeaba proponerle matrimonio a Lexi, me armé de valor y fui a estudiar al extranjero, sin saber que su abuela me llamaría para rogarme que regresara. Por supuesto, volví a toda prisa sólo para ver a Pierce sin vida. Lexi le había herido gravemente el corazón y el mío sufría por mi amado. Empecé a odiar a Lexi desde ese momento. Le había entregado a mi amado hombre, ¡cómo se atrevió a hacerle tanto daño! ¡Esa bruja! Pierce no le contó a nadie lo que pasó, excepto que había terminado con Lexi. Luego, la abuela arregló nuestro matrimonio. No entendí por qué estuvo de acuerdo hasta que un día lo escuché decir que casarse con cualquiera que no fuera Lexi sería lo mismo para él. Aquello me dolió mucho, pero aun así me casé con él sin pensarlo dos veces. Mi amado estaba destrozado y quería recomponerlo, sin importarme si eso me arruinaba a mí en el proceso. Me quedé dormida sintiéndome muy insegura y preocupada. Me desperté en medio de la noche cuando sentí que alguien acariciaba mi mejilla. Lentamente abrí los ojos y me di cuenta de que me había quedado dormida en la sala de estar. Alguien me levantó del sofá e inmediatamente reconocí su olor y tacto mientras lo miraba con los ojos entrecerrados. --Pierce… --Hmm --murmuró mientras caminaba hacia las escaleras--. ¿Por qué te dormiste en el sofá? Yo solo me quedé mirándolo a la cara y luego me dejó suavemente sobre la cama, acarició mi cabello y besó mi frente. Siempre fue tan gentil y por eso lo amaba tanto. Llevábamos más de un mes separados, mi cuerpo lo extrañaba y mi corazón lo anhelaba. --¿Dónde estabas? Te estuve esperando --dije mientras acariciaba su mejilla. --Acabo de encontrarme con un amigo. Dijiste que me estabas esperando, ¿es urgente? Al ver su rostro amable, de repente no quise arruinarle el momento, así que cerré mis labios entreabiertos y tragué la verdad para devolverla a mi estómago. Mañana, tal vez mañana tendría el coraje de afrontar todos los rompecabezas. De modo que solo sacudí la cabeza, hice un puchero y le dije que tenía sueño. Él se rió entre dientes y me dio un beso de buenas noches, pero en el momento en que estuvo a punto de dejarme, por alguna razón entré en pánico. Rápidamente lo agarré y lo b*sé con toda mi pasión... Lo extrañaba y lo quería. --Espera, Kels --dijo y me detuvo, sujetando mis locas manos sobre la cama--. Pensé que habías dicho que tenías sueño y que necesitabas descansar. --Sí, pero te extraño --exclamé y lo miré con inocencia. Pude captar el deseo brillando en sus ojos, pero se desvaneció de pronto y yo no comprendía por qué. Solía ponerse feliz cuando yo tomaba la iniciativa. En ese instante, como si notara mi confusión, se rió entre dientes y me pellizcó juguetonamente la nariz. --Me daré una ducha. Huelo a al**hol --manifestó. Yo solo asentí y lo miré mientras caminaba hacia el baño. Pronto la somnolencia volvió a atacarme, así que cerré los ojos para tomar una siesta. Sin embargo, ya era de mañana cuando abrí los ojos nuevamente y Pierce estaba a mi lado, poniendo una bandeja con comida en la mesita de noche. --¡Ey! --lo saludé y sonreí cuando me di cuenta de lo que había hecho. Me había preparado el desayuno para llevármelo a la cama. Era tan dulce. Él sonrió y se sentó en la cama. --Buen día. Le devolví la sonrisa mientras me sentaba en la cama. En ese momento, agarró la bandeja y la puso a mi lado. Al instante, levanté una ceja e incliné la cabeza mientras miraba su hermoso rostro. Sus cejas espesas y negras enmarcaban sus hermosos ojos de color marrón oscuro. Su nariz era orgullosa y puntiaguda y sus labios eran rojos y finos. Parecía un chico malo y s*xy, incluso Damon Salvatore se avergonzaría de estar a su lado. Nadie tenía posibilidad alguna contra este hombre. --¿Qué es esto? ¿Un soborno? Me dejaste plantada anoche, chico malo --dije. Él no se rió. Exhaló un suspiro y colocó con suavidad mi cabello detrás de mis orejas antes de tomar mi mano y mirarme a los ojos. --Tengo algo que decirte. Al instante, sentí que mi corazón se aceleraba y pensé en nuestro bebé en mi útero. Tenía algo que decirme, yo también tenía algo que contarle. --¿Q-Qué cosa? --pregunté con voz temblorosa. De repente, dio un profundo suspiro y comenzó: --Sabes que eres importante para mí, ¿verdad? Asentí lentamente con los labios entreabiertos. No pude responder, tenía miedo de lo que estaba a punto de decir. Tenía un mal presentimiento. --Eras mi mejor amiga antes de casarnos. Eres una de las pocas personas que valoro… --prosiguió. Mientras hablaba, escondí mis puños cerrados debajo de la sábana. No sabía por qué me decía todo esto, pero ya podía sentir las lágrimas acumulándose en el rabillo de mis ojos. --Kelly... --hizo una pausa y cerró los ojos con fuerza antes de volver a mirarme a los ojos--. Creo que es hora de que nos divorciemos. --P-Pierce… --exclamé y sentí que mi corazón se apretaba. Él sonrió. --Sé que tú tampoco sientes nada por mí. Te casaste conmigo por mis abuelos, hiciste esto solo porque los amas. Ahora llegó el momento de nuestra verdadera felicidad, Kelly. Al oírlo, no pude evitar sacudir la cabeza. --¿De qué estás hablando, Pierce? --inquirí. --Lexi ha vuelto, Kelly. Mi primer amor ha vuelto. Capítulo 2 Punto de vista de Kelly--Llueve sobre mojado De inmediato, me levanté de la cama e intenté irme, pero Pierce me agarró la mano. Rápidamente me sequé las lágrimas que rodaban por mis mejillas antes de que él pudiera verlas. Luego, se paró frente a mí y me miró a la cara mientras yo intentaba con todas mis fuerzas mirar hacia abajo y evitar verlo a los ojos. Sentí que mi corazón se rompía en pedazos. Pensaba… pensaba que podría hacer que se enamorara de mí en esos tres años que pasamos juntos. Pensaba que sus sentimientos cambiarían y me vería como una mujer en lugar de solo su mejor amiga. Fui estúpida por tener esperanzas y soñar tan alto. Fallé. Sin importar cuánto lo intentara, su corazón pertenecía sólo a su primer amor: Lexi. --Kelly… En ese momento, contuve el aliento y me tragué el dolor mientras lo miraba. Luego fingí una sonrisa y dije: --Debo lavarme las manos antes de comer. Pero él me miró a los ojos como si intentara descubrir lo que estaba pensando. Yo sabía que él me conocía demasiado bien, así que traté con todas mis fuerzas de ocultar mi dolor y le sonreí. Finalmente, suspiró y soltó mi mano. --Bueno. Te esperaré aquí. Comamos y vayamos a trabajar juntos. ¿Juntos? ¿Por qué era tan cruel? ¿Quería que nos siguiéramos llevando bien como si no me hubiera pedido el divorcio? ¿Quería que nos quedáramos como estábamos justo después de decirme que su primer amor había regresado y quería divorciarse de mí? Oh Pierce, ¿qué estaba pasando por tu cabeza? Antes podía obligarme a mí misma a quedarme en el puesto de su mejor amiga mientras le deseaba felicidad, pero ya no tenía ese coraje después de los tres años que habíamos compartido. No había manera de que pudiera soportar esa tortura otra vez, en especial ahora que cargaba a su bebé. El bebé... en un principio pensé que era una buena noticia para nosotros, pero ahora... supongo que sería más bien una carga para él. Una carga que le impediría conseguir su verdadero amor y su libertad. Yo sabía muy bien cómo crecía un niño no deseado. Mis padres se divorciaron antes de que mi madre muriera y la nueva familia de mi padre me odiaba, lo que me dolía muchísimo. Por eso no quería que mi bebé experimentara lo mismo que yo sentí, así que debía mantener a mi bebé alejado de él. --No podemos --dije mientras fingía una nueva sonrisa--. Debo visitar el estudio para la sesión de fotos de nuestros nuevos modelos… --Iré contigo. --No --contesté y aparté su mano. Sus ojos siguieron mi mano antes de levantar la cara para mirarme de nuevo--. Tienes documentos que firmar. Nuestros horarios ya están organizados, ¿recuerdas? --Pero… --Tengo un conductor personal, Pierce. Estaré bien sola --afirmé. Finalmente, suspiró y asintió con calma. En ese momento, le di la espalda y entré al baño. Inmediatamente abrí la ducha y me paré bajo el agua fría. Las lágrimas cayeron en cascada por mis mejillas mientras me cubría la boca para reprimir los sollozos. Mis hombros temblaban mucho y cuando pensé en mi bebé, tragué saliva y traté de calmarme. Luego me limpié la cara y acaricié mi vientre. Debía ser fuerte y mantener la calma. No podía arriesgar la vida de mi bebé sólo porque me habían roto el corazón. Tenía que lidiar con esto de forma inteligente. Unos minutos después, tomé un respiro profundo y terminé mi ducha. Cuando salí del baño, me sorprendió ver que Pierce todavía estaba allí. Estaba luchando por arreglarse la corbata frente al espejo de cuerpo entero. También noté un par de zapatos y un vestido míos sobre la cama. --¡Ey! Elegí tu vestido para hoy --dijo. Como nuestro matrimonio no era público, Pierce dijo que haría pequeñas cosas para mí como marido. De hecho, lo había hecho bien y yo solía disfrutar de estos dulces momentos que me regalaba, pero ahora sentía que eso mismo me m**aría. Al segundo siguiente, agarré el vestido y entré al vestidor, sentiendo que me seguía. Volví a guardar el vestido blanco y elegí uno rojo. Cuando me di vuelta y lo tuve de frente, lo vi con la frente arrugada. --Hoy prefiero el rojo. Me sentiré hermosa con este vestido --expliqué con una sonrisa. Al instante, sus ojos se dirigieron al vestido que sostenía y su rostro inmediatamente se calmó. Al final asintió y caminó hacia mí. --Ya veo. Pero antes ayúdame a arreglar esto --me pidió. Sin dudarlo, puse mi vestido en su brazo y comencé a arreglarle la corbata. Podía sentir sus ojos mirándome intensamente y eso hacía que mi corazón latiera muy rápido. Respiré hondo y me mordí el labio inferior mientras luchaba por arreglar su corbata. De pronto, mi visión se volvió borrosa otra vez. ¡Maldición! --Kelly… No pude evitar sobresaltarme en shock. --¿Mmm? --¿Estás bien? --preguntó. Lo miré y sonreí: --Sí. --Tengo algo más que decirte. En ese instante, terminé de arreglarle la corbata y le quité rápidamente el vestido del brazo. Lo miré antes de pasar junto a él y dije: --Hablaremos después. Voy a llegar tarde. Lo escuché suspirar antes de volver a seguirme. Me vestí mientras él estaba detrás de mí. Estuvo en silencio todo el tiempo, como si estuviera pensando en algo. --Deberías desayunar antes de irte --comentó. Un segundo después, me paré frente a él y asentí. --Lo haré. Deberías irte ahora --respondí. --Kelly, estamos en la misma página, ¿verdad? --preguntó. Lo miré fijamente. No, Pierce. Nunca estuvimos en la misma página. Sólo fueron mis estúpidas fantasías. Pensaba que sentías algo por mí, pero estaba muy equivocada. --Si hablas del divorcio, lo entiendo, Pierce. Sé lo que tengo que hacer. Sólo dame algo de tiempo porque estoy muy ocupada con la empresa. No huiré. --Kelly, no estoy haciendo esto sólo por mí. También lo hago por ti. Has estado encerrada conmigo desde que nos casamos. Sé que no eres feliz porque en el fondo también quieres encontrar al hombre que te mereces. Alguien que realmente te ame, no yo. No alguien indiferente. --Entiendo lo que tratas de decir, Pierce --dije y traté de darle la espalda, pero antes de poder hacerlo, él me sujetó por la cintura y me mantuvo en el lugar. Luego hizo todo lo posible para captar mis ojos hasta que lo consiguió. Su mirada era de preocupación. --Eres mi mejor amiga. No quiero perderte, Kels. Eres una de las pocas personas… --Lo sé --lo interrumpí con frustración. Parecía sorprendido, así que me calmé--. Ya lo sé. No tienes que preocuparte. Simplemente estoy estresada por el trabajo, no es por el divorcio. En ese instante, sus labios se separaron, asintió lentamente y soltó un suspiro. Luego, caminó hacia mí y me congelé cuando besó mi frente con dulzura… --Gracias, Kelly --susurró. Al oírlo, mi corazón se apretó. Habían pasado tres años pero todavía era una cobarde. «¿Por qué no puedes simplemente decirle que lo amas, Kelly? ¡Él es tu esposo y estás llevando su bebé! ¡Díselo y tal vez cambie de opinión!» pensé. Con eso en mente, tragué saliva y estuve a punto de decírselo, pero justo en ese momento su teléfono sonó. Pude ver el identificador de llamadas. Era Lexi. --Me tengo que ir --afirmó y se rascó la cabeza a modo de disculpa, mientras las comisuras de su boca se curvaban hacia arriba--. Llamé a Luke. Te espera afuera. Come antes de irte, ¿sí? Con eso, salió de nuestra habitación. De repente, las lágrimas que había logrado reprimir hasta ese momento volvieron a brotar. ¿Por qué había pensado que podría tener una oportunidad? Él tomó su decisión en el momento en que me pidió el divorcio, ¿verdad? Siempre que se trataba de Lexi me abandonaba. Capítulo 3 Punto de vista de Kelly--Mantener la compostura Entré al estudio con tacones rojos de cinco centímetros y un vestido igualmente rojo. Todos miraron en mi dirección cuando entré caminando por el pasillo y me saludaron con una sonrisa, pero mantuve mi rostro estoico, sin mostrar emoción alguna. La conversación de esa mañana con Pierce todavía estaba en mi cabeza, pero no podía permitir que afectara mi trabajo. No podía fallar en mi trabajo después de haber fracasado en mi matrimonio. De modo que respiré profundamente para recomponerme. Un momento después, cuando entré a la sala de la sesión de fotos, noté que todos estaban sumidos en el caos. --¡No podemos! No responde las llamadas. ¿Qué debemos hacer? La vicepresidente viene hoy, se enojará. --Podemos simplemente decirle la verdad. Ella es amable. --¡No lo será con esta situación, Lily! Nos va a regañar... --¿Qué está pasando aquí? --pregunté mientras entraba a la sala. De inmediato, el personal me miró con expresiones preocupadas y entonces supe que había un problema. --B-Buenos días, señorita Monroe. Señorita Monroe. Por supuesto, nadie sabía que Pierce y yo estábamos casados excepto nuestras familias. Sentí como si pellizcaran mi corazón con esa verdad. Dolía. Rápidamente, la miré sin comprender. --¿Qué ocurre? --T-tenemos un problema, señorita Monroe. La señorita Chen, nuestra modelo, no atiende nuestras llamadas. Dijo que escuchó que íbamos a cambiar de modelo así que… no quiere venir. Incluso... amenazó con presentar una demanda contra nosotros. Después de decir eso, inclinó la cabeza. Yo apreté los dientes y recorrí el lugar con la mirada. --¿Dónde está la directora de marketing? --inquirí. --E-Ella todavía está tratando de convencer a la señorita Chen, señorita Monroe. Luego de escuchar el problema, me masajeé la frente y cerré los ojos con fuerza. Un segundo después, me agarré del pelo y grité de ira. Sentí que todos a mi alrededor se sobresaltaban sorprendidos. Yo solo suspiré y tomé una gran bocanada de aire antes de mirar a mi alrededor. --Señorita Monroe... --¿Qué es todo esto, señorita Hayley? Tú eres la directora de marketing, ¿qué está pasando? --Señorita Monroe, no sé cómo sucedió, pero la señorita Chen escuchó que usted cambiará de modelo. Está a punto de presentar una demanda contra nosotros... ¿Cambiar de modelo? ¿Cómo es que yo no sabía nada al respecto? La señorita Chen siempre había sido nuestra modelo de confianza y, si no era necesario, cambiar de modelo para una sesión comercial con tan poca antelación sólo causaría muchos problemas a la empresa. Nunca permitiría un error como este. --Yo no pedí eso. Debe ser un error --la interrumpí para ahorrar tiempo--. ¡Arregla este desastre o tendré que despedirte! --Señorita Monroe... Fue el presidente quien nos pidió que la cambiáramos --explicó Hayley vacilante--. Lo ordenó ayer tan pronto como regresó de su viaje de negocios. Aquella verdad me golpeó con fuerza. ¿Fue orden de Pierce? ¿Por qué no me lo dijo? Solía discutir conmigo cada decisión importante antes de tomarla. --No puede ser... --exclamé confundida. Pierce no era un hombre de negocios despistado. Siempre mantuvo una clara distinción entre el trabajo y la vida personal, razón por la cual siempre tuvo éxito. Y esa fue también la razón por la que decidió mantener nuestro matrimonio en secreto. --Sí, Kelly. Yo di la orden. --Su voz me hizo retroceder. --S-Señor Presidente… --saludó Hayley y se inclinó con respeto al ver al hombre que apareció de repente detrás de mí. --Pierce, ¡creo que me debes una explicación sobre este cambio de modelo! --dije con los dientes apretados mientras me giraba para interrogarlo. Él sabía perfectamente cuánto esfuerzo puse para ganar este proyecto. Estuve días sin dormir y la señorita Chen era la persona ideal para este trabajo. De hecho, él también estuvo de acuerdo. Pero ahora… simplemente cambió la modelo a su gusto sin avisarme con antelación. Eso fue como abofetearme con fuerza en la cara. --Continúen con el trabajo. Yo se lo aclararé --le indicó él al personal para calmarlos, ignorando la ira que estaba a punto de salir de mis ojos. --¡Contéstame, Pierce! ¿Por qué cambias de modelo tan de repente? --No pude contener mi enojo. Él simplemente me tocó el hombro y me susurró: --Este no es el lugar para discutir al respecto. Te lo explicaré en el auto. En ese momento, miré a mi alrededor y noté que los demás nos miraban furtivamente. Luego me quité sus manos de encima y caminé hacia el estacionamiento, pero durante el camino, sentía mi corazón cada vez más pesado. Tenía la sensación de que su explicación no iba a gustarme. --Vamos, dímelo --exclamé ni bien nos sentamos en su auto. Antes de hablar, me miró a los ojos como si sopesara mis emociones, pero yo aparté la mirada de nuevo. No podía soportar sus miradas, no podía soportar esos ojos que nunca me miraban como yo quería. Él no sentía nada por mí y eso me dolía mucho. --Yo-yo… --hizo una pausa y suspiró--. Reemplacé a la señorita Chen porque Lexi quiere ser nuestra modelo. Ella también encaja en el proyecto, así que estuve de acuerdo... --¿Qué? --pregunté con incredulidad. De pronto, apretó los labios y miró hacia otro lado. Luego se revolvió el cabello antes de sacudir la cabeza y tomar mi mano. --Lamento no haberte dicho antes, fue muy repentino. Ella me pidió un favor, no pude decirle que no. Rápidamente, retiré mi mano y lo miré con dolor y enojo. --No pudiste decirle que no, así que preferiste dañar a la empresa, a nuestra empresa. Me traicionaste, Pierce. --Kels, vamos. Sabes cuánto la amo. Ella es mi primer amor. Al oírlo, cerré los ojos con dolor. «Oh sí, ella es tu primer amor. Siempre la quisiste a ella, sin que te importen los demás. Si ella te frunce el ceño un poco, puedes hacer la vista gorda ante el dolor y el esfuerzo de los demás. Eres tan cruel, Pierce» pensé. --Bueno, ya lo has decidido. No tengo voz y voto en esto ya que tú eres el presidente. Ahora vete, estaré en la oficina --indiqué con frialdad mientras abría la puerta del auto para salir. --Kelly… En ese instante, lo miré a los ojos y dije: --Ve a casa temprano. Hablaremos de nuestro divorcio esta noche. Capítulo 4 Punto de vista de Kelly--Plantada Me encontraba jugueteando con el anillo de bodas en mi dedo mientras lo esperaba. Le había dicho que volviera temprano a casa, pero todavía no regresaba y ni siquiera contestaba mis llamadas. Bueno, ahora que Lexi había vuelto, probablemente ya no veía a esta casa como su hogar. De pronto, mis ojos se dirigieron a mi informe de embarazo que estaba sobre la mesa. Qué gracioso. Todavía era tan ingenua para albergar un rayo de esperanza de que las cosas podrían cambiar si le hablaba del bebé, pero este bebé estaba fuera de sus planes. Me sequé las lágrimas que se acumulaban en el rabillo de mis ojos y agarré el informe. Ya eran las cinco de la mañana cuando miré el reloj de la pared. Intenté marcar su número nuevamente, pero seguía sin responder. ¿En qué estaba tan ocupado? ¿Estaba h**iendo el a**r con Lexi? Debió haberla extrañado mucho, ¿verdad? Pronto, sin saber cuándo, me quedé dormida. Cuando sonó el despertador, inconscientemente toqué la almohada a mi lado. Frío como anoche, no había vuelto a casa todavía. Me burlé de mí misma al ver mi reflejo en el espejo de la cómoda. Los círculos oscuros bajo mis ojos se veían a simple vista y mi cabello era un total desastre, parecía un fantasma. De repente una oleada de náuseas inundó mi estómago y me di cuenta de que no había comido nada la noche anterior. De pronto, me sentí mal otra vez y rápidamente corrí hacia el lavabo y vomité. Escupí un líquido amarillento que sabía muy mal. De inmediato, me lavé la boca y miré mi propio reflejo en el espejo. Al verme, sacudí la cabeza y tomé mi frente en cuanto sentí ganas de vomitar de nuevo. Volví a escupir el líquido amarillento y mientras me lavaba la boca, sentí una cálida mano acariciando mi espalda. Inmediatamente levanté la cara y me encontré con un par de ojos marrones que me miraban a través del espejo. Detrás de mí con cara de preocupación estaba mi esposo Pierce. --¿Estás bien? ¿Te sientes mal? Debiste haberme dicho. Al instante, lo miré a través del espejo. --No respondiste mis llamadas --contesté. Ante aquellas palabras, la culpa apareció en sus ojos. --Lo lamento. Tenía cosas que hacer. Me quedé en la oficina toda la noche --afirmó. Rápidamente, me limpié la cara y pasé junto a él. Pierce me siguió mientras me sentaba frente al tocador y comenzaba a peinarme. --Kels… --Me desperté tarde. No pude preparar el desayuno. Mientras hablaba, intenté evitar sus ojos. Sentía que iba a perder los estribos y gritarle. En ningún momento sentí su egoísmo tan claramente como ahora. Decía que yo era su mejor amiga, pero nunca le habían importado mis necesidades, mis sentimientos. --Kels... sabes que no te pregunté eso. Estoy preocupado por tu salud... Kels, ¿todavía estamos bien? Ante aquella pregunta, dejé de peinarme y lentamente nuestras miradas se encontraron a través del espejo, otra vez. ¿De verdad me estaba preguntando eso? ¿Después de que me pidió el divorcio sin siquiera preguntarme si estaba de acuerdo? Él decidió por su cuenta sólo porque su primer amor había vuelto. No podía creer lo que hacía. Al final, fingí una sonrisa y dije: --No me siento bien hoy, Pierce, eso es todo. Un instante después, se puso de cuclillas a mi lado, lo cual no me resultó sorprendente porque sabía que realmente se preocupaba. Pero lo que sí me sorprendió fue que hacía todo esto después de enterrar una daga en mi corazón. --¿Estás bien? --preguntó mientras tocaba suavemente mi frente y mi cuello--. ¿Estás enferma? Dime cómo te sientes, Kels. --Mis sentimientos no importan --no pude evitar decir y parecía sorprendido por mis palabras. En ese instante, intenté evitarlo, pero me agarró de la muñeca y me hizo mirarlo. Su rostro ahora reflejaba su ira. Había perdido completamente la paciencia. --¿Qué te pasa, Kels? Has estado actuando así desde ayer. ¿Es por Lexi? ¿O porque no volví a casa anoche? --inquirió. Yo lo miré a los ojos, molesta. --¡Tú fuiste quien pidió el divorcio! Te pedí que regresaras temprano para hablar al respecto, pero me dejaste esperando toda la noche. ¿Pretendías que te diera la bienvenida con brazos abiertos después de eso, Pierce? --respondí. Al escucharme, apretó la mandíbula y sacudió la cabeza. --Kels, yo... --Ya basta. Hablaremos del divorcio después del trabajo. --¡Kels! --me llamó y me agarró de los hombros. La confusión y el dolor eran visibles en sus ojos--. ¿Estás... enamorada de mí? Aquello me desconcertó. ¿Enamorada? ¡Sí! Desde que estábamos en la escuela secundaria, desde que se convirtió en mi mejor amigo. ¿Quién no se enamoraría de alguien que te ha estado protegiendo desde entonces? Siempre he estado agradecida de tenerlo como mi mejor amigo y esposo, pero ahora… lo estaba perdiendo. Perdiéndolo irremediablemente. Decidí darle a nuestro matrimonio una última oportunidad, hacer un esfuerzo final... ...... ==== Casarse con su mejor amigo fue un sueño hecho realidad para Kelly, pero todo tiene realmente una limitación. Pierce es el primer amor de Kelly, pero como su mejor amiga, sabía bien que siempre había otra mujer en lo profundo de su corazón. Lexi Gilbert. Kelly finalmente se dio cuenta de que su feliz matrimonio de los últimos tres años era solo un hermoso sueño cuando Pierce pidió el divorcio solo porque Lexi regresó. Ella sólo podría ser su mejor amiga incluso si estuviera encinta de su bebé. ¿Por qué no merecía ser amada? ¿Qué sucederá en adelante? ¿Cómo podría Kelly salvar su corazón en esta batalla de amor y odio? Los capítulos disponibles son limitados aquí, haga click el botón abajo para instalar APP y disfrutar leyendo más contenidos maravillosos. 