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Yes 2024-11-09 18:30 active 1755 0 VIEW_INSTAGRAM_PROFILE http://instagram.com/destinybeautysupply1_ Destiny Beauty https://www.facebook.com/100088954929776/ 1,086 0 0 1969-12-31 18:00 0 0 0 0 0 0 Visit Instagram Profile 0 instagram.com CAROUSEL http://instagram.com/destinybeautysupply1_ 1969-12-31 18:00 https://scontent-iad3-1.xx.fbcdn.net/v/t39.35426-6/465737843_871102894804725_4207166927487497273_n.jpg?stp=dst-jpg_s60x60&_nc_cat=104&ccb=1-7&_nc_sid=c53f8f&_nc_ohc=0l-5lKFhGHkQ7kNvgFK14Ih&_nc_zt=14&_nc_ht=scontent-iad3-1.xx&_nc_gid=APbENYyjknBNE0LNQakVgrV&oh=00_AYDt7OQavsB5PmcA-m_HacpPWaIAwZqop6ewuaBiZ-3Xkw&oe=6735D784 PERSON_PROFILE 0 0 0 Destiny Beauty 0 0 1969-12-31 18:00 View Edit
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Yes 2024-11-09 18:51 active 1756 0 Para ella, casarse con su mejor amigo y quedar embarazada de su hijo fue un sueño hecho realidad. Pero en ese momento feliz, la mujer que amaba su marido regresó... ===== ¿Lo había oído bien? ¿Estoy embarazada? ¡Estoy embarazada de un bebé de Pierce! ¡Mi mejor amigo y mi primer amor! --Qué bueno que haya sido cautelosa, pudo haber perdido a su bebé, señorita Monroe --me dijo el ginecólogo con seriedad al ver la sorpresa en mis ojos. En ese momento, me toqué el vientre inconscientemente, sin poder creer que hubiera un bebé acostado allí. Cuando salí del hospital, no podía esperar para contarle a Pierce sobre nuestro bebé. Me preguntaba cuál sería su reacción. ¿Gritaría de felicidad? ¿Me b**aría y todo eso? ¡Dios! No podía contener mi felicidad. Incluso tomé mi cara roja entre mis manos mientras fantaseaba. Pero en el momento en que sentí el frío del anillo en mi dedo, mi corazón que latía salvajemente se calmó. Casi olvidaba que Pierce no estaba interesado en tener hijos, menos considerando que nuestro matrimonio fue arreglado por su familia. Por supuesto, Pierce era un completo caballero, como amigo y como marido. Cada vez que teníamos relaciones s**uales, él era considerado y cauteloso, y decía que no era necesario agregar más ataduras si no estábamos listos. Este bebé, en cierto modo, estaba fuera de los planes. --Señora, ¿está todo bien? ¿Necesita que llame al jefe? --preguntó mi conductor privado, Luke, preocupado al notar mi ceño fruncido. Luke era confiable como un miembro de la familia, pero no quería contarle porque quería que Pierce fuera el primero en enterarse de esta noticia. Él era el padre de mi bebé. --No --dije y negué con la cabeza, dándole a Luke una sonrisa tranquilizadora--. Está en el vuelo. Hablaré con él más tarde --y así vería su respuesta yo misma en sus crudas expresiones. Siempre fui buena en eso. Finalmente, cerré los ojos y recordé el día en que nos conocimos. Su brillante sonrisa a la luz del sol era tan deslumbrante que parecía un príncipe. Me enamoré de él a primera vista, mucho antes de que nos convirtiéramos en mejores amigos. Pero era sólo un amor no correspondido y yo lo sabía bien. En ese instante, bajé la ventanilla del auto para tomar un poco de aire fresco y, sin quererlo, vislumbré nuestra antigua escuela secundaria. Ese sentimiento amargo llenó mi pecho una vez más... Pierce fue mi primer amor, pero yo no era el suyo. En la escuela secundaria, yo no era más que una nerd aburrida a los ojos de los demás, mientras que Pierce Anderson era el brillante mariscal de campo. Todos se sorprendieron de que pudiéramos ser amigos. Aunque las hostilidades hacia mí aumentaron, disfruté estar cerca de él y poco a poco me di cuenta de que no quería ser sólo su amiga. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de confesarle mis sentimientos, otra chica llegó a su vida. Sacudí la cabeza tratando de deshacerme de esos viejos y tristes recuerdos. Luego toqué el frío anillo de bodas en mi dedo y me dije que el pasado ya había pasado. Pierce dijo que habían terminado y que ahora yo era su esposa. Sí, yo era su esposa y además estaba embarazada de su bebé. Pronto, me sequé las lágrimas de las comisuras de los ojos y abrí la puerta de nuestra casa. Mi corazón se calmó al respirar el aroma de mi hogar, nuestra casa. Pierce y yo la decoramos juntos con nuestras propias manos. Lo disfrutamos. Sí, tal vez estaba pensando demasiado. Esa mujer había estado fuera de nuestras vidas durante mucho tiempo y los últimos tres años mi matrimonio con Pierce fueron tan hermosos como un cuento de hadas. Una vez dentro, miré el reloj de la pared. Para ese entonces, Pierce ya debería haberse bajado del avión. Estuvo más de un mes en viajes de negocios de nuestra empresa familiar. Pierce era el presidente de ADE, la empresa de revistas de moda líder en toda Asia, y yo era la vicepresidente de la compañía. No sólo éramos compañeros de vida, sino también buenos socios en el trabajo. En verdad lo extrañaba. De inmediato, marqué su número, pues tenía muchas ganas de escuchar su voz y saber cuándo llegaría a casa. Le prepararía una buena comida y él me premiaría con un dulce beso. Y luego podríamos... Vaya, en ese momento casi olvidé que estaba embarazada. Debía contarle eso primero y luego podríamos hacer otra cosa. Estaba imaginando felizmente nuestra encantadora reunión, pero mi corazón dio un vuelco cuando una voz de mujer cruzó la línea. --¿Hola? Al escuchar esa sola palabra, dejé caer mi teléfono, que se rompió al chocar contra el suelo, y mi cuerpo empezó a temblar incontrolablemente. ¡NO! ¡No podía ser ella! ¡No podía ser Lexi! ¡Ella ya estaba fuera de nuestras vidas! Debí haber escuchado mal. De inmediato, corrí hacia la nevera en un intento por calmarme con la ayuda de un poco de al**hol. Pero en el momento en que toqué la botella de v**o, recordé las palabras del médico sobre mi bebé. Debía tener cuidado por la salud de mi bebé, así que solo agarré una caja de leche y caminé hacia el sofá. En ese entonces, no sabía qué me hizo reconocer esa voz como la de Lexi. Nosotras nunca fuimos cercanas. Lexi Gilbert era la típica belleza rubia por la que los hombres se volvían locos. Ella era una animadora popular en la escuela secundaria, mientras que Pierce era el mariscal de campo estrella. Encajaba mejor con él que una nerd como yo, ¿verdad? No me sorprendió que se haya enamorado de ella. Mi orgullo no soportó ver al hombre que amaba volverse loco por otra mujer, así que una vez intenté alejarme de ellos en silencio, pero Pierce se negó a salirse de mi vida. Cada vez que me ahogaba en un mar de libros y estudios para olvidarlos, Pierce aparecía en mi puerta invitándome a salir. No podía decirle que no a su sonrisa encantadora y tampoco podía decirle que no porque afirmaba que era su deber como mi mejor amigo llevarme a disfrutar del mundo real. Para no arruinar nuestra amistad, oculté mi corazón roto y desempeñé en silencio el papel de su mejor amiga, siempre a su lado y observando su rostro feliz por otra chica. Finalmente, cuando supe que Pierce planeaba proponerle matrimonio a Lexi, me armé de valor y fui a estudiar al extranjero, sin saber que su abuela me llamaría para rogarme que regresara. Por supuesto, volví a toda prisa sólo para ver a Pierce sin vida. Lexi le había herido gravemente el corazón y el mío sufría por mi amado. Empecé a odiar a Lexi desde ese momento. Le había entregado a mi amado hombre, ¡cómo se atrevió a hacerle tanto daño! ¡Esa bruja! Pierce no le contó a nadie lo que pasó, excepto que había terminado con Lexi. Luego, la abuela arregló nuestro matrimonio. No entendí por qué estuvo de acuerdo hasta que un día lo escuché decir que casarse con cualquiera que no fuera Lexi sería lo mismo para él. Aquello me dolió mucho, pero aun así me casé con él sin pensarlo dos veces. Mi amado estaba destrozado y quería recomponerlo, sin importarme si eso me arruinaba a mí en el proceso. Me quedé dormida sintiéndome muy insegura y preocupada. Me desperté en medio de la noche cuando sentí que alguien acariciaba mi mejilla. Lentamente abrí los ojos y me di cuenta de que me había quedado dormida en la sala de estar. Alguien me levantó del sofá e inmediatamente reconocí su olor y tacto mientras lo miraba con los ojos entrecerrados. --Pierce… --Hmm --murmuró mientras caminaba hacia las escaleras--. ¿Por qué te dormiste en el sofá? Yo solo me quedé mirándolo a la cara y luego me dejó suavemente sobre la cama, acarició mi cabello y besó mi frente. Siempre fue tan gentil y por eso lo amaba tanto. Llevábamos más de un mes separados, mi cuerpo lo extrañaba y mi corazón lo anhelaba. --¿Dónde estabas? Te estuve esperando --dije mientras acariciaba su mejilla. --Acabo de encontrarme con un amigo. Dijiste que me estabas esperando, ¿es urgente? Al ver su rostro amable, de repente no quise arruinarle el momento, así que cerré mis labios entreabiertos y tragué la verdad para devolverla a mi estómago. Mañana, tal vez mañana tendría el coraje de afrontar todos los rompecabezas. De modo que solo sacudí la cabeza, hice un puchero y le dije que tenía sueño. Él se rió entre dientes y me dio un beso de buenas noches, pero en el momento en que estuvo a punto de dejarme, por alguna razón entré en pánico. Rápidamente lo agarré y lo b*sé con toda mi pasión... Lo extrañaba y lo quería. --Espera, Kels --dijo y me detuvo, sujetando mis locas manos sobre la cama--. Pensé que habías dicho que tenías sueño y que necesitabas descansar. --Sí, pero te extraño --exclamé y lo miré con inocencia. Pude captar el deseo brillando en sus ojos, pero se desvaneció de pronto y yo no comprendía por qué. Solía ​​​​ponerse feliz cuando yo tomaba la iniciativa. En ese instante, como si notara mi confusión, se rió entre dientes y me pellizcó juguetonamente la nariz. --Me daré una ducha. Huelo a al**hol --manifestó. Yo solo asentí y lo miré mientras caminaba hacia el baño. Pronto la somnolencia volvió a atacarme, así que cerré los ojos para tomar una siesta. Sin embargo, ya era de mañana cuando abrí los ojos nuevamente y Pierce estaba a mi lado, poniendo una bandeja con comida en la mesita de noche. --¡Ey! --lo saludé y sonreí cuando me di cuenta de lo que había hecho. Me había preparado el desayuno para llevármelo a la cama. Era tan dulce. Él sonrió y se sentó en la cama. --Buen día. Le devolví la sonrisa mientras me sentaba en la cama. En ese momento, agarró la bandeja y la puso a mi lado. Al instante, levanté una ceja e incliné la cabeza mientras miraba su hermoso rostro. Sus cejas espesas y negras enmarcaban sus hermosos ojos de color marrón oscuro. Su nariz era orgullosa y puntiaguda y sus labios eran rojos y finos. Parecía un chico malo y s*xy, incluso Damon Salvatore se avergonzaría de estar a su lado. Nadie tenía posibilidad alguna contra este hombre. --¿Qué es esto? ¿Un soborno? Me dejaste plantada anoche, chico malo --dije. Él no se rió. Exhaló un suspiro y colocó con suavidad mi cabello detrás de mis orejas antes de tomar mi mano y mirarme a los ojos. --Tengo algo que decirte. Al instante, sentí que mi corazón se aceleraba y pensé en nuestro bebé en mi útero. Tenía algo que decirme, yo también tenía algo que contarle. --¿Q-Qué cosa? --pregunté con voz temblorosa. De repente, dio un profundo suspiro y comenzó: --Sabes que eres importante para mí, ¿verdad? Asentí lentamente con los labios entreabiertos. No pude responder, tenía miedo de lo que estaba a punto de decir. Tenía un mal presentimiento. --Eras mi mejor amiga antes de casarnos. Eres una de las pocas personas que valoro… --prosiguió. Mientras hablaba, escondí mis puños cerrados debajo de la sábana. No sabía por qué me decía todo esto, pero ya podía sentir las lágrimas acumulándose en el rabillo de mis ojos. --Kelly... --hizo una pausa y cerró los ojos con fuerza antes de volver a mirarme a los ojos--. Creo que es hora de que nos divorciemos. --P-Pierce… --exclamé y sentí que mi corazón se apretaba. Él sonrió. --Sé que tú tampoco sientes nada por mí. Te casaste conmigo por mis abuelos, hiciste esto solo porque los amas. Ahora llegó el momento de nuestra verdadera felicidad, Kelly. Al oírlo, no pude evitar sacudir la cabeza. --¿De qué estás hablando, Pierce? --inquirí. --Lexi ha vuelto, Kelly. Mi primer amor ha vuelto. Capítulo 2 Punto de vista de Kelly--Llueve sobre mojado De inmediato, me levanté de la cama e intenté irme, pero Pierce me agarró la mano. Rápidamente me sequé las lágrimas que rodaban por mis mejillas antes de que él pudiera verlas. Luego, se paró frente a mí y me miró a la cara mientras yo intentaba con todas mis fuerzas mirar hacia abajo y evitar verlo a los ojos. Sentí que mi corazón se rompía en pedazos. Pensaba… pensaba que podría hacer que se enamorara de mí en esos tres años que pasamos juntos. Pensaba que sus sentimientos cambiarían y me vería como una mujer en lugar de solo su mejor amiga. Fui estúpida por tener esperanzas y soñar tan alto. Fallé. Sin importar cuánto lo intentara, su corazón pertenecía sólo a su primer amor: Lexi. --Kelly… En ese momento, contuve el aliento y me tragué el dolor mientras lo miraba. Luego fingí una sonrisa y dije: --Debo lavarme las manos antes de comer. Pero él me miró a los ojos como si intentara descubrir lo que estaba pensando. Yo sabía que él me conocía demasiado bien, así que traté con todas mis fuerzas de ocultar mi dolor y le sonreí. Finalmente, suspiró y soltó mi mano. --Bueno. Te esperaré aquí. Comamos y vayamos a trabajar juntos. ¿Juntos? ¿Por qué era tan cruel? ¿Quería que nos siguiéramos llevando bien como si no me hubiera pedido el divorcio? ¿Quería que nos quedáramos como estábamos justo después de decirme que su primer amor había regresado y quería divorciarse de mí? Oh Pierce, ¿qué estaba pasando por tu cabeza? Antes podía obligarme a mí misma a quedarme en el puesto de su mejor amiga mientras le deseaba felicidad, pero ya no tenía ese coraje después de los tres años que habíamos compartido. No había manera de que pudiera soportar esa tortura otra vez, en especial ahora que cargaba a su bebé. El bebé... en un principio pensé que era una buena noticia para nosotros, pero ahora... supongo que sería más bien una carga para él. Una carga que le impediría conseguir su verdadero amor y su libertad. Yo sabía muy bien cómo crecía un niño no deseado. Mis padres se divorciaron antes de que mi madre muriera y la nueva familia de mi padre me odiaba, lo que me dolía muchísimo. Por eso no quería que mi bebé experimentara lo mismo que yo sentí, así que debía mantener a mi bebé alejado de él. --No podemos --dije mientras fingía una nueva sonrisa--. Debo visitar el estudio para la sesión de fotos de nuestros nuevos modelos… --Iré contigo. --No --contesté y aparté su mano. Sus ojos siguieron mi mano antes de levantar la cara para mirarme de nuevo--. Tienes documentos que firmar. Nuestros horarios ya están organizados, ¿recuerdas? --Pero… --Tengo un conductor personal, Pierce. Estaré bien sola --afirmé. Finalmente, suspiró y asintió con calma. En ese momento, le di la espalda y entré al baño. Inmediatamente abrí la ducha y me paré bajo el agua fría. Las lágrimas cayeron en cascada por mis mejillas mientras me cubría la boca para reprimir los sollozos. Mis hombros temblaban mucho y cuando pensé en mi bebé, tragué saliva y traté de calmarme. Luego me limpié la cara y acaricié mi vientre. Debía ser fuerte y mantener la calma. No podía arriesgar la vida de mi bebé sólo porque me habían roto el corazón. Tenía que lidiar con esto de forma inteligente. Unos minutos después, tomé un respiro profundo y terminé mi ducha. Cuando salí del baño, me sorprendió ver que Pierce todavía estaba allí. Estaba luchando por arreglarse la corbata frente al espejo de cuerpo entero. También noté un par de zapatos y un vestido míos sobre la cama. --¡Ey! Elegí tu vestido para hoy --dijo. Como nuestro matrimonio no era público, Pierce dijo que haría pequeñas cosas para mí como marido. De hecho, lo había hecho bien y yo solía disfrutar de estos dulces momentos que me regalaba, pero ahora sentía que eso mismo me m**aría. Al segundo siguiente, agarré el vestido y entré al vestidor, sentiendo que me seguía. Volví a guardar el vestido blanco y elegí uno rojo. Cuando me di vuelta y lo tuve de frente, lo vi con la frente arrugada. --Hoy prefiero el rojo. Me sentiré hermosa con este vestido --expliqué con una sonrisa. Al instante, sus ojos se dirigieron al vestido que sostenía y su rostro inmediatamente se calmó. Al final asintió y caminó hacia mí. --Ya veo. Pero antes ayúdame a arreglar esto --me pidió. Sin dudarlo, puse mi vestido en su brazo y comencé a arreglarle la corbata. Podía sentir sus ojos mirándome intensamente y eso hacía que mi corazón latiera muy rápido. Respiré hondo y me mordí el labio inferior mientras luchaba por arreglar su corbata. De pronto, mi visión se volvió borrosa otra vez. ¡Maldición! --Kelly… No pude evitar sobresaltarme en shock. --¿Mmm? --¿Estás bien? --preguntó. Lo miré y sonreí: --Sí. --Tengo algo más que decirte. En ese instante, terminé de arreglarle la corbata y le quité rápidamente el vestido del brazo. Lo miré antes de pasar junto a él y dije: --Hablaremos después. Voy a llegar tarde. Lo escuché suspirar antes de volver a seguirme. Me vestí mientras él estaba detrás de mí. Estuvo en silencio todo el tiempo, como si estuviera pensando en algo. --Deberías desayunar antes de irte --comentó. Un segundo después, me paré frente a él y asentí. --Lo haré. Deberías irte ahora --respondí. --Kelly, estamos en la misma página, ¿verdad? --preguntó. Lo miré fijamente. No, Pierce. Nunca estuvimos en la misma página. Sólo fueron mis estúpidas fantasías. Pensaba que sentías algo por mí, pero estaba muy equivocada. --Si hablas del divorcio, lo entiendo, Pierce. Sé lo que tengo que hacer. Sólo dame algo de tiempo porque estoy muy ocupada con la empresa. No huiré. --Kelly, no estoy haciendo esto sólo por mí. También lo hago por ti. Has estado encerrada conmigo desde que nos casamos. Sé que no eres feliz porque en el fondo también quieres encontrar al hombre que te mereces. Alguien que realmente te ame, no yo. No alguien indiferente. --Entiendo lo que tratas de decir, Pierce --dije y traté de darle la espalda, pero antes de poder hacerlo, él me sujetó por la cintura y me mantuvo en el lugar. Luego hizo todo lo posible para captar mis ojos hasta que lo consiguió. Su mirada era de preocupación. --Eres mi mejor amiga. No quiero perderte, Kels. Eres una de las pocas personas… --Lo sé --lo interrumpí con frustración. Parecía sorprendido, así que me calmé--. Ya lo sé. No tienes que preocuparte. Simplemente estoy estresada por el trabajo, no es por el divorcio. En ese instante, sus labios se separaron, asintió lentamente y soltó un suspiro. Luego, caminó hacia mí y me congelé cuando besó mi frente con dulzura… --Gracias, Kelly --susurró. Al oírlo, mi corazón se apretó. Habían pasado tres años pero todavía era una cobarde. «¿Por qué no puedes simplemente decirle que lo amas, Kelly? ¡Él es tu esposo y estás llevando su bebé! ¡Díselo y tal vez cambie de opinión!» pensé. Con eso en mente, tragué saliva y estuve a punto de decírselo, pero justo en ese momento su teléfono sonó. Pude ver el identificador de llamadas. Era Lexi. --Me tengo que ir --afirmó y se rascó la cabeza a modo de disculpa, mientras las comisuras de su boca se curvaban hacia arriba--. Llamé a Luke. Te espera afuera. Come antes de irte, ¿sí? Con eso, salió de nuestra habitación. De repente, las lágrimas que había logrado reprimir hasta ese momento volvieron a brotar. ¿Por qué había pensado que podría tener una oportunidad? Él tomó su decisión en el momento en que me pidió el divorcio, ¿verdad? Siempre que se trataba de Lexi me abandonaba. Capítulo 3 Punto de vista de Kelly--Mantener la compostura Entré al estudio con tacones rojos de cinco centímetros y un vestido igualmente rojo. Todos miraron en mi dirección cuando entré caminando por el pasillo y me saludaron con una sonrisa, pero mantuve mi rostro estoico, sin mostrar emoción alguna. La conversación de esa mañana con Pierce todavía estaba en mi cabeza, pero no podía permitir que afectara mi trabajo. No podía fallar en mi trabajo después de haber fracasado en mi matrimonio. De modo que respiré profundamente para recomponerme. Un momento después, cuando entré a la sala de la sesión de fotos, noté que todos estaban sumidos en el caos. --¡No podemos! No responde las llamadas. ¿Qué debemos hacer? La vicepresidente viene hoy, se enojará. --Podemos simplemente decirle la verdad. Ella es amable. --¡No lo será con esta situación, Lily! Nos va a regañar... --¿Qué está pasando aquí? --pregunté mientras entraba a la sala. De inmediato, el personal me miró con expresiones preocupadas y entonces supe que había un problema. --B-Buenos días, señorita Monroe. Señorita Monroe. Por supuesto, nadie sabía que Pierce y yo estábamos casados ​​excepto nuestras familias. Sentí como si pellizcaran mi corazón con esa verdad. Dolía. Rápidamente, la miré sin comprender. --¿Qué ocurre? --T-tenemos un problema, señorita Monroe. La señorita Chen, nuestra modelo, no atiende nuestras llamadas. Dijo que escuchó que íbamos a cambiar de modelo así que… no quiere venir. Incluso... amenazó con presentar una demanda contra nosotros. Después de decir eso, inclinó la cabeza. Yo apreté los dientes y recorrí el lugar con la mirada. --¿Dónde está la directora de marketing? --inquirí. --E-Ella todavía está tratando de convencer a la señorita Chen, señorita Monroe. Luego de escuchar el problema, me masajeé la frente y cerré los ojos con fuerza. Un segundo después, me agarré del pelo y grité de ira. Sentí que todos a mi alrededor se sobresaltaban sorprendidos. Yo solo suspiré y tomé una gran bocanada de aire antes de mirar a mi alrededor. --Señorita Monroe... --¿Qué es todo esto, señorita Hayley? Tú eres la directora de marketing, ¿qué está pasando? --Señorita Monroe, no sé cómo sucedió, pero la señorita Chen escuchó