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Yes | 2024-11-21 18:48 | active | 1903 | 0 | Para ella, casarse con su mejor amigo y quedar embarazada de su hijo fue un sueño hecho realidad. Pero en ese momento feliz, la mujer que amaba su marido regresó... ===== ¿Lo había oído bien? ¿Estoy embarazada? ¡Estoy embarazada de un bebé de Pierce! ¡Mi mejor amigo y mi primer amor! --Qué bueno que haya sido cautelosa, pudo haber perdido a su bebé, señorita Monroe --me dijo el ginecólogo con seriedad al ver la sorpresa en mis ojos. En ese momento, me toqué el vientre inconscientemente, sin poder creer que hubiera un bebé acostado allí. Cuando salí del hospital, no podía esperar para contarle a Pierce sobre nuestro bebé. Me preguntaba cuál sería su reacción. ¿Gritaría de felicidad? ¿Me b**aría y todo eso? ¡Dios! No podía contener mi felicidad. Incluso tomé mi cara roja entre mis manos mientras fantaseaba. Pero en el momento en que sentí el frío del anillo en mi dedo, mi corazón que latía salvajemente se calmó. Casi olvidaba que Pierce no estaba interesado en tener hijos, menos considerando que nuestro matrimonio fue arreglado por su familia. Por supuesto, Pierce era un completo caballero, como amigo y como marido. Cada vez que teníamos relaciones s**uales, él era considerado y cauteloso, y decía que no era necesario agregar más ataduras si no estábamos listos. Este bebé, en cierto modo, estaba fuera de los planes. --Señora, ¿está todo bien? ¿Necesita que llame al jefe? --preguntó mi conductor privado, Luke, preocupado al notar mi ceño fruncido. Luke era confiable como un miembro de la familia, pero no quería contarle porque quería que Pierce fuera el primero en enterarse de esta noticia. Él era el padre de mi bebé. --No --dije y negué con la cabeza, dándole a Luke una sonrisa tranquilizadora--. Está en el vuelo. Hablaré con él más tarde --y así vería su respuesta yo misma en sus crudas expresiones. Siempre fui buena en eso. Finalmente, cerré los ojos y recordé el día en que nos conocimos. Su brillante sonrisa a la luz del sol era tan deslumbrante que parecía un príncipe. Me enamoré de él a primera vista, mucho antes de que nos convirtiéramos en mejores amigos. Pero era sólo un amor no correspondido y yo lo sabía bien. En ese instante, bajé la ventanilla del auto para tomar un poco de aire fresco y, sin quererlo, vislumbré nuestra antigua escuela secundaria. Ese sentimiento amargo llenó mi pecho una vez más... Pierce fue mi primer amor, pero yo no era el suyo. En la escuela secundaria, yo no era más que una nerd aburrida a los ojos de los demás, mientras que Pierce Anderson era el brillante mariscal de campo. Todos se sorprendieron de que pudiéramos ser amigos. Aunque las hostilidades hacia mí aumentaron, disfruté estar cerca de él y poco a poco me di cuenta de que no quería ser sólo su amiga. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de confesarle mis sentimientos, otra chica llegó a su vida. Sacudí la cabeza tratando de deshacerme de esos viejos y tristes recuerdos. Luego toqué el frío anillo de bodas en mi dedo y me dije que el pasado ya había pasado. Pierce dijo que habían terminado y que ahora yo era su esposa. Sí, yo era su esposa y además estaba embarazada de su bebé. Pronto, me sequé las lágrimas de las comisuras de los ojos y abrí la puerta de nuestra casa. Mi corazón se calmó al respirar el aroma de mi hogar, nuestra casa. Pierce y yo la decoramos juntos con nuestras propias manos. Lo disfrutamos. Sí, tal vez estaba pensando demasiado. Esa mujer había estado fuera de nuestras vidas durante mucho tiempo y los últimos tres años mi matrimonio con Pierce fueron tan hermosos como un cuento de hadas. Una vez dentro, miré el reloj de la pared. Para ese entonces, Pierce ya debería haberse bajado del avión. Estuvo más de un mes en viajes de negocios de nuestra empresa familiar. Pierce era el presidente de ADE, la empresa de revistas de moda líder en toda Asia, y yo era la vicepresidente de la compañía. No sólo éramos compañeros de vida, sino también buenos socios en el trabajo. En verdad lo extrañaba. De inmediato, marqué su número, pues tenía muchas ganas de escuchar su voz y saber cuándo llegaría a casa. Le prepararía una buena comida y él me premiaría con un dulce beso. Y luego podríamos... Vaya, en ese momento casi olvidé que estaba embarazada. Debía contarle eso primero y luego podríamos hacer otra cosa. Estaba imaginando felizmente nuestra encantadora reunión, pero mi corazón dio un vuelco cuando una voz de mujer cruzó la línea. --¿Hola? Al escuchar esa sola palabra, dejé caer mi teléfono, que se rompió al chocar contra el suelo, y mi cuerpo empezó a temblar incontrolablemente. ¡NO! ¡No podía ser ella! ¡No podía ser Lexi! ¡Ella ya estaba fuera de nuestras vidas! Debí haber escuchado mal. De inmediato, corrí hacia la nevera en un intento por calmarme con la ayuda de un poco de al**hol. Pero en el momento en que toqué la botella de v**o, recordé las palabras del médico sobre mi bebé. Debía tener cuidado por la salud de mi bebé, así que solo agarré una caja de leche y caminé hacia el sofá. En ese entonces, no sabía qué me hizo reconocer esa voz como la de Lexi. Nosotras nunca fuimos cercanas. Lexi Gilbert era la típica belleza rubia por la que los hombres se volvían locos. Ella era una animadora popular en la escuela secundaria, mientras que Pierce era el mariscal de campo estrella. Encajaba mejor con él que una nerd como yo, ¿verdad? No me sorprendió que se haya enamorado de ella. Mi orgullo no soportó ver al hombre que amaba volverse loco por otra mujer, así que una vez intenté alejarme de ellos en silencio, pero Pierce se negó a salirse de mi vida. Cada vez que me ahogaba en un mar de libros y estudios para olvidarlos, Pierce aparecía en mi puerta invitándome a salir. No podía decirle que no a su sonrisa encantadora y tampoco podía decirle que no porque afirmaba que era su deber como mi mejor amigo llevarme a disfrutar del mundo real. Para no arruinar nuestra amistad, oculté mi corazón roto y desempeñé en silencio el papel de su mejor amiga, siempre a su lado y observando su rostro feliz por otra chica. Finalmente, cuando supe que Pierce planeaba proponerle matrimonio a Lexi, me armé de valor y fui a estudiar al extranjero, sin saber que su abuela me llamaría para rogarme que regresara. Por supuesto, volví a toda prisa sólo para ver a Pierce sin vida. Lexi le había herido gravemente el corazón y el mío sufría por mi amado. Empecé a odiar a Lexi desde ese momento. Le había entregado a mi amado hombre, ¡cómo se atrevió a hacerle tanto daño! ¡Esa bruja! Pierce no le contó a nadie lo que pasó, excepto que había terminado con Lexi. Luego, la abuela arregló nuestro matrimonio. No entendí por qué estuvo de acuerdo hasta que un día lo escuché decir que casarse con cualquiera que no fuera Lexi sería lo mismo para él. Aquello me dolió mucho, pero aun así me casé con él sin pensarlo dos veces. Mi amado estaba destrozado y quería recomponerlo, sin importarme si eso me arruinaba a mí en el proceso. Me quedé dormida sintiéndome muy insegura y preocupada. Me desperté en medio de la noche cuando sentí que alguien acariciaba mi mejilla. Lentamente abrí los ojos y me di cuenta de que me había quedado dormida en la sala de estar. Alguien me levantó del sofá e inmediatamente reconocí su olor y tacto mientras lo miraba con los ojos entrecerrados. --Pierce… --Hmm --murmuró mientras caminaba hacia las escaleras--. ¿Por qué te dormiste en el sofá? Yo solo me quedé mirándolo a la cara y luego me dejó suavemente sobre la cama, acarició mi cabello y besó mi frente. Siempre fue tan gentil y por eso lo amaba tanto. Llevábamos más de un mes separados, mi cuerpo lo extrañaba y mi corazón lo anhelaba. --¿Dónde estabas? Te estuve esperando --dije mientras acariciaba su mejilla. --Acabo de encontrarme con un amigo. Dijiste que me estabas esperando, ¿es urgente? Al ver su rostro amable, de repente no quise arruinarle el momento, así que cerré mis labios entreabiertos y tragué la verdad para devolverla a mi estómago. Mañana, tal vez mañana tendría el coraje de afrontar todos los rompecabezas. De modo que solo sacudí la cabeza, hice un puchero y le dije que tenía sueño. Él se rió entre dientes y me dio un beso de buenas noches, pero en el momento en que estuvo a punto de dejarme, por alguna razón entré en pánico. Rápidamente lo agarré y lo b*sé con toda mi pasión... Lo extrañaba y lo quería. --Espera, Kels --dijo y me detuvo, sujetando mis locas manos sobre la cama--. Pensé que habías dicho que tenías sueño y que necesitabas descansar. --Sí, pero te extraño --exclamé y lo miré con inocencia. Pude captar el deseo brillando en sus ojos, pero se desvaneció de pronto y yo no comprendía por qué. Solía ponerse feliz cuando yo tomaba la iniciativa. En ese instante, como si notara mi confusión, se rió entre dientes y me pellizcó juguetonamente la nariz. --Me daré una ducha. Huelo a al**hol --manifestó. Yo solo asentí y lo miré mientras caminaba hacia el baño. Pronto la somnolencia volvió a atacarme, así que cerré los ojos para tomar una siesta. Sin embargo, ya era de mañana cuando abrí los ojos nuevamente y Pierce estaba a mi lado, poniendo una bandeja con comida en la mesita de noche. --¡Ey! --lo saludé y sonreí cuando me di cuenta de lo que había hecho. Me había preparado el desayuno para llevármelo a la cama. Era tan dulce. Él sonrió y se sentó en la cama. --Buen día. Le devolví la sonrisa mientras me sentaba en la cama. En ese momento, agarró la bandeja y la puso a mi lado. Al instante, levanté una ceja e incliné la cabeza mientras miraba su hermoso rostro. Sus cejas espesas y negras enmarcaban sus hermosos ojos de color marrón oscuro. Su nariz era orgullosa y puntiaguda y sus labios eran rojos y finos. Parecía un chico malo y s*xy, incluso Damon Salvatore se avergonzaría de estar a su lado. Nadie tenía posibilidad alguna contra este hombre. --¿Qué es esto? ¿Un soborno? Me dejaste plantada anoche, chico malo --dije. Él no se rió. Exhaló un suspiro y colocó con suavidad mi cabello detrás de mis orejas antes de tomar mi mano y mirarme a los ojos. --Tengo algo que decirte. Al instante, sentí que mi corazón se aceleraba y pensé en nuestro bebé en mi útero. Tenía algo que decirme, yo también tenía algo que contarle. --¿Q-Qué cosa? --pregunté con voz temblorosa. De repente, dio un profundo suspiro y comenzó: --Sabes que eres importante para mí, ¿verdad? Asentí lentamente con los labios entreabiertos. No pude responder, tenía miedo de lo que estaba a punto de decir. Tenía un mal presentimiento. --Eras mi mejor amiga antes de casarnos. Eres una de las pocas personas que valoro… --prosiguió. Mientras hablaba, escondí mis puños cerrados debajo de la sábana. No sabía por qué me decía todo esto, pero ya podía sentir las lágrimas acumulándose en el rabillo de mis ojos. --Kelly... --hizo una pausa y cerró los ojos con fuerza antes de volver a mirarme a los ojos--. Creo que es hora de que nos divorciemos. --P-Pierce… --exclamé y sentí que mi corazón se apretaba. Él sonrió. --Sé que tú tampoco sientes nada por mí. Te casaste conmigo por mis abuelos, hiciste esto solo porque los amas. Ahora llegó el momento de nuestra verdadera felicidad, Kelly. Al oírlo, no pude evitar sacudir la cabeza. --¿De qué estás hablando, Pierce? --inquirí. --Lexi ha vuelto, Kelly. Mi primer amor ha vuelto. Capítulo 2 Punto de vista de Kelly--Llueve sobre mojado De inmediato, me levanté de la cama e intenté irme, pero Pierce me agarró la mano. Rápidamente me sequé las lágrimas que rodaban por mis mejillas antes de que él pudiera verlas. Luego, se paró frente a mí y me miró a la cara mientras yo intentaba con todas mis fuerzas mirar hacia abajo y evitar verlo a los ojos. Sentí que mi corazón se rompía en pedazos. Pensaba… pensaba que podría hacer que se enamorara de mí en esos tres años que pasamos juntos. Pensaba que sus sentimientos cambiarían y me vería como una mujer en lugar de solo su mejor amiga. Fui estúpida por tener esperanzas y soñar tan alto. Fallé. Sin importar cuánto lo intentara, su corazón pertenecía sólo a su primer amor: Lexi. --Kelly… En ese momento, contuve el aliento y me tragué el dolor mientras lo miraba. Luego fingí una sonrisa y dije: --Debo lavarme las manos antes de comer. Pero él me miró a los ojos como si intentara descubrir lo que estaba pensando. Yo sabía que él me conocía demasiado bien, así que traté con todas mis fuerzas de ocultar mi dolor y le sonreí. Finalmente, suspiró y soltó mi mano. --Bueno. Te esperaré aquí. Comamos y vayamos a trabajar juntos. ¿Juntos? ¿Por qué era tan cruel? ¿Quería que nos siguiéramos llevando bien como si no me hubiera pedido el divorcio? ¿Quería que nos quedáramos como estábamos justo después de decirme que su primer amor había regresado y quería divorciarse de mí? Oh Pierce, ¿qué estaba pasando por tu cabeza? Antes podía obligarme a mí misma a quedarme en el puesto de su mejor amiga mientras le deseaba felicidad, pero ya no tenía ese coraje después de los tres años que habíamos compartido. No había manera de que pudiera soportar esa tortura otra vez, en especial ahora que cargaba a su bebé. El bebé... en un principio pensé que era una buena noticia para nosotros, pero ahora... supongo que sería más bien una carga para él. Una carga que le impediría conseguir su verdadero amor y su libertad. Yo sabía muy bien cómo crecía un niño no deseado. Mis padres se divorciaron antes de que mi madre muriera y la nueva familia de mi padre me odiaba, lo que me dolía muchísimo. Por eso no quería que mi bebé experimentara lo mismo que yo sentí, así que debía mantener a mi bebé alejado de él. --No podemos --dije mientras fingía una nueva sonrisa--. Debo visitar el estudio para la sesión de fotos de nuestros nuevos modelos… --Iré contigo. --No --contesté y aparté su mano. Sus ojos siguieron mi mano antes de levantar la cara para mirarme de nuevo--. Tienes documentos que firmar. Nuestros horarios ya están organizados, ¿recuerdas? --Pero… --Tengo un conductor personal, Pierce. Estaré bien sola --afirmé. Finalmente, suspiró y asintió con calma. En ese momento, le di la espalda y entré al baño. Inmediatamente abrí la ducha y me paré bajo el agua fría. Las lágrimas cayeron en cascada por mis mejillas mientras me cubría la boca para reprimir los sollozos. Mis hombros temblaban mucho y cuando pensé en mi bebé, tragué saliva y traté de calmarme. Luego me limpié la cara y acaricié mi vientre. Debía ser fuerte y mantener la calma. No podía arriesgar la vida de mi bebé sólo porque me habían roto el corazón. Tenía que lidiar con esto de forma inteligente. Unos minutos después, tomé un respiro profundo y terminé mi ducha. Cuando salí del baño, me sorprendió ver que Pierce todavía estaba allí. Estaba luchando por arreglarse la corbata frente al espejo de cuerpo entero. También noté un par de zapatos y un vestido míos sobre la cama. --¡Ey! Elegí tu vestido para hoy --dijo. Como nuestro matrimonio no era público, Pierce dijo que haría pequeñas cosas para mí como marido. De hecho, lo había hecho bien y yo solía disfrutar de estos dulces momentos que me regalaba, pero ahora sentía que eso mismo me m**aría. Al segundo siguiente, agarré el vestido y entré al vestidor, sentiendo que me seguía. Volví a guardar el vestido blanco y elegí uno rojo. Cuando me di vuelta y lo tuve de frente, lo vi con la frente arrugada. --Hoy prefiero el rojo. Me sentiré hermosa con este vestido --expliqué con una sonrisa. Al instante, sus ojos se dirigieron al vestido que sostenía y su rostro inmediatamente se calmó. Al final asintió y caminó hacia mí. --Ya veo. Pero antes ayúdame a arreglar esto --me pidió. Sin dudarlo, puse mi vestido en su brazo y comencé a arreglarle la corbata. Podía sentir sus ojos mirándome intensamente y eso hacía que mi corazón latiera muy rápido. Respiré hondo y me mordí el labio inferior mientras luchaba por arreglar su corbata. De pronto, mi visión se volvió borrosa otra vez. ¡Maldición! --Kelly… No pude evitar sobresaltarme en shock. --¿Mmm? --¿Estás bien? --preguntó. Lo miré y sonreí: --Sí. --Tengo algo más que decirte. En ese instante, terminé de arreglarle la corbata y le quité rápidamente el vestido del brazo. Lo miré antes de pasar junto a él y dije: --Hablaremos después. Voy a llegar tarde. Lo escuché suspirar antes de volver a seguirme. Me vestí mientras él estaba detrás de mí. Estuvo en silencio todo el tiempo, como si estuviera pensando en algo. --Deberías desayunar antes de irte --comentó. Un segundo después, me paré frente a él y asentí. --Lo haré. Deberías irte ahora --respondí. --Kelly, estamos en la misma página, ¿verdad? --preguntó. Lo miré fijamente. No, Pierce. Nunca estuvimos en la misma página. Sólo fueron mis estúpidas fantasías. Pensaba que sentías algo por mí, pero estaba muy equivocada. --Si hablas del divorcio, lo entiendo, Pierce. Sé lo que tengo que hacer. Sólo dame algo de tiempo porque estoy muy ocupada con la empresa. No huiré. --Kelly, no estoy haciendo esto sólo por mí. También lo hago por ti. Has estado encerrada conmigo desde que nos casamos. Sé que no eres feliz porque en el fondo también quieres encontrar al hombre que te mereces. Alguien que realmente te ame, no yo. No alguien indiferente. --Entiendo lo que tratas de decir, Pierce --dije y traté de darle la espalda, pero antes de poder hacerlo, él me sujetó por la cintura y me mantuvo en el lugar. Luego hizo todo lo posible para captar mis ojos hasta que lo consiguió. Su mirada era de preocupación. --Eres mi mejor amiga. No quiero perderte, Kels. Eres una de las pocas personas… --Lo sé --lo interrumpí con frustración. Parecía sorprendido, así que me calmé--. Ya lo sé. No tienes que preocuparte. Simplemente estoy estresada por el trabajo, no es por el divorcio. En ese instante, sus labios se separaron, asintió lentamente y soltó un suspiro. Luego, caminó hacia mí y me congelé cuando besó mi frente con dulzura… --Gracias, Kelly --susurró. Al oírlo, mi corazón se apretó. Habían pasado tres años pero todavía era una cobarde. «¿Por qué no puedes simplemente decirle que lo amas, Kelly? ¡Él es tu esposo y estás llevando su bebé! ¡Díselo y tal vez cambie de opinión!» pensé. Con eso en mente, tragué saliva y estuve a punto de decírselo, pero justo en ese momento su teléfono sonó. Pude ver el identificador de llamadas. Era Lexi. --Me tengo que ir --afirmó y se rascó la cabeza a modo de disculpa, mientras las comisuras de su boca se curvaban hacia arriba--. Llamé a Luke. Te espera afuera. Come antes de irte, ¿sí? Con eso, salió de nuestra habitación. De repente, las lágrimas que había logrado reprimir hasta ese momento volvieron a brotar. ¿Por qué había pensado que podría tener una oportunidad? Él tomó su decisión en el momento en que me pidió el divorcio, ¿verdad? Siempre que se trataba de Lexi me abandonaba. Capítulo 3 Punto de vista de Kelly--Mantener la compostura Entré al estudio con tacones rojos de cinco centímetros y un vestido igualmente rojo. Todos miraron en mi dirección cuando entré caminando por el pasillo y me saludaron con una sonrisa, pero mantuve mi rostro estoico, sin mostrar emoción alguna. La conversación de esa mañana con Pierce todavía estaba en mi cabeza, pero no podía permitir que afectara mi trabajo. No podía fallar en mi trabajo después de haber fracasado en mi matrimonio. De modo que respiré profundamente para recomponerme. Un momento después, cuando entré a la sala de la sesión de fotos, noté que todos estaban sumidos en el caos. --¡No podemos! No responde las llamadas. ¿Qué debemos hacer? La vicepresidente viene hoy, se enojará. --Podemos simplemente decirle la verdad. Ella es amable. --¡No lo será con esta situación, Lily! Nos va a regañar... --¿Qué está pasando aquí? --pregunté mientras entraba a la sala. De inmediato, el personal me miró con expresiones preocupadas y entonces supe que había un problema. --B-Buenos días, señorita Monroe. Señorita Monroe. Por supuesto, nadie sabía que Pierce y yo estábamos casados excepto nuestras familias. Sentí como si pellizcaran mi corazón con esa verdad. Dolía. Rápidamente, la miré sin comprender. --¿Qué ocurre? --T-tenemos un problema, señorita Monroe. La señorita Chen, nuestra modelo, no atiende nuestras llamadas. Dijo que escuchó que íbamos a cambiar de modelo así que… no quiere venir. Incluso... amenazó con presentar una demanda contra nosotros. Después de decir eso, inclinó la cabeza. Yo apreté los dientes y recorrí el lugar con la mirada. --¿Dónde está la directora de marketing? --inquirí. --E-Ella todavía está tratando de convencer a la señorita Chen, señorita Monroe. Luego de escuchar el problema, me masajeé la frente y cerré los ojos con fuerza. Un segundo después, me agarré del pelo y grité de ira. Sentí que todos a mi alrededor se sobresaltaban sorprendidos. Yo solo suspiré y tomé una gran bocanada de aire antes de mirar a mi alrededor. --Señorita Monroe... --¿Qué es todo esto, señorita Hayley? Tú eres la directora de marketing, ¿qué está pasando? --Señorita Monroe, no sé cómo sucedió, pero la señorita Chen escuchó que usted cambiará de modelo. Está a punto de presentar una demanda contra nosotros... ¿Cambiar de modelo? ¿Cómo es que yo no sabía nada al respecto? La señorita Chen siempre había sido nuestra modelo de confianza y, si no era necesario, cambiar de modelo para una sesión comercial con tan poca antelación sólo causaría muchos problemas a la empresa. Nunca permitiría un error como este. --Yo no pedí eso. Debe ser un error --la interrumpí para ahorrar tiempo--. ¡Arregla este desastre o tendré que despedirte! --Señorita Monroe... Fue el presidente quien nos pidió que la cambiáramos --explicó Hayley vacilante--. Lo ordenó ayer tan pronto como regresó de su viaje de negocios. Aquella verdad me golpeó con fuerza. ¿Fue orden de Pierce? ¿Por qué no me lo dijo? Solía discutir conmigo cada decisión importante antes de tomarla. --No puede ser... --exclamé confundida. Pierce no era un hombre de negocios despistado. Siempre mantuvo una clara distinción entre el trabajo y la vida personal, razón por la cual siempre tuvo éxito. Y esa fue también la razón por la que decidió mantener nuestro matrimonio en secreto. --Sí, Kelly. Yo di la orden. --Su voz me hizo retroceder. --S-Señor Presidente… --saludó Hayley y se inclinó con respeto al ver al hombre que apareció de repente detrás de mí. --Pierce, ¡creo que me debes una explicación sobre este cambio de modelo! --dije con los dientes apretados mientras me giraba para interrogarlo. Él sabía perfectamente cuánto esfuerzo puse para ganar este proyecto. Estuve días sin dormir y la señorita Chen era la persona ideal para este trabajo. De hecho, él también estuvo de acuerdo. Pero ahora… simplemente cambió la modelo a su gusto sin avisarme con antelación. Eso fue como abofetearme con fuerza en la cara. --Continúen con el trabajo. Yo se lo aclararé --le indicó él al personal para calmarlos, ignorando la ira que estaba a punto de salir de mis ojos. --¡Contéstame, Pierce! ¿Por qué cambias de modelo tan de repente? --No pude contener mi enojo. Él simplemente me tocó el hombro y me susurró: --Este no es el lugar para discutir al respecto. Te lo explicaré en el auto. En ese momento, miré a mi alrededor y noté que los demás nos miraban furtivamente. Luego me quité sus manos de encima y caminé hacia el estacionamiento, pero durante el camino, sentía mi corazón cada vez más pesado. Tenía la sensación de que su explicación no iba a gustarme. --Vamos, dímelo --exclamé ni bien nos sentamos en su auto. Antes de hablar, me miró a los ojos como si sopesara mis emociones, pero yo aparté la mirada de nuevo. No podía soportar sus miradas, no podía soportar esos ojos que nunca me miraban como yo quería. Él no sentía nada por mí y eso me dolía mucho. --Yo-yo… --hizo una pausa y suspiró--. Reemplacé a la señorita Chen porque Lexi quiere ser nuestra modelo. Ella también encaja en el proyecto, así que estuve de acuerdo... --¿Qué? --pregunté con incredulidad. De pronto, apretó los labios y miró hacia otro lado. Luego se revolvió el cabello antes de sacudir la cabeza y tomar mi mano. --Lamento no haberte dicho antes, fue muy repentino. Ella me pidió un favor, no pude decirle que no. Rápidamente, retiré mi mano y lo miré con dolor y enojo. --No pudiste decirle que no, así que preferiste dañar a la empresa, a nuestra empresa. Me traicionaste, Pierce. --Kels, vamos. Sabes cuánto la amo. Ella es mi primer amor. Al oírlo, cerré los ojos con dolor. «Oh sí, ella es tu primer amor. Siempre la quisiste a ella, sin que te importen los demás. Si ella te frunce el ceño un poco, puedes hacer la vista gorda ante el dolor y el esfuerzo de los demás. Eres tan cruel, Pierce» pensé. --Bueno, ya lo has decidido. No tengo voz y voto en esto ya que tú eres el presidente. Ahora vete, estaré en la oficina --indiqué con frialdad mientras abría la puerta del auto para salir. --Kelly… En ese instante, lo miré a los ojos y dije: --Ve a casa temprano. Hablaremos de nuestro divorcio esta noche. Capítulo 4 Punto de vista de Kelly--Plantada Me encontraba jugueteando con el anillo de bodas en mi dedo mientras lo esperaba. Le había dicho que volviera temprano a casa, pero todavía no regresaba y ni siquiera contestaba mis llamadas. Bueno, ahora que Lexi había vuelto, probablemente ya no veía a esta casa como su hogar. De pronto, mis ojos se dirigieron a mi informe de embarazo que estaba sobre la mesa. Qué gracioso. Todavía era tan ingenua para albergar un rayo de esperanza de que las cosas podrían cambiar si le hablaba del bebé, pero este bebé estaba fuera de sus planes. Me sequé las lágrimas que se acumulaban en el rabillo de mis ojos y agarré el informe. Ya eran las cinco de la mañana cuando miré el reloj de la pared. Intenté marcar su número nuevamente, pero seguía sin responder. ¿En qué estaba tan ocupado? ¿Estaba h**iendo el a**r con Lexi? Debió haberla extrañado mucho, ¿verdad? Pronto, sin saber cuándo, me quedé dormida. Cuando