que usted cambiará de modelo. Está a punto de presentar una demanda contra nosotros... ¿Cambiar de modelo? ¿Cómo es que yo no sabía nada al respecto? La señorita Chen siempre había sido nuestra modelo de confianza y, si no era necesario, cambiar de modelo para una sesión comercial con tan poca antelación sólo causaría muchos problemas a la empresa. Nunca permitiría un error como este. --Yo no pedí eso. Debe ser un error --la interrumpí para ahorrar tiempo--. ¡Arregla este desastre o tendré que despedirte! --Señorita Monroe... Fue el presidente quien nos pidió que la cambiáramos --explicó Hayley vacilante--. Lo ordenó ayer tan pronto como regresó de su viaje de negocios. Aquella verdad me golpeó con fuerza. ¿Fue orden de Pierce? ¿Por qué no me lo dijo? Solía ​​discutir conmigo cada decisión importante antes de tomarla. --No puede ser... --exclamé confundida. Pierce no era un hombre de negocios despistado. Siempre mantuvo una clara distinción entre el trabajo y la vida personal, razón por la cual siempre tuvo éxito. Y esa fue también la razón por la que decidió mantener nuestro matrimonio en secreto. --Sí, Kelly. Yo di la orden. --Su voz me hizo retroceder. --S-Señor Presidente… --saludó Hayley y se inclinó con respeto al ver al hombre que apareció de repente detrás de mí. --Pierce, ¡creo que me debes una explicación sobre este cambio de modelo! --dije con los dientes apretados mientras me giraba para interrogarlo. Él sabía perfectamente cuánto esfuerzo puse para ganar este proyecto. Estuve días sin dormir y la señorita Chen era la persona ideal para este trabajo. De hecho, él también estuvo de acuerdo. Pero ahora… simplemente cambió la modelo a su gusto sin avisarme con antelación. Eso fue como abofetearme con fuerza en la cara. --Continúen con el trabajo. Yo se lo aclararé --le indicó él al personal para calmarlos, ignorando la ira que estaba a punto de salir de mis ojos. --¡Contéstame, Pierce! ¿Por qué cambias de modelo tan de repente? --No pude contener mi enojo. Él simplemente me tocó el hombro y me susurró: --Este no es el lugar para discutir al respecto. Te lo explicaré en el auto. En ese momento, miré a mi alrededor y noté que los demás nos miraban furtivamente. Luego me quité sus manos de encima y caminé hacia el estacionamiento, pero durante el camino, sentía mi corazón cada vez más pesado. Tenía la sensación de que su explicación no iba a gustarme. --Vamos, dímelo --exclamé ni bien nos sentamos en su auto. Antes de hablar, me miró a los ojos como si sopesara mis emociones, pero yo aparté la mirada de nuevo. No podía soportar sus miradas, no podía soportar esos ojos que nunca me miraban como yo quería. Él no sentía nada por mí y eso me dolía mucho. --Yo-yo… --hizo una pausa y suspiró--. Reemplacé a la señorita Chen porque Lexi quiere ser nuestra modelo. Ella también encaja en el proyecto, así que estuve de acuerdo... --¿Qué? --pregunté con incredulidad. De pronto, apretó los labios y miró hacia otro lado. Luego se revolvió el cabello antes de sacudir la cabeza y tomar mi mano. --Lamento no haberte dicho antes, fue muy repentino. Ella me pidió un favor, no pude decirle que no. Rápidamente, retiré mi mano y lo miré con dolor y enojo. --No pudiste decirle que no, así que preferiste dañar a la empresa, a nuestra empresa. Me traicionaste, Pierce. --Kels, vamos. Sabes cuánto la amo. Ella es mi primer amor. Al oírlo, cerré los ojos con dolor. «Oh sí, ella es tu primer amor. Siempre la quisiste a ella, sin que te importen los demás. Si ella te frunce el ceño un poco, puedes hacer la vista gorda ante el dolor y el esfuerzo de los demás. Eres tan cruel, Pierce» pensé. --Bueno, ya lo has decidido. No tengo voz y voto en esto ya que tú eres el presidente. Ahora vete, estaré en la oficina --indiqué con frialdad mientras abría la puerta del auto para salir. --Kelly… En ese instante, lo miré a los ojos y dije: --Ve a casa temprano. Hablaremos de nuestro divorcio esta noche. Capítulo 4 Punto de vista de Kelly--Plantada Me encontraba jugueteando con el anillo de bodas en mi dedo mientras lo esperaba. Le había dicho que volviera temprano a casa, pero todavía no regresaba y ni siquiera contestaba mis llamadas. Bueno, ahora que Lexi había vuelto, probablemente ya no veía a esta casa como su hogar. De pronto, mis ojos se dirigieron a mi informe de embarazo que estaba sobre la mesa. Qué gracioso. Todavía era tan ingenua para albergar un rayo de esperanza de que las cosas podrían cambiar si le hablaba del bebé, pero este bebé estaba fuera de sus planes. Me sequé las lágrimas que se acumulaban en el rabillo de mis ojos y agarré el informe. Ya eran las cinco de la mañana cuando miré el reloj de la pared. Intenté marcar su número nuevamente, pero seguía sin responder. ¿En qué estaba tan ocupado? ¿Estaba h**iendo el a**r con Lexi? Debió haberla extrañado mucho, ¿verdad? Pronto, sin saber cuándo, me quedé dormida. Cuando sonó el despertador, inconscientemente toqué la almohada a mi lado. Frío como anoche, no había vuelto a casa todavía. Me burlé de mí misma al ver mi reflejo en el espejo de la cómoda. Los círculos oscuros bajo mis ojos se veían a simple vista y mi cabello era un total desastre, parecía un fantasma. De repente una oleada de náuseas inundó mi estómago y me di cuenta de que no había comido nada la noche anterior. De pronto, me sentí mal otra vez y rápidamente corrí hacia el lavabo y vomité. Escupí un líquido amarillento que sabía muy mal. De inmediato, me lavé la boca y miré mi propio reflejo en el espejo. Al verme, sacudí la cabeza y tomé mi frente en cuanto sentí ganas de vomitar de nuevo. Volví a escupir el líquido amarillento y mientras me lavaba la boca, sentí una cálida mano acariciando mi espalda. Inmediatamente levanté la cara y me encontré con un par de ojos marrones que me miraban a través del espejo. Detrás de mí con cara de preocupación estaba mi esposo Pierce. --¿Estás bien? ¿Te sientes mal? Debiste haberme dicho. Al instante, lo miré a través del espejo. --No respondiste mis llamadas --contesté. Ante aquellas palabras, la culpa apareció en sus ojos. --Lo lamento. Tenía cosas que hacer. Me quedé en la oficina toda la noche --afirmó. Rápidamente, me limpié la cara y pasé junto a él. Pierce me siguió mientras me sentaba frente al tocador y comenzaba a peinarme. --Kels… --Me desperté tarde. No pude preparar el desayuno. Mientras hablaba, intenté evitar sus ojos. Sentía que iba a perder los estribos y gritarle. En ningún momento sentí su egoísmo tan claramente como ahora. Decía que yo era su mejor amiga, pero nunca le habían importado mis necesidades, mis sentimientos. --Kels... sabes que no te pregunté eso. Estoy preocupado por tu salud... Kels, ¿todavía estamos bien? Ante aquella pregunta, dejé de peinarme y lentamente nuestras miradas se encontraron a través del espejo, otra vez. ¿De verdad me estaba preguntando eso? ¿Después de que me pidió el divorcio sin siquiera preguntarme si estaba de acuerdo? Él decidió por su cuenta sólo porque su primer amor había vuelto. No podía creer lo que hacía. Al final, fingí una sonrisa y dije: --No me siento bien hoy, Pierce, eso es todo. Un instante después, se puso de cuclillas a mi lado, lo cual no me resultó sorprendente porque sabía que realmente se preocupaba. Pero lo que sí me sorprendió fue que hacía todo esto después de enterrar una daga en mi corazón. --¿Estás bien? --preguntó mientras tocaba suavemente mi frente y mi cuello--. ¿Estás enferma? Dime cómo te sientes, Kels. --Mis sentimientos no importan --no pude evitar decir y parecía sorprendido por mis palabras. En ese instante, intenté evitarlo, pero me agarró de la muñeca y me hizo mirarlo. Su rostro ahora reflejaba su ira. Había perdido completamente la paciencia. --¿Qué te pasa, Kels? Has estado actuando así desde ayer. ¿Es por Lexi? ¿O porque no volví a casa anoche? --inquirió. Yo lo miré a los ojos, molesta. --¡Tú fuiste quien pidió el divorcio! Te pedí que regresaras temprano para hablar al respecto, pero me dejaste esperando toda la noche. ¿Pretendías que te diera la bienvenida con brazos abiertos después de eso, Pierce? --respondí. Al escucharme, apretó la mandíbula y sacudió la cabeza. --Kels, yo... --Ya basta. Hablaremos del divorcio después del trabajo. --¡Kels! --me llamó y me agarró de los hombros. La confusión y el dolor eran visibles en sus ojos--. ¿Estás... enamorada de mí? Aquello me desconcertó. ¿Enamorada? ¡Sí! Desde que estábamos en la escuela secundaria, desde que se convirtió en mi mejor amigo. ¿Quién no se enamoraría de alguien que te ha estado protegiendo desde entonces? Siempre he estado agradecida de tenerlo como mi mejor amigo y esposo, pero ahora… lo estaba perdiendo. Perdiéndolo irremediablemente. Decidí darle a nuestro matrimonio una última oportunidad, hacer un esfuerzo final... ...... ==== Casarse con su mejor amigo fue un sueño hecho realidad para Kelly, pero todo tiene realmente una limitación. Pierce es el primer amor de Kelly, pero como su mejor amiga, sabía bien que siempre había otra mujer en lo profundo de su corazón. Lexi Gilbert. Kelly finalmente se dio cuenta de que su feliz matrimonio de los últimos tres años era solo un hermoso sueño cuando Pierce pidió el divorcio solo porque Lexi regresó. Ella sólo podría ser su mejor amiga incluso si estuviera encinta de su bebé. ¿Por qué no merecía ser amada? ¿Qué sucederá en adelante? ¿Cómo podría Kelly salvar su corazón en esta batalla de amor y odio? Los capítulos disponibles son limitados aquí, haga click el botón abajo para instalar APP y disfrutar leyendo más contenidos maravillosos. (Al abrir el APP, directo accederá a este libro) &3& LEARN_MORE https://fbweb.manobook.com/14603375-fb_contact-spc Fun Novels https://www.facebook.com/61563251196448/ 1,599 0 0 1969-12-31 18:00 0 0 0 0 0 0 Learn more 0 fbweb.manobook.com VIDEO https://fbweb.manobook.com/14603375-fb_contact-spcp25_2-1030-core1.html?adid={{ad.id}}&char=157725&accid=1129045438529903&rawadid=120214592811530120 1969-12-31 18:00 https://scontent-iad3-1.xx.fbcdn.net/v/t39.35426-6/465709893_1066263008136574_7614671134474604491_n.jpg?stp=dst-jpg_s60x60&_nc_cat=104&ccb=1-7&_nc_sid=c53f8f&_nc_ohc=znOxq2S9h5AQ7kNvgETeHwJ&_nc_zt=14&_nc_ht=scontent-iad3-1.xx&_nc_gid=A8RchAt9GqKOQbii7YbJj5z&oh=00_AYBdyc5laCGimg4Ih63E8ca-iYe96FDsXSkFy64vgXyTSQ&oe=6735C956 PERSON_PROFILE 0 0 0 Fun Novels 0 0 1969-12-31 18:00 View Edit
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Yes 2024-11-09 18:30 active 1755 0 VIEW_INSTAGRAM_PROFILE http://instagram.com/purcoton_la PurCoton Premium Korean Baby Essentials https://www.facebook.com/61564380473436/ 0 0 0 1969-12-31 18:00 0 0 0 0 0 0 Visit Instagram Profile 0 instagram.com CAROUSEL http://instagram.com/purcoton_la 1969-12-31 18:00 https://scontent-iad3-2.xx.fbcdn.net/v/t39.35426-6/466406569_1322844355554758_5663852986072011529_n.jpg?stp=dst-jpg_s60x60&_nc_cat=109&ccb=1-7&_nc_sid=c53f8f&_nc_ohc=4U_7I-FNo_kQ7kNvgGUhnZm&_nc_zt=14&_nc_ht=scontent-iad3-2.xx&_nc_gid=ALyQM61DKtL2lU8Y4SlX-9G&oh=00_AYAs8fUny7jp-vxUoNZZECcSLRzjoEvH5TEWzNGglTwWQQ&oe=6735DEA6 PERSON_PROFILE 0 0 0 PurCoton Premium Korean Baby Essentials 0 0 1969-12-31 18:00 View Edit
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No 2024-11-09 19:09 active 1757 0 😍Read the next chapters👉 Chapter 1 “Sir, Madam is not feeling well," the butler of the Gannon mansion reported on the phone. The man at the end of the line spoke in a nonchalant tone. "So, take her to the hospital. I’m not a doctor." The line died immediately. The butler was so pale, beads of sweat formed on his forehead. Zora relaxed her back against the sofa, feeling weak from abdominal pains. Trying to mask the pain, she asked hopefully. “What did he say?” The butler instantly put on a calm smile when he turned in her direction. “Madam, sir said he will meet us at the hospital.” Zora’s eyes lit up. Ezrah had not been home for almost three days, and she was missing him so much. This sickness seemed to be her lucky charm to get him to her side again. “Okay. Let’s go.” Zora’s heart warmed at the fact that Ezrah at least cared about his child. Both of them were caught in a scandal two years ago, so getting married was the only way to curb the situation. Ezrah’s stance was clear through it all. “When everything calms down, we are getting a divorce.” Zora hoped that by that time, she would have been able to melt his cold heart and make him fully hers, so her hopes were high. However, over time, she found him slowly drawing away from her, even when they worked together in the same company and shared the same bedroom. Two months ago, Ezrah returned and asked Zora for a divorce but chanced upon the test results. His expression was dark. “Let’s hold off on the divorce until after the child is born, but don’t expect to remain Mrs. Gannon. That title belongs to somebody else, but it’s definitely not you.” The marriage after those words had been terrible. Ezrah barely returned home, barely got intimate with her. The only reason she still bore Mrs. Gannon was because of the child in her womb. Zora thought that his reason for being away was because of work since he was the CEO of the Gannon Group, a multibillion-dollar company where Zora also worked as an assistant manager. Unknown to Ezrah, Zora had been secretly in love with him for five years, but that drunk night at her best friend Coco’s birthday party, Zora woke up in bed with Ezrah. She decided to keep it a secret and a memory she would forever cherish when the media picked up the news. Ezrah could not allow the scandal to ruin his well-kept reputation and cause him losses, so he announced that he and Zora were already dating secretly and were soon getting married. Zora, who had been madly in love with him, was excited about the news of getting married to Ezrah. Zora hoped that with time, his heart would warm up towards her, but that did not happen. Even in her state, Ezrah hardly spent the night at home. On the way to the hospital, Zora’s phone beeped, and looking at the content, her heart dropped. Ezrah was holding the delicate hand of a beautiful woman, a proud smile on his face. The caption read, ‘Mr. Ezra Gannon admits to reigniting his love for his old flame, Miss Piper Henshaw.’ Zora’s eyes were swollen with tears. As they dropped down her cheeks, she refused to believe it. Maybe it was photoshopped. There was never any news about Ezrah dating any woman before she had a baby for him. He never even warmed up to women. The man had long been secretive and kept his face from the media. Also, the butler Rudolph had said that Ezrah promised to meet them at the hospital, so the media must be spreading this false news to gain popularity. Even after everything, she still could not help the unease in her heart, instantly dialing his number. Despite him warning her to only communicate with him through the butler, Zora took the bull by the horn this time. Her call went through, but there was no answer. Her old self would have given up, but due to the unease in her heart because of the news, she couldn’t bring herself to do so. On the fourth ring, a woman answered the call. Her melodious voice made Zora feel less of a woman. “Ezrah is in the bathroom.” Zora’s hands holding the phone shook, her heart in tatters. Ezrah never allowed her to touch his phone, but this woman casually answered his call, and was he really in the bathroom? Zora felt the pain in her chest worse than that of her abdomen. “Who are you?” The words forced themselves out of her mouth. The woman responded casually, “Piper, his fiancée. And you are?” “Whatever he saved my name with,” Zora responded calmly. The pain of the news was more than she could bear. Though knowing that Ezrah never loved her, she thought they could live in peace for the sake of the baby in her womb, but Ezrah never meant to make her dreams come true. The woman at the end of the line moved the phone from her ear to have a better view of the caller ID. “Oh, Zora. If it’s urgent, I could drop a message for you when he comes out.” The nights Ezrah spent away when Zora thought he was busy at work, it was a great disappointment that he was with the woman he loved, leaving her to suffer with her unborn child. She was still in her first trimester, and due to all the morning sickness and other health issues, Zora had taken a break from working at the company to recover first. Her mind lacked clarity, and she was beginning to doubt all the responses she got from Rudolph when she asked him to get in touch with Ezrah. “Just tell him to call me.” Zora ended the call. At the hotel room, Ezrah returned from the meeting in the conference room. Since he never allowed anyone to answer their calls during meetings, he equally left his phone in the presidential suite meant for his relaxation. “What are you doing with my phone?” He asked as soon as he entered the bedroom. Before Piper spoke, he asked again, “and I made it clear that you should wait for me at the lounge. How did you have access?” The pout on Piper’s lips only made her cuter as she faked anger. “Is it wrong for me to come? We would have gotten married if Zora had not appeared.” Ezrah was a man who loved to keep his love life private. He and Piper had been in a secret long-distance relationship. The night they arranged to meet at the birthday party of one of his business partner’s sister, Piper had an emergency and could not attend as planned. That night, he mysteriously ended up in bed with Zora, an incident that should have been brushed under the carpet until the media took hold of it. Not wanting his well-maintained reputation to crack, he apologetically married Zora, promising Piper to divorce Zora secretly after two years when the news dies down. Things took a different turn when he found the test result after promising Piper that he was ending things with Zora. “I told you I was working on it. You should keep yourself hidden away from the press. We shouldn’t be seen together.” Ezrah’s voice was stern. It was business for him first, and he didn’t want Piper’s presence to ruin it for him. Piper was uneasy at the reminder. Forcing a smile, she relayed, “I could be your confidential secretary. Please Ezrah, I don’t want to be away from you anymore.” Ezrah did not give a response. His actions were always well thought out. It wasn’t easy for him to be the CEO of the legendary Gannon Group as the youngest of three sons. Any wrong move and his elder brothers would begin to fight for the position. “Did anyone call?” He was scrolling through his phone when he caught sight of Zora’s name. “Yeah. Zora. She said you should call her,” Piper responded with a smile, her fingers sliding over her exposed thighs as she lay seductively on the luxurious king-size bed. “What did you tell her?” Ezrah frowned a little. He wanted to keep Piper a secret until after the divorce. “I pretended not to know about her existence.” Piper lifted herself to a sitting position, and due to the long slit of the dress, her full thighs were exposed, but Ezrah’s attention was on the phone in his hand. “Do me a favor and don’t answer my calls again.” His voice had lost its warmth. Piper faked remorse. “I’m sorry. I thought it was urgent.” Ezrah finally held her gaze as he spoke roughly, “Nothing about Zora is ever urgent.” Chapter 2 Piper was very happy with his remark, but Zora was still Misses Gannon, the title Piper had long coveted. How she wished that night had not happened. If only that useless man had not appeared when she was about to leave for the airport to board the private jet, she would have been the one waking up in bed with Ezrah. It pained her that it had to be that woman, Zora. “Ezrah, are you sure you will divorce her?” Ezrah hated to be doubted. “You don’t believe me? I’m only with her because she’s carrying my child. As soon as he’s born, I will divorce her.” Piper smiled with satisfaction, and since she had mentally stored Zora's number after answering the call, she sent the recording to her. Remembering that the butler had called Ezrah informing him that Zora was sick, she asked after deleting the audio from her phone. “Can you go shopping with me? I didn’t bring enough clothes.” Even if Zora showed the audio to Ezrah, Piper would deny it as she had used a number Ezrah didn’t know to send it. “I have another meeting in two hours, so you have an hour and a half to finish shopping,” Ezrah said softly. Zora’s heart tightened in her chest when she played the audio. The butler who was driving the car felt helpless, equally disappointed in his boss. Zora asked from the back seat of the luxurious car she was seated in. “Did he really tell you he was coming to the hospital?” The butler’s throat went dry. He always succeeded in making up excuses for his boss, but this time, everything backfired. That audio destroyed everything. “I’m sorry, ma’am. I just didn’t want to see you sad.” Zora’s heart twitched, a bitter smile curled the corner of her lips, feeling like a fool as tears welled up in her eyes. She was nothing to Ezrah. The little surprises sent to ignite her hope were merely prepared by the butler. No matter how hard she tried, she couldn’t recover from the pain as she felt a force hit the car from the side, causing it to swerve off the road and somersault thrice. The butler was instantly unconscious. Zora felt unbearable pain, blood sputtered from her mouth and nose, then in between her thighs. No words could describe the agony as she watched the life draining out of her with intense pain settled in her abdomen. She managed to pick up her phone, which had fallen to the side from the impact, dialing her husband’s number. Unable to lift the phone to her ear, she activated the speaker. “Zora. I’m busy.” That was what Ezrah said as soon as he answered the phone, not waiting to hear what she had to say. After all, nothing about Zora was ever urgent to him. Before she lost consciousness, she heard the laughter of a woman with the words, “Ezrah, I want these shoes.” “Try them on. If they fit, you can have them.” ‘So, shopping with a woman is what you call busy.’ That was what Zora thought before losing consciousness. Zora woke up at the hospital after hours of surgery. Her face was as pale as a ghost, her countenance pitiful. Her butler, Rudolph, sat at her hospital bed, a smile on his face. He had sustained a few injuries, but they were not serious, and he was already discharged. “Madam, you are awake. Thank God.” Zora was glad to see that Rudolph was fine. There were just bruises on his face. He quickly rushed out to call a doctor. “Mrs. Gannon, how are you feeling?” The doctor asked as he examined Zora, writing a few things on a writing pad he carried along. Zora was only concerned about one thing. “How is my baby?” Zora asked. The doctor’s eyes dulled. “I’m very sorry, but your baby couldn’t survive the impact.” Tears brimmed in the back of Zora’s eyes, but she fought them back. She lost everything. She left her father’s company to work for her husband, nurturing his business and enduring all the taunts of his arrogant family. At twenty-three, she had nothing to show for the man she had secretly loved for five good years. “It’s alright. She would have just suffered anyway.” Her heart had turned cold due to the loss of the child. “Excuse me?” The doctor was shocked. He expected her to cry like any woman in her situation would, but Zora bottled it in. She could endure all of Ezrah’s indifference towards her, but she would never forgive him for the loss of her child. That woman appeared, and Zora suddenly got involved in an accident. The case had to be investigated, but as for Ezrah, he no longer had a place in her heart. “Sorry, that was not directed at you.” There was no warmth in Zora’s apologetic voice. The doctor forced a smile, finished his examination, and left. Zora stared at the butler at the doorway. He stood there since the doctor arrived. Zora was about to tear down but couldn’t do so. She had been weak for too long, leading to the death of her child. If she had left the first time Ezrah asked her for a divorce, this would not have happened. When she discovered this baby, she decided to consent to the divorce and leave. At least, she would have his child to remind her of the relationship they once shared. Unfortunately, the test result fell from her handbag, Ezrah saw it. Even when he decided for them to wait until after she gave birth, his treatment of her was no better. “Where is Ezrah?” Zora asked. Butler Rudolph was scared. He could feel the cold in Zora’s voice, and even with the distance, he could feel the chills. “Madam, the man who hit us was drunk, and he died on the spot. The police are not able to contact his family either,” Rudolph reported, trying to avoid answering her question. He was a middle-aged man. Zora did not believe the report but kept it to herself. The moment she discovered that the man she respected so much was lying to her, her trust in him dwindled. She will find ways to investigate the matter by herself. “That isn’t my question.” “Boss left here a few minutes ago,” Rudolph answered. Zora was enraged this time. Not only Ezrah but Rudolph, the butler Ezrah assigned to her, was equally taking her for a fool. “Don’t lie to my face again.” Her voice was stern and full of contempt. Rudolph pursed his lips, his head lowered. “Boss said, and I quote. ‘It’s rather unfortunate. Let the doctors take care of her. I’m very busy at the moment.” Zora knew what he was busy with. It was the woman whose voice she heard in the audio. She thought she was strong enough to take it, but a tear fell from her eyes before she could stop it. Ashamed of showing her weak side in front of Rudolph, she discharged him. “Thank you, and please excuse me.” Rudolph was never supposed to leave Zora's side, so he was reluctant. “Ma…” “I said, excuse me, Rudolph,” Zora’s voice raised, Rudolph decided to wait in front of the door. “Okay.” As soon as he left the ward, Zora dialed a number. “Soph…” “Dad, I’m sorry. I made a mistake, and now, I lost everything.” Zora didn’t hold back her tears as she spoke to her father on the phone. He was against the marriage the moment he realized that Ezrah did not feel the same way Zora felt about him, but she was optimistic, insisting that Ezrah would change. Expecting her father to scold her an, ‘I told you so’ lecture, his voice was rather soft as he asked her. “What happened, Zora?” “I had an accident and lost the baby. I’m coming home.” The silence at the end of the line was deafening. She knew her father was saddened about the loss of his grandchild. When she was about to end the call, he suddenly said, “Oh Zora. I’m coming to get you. Just send me your location.” Zora refused. She couldn’t leave until she was legally separated from Ezrah. “No dad, I have a few things to do first.” “What is that? Let me help you with it?” Her father eagerly said, but she was in no mood to burden the middle-aged man. The loss had caused Zora to mature so fast as the reality of life hit her. No more would she depend on anyone. It was time to do something worthwhile with her life, but first of all, she will still have to face Ezrah for the last time. “Don’t worry. It’s nothing I can’t handle. “Okay. We shall prepare your welcome party. I will inform your mom.” Zora smiled and didn’t refuse her father’s kindness. Three days later, she was discharged from the hospital. As she waited for Ezrah’s return, she got the divorce papers ready. It was three days later in the dead of the night when Ezrah returned, tired-looking but his attractive features remained untouched by his fatigue. Zora had lost sleep, waiting for Ezrah during most of the days. As soon as she heard the sound of the car, she quickly rushed downstairs but paused on top of the stairs when Ezrah walked through the door of the living room. Arriving home, Ezrah no longer met the woman who always met him with a smile. She stood on top of the stairs and yelled with a cold expression, “Good news Ezrah! Our baby died in a car accident. There is nothing between us, so let’s get a divorce.” The man who was always cold to her instantly panicked. He stood momentarily frozen. Chapter 3 Ezrah was baffled by the news. Twice, he had asked her for a divorce and saw how gloomy she turned at the subject. This was what he wanted but he couldn’t help the unease filling his heart. Was it because Zora was the one asking? Was she trying to mess up his reputation with the loss of the child? Ezrah was confused. Zora descended the stairs, walking to the dining table. Ezrah did not utter an acceptance or rejection of her request for a divorce and went up the stairs, returning after ten minutes in loungewear. Seemed he wasn’t going out or was it the shock from the news? Seeing the dinner table hosting different delicacies, excitement filled his heart as he took a seat. If she really wanted a divorce, then she wouldn’t have cooked for him. At this moment, Piper was momentarily forgotten. Ezrah avoided Zora’s gaze as this was the first time she was so cold to him. Without alerting her of his arrival, she still ensured that his supper was ready. As he uncovered one of the dishes, his eyes darkened as he glared at her. It was not the food he was expecting but rather, the cold divorce papers, with a pen beside them, waiting to be signed. “What is this?” Ezrah was furious, being famished from not having time to eat. In times past, Zora would have been worried and tried to appease him but that Zora was gone. After crying her eyes out for days, she waited to serve Ezrah these cold documents, she had no more tears to shed but her eyes were dangerously red. “Do I need to get you a pair of glasses?” Her voice was taunting, as she saw the shocked expression on his face. He must have taken her request as a joke the first time but the documents exposed the reality. “Why? Were you expecting me to cook when I had no idea when you will be home?” Ezrah’s expression was blank. She could have made the maids do it. It burned Zora that she could not read his emotions but she didn’t care anymore. “Please sign the papers. In case the prints are too tiny, I got you a magnifying glass,” she dropped the item in front of him. Ezrah was not irrational. When he asked for a divorce, he ensured that there would be nothing for the media to feed on but now that they just lost a child? What will people think? His parents liked Zora, except his two elder brothers who always saw her as a threat. The situation was complicated now. Ezrah never thought she would stand on it to ask for a divorce because of how she always claimed to love him, not caring if he was just cold to her. He needed time to think. “We shall talk about it later,” he finally said and was about to stand up when Zora played an audio from her phone. With her mind made up, she wanted the divorce here and now. The woman in front of Ezrah was different from the one he always came home to. She always wore attractive clothes with a little makeup to seduce him which sometimes worked but after his release, Ezrah would return to being cold. Today, Zora did not have on any makeup. Her hair was not even combed. All she wore was pajamas, her long dark hair looking lifeless, in contrast to Ezrah who was looking so attractive. He had the looks and physique Zora used to die for but not anymore. All she felt for him now was resentment. She suddenly matured past looks or smartness in a man. What was there in being hot and a genius in business when there is no conscience or empathy? Zora was just seeing that the man she has always been obsessed with was a selfish monster, caring only about his own image, money, and passion. Whatever blinded her eyes before was removed the moment she woke up on that hospital bed. The voice from the audio was as clear as daylight. A female and a male but the male voice was indeed that of Ezrah. Female: I’m sorry. I thought it was urgent. Male: Nothing about Zora is ever urgent. Female: Ezrah, are you sure you will divorce her? Male: You don’t believe me? I’m only with her because she’s carrying my child. As soon as he’s born, I will divorce her. Zora caught an expression of guilt on his face but there was no remorse. His voice was hard. “Where did you get that?” He demanded. Piper could not have done this, right? She had no contact with Zora. But it was just the two of them in the room. Were there secret cameras? Though confused, his expression returned to being blank. “You have to destroy that audio before I sign this paper,” he threatened her. Zora could not tell how she managed to pretend that she was fine. Up until now, he didn’t even care to apologize for sharing their private information with whatever name he calls the woman in his life. What on earth could have made her fall in love with such a man? He was different from that man from a long time ago who saved her from the pool when she was bullied by some jealous friends. Ezrah did not remember that day but that was when Zora fell in love with him. She calmly showed him another caption on her phone. ‘Mr. Ezra Gannon admits to reigniting his love for his old flame, Miss Piper Henshaw.’ This time, Ezrah paled but his eyes were dark and he picked up his phone instantly. He couldn’t find the person who took those pictures and how they went viral but had to get someone to take them down. The hacker would also be able to find out who sent that information to the press. Zora had grown thorns after listening over and over to the audio and reading that news on her phone. Ezrah had already told her the same thing so this shouldn’t hurt. “It doesn’t matter. The hindrance has already been removed and you already have a woman waiting for you. Just sign the freaking papers.” Chapter 4 Ezrah paced back and forth elegantly, his mind filled with confusion and fear after ending the call. “You want to blackmail me? How much do you want?” He was enraged and disdained that Zora would resort to such means, but he was willing to pay to prevent the audio from going viral. His parents would not hesitate to demote him despite his hard work in the company, while his lazy elder brothers would benefit without putting in the effort. “What I want, you already gave, but since the accident took it away, there is nothing you can give me.” She did not disclose her suspicions, as she had someone investigating the matter. Ezrah suddenly laughed mockingly. “Your father’s company is not as strong as you think. He has been seeking an alliance with me. You want fifty percent of my hard work.” This could be the reason Zora was pushing for the divorce. Fifty percent from the Gannon Group would elevate her family business to new heights. She felt bitter that he would think so poorly of her. Despite her feelings, she kept her composure. “No. You were the one who proposed the divorce, so were you planning to leave me with nothing?” Her question left him speechless, and she reminded him of the prenup agreement. “Did you forget that I signed a prenup before marrying you? I just refreshed your memory so you are free to sign.” Ezrah recalled that Zora had willingly proposed and prepared the prenup when they announced their marriage after the scandal. She did it all to prove to him that she wasn’t ‘interested in his wealth. He suddenly felt uneasy. This was not the scenario he had anticipated when he entered the room. Besides, he was hungry and not in the right state to make such a decision. What if Zora was being supported by one of his brothers or both? “You may have dismissed it, but it's only a matter of time before you reveal that you left with nothing.” Zora struggled to suppress the pain that came with realizing that Ezrah's delay in finalizing the divorce was not due to developing feelings for her or guilt, but rather to protect his image in front of the media and family. She felt a bitter smile form on her lips. “Trust me, nothing about our divorce will be leaked to the media.” “I don’t believe you,” Ezrah responded bluntly. Zora had worked closely with him, and despite her absence from the office in recent weeks, she was privy to confidential information. Ezrah had never seen her as a threat due to her infatuation with him, but now he feared she might make his life difficult. “As soon as the papers are signed, you won’t hear from me again. You can have a happy life with the woman you love,” Zora proposed. Ezrah was already contemplating how he could benefit from her disappearance after the divorce. It seemed like she wanted to start fresh somewhere far away. “Alright. I’m not heartless. I will still give you 50 million,” he said as he signed the document, only to find that Zora had already signed her part. After signing the divorce agreement, Ezrah’s phone rang. Seeing it was Piper, he answered it and began to climb the stairs in long strides. Piper keeps breaking the agreement. She wasn’t supposed to call him when she was home. Zora overheard him on the phone, “Are you the one who recorded our conversation at the hotel?” She couldn’t hear Piper’s response but had the conviction that it was her. Deciding it was best to spend the night on the sofa, Zora couldn't fathom sharing a room with him after their divorce. She was too exhausted to move to another room. Her sleep was restless, prompting her to wake up before Ezrah. She had already packed her bags, so she dressed and approached him. “Ezrah, it’s time to finalize our divorce in court.” Ezrah woke up and looked at her glumly. She was still in a somber mood, her eyes red despite the makeup. He sighed, “just a few minutes.” An hour later, they arrived at the divorce court. With Zora having made prior arrangements, the process was swift, and they soon had their divorce certificates. Without hesitation, they signed their respective portions. “You should keep your word and leave New York for good, or else you won’t like what I will do,” Ezrah warned solemnly. Zora had a faint smile on her face. “I have a gift waiting for you at home.” Ezrah frowned, wondering what kind of gift she arranged for him after their divorce. Zora has always been generous, buying him gifts and anything she knew he would like. He would neither accept nor refuse them. Whereas, he never used any of the gifts she bought for him. They left together, but Zora departed in a cab against his wishes to drop her at the airport. She reiterated that he would never see her again. Ezrah felt conflicted but remembered his promise to Piper. Despite his desire to head straight to the office for a meeting, curiosity got the best of him. He rescheduled the meeting and drove home to see the gift Zora had left for him. Upon arriving, he found a letter on the dining table addressed to him. ‘EZRAH.’ He couldn't recall seeing it earlier that morning, and a sense of unease crept over him as he approached and opened the letter. It was written in Zora’s handwriting, unmistakable to him. As he read the words, fear, panic, and regret flooded his heart. The letter slipped from his trembling fingers as he cried out, “ZORA, WHAT HAVE YOU DONE?” LEARN_MORE https://shgjfh.com/market/goodnovel/1?lpid=13232&u Indulge in story https://www.facebook.com/61552702618591/ 840 0 0 1969-12-31 18:00 0 0 0 0 0 0 Learn more 0 shgjfh.com VIDEO https://shgjfh.com/market/goodnovel/1?lpid=13232&utm_campaign={{campaign.name}}&utm_content={{campaign.id}}&adset_name={{adset.name}}&adset_id={{adset.id}}&ad_id={{ad.id}}&ad_name={{ad.name}} 1969-12-31 18:00 https://scontent-iad3-1.xx.fbcdn.net/v/t39.35426-6/454524684_916209250315358_8396256606489217577_n.jpg?stp=dst-jpg_s60x60&_nc_cat=110&ccb=1-7&_nc_sid=c53f8f&_nc_ohc=rshyTJOcAugQ7kNvgFwNJbL&_nc_zt=14&_nc_ht=scontent-iad3-1.xx&_nc_gid=A493s6E5qiBegPEkdUoBeFT&oh=00_AYAbhUueZ0LSOY14ac_HtZybsAheQKEanRp5LZvc4QcIKQ&oe=6735E2C9 PERSON_PROFILE 0 0 0 Indulge in story 0 0 1969-12-31 18:00 View Edit
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No 2024-11-09 19:30 active 1758 0 🔞Attention! Do not read in public!👉 She’s just my best friend, my husband said. What kind of friend would claim a married man as HER husband just to “get some support in a strange city”?! From the moment I met her, I should have thrown her out! But no, they told me I was “overreacting.” Overreacting?! If I really had, maybe I wouldn’t have woken up alone, only to find my husband hugging his so-called best friend in the middle of the night! Chapter 1 The beginning of it all. (ARIELLE’S POV) The scent of the dinner wafted through the room, as I focused on my husband, Jared. His dark hair falling just right, framing his straight nose and sharp jawline. Even in his casual clothes, the man had an undeniable presence—broad shoulders, a sculpted chest. He could’ve walked right out of a magazine, yet here he was, with me. It was our anniversary, and in commemoration of that, I had suggested that we had an indoor dinner– just the two of us. Despite his usual aloof self, Jared had created time from his usual busy work schedule, and that was a gesture I considered lovely. Especially when he looked up at me with those smoldering eyes, it was hard to stay upset. I had chosen to sit across from him instead of our usual dining position–beside him because I wanted to see all of his reactions when I finally broke the good news. Yep, I just discovered that I was pregnant yesterday from our family doctor, and I stalled the news, so I could break it to Jared during the anniversary dinner - Whatever way would have been better? Celebrating an anniversary, and the conception of a baby. Sounds like a double party to me. “This meal is delicious, Arielle,” Jared commented, interrupting my line of thoughts. “I don't understand why I'm always awed by your culinary skill. You are a chef after all.” I flashed him the most beautiful smile I could muster, feeling flustered by his compliment. “Thank you, Jared. That means a lot coming from you.” He smiled back, but his was not as wide and bright as mine. “You didn't have to make so many dishes, though. Two or three would have been just enough. It's only the two of us after all.” I clicked my tongue, there he went again. I was just about to reply to him, to tell him that it was our anniversary and I wanted to make it special, when his phone rang, the shrill sound disrupting the calm atmosphere. Jared's face fell when he looked at the screen, and then his expression turned apologetic. “Excuse me, Arielle. I have to take this. It’s work,” he said and rose to his feet. I felt a lump form in my throat, as I nodded in understanding, trying to mask my disappointment. “It’s fine, go on. I'll be here,” I said, my voice coming out flatter than I intended. “I’ll make it up to you, I swear. I'll get you new jewelry, whatever you want,” he called out as he rushed out of the dining room. I reclined back on my seat, frustrated and disappointed. It’s 9 o’clock. Who leaves their home at this time for work? It’s our special day for crying out loud, and making it up to me with jewelry? My eyes inadvertently rolled. Men need to learn that gifts are not always the key to a woman's heart; quality attention is. I sighed for the umpteenth time. He hadn’t mentioned when he’d return, as usual. Would he even remember our anniversary when he was done with work? The food once appealing, now looked unappetizing. Our anniversary dinner, ruined by a work call. I got to the sitting room to wait for Jared. Pregnancy reactions made me drowsy, and even before I knew it, I fell asleep and woke up with a start hours later. My eyes groggily opened to an eerily calm house. I was still on the couch, alone. Looking up at the clock, my heart sank. It was a few minutes past 12 o'clock. A painful realization dawned on me: our anniversary was over. Anger enveloped me as I realized that Jared wasn't home yet. I had been so excited to share my news with him, but now, that too was ruined. I walked over to the dining room, the remnants of our anniversary dinner still laid out on the table. Fine, guess this was the karma for me, a star chef, taking a two-day leave and not cooking for my appreciative guests but cooking for my husband. Sighing in resignation, I cleared the table and sent some of the food to the trash. In the early morning, I arrived at the restaurant, the familiar chaos of the kitchen greeted me like an old friend, and so did my colleagues. Their expression is a mix of concern and curiosity. “Arielle! You came so early! I thought you were taking a two-day off.” I forced a smile, still feeling the pain of my ruined anniversary dinner. The kitchen could be my refuge and cooking was my escape. Once I returned to work, my hands started to be busy in the rhythm of chopping and sizzling. Hours later, a waitress rushed into the kitchen, a distressed look on her face. “Ma, there's a customer insisting on seeing you,” she said, her voice urgent. “What's the problem?” I asked, surprised. “She wouldn't say, and she's being really rude,” the waitress responded. “She says she wants to see the chef in charge.” I hurriedly took off my apron, washed my hands, and followed the waitress out to the dining area. “Hi, I'm Arielle, the head chef,” I said, stopping in front of the customer's table. “Sorry you’re upset. Can you tell me what’s wrong with the food?” The customer, a pregnant woman, looked me up and down, her eyes blazing hot with anger. “Wrong? Everything! Your food tastes so bland,” she spat. “I can't believe you call yourself a chef.” I listened patiently, and afterward, I defended my cuisine, explaining our menu and ingredients, but she remained adamant. “I don't care about anything you say,” she snapped. “I'm going to wait for my husband to arrive and have you fired.” What? I slightly frowned and maintained my professional demeanor. “Ma'am, I assure you that our food is prepared to the highest standard and with the best ingredients. If you'd like, I can make it up to you with a complimentary dish of your choice.” The woman flipped her hair nonchalantly. “That won't be necessary. I still want you fired for almost poisoning me and my unborn child. Just wait for my husband to arrive and he will have you dealt with.” I took a deep breath, excused myself and headed back to my office. The whole thing was absurd. I’d been a chef for years and seen my share of unreasonable complaints, but this was something else. Who did she think she was and who was her almighty husband could have me fired on a whim? I was just about to get back to work when a knock sounded on my office door. “He’s here, Ma’am,” the waitress called out. I sighed. It was already a rough day, and I only hoped to wrap up this nonsense quickly. I composed myself and stepped out. Whatever power this husband of hers thought he had, I wasn’t worried. I knew my work, and I knew my worth. But as I walked back into the dining area, my breath hitched as I caught sight of a tall figure speaking to the woman. She saw me first and informed her husband, gesturing to me. And before he turned to face me fully, I already knew who the man was. A burning sensation filled my chest as I stared at the gorgeous face that I slept with most nights. It was Jared, my husband! Chapter 2 The third wheel (ARIELLE POV) Oh well, color me surprised! I blinked severally to ensure that I was not seeing wrongly. My eyes widened in shock, my mind trying to process the scene before me. My husband, Jared, was standing beside another woman, a pregnant woman who claimed to be his wife, in a restaurant where I worked. The woman’s words earlier reverberated in my ears, “my husband will have you fired!” My heart pounded, breathing suddenly becoming difficult. I felt like I had just been punched in the gut. I took a step forward, my voice raspy and barely a whisper, “Jared?” Jared met my gaze, his composure unwavering. “Hey, Arielle,” his tone was disturbingly casual, as if it were completely normal to be caught with another woman who’d called him her husband. My eyes narrowed at him, as I expected him to offer me an explanation. Before Jared could respond, Sofia stepped forward, her face a mask of surprisement, “Oh, you must be Arielle! I’m so sorry for the confusion. I’m Sofia, Jared’s old friend.” Looking at my expressionless face, Sofia continued, her voice syrupy sweet, “Jared’s been so kind, helping me get settled in town. I just returned from abroad and I’m going through some tough times. He’s been such a wonderful support.” My eyes never left Jared's face, my gaze unnerving. “Support?” I asked, unable to mask the disbelief in my tone. Jared nodded. “Yes, support. She's pregnant, new in town and almost helpless. She needed someone to talk to and to help her navigate her way around town. I was just being that friend.” Still, I was not convinced, and my eyes shifted to Sofia, who stood there with an air of vulnerability, her eyes pleading for understanding. “And the child?” Jared frowned and his voice became serious, “Of course not! The child isn't mine, Arielle.” I relaxed a bit, deciding to trust my husband. Just then, Sofia cleared her throat to get my attention. “Umm… Arielle, right? I apologize for my behavior earlier. I was totally out of line, you see, being a pregnant woman in a new city alone isn’t easy. I needed some support, so I may have exaggerated Jared’s role a bit. You understand, don’t you? How do we women sometimes need to feel protected?” she said innocently. I looked away, reluctant to accept her apology. She was rude, claimed my husband as hers, and even threatened to have me fired. But Jared noticed my reluctance, and signaled me to forgive her. “It's okay, I forgive you,” I mumbled, but then my eyes caught the glint of a vibrant blue gem on her wrist. Wait a second, is that the Blue Diamond limited edition? The one I glimpsed in Jared’s bag last night? I thought it was an anniversary gift for me! Sofia was definitely aware of my stare. She turned to me, making puppy eyes. “Oh this bracelet? It’s from Jared. Arielle, surely you don't mind Jay-Jay getting his best friend a little gift for coming back home?” Jay-Jay? Seriously? I smiled coldly, my lips pressed together in a thin line. I didn't bother responding to Sofia's question, instead, I turned to Jared and said, “I need to speak with you in private, in my office.” Without waiting for a response, I turned and strode away. As I left, Sofia’s voice drifted after me, saccharine-sweet: “Jay-Jay, I had no idea your wife was this sensitive.” Jared trailed behind me, our footsteps echoing in the hallway that led to my office. I pushed open the door and stepped inside, Jared following closely behind. Alone with him now, I turned to face him, my face bearing a displeased expression. “What's going on, Jared? Why are you buying gifts for a pregnant woman, a pregnant woman who claimed to be your wife a few minutes ago.” “Arielle, I promise, it's not what it seems like. The bracelet was for you. I just…I just didn't want to hurt Sofia's feelings. Like I said, she's going through a tough time.” “And you expect me to believe that? You abandoned our anniversary dinner, promising me a compensation gift, and now I see you giving it to another woman?” Jared's face turned pleading. “Please, understand. I'll get you another one, a much better one.” I shook my head, my expression cold. “It's not always about gifts, Jared. Occasionally, your aloof nature makes me wonder if you're invested in our relationship and marriage, as much as I am.” Jared's face fell, his expression hurt. “Come on, don't talk like that. I am committed to our marriage too.” I ignored his words and went on. “It doesn't seem so most times because I don't understand why you're unwilling to hurt another woman's feelings, without caring if your actions hurt me, your wife.” Before he could respond, a thought struck me. “Jared, did you even come home last night after you left?” He nodded. “I did. You were asleep on the couch. I didn’t want to disturb you. I just left. Return to the company to continue working.” He’s really busy. I felt a stab of guilt but pushed it aside, focusing on what mattered now. “Will you be home tonight?” “Sure.” “Alright, let's see later at home and talk about this then.” Jared tried to apologize again, but I cut him off. I was too tired for arguments, and besides, I had to go back to prepping for lunch service. He finally placed a feathered kiss on my forehead before stepping out. A sharp exhale, after Jared left. There would be time to sort through my feelings later. For now, I needed to get back to work and focus on something I could control. After regaining composure, I made my way out of the office to continue my work. By the time my shift was over, the sun had dipped below the horizon. I was tidying up when my phone buzzed. I glanced at the screen and discovered it was Ashley, my best friend. A smile broke out on my face, and I answered the phone. “Hey, where are you?” Ashley’s voice sounded from the other end. I was taken aback by her unusually serious tone. Ashley never directly called me at worktime, why was she asking? “Still at work, about to leave though. What’s going on? You sound worried.” I asked. Ashley’s next response sent a chill down my spine. “Arielle, I just saw Jared and a pregnant woman going home together…” Chapter 3 When doubt creeps in. (ARIELLE'S POV) “Ashley, I need to go. Thank you for the information. I will call you back later.” After the phone call with Ashley and figured out the home she said was actually my mother-in-law’s house, I tried my best to handle my whirling thoughts. Jared was always considerate and meticulous. I thought I knew this man after three years’ marriage. However, I’ve never seen him as emotional as he was in the restaurant, nor have I seen him break his words, twice in a row. He promised to wait for me at our home, now this? I sighed as I stepped down from my car. Upon arriving at the old mansion, nothing prepared me for the sight I was met with. Sofia was seated comfortably in the sitting room, and she was not alone. She was with Jared's mother, and they were conversing and laughing happily. While Jared was sitting alone on the single sofa next to them. “What’s going on here?” I managed to ask, a lump forming on my throat. As I approached, Jared rose smoothly, reaching for my coat. “Mom wanted to see Sofia, so I brought her over,” he explained, his tone measured. “You could have told me first,” I said quietly. Jared’s eyes met mine briefly, a flicker of apology passing through them, before he went upstairs with my coat. Great. Now I had to deal with this on my own. Sofia turned to me with a carefree look, like she owned the house. “Oh, hey, Arielle. I’m glad you are home. Jared's Mom and I were catching up.” My eyes grew suspicious as I tried not to glare at Sofia. What is she doing here? Why is my mother-in-law so friendly with her? Jared’s mother looked up at me, her expression neutral, not as warm as when she was talking to Sofia. “Welcome back,” she said curtly, then turned her attention back to Sofia. “Go on, dear, you were saying?” I was hurt and embarrassed as I stood there, feeling like an outsider in my own home. I thought I knew Jared too well, but now I was terrified that he might not have told me the entire truth about his relationship with Sofia. Because, how come she was merely his friend but had such a close relationship with his mother? “Oh, I was saying,” Sofia's shrill voice interrupted my thoughts. Why do I think she was intentionally being loud so I could hear her? “I returned from abroad to celebrate Jared’s birthday, and I met Arielle at the restaurant earlier. It was our first time meeting,” Sofia continued. I sneered at her forced cheerfulness. I hope she also told Jared’s mother how rude she was, how she threatened to have me fired, and how she claimed Jared's was her husband. “Oh, really? That was nice,” Jared's mother said, obviously intrigued by the conversation. “I still can't believe Jared married a mere chef. I mean, don’t get me wrong, but it is not exactly a prestigious job and not befitting for the wife of a billionaire.” She was smiling brightly, but I could see the challenge in her eyes. She wanted me to react. I raised an eyebrow and gave her a cool laugh. “True. Jared always complains that I cook for the guests, not for him. It really takes skill to satisfy a billionaire’s taste every single day.” Sofia’s lips twitched, and I could see her struggling to keep her composure. “Oh, I didn’t mean to belittle your skills or your profession. I just think Jared could have... chosen differently.” I shrugged slightly. “He did. He chose me.” Sophia was choked. “All right, all right. Arielle. Sofia was merely voicing her opinion,” Jared’s mother chipped in. “Indeed,” I said, sarcastically. She then turned to Sofia, “Okay Sofia, dear, let's not talk about Arielle anymore and focus on our previous discussion. Tell me everything about your trip.” I rolled my eyes and took a seat. However, Sofia’s words caught my attention: “So I arrived in town last night…” Last night. The same time Jared had supposedly been working late. The rest of their conversation faded into background noise as my mind raced, trying to piece together the puzzle. Sofia glanced away, seemingly unbothered by my silence. As the pieces fell into place, a realisation hit me: the call Jared received last night was not about work, but because he went to pick Sofia at the airport. My heart sank into my stomach. Why did he have to lie? Slowly, doubts about my marriage crept in. Do I really know the man I'm married to, or are there things about him I still need to know? Jared’s mother suddenly turned to face me, a smile on her face. “Arielle, in case you have been wondering how come I know Sofia, I will tell you now. Sofia and Jared have been friends for a long time. They share a special bond, and I wish you could get along with her as well as Jared does.” I forced a smile, not trusting myself to speak. Get along with Sofia? I couldn’t even stand being in the same room with her. “I’ll go prepare your favorites, ladies,” Jared’s mother said, getting up and heading to the kitchen. The moment she left, Sofia turned to me, her eyes glinting with mischief. “Oh, Arielle, did I tell you Jared and I go way, way back? Oh, I didn't? You see, we met as early as in kindergarten, and he's been chasing me for twenty years,” Sofia narrated. My eyes widened in surprise. Why didn't Jared tell me all of these? “Can you believe it? Twenty whole years! Jared liked me a whole lot and used to do anything I asked of him. We went to prom together, and he even carved our initials on the bark of an old willow tree in the park. I was a beautiful girl, I still am, and I had numerous suitors back then. Jared was so jealous that he used to even fight off any male that got close to me.” Sofia continued. As Sofia spoke of their past, a mix of curiosity and jealousy churned in my stomach. I pushed the feelings down, forcing my lips into a polite curve. “That's the past, Sofia, He’s married to me now and nothing would change that.” Sofia’s smile faltered for a second, but she didn’t stop. “And yet, he ended up marrying you just a month after I travelled abroad…” “That’s enough, Sofia. I’m sure that my wife doesn’t need all those details,” Jared’s voice suddenly sounded from behind, interrupting Sofia. As I turned to face him, his gaze darted away. Chapter 4 Trouble in paradise (ARIELLE’S POV) While Sofia clamped her mouth shut, startled by Jared’s sudden appearance, I slowly rose from the chair, still reeling from the shock of all I had heard. I was heartbroken that I had to hear all of that from Sofia, who also doubled as my husband’s life crush. I couldn’t believe it. I got to Jared and ignored him completely as I walked past, but he tried to talk to me. “Arielle, please listen–” he said, trying to reach for me. I shrugged his hand off and walked upstairs, my eyes welled up with tears. I got to the room and collapsed on the bed, numb, exhausted and disappointed. Just then, a text arrived on my phone. It was from Jared: “I’m sorry.” I sighed and put the phone off, before falling into a turbulent sleep. The next morning, I woke up to an empty bed, and the absence of Jared felt heavy. He must have slept in the guest room again. Or worse—what if he had slept in the same room as Sofia? The thought made my heart race, but I quickly shook it off. Doubts might be creeping in, but I knew the man I married. After getting ready for work, I headed downstairs and found Jared waiting for me in the foyer. “Hey, good morning,” he said, planting a kiss on my cheek. “Yeah, good morning,” I responded, trying to act cool too. “Look, Arielle, about yesterday. Sofia’s just struggling with the pregnancy because it's her first. It's making her become needy and overly pampered. Please don't take it too personally. Don't believe everything she said. Kindly forgive her,” Jared pleaded. Instead of softening my heart like the words were intended to, they only made me bitter at the fact that my husband was in defense of another woman. Speaking of pregnancy, was he aware that I too was pregnant? Of course not, he had prioritized his ex over me on the day I was supposed to break the news to him. “I’m going to work now, Jared. And when I get back, I would rather not see that woman here again.” My day at work was uneventful, a blur of cooking and cleaning, and soon it was closing time. I was in my office wrapping things up when a knock echoed on the door. “Who is it?” I called out. “Rebecca, Ma,” my junior chef replied. “A hot man is waiting outside for you with a massive bouquet, “ she announced, and I didn't miss the giggle in her voice. I paused, confused. Did I have an appointment? I quickly grabbed my bag. “I’m coming out now.” As I stepped outside, Jared stood by the entrance, bouquet in hand. I was momentarily taken back, but regained myself and swirled around to face Rebecca. “Unfortunately it’s not some hot man, just my husband,” I said. I wouldn't blame her, Jared had only visited my new place of work the day of Sofia's saga, so it’s reasonable no one here was acquainted with him. “Hey, what are you doing here, Mr Smith?” I asked, stopping right in front of Jared. “Apologising to Mrs Smith for being a jerk. Arielle, I am so sorry I didn't tell you about Sofia earlier. I have no excuse. Can you forgive me? To make it up to you, how about a weekend getaway date at our first house?” Jared said, all smiles. At that moment, my heart softened and every fiber of anger I harbored within me ebbed away. Our first house—a cozy penthouse we had chosen and decorated together after we married—held so many good memories. It was seldom visited later due to its long distance from my current workplace. To say I was pleased was an understatement, I was beyond the moon with excitement. Finally, a vacation that will help me forget all the dramas of the past days and who knows, it could be the perfect place to break the news of my pregnancy to Jared! “So, what do you say, Mrs Smith?” Jared inquired, looking at me expectantly. “I’d say,” I blinked, “Mr Smith does know how to please a woman.” He melted me in his kiss. “Thank you love, for forgiving me and accepting the offer,” Jared said, a smile spreading across his face. “Here is your flower,” he handed me the bouquet. I accepted it, inhaling the fragrant lavender—my favorite. “Thank you,” I mouthed. Jared led me toward the parking lot, opening the door for me before getting in on his side. As we drove to our penthouse, anticipation bubbled within me. An hour later, we pulled up at the parking lot of the house. It was located inside a reputable estate. But as we alighted, something didn't seem right. I tried to place what it was and a few seconds of racking my brain brought it to my cognizance as I noticed a light on in one of the rooms. “Jared, I think someone’s in the house,” I said as we approached the front door. “What do you mean?” he asked, a puzzled look on his face. “Look,” I pointed, “the light is on.” “Come on, Arielle. You are being paranoid. You probably forgot to turn off the lights the last time we were here,” Jared said, waving off my observation. I was just about to protest when the front door swung open, and there stood Sofia, a bright smile on her face. Jared and I halted in our tracks as we exchanged surprised looks. “What the hell? What are you doing here?” I snarled at Sofia, unable to control my rage this time. “Take a chill pill, Arielle. I got the address of the place from Jared's mum. She asked me to live here pending when I get a place of my own. She insisted the cozy environment would be good for my pregnancy.” Sofia explained. “You have no right to be here! This place is for Jared and me. I can’t believe she gave you the keys,” I shot back, furious. The hell, why do I keep seeing this lady at every turn I take? “Oh, my bad, I didn’t know you two would visit here anytime soon... I'm so sorry, I'll leave right away,” Sofia said, feigning a sorry look that I could tell was absolutely fake. “Arielle, let’s go inside first,” Jared suggested. I glared at Sofia before storming inside, storming past her at the door. “Sofia, this place is like a safe haven for me and Arielle, and we cherish it so