sonó el despertador, inconscientemente toqué la almohada a mi lado. Frío como anoche, no había vuelto a casa todavía. Me burlé de mí misma al ver mi reflejo en el espejo de la cómoda. Los círculos oscuros bajo mis ojos se veían a simple vista y mi cabello era un total desastre, parecía un fantasma. De repente una oleada de náuseas inundó mi estómago y me di cuenta de que no había comido nada la noche anterior. De pronto, me sentí mal otra vez y rápidamente corrí hacia el lavabo y vomité. Escupí un líquido amarillento que sabía muy mal. De inmediato, me lavé la boca y miré mi propio reflejo en el espejo. Al verme, sacudí la cabeza y tomé mi frente en cuanto sentí ganas de vomitar de nuevo. Volví a escupir el líquido amarillento y mientras me lavaba la boca, sentí una cálida mano acariciando mi espalda. Inmediatamente levanté la cara y me encontré con un par de ojos marrones que me miraban a través del espejo. Detrás de mí con cara de preocupación estaba mi esposo Pierce. --¿Estás bien? ¿Te sientes mal? Debiste haberme dicho. Al instante, lo miré a través del espejo. --No respondiste mis llamadas --contesté. Ante aquellas palabras, la culpa apareció en sus ojos. --Lo lamento. Tenía cosas que hacer. Me quedé en la oficina toda la noche --afirmó. Rápidamente, me limpié la cara y pasé junto a él. Pierce me siguió mientras me sentaba frente al tocador y comenzaba a peinarme. --Kels… --Me desperté tarde. No pude preparar el desayuno. Mientras hablaba, intenté evitar sus ojos. Sentía que iba a perder los estribos y gritarle. En ningún momento sentí su egoísmo tan claramente como ahora. Decía que yo era su mejor amiga, pero nunca le habían importado mis necesidades, mis sentimientos. --Kels... sabes que no te pregunté eso. Estoy preocupado por tu salud... Kels, ¿todavía estamos bien? Ante aquella pregunta, dejé de peinarme y lentamente nuestras miradas se encontraron a través del espejo, otra vez. ¿De verdad me estaba preguntando eso? ¿Después de que me pidió el divorcio sin siquiera preguntarme si estaba de acuerdo? Él decidió por su cuenta sólo porque su primer amor había vuelto. No podía creer lo que hacía. Al final, fingí una sonrisa y dije: --No me siento bien hoy, Pierce, eso es todo. Un instante después, se puso de cuclillas a mi lado, lo cual no me resultó sorprendente porque sabía que realmente se preocupaba. Pero lo que sí me sorprendió fue que hacía todo esto después de enterrar una daga en mi corazón. --¿Estás bien? --preguntó mientras tocaba suavemente mi frente y mi cuello--. ¿Estás enferma? Dime cómo te sientes, Kels. --Mis sentimientos no importan --no pude evitar decir y parecía sorprendido por mis palabras. En ese instante, intenté evitarlo, pero me agarró de la muñeca y me hizo mirarlo. Su rostro ahora reflejaba su ira. Había perdido completamente la paciencia. --¿Qué te pasa, Kels? Has estado actuando así desde ayer. ¿Es por Lexi? ¿O porque no volví a casa anoche? --inquirió. Yo lo miré a los ojos, molesta. --¡Tú fuiste quien pidió el divorcio! Te pedí que regresaras temprano para hablar al respecto, pero me dejaste esperando toda la noche. ¿Pretendías que te diera la bienvenida con brazos abiertos después de eso, Pierce? --respondí. Al escucharme, apretó la mandíbula y sacudió la cabeza. --Kels, yo... --Ya basta. Hablaremos del divorcio después del trabajo. --¡Kels! --me llamó y me agarró de los hombros. La confusión y el dolor eran visibles en sus ojos--. ¿Estás... enamorada de mí? Aquello me desconcertó. ¿Enamorada? ¡Sí! Desde que estábamos en la escuela secundaria, desde que se convirtió en mi mejor amigo. ¿Quién no se enamoraría de alguien que te ha estado protegiendo desde entonces? Siempre he estado agradecida de tenerlo como mi mejor amigo y esposo, pero ahora… lo estaba perdiendo. Perdiéndolo irremediablemente. Decidí darle a nuestro matrimonio una última oportunidad, hacer un esfuerzo final... ...... ==== Casarse con su mejor amigo fue un sueño hecho realidad para Kelly, pero todo tiene realmente una limitación. Pierce es el primer amor de Kelly, pero como su mejor amiga, sabía bien que siempre había otra mujer en lo profundo de su corazón. Lexi Gilbert. Kelly finalmente se dio cuenta de que su feliz matrimonio de los últimos tres años era solo un hermoso sueño cuando Pierce pidió el divorcio solo porque Lexi regresó. Ella sólo podría ser su mejor amiga incluso si estuviera encinta de su bebé. ¿Por qué no merecía ser amada? ¿Qué sucederá en adelante? ¿Cómo podría Kelly salvar su corazón en esta batalla de amor y odio? Los capítulos disponibles son limitados aquí, haga click el botón abajo para instalar APP y disfrutar leyendo más contenidos maravillosos. (Al abrir el APP, directo accederá a este libro) &3& | LEARN_MORE | https://fbweb.manobook.com/14603375-fb_contact-spc | Fun Novels | https://www.facebook.com/61563251196448/ | 1,877 | 0 | 0 | 1969-12-31 18:00 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | Learn more | 0 | fbweb.manobook.com | VIDEO | https://fbweb.manobook.com/14603375-fb_contact-spcp25_2-1030-core1.html?adid={{ad.id}}&char=157725&accid=860298072104208&rawadid=120215572974530204 | 1969-12-31 18:00 | https://scontent-iad3-1.xx.fbcdn.net/v/t39.35426-6/465764937_1081439909724224_4880051850456465791_n.jpg?stp=dst-jpg_s60x60_tt6&_nc_cat=104&ccb=1-7&_nc_sid=c53f8f&_nc_ohc=JzxqAGmJxM4Q7kNvgHGM34b&_nc_zt=14&_nc_ht=scontent-iad3-1.xx&_nc_gid=ACi2Y_0Czxjq_nHwqxzvBDm&oh=00_AYAfQaVGsmeX_HbyLFlTSQx1e_YoCN09eQ7vQzOHykJRIg&oe=6745B00B | PERSON_PROFILE | 0 | 0 | 0 | Fun Novels | 0 | 0 | 1969-12-31 18:00 | View Edit Delete | ||||||||||||||||||||||||||||||||
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Read next chapter | For her, marrying her best friend and carrying his child was a dream come true. However, just at this joyful moment, the man's beloved returned... ===== "It's a good thing you're cautious. You could've lost your baby, Miss Monroe," the GYN told me seriously as she could see the shock in my eyes. Had I heard it right? I was pregnant? I was pregnant with a baby for Pierce--my best friend and my first crush! On the way out of the hospital, I couldn't wait to tell Pierce about our baby. I wondered what his reaction would be. Would he scream in happiness? God! I couldn't contain my happiness. I cupped my flushed face as I fantasized, but the moment I felt the cold of the simple ring on my finger, my wildly beating heart calmed down. I almost forgot that Pierce wasn't the type to be keen on having children, especially since our marriage was arranged by his family. Pierce was a complete gentleman, both as a friend and a husband. Every time we did intimate thing, he was considerate yet cautious, saying there was no need to add extra shackles when we weren't ready. This baby, in a way, was out of the plan. "Ma'am, is everything okay? Do you need to call the boss?" my private driver, Luke, asked worriedly as he noticed my frown. Luke was reliable, like family, but if I chose to share, I still wanted Pierce to be the first to know this news. He was my baby's father. "No," I shook my head, giving Luke a reassuring smile. "He's on a flight. I'll talk to him later myself." I wanted to sense his answer directly from his raw expressions. I was always good at that. I closed my eyes, recalling the first day we met. His bright smile in the sunlight was so dazzling; he was a Prince. Long before we became best friends, I fell in love with him at first sight. But it was only unrequited love; I knew that well. I slid down the car window to get some fresh air but accidentally caught a glimpse of our old high school. That bitter feeling filled my chest once again. Pierce was my first love, but I wasn't his. In high school, I was just a boring nerd in others' eyes while Pierce Anderson was the shining quarterback. Everyone was surprised that we could be friends. Though envy arose, I enjoyed being around him. I slowly realized that I didn't just want to be his friend. However, right when I was about to confess my feelings to him, another girl came into his life. I shook my head, trying to rid myself of those sad memories. I gripped the cold wedding ring on my finger, telling myself the past was the past. Pierce said they were over, and I was his wife now. I was his wife who was carrying his baby. I wiped the tears from the corners of my eyes and opened the door to our house. My heart calmed as I breathed in the scent of home. Our home. Pierce and I decorated it together with our own hands. We enjoyed it. Yes, I must have been overthinking. That woman had been out of our lives for a long time, and my marriage with Pierce had been as beautiful as a fairy tale for the past three years. I glanced at the clock on the wall. At this point, Pierce should have gotten off the plane. He had been traveling for over a month for the sake of our family's business. Pierce was the President of ADE, the leading fashion magazine company in Asia, and I was actually the Vice President. We were not only life partners but also good partners at work. I really missed him. I dialed his number immediately. I wanted to hear his voice now, to know when he would arrive home. I would prepare a good meal for him, and he would reward me with a sweet k*ss. Then we might do intimate thing... Oops, I almost forgot I was pregnant now. I needed to tell him this first before we could do anything else. I was happily envisioning our lovely reunion when my heart dropped as a woman's voice came over the line. [Hello?] I snapped the phone as just one word came out. My phone fell to the floor, and my body started shaking uncontrollably. NO! It couldn't be her! It couldn't be Lexi! She was already out of our lives! I must have misheard. I rushed to the fridge, attempting to calm myself with some al**hol. But the moment I was reminded of the doctor's words and my baby. I needed to be cautious for my baby's sake. I turned to grab a box of milk and walked toward the sofa. I didn't know what made me recognize that as Lexi's voice at that moment. I meant Lexi and I were never close. Lexi Gilbert was a typical blonde beauty that men would go crazy for. She was the popular cheerleader in high school while Pierce was the star quarterback. A better match than he and a nerd like me, right? It wasn't surprising that he had fallen for her. My pride couldn't stand watching the man I loved go crazy for another woman. So I had once tried to stay away from them silently, but Pierce refused to quit my life. Every time I drowned myself in a sea of books and studies to forget them, Pierce would appear at my doorstep asking me out. I couldn't say no to his charming smile; I couldn't refuse when he claimed it was his duty as my best friend to take me out to enjoy the real world. To avoid ruining our friendship, I could only hide my broken heart, silently playing the role of his best friend while watching his happy face as he pursued another girl. I finally mustered the courage to study abroad when I learned that Pierce was planning to propose to Lexi. However, I never expected Grams would call to beg me to return. I hurried back only to see a lifeless Pierce. His heart was shattered, thanks to Lexi. My beloved sunshine boy was nowhere to be seen, and my heart b*ed for him. I started to hate Lexi from that moment. I gave up my cherished man for her, and how dared she harm him so badly! Pierce didn't tell anyone what happened except that he was done with Lexi. Grams arranged our marriage. I didn't understand why he agreed until the day I heard him say that marrying anyone but Lexi would be the same for him. It hurt like hell, but I still walked into this marriage without a second thought. My cherished boy was broken, and I wanted to fix him, not caring if I ruined myself in the process. I fell asleep at home, feeling insecure and worried. I woke up in the middle of the night when I felt someone caressing my cheek. Slowly, I opened my eyes and realized I had fallen asleep in the living room. Someone lifted me from the couch. I immediately recognized his scent and touch as I looked at him with heavy-lidded eyes. "Pierce..." "Hmm," he hummed as he walked toward the stairs. "Why did you sleep on the couch?" I stared at his face as he gently placed me down on the bed. He caressed my hair and k*ssed my forehead. He was always so gentle, and that was why I loved him so much. "Where have you been? I've been waiting for you," I said as I caressed his cheek. "Just met a friend. You said you were waiting for me; is it something urgent?" Looking at his gentle face, I suddenly didn't want to ruin the moment, so I closed my parted lips and swallowed the truth back down. Tomorrow, maybe tomorrow, I would have the courage to face all the puzzles. I shook my head and pouted, signaling that I was sleepy. He chuckled and carefully carried me to the bed. Just as he was about to leave me after giving me a goodnight k*ss, I panicked for some reason. I quickly grabbed him... I missed him. I wanted him. "Wait, Kels," he said, stopping me by pinning my hands to the bed. "I thought you said you were sleepy and needed to rest." "But I think I miss you more now." I looked at him with innocence and caught the d**ire flashing in his eyes, but I didn't know why it faded so quickly. He used to be happy when I took the initiative. As if noticing my confusion, he chuckled and playfully pinched my nose. "I'll just take a shower." I nodded and watched him as he walked toward the bathroom. But drowsiness struck again, so I closed my eyes to take a nap. However, it was already morning when I opened my eyes again, and Pierce was beside me, putting a tray of food on the bedside table. "Hey!" I greeted, smiling when I realized what he'd done. He had prepared breakfast for me. In bed. The sweetest. He smiled and sat on the edge of the bed. "Good morning." I grinned as I sat up. He carried the tray and put it beside me. I shot an eyebrow up, tilting my head as I stared at his handsome face. His deep brown eyes and thick, black eyebrows complemented his striking features. "What is this? Is this a bribe? You stood me up last night, bad boy." He didn't laugh. Instead, he heaved a sigh, gently tucking my hair behind my ear before taking my hand and staring into my eyes. "I have something to tell you." My heart raced. I thought about our baby. He had something to say, and I did too. "W-What is it?" I asked, feeling my voice tremble. He took a deep breath. "You know you're important to me, right?" I slowly nodded, my lips parted. I couldn't speak; I was scared of what he was about to say. I had a bad feeling about this. "You were my best friend before we got married. You're one of the few people I treasure..." I hid my clenched fists under the sheets. I didn't understand why he was telling me this, but I felt tears pooling in the corner of my eyes already. "Kelly..." He paused, squeezing his eyes shut before looking into mine again. "I-I think it's time for us to divorce." "P-Pierce..." My heart clenched. He smiled sadly. "I know you don't have feelings for me either. You only married me because of my grandparents. You just did this because you love them. Now it's time for our real happiness, Kelly." I shook my head. "W-What are you talking about, Pierce?" "Lexi is back, Kelly. My first love is back." Chapter 2 Kelly's POV--It Never Rains but It Pours I got off the bed and tried to leave, but Pierce grabbed my hand. I quickly wiped the tears rolling down my cheeks before he could see them. He stood in front of me, searching my face as I struggled to look down and avoid his gaze. My heart felt like it was breaking into pieces. I thought... I thought I could make him fall in love with me during those three years together. I believed his feelings would deepen, that he would see me as a woman rather than just a best friend. I was foolish to hope and dream so high. I had failed. No matter how hard I tried, his heart belonged only to his first love, Lexi. "Kelly..." I sucked in a breath and swallowed the pain as I looked at him. I forced a smile. "I need to wash up before eating." He stared into my eyes, trying to figure out what I was thinking. I knew he understood me too well, so I made a concerted effort to hide my pain and smiled back at him. He sighed and let go of my hand. "Okay. I'll wait for you here. Let's eat and go to work together." Together? How cruel could he be? He still wanted us to get along as if he hadn't just asked for a divorce? He wanted us to stay the same right after telling me that his first love was back and he wanted to divorce me? Oh, Pierce, what's going on in your head? If I used to be able to force myself to remain in the role of his best friend, wishing him happiness, I no longer had that courage after the three years we'd shared. There was no way I could endure that kind of torture again, especially now that I was carrying his baby. The baby... I had thought it was good news for us, but now... it felt more like a burden to him, I guess. A burden that would prevent him from pursuing his true love and freedom. I knew how an unwanted child could grow up. My parents divorced even before my mother died, and my father's new family hated me. It hurt like hell. I didn't want my baby to experience that same pain. I needed to keep my child away from it. I forced another smile. "We can't. I need to visit the studio for the photoshoot of our new models..." "I'll go with you--" "No." I pushed his hand away. His eyes followed my hand before he looked up at me again. "You have some documents to sign. Our schedules are already organized, remember?" "But..." "I have a personal driver, Pierce. I'll be fine going alone." He sighed and slowly nodded. I turned my back on him and entered the bathroom. I immediately opened the shower and stood under the cold water. Tears cascaded down my cheeks as I covered my mouth to suppress my sobs. My shoulders trembled violently, and when I thought about my baby, I swallowed hard, trying to calm myself down. I wiped my face and caressed my belly. I needed to be strong. I had to stay calm. I shouldn't put my baby's life at risk just because I got my heart broken. I had to handle this wisely. I took a deep breath and finished my shower. When I got out of the bathroom, I was shocked to see Pierce still there. He was struggling to fix his tie in front of the full-length mirror. I also noticed my pair of heels and dress on the bed. "Hey! I picked your dress for today." Since our marriage wasn't public, Pierce had said he would try to do little things for me as a husband. He did it well, and I used to enjoy these sweet moments, but now, they felt like d**gers to my heart. I grabbed the dress and went into the walk-in closet. I felt him following me. I put the white dress back and picked a red one. When I turned to face him, his forehead was creased. "I prefer red today. I'd feel beautiful in this dress." His eyes landed on the dress I was holding, and his face immediately relaxed. He nodded and walked toward me. "I see. Help me fix this first." I placed my dress on his arm and started adjusting his tie. I could feel his eyes staring intently and it was making my heart beat so fast. I took a deep breath and chewed my bottom lip as I struggled to fix the tie. My vision started to blur again. D**n! "Kelly..." I jumped in shock. "Hmm?" "Are you okay?" I looked at him and smiled. "Yeah." "I have something else to say." I finished fixing his tie, then immediately grabbed the dress from him. I glanced at him before walking past him and said, "Let's just talk some other time. I'm going to be late." I heard him sigh as he followed me again. He's silent the whole time as if he's thinking about something. "You should eat before you leave." I turned to him and nodded. "I will. You should go now." "Kelly, we're on the same page, right?" I stared at him. No, Pierce. We're never on the same page. All of this was just my stupid fantasy. I thought you had feelings for me, and I was so wrong. "If it's about the divorce, I understand everything, Pierce. I know what I have to do. Just give me some time because I'm really busy with the company. I won't run away." "Kelly, I'm not just doing this for myself. I'm doing this for you too. You've been caged with me ever since we got married. I know you're not happy because deep down, you want to find the man you deserve. Someone who will truly love you. Not me. Not someone who's half-hearted." "I understand what you're trying to say, Pierce," I said, trying to turn away, but he held me by the waist, keeping me in place. He did everything he could to capture my gaze, and he succeeded. He looked at me worriedly. "You are my best friend. I don't want to lose you, Kels. You're one of the few people I..." "I know," I said out of frustration. He looked shocked, so I took a breath to calm myself. "I-I know. You don't have to worry. I'm just stressed about work. It's not about our divorce." His lips parted, and he slowly nodded, as if he could finally breathe properly. He walked toward me, and I froze when he gently k*ssed my forehead... "Thank you, Kelly," he whispered. My heart clenched. It had been three years, but I was still such a coward. Why couldn't I just tell him that I loved him? He's my husband, and I'm carrying his baby! If I told him, he might change his mind! I swallowed hard, ready to speak, but his phone rang. I didn't miss the caller ID. Again, it was Lexi. "I gotta go." He scratched his head in apology, and I didn't miss the upturned corners of his mouth. "I called Luke, and he's waiting outside. Eat before you go, okay?" With that, he left our room. The tears I had managed to hold back burst forth again. Why did I think I could have a chance? He had made his choice the moment he asked for a divorce, hadn't he? Whenever it came to Lexi, I was always the one he would abandon. Chapter 3 Kelly's POV--Stiff Upper Lip I entered the studio wearing two-inch red heels and a red dress. Everyone turned to look as I walked down the hallway, greeting me with smiles, but my face remained stoic, not showing any emotions at all. The conversation with Pierce this morning lingered in my mind, but I couldn't let it affect my work. I couldn't fail my work after I had failed my marriage. I took a deep breath to steady myself. However, when I entered the photoshoot room, I could notice everyone was in chaos. "We can't! She's not answering her calls. What should we do? The Vice President is coming today. She'll be furious." "We can just tell her the truth. She's nice." "Not in this situation, Lily! She'll scold us--" "What's happening here?" I asked, stepping further into the room. The staff turned to me with worried expressions, and I knew then that something was wrong. "G-Good morning, Miss Monroe." Miss Monroe. Of course, no one knew that Pierce and I were married except for our families. I felt a pinch in my heart because of that truth. It hurt. I stared at her blankly, "What? "W-We have a problem, Miss Monroe. Miss Chen, our model, has been refusing our calls. She said she heard that we're changing the model, so...she doesn't want to come here. She's even threatening to file a case against us." She bowed her head, and I gritted my teeth, scanning the room. "Where's the marketing manager?" "S-She's still trying to convince Miss Chen, Miss Monroe." I massaged my forehead, squeezing my eyes closed. I grabbed my hair and screamed in so much anger, causing everyone around me to jump in shock. I g**aned, sucking in a breath before looking around. "Miss Monroe..." "What is this, Miss Hayley? You're the marketing manager. What's happening?" "Miss Monroe, I don't know how it happened, but Miss Chen heard that you're changing our model. She's about to file a case against us--" Changing the model? How had I not known about this? Miss Chen had always been a trusted partner, and if not necessary, changing models for a commercial shoot on short notice would only create chaos for the company. I would never allow such a costly mistake. "I never asked for that. You must be mistaken." I cut her off to save the time, "Fix this mess, or I'll have to fire you!" "Miss Monroe... It's Mr. President who ordered the change." Hayley spoke hesitantly. "He instructed us as soon as he returned from his business trip yesterday." The truth hit me hard. Pierce's order? Why hadn't he told me? He used to discuss every major decision with me first. "It shouldn't be..." Confusion clouded my mind. Pierce was not a clueless businessman; he maintained a clear distinction between work and personal matters, which was why he always succeeded. And that was also why he chose to keep our marriage a secret. "Yes, Kelly. I gave the order." The voice pulled me back. "M-Mr. President..." Hayley bowed in respect as the man suddenly appeared behind me. "I think you owe me an explanation, Pierce. About changing the model!" I snapped as I turned to face him. He knew how much effort I had put into securing this project. I hadn't slept well for days, and Miss Chen was the perfect fit for us. He had agreed too. But now... he just changed the model as he liked without informing me in advance. It felt like a hard s**p in the face. "Go ahead with the work. I'll explain it to her." He pacified the staff first, ignoring the anger simmering in my eyes. "Answer me, Pierce! Why did you change the model so suddenly?" I couldn't contain my fury. He touched my shoulder and whispered, "This isn't the place to talk. Let me explain in the car." I glanced around, noticing others sneaking glances at us. I shook off his hand and walked toward the parking lot, my heart growing heavier with each step. I had a sinking feeling I wouldn't like his explanation. "Now, say it," I blurted once we were seated in his car. He stared into my eyes as if weighing my emotions. I looked away again.; I couldn't bear his gaze. I couldn't withstand his eyes that never looked at me the way I wanted him to. He had no feelings for me and it hurt so much. "I-I..." he paused, sighing. "I replaced Miss Chen because Lexi wants to be our model. She's also a good fit, so I agreed--" "What?" I asked in disbelief. He pressed his lips together and looked away, ruffling his hair in frustration before shaking his head and holding my hand. "I'm sorry I didn't tell you sooner. It was just so sudden. She asked for a favor, and I couldn't say no." I pulled my hand away, looking at him with a mix of pain and anger. "You can't say no to her, so you'd rather harm the company--our company. You've betrayed me, Pierce." "Kels, come on. You know how much I love her. She's my first love." Painfully, I closed my eyes. Oh yes, she was your first love. She's always the one you want, no matter the cost. As long as she frowns a bit, you turn a blind eye to the pain and effort of others. You're so heartless, Pierce. "Well, you've made your decision. I don't have a say in this since you're the President. Just go. I'll be in the office." I said coldly, opening the car door to leave. "Kelly..." I looked him in the eyes. "Go home early. Let's talk about our divorce at home tonight." Chapter 4 Kelly's POV--Left High and Dry I was playing with the wedding ring on my finger. I told him to go home early, but he didn't come home at all. He wasn't even answering my calls. Well, now Lexi was back; this house was probably not home in his eyes anymore. My eyes turned to my pregnancy report on the table. What a mockery. I was still naive to hold a glimmer of hope that things would be different if I told him about the baby. But forget this baby thing was out of his plan. I wiped away the tears collecting at the corners of my eyes and picked up the report. It was 5 a.m. already when I looked at the clock on the wall. I tried to dial his number again, but it was still busy. What was he busy with? Was he busy staying with Lexi? He must have missed her a lot, didn't he? I didn't remember how I fell asleep. When the alarm clock went off, he didn't come home yet. I sneered at myself as I caught my reflection in the dresser mirror. The dark circles under my eyes were so clear, and my hair was a total mess, looking like a ghost. Suddenly, a wave of nausea flooded my stomach, and I realized I hadn't eaten anything last night. Feeling sick again, I ran to the sink and puked. I spat yellowish liquid, and while I was washing my mouth, I felt a warm hand caressing my back. I immediately lifted my face and met a pair of brown eyes looking at me through the mirror. Standing behind me with a worried expression was my husband, Pierce. I had always been thankful to have him as my best friend and husband, but now... I'm losing him. Hopelessly losing him. "Are you okay? Are you not feeling well? You should've told me." I stared at him through the mirror. "You didn't answer my calls." Guilt flickered in his eyes. "I'm sorry. I had some things to do. I stayed in the office all night." I wiped my face and walked past him. He followed me as I sat in front of the vanity and started combing my hair. "Kels..." "I woke up late. I failed to prepare breakfast." I tried to avoid his eyes. I felt like I would lose my temper and snap at him. There was no moment when I felt his selfishness so clearly as now. He called me his best friend, yet he had never seriously confronted my needs. My feelings. "Kels... you know I'm not asking about this. I'm just worried about your condition..." "Kels, are we still okay?" I stopped combing my hair and slowly met his eyes. Through the mirror, again. Really? He's asking me that? After he offered me a divorce without even asking if I was okay with it? He decided on his own, just because his first love is back. I couldn't believe him. I faked a smile. "I just don't feel well today, Pierce." He immediately squatted beside me, which was not surprising because I knew he truly cared. What surprised me was why he was still doing this after he buried a dagger in my heart. "Are you okay?" He gently touched my forehead and neck. "Are you sick? Tell me how you feel, Kels." "My feelings don't matter," I couldn't help but blurt out. He looked shocked by what I said. When I attempted to avoid him, he grabbed my wrist and made me face him. His face was mirroring his anger now. He was completely lost his patience. "What's wrong with you, Kels? You've been acting like this since yesterday. Is this about Lexi? Or was it because I didn't come home last night?" I looked him in the eyes, annoyed. "You're the one who asked for a divorce! I told you to come back earlier, but you just let me wait the whole night. How do you want me to greet you this morning, Pierce?" He clenched his jaws and shook his head. "Kels, I..." "Enough. We can talk about the divorce after work today." "Kels!" He called and grabbed my shoulders. Confusion and pain were visible in his eyes. "Are you... in love with me?" I was taken aback. In love? Yes! Ever since we were in high school. Ever since he became my best friend. Who wouldn't fall for someone who had been protecting you ever since? But of course, I couldn't tell him. It would only complicate things more. I didn't even want him to pity me. I shook my head and pushed his arms away. "Are you on d**gs? I'm not in love with you." I turned my back on him and entered the bathroom again. I locked it before going to the bathtub. I should focus on myself. I can't let my emotions affect me, but... why are my tears falling again? "You are so pathetic, Kelly! You can't even tell him how you truly feel," I whispered to myself as I wiped my tears angrily. It took me almost an hour to bathe. When I was done, I realized Pierce had already left. I shook my head in disbelief. He's been constantly abandoning me. I can't believe we've reached this point. I thought we were okay. I was so stupid. *** "Good morning, Miss Monroe..." "Good morning, Vice President..." I did not greet anyone back, just like how I used to greet them. I still felt pissed, and my mood seemed off. Irritation could easily take over me, and I couldn't control it. Probably because of Pierce's divorce proposal or because of my pregnancy. I was about to enter my office when I heard two girls talking. "Did you see her? I bet she's Mr. Anderson's girlfriend. They seemed close." My forehead creased. Pierce's girlfriend? "Ah! It's a waste that I didn't see her face, but I feel like it's Miss Lexi." "Lexi? Lexi Gilbert? The model?" "Yes! I bet my whole month's salary on this. They look good together." "Come on! Miss Monroe and Mr. Anderson look better together." "Are you serious? They're best friends. You know, some people are better off just friends. It's Mr. Anderson and Miss Monroe." I squeezed my eyes closed and pushed the door of my office. I slowly closed it and rested my back against it. This is harder than I expected. I took a deep breath and sat in my swivel chair. I opened the computer at the same time a notification popped up on the screen of my phone. My hands started shaking as soon as I saw the notification. It was Pierce's social media update. He uploaded a photo of him and Lexi together, eating in a fancy restaurant. I balled my fists and gritted my teeth. See, Kelly? That's what happens when you step into such a loveless marriage without a second thought. You would only break yourself if you continued on the wrong path. Just get a divorce. Spare him and yourself. Your baby needs a strong mommy... ...... ==== Marrying her best friend was a dream come true for Kelly, but everything truly has a limitation. Pierce is Kelly's first love, but as his best friend, she knew well there was always another woman deep in his heart, Lexi Gilbert. Kelly finally realized their happy marriage of the last three years was just a beautiful dream when Pierce asked for a divorce just because Lexi returned. She could only be his best friend even if she was carrying his baby. Since their friendship had become a cage, Kelly chose to set him free, as well as the miserable herself. But why then, it was Pierce who became the one who refused to move on? To make matters worse, her devil stepbrother also domineeringly stepped in at the same time, asking her to be his. What happens next? How could Kelly save her heart in this battle of love and hate? Available chapters here are limited, click the button below to install the App and enjoy more exciting chapters (Automatically jump to this novel when you open the app) &3& | LEARN_MORE | https://fbweb.moboreader.net/61818322-fb_contact-e | Romantic Novel City | 0 | 0 | 0 | 1969-12-31 18:00 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | Learn more | 0 | fbweb.moboreader.net | IMAGE | https://fbweb.moboreader.net/61818322-fb_contact-encp25_2-1103-core3.html?adid={{ad.id}}&char=331118&accid=1166169688155768&rawadid=120213581498810597 | 1969-12-31 18:00 | https://scontent-iad3-2.xx.fbcdn.net/v/t39.35426-6/465794506_1552418175636827_7985139354419472729_n.jpg?stp=dst-jpg_s60x60&_nc_cat=109&ccb=1-7&_nc_sid=c53f8f&_nc_ohc=8kwLvlVOp_sQ7kNvgGEldkC&_nc_zt=14&_nc_ht=scontent-iad3-2.xx&_nc_gid=AEKhNc1gbCowtV4UG7guYv1&oh=00_AYBnxTfXeQqv4DmC6q_-51B3YJH-i-AjWJK2IOH0WDgx-w&oe=674598AC | REGULAR_PAGE | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 1969-12-31 18:00 | View Edit Delete | ||||||||||||||||||||||||||||||||
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No | 2024-11-21 18:48 | active | 1903 | 0 | Manifest $3k in a day 🪄 M0ney began to respond to me after I Rewired myself Rich and used this EFT Tapping 🔥 📲 SAVE this to tap with me & rewire your 🧠 If you desire a full EFT tapping session with science backed tools & trainings to transform your mOney manifestation game 🚀 ⚡️ Where you’re waking up to 2-3 DMs from dream clients saying “send me the link..I’m IN” ⚡️ Where every time you open your phone you are seeing a PayPal / stripe notification 💬 Comment REWIRE below to access the MOney Magnetism Rewire Bundle 💸 This is science-backed methods that actually get you results so don’t sit on this 🖤 Follow @the_badassbabe for manifestation tips you won’t see anywhere else #efttapping #manifestabundance #spiritualentrepreneur #nervoussystemregulation #heartcenteredbusiness #eft #manifestmoney #quantumphysics | VIEW_INSTAGRAM_PROFILE | http://instagram.com/the_badassbabe | Kelly Pender - Manifest Abundance | https://www.facebook.com/iamkellypender/ | 1,330 | 0 | 0 | 1969-12-31 18:00 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | Visit Instagram profile | 0 | instagram.com | VIDEO | http://instagram.com/the_badassbabe | 1969-12-31 18:00 | https://scontent-iad3-2.xx.fbcdn.net/v/t39.35426-6/467693501_3728053307458390_724782759757641717_n.jpg?stp=dst-jpg_s60x60&_nc_cat=111&ccb=1-7&_nc_sid=c53f8f&_nc_ohc=0bjQYXj-Bn8Q7kNvgH56kXq&_nc_zt=14&_nc_ht=scontent-iad3-2.xx&_nc_gid=AYcBqZUVWQvitDiAsTjzfE_&oh=00_AYCkhoyZKN8yX6Z5bS3PENL6X-s15xAzBLwMRNa-jofHrQ&oe=6745BE63 | PERSON_PROFILE | 0 | 0 | 0 | Kelly Pender - Manifest Abundance | 0 | 0 | 1969-12-31 18:00 | View Edit Delete | ||||||||||||||||||||||||||||||||
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No | 2024-11-21 18:48 | active | 1903 | 0 | Read next chapter | Her groom ran away from wedding to pursue his first love. Heartbroken, she randomly found a disabled man who was also abandoned to get married. Unexpectedly, he turned out to be a billionaire! ===== Chapter 1 How About We Get Married? "Today is our wedding day! What am I supposed to do if you leave?" At the wedding, Elyse Lloyd was in a panic as she grabbed Theo Ward's wrist to stop him from leaving, her eyes filling with pleading. "Kaelyn knows about our wedding, and now she's threatening to jump off a building. You are aware of her depression, aren't you? I have to go save her." Theo explained impatiently and pushed Elyse aside. The venue was filled with the family and friends of both parties, all seated and waiting. The officiant had posed the question to Theo about his willingness to marry Elyse. Instead of replying, he ignored the officiant, answered his phone, and then abruptly attempted to leave. "Kaelyn Bennett totally stabbed you in the back before. She's caused you so much pain--why the heck must you go see her right now?" "You're not in a position to judge what happened between me and Kaelyn. No matter her wrongs or the pain she caused, you don't measure up to her." A pain struck Elyse's heart. "You're more concerned with your wedding than a living person's life. You're so heartless. Let's reschedule the wedding." Without a glance at her pale face, he strode away from the ornate altar, oblivious to the puzzled looks of gathered guests. Elyse cried out, sitting pitifully on the floor. She trembled, tears ruining her carefully applied makeup. The man she had loved for three years, disregarding her dignity, had chosen another woman without a second thought on their big day. He was consumed with thoughts of Kaelyn's distress but seemed indifferent to how lost and humiliated she felt, left alone at the altar. All around her, countless eyes watched, some mocking, some pitying, and others even gloating. Elyse had never felt such torment! Her father, Lanny Lloyd, approached. She hoped for comfort, but instead, he scolded her sharply, "You can't even keep a man. How useless!" After berating her, he left with his wife, Glenda Lloyd, without a backward glance. Her sister, Mabel Lloyd, emerged from the crowd with a smirk. "Well, that's embarrassing, Elyse. Your groom ran off, and now you're a laughingstock. I'm embarrassed for you. Imagine how Mom and Dad feel." After saying that, she turned and left. One by one, all of Elyse's family members departed, leaving her completely alone. Initially, Theo's parents felt guilty, but upon witnessing her family's reaction, all traces of guilt dissipated. "Even her own parents didn't support her. It seems this isn't entirely Theo's fault." "Yes, if she were a good partner, why would her fiancé leave her?" "Did she cheat on him? What else would make a groom leave like that?" The murmurs of criticism from the surrounding guests grew louder and harsher. Suddenly, there were noises nearby. Turning around, Elyse spotted a man in a suit sitting alone in a wheelchair. The officiant, looking flustered, asked, "Where is your bride?" Wiping away her tears, she halted a passing staff member and inquired, "That man is a groom, right? Where is his bride?" The staff member glanced at her and responded, "She didn't show up. I heard it was because she couldn't deal with her husband's disability." "And he's been waiting here all this time?" The staff member nodded. The wheelchair-bound groom was facing away from Elyse, and they were a fair distance apart. She couldn't see his expression, but she understood the pain of being left alone. They were both unfortunate souls, abandoned. After a moment of reflection, a determined look settled in Elyse's eyes. She had loved Theo for three years, but he had betrayed her. Why should she remain loyal to him? She realized she didn't need to be with him at all. As she suddenly stood up, the guests who had been whispering and mocking her fell silent. All eyes instinctively focused on her as she lifted the hem of her dress and confidently walked toward the man in the wheelchair. The sight of a bride in a white wedding dress approaching left the man's guests equally stunned. Hearing the rustle of her dress, the man in the wheelchair turned around slowly. Elyse halted and gazed at the handsome man before her, a spark of surprise in her eyes. She then extended her hand and said, "Hello, I heard you're in need of a bride. My groom just left me. How about we get married?" Chapter 2 What Was She Up To? "My name is Elyse Lloyd. If it's all right with you, we can get married today," she proposed confidently. Her bold proposal left the crowd in shock, prompting several to capture the moment with their phones. "Miss Lloyd, are you certain about this decision? Given my disability, I may not be able to provide the future you envision," the man replied openly, without hiding his condition, and gently urged her to think it over. "I've made up my mind," Elyse responded with determination. "I'm Jayden," he introduced himself. Seeing her resolve, Jayden Owen grasped her hand and shared his concern, "I fear you might regret this choice later on." Elyse chose not to respond. She was sure of her decision. She had once been solely focused on marrying Theo, who never truly reciprocated her love. Now, who she married seemed inconsequential. After efficiently wrapping up the wedding formalities at City Hall, Elyse and Jayden were now bound by matrimony, officially united as husband and wife. With the marriage certificate in hand, Elyse experienced a profound sense of relief. Theo had broken her heart, and she was resolute in never returning to him. Regarding her father, since she would not be marrying into the Ward family, he had another daughter to think about. She understood her little sister Mabel too well. As someone driven by greed, how could Mabel resist the temptation to become Theo's wife and a member of the Ward family? Thus, marrying Jayden was Elyse's perfect escape from her family's clutches. She had no intention of going back home again. While she gazed thoughtfully at the marriage certificate, Jayden asked, "What's on your mind? Regretting your decision to marry a disabled man?" Elyse shook her head, took hold of the wheelchair, and replied, "I think it was a good decision." Jayden smiled slightly, though his eyes betrayed a hint of skepticism and mistrust. How could any woman genuinely want to marry a disabled man? He figured she was just putting on an act--an act that couldn't last forever. He needed a bride momentarily to distract his family while he pursued his own goals. Well, he decided, he might as well see what she was up to. Elyse helped Jayden into the car, and they drove to his house. Jayden's home was opulent, complete with a garden and a swimming pool, and staffed with a butler in a tuxedo and uniformed maids. As Elyse stepped onto the plush wool carpet, she truly realized that her new husband was far from ordinary. The butler, Driscoll Lee, approached them respectfully and inquired, "Mr. Owen, is this your bride?" Surveying the opulent house and recollecting her newlywed husband's full name, a sudden realization dawned on Elyse. The Owens were the most influential family in town, and Jayden Owen was particularly notable among his peers for his business acumen and exceptional talent. He was one of the wealthiest men around. However, after a car accident a year ago that cost him his legs, Jayden had faded from the public eye and his prior achievements were largely forgotten. So, she had married the legendary Jayden Owen? Elyse recalled hearing rumors about his engagement to a girl from the Foster family. The bride who had disappeared on her wedding day was supposed to be that Foster girl. Upon hearing Jayden's full name at City Hall, Elyse hadn't dwelled on it much. If she had known his background sooner, she wouldn't have had the courage to broach the topic of marriage with him. Jayden noticed the shock and panic on her face but remained silent. He still doubted that she truly hadn't recognized him. After all, his disability was well known. "This is Elyse Lloyd, my wife. From now on, she will be the hostess here," Jayden introduced her firmly. "Joanna Foster escaped on our wedding day because she didn't want to marry a disabled man," he added bluntly. "Joanna Foster disappeared on the wedding day?" Driscoll expressed his surprise. The Foster family had been eager to forge a union with the Owen family through marriage, pushing for Jayden to marry Joanna. On the wedding day, however, the bride had disappeared. Wasn't this a deliberate humiliation of Jayden? Driscoll felt sympathy for him and offered some consolation, "Sir, perhaps it's for the best that she left. It seems you might have found the right person after all." Elyse had shown no concern for Jayden's disability and was willing to marry him. That indeed counted for something. Chapter 3 He Could Walk Fluidly Looking at Jayden's legs, Elyse felt a wave of sympathy for him. Jayden had once been at the pinnacle of success, and now he seemed so vulnerable. Just because he was disabled, his bride had callously abandoned him at the altar, showing him no respect whatsoever. He must have felt even more devastated than she did during the wedding. Approaching Jayden, Elyse took his hand and said earnestly, "Don't worry. We are husband and wife now. I will take care of you for the rest of our lives." Jayden's expression turned rigid. Could she really mean it, promising to take care of him for a lifetime? He doubted her sincerity, thinking she was just putting on an act of compassion. Without a word, Jayden maneuvered his wheelchair into the study on the first floor. "I'm sorry," Driscoll said apologetically. "Since his accident, he's been a bit more temperamental." "It's fine. I understand," Elyse replied, dismissing it with a wave of her hand. Anyone in his situation might change. She then followed Driscoll upstairs to a room on the second floor. -- "Sir." In the study stood a bald man named Vinny Bailey, clad in a tight black shirt that accentuated his prominent tendons. Respectfully, Vinny ignited a lighter and lit a cigar for Jayden. "Joanna has gone abroad. The Foster family is desperately trying to come up with a solution." "They've taken thirty million and five major projects from me. Is this their way of repaying me?" Jayden let out a puff of smoke and remarked casually, "If I don't teach them a lesson, others will see me as a pushover. The Fosters need to learn a few things." "Do you want us to bring Joanna back?" Vinny inquired, nodding. "And as for your new wife, should we make some introductions with our men?" "No need." Jayden, cigar clenched between his teeth, lifted a document from the desk and strolled over to the window. The wheelchair was tucked away in a corner of the room, ignored, as he moved fluidly across the floor. This document detailed Elyse's entire life, from her childhood through to her college life, even including her romance with Theo. He casually flipped through the pages and drawled, "An ordinary woman. She married me just for my money." Back then, the Owens had declared their search for a wife for Jayden, aiming simply to secure an heir. Upon the announcement, no wealthy family was eager to marry their daughter to him, except for the Fosters, who had enriched themselves through their daughters' marriage. The Fosters' motive was straightforward--to exchange their daughter for resources and money. Vinny saw no other reason for Elyse to marry Jayden but for financial gain. Yet, there was another twist. "She was originally going to marry Theo Ward." "Ward? The Ward family that's well-known?" Jayden lifted an eyebrow. "Yes. But apparently, the groom ran off to reunite with his ex-girlfriend after receiving a phone call." Vinny paused, then speculated, "Maybe she married you just to spite Theo Ward." Jayden ceased perusing the documents and glanced up at Vinny with a hint of annoyance. "You're looking at it too simplistically. By marrying me, she stands to gain more. That's the real reason she married me, despite my disability." In Jayden's eyes, Elyse hadn't yet revealed her true intentions. But he didn't mind her interest in his money. He needed a wife to appease his family. If she married him for gain, it would make a future divorce simpler for him. -- Perched on the edge of the bed, Elysee scrolled through her phone and noticed the trending topics. #Bridegroom Ran Away For His Ex #Bride Marries Stranger To Anger Her Ranaway Groom She casually scrolled through the comments. The public deemed the entire situation unbelievable and both parties' actions as unreasonable. Nevertheless, discussions had thrust Elyse's name into circulation because of it. Some even discovered she was a violinist in an orchestra and stumbled upon a video of her past performance. Unable to resist, Elyse was watching these videos when Theo called. "Where are you, Elyse? Let's meet and talk." Chapter 4 Who Were You Married To? As Elyse descended the stairs to the villa's entrance, Driscoll approached her with concern. "It's quite