dearly, especially Arielle, that seeing another face in it seems a bit improper,” Jared began in a calm tone, the moment we were all inside the house. It was almost like he was being cautious with his words and didn't want to hurt her. “It’s fine, I understand. I’ll leave right away,” Sofia said, putting on a pathetic act. “That will be gladly appreciated,” I said, feeling no atom of pity for her because I could see through her emotional game. But that wasn't the case for Jared, he doesn't want a pregnant woman to suffer so much, so he intervened. “Arielle, that won't be nice. It's late, and she's pregnant,” he said in a placating tone. And then he turned to Sofia, “You can spend the night here, and we will discuss the issue of your housing in the morning.” Sofia shook her head, pretending to be weak. “No, I wouldn’t want to cause any tension between you two.” “No, she's fine with it,” Jared said and turned to give me a pleading look. “Right, Arielle?” I ignored them both, deciding to take a tour of the house to calm my nerves. As I walked through, I noticed the changes. Jared and my decorations have all been discarded and replaced by different designs. Anger rose from the deepest part of me as I knew no one else would be responsible for the act, except Sofia. Ready to confront her, I marched back to the sitting room, my vision blinded by raw fury. I had just gotten to the sitting room, when Sofia suddenly squealed and rushed up to Jared, snatching the bouquet in his hand. I must have left it in the car, and Jared had thought to bring it inside for me. Just when I was about to yell at Sofia to hand me my flowers, she exclaimed, “Oh, Jared, you are so sweet. I can't believe you still remember my favorite flower…” Chapter 5 Having to deal with a bitchy third wheel (ARIELLE'S POV) I stopped in my tracks at Sofia’s words. Did she just say her “favorite flower?” “The bouquet, hand it over. It is mine, Jared got it for me.” I said, smiling coldly. Sofia sneered and turned to Jared. “Jay-Jay, the flower is for me, right? Remember, back then during high school days, you used to gift me lavender flowers when you came to pick me up on prom nights. When you called me your best friend, Jay?” Jared looked thorn, as he looked from me to Sofia. I couldn't believe he was even contemplating it! That flower was mine for Christ’s sake, he should simply ask her to hand it back to me, the right owner. “Ummm… Arielle, let Sofia have it. I will get you another one tomorrow, I promise,” Jared finally said. My mouth fell open in surprise. I couldn’t believe my ears. Yet again, Jared had chosen his “best friend” over me? “You are unbelievable, Jared!” I exclaimed. Sofia turned and smirked at me, a triumphant look in her eyes. Only I could see her because she had her back to Jared. “I can’t stand this,” I said, raising my hands in mock surrender. “You two can have the house to yourselves, I will look for a hotel to crash in.” I turned around and stormed off to the place where I kept my bag, ready to leave. As expected, Jared appeared beside me, his face apologetic. “Arielle, you don’t always have to lose your cool. She’s pregnant, and I heard pregnancy hormones affect women’s behavior a lot.” I wanted to scream and ask him what about me? Was I not pregnant too? And then the bitter reality dawned on me that yet again, my chance of breaking the news of my pregnancy to Jared had been ruined. “Say something love, please,” Jared frowned. “I have nothing to say. Leave my way, I have to get a hotel before it gets too late,” I finally said, making to walk past him. “I’m truly sorry, Wifey. Fine, how about I make us dinner? I know you hate making dinner at night, so I’m volunteering to take up the task tonight.” I sighed, as I considered his offer. I hated cooking dinner late, and I hate eating out too. If I sleep at a hotel tonight, I am definitely going to eat out. Reluctantly, I accepted Jared’s offer. Making dinner will be the perfect punishment for Jared, as he will have to do the dishes afterward. And besides, deep in my heart I wouldn’t want to leave my husband alone with Sofia. I was just about to let him know that I had accepted his offer when Sofia spoke from behind me. “Why would you offer to cook, Jared? Cooking is a domestic chore, and is meant for women alone. You see, I have been working hard all day, cleaning this whole house and putting away decorations I found Medieval and out of vogue. I’m so tired and can’t lift a pin, else, I would have offered to do the cooking. As for you, Jared, I’m sure you are tired as well. Being a billionaire CEO is no easy feat, and after a long day at work, you deserve to rest. Arielle, here, should do the cooking. She seems so energetic and even ready to get into a fight, the energy will be a lot useful if she uses it to make us dinner. Besides, she is a domestic worker and cooks for a living.” I was dumbstruck as I listened to Sofia ramblings. With the way it spoke, a stranger would have mistaken her for the mistress of the house. Jared must have realized that Sofia was crossing the line because he immediately intervenes. “That’s enough, Sofia. You can’t speak to my wife in that manner. Do not go to that extent next time,” Jared chided. Although I was not all too satisfied with his tone, I was glad that Jared had finally spoken up and put Sofia in her place. Finally, my turn to make faces at her. Sofia immediately puts on a hurt expression. “I can’t believe this, Jared. I wasn’t being rude to her, I was merely telling the truth! You have changed a lot since you got married, Jared. You have forgotten the bond we used to share!” “I’m sorry if I hurt you, Sofia. But…” I didn’t wait for Jared to finish as I walked off, leaving them to themselves. I was utterly disappointed in Jared. This minute he scolded her, the other, he is trying to pacify her. I arrived in the kitchen and began to take out the ingredients for dinner preparation. I intended to make macaroni, chicken, and cheese. A few minutes into it, Jared stepped into the kitchen, looking remorseful. “I would like to help with dinner preparation, Arielle,” he said, coming to stand beside me. I knew telling him no will be of no use as he will only grow persistent, so I merely shrugged and carried on with what I was doing. “What are we having,” Jared asked. I knew he was trying to initiate a conversation because a mere glance at the ingredients on the kitchen counter could tell anyone what we were having. “Macaroni, chicken and cheese,” I said simply. I was in a complicated mood, and in no way interested in a conversation with him. After getting the ingredients ready and having placed the macaroni on fire, I turned to Jared, a serious look on my face. “For the last time, Jared, I want you to clarify your relationship with Sofia.” Jared sighed and took my hands in his, caressing them softly. “I promise you, Arielle, Sofia and I are just good friends. I might have a crush on her back then in high school, but that was all there was to it.” I nodded, and took my hands from his as I went to check on the food on fire. Jared helped with the remaining preparation of the food and a few minutes later, dinner was ready. I set the table, while Jared cleaned the kitchen after me. “I will go call Sofia,” he said to me, as I settled in the dining room to eat dinner. I nodded, without looking up, my attention fixated on my food. Seconds later, I heard approaching footsteps and I knew it was Sofia and Jared. I refused to look up, focusing on my food. I heard Sofia pull the chair opposite me, and settled in it. “This smells nice, I hope it tastes nice too,” Sofia said, as she uncovered her food. Jared sat down on the seat beside me, and soon, everyone was digging into their plates. Suddenly, Sofia made a throaty sound and the next second she was on her feet as she scurried away from the dinning. Jared went in hot pursuit, while I sat back, wondering what was happening. I didn’t have to wonder for long because Jared and Sofia returned minutes later, with Jared looking worried, and Sofia looking pale. “What happened?” I inquired, looking from Jared to Sofia. “What happened is that you tried to poison me, making it the second time. First, it was at the restaurant, and now, in your house. What did I ever do to you?” Sofia said, feigning tears. “I don’t understand. Why would I poison you? Jared was in the kitchen with me, and I served everyone the same food,” I said defensively. “You added milk to the macaroni, and I am allergic to milk!” Sofia yelled. “That’s right, Arielle. Sofia is allergic to milk. You shouldn’t have added it to the meal,” Jared said. I was too stunned to look at Jared. We were in the kitchen together, and he saw me use the ingredients, milk was never part of them. I rose to my feet, having lost appetite. “Just for the records, Sofia, I never used milk in that dish. As a matter of fact, that’s my milk–free recipe. You can ask any of my customers in the restaurant. But what difference does it make? You already decided that I poisoned you. Good night,” I said, smiling coldly before exiting the dining room. Chapter 6 When he chose her over me! (ARIELLE'S POV) I retired to the room upstairs, my head throbbing with a migraine. I couldn’t believe what had just happened in the dining room. Jared didn’t even scold Sofia for insinuating that I poisoned her. He knew me too well, that I wouldn’t hurt a fly, not to mention a pregnant woman. I didn’t like Sofia, alright, but the last thing I wound ever do was hurt her. She must be rejoicing now, knowing that her plan to cause a rift between me and Jared had worked. We couldn’t even have dinner in peace. Her presence is always disrupting the peace of my marriage. I sighed and collapsed on the bed, wondering what to do to get Sofia out of Jared and I’s life. Realizing that I was feeling sleepy again due to my pregnancy, I got off the bed and walked into the bathroom for my night shower. After that, I slumped on the bed in exhaustion. I didn’t know how long I slept, but I woke up with a dry throat and a thirsty tongue yearning for water. I got off the bed, slipped my legs into my flip-flops and made my way downstairs, to the kitchen. As I ascended the stairs and approached the hallway to the kitchen, I heard voices. Getting closer, I realized it was Jared and Sofia talking. My face frowned in disapproval as I looked at the grandfather clock at the far corner, and it read 1 o’clock in the morning. Why the hell was Jared up by that time and talking to her? He was supposed to be in bed with me. Just then, Sofia’s voice filtered to my ears, it was not just that sweet voice, but her words. I stopped in my tracks as I listened to her. “What were you thinking when you got married to such a tough woman like Arielle, Jared? She is mean and lacks human sympathy. Didn’t you see how she was unconcerned about having me thrown out, at night? She is not only mean, but inconsiderate too for making you pick her up late from work. You should be resting after a stressful day at work and not playing the role of a driver to her.” “She didn’t ask me to, Sofia. I did it willingly. She is my wife after all,” I heard Jared say. I scoffed, at least he said a word in defense of me this time. “You have changed, Jared. This isn’t you. What has that woman done to you?” Sofia’s shrill voice cried out. “Stop it, Sofia. For someone with a failed marriage, you have no right giving hot takes or interfering in mine. Our past is over, just let it remain so.” “But you know it Jared, you know I divorced my husband because of you!” My eyes widened. What the hell? What did Sofia mean by that? “No, you didn’t! Don’t drag me into your divorce story!” Jared snapped, his voice laced with fury. I could feel the heat of his anger—it didn’t ease the weight in my chest. I had ever seen him act like this, so much of… rawest emotion. Then I heard a sob escape Sofia’s throat. And soon, her sobs grew into a cry. I moved closer. To my consternation, Sofia had moved into Jared’s arms, crying, as she held on to him tightly. I was infuriated and disgusted when I saw Jared wrap his arms around her, consoling her. Angry, and my thirst momentarily forgotten, I hurried back upstairs and began to pack my things. I needed to leave. I have had just enough of Jared and Sofia’s excesses. After packing, I slipped out of my robe into a more decent clothing before grabbing my handbag and making my way out. I walked towards the stairs, and just at the entrance, I saw Sofia standing, obviously waiting for me. There was a smirk on her face, and a malicious glint in her eyes. I decided to keep my emotions in check and maintain composure. I will avoid confrontation with Sofia as much as I can. All I was concerned about was leaving. I ascended the stairs, and as expected, Sofia blocked my path. “I have no strength for this, Sofia. Kindly leave the way,” I said, my voice firm. “And if I don’t? You think you can try to kill me and go Scott Free?” Sofia asked, hands akimbo. “Come off it, Jared is not here, so you might as well drop the act. There was no milk in the food, and what you did back there at the dinning was merely a stunt to draw Jared’s attention to yourself, like the attention starved kitten that you are. Now, leave my way, I have no time for your drama.” “You just refused to see the reality didn’t you? Alright, you may pass,” Sofia said and made way for me. I sneered and walked straight past her. “If we were both in danger, who do you think Jared would save first?” Sofia suddenly asked. “What?” I didn’t have the time to process what she meant, because the next minute, I felt a push on my back and lost balance, skidding off the stairs to land at its base. I let out a loud guttural scream, and Sofia must have heard Jared’s approaching step because she quickly rushed to me and laid down beside me, making groaning sounds like we fell together. God, this woman was despicable! I wanted to shout, to expose her, but the pain was too intense - especially in my abdomen. Oh God, the baby! Panic surged through me, and another scream followed. Sofia echoed my cry, louder, trying to steal Jared’s attention. Jared rushed in. His eyes flicked back and forth between us, confusion written all over him. I couldn’t speak, but my eyes begged him. Please, help me. Help our baby. For a moment, I thought he understood. He immediately rushed to me, but just as I was expecting him to carry me up, he halted and turned to Sofia instead. Before I slipped into unconsciousness, all I recalled was Jared saving Sofia instead of me. LEARN_MORE https://nvwibcnshop.com/market/buenovela/3?lpid=14 Random Reading https://www.facebook.com/61559743679549/ 307 0 0 1969-12-31 18:00 0 0 0 0 0 0 Learn More 0 nvwibcnshop.com DCO https://nvwibcnshop.com/market/buenovela/3?lpid=14537&utm_campaign={{campaign.name}}&utm_content={{campaign.id}}&adset_name={{adset.name}}&adset_id={{adset.id}}&ad_id={{ad.id}}&ad_name={{ad.name}}&placement={{placement}} 1969-12-31 18:00 https://scontent-iad3-2.xx.fbcdn.net/v/t39.35426-6/461604491_1225956918603236_8779588018568492096_n.jpg?stp=dst-jpg_s60x60&_nc_cat=111&ccb=1-7&_nc_sid=c53f8f&_nc_ohc=b99118XJfa8Q7kNvgHECRwQ&_nc_zt=14&_nc_ht=scontent-iad3-2.xx&_nc_gid=AREMKW4di6ieZCCKADfWRcU&oh=00_AYBzSXbKJ5WIL-wz1mo-YtZoA-ClNrecGLH8b9mP4Pdf4Q&oe=6735D20C PERSON_PROFILE 0 0 0 Random Reading 0 0 1969-12-31 18:00 View Edit
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Yes 2024-11-09 18:51 active 1756 0 Seguir leyendo👉👉 Ella decidió divorciarse de su marido, que siempre había estado enamorado de su primer amor. Inesperadamente, él se negó a dejarla ir. Para empeorar las cosas, su hermanastro diabólico también intervino al mismo tiempo de manera dominante, ¡queriéndola para él! ===== ¿Lo había oído bien? ¿Estoy embarazada? ¡Estoy embarazada de un bebé de Pierce! ¡Mi mejor amigo y mi primer amor! --Qué bueno que haya sido cautelosa, pudo haber perdido a su bebé, señorita Monroe --me dijo el ginecólogo con seriedad al ver la sorpresa en mis ojos. En ese momento, me toqué el vientre inconscientemente, sin poder creer que hubiera un bebé acostado allí. Cuando salí del hospital, no podía esperar para contarle a Pierce sobre nuestro bebé. Me preguntaba cuál sería su reacción. ¿Gritaría de felicidad? ¿Me b**aría y todo eso? ¡Dios! No podía contener mi felicidad. Incluso tomé mi cara roja entre mis manos mientras fantaseaba. Pero en el momento en que sentí el frío del anillo en mi dedo, mi corazón que latía salvajemente se calmó. Casi olvidaba que Pierce no estaba interesado en tener hijos, menos considerando que nuestro matrimonio fue arreglado por su familia. Por supuesto, Pierce era un completo caballero, como amigo y como marido. Cada vez que teníamos relaciones s**uales, él era considerado y cauteloso, y decía que no era necesario agregar más ataduras si no estábamos listos. Este bebé, en cierto modo, estaba fuera de los planes. --Señora, ¿está todo bien? ¿Necesita que llame al jefe? --preguntó mi conductor privado, Luke, preocupado al notar mi ceño fruncido. Luke era confiable como un miembro de la familia, pero no quería contarle porque quería que Pierce fuera el primero en enterarse de esta noticia. Él era el padre de mi bebé. --No --dije y negué con la cabeza, dándole a Luke una sonrisa tranquilizadora--. Está en el vuelo. Hablaré con él más tarde --y así vería su respuesta yo misma en sus crudas expresiones. Siempre fui buena en eso. Finalmente, cerré los ojos y recordé el día en que nos conocimos. Su brillante sonrisa a la luz del sol era tan deslumbrante que parecía un príncipe. Me enamoré de él a primera vista, mucho antes de que nos convirtiéramos en mejores amigos. Pero era sólo un amor no correspondido y yo lo sabía bien. En ese instante, bajé la ventanilla del auto para tomar un poco de aire fresco y, sin quererlo, vislumbré nuestra antigua escuela secundaria. Ese sentimiento amargo llenó mi pecho una vez más... Pierce fue mi primer amor, pero yo no era el suyo. En la escuela secundaria, yo no era más que una nerd aburrida a los ojos de los demás, mientras que Pierce Anderson era el brillante mariscal de campo. Todos se sorprendieron de que pudiéramos ser amigos. Aunque las hostilidades hacia mí aumentaron, disfruté estar cerca de él y poco a poco me di cuenta de que no quería ser sólo su amiga. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de confesarle mis sentimientos, otra chica llegó a su vida. Sacudí la cabeza tratando de deshacerme de esos viejos y tristes recuerdos. Luego toqué el frío anillo de bodas en mi dedo y me dije que el pasado ya había pasado. Pierce dijo que habían terminado y que ahora yo era su esposa. Sí, yo era su esposa y además estaba embarazada de su bebé. Pronto, me sequé las lágrimas de las comisuras de los ojos y abrí la puerta de nuestra casa. Mi corazón se calmó al respirar el aroma de mi hogar, nuestra casa. Pierce y yo la decoramos juntos con nuestras propias manos. Lo disfrutamos. Sí, tal vez estaba pensando demasiado. Esa mujer había estado fuera de nuestras vidas durante mucho tiempo y los últimos tres años mi matrimonio con Pierce fueron tan hermosos como un cuento de hadas. Una vez dentro, miré el reloj de la pared. Para ese entonces, Pierce ya debería haberse bajado del avión. Estuvo más de un mes en viajes de negocios de nuestra empresa familiar. Pierce era el presidente de ADE, la empresa de revistas de moda líder en toda Asia, y yo era la vicepresidente de la compañía. No sólo éramos compañeros de vida, sino también buenos socios en el trabajo. En verdad lo extrañaba. De inmediato, marqué su número, pues tenía muchas ganas de escuchar su voz y saber cuándo llegaría a casa. Le prepararía una buena comida y él me premiaría con un dulce beso. Y luego podríamos... Vaya, en ese momento casi olvidé que estaba embarazada. Debía contarle eso primero y luego podríamos hacer otra cosa. Estaba imaginando felizmente nuestra encantadora reunión, pero mi corazón dio un vuelco cuando una voz de mujer cruzó la línea. --¿Hola? Al escuchar esa sola palabra, dejé caer mi teléfono, que se rompió al chocar contra el suelo, y mi cuerpo empezó a temblar incontrolablemente. ¡NO! ¡No podía ser ella! ¡No podía ser Lexi! ¡Ella ya estaba fuera de nuestras vidas! Debí haber escuchado mal. De inmediato, corrí hacia la nevera en un intento por calmarme con la ayuda de un poco de al**hol. Pero en el momento en que toqué la botella de v**o, recordé las palabras del médico sobre mi bebé. Debía tener cuidado por la salud de mi bebé, así que solo agarré una caja de leche y caminé hacia el sofá. En ese entonces, no sabía qué me hizo reconocer esa voz como la de Lexi. Nosotras nunca fuimos cercanas. Lexi Gilbert era la típica belleza rubia por la que los hombres se volvían locos. Ella era una animadora popular en la escuela secundaria, mientras que Pierce era el mariscal de campo estrella. Encajaba mejor con él que una nerd como yo, ¿verdad? No me sorprendió que se haya enamorado de ella. Mi orgullo no soportó ver al hombre que amaba volverse loco por otra mujer, así que una vez intenté alejarme de ellos en silencio, pero Pierce se negó a salirse de mi vida. Cada vez que me ahogaba en un mar de libros y estudios para olvidarlos, Pierce aparecía en mi puerta invitándome a salir. No podía decirle que no a su sonrisa encantadora y tampoco podía decirle que no porque afirmaba que era su deber como mi mejor amigo llevarme a disfrutar del mundo real. Para no arruinar nuestra amistad, oculté mi corazón roto y desempeñé en silencio el papel de su mejor amiga, siempre a su lado y observando su rostro feliz por otra chica. Finalmente, cuando supe que Pierce planeaba proponerle matrimonio a Lexi, me armé de valor y fui a estudiar al extranjero, sin