late. Where are you off to? Shall I arrange a car for you?" "No, thanks. I'll be back soon." Driscoll watched her depart before heading to the study. Elyse, having agreed to meet Theo, called a taxi and was soon en route. Fifteen minutes later, she entered a coffee shop and instantly noticed Theo, who was in high spirits, busy texting on his phone. A flicker of sarcasm crossed her eyes as she approached and sat across from him. Theo looked up, his expression souring. "Why are you so late? Do you have any idea how long I've been waiting?" Staring back at him, Elyse felt a chill. They had been together for a long time, yet he was always domineering toward her, a stark contrast to his demeanor with Kaelyn. She had once loved him, believing she could endure anything. Only today had she realized how foolish that was. If she didn't love herself, how could she expect anyone else to love her? "If you don't want to wait, you can leave," Elyse retorted icily. Theo, taken aback by her response, grew visibly more upset. "You're holding a grudge about what happened at the wedding, aren't you? I get why you're upset, but you can't be more understanding and reasonable? I left because Kaelyn was in dire straits--she was depressed and contemplating suicide." "You can go to anyone you want. You don't need to explain anything to me--I don't care anymore." Elyse found humor in his words. Theo couldn't believe she was indifferent. They had been together for three years, and everyone knew how deeply she loved him. He thought her claim of indifference was merely a result of anger. But he was confident he could easily resolve this. Just a few sweet words and she'd come back to him. "It's not a big deal. I came back to you after handling everything, didn't I? I'll visit your parents soon, and we can start planning the wedding again," Theo said. "No need for that." "What?" "There won't be a wedding." Elyse's face was devoid of emotion. "We're done." "Why are you still upset? I left at the wedding, but I came back for you. Can't you forgive me?" Theo frowned. "Forgive you? Forgive you for abandoning me for another woman?" Elyse slammed her hand on the table. "Do you have any idea what I've been through since you left? Your family has been calling me names, even though you were the one who left me at the altar--just for another woman!" "Elyse Lloyd!" Theo shouted her name furiously. "What others say is their issue. Isn't our three-year relationship strong enough for you to trust me?" "Three years, and yet you never forgot your ex," Elyse countered, her face marked by disappointment. "I believed we'd be together forever, but it seems three years was our limit. We're done, Theo. It's clear we're not suited for each other." While speaking, she retrieved a ring from her bag and set it down on the table--the same ring he had used to propose. She recalled the joy she felt that day, now overshadowed by her current despair. Elyse gave Theo one last look, mentally closing the chapter on their three years together. She grabbed her bag and departed without a backward glance. Theo was stunned. Was Elyse dumping him? He always saw her as a simp, her family reliant on his. How could she just walk away? Humiliated, he chased after her, grabbed her shoulder, and said forcefully, "You have no right to break things off! Remember, your father's business relies on me. Without me, your family has nothing. Come back, and we'll marry in a few days to make up for today!" "Let me go!" Elyse fought back fiercely and yelled with defiance and frustration, "I'm married. Stop bothering me!" "So what if you are married! You will always belong to me." After blurting that out, he froze and asked incredulously, "What did you say? You're married? Who to?" While he was momentarily dazed, Elyse wriggled free from his grip. She hadn't anticipated turning around to find Jayden sitting in a wheelchair quietly a few meters behind her. "Jayden!" she exclaimed. Chapter 5 You Can Stand? "Didn't I make it clear? I'm married. We're over. This is my husband," Elyse said as she quickly moved to Jayden's side, gripping his arm. Theo stared at Jayden, failing to recognize him. With a sneer, he said, "To get back at me, you married a disabled man?" He then extended his hand, commanding in a domineering tone, "Elyse, come here! I'll make it up to you when we get back." But Elyse looked at him as if he were a stranger. "Did you hear me? Come here!" Theo grew frustrated. Elyse reflected on how she would have responded in the past--she would definitely walk over to his side. She had loved him deeply for three years. Her feelings had been genuine. Yet, the depth of her affection made the betrayal harder to bear. On her first birthday after they got together, she wanted to celebrate it by the sea. To make her happy, Theo bought a camera, promising to capture beautiful photos of her. As they were about to board the plane for their trip to the seaside, Kaelyn was injured on a film set and called Theo. Without any hesitation, Theo left her stranded at the airport. It was the most disappointing birthday Elyse had ever experienced. Theo had once vowed to attend her debut performance with her orchestra, yet she ended up not seeing him there. She lingered in the hall all night, only to learn the next day that he had missed the performance because Kaelyn had become drunk at a dinner party while trying to land a role. He stayed because he was worried she might be taken advantage of. For three years, he had been Kaelyn's protector, but he had never offered Elyse the same safeguard. This accumulation of disappointments came to a head at the wedding. She knew she deserved love and respect, not neglect. "I am Jayden's wife now. I owe my loyalty to him," declared Elyse with a chill in her voice. "Elyse Lloyd!" Theo roared, enraged. He thought Elyse was merely being spiteful and fabricating things due to the day's incidents. As he tried to seize her hand, Jayden intervened, blocking him swiftly. Theo struggled to free his hand, but was unable to. He couldn't overpower a disabled man? The realization pissedhim off. "Release me!" Theo exploded with anger. "She has no desire to leave with you. Can't you understand?" Jayden pressed slowly, his force causing Theo's features to twist in distress. Jayden held on until Theo cried out in pain before releasing him. "Remember this day, Elyse. You'll regret it in the future!" With a hint of embarrassment, Theo glared at Elyse and stormed off after his declaration. Watching him leave, Elyse felt a bitter smile form within her. She knew Theo would not easily let go of being humiliated, but there was no turning back for them now. "Let's go home, Elyse." "Okay." After helping Jayden into the car, they both sat silently, gazing out the window and avoiding any mention of Theo. "How did you know I was out here?" Elyse asked, her curiosity piqued. Without turning to face her, Jayden replied, "Driscoll mentioned it wasn't safe for you to be alone at this hour, so I came to pick you up." In truth, he had suspected she was up to something secretive, but it turned out she was merely meeting her ex. This revelation left him slightly disappointed. "Since you've married me, you should sever ties with your ex. My family members are strict, and I can't cover for you if they find out you're still seeing another man." "I won't see him again. I met him just to return a ring," Elyse responded, nodding. Jayden said nothing more. As long as Elyse respected his boundaries, she was free to make her own choices. When they arrived home, Elyse noticed Jayden heading straight for the study again. Curious, she asked Driscoll, "Why is he always in the study?" "The study is not only his workplace, but it has also become a sanctuary for his soul," Driscoll explained. "And why doesn't he return to his room?" "He does sometimes, but we rarely know when. He prefers that we don't fuss over him too much." With that, Driscoll departed. After freshening up in her room, Elyse was preparing for bed, but her thoughts lingered on the day's events with Jayden. She realized that despite his reserved nature, he was genuinely concerned for her safety. Feeling grateful and wanting to express her thanks, she left her room and walked towards the study. As she approached, she noticed the door was slightly ajar, casting a sliver of light into the hallway. Elyse pushed the door open and to her surprise, saw Jayden standing. She gasped and asked, "Jayden, you can stand?" ==== "You need a bride, I need a groom. Why don't we get married?" Both abandoned at the altar, Elyse decided to tie the knot with the disabled stranger from the venue next door. Pitying his state, she vowed to spoil him once they were married. Little did she know that he was actually a powerful and healthy tycoon. Was Jayden's fake disability revealed just like that? What happens next? 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Tener hijo con mi mejor amigo | Para ella, casarse con su mejor amigo y quedar embarazada de su hijo fue un sueño hecho realidad. Pero en ese momento feliz, la mujer que amaba su marido regresó... ===== ¿Lo había oído bien? ¿Estoy embarazada? ¡Estoy embarazada de un bebé de Pierce! ¡Mi mejor amigo y mi primer amor! --Qué bueno que haya sido cautelosa, pudo haber perdido a su bebé, señorita Monroe --me dijo el ginecólogo con seriedad al ver la sorpresa en mis ojos. En ese momento, me toqué el vientre inconscientemente, sin poder creer que hubiera un bebé acostado allí. Cuando salí del hospital, no podía esperar para contarle a Pierce sobre nuestro bebé. Me preguntaba cuál sería su reacción. ¿Gritaría de felicidad? ¿Me b**aría y todo eso? ¡Dios! No podía contener mi felicidad. Incluso tomé mi cara roja entre mis manos mientras fantaseaba. Pero en el momento en que sentí el frío del anillo en mi dedo, mi corazón que latía salvajemente se calmó. Casi olvidaba que Pierce no estaba interesado en tener hijos, menos considerando que nuestro matrimonio fue arreglado por su familia. Por supuesto, Pierce era un completo caballero, como amigo y como marido. Cada vez que teníamos relaciones s**uales, él era considerado y cauteloso, y decía que no era necesario agregar más ataduras si no estábamos listos. Este bebé, en cierto modo, estaba fuera de los planes. --Señora, ¿está todo bien? ¿Necesita que llame al jefe? --preguntó mi conductor privado, Luke, preocupado al notar mi ceño fruncido. Luke era confiable como un miembro de la familia, pero no quería contarle porque quería que Pierce fuera el primero en enterarse de esta noticia. Él era el padre de mi bebé. --No --dije y negué con la cabeza, dándole a Luke una sonrisa tranquilizadora--. Está en el vuelo. Hablaré con él más tarde --y así vería su respuesta yo misma en sus crudas expresiones. Siempre fui buena en eso. Finalmente, cerré los ojos y recordé el día en que nos conocimos. Su brillante sonrisa a la luz del sol era tan deslumbrante que parecía un príncipe. Me enamoré de él a primera vista, mucho antes de que nos convirtiéramos en mejores amigos. Pero era sólo un amor no correspondido y yo lo sabía bien. En ese instante, bajé la ventanilla del auto para tomar un poco de aire fresco y, sin quererlo, vislumbré nuestra antigua escuela secundaria. Ese sentimiento amargo llenó mi pecho una vez más... Pierce fue mi primer amor, pero yo no era el suyo. En la escuela secundaria, yo no era más que una nerd aburrida a los ojos de los demás, mientras que Pierce Anderson era el brillante mariscal de campo. Todos se sorprendieron de que pudiéramos ser amigos. Aunque las hostilidades hacia mí aumentaron, disfruté estar cerca de él y poco a poco me di cuenta de que no quería ser sólo su amiga. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de confesarle mis sentimientos, otra chica llegó a su vida. Sacudí la cabeza tratando de deshacerme de esos viejos y tristes recuerdos. Luego toqué el frío anillo de bodas en mi dedo y me dije que el pasado ya había pasado. Pierce dijo que habían terminado y que ahora yo era su esposa. Sí, yo era su esposa y además estaba embarazada de su bebé. Pronto, me sequé las lágrimas de las comisuras de los ojos y abrí la puerta de nuestra casa. Mi corazón se calmó al respirar el aroma de mi hogar, nuestra casa. Pierce y yo la decoramos juntos con nuestras propias manos. Lo disfrutamos. Sí, tal vez estaba pensando demasiado. Esa mujer había estado fuera de nuestras vidas durante mucho tiempo y los últimos tres años mi matrimonio con Pierce fueron tan hermosos como un cuento de hadas. Una vez dentro, miré el reloj de la pared. Para ese entonces, Pierce ya debería haberse bajado del avión. Estuvo más de un mes en viajes de negocios de nuestra empresa familiar. Pierce era el presidente de ADE, la empresa de revistas de moda líder en toda Asia, y yo era la vicepresidente de la compañía. No sólo éramos compañeros de vida, sino también buenos socios en el trabajo. En verdad lo extrañaba. De inmediato, marqué su número, pues tenía muchas ganas de escuchar su voz y saber cuándo llegaría a casa. Le prepararía una buena comida y él me premiaría con un dulce beso. Y luego podríamos... Vaya, en ese momento casi olvidé que estaba embarazada. Debía contarle eso primero y luego podríamos hacer otra cosa. Estaba imaginando felizmente nuestra encantadora reunión, pero mi corazón dio un vuelco cuando una voz de mujer cruzó la línea. --¿Hola? Al escuchar esa sola palabra, dejé caer mi teléfono, que se rompió al chocar contra el suelo, y mi cuerpo empezó a temblar incontrolablemente. ¡NO! ¡No podía ser ella! ¡No podía ser Lexi! ¡Ella ya estaba fuera de nuestras vidas! Debí haber escuchado mal. De inmediato, corrí hacia la nevera en un intento por calmarme con la ayuda de un poco de al**hol. Pero en el momento en que toqué la botella de v**o, recordé las palabras del médico sobre mi bebé. Debía tener cuidado por la salud de mi bebé, así que solo agarré una caja de leche y caminé hacia el sofá. En ese entonces, no sabía qué me hizo reconocer esa voz como la de Lexi. Nosotras nunca fuimos cercanas. Lexi Gilbert era la típica belleza rubia por la que los hombres se volvían locos. Ella era una animadora popular en la escuela secundaria, mientras que Pierce era el mariscal de campo estrella. Encajaba mejor con él que una nerd como yo, ¿verdad? No me sorprendió que se haya enamorado de ella. Mi orgullo no soportó ver al hombre que amaba volverse loco por otra mujer, así que una vez intenté alejarme de ellos en silencio, pero Pierce se negó a salirse de mi vida. Cada vez que me ahogaba en un mar de libros y estudios para olvidarlos, Pierce aparecía en mi puerta invitándome a salir. No podía decirle que no a su sonrisa encantadora y tampoco podía decirle que no porque afirmaba que era su deber como mi mejor amigo llevarme a disfrutar del mundo real. Para no arruinar nuestra amistad, oculté mi corazón roto y desempeñé en silencio el papel de su mejor amiga, siempre a su lado y observando su rostro feliz por otra chica. Finalmente, cuando supe que Pierce planeaba proponerle matrimonio a Lexi, me armé de valor y fui a estudiar al extranjero, sin saber que su abuela me llamaría para rogarme que regresara. Por supuesto, volví a toda prisa sólo para ver a Pierce sin vida. Lexi le había herido gravemente el corazón y el mío sufría por mi amado. Empecé a odiar a Lexi desde ese momento. Le había entregado a mi amado hombre, ¡cómo se atrevió a hacerle tanto daño! ¡Esa bruja! Pierce no le contó a nadie lo que pasó, excepto que había terminado con Lexi. Luego, la abuela arregló nuestro matrimonio. No entendí por qué estuvo de acuerdo hasta que un día lo escuché decir que casarse con cualquiera que no fuera Lexi sería lo mismo para él. Aquello me dolió mucho, pero aun así me casé con él sin pensarlo dos veces. Mi amado estaba destrozado y quería recomponerlo, sin importarme si eso me arruinaba a mí en el proceso. Me quedé dormida sintiéndome muy insegura y preocupada. Me desperté en medio de la noche cuando sentí que alguien acariciaba mi mejilla. Lentamente abrí los ojos y me di cuenta de que me había quedado dormida en la sala de estar. Alguien me levantó del sofá e inmediatamente reconocí su olor y tacto mientras lo miraba con los ojos entrecerrados. --Pierce… --Hmm --murmuró mientras caminaba hacia las escaleras--. ¿Por qué te dormiste en el sofá? Yo solo me quedé mirándolo a la cara y luego me dejó suavemente sobre la cama, acarició mi cabello y besó mi frente. Siempre fue tan gentil y por eso lo amaba tanto. Llevábamos más de un mes separados, mi cuerpo lo extrañaba y mi corazón lo anhelaba. --¿Dónde estabas? Te estuve esperando --dije mientras acariciaba su mejilla. --Acabo de encontrarme con un amigo. Dijiste que me estabas esperando, ¿es urgente? Al ver su rostro amable, de repente no quise arruinarle el momento, así que cerré mis labios entreabiertos y tragué la verdad para devolverla a mi estómago. Mañana, tal vez mañana tendría el coraje de afrontar todos los rompecabezas. De modo que solo sacudí la cabeza, hice un puchero y le dije que tenía sueño. Él se rió entre dientes y me dio un beso de buenas noches, pero en el momento en que estuvo a punto de dejarme, por alguna razón entré en pánico. Rápidamente lo agarré y lo b*sé con toda mi pasión... Lo extrañaba y lo quería. --Espera, Kels --dijo y me detuvo, sujetando mis locas manos sobre la cama--. Pensé que habías dicho que tenías sueño y que necesitabas descansar. --Sí, pero te extraño --exclamé y lo miré con inocencia. Pude captar el deseo brillando en sus ojos, pero se desvaneció de pronto y yo no comprendía por qué. Solía ponerse feliz cuando yo tomaba la iniciativa. En ese instante, como si notara mi confusión, se rió entre dientes y me pellizcó juguetonamente la nariz. --Me daré una ducha. Huelo a al**hol --manifestó. Yo solo asentí y lo miré mientras caminaba hacia el baño. Pronto la somnolencia volvió a atacarme, así que cerré los ojos para tomar una siesta. Sin embargo, ya era de mañana cuando abrí los ojos nuevamente y Pierce estaba a mi lado, poniendo una bandeja con comida en la mesita de noche. --¡Ey! --lo saludé y sonreí cuando me di cuenta de lo que había hecho. Me había preparado el desayuno para llevármelo a la cama. Era tan dulce. Él sonrió y se sentó en la cama. --Buen día. Le devolví la sonrisa mientras me sentaba en la cama. En ese momento, agarró la bandeja y la puso a mi lado. Al instante, levanté una ceja e incliné la cabeza mientras miraba su hermoso rostro. Sus cejas espesas y negras enmarcaban sus hermosos ojos de color marrón oscuro. Su nariz era orgullosa y puntiaguda y sus labios eran rojos y finos. Parecía un chico malo y s*xy, incluso Damon Salvatore se avergonzaría de estar a su lado. Nadie tenía posibilidad alguna contra este hombre. --¿Qué es esto? ¿Un soborno? Me dejaste plantada anoche, chico malo --dije. Él no se rió. Exhaló un suspiro y colocó con suavidad mi cabello detrás de mis orejas antes de tomar mi mano y mirarme a los ojos. --Tengo algo que decirte. Al instante, sentí que mi corazón se aceleraba y pensé en nuestro bebé en mi útero. Tenía algo que decirme, yo también tenía algo que contarle. --¿Q-Qué cosa? --pregunté con voz temblorosa. De repente, dio un profundo suspiro y comenzó: --Sabes que eres importante para mí, ¿verdad? Asentí lentamente con los labios entreabiertos. No pude responder, tenía miedo de lo que estaba a punto de decir. Tenía un mal presentimiento. --Eras mi mejor amiga antes de casarnos. Eres una de las pocas personas que valoro… --prosiguió. Mientras hablaba, escondí mis puños cerrados debajo de la sábana. No sabía por qué me decía todo esto, pero ya podía sentir las lágrimas acumulándose en el rabillo de mis ojos. --Kelly... --hizo una pausa y cerró los ojos con fuerza antes de volver a mirarme a los ojos--. Creo que es hora de que nos divorciemos. --P-Pierce… --exclamé y sentí que mi corazón se apretaba. Él sonrió. --Sé que tú tampoco sientes nada por mí. Te casaste conmigo por mis abuelos, hiciste esto solo porque los amas. Ahora llegó el momento de nuestra verdadera felicidad, Kelly. Al oírlo, no pude evitar sacudir la cabeza. --¿De qué estás hablando, Pierce? --inquirí. --Lexi ha vuelto, Kelly. Mi primer amor ha vuelto. Capítulo 2 Punto de vista de Kelly--Llueve sobre mojado De inmediato, me levanté de la cama e intenté irme, pero Pierce me agarró la mano. Rápidamente me sequé las lágrimas que rodaban por mis mejillas antes de que él pudiera verlas. Luego, se paró frente a mí y me miró a la cara mientras yo intentaba con todas mis fuerzas mirar hacia abajo y evitar verlo a los ojos. Sentí que mi corazón se rompía en pedazos. Pensaba… pensaba que podría hacer que se enamorara de mí en esos tres años que pasamos juntos. Pensaba que sus sentimientos cambiarían y me vería como una mujer en lugar de solo su mejor amiga. Fui estúpida por tener esperanzas y soñar tan alto. Fallé. Sin importar cuánto lo intentara, su corazón pertenecía sólo a su primer amor: Lexi. --Kelly… En ese momento, contuve el aliento y me tragué el dolor mientras lo miraba. Luego fingí una sonrisa y dije: --Debo lavarme las manos antes de comer. Pero él me miró a los ojos como si intentara descubrir lo que estaba pensando. Yo sabía que él me conocía demasiado bien, así que traté con todas mis fuerzas de ocultar mi dolor y le sonreí. Finalmente, suspiró y soltó mi mano. --Bueno. Te esperaré aquí. Comamos y vayamos a trabajar juntos. ¿Juntos? ¿Por qué era tan cruel? ¿Quería que nos siguiéramos llevando bien como si no me hubiera pedido el divorcio? ¿Quería que nos quedáramos como estábamos justo después de decirme que su primer amor había regresado y quería divorciarse de mí? Oh Pierce, ¿qué estaba pasando por tu cabeza? Antes podía obligarme a mí misma a quedarme en el puesto de su mejor amiga mientras le deseaba felicidad, pero ya no tenía ese coraje después de los tres años que habíamos compartido. No había manera de que pudiera soportar esa tortura otra vez, en especial ahora que cargaba a su bebé. El bebé... en un principio pensé que era una buena noticia para nosotros, pero ahora... supongo que sería más bien una carga para él. Una carga que le impediría conseguir su verdadero amor y su libertad. Yo sabía muy bien cómo crecía un niño no deseado. Mis padres se divorciaron antes de que mi madre muriera y la nueva familia de mi padre me odiaba, lo que me dolía muchísimo. Por eso no quería que mi bebé experimentara lo mismo que yo sentí, así que debía mantener a mi bebé alejado de él. --No podemos --dije mientras fingía una nueva sonrisa--. Debo visitar el estudio para la sesión de fotos de nuestros nuevos modelos… --Iré contigo. --No --contesté y aparté su mano. Sus ojos siguieron mi mano antes de levantar la cara para mirarme de nuevo--. Tienes documentos que firmar. Nuestros horarios ya están organizados, ¿recuerdas? --Pero… --Tengo un conductor personal, Pierce. Estaré bien sola --afirmé. Finalmente, suspiró y asintió con calma. En ese momento, le di la espalda y entré al baño. Inmediatamente abrí la ducha y me paré bajo el agua fría. Las lágrimas cayeron en cascada por mis mejillas mientras me cubría la boca para reprimir los sollozos. Mis hombros temblaban mucho y cuando pensé en mi bebé, tragué saliva y traté de calmarme. Luego me limpié la cara y acaricié mi vientre. Debía ser fuerte y mantener la calma. No podía arriesgar la vida de mi bebé sólo porque me habían roto el corazón. Tenía que lidiar con esto de forma inteligente. Unos minutos después, tomé un respiro profundo y terminé mi ducha. Cuando salí del baño, me sorprendió ver que Pierce todavía estaba allí. Estaba luchando por arreglarse la corbata frente al espejo de cuerpo entero. También noté un par de zapatos y un vestido míos sobre la cama. --¡Ey! Elegí tu vestido para hoy --dijo. Como nuestro matrimonio no era público, Pierce dijo que haría pequeñas cosas para mí como marido. De hecho, lo había hecho bien y yo solía disfrutar de estos dulces momentos que me regalaba, pero ahora sentía que eso mismo me m**aría. Al segundo siguiente, agarré el vestido y entré al vestidor, sentiendo que me seguía. Volví a guardar el vestido blanco y elegí uno rojo. Cuando me di vuelta y lo tuve de frente, lo vi con la frente arrugada. --Hoy prefiero el rojo. Me sentiré hermosa con este vestido --expliqué con una sonrisa. Al instante, sus ojos se dirigieron al vestido que sostenía y su rostro inmediatamente se calmó. Al final asintió y caminó hacia mí. --Ya veo. Pero antes ayúdame a arreglar esto --me pidió. Sin dudarlo, puse mi vestido en su brazo y comencé a arreglarle la corbata. Podía sentir sus ojos mirándome intensamente y eso hacía que mi corazón latiera muy rápido. Respiré hondo y me mordí el labio inferior mientras luchaba por arreglar su corbata. De pronto, mi visión se volvió borrosa otra vez. ¡Maldición! --Kelly… No pude evitar sobresaltarme en shock. --¿Mmm? --¿Estás bien? --preguntó. Lo miré y sonreí: --Sí. --Tengo algo más que decirte. En ese instante, terminé de arreglarle la corbata y le quité rápidamente el vestido del brazo. Lo miré antes de pasar junto a él y dije: --Hablaremos después. Voy a llegar tarde. Lo escuché suspirar antes de volver a seguirme. Me vestí mientras él estaba detrás de mí. Estuvo en silencio todo el tiempo, como si estuviera pensando en algo. --Deberías desayunar antes de irte --comentó. Un segundo después, me paré frente a él y asentí. --Lo haré. Deberías irte ahora --respondí. --Kelly, estamos en la misma página, ¿verdad? --preguntó. Lo miré fijamente. No, Pierce. Nunca estuvimos en la misma página. Sólo fueron mis estúpidas fantasías. Pensaba que sentías algo por mí, pero estaba muy equivocada. --Si hablas del divorcio, lo entiendo, Pierce. Sé lo que tengo que hacer. Sólo dame algo de tiempo porque estoy muy ocupada con la empresa. No huiré. --Kelly, no estoy haciendo esto sólo por mí. También lo hago por ti. Has estado encerrada conmigo desde que nos casamos. Sé que no eres feliz porque en el fondo también quieres encontrar al hombre que te mereces. Alguien que realmente te ame, no yo. No alguien indiferente. --Entiendo lo que tratas de decir, Pierce --dije y traté de darle la espalda, pero antes de poder hacerlo, él me sujetó por la cintura y me mantuvo en el lugar. Luego hizo todo lo posible para captar mis ojos hasta que lo consiguió. Su mirada era de preocupación. --Eres mi mejor amiga. No quiero perderte, Kels. Eres una de las pocas personas… --Lo sé --lo interrumpí con frustración. Parecía sorprendido, así que me calmé--. Ya lo sé. No tienes que preocuparte. Simplemente estoy estresada por el trabajo, no es por el divorcio. En ese instante, sus labios se separaron, asintió lentamente y soltó un suspiro. Luego, caminó hacia mí y me congelé cuando besó mi frente con dulzura… --Gracias, Kelly --susurró. Al oírlo, mi corazón se apretó. Habían pasado tres años pero todavía era una cobarde. «¿Por qué no puedes simplemente decirle que lo amas, Kelly? ¡Él es tu esposo y estás llevando su bebé! ¡Díselo y tal vez cambie de opinión!» pensé. Con eso en mente, tragué saliva y estuve a punto de decírselo, pero justo en ese momento su teléfono sonó. Pude ver el identificador de llamadas. Era Lexi. --Me tengo que ir --afirmó y se rascó la cabeza a modo de disculpa, mientras las comisuras de su boca se curvaban hacia arriba--. Llamé a Luke. Te espera afuera. Come antes de irte, ¿sí? Con eso, salió de nuestra habitación. De repente, las lágrimas que había logrado reprimir hasta ese momento volvieron a brotar. ¿Por qué había pensado que podría tener una oportunidad? Él tomó su decisión en el momento en que me pidió el divorcio, ¿verdad? Siempre que se trataba de Lexi me abandonaba. Capítulo 3 Punto de vista de Kelly--Mantener la compostura Entré al estudio con tacones rojos de cinco centímetros y un vestido igualmente rojo. Todos miraron en mi dirección cuando entré caminando por el pasillo y me saludaron con una sonrisa, pero mantuve mi rostro estoico, sin mostrar emoción alguna. La conversación de esa mañana con Pierce todavía estaba en mi cabeza, pero no podía permitir que afectara mi trabajo. No podía fallar en mi trabajo después de haber fracasado en mi matrimonio. De modo que respiré profundamente para recomponerme. Un momento después, cuando entré a la sala de la sesión de fotos, noté que todos estaban sumidos en el caos. --¡No podemos! No responde las llamadas. ¿Qué debemos hacer? La vicepresidente viene hoy, se enojará. --Podemos simplemente decirle la verdad. Ella es amable. --¡No lo será con esta situación, Lily! Nos va a regañar... --¿Qué está pasando aquí? --pregunté mientras entraba a la sala. De inmediato, el personal me miró con expresiones preocupadas y entonces supe que había un problema. --B-Buenos días, señorita Monroe. Señorita Monroe. Por supuesto, nadie sabía que Pierce y yo estábamos casados excepto nuestras familias. Sentí como si pellizcaran mi corazón con esa verdad. Dolía. Rápidamente, la miré sin comprender. --¿Qué ocurre? --T-tenemos un problema, señorita Monroe. La señorita Chen, nuestra modelo, no atiende nuestras llamadas. Dijo que escuchó que íbamos a cambiar de modelo así que… no quiere venir. Incluso... amenazó con presentar una demanda contra nosotros. Después de decir eso, inclinó la cabeza. Yo apreté los dientes y recorrí el lugar con la mirada. --¿Dónde está la directora de marketing? --inquirí. --E-Ella todavía está tratando de convencer a la señorita Chen, señorita Monroe. Luego de escuchar el problema, me masajeé la frente y cerré los ojos con fuerza. Un segundo después, me agarré del pelo y grité de ira. Sentí que todos a mi alrededor se sobresaltaban sorprendidos. Yo solo suspiré y tomé una gran bocanada de aire antes de mirar a mi alrededor. --Señorita Monroe... --¿Qué es todo esto, señorita Hayley? Tú eres la directora de marketing, ¿qué está pasando? --Señorita Monroe, no sé cómo sucedió, pero la señorita Chen escuchó que usted cambiará de modelo. Está a punto de presentar una demanda contra nosotros... ¿Cambiar de modelo? ¿Cómo es que yo no sabía nada al respecto? La señorita Chen siempre había sido nuestra modelo de confianza y, si no era necesario, cambiar de modelo para una sesión comercial con tan poca antelación sólo causaría muchos problemas a la empresa. Nunca permitiría un error como este. --Yo no pedí eso. Debe ser un error --la interrumpí para ahorrar tiempo--. ¡Arregla este desastre o tendré que despedirte! --Señorita Monroe... Fue el presidente quien nos pidió que la cambiáramos --explicó Hayley vacilante--. Lo ordenó ayer tan pronto como regresó de su viaje de negocios. Aquella verdad me golpeó con fuerza. ¿Fue orden de Pierce? ¿Por qué no me lo dijo? Solía discutir conmigo cada decisión importante antes de tomarla. --No puede ser... --exclamé confundida. Pierce no era un hombre de negocios despistado. Siempre mantuvo una clara distinción entre el trabajo y la vida personal, razón por la cual siempre tuvo éxito. Y esa fue también la razón por la que decidió mantener nuestro matrimonio en secreto. --Sí, Kelly. Yo di la orden. --Su voz me hizo retroceder. --S-Señor Presidente… --saludó Hayley y se inclinó con respeto al ver al hombre que apareció de repente detrás de mí. --Pierce, ¡creo que me debes una explicación sobre este cambio de modelo! --dije con los dientes apretados mientras me giraba para interrogarlo. Él sabía perfectamente cuánto esfuerzo puse para ganar este proyecto. Estuve días sin dormir y la señorita Chen era la persona ideal para este trabajo. De hecho, él también estuvo de acuerdo. Pero ahora… simplemente cambió la modelo a su gusto sin avisarme con antelación. Eso fue como abofetearme con fuerza en la cara. --Continúen con el trabajo. Yo se lo aclararé --le indicó él al personal para calmarlos, ignorando la ira que estaba a punto de salir de mis ojos. --¡Contéstame, Pierce! ¿Por qué cambias de modelo tan de repente? --No pude contener mi enojo. Él simplemente me tocó el hombro y me susurró: --Este no es el lugar para discutir al respecto. Te lo explicaré en el auto. En ese momento, miré a mi alrededor y noté que los demás nos miraban furtivamente. Luego me quité sus manos de encima y caminé hacia el estacionamiento, pero durante el camino, sentía mi corazón cada vez más pesado. Tenía la sensación de que su explicación no iba a gustarme. --Vamos, dímelo --exclamé ni bien nos sentamos en su auto. Antes de hablar, me miró a los ojos como si sopesara mis emociones, pero yo aparté la mirada de nuevo. No podía soportar sus miradas, no podía soportar esos ojos que nunca me miraban como yo quería. Él no sentía nada por mí y eso me dolía mucho. --Yo-yo… --hizo una pausa y suspiró--. Reemplacé a la señorita Chen porque Lexi quiere ser nuestra modelo. Ella también encaja en el proyecto, así que estuve de acuerdo... --¿Qué? --pregunté con incredulidad. De pronto, apretó los labios y miró hacia otro lado. Luego se revolvió el cabello antes de sacudir la cabeza y tomar mi mano. --Lamento no haberte dicho antes, fue muy repentino. Ella me pidió un favor, no pude decirle que no. Rápidamente, retiré mi mano y lo miré con dolor y enojo. --No pudiste decirle que no, así que preferiste dañar a la empresa, a nuestra empresa. Me traicionaste, Pierce. --Kels, vamos. Sabes cuánto la amo. Ella es mi primer amor. Al oírlo, cerré los ojos con dolor. «Oh sí, ella es tu primer amor. Siempre la quisiste a ella, sin que te importen los demás. Si ella te frunce el ceño un poco, puedes hacer la vista gorda ante el dolor y el esfuerzo de los demás. Eres tan cruel, Pierce» pensé. --Bueno, ya lo has decidido. No tengo voz y voto en esto ya que tú eres el presidente. Ahora vete, estaré en la oficina --indiqué con frialdad mientras abría la puerta del auto para salir. --Kelly… En ese instante, lo miré a los ojos y dije: --Ve a casa temprano. Hablaremos de nuestro divorcio esta noche. Capítulo 4 Punto de vista de Kelly--Plantada Me encontraba jugueteando con el anillo de bodas en mi dedo mientras lo esperaba. Le había dicho que volviera temprano a casa, pero todavía no regresaba y ni siquiera contestaba mis llamadas. Bueno, ahora que Lexi había vuelto, probablemente ya no veía a esta casa como su hogar. De pronto, mis ojos se dirigieron a mi informe de embarazo que estaba sobre la mesa. Qué gracioso. Todavía era tan ingenua para albergar un rayo de esperanza de que las cosas podrían cambiar si le hablaba del bebé, pero este bebé estaba fuera de sus planes. Me sequé las lágrimas que se acumulaban en el rabillo de mis ojos y agarré el informe. Ya eran las cinco de la mañana cuando miré el reloj de la pared. Intenté marcar su número nuevamente, pero seguía sin responder. ¿En qué estaba tan ocupado? ¿Estaba h**iendo el a**r con Lexi? Debió haberla extrañado mucho, ¿verdad? Pronto, sin saber cuándo, me quedé dormida. Cuando sonó el despertador, inconscientemente toqué la almohada a mi lado. Frío como anoche, no había vuelto a casa todavía. Me burlé de mí misma al ver mi reflejo en el espejo de la cómoda. Los círculos oscuros bajo mis ojos se veían a simple vista y mi cabello era un total desastre, parecía un fantasma. De repente una oleada de náuseas inundó mi estómago y me di cuenta de que no había comido nada la noche anterior. De pronto, me sentí mal otra vez y rápidamente corrí hacia el lavabo y vomité. Escupí un líquido amarillento que sabía muy mal. De inmediato, me lavé la boca y miré mi propio reflejo en el espejo. Al verme, sacudí la cabeza y tomé mi frente en cuanto sentí ganas de vomitar de nuevo. Volví a escupir el líquido amarillento y mientras me lavaba la boca, sentí una cálida mano acariciando mi espalda. Inmediatamente levanté la cara y me encontré con un par de ojos marrones que me miraban a través del espejo. Detrás de mí con cara de preocupación estaba mi esposo Pierce. --¿Estás bien? ¿Te sientes mal? Debiste haberme dicho. Al instante, lo miré a través del espejo. --No respondiste mis llamadas --contesté. Ante aquellas palabras, la culpa apareció en sus ojos. --Lo lamento. Tenía cosas que hacer. Me quedé en la oficina toda la noche --afirmó. Rápidamente, me limpié la cara y pasé junto a él. Pierce me siguió mientras me sentaba frente al tocador y comenzaba a peinarme. --Kels… --Me desperté tarde. No pude preparar el desayuno. Mientras hablaba, intenté evitar sus ojos. Sentía que iba a perder los estribos y gritarle. En ningún momento sentí su egoísmo tan claramente como ahora. Decía que yo era su mejor amiga, pero nunca le habían importado mis necesidades, mis sentimientos. --Kels... sabes que no te pregunté eso. Estoy preocupado por tu salud... Kels, ¿todavía estamos bien? Ante aquella pregunta, dejé de peinarme y lentamente nuestras miradas se encontraron a través del espejo, otra vez. ¿De verdad me estaba preguntando eso? ¿Después de que me pidió el divorcio sin siquiera preguntarme si estaba de acuerdo? Él decidió por su cuenta sólo porque su primer amor había vuelto. No podía creer lo que hacía. Al final, fingí una sonrisa y dije: --No me siento bien hoy, Pierce, eso es todo. Un instante después, se puso de cuclillas a mi lado, lo cual no me resultó sorprendente porque sabía que realmente se preocupaba. Pero lo que sí me sorprendió fue que hacía todo esto después de enterrar una daga en mi corazón. --¿Estás bien? --preguntó mientras tocaba suavemente mi frente y mi cuello--. ¿Estás enferma? Dime cómo te sientes, Kels. --Mis sentimientos no importan --no pude evitar decir y parecía sorprendido por mis palabras. En ese instante, intenté evitarlo, pero me agarró de la muñeca y me hizo mirarlo. Su rostro ahora reflejaba su ira. Había perdido completamente la paciencia. --¿Qué te pasa, Kels? Has estado actuando así desde ayer. ¿Es por Lexi? ¿O porque no volví a casa anoche? --inquirió. Yo lo miré a los ojos, molesta. --¡Tú fuiste quien pidió el divorcio! Te pedí que regresaras temprano para hablar al respecto, pero me dejaste esperando toda la noche. ¿Pretendías que te diera la bienvenida con brazos abiertos después de eso, Pierce? --respondí. Al escucharme, apretó la mandíbula y sacudió la cabeza. --Kels, yo... --Ya basta. Hablaremos del divorcio después del trabajo. --¡Kels! --me llamó y me agarró de los hombros. La confusión y el dolor eran visibles en sus ojos--. ¿Estás... enamorada de mí? Aquello me desconcertó. ¿Enamorada? ¡Sí! Desde que estábamos en la escuela secundaria, desde que se convirtió en mi mejor amigo. ¿Quién no se enamoraría de alguien que te ha estado protegiendo desde entonces? Siempre he estado agradecida de tenerlo como mi mejor amigo y esposo, pero ahora… lo estaba perdiendo. Perdiéndolo irremediablemente. Decidí darle a nuestro matrimonio una última oportunidad, hacer un esfuerzo final... ...... ==== Casarse con su mejor amigo fue un sueño hecho realidad para Kelly, pero todo tiene realmente una limitación. Pierce es el primer amor de Kelly, pero como su mejor amiga, sabía bien que siempre había otra mujer en lo profundo de su corazón. Lexi Gilbert. Kelly finalmente se dio cuenta de que su feliz matrimonio de los últimos tres años era solo un hermoso sueño cuando Pierce pidió el divorcio solo porque Lexi regresó. Ella sólo podría ser su mejor amiga incluso si estuviera encinta de su bebé. ¿Por qué no merecía ser amada? ¿Qué sucederá en adelante? ¿Cómo podría Kelly salvar su corazón en esta batalla de amor y odio? Los capítulos disponibles son limitados aquí, haga click el botón abajo para instalar APP y disfrutar leyendo más contenidos maravillosos. 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Yes | 2024-11-21 18:48 | active | 1903 | 0 | Para ella, casarse con su mejor amigo y quedar embarazada de su hijo fue un sueño hecho realidad. Pero en ese momento feliz, la mujer que amaba su marido regresó... ===== ¿Lo había oído bien? ¿Estoy embarazada? ¡Estoy embarazada de un bebé de Pierce! ¡Mi mejor amigo y mi primer amor! --Qué bueno que haya sido cautelosa, pudo haber perdido a su bebé, señorita Monroe --me dijo el ginecólogo con seriedad al ver la sorpresa en mis ojos. En ese momento, me toqué el vientre inconscientemente, sin poder creer que hubiera un bebé acostado allí. Cuando salí del hospital, no podía esperar para contarle a Pierce sobre nuestro bebé. Me preguntaba cuál sería su reacción. ¿Gritaría de felicidad? ¿Me b**aría y todo eso? ¡Dios! No podía contener mi felicidad. Incluso tomé mi cara roja entre mis manos mientras fantaseaba. Pero en el momento en que sentí el frío del anillo en mi dedo, mi corazón que latía salvajemente se calmó. Casi olvidaba que Pierce no estaba interesado en tener hijos, menos considerando que nuestro matrimonio fue arreglado por su familia. Por supuesto, Pierce era un completo caballero, como amigo y como marido. Cada vez que teníamos relaciones s**uales, él era considerado y cauteloso, y decía que no era necesario agregar más ataduras si no estábamos listos. Este bebé, en cierto modo, estaba fuera de los planes. --Señora, ¿está todo bien? ¿Necesita que llame al jefe? --preguntó mi conductor privado, Luke, preocupado al notar mi ceño fruncido. Luke era confiable como un miembro de la familia, pero no quería contarle porque quería que Pierce fuera el primero en enterarse de esta noticia. Él era el padre de mi bebé. --No --dije y negué con la cabeza, dándole a Luke una sonrisa tranquilizadora--. Está en el vuelo. Hablaré con él más tarde --y así vería su respuesta yo misma en sus crudas expresiones. Siempre fui buena en eso. Finalmente, cerré los ojos y recordé el día en que nos conocimos. Su brillante sonrisa a la luz del sol era tan deslumbrante que parecía un príncipe. Me enamoré de él a primera vista, mucho antes de que nos convirtiéramos en mejores amigos. Pero era sólo un amor no correspondido y yo lo sabía bien. En ese instante, bajé la ventanilla del auto para tomar un poco de aire fresco y, sin quererlo, vislumbré nuestra antigua escuela secundaria. Ese sentimiento amargo llenó mi pecho una vez más... Pierce fue mi primer amor, pero yo no era el suyo. En la escuela secundaria, yo no era más que una nerd aburrida a los ojos de los demás, mientras que Pierce Anderson era el brillante mariscal de campo. Todos se sorprendieron de que pudiéramos ser amigos. Aunque las hostilidades hacia mí aumentaron, disfruté estar cerca de él y poco a poco me di cuenta de que no quería ser sólo su amiga. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de confesarle mis sentimientos, otra chica llegó a su vida. Sacudí la cabeza tratando de deshacerme de esos viejos y tristes recuerdos. Luego toqué el frío anillo de bodas en mi dedo y me dije que el pasado ya había pasado. Pierce dijo que habían terminado y que ahora yo era su esposa. Sí, yo era su esposa y además estaba embarazada de su bebé. Pronto, me sequé las lágrimas de las comisuras de los ojos y abrí la puerta de nuestra casa. Mi corazón se calmó al respirar el aroma de mi hogar, nuestra casa. Pierce y yo la decoramos juntos con nuestras propias manos. Lo disfrutamos. Sí, tal vez estaba pensando demasiado. Esa mujer había estado fuera de nuestras vidas durante mucho tiempo y los últimos tres años mi matrimonio con Pierce fueron tan hermosos como un cuento de hadas. Una vez dentro, miré el reloj de la pared. Para ese entonces, Pierce ya debería haberse bajado del avión. Estuvo más de un mes en viajes de negocios de nuestra empresa familiar. Pierce era el presidente de ADE, la empresa de revistas de moda líder en toda Asia, y yo era la vicepresidente de la compañía. No sólo éramos compañeros de vida, sino también buenos socios en el trabajo. En verdad lo extrañaba. De inmediato, marqué su número, pues tenía muchas ganas de escuchar su voz y saber cuándo llegaría a casa. Le prepararía una buena comida y él me premiaría con un dulce beso. Y luego podríamos... Vaya, en ese momento casi olvidé que estaba embarazada. Debía contarle eso primero y luego podríamos hacer otra cosa. Estaba imaginando felizmente nuestra encantadora reunión, pero mi corazón dio un vuelco cuando una voz de mujer cruzó la línea. --¿Hola? Al escuchar esa sola palabra, dejé caer mi teléfono, que se rompió al chocar contra el suelo, y mi cuerpo empezó a temblar incontrolablemente. ¡NO! ¡No podía ser ella! ¡No podía ser Lexi! ¡Ella ya estaba fuera de nuestras vidas! Debí haber escuchado mal. De inmediato, corrí hacia la nevera en un intento por calmarme con la ayuda de un poco de al**hol. Pero en el momento en que toqué la botella de v**o, recordé las palabras del médico sobre mi bebé. Debía tener cuidado por la salud de mi bebé, así que solo agarré una caja de leche y caminé hacia el sofá. En ese entonces, no sabía qué me hizo reconocer esa voz como la de Lexi. Nosotras nunca fuimos cercanas. Lexi Gilbert era la típica belleza rubia por la que los hombres se volvían locos. Ella era una animadora popular en la escuela secundaria, mientras que Pierce era el mariscal de campo estrella. Encajaba mejor con él que una nerd como yo, ¿verdad? No me sorprendió que se haya enamorado de ella. Mi orgullo no soportó ver al hombre que amaba volverse loco por otra mujer, así que una vez intenté alejarme de ellos en silencio, pero Pierce se negó a salirse de mi vida. Cada vez que me ahogaba en un mar de libros y estudios para olvidarlos, Pierce aparecía en mi puerta invitándome a salir. No podía decirle que no a su sonrisa encantadora y tampoco podía decirle que no porque afirmaba que era su deber como mi mejor amigo llevarme a disfrutar del mundo real. Para no arruinar nuestra amistad, oculté mi corazón roto y desempeñé en silencio el papel de su mejor amiga, siempre a su lado y observando su rostro feliz por otra chica. Finalmente, cuando supe que Pierce planeaba proponerle matrimonio a Lexi, me armé de valor y fui a estudiar al extranjero, sin saber que su abuela me llamaría para rogarme que regresara. Por supuesto, volví a toda prisa sólo para ver a Pierce sin vida. Lexi le había herido gravemente el corazón y el mío sufría por mi amado. Empecé a odiar a Lexi desde ese momento. Le había entregado a mi amado hombre, ¡cómo se atrevió a hacerle tanto daño! ¡Esa bruja! Pierce no le contó a nadie lo que pasó, excepto que había terminado con Lexi. Luego, la abuela arregló nuestro matrimonio. No entendí por qué estuvo de acuerdo hasta que un día lo escuché decir que casarse con cualquiera que no fuera Lexi sería lo mismo para él. Aquello me dolió mucho, pero aun así me casé con él sin pensarlo dos veces. Mi amado estaba destrozado y quería recomponerlo, sin importarme si eso me arruinaba a mí en el proceso. Me quedé dormida sintiéndome muy insegura y preocupada. Me desperté en medio de la noche cuando sentí que alguien acariciaba mi mejilla. Lentamente abrí los ojos y me di cuenta de que me había quedado dormida en la sala de estar. Alguien me levantó del sofá e inmediatamente reconocí su olor y tacto mientras lo miraba con los ojos entrecerrados. --Pierce… --Hmm --murmuró mientras caminaba hacia las escaleras--. ¿Por qué te dormiste en el sofá? Yo solo me quedé mirándolo a la cara y luego me dejó suavemente sobre la cama, acarició mi cabello y besó mi frente. Siempre fue tan gentil y por eso lo amaba tanto. Llevábamos más de un mes separados, mi cuerpo lo extrañaba y mi corazón lo anhelaba. --¿Dónde estabas? Te estuve esperando --dije mientras acariciaba su mejilla. --Acabo de encontrarme con un amigo. Dijiste que me estabas esperando, ¿es urgente? Al ver su rostro amable, de repente no quise arruinarle el momento, así que cerré mis labios entreabiertos y tragué la verdad para devolverla a mi estómago. Mañana, tal vez mañana tendría el coraje de afrontar todos los rompecabezas. De modo que solo sacudí la cabeza, hice un puchero y le dije que tenía sueño. Él se rió entre dientes y me dio un beso de buenas noches, pero en el momento en que estuvo a punto de dejarme, por alguna razón entré en pánico. Rápidamente lo agarré y lo b*sé con toda mi pasión... Lo extrañaba y lo quería. --Espera, Kels --dijo y me detuvo, sujetando mis locas manos sobre la cama--. Pensé que habías dicho que tenías sueño y que necesitabas descansar. --Sí, pero te extraño --exclamé y lo miré con inocencia. Pude captar el deseo brillando en sus ojos, pero se desvaneció de pronto y yo no comprendía por qué. Solía ponerse feliz cuando yo tomaba la iniciativa. En ese instante, como si notara mi confusión, se rió entre dientes y me pellizcó juguetonamente la nariz. --Me daré una ducha. Huelo a al**hol --manifestó. Yo solo asentí y lo miré mientras caminaba hacia el baño. Pronto la somnolencia volvió a atacarme, así que cerré los ojos para tomar una siesta. Sin embargo, ya era de mañana cuando abrí los ojos nuevamente y Pierce estaba a mi lado, poniendo una bandeja con comida en la mesita de noche. --¡Ey! --lo saludé y sonreí cuando me di cuenta de lo que había hecho. Me había preparado el desayuno para llevármelo a la cama. Era tan dulce. Él sonrió y se sentó en la cama. --Buen día. Le devolví la sonrisa mientras me sentaba en la cama. En ese momento, agarró la bandeja y la puso a mi lado. Al instante, levanté una ceja e incliné la cabeza mientras miraba su hermoso rostro. Sus cejas espesas y negras enmarcaban sus hermosos ojos de color marrón oscuro. Su nariz era orgullosa y puntiaguda y sus labios eran rojos y finos. Parecía un chico malo y s*xy, incluso Damon Salvatore se avergonzaría de estar a su lado. Nadie tenía posibilidad alguna contra este hombre. --¿Qué es esto? ¿Un soborno? Me dejaste plantada anoche, chico malo --dije. Él no se rió. Exhaló un suspiro y colocó con suavidad mi cabello detrás de mis orejas antes de tomar mi mano y mirarme a los ojos. --Tengo algo que decirte. Al instante, sentí que mi corazón se aceleraba y pensé en nuestro bebé en mi útero. Tenía algo que decirme, yo también tenía algo que contarle. --¿Q-Qué cosa? --pregunté con voz temblorosa. De repente, dio un profundo suspiro y comenzó: --Sabes que eres importante para mí, ¿verdad? Asentí lentamente con los labios entreabiertos. No pude responder, tenía miedo de lo que estaba a punto de decir. Tenía un mal presentimiento. --Eras mi mejor amiga antes de casarnos. Eres una de las pocas personas que valoro… --prosiguió. Mientras hablaba, escondí mis puños cerrados debajo de la sábana. No sabía por qué me decía todo esto, pero ya podía sentir las lágrimas acumulándose en el rabillo de mis ojos. --Kelly... --hizo una pausa y cerró