saber que su abuela me llamaría para rogarme que regresara. Por supuesto, volví a toda prisa sólo para ver a Pierce sin vida. Lexi le había herido gravemente el corazón y el mío sufría por mi amado. Empecé a odiar a Lexi desde ese momento. Le había entregado a mi amado hombre, ¡cómo se atrevió a hacerle tanto daño! ¡Esa bruja! Pierce no le contó a nadie lo que pasó, excepto que había terminado con Lexi. Luego, la abuela arregló nuestro matrimonio. No entendí por qué estuvo de acuerdo hasta que un día lo escuché decir que casarse con cualquiera que no fuera Lexi sería lo mismo para él. Aquello me dolió mucho, pero aun así me casé con él sin pensarlo dos veces. Mi amado estaba destrozado y quería recomponerlo, sin importarme si eso me arruinaba a mí en el proceso. Me quedé dormida sintiéndome muy insegura y preocupada. Me desperté en medio de la noche cuando sentí que alguien acariciaba mi mejilla. Lentamente abrí los ojos y me di cuenta de que me había quedado dormida en la sala de estar. Alguien me levantó del sofá e inmediatamente reconocí su olor y tacto mientras lo miraba con los ojos entrecerrados. --Pierce… --Hmm --murmuró mientras caminaba hacia las escaleras--. ¿Por qué te dormiste en el sofá? Yo solo me quedé mirándolo a la cara y luego me dejó suavemente sobre la cama, acarició mi cabello y besó mi frente. Siempre fue tan gentil y por eso lo amaba tanto. Llevábamos más de un mes separados, mi cuerpo lo extrañaba y mi corazón lo anhelaba. --¿Dónde estabas? Te estuve esperando --dije mientras acariciaba su mejilla. --Acabo de encontrarme con un amigo. Dijiste que me estabas esperando, ¿es urgente? Al ver su rostro amable, de repente no quise arruinarle el momento, así que cerré mis labios entreabiertos y tragué la verdad para devolverla a mi estómago. Mañana, tal vez mañana tendría el coraje de afrontar todos los rompecabezas. De modo que solo sacudí la cabeza, hice un puchero y le dije que tenía sueño. Él se rió entre dientes y me dio un beso de buenas noches, pero en el momento en que estuvo a punto de dejarme, por alguna razón entré en pánico. Rápidamente lo agarré y lo b*sé con toda mi pasión... Lo extrañaba y lo quería. --Espera, Kels --dijo y me detuvo, sujetando mis locas manos sobre la cama--. Pensé que habías dicho que tenías sueño y que necesitabas descansar. --Sí, pero te extraño --exclamé y lo miré con inocencia. Pude captar el deseo brillando en sus ojos, pero se desvaneció de pronto y yo no comprendía por qué. Solía ​​​​ponerse feliz cuando yo tomaba la iniciativa. En ese instante, como si notara mi confusión, se rió entre dientes y me pellizcó juguetonamente la nariz. --Me daré una ducha. Huelo a al**hol --manifestó. Yo solo asentí y lo miré mientras caminaba hacia el baño. Pronto la somnolencia volvió a atacarme, así que cerré los ojos para tomar una siesta. Sin embargo, ya era de mañana cuando abrí los ojos nuevamente y Pierce estaba a mi lado, poniendo una bandeja con comida en la mesita de noche. --¡Ey! --lo saludé y sonreí cuando me di cuenta de lo que había hecho. Me había preparado el desayuno para llevármelo a la cama. Era tan dulce. Él sonrió y se sentó en la cama. --Buen día. Le devolví la sonrisa mientras me sentaba en la cama. En ese momento, agarró la bandeja y la puso a mi lado. Al instante, levanté una ceja e incliné la cabeza mientras miraba su hermoso rostro. Sus cejas espesas y negras enmarcaban sus hermosos ojos de color marrón oscuro. Su nariz era orgullosa y puntiaguda y sus labios eran rojos y finos. Parecía un chico malo y s*xy, incluso Damon Salvatore se avergonzaría de estar a su lado. Nadie tenía posibilidad alguna contra este hombre. --¿Qué es esto? ¿Un soborno? Me dejaste plantada anoche, chico malo --dije. Él no se rió. Exhaló un suspiro y colocó con suavidad mi cabello detrás de mis orejas antes de tomar mi mano y mirarme a los ojos. --Tengo algo que decirte. Al instante, sentí que mi corazón se aceleraba y pensé en nuestro bebé en mi útero. Tenía algo que decirme, yo también tenía algo que contarle. --¿Q-Qué cosa? --pregunté con voz temblorosa. De repente, dio un profundo suspiro y comenzó: --Sabes que eres importante para mí, ¿verdad? Asentí lentamente con los labios entreabiertos. No pude responder, tenía miedo de lo que estaba a punto de decir. Tenía un mal presentimiento. --Eras mi mejor amiga antes de casarnos. Eres una de las pocas personas que valoro… --prosiguió. Mientras hablaba, escondí mis puños cerrados debajo de la sábana. No sabía por qué me decía todo esto, pero ya podía sentir las lágrimas acumulándose en el rabillo de mis ojos. --Kelly... --hizo una pausa y cerró los ojos con fuerza antes de volver a mirarme a los ojos--. Creo que es hora de que nos divorciemos. --P-Pierce… --exclamé y sentí que mi corazón se apretaba. Él sonrió. --Sé que tú tampoco sientes nada por mí. Te casaste conmigo por mis abuelos, hiciste esto solo porque los amas. Ahora llegó el momento de nuestra verdadera felicidad, Kelly. Al oírlo, no pude evitar sacudir la cabeza. --¿De qué estás hablando, Pierce? --inquirí. --Lexi ha vuelto, Kelly. Mi primer amor ha vuelto. Capítulo 2 Punto de vista de Kelly--Llueve sobre mojado De inmediato, me levanté de la cama e intenté irme, pero Pierce me agarró la mano. Rápidamente me sequé las lágrimas que rodaban por mis mejillas antes de que él pudiera verlas. Luego, se paró frente a mí y me miró a la cara mientras yo intentaba con todas mis fuerzas mirar hacia abajo y evitar verlo a los ojos. Sentí que mi corazón se rompía en pedazos. Pensaba… pensaba que podría hacer que se enamorara de mí en esos tres años que pasamos juntos. Pensaba que sus sentimientos cambiarían y me vería como una mujer en lugar de solo su mejor amiga. Fui estúpida por tener esperanzas y soñar tan alto. Fallé. Sin importar cuánto lo intentara, su corazón pertenecía sólo a su primer amor: Lexi. --Kelly… En ese momento, contuve el aliento y me tragué el dolor mientras lo miraba. Luego fingí una sonrisa y dije: --Debo lavarme las manos antes de comer. Pero él me miró a los ojos como si intentara descubrir lo que estaba pensando. Yo sabía que él me conocía demasiado bien, así que traté con todas mis fuerzas de ocultar mi dolor y le sonreí. Finalmente, suspiró y soltó mi mano. --Bueno. Te esperaré aquí. Comamos y vayamos a trabajar juntos. ¿Juntos? ¿Por qué era tan cruel? ¿Quería que nos siguiéramos llevando bien como si no me hubiera pedido el divorcio? ¿Quería que nos quedáramos como estábamos justo después de decirme que su primer amor había regresado y quería divorciarse de mí? Oh Pierce, ¿qué estaba pasando por tu cabeza? Antes podía obligarme a mí misma a quedarme en el puesto de su mejor amiga mientras le deseaba felicidad, pero ya no tenía ese coraje después de los tres años que habíamos compartido. No había manera de que pudiera soportar esa tortura otra vez, en especial ahora que cargaba a su bebé. El bebé... en un principio pensé que era una buena noticia para nosotros, pero ahora... supongo que sería más bien una carga para él. Una carga que le impediría conseguir su verdadero amor y su libertad. Yo sabía muy bien cómo crecía un niño no deseado. Mis padres se divorciaron antes de que mi madre muriera y la nueva familia de mi padre me odiaba, lo que me dolía muchísimo. Por eso no quería que mi bebé experimentara lo mismo que yo sentí, así que debía mantener a mi bebé alejado de él. --No podemos --dije mientras fingía una nueva sonrisa--. Debo visitar el estudio para la sesión de fotos de nuestros nuevos modelos… --Iré contigo. --No --contesté y aparté su mano. Sus ojos siguieron mi mano antes de levantar la cara para mirarme de nuevo--. Tienes documentos que firmar. Nuestros horarios ya están organizados, ¿recuerdas? --Pero… --Tengo un conductor personal, Pierce. Estaré bien sola --afirmé. Finalmente, suspiró y asintió con calma. En ese momento, le di la espalda y entré al baño. Inmediatamente abrí la ducha y me paré bajo el agua fría. Las lágrimas cayeron en cascada por mis mejillas mientras me cubría la boca para reprimir los sollozos. Mis hombros temblaban mucho y cuando pensé en mi bebé, tragué saliva y traté de calmarme. Luego me limpié la cara y acaricié mi vientre. Debía ser fuerte y mantener la calma. No podía arriesgar la vida de mi bebé sólo porque me habían roto el corazón. Tenía que lidiar con esto de forma inteligente. Unos minutos después, tomé un respiro profundo y terminé mi ducha. Cuando salí del baño, me sorprendió ver que Pierce todavía estaba allí. Estaba luchando por arreglarse la corbata frente al espejo de cuerpo entero. También noté un par de zapatos y un vestido míos sobre la cama. --¡Ey! Elegí tu vestido para hoy --dijo. Como nuestro matrimonio no era público, Pierce dijo que haría pequeñas cosas para mí como marido. De hecho, lo había hecho bien y yo solía disfrutar de estos dulces momentos que me regalaba, pero ahora sentía que eso mismo me m**aría. Al segundo siguiente, agarré el vestido y entré al vestidor, sentiendo que me seguía. Volví a guardar el vestido blanco y elegí uno rojo. Cuando me di vuelta y lo tuve de frente, lo vi con la frente arrugada. --Hoy prefiero el rojo. Me sentiré hermosa con este vestido --expliqué con una sonrisa. Al instante, sus ojos se dirigieron al vestido que sostenía y su rostro inmediatamente se calmó. Al final asintió y caminó hacia mí. --Ya veo. Pero antes ayúdame a arreglar esto --me pidió. Sin dudarlo, puse mi vestido en su brazo y comencé a arreglarle la corbata. Podía sentir sus ojos mirándome intensamente y eso hacía que mi corazón latiera muy rápido. Respiré hondo y me mordí el labio inferior mientras luchaba por arreglar su corbata. De pronto, mi visión se volvió borrosa otra vez. ¡Maldición! --Kelly… No pude evitar sobresaltarme en shock. --¿Mmm? --¿Estás bien? --preguntó. Lo miré y sonreí: --Sí. --Tengo algo más que decirte. En ese instante, terminé de arreglarle la corbata y le quité rápidamente el vestido del brazo. Lo miré antes de pasar junto a él y dije: --Hablaremos después. Voy a llegar tarde. Lo escuché suspirar antes de volver a seguirme. Me vestí mientras él estaba detrás de mí. Estuvo en silencio todo el tiempo, como si estuviera pensando en algo. --Deberías desayunar antes de irte --comentó. Un segundo después, me paré frente a él y asentí. --Lo haré. Deberías irte ahora --respondí. --Kelly, estamos en la misma página, ¿verdad? --preguntó. Lo miré fijamente. No, Pierce. Nunca estuvimos en la misma página. Sólo fueron mis estúpidas fantasías. Pensaba que sentías algo por mí, pero estaba muy equivocada. --Si hablas del divorcio, lo entiendo, Pierce. Sé lo que tengo que hacer. Sólo dame algo de tiempo porque estoy muy ocupada con la empresa. No huiré. --Kelly, no estoy haciendo esto sólo por mí. También lo hago por ti. Has estado encerrada conmigo desde que nos casamos. Sé que no eres feliz porque en el fondo también quieres encontrar al hombre que te mereces. Alguien que realmente te ame, no yo. No alguien indiferente. --Entiendo lo que tratas de decir, Pierce --dije y traté de darle la espalda, pero antes de poder hacerlo, él me sujetó por la cintura y me mantuvo en el lugar. Luego hizo todo lo posible para captar mis ojos hasta que lo consiguió. Su mirada era de preocupación. --Eres mi mejor amiga. No quiero perderte, Kels. Eres una de las pocas personas… --Lo sé --lo interrumpí con frustración. Parecía sorprendido, así que me calmé--. Ya lo sé. No tienes que preocuparte. Simplemente estoy estresada por el trabajo, no es por el divorcio. En ese instante, sus labios se separaron, asintió lentamente y soltó un suspiro. Luego, caminó hacia mí y me congelé cuando besó mi frente con dulzura… --Gracias, Kelly --susurró. Al oírlo, mi corazón se apretó. Habían pasado tres años pero todavía era una cobarde. «¿Por qué no puedes simplemente decirle que lo amas, Kelly? ¡Él es tu esposo y estás llevando su bebé! ¡Díselo y tal vez cambie de opinión!» pensé. Con eso en mente, tragué saliva y estuve a punto de decírselo, pero justo en ese momento su teléfono sonó. Pude ver el identificador de llamadas. Era Lexi. --Me tengo que ir --afirmó y se rascó la cabeza a modo de disculpa, mientras las comisuras de su boca se curvaban hacia arriba--. Llamé a Luke. Te espera afuera. Come antes de irte, ¿sí? Con eso, salió de nuestra habitación. De repente, las lágrimas que había logrado reprimir hasta ese momento volvieron a brotar. ¿Por qué había pensado que podría tener una oportunidad? Él tomó su decisión en el momento en que me pidió el divorcio, ¿verdad? Siempre que se trataba de Lexi me abandonaba. Capítulo 3 Punto de vista de Kelly--Mantener la compostura Entré al estudio con tacones rojos de cinco centímetros y un vestido igualmente rojo. Todos miraron en mi dirección cuando entré caminando por el pasillo y me saludaron con una sonrisa, pero mantuve mi rostro estoico, sin mostrar emoción alguna. La conversación de esa mañana con Pierce todavía estaba en mi cabeza, pero no podía permitir que afectara mi trabajo. No podía fallar en mi trabajo después de haber fracasado en mi matrimonio. De modo que respiré profundamente para recomponerme. Un momento después, cuando entré a la sala de la sesión de fotos, noté que todos estaban sumidos en el caos. --¡No podemos! No responde las llamadas. ¿Qué debemos hacer? La vicepresidente viene hoy, se enojará. --Podemos simplemente decirle la verdad. Ella es amable. --¡No lo será con esta situación, Lily! Nos va a regañar... --¿Qué está pasando aquí? --pregunté mientras entraba a la sala. De inmediato, el personal me miró con expresiones preocupadas y entonces supe que había un problema. --B-Buenos días, señorita Monroe. Señorita Monroe. Por supuesto, nadie sabía que Pierce y yo estábamos casados ​​excepto nuestras familias. Sentí como si pellizcaran mi corazón con esa verdad. Dolía. Rápidamente, la miré sin comprender. --¿Qué ocurre? --T-tenemos un problema, señorita Monroe. La señorita Chen, nuestra modelo, no atiende nuestras llamadas. Dijo que escuchó que íbamos a cambiar de modelo así que… no quiere venir. Incluso... amenazó con presentar una demanda contra nosotros. Después de decir eso, inclinó la cabeza. Yo apreté los dientes y recorrí el lugar con la mirada. --¿Dónde está la directora de marketing? --inquirí. --E-Ella todavía está tratando de convencer a la señorita Chen, señorita Monroe. Luego de escuchar el problema, me masajeé la frente y cerré los ojos con fuerza. Un segundo después, me agarré del pelo y grité de ira. Sentí que todos a mi alrededor se sobresaltaban sorprendidos. Yo solo suspiré y tomé una gran bocanada de aire antes de mirar a mi alrededor. --Señorita Monroe... --¿Qué es todo esto, señorita Hayley? Tú eres la directora de marketing, ¿qué está pasando? --Señorita Monroe, no sé cómo sucedió, pero la señorita Chen escuchó que usted cambiará de modelo. Está a punto de presentar una demanda contra nosotros... ¿Cambiar de modelo? ¿Cómo es que yo no sabía nada al respecto? La señorita Chen siempre había sido nuestra modelo de confianza y, si no era necesario, cambiar de modelo para una sesión comercial con tan poca antelación sólo causaría muchos problemas a la empresa. Nunca permitiría un error como este. --Yo no pedí eso. Debe ser un error --la interrumpí para ahorrar tiempo--. ¡Arregla este desastre o tendré que despedirte! --Señorita Monroe... Fue el presidente quien nos pidió que la cambiáramos --explicó Hayley vacilante--. Lo ordenó ayer tan pronto como regresó de su viaje de negocios. Aquella verdad me golpeó con fuerza. ¿Fue orden de Pierce? ¿Por qué no me lo dijo? Solía ​​discutir conmigo cada decisión importante antes de tomarla. --No puede ser... --exclamé confundida. Pierce no era un hombre de negocios despistado. Siempre mantuvo una clara distinción entre el trabajo y la vida personal, razón por la cual siempre tuvo éxito. Y esa fue también la razón por la que decidió mantener nuestro matrimonio en secreto. --Sí, Kelly. Yo di la orden. --Su voz me hizo retroceder. --S-Señor Presidente… --saludó Hayley y se inclinó con respeto al ver al hombre que apareció de repente detrás de mí. --Pierce, ¡creo que me debes una explicación sobre este cambio de modelo! --dije con los dientes apretados mientras me giraba para interrogarlo. Él sabía perfectamente cuánto esfuerzo puse para ganar este proyecto. Estuve días sin dormir y la señorita Chen era la persona ideal para este trabajo. De hecho, él también estuvo de acuerdo. Pero ahora… simplemente cambió la modelo a su gusto sin avisarme con antelación. Eso fue como abofetearme con fuerza en la cara. --Continúen con el trabajo. Yo se lo aclararé --le indicó él al personal para calmarlos, ignorando la ira que estaba a punto de salir de mis ojos. --¡Contéstame, Pierce! ¿Por qué cambias de modelo tan de repente? --No pude contener mi enojo. Él simplemente me tocó el hombro y me susurró: --Este no es el lugar para discutir al respecto. Te lo explicaré en el auto. En ese momento, miré a mi alrededor y noté que los demás nos miraban furtivamente. Luego me quité sus manos de encima y caminé hacia el estacionamiento, pero durante el camino, sentía mi corazón cada vez más pesado. Tenía la sensación de que su explicación no iba a gustarme. --Vamos, dímelo --exclamé ni bien nos sentamos en su auto. Antes de hablar, me miró a los ojos como si sopesara mis emociones, pero yo aparté la mirada de nuevo. No podía soportar sus miradas, no podía soportar esos ojos que nunca me miraban como yo quería. Él no sentía nada por mí y eso me dolía mucho. --Yo-yo… --hizo una pausa y suspiró--. Reemplacé a la señorita Chen porque Lexi quiere ser nuestra modelo. Ella también encaja en el proyecto, así que estuve de acuerdo... --¿Qué? --pregunté con incredulidad. De pronto, apretó los labios y miró hacia otro lado. Luego se revolvió el cabello antes de sacudir la cabeza y tomar mi mano. --Lamento no haberte dicho antes, fue muy repentino. Ella me pidió un favor, no pude decirle que no. Rápidamente, retiré mi mano y lo miré con dolor y enojo. --No pudiste decirle que no, así que preferiste dañar a la empresa, a nuestra empresa. Me traicionaste, Pierce. --Kels, vamos. Sabes cuánto la amo. Ella es mi primer amor. Al oírlo, cerré los ojos con dolor. «Oh sí, ella es tu primer amor. Siempre la quisiste a ella, sin que te importen los demás. Si ella te frunce el ceño un poco, puedes hacer la vista gorda ante el dolor y el esfuerzo de los demás. Eres tan cruel, Pierce» pensé. --Bueno, ya lo has decidido. No tengo voz y voto en esto ya que tú eres el presidente. Ahora vete, estaré en la oficina --indiqué con frialdad mientras abría la puerta del auto para salir. --Kelly… En ese instante, lo miré a los ojos y dije: --Ve a casa temprano. Hablaremos de nuestro divorcio esta noche. Capítulo 4 Punto de vista de Kelly--Plantada Me encontraba jugueteando con el anillo de bodas en mi dedo mientras lo esperaba. Le había dicho que volviera temprano a casa, pero todavía no regresaba y ni siquiera contestaba mis llamadas. Bueno, ahora que Lexi había vuelto, probablemente ya no veía a esta casa como su hogar. De pronto, mis ojos se dirigieron a mi informe de embarazo que estaba sobre la mesa. Qué gracioso. Todavía era tan ingenua para albergar un rayo de esperanza de que las cosas podrían cambiar si le hablaba del bebé, pero este bebé estaba fuera de sus planes. Me sequé las lágrimas que se acumulaban en el rabillo de mis ojos y agarré el informe. Ya eran las cinco de la mañana cuando miré el reloj de la pared. Intenté marcar su número nuevamente, pero seguía sin responder. ¿En qué estaba tan ocupado? ¿Estaba h**iendo el a**r con Lexi? Debió haberla extrañado mucho, ¿verdad? Pronto, sin saber cuándo, me quedé dormida. Cuando sonó el despertador, inconscientemente toqué la almohada a mi lado. Frío como anoche, no había vuelto a casa todavía. Me burlé de mí misma al ver mi reflejo en el espejo de la cómoda. Los círculos oscuros bajo mis ojos se veían a simple vista y mi cabello era un total desastre, parecía un fantasma. De repente una oleada de náuseas inundó mi estómago y me di cuenta de que no había comido nada la noche anterior. De pronto, me sentí mal otra vez y rápidamente corrí hacia el lavabo y vomité. Escupí un líquido amarillento que sabía muy mal. De inmediato, me lavé la boca y miré mi propio reflejo en el espejo. Al verme, sacudí la cabeza y tomé mi frente en cuanto sentí ganas de vomitar de nuevo. Volví a escupir el líquido amarillento y mientras me lavaba la boca, sentí una cálida mano acariciando mi espalda. Inmediatamente levanté la cara y me encontré con un par de ojos marrones que me miraban a través del espejo. Detrás de mí con cara de preocupación estaba mi esposo Pierce. --¿Estás bien? ¿Te sientes mal? Debiste haberme dicho. Al instante, lo miré a través del espejo. --No respondiste mis llamadas --contesté. Ante aquellas palabras, la culpa apareció en sus ojos. --Lo lamento. Tenía cosas que hacer. Me quedé en la oficina toda la noche --afirmó. Rápidamente, me limpié la cara y pasé junto a él. Pierce me siguió mientras me sentaba frente al tocador y comenzaba a peinarme. --Kels… --Me desperté tarde. No pude preparar el desayuno. Mientras hablaba, intenté evitar sus ojos. Sentía que iba a perder los estribos y gritarle. En ningún momento sentí su egoísmo tan claramente como ahora. Decía que yo era su mejor amiga, pero nunca le habían importado mis necesidades, mis sentimientos. --Kels... sabes que no te pregunté eso. Estoy preocupado por tu salud... Kels, ¿todavía estamos bien? Ante aquella pregunta, dejé de peinarme y lentamente nuestras miradas se encontraron a través del espejo, otra vez. ¿De verdad me estaba preguntando eso? ¿Después de que me pidió el divorcio sin siquiera preguntarme si estaba de acuerdo? Él decidió por su cuenta sólo porque su primer amor había vuelto. No podía creer lo que hacía. Al final, fingí una sonrisa y dije: --No me siento bien hoy, Pierce, eso es todo. Un instante después, se puso de cuclillas a mi lado, lo cual no me resultó sorprendente porque sabía que realmente se preocupaba. Pero lo que sí me sorprendió fue que hacía todo esto después de enterrar una daga en mi corazón. --¿Estás bien? --preguntó mientras tocaba suavemente mi frente y mi cuello--. ¿Estás enferma? Dime cómo te sientes, Kels. --Mis sentimientos no importan --no pude evitar decir y parecía sorprendido por mis palabras. En ese instante, intenté evitarlo, pero me agarró de la muñeca y me hizo mirarlo. Su rostro ahora reflejaba su ira. Había perdido completamente la paciencia. --¿Qué te pasa, Kels? Has estado actuando así desde ayer. ¿Es por Lexi? ¿O porque no volví a casa anoche? --inquirió. Yo lo miré a los ojos, molesta. --¡Tú fuiste quien pidió el divorcio! Te pedí que regresaras temprano para hablar al respecto, pero me dejaste esperando toda la noche. ¿Pretendías que te diera la bienvenida con brazos abiertos después de eso, Pierce? --respondí. Al escucharme, apretó la mandíbula y sacudió la cabeza. --Kels, yo... --Ya basta. Hablaremos del divorcio después del trabajo. --¡Kels! --me llamó y me agarró de los hombros. La confusión y el dolor eran visibles en sus ojos--. ¿Estás... enamorada de mí? Aquello me desconcertó. ¿Enamorada? ¡Sí! Desde que estábamos en la escuela secundaria, desde que se convirtió en mi mejor amigo. ¿Quién no se enamoraría de alguien que te ha estado protegiendo desde entonces? Siempre he estado agradecida de tenerlo como mi mejor amigo y esposo, pero ahora… lo estaba perdiendo. Perdiéndolo irremediablemente. Decidí darle a nuestro matrimonio una última oportunidad, hacer un esfuerzo final... ...... ==== Casarse con su mejor amigo fue un sueño hecho realidad para Kelly, pero todo tiene realmente una limitación. Pierce es el primer amor de Kelly, pero como su mejor amiga, sabía bien que siempre había otra mujer en lo profundo de su corazón. Lexi Gilbert. Kelly finalmente se dio cuenta de que su feliz matrimonio de los últimos tres años era solo un hermoso sueño cuando Pierce pidió el divorcio solo porque Lexi regresó. Ella sólo podría ser su mejor amiga incluso si estuviera encinta de su bebé. ¿Por qué no merecía ser amada? ¿Qué sucederá en adelante? ¿Cómo podría Kelly salvar su corazón en esta batalla de amor y odio? Los capítulos disponibles son limitados aquí, haga click el botón abajo para instalar APP y disfrutar leyendo más contenidos maravillosos. 