los ojos con fuerza antes de volver a mirarme a los ojos--. Creo que es hora de que nos divorciemos. --P-Pierce… --exclamé y sentí que mi corazón se apretaba. Él sonrió. --Sé que tú tampoco sientes nada por mí. Te casaste conmigo por mis abuelos, hiciste esto solo porque los amas. Ahora llegó el momento de nuestra verdadera felicidad, Kelly. Al oírlo, no pude evitar sacudir la cabeza. --¿De qué estás hablando, Pierce? --inquirí. --Lexi ha vuelto, Kelly. Mi primer amor ha vuelto. Capítulo 2 Punto de vista de Kelly--Llueve sobre mojado De inmediato, me levanté de la cama e intenté irme, pero Pierce me agarró la mano. Rápidamente me sequé las lágrimas que rodaban por mis mejillas antes de que él pudiera verlas. Luego, se paró frente a mí y me miró a la cara mientras yo intentaba con todas mis fuerzas mirar hacia abajo y evitar verlo a los ojos. Sentí que mi corazón se rompía en pedazos. Pensaba… pensaba que podría hacer que se enamorara de mí en esos tres años que pasamos juntos. Pensaba que sus sentimientos cambiarían y me vería como una mujer en lugar de solo su mejor amiga. Fui estúpida por tener esperanzas y soñar tan alto. Fallé. Sin importar cuánto lo intentara, su corazón pertenecía sólo a su primer amor: Lexi. --Kelly… En ese momento, contuve el aliento y me tragué el dolor mientras lo miraba. Luego fingí una sonrisa y dije: --Debo lavarme las manos antes de comer. Pero él me miró a los ojos como si intentara descubrir lo que estaba pensando. Yo sabía que él me conocía demasiado bien, así que traté con todas mis fuerzas de ocultar mi dolor y le sonreí. Finalmente, suspiró y soltó mi mano. --Bueno. Te esperaré aquí. Comamos y vayamos a trabajar juntos. ¿Juntos? ¿Por qué era tan cruel? ¿Quería que nos siguiéramos llevando bien como si no me hubiera pedido el divorcio? ¿Quería que nos quedáramos como estábamos justo después de decirme que su primer amor había regresado y quería divorciarse de mí? Oh Pierce, ¿qué estaba pasando por tu cabeza? Antes podía obligarme a mí misma a quedarme en el puesto de su mejor amiga mientras le deseaba felicidad, pero ya no tenía ese coraje después de los tres años que habíamos compartido. No había manera de que pudiera soportar esa tortura otra vez, en especial ahora que cargaba a su bebé. El bebé... en un principio pensé que era una buena noticia para nosotros, pero ahora... supongo que sería más bien una carga para él. Una carga que le impediría conseguir su verdadero amor y su libertad. Yo sabía muy bien cómo crecía un niño no deseado. Mis padres se divorciaron antes de que mi madre muriera y la nueva familia de mi padre me odiaba, lo que me dolía muchísimo. Por eso no quería que mi bebé experimentara lo mismo que yo sentí, así que debía mantener a mi bebé alejado de él. --No podemos --dije mientras fingía una nueva sonrisa--. Debo visitar el estudio para la sesión de fotos de nuestros nuevos modelos… --Iré contigo. --No --contesté y aparté su mano. Sus ojos siguieron mi mano antes de levantar la cara para mirarme de nuevo--. Tienes documentos que firmar. Nuestros horarios ya están organizados, ¿recuerdas? --Pero… --Tengo un conductor personal, Pierce. Estaré bien sola --afirmé. Finalmente, suspiró y asintió con calma. En ese momento, le di la espalda y entré al baño. Inmediatamente abrí la ducha y me paré bajo el agua fría. Las lágrimas cayeron en cascada por mis mejillas mientras me cubría la boca para reprimir los sollozos. Mis hombros temblaban mucho y cuando pensé en mi bebé, tragué saliva y traté de calmarme. Luego me limpié la cara y acaricié mi vientre. Debía ser fuerte y mantener la calma. No podía arriesgar la vida de mi bebé sólo porque me habían roto el corazón. Tenía que lidiar con esto de forma inteligente. Unos minutos después, tomé un respiro profundo y terminé mi ducha. Cuando salí del baño, me sorprendió ver que Pierce todavía estaba allí. Estaba luchando por arreglarse la corbata frente al espejo de cuerpo entero. También noté un par de zapatos y un vestido míos sobre la cama. --¡Ey! Elegí tu vestido para hoy --dijo. Como nuestro matrimonio no era público, Pierce dijo que haría pequeñas cosas para mí como marido. De hecho, lo había hecho bien y yo solía disfrutar de estos dulces momentos que me regalaba, pero ahora sentía que eso mismo me m**aría. Al segundo siguiente, agarré el vestido y entré al vestidor, sentiendo que me seguía. Volví a guardar el vestido blanco y elegí uno rojo. Cuando me di vuelta y lo tuve de frente, lo vi con la frente arrugada. --Hoy prefiero el rojo. Me sentiré hermosa con este vestido --expliqué con una sonrisa. Al instante, sus ojos se dirigieron al vestido que sostenía y su rostro inmediatamente se calmó. Al final asintió y caminó hacia mí. --Ya veo. Pero antes ayúdame a arreglar esto --me pidió. Sin dudarlo, puse mi vestido en su brazo y comencé a arreglarle la corbata. Podía sentir sus ojos mirándome intensamente y eso hacía que mi corazón latiera muy rápido. Respiré hondo y me mordí el labio inferior mientras luchaba por arreglar su corbata. De pronto, mi visión se volvió borrosa otra vez. ¡Maldición! --Kelly… No pude evitar sobresaltarme en shock. --¿Mmm? --¿Estás bien? --preguntó. Lo miré y sonreí: --Sí. --Tengo algo más que decirte. En ese instante, terminé de arreglarle la corbata y le quité rápidamente el vestido del brazo. Lo miré antes de pasar junto a él y dije: --Hablaremos después. Voy a llegar tarde. Lo escuché suspirar antes de volver a seguirme. Me vestí mientras él estaba detrás de mí. Estuvo en silencio todo el tiempo, como si estuviera pensando en algo. --Deberías desayunar antes de irte --comentó. Un segundo después, me paré frente a él y asentí. --Lo haré. Deberías irte ahora --respondí. --Kelly, estamos en la misma página, ¿verdad? --preguntó. Lo miré fijamente. No, Pierce. Nunca estuvimos en la misma página. Sólo fueron mis estúpidas fantasías. Pensaba que sentías algo por mí, pero estaba muy equivocada. --Si hablas del divorcio, lo entiendo, Pierce. Sé lo que tengo que hacer. Sólo dame algo de tiempo porque estoy muy ocupada con la empresa. No huiré. --Kelly, no estoy haciendo esto sólo por mí. También lo hago por ti. Has estado encerrada conmigo desde que nos casamos. Sé que no eres feliz porque en el fondo también quieres encontrar al hombre que te mereces. Alguien que realmente te ame, no yo. No alguien indiferente. --Entiendo lo que tratas de decir, Pierce --dije y traté de darle la espalda, pero antes de poder hacerlo, él me sujetó por la cintura y me mantuvo en el lugar. Luego hizo todo lo posible para captar mis ojos hasta que lo consiguió. Su mirada era de preocupación. --Eres mi mejor amiga. No quiero perderte, Kels. Eres una de las pocas personas… --Lo sé --lo interrumpí con frustración. Parecía sorprendido, así que me calmé--. Ya lo sé. No tienes que preocuparte. Simplemente estoy estresada por el trabajo, no es por el divorcio. En ese instante, sus labios se separaron, asintió lentamente y soltó un suspiro. Luego, caminó hacia mí y me congelé cuando besó mi frente con dulzura… --Gracias, Kelly --susurró. Al oírlo, mi corazón se apretó. Habían pasado tres años pero todavía era una cobarde. «¿Por qué no puedes simplemente decirle que lo amas, Kelly? ¡Él es tu esposo y estás llevando su bebé! ¡Díselo y tal vez cambie de opinión!» pensé. Con eso en mente, tragué saliva y estuve a punto de decírselo, pero justo en ese momento su teléfono sonó. Pude ver el identificador de llamadas. Era Lexi. --Me tengo que ir --afirmó y se rascó la cabeza a modo de disculpa, mientras las comisuras de su boca se curvaban hacia arriba--. Llamé a Luke. Te espera afuera. Come antes de irte, ¿sí? Con eso, salió de nuestra habitación. De repente, las lágrimas que había logrado reprimir hasta ese momento volvieron a brotar. ¿Por qué había pensado que podría tener una oportunidad? Él tomó su decisión en el momento en que me pidió el divorcio, ¿verdad? Siempre que se trataba de Lexi me abandonaba. Capítulo 3 Punto de vista de Kelly--Mantener la compostura Entré al estudio con tacones rojos de cinco centímetros y un vestido igualmente rojo. Todos miraron en mi dirección cuando entré caminando por el pasillo y me saludaron con una sonrisa, pero mantuve mi rostro estoico, sin mostrar emoción alguna. La conversación de esa mañana con Pierce todavía estaba en mi cabeza, pero no podía permitir que afectara mi trabajo. No podía fallar en mi trabajo después de haber fracasado en mi matrimonio. De modo que respiré profundamente para recomponerme. Un momento después, cuando entré a la sala de la sesión de fotos, noté que todos estaban sumidos en el caos. --¡No podemos! No responde las llamadas. ¿Qué debemos hacer? La vicepresidente viene hoy, se enojará. --Podemos simplemente decirle la verdad. Ella es amable. --¡No lo será con esta situación, Lily! Nos va a regañar... --¿Qué está pasando aquí? --pregunté mientras entraba a la sala. De inmediato, el personal me miró con expresiones preocupadas y entonces supe que había un problema. --B-Buenos días, señorita Monroe. Señorita Monroe. Por supuesto, nadie sabía que Pierce y yo estábamos casados excepto nuestras familias. Sentí como si pellizcaran mi corazón con esa verdad. Dolía. Rápidamente, la miré sin comprender. --¿Qué ocurre? --T-tenemos un problema, señorita Monroe. La señorita Chen, nuestra modelo, no atiende nuestras llamadas. Dijo que escuchó que íbamos a cambiar de modelo así que… no quiere venir. Incluso... amenazó con presentar una demanda contra nosotros. Después de decir eso, inclinó la cabeza. Yo apreté los dientes y recorrí el lugar con la mirada. --¿Dónde está la directora de marketing? --inquirí. --E-Ella todavía está tratando de convencer a la señorita Chen, señorita Monroe. Luego de escuchar el problema, me masajeé la frente y cerré los ojos con fuerza. Un segundo después, me agarré del pelo y grité de ira. Sentí que todos a mi alrededor se sobresaltaban sorprendidos. Yo solo suspiré y tomé una gran bocanada de aire antes de mirar a mi alrededor. --Señorita Monroe... --¿Qué es todo esto, señorita Hayley? Tú eres la directora de marketing, ¿qué está pasando? --Señorita Monroe, no sé cómo sucedió, pero la señorita Chen escuchó que usted cambiará de modelo. Está a punto de presentar una demanda contra nosotros... ¿Cambiar de modelo? ¿Cómo es que yo no sabía nada al respecto? La señorita Chen siempre había sido nuestra modelo de confianza y, si no era necesario, cambiar de modelo para una sesión comercial con tan poca antelación sólo causaría muchos problemas a la empresa. Nunca permitiría un error como este. --Yo no pedí eso. Debe ser un error --la interrumpí para ahorrar tiempo--. ¡Arregla este desastre o tendré que despedirte! --Señorita Monroe... Fue el presidente quien nos pidió que la cambiáramos --explicó Hayley vacilante--. Lo ordenó ayer tan pronto como regresó de su viaje de negocios. Aquella verdad me golpeó con fuerza. ¿Fue orden de Pierce? ¿Por qué no me lo dijo? Solía discutir conmigo cada decisión importante antes de tomarla. --No puede ser... --exclamé confundida. Pierce no era un hombre de negocios despistado. Siempre mantuvo una clara distinción entre el trabajo y la vida personal, razón por la cual siempre tuvo éxito. Y esa fue también la razón por la que decidió mantener nuestro matrimonio en secreto. --Sí, Kelly. Yo di la orden. --Su voz me hizo retroceder. --S-Señor Presidente… --saludó Hayley y se inclinó con respeto al ver al hombre que apareció de repente detrás de mí. --Pierce, ¡creo que me debes una explicación sobre este cambio de modelo! --dije con los dientes apretados mientras me giraba para interrogarlo. Él sabía perfectamente cuánto esfuerzo puse para ganar este proyecto. Estuve días sin dormir y la señorita Chen era la persona ideal para este trabajo. De hecho, él también estuvo de acuerdo. Pero ahora… simplemente cambió la modelo a su gusto sin avisarme con antelación. Eso fue como abofetearme con fuerza en la cara. --Continúen con el trabajo. Yo se lo aclararé --le indicó él al personal para calmarlos, ignorando la ira que estaba a punto de salir de mis ojos. --¡Contéstame, Pierce! ¿Por qué cambias de modelo tan de repente? --No pude contener mi enojo. Él simplemente me tocó el hombro y me susurró: --Este no es el lugar para discutir al respecto. Te lo explicaré en el auto. En ese momento, miré a mi alrededor y noté que los demás nos miraban furtivamente. Luego me quité sus manos de encima y caminé hacia el estacionamiento, pero durante el camino, sentía mi corazón cada vez más pesado. Tenía la sensación de que su explicación no iba a gustarme. --Vamos, dímelo --exclamé ni bien nos sentamos en su auto. Antes de hablar, me miró a los ojos como si sopesara mis emociones, pero yo aparté la mirada de nuevo. No podía soportar sus miradas, no podía soportar esos ojos que nunca me miraban como yo quería. Él no sentía nada por mí y eso me dolía mucho. --Yo-yo… --hizo una pausa y suspiró--. Reemplacé a la señorita Chen porque Lexi quiere ser nuestra modelo. Ella también encaja en el proyecto, así que estuve de acuerdo... --¿Qué? --pregunté con incredulidad. De pronto, apretó los labios y miró hacia otro lado. Luego se revolvió el cabello antes de sacudir la cabeza y tomar mi mano. --Lamento no haberte dicho antes, fue muy repentino. Ella me pidió un favor, no pude decirle que no. Rápidamente, retiré mi mano y lo miré con dolor y enojo. --No pudiste decirle que no, así que preferiste dañar a la empresa, a nuestra empresa. Me traicionaste, Pierce. --Kels, vamos. Sabes cuánto la amo. Ella es mi primer amor. Al oírlo, cerré los ojos con dolor. «Oh sí, ella es tu primer amor. Siempre la quisiste a ella, sin que te importen los demás. Si ella te frunce el ceño un poco, puedes hacer la vista gorda ante el dolor y el esfuerzo de los demás. Eres tan cruel, Pierce» pensé. --Bueno, ya lo has decidido. No tengo voz y voto en esto ya que tú eres el presidente. Ahora vete, estaré en la oficina --indiqué con frialdad mientras abría la puerta del auto para salir. --Kelly… En ese instante, lo miré a los ojos y dije: --Ve a casa temprano. Hablaremos de nuestro divorcio esta noche. Capítulo 4 Punto de vista de Kelly--Plantada Me encontraba jugueteando con el anillo de bodas en mi dedo mientras lo esperaba. Le había dicho que volviera temprano a casa, pero todavía no regresaba y ni siquiera contestaba mis llamadas. Bueno, ahora que Lexi había vuelto, probablemente ya no veía a esta casa como su hogar. De pronto, mis ojos se dirigieron a mi informe de embarazo que estaba sobre la mesa. Qué gracioso. Todavía era tan ingenua para albergar un rayo de esperanza de que las cosas podrían cambiar si le hablaba del bebé, pero este bebé estaba fuera de sus planes. Me sequé las lágrimas que se acumulaban en el rabillo de mis ojos y agarré el informe. Ya eran las cinco de la mañana cuando miré el reloj de la pared. Intenté marcar su número nuevamente, pero seguía sin responder. ¿En qué estaba tan ocupado? ¿Estaba h**iendo el a**r con Lexi? Debió haberla extrañado mucho, ¿verdad? Pronto, sin saber cuándo, me quedé dormida. Cuando sonó el despertador, inconscientemente toqué la almohada a mi lado. Frío como anoche, no había vuelto a casa todavía. Me burlé de mí misma al ver mi reflejo en el espejo de la cómoda. Los círculos oscuros bajo mis ojos se veían a simple vista y mi cabello era un total desastre, parecía un fantasma. De repente una oleada de náuseas inundó mi estómago y me di cuenta de que no había comido nada la noche anterior. De pronto, me sentí mal otra vez y rápidamente corrí hacia el lavabo y vomité. Escupí un líquido amarillento que sabía muy mal. De inmediato, me lavé la boca y miré mi propio reflejo en el espejo. Al verme, sacudí la cabeza y tomé mi frente en cuanto sentí ganas de vomitar de nuevo. Volví a escupir el líquido amarillento y mientras me lavaba la boca, sentí una cálida mano acariciando mi espalda. Inmediatamente levanté la cara y me encontré con un par de ojos marrones que me miraban a través del espejo. Detrás de mí con cara de preocupación estaba mi esposo Pierce. --¿Estás bien? ¿Te sientes mal? Debiste haberme dicho. Al instante, lo miré a través del espejo. --No respondiste mis llamadas --contesté. Ante aquellas palabras, la culpa apareció en sus ojos. --Lo lamento. Tenía cosas que hacer. Me quedé en la oficina toda la noche --afirmó. Rápidamente, me limpié la cara y pasé junto a él. Pierce me siguió mientras me sentaba frente al tocador y comenzaba a peinarme. --Kels… --Me desperté tarde. No pude preparar el desayuno. Mientras hablaba, intenté evitar sus ojos. Sentía que iba a perder los estribos y gritarle. En ningún momento sentí su egoísmo tan claramente como ahora. Decía que yo era su mejor amiga, pero nunca le habían importado mis necesidades, mis sentimientos. --Kels... sabes que no te pregunté eso. Estoy preocupado por tu salud... Kels, ¿todavía estamos bien? Ante aquella pregunta, dejé de peinarme y lentamente nuestras miradas se encontraron a través del espejo, otra vez. ¿De verdad me estaba preguntando eso? ¿Después de que me pidió el divorcio sin siquiera preguntarme si estaba de acuerdo? Él decidió por su cuenta sólo porque su primer amor había vuelto. No podía creer lo que hacía. Al final, fingí una sonrisa y dije: --No me siento bien hoy, Pierce, eso es todo. Un instante después, se puso de cuclillas a mi lado, lo cual no me resultó sorprendente porque sabía que realmente se preocupaba. Pero lo que sí me sorprendió fue que hacía todo esto después de enterrar una daga en mi corazón. --¿Estás bien? --preguntó mientras tocaba suavemente mi frente y mi cuello--. ¿Estás enferma? Dime cómo te sientes, Kels. --Mis sentimientos no importan --no pude evitar decir y parecía sorprendido por mis palabras. En ese instante, intenté evitarlo, pero me agarró de la muñeca y me hizo mirarlo. Su rostro ahora reflejaba su ira. Había perdido completamente la paciencia. --¿Qué te pasa, Kels? Has estado actuando así desde ayer. ¿Es por Lexi? ¿O porque no volví a casa anoche? --inquirió. Yo lo miré a los ojos, molesta. --¡Tú fuiste quien pidió el divorcio! Te pedí que regresaras temprano para hablar al respecto, pero me dejaste esperando toda la noche. ¿Pretendías que te diera la bienvenida con brazos abiertos después de eso, Pierce? --respondí. Al escucharme, apretó la mandíbula y sacudió la cabeza. --Kels, yo... --Ya basta. Hablaremos del divorcio después del trabajo. --¡Kels! --me llamó y me agarró de los hombros. La confusión y el dolor eran visibles en sus ojos--. ¿Estás... enamorada de mí? Aquello me desconcertó. ¿Enamorada? ¡Sí! Desde que estábamos en la escuela secundaria, desde que se convirtió en mi mejor amigo. ¿Quién no se enamoraría de alguien que te ha estado protegiendo desde entonces? Siempre he estado agradecida de tenerlo como mi mejor amigo y esposo, pero ahora… lo estaba perdiendo. Perdiéndolo irremediablemente. Decidí darle a nuestro matrimonio una última oportunidad, hacer un esfuerzo final... ...... ==== Casarse con su mejor amigo fue un sueño hecho realidad para Kelly, pero todo tiene realmente una limitación. Pierce es el primer amor de Kelly, pero como su mejor amiga, sabía bien que siempre había otra mujer en lo profundo de su corazón. Lexi Gilbert. Kelly finalmente se dio cuenta de que su feliz matrimonio de los últimos tres años era solo un hermoso sueño cuando Pierce pidió el divorcio solo porque Lexi regresó. Ella sólo podría ser su mejor amiga incluso si estuviera encinta de su bebé. ¿Por qué no merecía ser amada? ¿Qué sucederá en adelante? ¿Cómo podría Kelly salvar su corazón en esta batalla de amor y odio? Los capítulos disponibles son limitados aquí, haga click el botón abajo para instalar APP y disfrutar leyendo más contenidos maravillosos. 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Tener hijo con mi mejor amigo | Para ella, casarse con su mejor amigo y quedar embarazada de su hijo fue un sueño hecho realidad. Pero en ese momento feliz, la mujer que amaba su marido regresó... ===== ¿Lo había oído bien? ¿Estoy embarazada? ¡Estoy embarazada de un bebé de Pierce! ¡Mi mejor amigo y mi primer amor! --Qué bueno que haya sido cautelosa, pudo haber perdido a su bebé, señorita Monroe --me dijo el ginecólogo con seriedad al ver la sorpresa en mis ojos. En ese momento, me toqué el vientre inconscientemente, sin poder creer que hubiera un bebé acostado allí. Cuando salí del hospital, no podía esperar para contarle a Pierce sobre nuestro bebé. Me preguntaba cuál sería su reacción. ¿Gritaría de felicidad? ¿Me b**aría y todo eso? ¡Dios! No podía contener mi felicidad. Incluso tomé mi cara roja entre mis manos mientras fantaseaba. Pero en el momento en que sentí el frío del anillo en mi dedo, mi corazón que latía salvajemente se calmó. Casi olvidaba que Pierce no estaba interesado en tener hijos, menos considerando que nuestro matrimonio fue arreglado por su familia. Por supuesto, Pierce era un completo caballero, como amigo y como marido. Cada vez que teníamos relaciones s**uales, él era considerado y cauteloso, y decía que no era necesario agregar más ataduras si no estábamos listos. Este bebé, en cierto modo, estaba fuera de los planes. --Señora, ¿está todo bien? ¿Necesita que llame al jefe? --preguntó mi conductor privado, Luke, preocupado al notar mi ceño fruncido. Luke era confiable como un miembro de la familia, pero no quería contarle porque quería que Pierce fuera el primero en enterarse de esta noticia. Él era el padre de mi bebé. --No --dije y negué con la cabeza, dándole a Luke una sonrisa tranquilizadora--. Está en el vuelo. Hablaré con él más tarde --y así vería su respuesta yo misma en sus crudas expresiones. Siempre fui buena en eso. Finalmente, cerré los ojos y recordé el día en que nos conocimos. Su brillante sonrisa a la luz del sol era tan deslumbrante que parecía un príncipe. Me enamoré de él a primera vista, mucho antes de que nos convirtiéramos en mejores amigos. Pero era sólo un amor no correspondido y yo lo sabía bien. En ese instante, bajé la ventanilla del auto para tomar un poco de aire fresco y, sin quererlo, vislumbré nuestra antigua escuela secundaria. Ese sentimiento amargo llenó mi pecho una vez más... Pierce fue mi primer amor, pero yo no era el suyo. En la escuela secundaria, yo no era más que una nerd aburrida a los ojos de los demás, mientras que Pierce Anderson era el brillante mariscal de campo. Todos se sorprendieron de que pudiéramos ser amigos. Aunque las hostilidades hacia mí aumentaron, disfruté estar cerca de él y poco a poco me di cuenta de que no quería ser sólo su amiga. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de confesarle mis sentimientos, otra chica llegó a su vida. Sacudí la cabeza tratando de deshacerme de esos viejos y tristes recuerdos. Luego toqué el frío anillo de bodas en mi dedo y me dije que el pasado ya había pasado. Pierce dijo que habían terminado y que ahora yo era su esposa. Sí, yo era su esposa y además estaba embarazada de su bebé. Pronto, me sequé las lágrimas de las comisuras de los ojos y abrí la puerta de nuestra casa. Mi corazón se calmó al respirar el aroma de mi hogar, nuestra casa. Pierce y yo la decoramos juntos con nuestras propias manos. Lo disfrutamos. Sí, tal vez estaba pensando demasiado. Esa mujer había estado fuera de nuestras vidas durante mucho tiempo y los últimos tres años mi matrimonio con Pierce fueron tan hermosos como un cuento de hadas. Una vez dentro, miré el reloj de la pared. Para ese entonces, Pierce ya debería haberse bajado del avión. Estuvo más de un mes en viajes de negocios de nuestra empresa familiar. Pierce era el presidente de ADE, la empresa de revistas de moda líder en toda Asia, y yo era la vicepresidente de la compañía. No sólo éramos compañeros de vida, sino también buenos socios en el trabajo. En verdad lo extrañaba. De inmediato, marqué su número, pues tenía muchas ganas de escuchar su voz y saber cuándo llegaría a casa. Le prepararía una buena comida y él me premiaría con un dulce beso. Y luego podríamos... Vaya, en ese momento casi olvidé que estaba embarazada. Debía contarle eso primero y luego podríamos hacer otra cosa. Estaba imaginando felizmente nuestra encantadora reunión, pero mi corazón dio un vuelco cuando una voz de mujer cruzó la línea. --¿Hola? Al escuchar esa sola palabra, dejé caer mi teléfono, que se rompió al chocar contra el suelo, y mi cuerpo empezó a temblar incontrolablemente. ¡NO! ¡No podía ser ella! ¡No podía ser Lexi! ¡Ella ya estaba fuera de nuestras vidas! Debí haber escuchado mal. De inmediato, corrí hacia la nevera en un intento por calmarme con la ayuda de un poco de al**hol. Pero en el momento en que toqué la botella de v**o, recordé las palabras del médico sobre mi bebé. Debía tener cuidado por la salud de mi bebé, así que solo agarré una caja de leche y caminé hacia el sofá. En ese entonces, no sabía qué me hizo reconocer esa voz como la de Lexi. Nosotras nunca fuimos cercanas. Lexi Gilbert era la típica belleza rubia por la que los hombres se volvían locos. Ella era una animadora popular en la escuela secundaria, mientras que Pierce era el mariscal de campo estrella. Encajaba mejor con él que una nerd como yo, ¿verdad? No me sorprendió que se haya enamorado de ella. Mi orgullo no soportó ver al hombre que amaba volverse loco por otra mujer, así que una vez intenté alejarme de ellos en silencio, pero Pierce se negó a salirse de mi vida. Cada vez que me ahogaba en un mar de libros y estudios para olvidarlos, Pierce aparecía en mi puerta invitándome a salir. No podía decirle que no a su sonrisa encantadora y tampoco podía decirle que no porque afirmaba que era su deber como mi mejor amigo llevarme a disfrutar del mundo real. Para no arruinar nuestra amistad, oculté mi corazón roto y desempeñé en silencio el papel de su mejor amiga, siempre a su lado y observando su rostro feliz por otra chica. Finalmente, cuando supe que Pierce planeaba proponerle matrimonio a Lexi, me armé de valor y fui a estudiar al extranjero, sin saber que su abuela me llamaría para rogarme que regresara. Por supuesto, volví a toda prisa sólo para ver a Pierce sin vida. Lexi le había herido gravemente el corazón y el mío sufría por mi amado. Empecé a odiar a Lexi desde ese momento. Le había entregado a mi amado hombre, ¡cómo se atrevió a hacerle tanto daño! ¡Esa bruja! Pierce no le contó a nadie lo que pasó, excepto que había terminado con Lexi. Luego, la abuela arregló nuestro matrimonio. No entendí por qué estuvo de acuerdo hasta que un día lo escuché decir que casarse con cualquiera que no fuera Lexi sería lo mismo para él. Aquello me dolió mucho, pero aun así me casé con él sin pensarlo dos veces. Mi amado estaba destrozado y quería recomponerlo, sin importarme si eso me arruinaba a mí en el proceso. Me quedé dormida sintiéndome muy insegura y preocupada. Me desperté en medio de la noche cuando sentí que alguien acariciaba mi mejilla. Lentamente abrí los ojos y me di cuenta de que me había quedado dormida en la sala de estar. Alguien me levantó del sofá e inmediatamente reconocí su olor y tacto mientras lo miraba con los ojos entrecerrados. --Pierce… --Hmm --murmuró mientras caminaba hacia las escaleras--. ¿Por qué te dormiste en el sofá? Yo solo me quedé mirándolo a la cara y luego me dejó suavemente sobre la cama, acarició mi cabello y besó mi frente. Siempre fue tan gentil y por eso lo amaba tanto. Llevábamos más de un mes separados, mi cuerpo lo extrañaba y mi corazón lo anhelaba. --¿Dónde estabas? Te estuve esperando --dije mientras acariciaba su mejilla. --Acabo de encontrarme con un amigo. Dijiste que me estabas esperando, ¿es urgente? Al ver su rostro amable, de repente no quise arruinarle el momento, así que cerré mis labios entreabiertos y tragué la verdad para devolverla a mi estómago. Mañana, tal vez mañana tendría el coraje de afrontar todos los rompecabezas. De modo que solo sacudí la cabeza, hice un puchero y le dije que tenía sueño. Él se rió entre dientes y me dio un beso de buenas noches, pero en el momento en que estuvo a punto de dejarme, por alguna razón entré en pánico. Rápidamente lo agarré y lo b*sé con toda mi pasión... Lo extrañaba y lo quería. --Espera, Kels --dijo y me detuvo, sujetando mis locas manos sobre la cama--. Pensé que habías dicho que tenías sueño y que necesitabas descansar. --Sí, pero te extraño --exclamé y lo miré con inocencia. Pude captar el deseo brillando en sus ojos, pero se desvaneció de pronto y yo no comprendía por qué. Solía ponerse feliz cuando yo tomaba la iniciativa. En ese instante, como si notara mi confusión, se rió entre dientes y me pellizcó juguetonamente la nariz. --Me daré una ducha. Huelo a al**hol --manifestó. Yo solo asentí y lo miré mientras caminaba hacia el baño. Pronto la somnolencia volvió a atacarme, así que cerré los ojos para tomar una siesta. Sin embargo, ya era de mañana cuando abrí los ojos nuevamente y Pierce estaba a mi lado, poniendo una bandeja con comida en la mesita de noche. --¡Ey! --lo saludé y sonreí cuando me di cuenta de lo que había hecho. Me había preparado el desayuno para llevármelo a la cama. Era tan dulce. Él sonrió y se sentó en la cama. --Buen día. Le devolví la sonrisa mientras me sentaba en la cama. En ese momento, agarró la bandeja y la puso a mi lado. Al instante, levanté una ceja e incliné la cabeza mientras miraba su hermoso rostro. Sus cejas espesas y negras enmarcaban sus hermosos ojos de color marrón oscuro. Su nariz era orgullosa y puntiaguda y sus labios eran rojos y finos. Parecía un chico malo y s*xy, incluso Damon Salvatore se avergonzaría de estar a su lado. Nadie tenía posibilidad alguna contra este hombre. --¿Qué es esto? ¿Un soborno? Me dejaste plantada anoche, chico malo --dije. Él no se rió. Exhaló un suspiro y colocó con suavidad mi cabello detrás de mis orejas antes de tomar mi mano y mirarme a los ojos. --Tengo algo que decirte. Al instante, sentí que mi corazón se aceleraba y pensé en nuestro bebé en mi útero. Tenía algo que decirme, yo también tenía algo que contarle. --¿Q-Qué cosa? --pregunté con voz temblorosa. De repente, dio un profundo suspiro y comenzó: --Sabes que eres importante para mí, ¿verdad? Asentí lentamente con los labios entreabiertos. No pude responder, tenía miedo de lo que estaba a punto de decir. Tenía un mal presentimiento. --Eras mi mejor amiga antes de casarnos. Eres una de las pocas personas que valoro… --prosiguió. Mientras hablaba, escondí mis puños cerrados debajo de la sábana. No sabía por qué me decía todo esto, pero ya podía sentir las lágrimas acumulándose en el rabillo de mis ojos. --Kelly... --hizo una pausa y cerró los ojos con fuerza antes de volver a mirarme a los ojos--. Creo que es hora de que nos divorciemos. --P-Pierce… --exclamé y sentí que mi corazón se apretaba. Él sonrió. --Sé que tú tampoco sientes nada por mí. Te casaste conmigo por mis abuelos, hiciste esto solo porque los amas. Ahora llegó el momento de nuestra verdadera felicidad, Kelly. Al oírlo, no pude evitar sacudir la cabeza. --¿De qué estás hablando, Pierce? --inquirí. --Lexi ha vuelto, Kelly. Mi primer amor ha vuelto. Capítulo 2 Punto de vista de Kelly--Llueve sobre mojado De inmediato, me levanté de la cama e intenté irme, pero Pierce me agarró la mano. Rápidamente me sequé las lágrimas que rodaban por mis mejillas antes de que él pudiera verlas. Luego, se paró frente a mí y me miró a la cara mientras yo intentaba con todas mis fuerzas mirar hacia abajo y evitar verlo a los ojos. Sentí que mi corazón se rompía en pedazos. Pensaba… pensaba que podría hacer que se enamorara de mí en esos tres años que pasamos juntos. Pensaba que sus sentimientos cambiarían y me vería como una mujer en lugar de solo su mejor amiga. Fui estúpida por tener esperanzas y soñar tan alto. Fallé. Sin importar cuánto lo intentara, su corazón pertenecía sólo a su primer amor: Lexi. --Kelly… En ese momento, contuve el aliento y me tragué el dolor mientras lo miraba. Luego fingí una sonrisa y dije: --Debo lavarme las manos antes de comer. Pero él me miró a los ojos como si intentara descubrir lo que estaba pensando. Yo sabía que él me conocía demasiado bien, así que traté con todas mis fuerzas de ocultar mi dolor y le sonreí. Finalmente, suspiró y soltó mi mano. --Bueno. Te esperaré aquí. Comamos y vayamos a trabajar juntos. ¿Juntos? ¿Por qué era tan cruel? ¿Quería que nos siguiéramos llevando bien como si no me hubiera pedido el divorcio? ¿Quería que nos quedáramos como estábamos justo después de decirme que su primer amor había regresado y quería divorciarse de mí? Oh Pierce, ¿qué estaba pasando por tu cabeza? Antes podía obligarme a mí misma a quedarme en el puesto de su mejor amiga mientras le deseaba felicidad, pero ya no tenía ese coraje después de los tres años que habíamos compartido. No había manera de que pudiera soportar esa tortura otra vez, en especial ahora que cargaba a su bebé. El bebé... en un principio pensé que era una buena noticia para nosotros, pero ahora... supongo que sería más bien una carga para él. Una carga que le impediría conseguir su verdadero amor y su libertad. Yo sabía muy bien cómo crecía un niño no deseado. Mis padres se divorciaron antes de que mi madre muriera y la nueva familia de mi padre me odiaba, lo que me dolía muchísimo. Por eso no quería que mi bebé experimentara lo mismo que yo sentí, así que debía mantener a mi bebé alejado de él. --No podemos --dije mientras fingía una nueva sonrisa--. Debo visitar el estudio para la sesión de fotos de nuestros nuevos modelos… --Iré contigo. --No --contesté y aparté su mano. Sus ojos siguieron mi mano antes de levantar la cara para mirarme de nuevo--. Tienes documentos que firmar. Nuestros horarios ya están organizados, ¿recuerdas? --Pero… --Tengo un conductor personal, Pierce. Estaré bien sola --afirmé. Finalmente, suspiró y asintió con calma. En ese momento, le di la espalda y entré al baño. Inmediatamente abrí la ducha y me paré bajo el agua fría. Las lágrimas cayeron en cascada por mis mejillas mientras me cubría la boca para reprimir los sollozos. Mis hombros temblaban mucho y cuando pensé en mi bebé, tragué saliva y traté de calmarme. Luego me limpié la cara y acaricié mi vientre. Debía ser fuerte y mantener la calma. No podía arriesgar la vida de mi bebé sólo porque me habían roto el corazón. Tenía que lidiar con esto de forma inteligente. Unos minutos después, tomé un respiro profundo y terminé mi ducha. Cuando salí del baño, me sorprendió ver que Pierce todavía estaba allí. Estaba luchando por arreglarse la corbata frente al espejo de cuerpo entero. También noté un par de zapatos y un vestido míos sobre la cama. --¡Ey! Elegí tu vestido para hoy --dijo. Como nuestro matrimonio no era público, Pierce dijo que haría pequeñas cosas para mí como marido. De hecho, lo había hecho bien y yo solía disfrutar de estos dulces momentos que me regalaba, pero ahora sentía que eso mismo me m**aría. Al segundo siguiente, agarré el vestido y entré al vestidor, sentiendo que me seguía. Volví a guardar el vestido blanco y elegí uno rojo. Cuando me di vuelta y lo tuve de frente, lo vi con la frente arrugada. --Hoy prefiero el rojo. Me sentiré hermosa con este vestido --expliqué con una sonrisa. Al instante, sus ojos se dirigieron al vestido que sostenía y su rostro inmediatamente se calmó. Al final asintió y caminó hacia mí. --Ya veo. Pero antes ayúdame a arreglar esto --me pidió. Sin dudarlo, puse mi vestido en su brazo y comencé a arreglarle la corbata. Podía sentir sus ojos mirándome intensamente y eso hacía que mi corazón latiera muy rápido. Respiré hondo y me mordí el labio inferior mientras luchaba por arreglar su corbata. De pronto, mi visión se volvió borrosa otra vez. ¡Maldición! --Kelly… No pude evitar sobresaltarme en shock. --¿Mmm? --¿Estás bien? --preguntó. Lo miré y sonreí: --Sí. --Tengo algo más que decirte. En ese instante, terminé de arreglarle la corbata y le quité rápidamente el vestido del brazo. Lo miré antes de pasar junto a él y dije: --Hablaremos después. Voy a llegar tarde. Lo escuché suspirar antes de volver a seguirme. Me vestí mientras él estaba detrás de mí. Estuvo en silencio todo el tiempo, como si estuviera pensando en algo. --Deberías desayunar antes de irte --comentó. Un segundo después, me paré frente a él y asentí. --Lo haré. Deberías irte ahora --respondí. --Kelly, estamos en la misma página, ¿verdad? --preguntó. Lo miré fijamente. No, Pierce. Nunca estuvimos en la misma página. Sólo fueron mis estúpidas fantasías. Pensaba que sentías algo por mí, pero estaba muy equivocada. --Si hablas del divorcio, lo entiendo, Pierce. Sé lo que tengo que hacer. Sólo dame algo de tiempo porque estoy muy ocupada con la empresa. No huiré. --Kelly, no estoy haciendo esto sólo por mí. También lo hago por ti. Has estado encerrada conmigo desde que nos casamos. Sé que no eres feliz porque en el fondo también quieres encontrar al hombre que te mereces. Alguien que realmente te ame, no yo. No alguien indiferente. --Entiendo lo que tratas de decir, Pierce --dije y traté de darle la espalda, pero antes de poder hacerlo, él me sujetó por la cintura y me mantuvo en el lugar. Luego hizo todo lo posible para captar mis ojos hasta que lo consiguió. Su mirada era de preocupación. --Eres mi mejor amiga. No quiero perderte, Kels. Eres una de las pocas personas… --Lo sé --lo interrumpí con frustración. Parecía sorprendido, así que me calmé--. Ya lo sé. No tienes que preocuparte. Simplemente estoy estresada por el trabajo, no es por el divorcio. En ese instante, sus labios se separaron, asintió lentamente y soltó un suspiro. Luego, caminó hacia mí y me congelé cuando besó mi frente con dulzura… --Gracias, Kelly --susurró. Al oírlo, mi corazón se apretó. Habían pasado tres años pero todavía era una cobarde. «¿Por qué no puedes simplemente decirle que lo amas, Kelly? ¡Él es tu esposo y estás llevando su bebé! ¡Díselo y tal vez cambie de opinión!» pensé. Con eso en mente, tragué saliva y estuve a punto de decírselo, pero justo en ese momento su teléfono sonó. Pude ver el identificador de llamadas. Era Lexi. --Me tengo que ir --afirmó y se rascó la cabeza a modo de disculpa, mientras las comisuras de su boca se curvaban hacia arriba--. Llamé a Luke. Te espera afuera. Come antes de irte, ¿sí? Con eso, salió de nuestra habitación. De repente, las lágrimas que había logrado reprimir hasta ese momento volvieron a brotar. ¿Por qué había pensado que podría tener una oportunidad? Él tomó su decisión en el momento en que me pidió el divorcio, ¿verdad? Siempre que se trataba de Lexi me abandonaba. Capítulo 3 Punto de vista de Kelly--Mantener la compostura Entré al estudio con tacones rojos de cinco centímetros y un vestido igualmente rojo. Todos miraron en mi dirección cuando entré caminando por el pasillo y me saludaron con una sonrisa, pero mantuve mi rostro estoico, sin mostrar emoción alguna. La conversación de esa mañana con Pierce todavía estaba en mi cabeza, pero no podía permitir que afectara mi trabajo. No podía fallar en mi trabajo después de haber fracasado en mi matrimonio. De modo que respiré profundamente para recomponerme. Un momento después, cuando entré a la sala de la sesión de fotos, noté que todos estaban sumidos en el caos. --¡No podemos! No responde las llamadas. ¿Qué debemos hacer? La vicepresidente viene hoy, se enojará. --Podemos simplemente decirle la verdad. Ella es amable. --¡No lo será con esta situación, Lily! Nos va a regañar... --¿Qué está pasando aquí? --pregunté mientras entraba a la sala. De inmediato, el personal me miró con expresiones preocupadas y entonces supe que había un problema. --B-Buenos días, señorita Monroe. Señorita Monroe. Por supuesto, nadie sabía que Pierce y yo estábamos casados excepto nuestras familias. Sentí como si pellizcaran mi corazón con esa verdad. Dolía. Rápidamente, la miré sin comprender. --¿Qué ocurre? --T-tenemos un problema, señorita Monroe. La señorita Chen, nuestra modelo, no atiende nuestras llamadas. Dijo que escuchó que íbamos a cambiar de modelo así que… no quiere venir. Incluso... amenazó con presentar una demanda contra nosotros. Después de decir eso, inclinó la cabeza. Yo apreté los dientes y recorrí el lugar con la mirada. --¿Dónde está la directora de marketing? --inquirí. --E-Ella todavía está tratando de convencer a la señorita Chen, señorita Monroe. Luego de escuchar el problema, me masajeé la frente y cerré los ojos con fuerza. Un segundo después, me agarré del pelo y grité de ira. Sentí que todos a mi alrededor se sobresaltaban sorprendidos. Yo solo suspiré y tomé una gran bocanada de aire antes de mirar a mi alrededor. --Señorita Monroe... --¿Qué es todo esto, señorita Hayley? Tú eres la directora de marketing, ¿qué está pasando? --Señorita Monroe, no sé cómo sucedió, pero la señorita Chen escuchó que usted cambiará de modelo. Está a punto de presentar una demanda contra nosotros... ¿Cambiar de modelo? ¿Cómo es que yo no sabía nada al respecto? La señorita Chen siempre había sido nuestra modelo de confianza y, si no era necesario, cambiar de modelo para una sesión comercial con tan poca antelación sólo causaría muchos problemas a la empresa. Nunca permitiría un error como este. --Yo no pedí eso. Debe ser un error --la interrumpí para ahorrar tiempo--. ¡Arregla este desastre o tendré que despedirte! --Señorita Monroe... Fue el presidente quien nos pidió que la cambiáramos --explicó Hayley vacilante--. Lo ordenó ayer tan pronto como regresó de su viaje de negocios. Aquella verdad me golpeó con fuerza. ¿Fue orden de Pierce? ¿Por qué no me lo dijo? Solía discutir conmigo cada decisión importante antes de tomarla. --No puede ser... --exclamé confundida. Pierce no era un hombre de negocios despistado. Siempre mantuvo una clara distinción entre el trabajo y la vida personal, razón por la cual siempre tuvo éxito. Y esa fue también la razón por la que decidió mantener nuestro matrimonio en secreto. --Sí, Kelly. Yo di la orden. --Su voz me hizo retroceder. --S-Señor Presidente… --saludó Hayley y se inclinó con respeto al ver al hombre que apareció de repente detrás de mí. --Pierce, ¡creo que me debes una explicación sobre este cambio de modelo! --dije con los dientes apretados mientras me giraba para interrogarlo. Él sabía perfectamente cuánto esfuerzo puse para ganar este proyecto. Estuve días sin dormir y la señorita Chen era la persona ideal para este trabajo. De hecho, él también estuvo de acuerdo. Pero ahora… simplemente cambió la modelo a su gusto sin avisarme con antelación. Eso fue como abofetearme con fuerza en la cara. --Continúen con el trabajo. Yo se lo aclararé --le indicó él al personal para calmarlos, ignorando la ira que estaba a punto de salir de mis ojos. --¡Contéstame, Pierce! ¿Por qué cambias de modelo tan de repente? --No pude contener mi enojo. Él simplemente me tocó el hombro y me susurró: --Este no es el lugar para discutir al respecto. Te lo explicaré en el auto. En ese momento, miré a mi alrededor y noté que los demás nos miraban furtivamente. Luego me quité sus manos de encima y caminé hacia el estacionamiento, pero durante el camino, sentía mi corazón cada vez más pesado. Tenía la sensación de que su explicación no iba a gustarme. --Vamos, dímelo --exclamé ni bien nos sentamos en su auto. Antes de hablar, me miró a los ojos como si sopesara mis emociones, pero yo aparté la mirada de nuevo. No podía soportar sus miradas, no podía soportar esos ojos que nunca me miraban como yo quería. Él no sentía nada por mí y eso me dolía mucho. --Yo-yo… --hizo una pausa y suspiró--. Reemplacé a la señorita Chen porque Lexi quiere ser nuestra modelo. Ella también encaja en el proyecto, así que estuve de acuerdo... --¿Qué? --pregunté con incredulidad. De pronto, apretó los labios y miró hacia otro lado. Luego se revolvió el cabello antes de sacudir la cabeza y tomar mi mano. --Lamento no haberte dicho antes, fue muy repentino. Ella me pidió un favor, no pude decirle que no. Rápidamente, retiré mi mano y lo miré con dolor y enojo. --No pudiste decirle que no, así que preferiste dañar a la empresa, a nuestra empresa. Me traicionaste, Pierce. --Kels, vamos. Sabes cuánto la amo. Ella es mi primer amor. Al oírlo, cerré los ojos con dolor. «Oh sí, ella es tu primer amor. Siempre la quisiste a ella, sin que te importen los demás. Si ella te frunce el ceño un poco, puedes hacer la vista gorda ante el dolor y el esfuerzo de los demás. Eres tan cruel, Pierce» pensé. --Bueno, ya lo has decidido. No tengo voz y voto en esto ya que tú eres el presidente. Ahora vete, estaré en la oficina --indiqué con frialdad mientras abría la puerta del auto para salir. --Kelly… En ese instante, lo miré a los ojos y dije: --Ve a casa temprano. Hablaremos de nuestro divorcio esta noche. Capítulo 4 Punto de vista de Kelly--Plantada Me encontraba jugueteando con el anillo de bodas en mi dedo mientras lo esperaba. Le había dicho que volviera temprano a casa, pero todavía no regresaba y ni siquiera contestaba mis llamadas. Bueno, ahora que Lexi había vuelto, probablemente ya no veía a esta casa como su hogar. De pronto, mis ojos se dirigieron a mi informe de embarazo que estaba sobre la mesa. Qué gracioso. Todavía era tan ingenua para albergar un rayo de esperanza de que las cosas podrían cambiar si le hablaba del bebé, pero este bebé estaba fuera de sus planes. Me sequé las lágrimas que se acumulaban en el rabillo de mis ojos y agarré el informe. Ya eran las cinco de la mañana cuando miré el reloj de la pared. Intenté marcar su número nuevamente, pero seguía sin responder. ¿En qué estaba tan ocupado? ¿Estaba h**iendo el a**r con Lexi? Debió haberla extrañado mucho, ¿verdad? Pronto, sin saber cuándo, me quedé dormida. Cuando sonó el despertador, inconscientemente toqué la almohada a mi lado. Frío como anoche, no había vuelto a casa todavía. Me burlé de mí misma al ver mi reflejo en el espejo de la cómoda. Los círculos oscuros bajo mis ojos se veían a simple vista y mi cabello era un total desastre, parecía un fantasma. De repente una oleada de náuseas inundó mi estómago y me di cuenta de que no había comido nada la noche anterior. De pronto, me sentí mal otra vez y rápidamente corrí hacia el lavabo y vomité. Escupí un líquido amarillento que sabía muy mal. De inmediato, me lavé la boca y miré mi propio reflejo en el espejo. Al verme, sacudí la cabeza y tomé mi frente en cuanto sentí ganas de vomitar de nuevo. Volví a escupir el líquido amarillento y mientras me lavaba la boca, sentí una cálida mano acariciando mi espalda. Inmediatamente levanté la cara y me encontré con un par de ojos marrones que me miraban a través del espejo. Detrás de mí con cara de preocupación estaba mi esposo Pierce. --¿Estás bien? ¿Te sientes mal? Debiste haberme dicho. Al instante, lo miré a través del espejo. --No respondiste mis llamadas --contesté. Ante aquellas palabras, la culpa apareció en sus ojos. --Lo lamento. Tenía cosas que hacer. Me quedé en la oficina toda la noche --afirmó. Rápidamente, me limpié la cara y pasé junto a él. Pierce me siguió mientras me sentaba frente al tocador y comenzaba a peinarme. --Kels… --Me desperté tarde. No pude preparar el desayuno. Mientras hablaba, intenté evitar sus ojos. Sentía que iba a perder los estribos y gritarle. En ningún momento sentí su egoísmo tan claramente como ahora. Decía que yo era su mejor amiga, pero nunca le habían importado mis necesidades, mis sentimientos. --Kels... sabes que no te pregunté eso. Estoy preocupado por tu salud... Kels, ¿todavía estamos bien? Ante aquella pregunta, dejé de peinarme y lentamente nuestras miradas se encontraron a través del espejo, otra vez. ¿De verdad me estaba preguntando eso? ¿Después de que me pidió el divorcio sin siquiera preguntarme si estaba de acuerdo? Él decidió por su cuenta sólo porque su primer amor había vuelto. No podía creer lo que hacía. Al final, fingí una sonrisa y dije: --No me siento bien hoy, Pierce, eso es todo. Un instante después, se puso de cuclillas a mi lado, lo cual no me resultó sorprendente porque sabía que realmente se preocupaba. Pero lo que sí me sorprendió fue que hacía todo esto después de enterrar una daga en mi corazón. --¿Estás bien? --preguntó mientras tocaba suavemente mi frente y mi cuello--. ¿Estás enferma? Dime cómo te sientes, Kels. --Mis sentimientos no importan --no pude evitar decir y parecía sorprendido por mis palabras. En ese instante, intenté evitarlo, pero me agarró de la muñeca y me hizo mirarlo. Su rostro ahora reflejaba su ira. Había perdido completamente la paciencia. --¿Qué te pasa, Kels? Has estado actuando así desde ayer. ¿Es por Lexi? ¿O porque no volví a casa anoche? --inquirió. Yo lo miré a los ojos, molesta. --¡Tú fuiste quien pidió el divorcio! Te pedí que regresaras temprano para hablar al respecto, pero me dejaste esperando toda la noche. ¿Pretendías que te diera la bienvenida con brazos abiertos después de eso, Pierce? --respondí. Al escucharme, apretó la mandíbula y sacudió la cabeza. --Kels, yo... --Ya basta. Hablaremos del divorcio después del trabajo. --¡Kels! --me llamó y me agarró de los hombros. La confusión y el dolor eran visibles en sus ojos--. ¿Estás... enamorada de mí? Aquello me desconcertó. ¿Enamorada? ¡Sí! Desde que estábamos en la escuela secundaria, desde que se convirtió en mi mejor amigo. ¿Quién no se enamoraría de alguien que te ha estado protegiendo desde entonces? Siempre he estado agradecida de tenerlo como mi mejor amigo y esposo, pero ahora… lo estaba perdiendo. Perdiéndolo irremediablemente. Decidí darle a nuestro matrimonio una última oportunidad, hacer un esfuerzo final... ...... ==== Casarse con su mejor amigo fue un sueño hecho realidad para Kelly, pero todo tiene realmente una limitación. Pierce es el primer amor de Kelly, pero como su mejor amiga, sabía bien que siempre había otra mujer en lo profundo de su corazón. Lexi Gilbert. Kelly finalmente se dio cuenta de que su feliz matrimonio de los últimos tres años era solo un hermoso sueño cuando Pierce pidió el divorcio solo porque Lexi regresó. Ella sólo podría ser su mejor amiga incluso si estuviera encinta de su bebé. ¿Por qué no merecía ser amada? ¿Qué sucederá en adelante? ¿Cómo podría Kelly salvar su corazón en esta batalla de amor y odio? Los capítulos disponibles son limitados aquí, haga click el botón abajo para instalar APP y disfrutar leyendo más contenidos maravillosos. 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