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No 2024-11-09 18:51 active 1756 0 Seguir leyendo👉👉 Ella decidió divorciarse de su marido, que siempre había estado enamorado de su primer amor. Inesperadamente, él se negó a dejarla ir. Para empeorar las cosas, su hermanastro diabólico también intervino al mismo tiempo de manera dominante, ¡queriéndola para él! ===== ¿Lo había oído bien? ¿Estoy embarazada? ¡Estoy embarazada de un bebé de Pierce! ¡Mi mejor amigo y mi primer amor! --Qué bueno que haya sido cautelosa, pudo haber perdido a su bebé, señorita Monroe --me dijo el ginecólogo con seriedad al ver la sorpresa en mis ojos. En ese momento, me toqué el vientre inconscientemente, sin poder creer que hubiera un bebé acostado allí. Cuando salí del hospital, no podía esperar para contarle a Pierce sobre nuestro bebé. Me preguntaba cuál sería su reacción. ¿Gritaría de felicidad? ¿Me b**aría y todo eso? ¡Dios! No podía contener mi felicidad. Incluso tomé mi cara roja entre mis manos mientras fantaseaba. Pero en el momento en que sentí el frío del anillo en mi dedo, mi corazón que latía salvajemente se calmó. Casi olvidaba que Pierce no estaba interesado en tener hijos, menos considerando que nuestro matrimonio fue arreglado por su familia. Por supuesto, Pierce era un completo caballero, como amigo y como marido. Cada vez que teníamos relaciones s**uales, él era considerado y cauteloso, y decía que no era necesario agregar más ataduras si no estábamos listos. Este bebé, en cierto modo, estaba fuera de los planes. --Señora, ¿está todo bien? ¿Necesita que llame al jefe? --preguntó mi conductor privado, Luke, preocupado al notar mi ceño fruncido. Luke era confiable como un miembro de la familia, pero no quería contarle porque quería que Pierce fuera el primero en enterarse de esta noticia. Él era el padre de mi bebé. --No --dije y negué con la cabeza, dándole a Luke una sonrisa tranquilizadora--. Está en el vuelo. Hablaré con él más tarde --y así vería su respuesta yo misma en sus crudas expresiones. Siempre fui buena en eso. Finalmente, cerré los ojos y recordé el día en que nos conocimos. Su brillante sonrisa a la luz del sol era tan deslumbrante que parecía un príncipe. Me enamoré de él a primera vista, mucho antes de que nos convirtiéramos en mejores amigos. Pero era sólo un amor no correspondido y yo lo sabía bien. En ese instante, bajé la ventanilla del auto para tomar un poco de aire fresco y, sin quererlo, vislumbré nuestra antigua escuela secundaria. Ese sentimiento amargo llenó mi pecho una vez más... Pierce fue mi primer amor, pero yo no era el suyo. En la escuela secundaria, yo no era más que una nerd aburrida a los ojos de los demás, mientras que Pierce Anderson era el brillante mariscal de campo. Todos se sorprendieron de que pudiéramos ser amigos. Aunque las hostilidades hacia mí aumentaron, disfruté estar cerca de él y poco a poco me di cuenta de que no quería ser sólo su amiga. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de confesarle mis sentimientos, otra chica llegó a su vida. Sacudí la cabeza tratando de deshacerme de esos viejos y tristes recuerdos. Luego toqué el frío anillo de bodas en mi dedo y me dije que el pasado ya había pasado. Pierce dijo que habían terminado y que ahora yo era su esposa. Sí, yo era su esposa y además estaba embarazada de su bebé. Pronto, me sequé las lágrimas de las comisuras de los ojos y abrí la puerta de nuestra casa. Mi corazón se calmó al respirar el aroma de mi hogar, nuestra casa. Pierce y yo la decoramos juntos con nuestras propias manos. Lo disfrutamos. Sí, tal vez estaba pensando demasiado. Esa mujer había estado fuera de nuestras vidas durante mucho tiempo y los últimos tres años mi matrimonio con Pierce fueron tan hermosos como un cuento de hadas. Una vez dentro, miré el reloj de la pared. Para ese entonces, Pierce ya debería haberse bajado del avión. Estuvo más de un mes en viajes de negocios de nuestra empresa familiar. Pierce era el presidente de ADE, la empresa de revistas de moda líder en toda Asia, y yo era la vicepresidente de la compañía. No sólo éramos compañeros de vida, sino también buenos socios en el trabajo. En verdad lo extrañaba. De inmediato, marqué su número, pues tenía muchas ganas de escuchar su voz y saber cuándo llegaría a casa. Le prepararía una buena comida y él me premiaría con un dulce beso. Y luego podríamos... Vaya, en ese momento casi olvidé que estaba embarazada. Debía contarle eso primero y luego podríamos hacer otra cosa. Estaba imaginando felizmente nuestra encantadora reunión, pero mi corazón dio un vuelco cuando una voz de mujer cruzó la línea. --¿Hola? Al escuchar esa sola palabra, dejé caer mi teléfono, que se rompió al chocar contra el suelo, y mi cuerpo empezó a temblar incontrolablemente. ¡NO! ¡No podía ser ella! ¡No podía ser Lexi! ¡Ella ya estaba fuera de nuestras vidas! Debí haber escuchado mal. De inmediato, corrí hacia la nevera en un intento por calmarme con la ayuda de un poco de al**hol. Pero en el momento en que toqué la botella de v**o, recordé las palabras del médico sobre mi bebé. Debía tener cuidado por la salud de mi bebé, así que solo agarré una caja de leche y caminé hacia el sofá. En ese entonces, no sabía qué me hizo reconocer esa voz como la de Lexi. Nosotras nunca fuimos cercanas. Lexi Gilbert era la típica belleza rubia por la que los hombres se volvían locos. Ella era una animadora popular en la escuela secundaria, mientras que Pierce era el mariscal de campo estrella. Encajaba mejor con él que una nerd como yo, ¿verdad? No me sorprendió que se haya enamorado de ella. Mi orgullo no soportó ver al hombre que amaba volverse loco por otra mujer, así que una vez intenté alejarme de ellos en silencio, pero Pierce se negó a salirse de mi vida. Cada vez que me ahogaba en un mar de libros y estudios para olvidarlos, Pierce aparecía en mi puerta invitándome a salir. No podía decirle que no a su sonrisa encantadora y tampoco podía decirle que no porque afirmaba que era su deber como mi mejor amigo llevarme a disfrutar del mundo real. Para no arruinar nuestra amistad, oculté mi corazón roto y desempeñé en silencio el papel de su mejor amiga, siempre a su lado y observando su rostro feliz por otra chica. Finalmente, cuando supe que Pierce planeaba proponerle matrimonio a Lexi, me armé de valor y fui a estudiar al extranjero, sin saber que su abuela me llamaría para rogarme que regresara. Por supuesto, volví a toda prisa sólo para ver a Pierce sin vida. Lexi le había herido gravemente el corazón y el mío sufría por mi amado. Empecé a odiar a Lexi desde ese momento. Le había entregado a mi amado hombre, ¡cómo se atrevió a hacerle tanto daño! ¡Esa bruja! Pierce no le contó a nadie lo que pasó, excepto que había terminado con Lexi. Luego, la abuela arregló nuestro matrimonio. No entendí por qué estuvo de acuerdo hasta que un día lo escuché decir que casarse con cualquiera que no fuera Lexi sería lo mismo para él. Aquello me dolió mucho, pero aun así me casé con él sin pensarlo dos veces. Mi amado estaba destrozado y quería recomponerlo, sin importarme si eso me arruinaba a mí en el proceso. Me quedé dormida sintiéndome muy insegura y preocupada. Me desperté en medio de la noche cuando sentí que alguien acariciaba mi mejilla. Lentamente abrí los ojos y me di cuenta de que me había quedado dormida en la sala de estar. Alguien me levantó del sofá e inmediatamente reconocí su olor y tacto mientras lo miraba con los ojos entrecerrados. --Pierce… --Hmm --murmuró mientras caminaba hacia las escaleras--. ¿Por qué te dormiste en el sofá? Yo solo me quedé mirándolo a la cara y luego me dejó suavemente sobre la cama, acarició mi cabello y besó mi frente. Siempre fue tan gentil y por eso lo amaba tanto. Llevábamos más de un mes separados, mi cuerpo lo extrañaba y mi corazón lo anhelaba. --¿Dónde estabas? Te estuve esperando --dije mientras acariciaba su mejilla. --Acabo de encontrarme con un amigo. Dijiste que me estabas esperando, ¿es urgente? Al ver su rostro amable, de repente no quise arruinarle el momento, así que cerré mis labios entreabiertos y tragué la verdad para devolverla a mi estómago. Mañana, tal vez mañana tendría el coraje de afrontar todos los rompecabezas. De modo que solo sacudí la cabeza, hice un puchero y le dije que tenía sueño. Él se rió entre dientes y me dio un beso de buenas noches, pero en el momento en que estuvo a punto de dejarme, por alguna razón entré en pánico. Rápidamente lo agarré y lo b*sé con toda mi pasión... Lo extrañaba y lo quería. --Espera, Kels --dijo y me detuvo, sujetando mis locas manos sobre la cama--. Pensé que habías dicho que tenías sueño y que necesitabas descansar. --Sí, pero te extraño --exclamé y lo miré con inocencia. Pude captar el deseo brillando en sus ojos, pero se desvaneció de pronto y yo no comprendía por qué. Solía ​​​​ponerse feliz cuando yo tomaba la iniciativa. En ese instante, como si notara mi confusión, se rió entre dientes y me pellizcó juguetonamente la nariz. --Me daré una ducha. Huelo a al**hol --manifestó. Yo solo asentí y lo miré mientras caminaba hacia el baño. Pronto la somnolencia volvió a atacarme, así que cerré los ojos para tomar una siesta. Sin embargo, ya era de mañana cuando abrí los ojos nuevamente y Pierce estaba a mi lado, poniendo una bandeja con comida en la mesita de noche. --¡Ey! --lo saludé y sonreí cuando me di cuenta de lo que había hecho. Me había preparado el desayuno para llevármelo a la cama. Era tan dulce. Él sonrió y se sentó en la cama. --Buen día. Le devolví la sonrisa mientras me sentaba en la cama. En ese momento, agarró la bandeja y la puso a mi lado. Al instante, levanté una ceja e incliné la cabeza mientras miraba su hermoso rostro. Sus cejas espesas y negras enmarcaban sus hermosos ojos de color marrón oscuro. Su nariz era orgullosa y puntiaguda y sus labios eran rojos y finos. Parecía un chico malo y s*xy, incluso Damon Salvatore se avergonzaría de estar a su lado. Nadie tenía posibilidad alguna contra este hombre. --¿Qué es esto? ¿Un soborno? Me dejaste plantada anoche, chico malo --dije. Él no se rió. Exhaló un suspiro y colocó con suavidad mi cabello detrás de mis orejas antes de tomar mi mano y mirarme a los ojos. --Tengo algo que decirte. Al instante, sentí que mi corazón se aceleraba y pensé en nuestro bebé en mi útero. Tenía algo que decirme, yo también tenía algo que contarle. --¿Q-Qué cosa? --pregunté con voz temblorosa. De repente, dio un profundo suspiro y comenzó: --Sabes que eres importante para mí, ¿verdad? Asentí lentamente con los labios entreabiertos. No pude responder, tenía miedo de lo que estaba a punto de decir. Tenía un mal presentimiento. --Eras mi mejor amiga antes de casarnos. Eres una de las pocas personas que valoro… --prosiguió. Mientras hablaba, escondí mis puños cerrados debajo de la sábana. No sabía por qué me decía todo esto, pero ya podía sentir las lágrimas acumulándose en el rabillo de mis ojos. --Kelly... --hizo una pausa y cerró los ojos con fuerza antes de volver a mirarme a los ojos--. Creo que es hora de que nos divorciemos. --P-Pierce… --exclamé y sentí que mi corazón se apretaba. Él sonrió. --Sé que tú tampoco sientes nada por mí. Te casaste conmigo por mis abuelos, hiciste esto solo porque los amas. Ahora llegó el momento de nuestra verdadera felicidad, Kelly. Al oírlo, no pude evitar sacudir la cabeza. --¿De qué estás hablando, Pierce? --inquirí. --Lexi ha vuelto, Kelly. Mi primer amor ha vuelto. Capítulo 2 Punto de vista de Kelly--Llueve sobre mojado De inmediato, me levanté de la cama e intenté irme, pero Pierce me agarró la mano. Rápidamente me sequé las lágrimas que rodaban por mis mejillas antes de que él pudiera verlas. Luego, se paró frente a mí y me miró a la cara mientras yo intentaba con todas mis fuerzas mirar hacia abajo y evitar verlo a los ojos. Sentí que mi corazón se rompía en pedazos. Pensaba… pensaba que podría hacer que se enamorara de mí en esos tres años que pasamos juntos. Pensaba que sus sentimientos cambiarían y me vería como una mujer en lugar de solo su mejor amiga. Fui estúpida por tener esperanzas y soñar tan alto. Fallé. Sin importar cuánto lo intentara, su corazón pertenecía sólo a su primer amor: Lexi. --Kelly… En ese momento, contuve el aliento y me tragué el dolor mientras lo miraba. Luego fingí una sonrisa y dije: --Debo lavarme las manos antes de comer. Pero él me miró a los ojos como si intentara descubrir lo que estaba pensando. Yo sabía que él me conocía demasiado bien, así que traté con todas mis fuerzas de ocultar mi dolor y le sonreí. Finalmente, suspiró y soltó mi mano. --Bueno. Te esperaré aquí. Comamos y vayamos a trabajar juntos. ¿Juntos? ¿Por qué era tan cruel? ¿Quería que nos siguiéramos llevando bien como si no me hubiera pedido el divorcio? ¿Quería que nos quedáramos como estábamos justo después de decirme que su primer amor había regresado y quería divorciarse de mí? Oh Pierce, ¿qué estaba pasando por tu cabeza? Antes podía obligarme a mí misma a quedarme en el puesto de su mejor amiga mientras le deseaba felicidad, pero ya no tenía ese coraje después de los tres años que habíamos compartido. No había manera de que pudiera soportar esa tortura otra vez, en especial ahora que cargaba a su bebé. El bebé... en un principio pensé que era una buena noticia para nosotros, pero ahora... supongo que sería más bien una carga para él. Una carga que le impediría conseguir su verdadero amor y su libertad. Yo sabía muy bien cómo crecía un niño no deseado. Mis padres se divorciaron antes de que mi madre muriera y la nueva familia de mi padre me odiaba, lo que me dolía muchísimo. Por eso no quería que mi bebé experimentara lo mismo que yo sentí, así que debía mantener a mi bebé alejado de él. --No podemos --dije mientras fingía una nueva sonrisa--. Debo visitar el estudio para la sesión de fotos de nuestros nuevos modelos… --Iré contigo. --No --contesté y aparté su mano. Sus ojos siguieron mi mano antes de levantar la cara para mirarme de nuevo--. Tienes documentos que firmar. Nuestros horarios ya están organizados, ¿recuerdas? --Pero… --Tengo un conductor personal, Pierce. Estaré bien sola --afirmé. Finalmente, suspiró y asintió con calma. En ese momento, le di la espalda y entré al baño. Inmediatamente abrí la ducha y me paré bajo el agua fría. Las lágrimas cayeron en cascada por mis mejillas mientras me cubría la boca para reprimir los sollozos. Mis hombros temblaban mucho y cuando pensé en mi bebé, tragué saliva y traté de calmarme. Luego me limpié la cara y acaricié mi vientre. Debía ser fuerte y mantener la calma. No podía arriesgar la vida de mi bebé sólo porque me habían roto el corazón. Tenía que lidiar con esto de forma inteligente. Unos minutos después, tomé un respiro profundo y terminé mi ducha. Cuando salí del baño, me sorprendió ver que Pierce todavía estaba allí. Estaba luchando por arreglarse la corbata frente al espejo de cuerpo entero. También noté un par de zapatos y un vestido míos sobre la cama. --¡Ey! Elegí tu vestido para hoy --dijo. Como nuestro matrimonio no era público, Pierce dijo que haría pequeñas cosas para mí como marido. De hecho, lo había hecho bien y yo solía disfrutar de estos dulces momentos que me regalaba, pero ahora sentía que eso mismo me m**aría. Al segundo siguiente, agarré el vestido y entré al vestidor, sentiendo que me seguía. Volví a guardar el vestido blanco y elegí uno rojo. Cuando me di vuelta y lo tuve de frente, lo vi con la frente arrugada. --Hoy prefiero el rojo. Me sentiré hermosa con este vestido --expliqué con una sonrisa. Al instante, sus ojos se dirigieron al vestido que sostenía y su rostro inmediatamente se calmó. Al final asintió y caminó hacia mí. --Ya veo. Pero antes ayúdame a arreglar esto --me pidió. Sin dudarlo, puse mi vestido en su brazo y comencé a arreglarle la corbata. Podía sentir sus ojos mirándome intensamente y eso hacía que mi corazón latiera muy rápido. Respiré hondo y me mordí el labio inferior mientras luchaba por arreglar su corbata. De pronto, mi visión se volvió borrosa otra vez. ¡Maldición! --Kelly… No pude evitar sobresaltarme en shock. --¿Mmm? --¿Estás bien? --preguntó. Lo miré y sonreí: --Sí. --Tengo algo más que decirte. En ese instante, terminé de arreglarle la corbata y le quité rápidamente el vestido del brazo. Lo miré antes de pasar junto a él y dije: --Hablaremos después. Voy a llegar tarde. Lo escuché suspirar antes de volver a seguirme. Me vestí mientras él estaba detrás de mí. Estuvo en silencio todo el tiempo, como si estuviera pensando en algo. --Deberías desayunar antes de irte --comentó. Un segundo después, me paré frente a él y asentí. --Lo haré. Deberías irte ahora --respondí. --Kelly, estamos en la misma página, ¿verdad? --preguntó. Lo miré fijamente. No, Pierce. Nunca estuvimos en la misma página. Sólo fueron mis estúpidas fantasías. Pensaba que sentías algo por mí, pero estaba muy equivocada. --Si hablas del divorcio, lo entiendo, Pierce. Sé lo que tengo que hacer. Sólo dame algo de tiempo porque estoy muy ocupada con la empresa. No huiré. --Kelly, no estoy haciendo esto sólo por mí. También lo hago por ti. Has estado encerrada conmigo desde que nos casamos. Sé que no eres feliz porque en el fondo también quieres encontrar al hombre que te mereces. Alguien que realmente te ame, no yo. No alguien indiferente. --Entiendo lo que tratas de decir, Pierce --dije y traté de darle la espalda, pero antes de poder hacerlo, él me sujetó por la cintura y me mantuvo en el lugar. Luego hizo todo lo posible para captar mis ojos hasta que lo consiguió. Su mirada era de preocupación. --Eres mi mejor amiga. No quiero perderte, Kels. Eres una de las pocas personas… --Lo sé --lo interrumpí con frustración. Parecía sorprendido, así que me calmé--. Ya lo sé. No tienes que preocuparte. Simplemente estoy estresada por el trabajo, no es por el divorcio. En ese instante, sus labios se separaron, asintió lentamente y soltó un suspiro. Luego, caminó hacia mí y me congelé cuando besó mi frente con dulzura… --Gracias, Kelly --susurró. Al oírlo, mi corazón se apretó. Habían pasado tres años pero todavía era una cobarde. «¿Por qué no puedes simplemente decirle que lo amas, Kelly? ¡Él es tu esposo y estás llevando su bebé! ¡Díselo y tal vez cambie de opinión!» pensé. Con eso en mente, tragué saliva y estuve a punto de decírselo, pero justo en ese momento su teléfono sonó. Pude ver el identificador de llamadas. Era Lexi. --Me tengo que ir --afirmó y se rascó la cabeza a modo de disculpa, mientras las comisuras de su boca se curvaban hacia arriba--. Llamé a Luke. Te espera afuera. Come antes de irte, ¿sí? Con eso, salió de nuestra habitación. De repente, las lágrimas que había logrado reprimir hasta ese momento volvieron a brotar. ¿Por qué había pensado que podría tener una oportunidad? Él tomó su decisión en el momento en que me pidió el divorcio, ¿verdad? Siempre que se trataba de Lexi me abandonaba. Capítulo 3 Punto de vista de Kelly--Mantener la compostura Entré al estudio con tacones rojos de cinco centímetros y un vestido igualmente rojo. Todos miraron en mi dirección cuando entré caminando por el pasillo y me saludaron con una sonrisa, pero mantuve mi rostro estoico, sin mostrar emoción alguna. La conversación de esa mañana con Pierce todavía estaba en mi cabeza, pero no podía permitir que afectara mi trabajo. No podía fallar en mi trabajo después de haber fracasado en mi matrimonio. De modo que respiré profundamente para recomponerme. Un momento después, cuando entré a la sala de la sesión de fotos, noté que todos estaban sumidos en el caos. --¡No podemos! No responde las llamadas. ¿Qué debemos hacer? La vicepresidente viene hoy, se enojará. --Podemos simplemente decirle la verdad. Ella es amable. --¡No lo será con esta situación, Lily! Nos va a regañar... --¿Qué está pasando aquí? --pregunté mientras entraba a la sala. De inmediato, el personal me miró con expresiones preocupadas y entonces supe que había un problema. --B-Buenos días, señorita Monroe. Señorita Monroe. Por supuesto, nadie sabía que Pierce y yo estábamos casados ​​excepto nuestras familias. Sentí como si pellizcaran mi corazón con esa verdad. Dolía. Rápidamente, la miré sin comprender. --¿Qué ocurre? --T-tenemos un problema, señorita Monroe. La señorita Chen, nuestra modelo, no atiende nuestras llamadas. Dijo que escuchó que íbamos a cambiar de modelo así que… no quiere venir. Incluso... amenazó con presentar una demanda contra nosotros. Después de decir eso, inclinó la cabeza. Yo apreté los dientes y recorrí el lugar con la mirada. --¿Dónde está la directora de marketing? --inquirí. --E-Ella todavía está tratando de convencer a la señorita Chen, señorita Monroe. Luego de escuchar el problema, me masajeé la frente y cerré los ojos con fuerza. Un segundo después, me agarré del pelo y grité de ira. Sentí que todos a mi alrededor se sobresaltaban sorprendidos. Yo solo suspiré y tomé una gran bocanada de aire antes de mirar a mi alrededor. --Señorita Monroe... --¿Qué es todo esto, señorita Hayley? Tú eres la directora de marketing, ¿qué está pasando? --Señorita Monroe, no sé cómo sucedió, pero la señorita Chen escuchó que usted cambiará de modelo. Está a punto de presentar una demanda contra nosotros... ¿Cambiar de modelo? ¿Cómo es que yo no sabía nada al respecto? La señorita Chen siempre había sido nuestra modelo de confianza y, si no era necesario, cambiar de modelo para una sesión comercial con tan poca antelación sólo causaría muchos problemas a la empresa. Nunca permitiría un error como este. --Yo no pedí eso. Debe ser un error --la interrumpí para ahorrar tiempo--. ¡Arregla este desastre o tendré que despedirte! --Señorita Monroe... Fue el presidente quien nos pidió que la cambiáramos --explicó Hayley vacilante--. Lo ordenó ayer tan pronto como regresó de su viaje de negocios. Aquella verdad me golpeó con fuerza. ¿Fue orden de Pierce? ¿Por qué no me lo dijo? Solía ​​discutir conmigo cada decisión importante antes de tomarla. --No puede ser... --exclamé confundida. Pierce no era un hombre de negocios despistado. Siempre mantuvo una clara distinción entre el trabajo y la vida personal, razón por la cual siempre tuvo éxito. Y esa fue también la razón por la que decidió mantener nuestro matrimonio en secreto. --Sí, Kelly. Yo di la orden. --Su voz me hizo retroceder. --S-Señor Presidente… --saludó Hayley y se inclinó con respeto al ver al hombre que apareció de repente detrás de mí. --Pierce, ¡creo que me debes una explicación sobre este cambio de modelo! --dije con los dientes apretados mientras me giraba para interrogarlo. Él sabía perfectamente cuánto esfuerzo puse para ganar este proyecto. Estuve días sin dormir y la señorita Chen era la persona ideal para este trabajo. De hecho, él también estuvo de acuerdo. Pero ahora… simplemente cambió la modelo a su gusto sin avisarme con antelación. Eso fue como abofetearme con fuerza en la cara. --Continúen con el trabajo. Yo se lo aclararé --le indicó él al personal para calmarlos, ignorando la ira que estaba a punto de salir de mis ojos. --¡Contéstame, Pierce! ¿Por qué cambias de modelo tan de repente? --No pude contener mi enojo. Él simplemente me tocó el hombro y me susurró: --Este no es el lugar para discutir al respecto. Te lo explicaré en el auto. En ese momento, miré a mi alrededor y noté que los demás nos miraban furtivamente. Luego me quité sus manos de encima y caminé hacia el estacionamiento, pero durante el camino, sentía mi corazón cada vez más pesado. Tenía la sensación de que su explicación no iba a gustarme. --Vamos, dímelo --exclamé ni bien nos sentamos en su auto. Antes de hablar, me miró a los ojos como si sopesara mis emociones, pero yo aparté la mirada de nuevo. No podía soportar sus miradas, no podía soportar esos ojos que nunca me miraban como yo quería. Él no sentía nada por mí y eso me dolía mucho. --Yo-yo… --hizo una pausa y suspiró--. Reemplacé a la señorita Chen porque Lexi quiere ser nuestra modelo. Ella también encaja en el proyecto, así que estuve de acuerdo... --¿Qué? --pregunté con incredulidad. De pronto, apretó los labios y miró hacia otro lado. Luego se revolvió el cabello antes de sacudir la cabeza y tomar mi mano. --Lamento no haberte dicho antes, fue muy repentino. Ella me pidió un favor, no pude decirle que no. Rápidamente, retiré mi mano y lo miré con dolor y enojo. --No pudiste decirle que no, así que preferiste dañar a la empresa, a nuestra empresa. Me traicionaste, Pierce. --Kels, vamos. Sabes cuánto la amo. Ella es mi primer amor. Al oírlo, cerré los ojos con dolor. «Oh sí, ella es tu primer amor. Siempre la quisiste a ella, sin que te importen los demás. Si ella te frunce el ceño un poco, puedes hacer la vista gorda ante el dolor y el esfuerzo de los demás. Eres tan cruel, Pierce» pensé. --Bueno, ya lo has decidido. No tengo voz y voto en esto ya que tú eres el presidente. Ahora vete, estaré en la oficina --indiqué con frialdad mientras abría la puerta del auto para salir. --Kelly… En ese instante, lo miré a los ojos y dije: --Ve a casa temprano. Hablaremos de nuestro divorcio esta noche. Capítulo 4 Punto de vista de Kelly--Plantada Me encontraba jugueteando con el anillo de bodas en mi dedo mientras lo esperaba. Le había dicho que volviera temprano a casa, pero todavía no regresaba y ni siquiera contestaba mis llamadas. Bueno, ahora que Lexi había vuelto, probablemente ya no veía a esta casa como su hogar. De pronto, mis ojos se dirigieron a mi informe de embarazo que estaba sobre la mesa. Qué gracioso. Todavía era tan ingenua para albergar un rayo de esperanza de que las cosas podrían cambiar si le hablaba del bebé, pero este bebé estaba fuera de sus planes. Me sequé las lágrimas que se acumulaban en el rabillo de mis ojos y agarré el informe. Ya eran las cinco de la mañana cuando miré el reloj de la pared. Intenté marcar su número nuevamente, pero seguía sin responder. ¿En qué estaba tan ocupado? ¿Estaba h**iendo el a**r con Lexi? Debió haberla extrañado mucho, ¿verdad? Pronto, sin saber cuándo, me quedé dormida. Cuando sonó el despertador, inconscientemente toqué la almohada a mi lado. Frío como anoche, no había vuelto a casa todavía. Me burlé de mí misma al ver mi reflejo en el espejo de la cómoda. Los círculos oscuros bajo mis ojos se veían a simple vista y mi cabello era un total desastre, parecía un fantasma. De repente una oleada de náuseas inundó mi estómago y me di cuenta de que no había comido nada la noche anterior. De pronto, me sentí mal otra vez y rápidamente corrí hacia el lavabo y vomité. Escupí un líquido amarillento que sabía muy mal. De inmediato, me lavé la boca y miré mi propio reflejo en el espejo. Al verme, sacudí la cabeza y tomé mi frente en cuanto sentí ganas de vomitar de nuevo. Volví a escupir el líquido amarillento y mientras me lavaba la boca, sentí una cálida mano acariciando mi espalda. Inmediatamente levanté la cara y me encontré con un par de ojos marrones que me miraban a través del espejo. Detrás de mí con cara de preocupación estaba mi esposo Pierce. --¿Estás bien? ¿Te sientes mal? Debiste haberme dicho. Al instante, lo miré a través del espejo. --No respondiste mis llamadas --contesté. Ante aquellas palabras, la culpa apareció en sus ojos. --Lo lamento. Tenía cosas que hacer. Me quedé en la oficina toda la noche --afirmó. Rápidamente, me limpié la cara y pasé junto a él. Pierce me siguió mientras me sentaba frente al tocador y comenzaba a peinarme. --Kels… --Me desperté tarde. No pude preparar el desayuno. Mientras hablaba, intenté evitar sus ojos. Sentía que iba a perder los estribos y gritarle. En ningún momento sentí su egoísmo tan claramente como ahora. Decía que yo era su mejor amiga, pero nunca le habían importado mis necesidades, mis sentimientos. --Kels... sabes que no te pregunté eso. Estoy preocupado por tu salud... Kels, ¿todavía estamos bien? Ante aquella pregunta, dejé de peinarme y lentamente nuestras miradas se encontraron a través del espejo, otra vez. ¿De verdad me estaba preguntando eso? ¿Después de que me pidió el divorcio sin siquiera preguntarme si estaba de acuerdo? Él decidió por su cuenta sólo porque su primer amor había vuelto. No podía creer lo que hacía. Al final, fingí una sonrisa y dije: --No me siento bien hoy, Pierce, eso es todo. Un instante después, se puso de cuclillas a mi lado, lo cual no me resultó sorprendente porque sabía que realmente se preocupaba. Pero lo que sí me sorprendió fue que hacía todo esto después de enterrar una daga en mi corazón. --¿Estás bien? --preguntó mientras tocaba suavemente mi frente y mi cuello--. ¿Estás enferma? Dime cómo te sientes, Kels. --Mis sentimientos no importan --no pude evitar decir y parecía sorprendido por mis palabras. En ese instante, intenté evitarlo, pero me agarró de la muñeca y me hizo mirarlo. Su rostro ahora reflejaba su ira. Había perdido completamente la paciencia. --¿Qué te pasa, Kels? Has estado actuando así desde ayer. ¿Es por Lexi? ¿O porque no volví a casa anoche? --inquirió. Yo lo miré a los ojos, molesta. --¡Tú fuiste quien pidió el divorcio! Te pedí que regresaras temprano para hablar al respecto, pero me dejaste esperando toda la noche. ¿Pretendías que te diera la bienvenida con brazos abiertos después de eso, Pierce? --respondí. Al escucharme, apretó la mandíbula y sacudió la cabeza. --Kels, yo... --Ya basta. Hablaremos del divorcio después del trabajo. --¡Kels! --me llamó y me agarró de los hombros. La confusión y el dolor eran visibles en sus ojos--. ¿Estás... enamorada de mí? Aquello me desconcertó. ¿Enamorada? ¡Sí! Desde que estábamos en la escuela secundaria, desde que se convirtió en mi mejor amigo. ¿Quién no se enamoraría de alguien que te ha estado protegiendo desde entonces? Siempre he estado agradecida de tenerlo como mi mejor amigo y esposo, pero ahora… lo estaba perdiendo. Perdiéndolo irremediablemente. Decidí darle a nuestro matrimonio una última oportunidad, hacer un esfuerzo final... ...... ==== Casarse con su mejor amigo fue un sueño hecho realidad para Kelly, pero todo tiene realmente una limitación. Pierce es el primer amor de Kelly, pero como su mejor amiga, sabía bien que siempre había otra mujer en lo profundo de su corazón. Lexi Gilbert. Kelly finalmente se dio cuenta de que su feliz matrimonio de los últimos tres años era solo un hermoso sueño cuando Pierce pidió el divorcio solo porque Lexi regresó. Ella sólo podría ser su mejor amiga incluso si estuviera encinta de su bebé. ¿Por qué no merecía ser amada? ¿Qué sucederá en adelante? ¿Cómo podría Kelly salvar su corazón en esta batalla de amor y odio? Los capítulos disponibles son limitados aquí, haga click el botón abajo para instalar APP y disfrutar leyendo más contenidos maravillosos. (Al abrir el APP, directo accederá a este libro) &5& LEARN_MORE https://fbweb.manobook.com/14603375-fb_contact-spc Happy reading https://www.facebook.com/61566043183664/ 249 0 0 1969-12-31 18:00 0 0 0 0 0 0 Learn more 0 fbweb.manobook.com IMAGE https://fbweb.manobook.com/14603375-fb_contact-spcp25_2-1030-core1.html?adid={{ad.id}}&char=124213&accid=2029568687383448&rawadid=120214044473050700 1969-12-31 18:00 https://scontent-iad3-1.xx.fbcdn.net/v/t39.35426-6/465232197_573171061826983_6072194344750131909_n.jpg?stp=dst-jpg_s60x60&_nc_cat=108&ccb=1-7&_nc_sid=c53f8f&_nc_ohc=jm2hO9nZTmMQ7kNvgH2iJxD&_nc_zt=14&_nc_ht=scontent-iad3-1.xx&_nc_gid=AgB94W92t1pSfDzSOkbC_Qk&oh=00_AYDpY1IAd1qnuEe8qvePRZR8PqGhPVXG8sAGYpQhGPNOsA&oe=6735EABC PERSON_PROFILE 0 0 0 Happy reading 0 0 1969-12-31 18:00 View Edit
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No 2024-11-09 18:51 active 1756 0 Seguir leyendo👉👉 Ella decidió divorciarse de su marido, que siempre había estado enamorado de su primer amor. Inesperadamente, él se negó a dejarla ir. Para empeorar las cosas, su hermanastro diabólico también intervino al mismo tiempo de manera dominante, ¡queriéndola para él! ===== ¿Lo había oído bien? ¿Estoy embarazada? ¡Estoy embarazada de un bebé de Pierce! ¡Mi mejor amigo y mi primer amor! --Qué bueno que haya sido cautelosa, pudo haber perdido a su bebé, señorita Monroe --me dijo el ginecólogo con seriedad al ver la sorpresa en mis ojos. En ese momento, me toqué el vientre inconscientemente, sin poder creer que hubiera un bebé acostado allí. Cuando salí del hospital, no podía esperar para contarle a Pierce sobre nuestro bebé. Me preguntaba cuál sería su reacción. ¿Gritaría de felicidad? ¿Me b**aría y todo eso? ¡Dios! No podía contener mi felicidad. Incluso tomé mi cara roja entre mis manos mientras fantaseaba. Pero en el momento en que sentí el frío del anillo en mi dedo, mi corazón que latía salvajemente se calmó. Casi olvidaba que Pierce no estaba interesado en tener hijos, menos considerando que nuestro matrimonio fue arreglado por su familia. Por supuesto, Pierce era un completo caballero, como amigo y como marido. Cada vez que teníamos relaciones s**uales, él era considerado y cauteloso, y decía que no era necesario agregar más ataduras si no estábamos listos. Este bebé, en cierto modo, estaba fuera de los planes. --Señora, ¿está todo bien? ¿Necesita que llame al jefe? --preguntó mi conductor privado, Luke, preocupado al notar mi ceño fruncido. Luke era confiable como un miembro de la familia, pero no quería contarle porque quería que Pierce fuera el primero en enterarse de esta noticia. Él era el padre de mi bebé. --No --dije y negué con la cabeza, dándole a Luke una sonrisa tranquilizadora--. Está en el vuelo. Hablaré con él más tarde --y así vería su respuesta yo misma en sus crudas expresiones. Siempre fui buena en eso. Finalmente, cerré los ojos y recordé el día en que nos conocimos. Su brillante sonrisa a la luz del sol era tan deslumbrante que parecía un príncipe. Me enamoré de él a primera vista, mucho antes de que nos convirtiéramos en mejores amigos. Pero era sólo un amor no correspondido y yo lo sabía bien. En ese instante, bajé la ventanilla del auto para tomar un poco de aire fresco y, sin quererlo, vislumbré nuestra antigua escuela secundaria. Ese sentimiento amargo llenó mi pecho una vez más... Pierce fue mi primer amor, pero yo no era el suyo. En la escuela secundaria, yo no era más que una nerd aburrida a los ojos de los demás, mientras que Pierce Anderson era el brillante mariscal de campo. Todos se sorprendieron de que pudiéramos ser amigos. Aunque las hostilidades hacia mí aumentaron, disfruté estar cerca de él y poco a poco me di cuenta de que no quería ser sólo su amiga. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de confesarle mis sentimientos, otra chica llegó a su vida. Sacudí la cabeza tratando de deshacerme de esos viejos y tristes recuerdos. Luego toqué el frío anillo de bodas en mi dedo y me dije que el pasado ya había pasado. Pierce dijo que habían terminado y que ahora yo era su esposa. Sí, yo era su esposa y además estaba embarazada de su bebé. Pronto, me sequé las lágrimas de las comisuras de los ojos y abrí la puerta de nuestra casa. Mi corazón se calmó al respirar el aroma de mi hogar, nuestra casa. Pierce y yo la decoramos juntos con nuestras propias manos. Lo disfrutamos. Sí, tal vez estaba pensando demasiado. Esa mujer había estado fuera de nuestras vidas durante mucho tiempo y los últimos tres años mi matrimonio con Pierce fueron tan hermosos como un cuento de hadas. Una vez dentro, miré el reloj de la pared. Para ese entonces, Pierce ya debería haberse bajado del avión. Estuvo más de un mes en viajes de negocios de nuestra empresa familiar. Pierce era el presidente de ADE, la empresa de revistas de moda líder en toda Asia, y yo era la vicepresidente de la compañía. No sólo éramos compañeros de vida, sino también buenos socios en el trabajo. En verdad lo extrañaba. De inmediato, marqué su número, pues tenía muchas ganas de escuchar su voz y saber cuándo llegaría a casa. Le prepararía una buena comida y él me premiaría con un dulce beso. Y luego podríamos... Vaya, en ese momento casi olvidé que estaba embarazada. Debía contarle eso primero y luego podríamos hacer otra cosa. Estaba imaginando felizmente nuestra encantadora reunión, pero mi corazón dio un vuelco cuando una voz de mujer cruzó la línea. --¿Hola? Al escuchar esa sola palabra, dejé caer mi teléfono, que se rompió al chocar contra el suelo, y mi cuerpo empezó a temblar incontrolablemente. ¡NO! ¡No podía ser ella! ¡No podía ser Lexi! ¡Ella ya estaba fuera de nuestras vidas! Debí haber escuchado mal. De inmediato, corrí hacia la nevera en un intento por calmarme con la ayuda de un poco de al**hol. Pero en el momento en que toqué la botella de v**o, recordé las palabras del médico sobre mi bebé. Debía tener cuidado por la salud de mi bebé, así que solo agarré una caja de leche y caminé hacia el sofá. En ese entonces, no sabía qué me hizo reconocer esa voz como la de Lexi. Nosotras nunca fuimos cercanas. Lexi Gilbert era la típica belleza rubia por la que los hombres se volvían locos. Ella era una animadora popular en la escuela secundaria, mientras que Pierce era el mariscal de campo estrella. Encajaba mejor con él que una nerd como yo, ¿verdad? No me sorprendió que se haya enamorado de ella. Mi orgullo no soportó ver al hombre que amaba volverse loco por otra mujer, así que una vez intenté alejarme de ellos en silencio, pero Pierce se negó a salirse de mi vida. Cada vez que me ahogaba en un mar de libros y estudios para olvidarlos, Pierce aparecía en mi puerta invitándome a salir. No podía decirle que no a su sonrisa encantadora y tampoco podía decirle que no porque afirmaba que era su deber como mi mejor amigo llevarme a disfrutar del mundo real. Para no arruinar nuestra amistad, oculté mi corazón roto y desempeñé en silencio el papel de su mejor amiga, siempre a su lado y observando su rostro feliz por otra chica. Finalmente, cuando supe que Pierce planeaba proponerle matrimonio a Lexi, me armé de valor y fui a estudiar al extranjero, sin saber que su abuela me llamaría para rogarme que regresara. Por supuesto, volví a toda prisa sólo para ver a Pierce sin vida. Lexi le había herido gravemente el corazón y el mío sufría por mi amado. Empecé a odiar a Lexi desde ese momento. Le había entregado a mi amado hombre, ¡cómo se atrevió a hacerle tanto daño! ¡Esa bruja! Pierce no le contó a nadie lo que pasó, excepto que había terminado con Lexi. Luego, la abuela arregló nuestro matrimonio. No entendí por qué estuvo de acuerdo hasta que un día lo escuché decir que casarse con cualquiera que no fuera Lexi sería lo mismo para él. Aquello me dolió mucho, pero aun así me casé con él sin pensarlo dos veces. Mi amado estaba destrozado y quería recomponerlo, sin importarme si eso me arruinaba a mí en el proceso. Me quedé dormida sintiéndome muy insegura y preocupada. Me desperté en medio de la noche cuando sentí que alguien acariciaba mi mejilla. Lentamente abrí los ojos y me di cuenta de que me había quedado dormida en la sala de estar. Alguien me levantó del sofá e inmediatamente reconocí su olor y tacto mientras lo miraba con los ojos entrecerrados. --Pierce… --Hmm --murmuró mientras caminaba hacia las escaleras--. ¿Por qué te dormiste en el sofá? Yo solo me quedé mirándolo a la cara y luego me dejó suavemente sobre la cama, acarició mi cabello y besó mi frente. Siempre fue tan gentil y por eso lo amaba tanto. Llevábamos más de un mes separados, mi cuerpo lo extrañaba y mi corazón lo anhelaba. --¿Dónde estabas? Te estuve esperando --dije mientras acariciaba su mejilla. --Acabo de encontrarme con un amigo. Dijiste que me estabas esperando, ¿es urgente? Al ver su rostro amable, de repente no quise arruinarle el momento, así que cerré mis labios entreabiertos y tragué la verdad para devolverla a mi estómago. Mañana, tal vez mañana tendría el coraje de afrontar todos los rompecabezas. De modo que solo sacudí la cabeza, hice un puchero y le dije que tenía sueño. Él se rió entre dientes y me dio un beso de buenas noches, pero en el momento en que estuvo a punto de dejarme, por alguna razón entré en pánico. Rápidamente lo agarré y lo b*sé con toda mi pasión... Lo extrañaba y lo quería. --Espera, Kels --dijo y me detuvo, sujetando mis locas manos sobre la cama--. Pensé que habías dicho que tenías sueño y que necesitabas descansar. --Sí, pero te extraño --exclamé y lo miré con inocencia. Pude captar el deseo brillando en sus ojos, pero se desvaneció de pronto y yo no comprendía por qué. Solía ​​​​ponerse feliz cuando yo tomaba la iniciativa. En ese instante, como si notara mi confusión, se rió entre dientes y me pellizcó juguetonamente la nariz. --Me daré una ducha. Huelo a al**hol --manifestó. Yo solo asentí y lo miré mientras caminaba hacia el baño. Pronto la somnolencia volvió a atacarme, así que cerré los ojos para tomar una siesta. Sin embargo, ya era de mañana cuando abrí los ojos nuevamente y Pierce estaba a mi lado, poniendo una bandeja con comida en la mesita de noche. --¡Ey! --lo saludé y sonreí cuando me di cuenta de lo que había hecho. Me había preparado el desayuno para llevármelo a la cama. Era tan dulce. Él sonrió y se sentó en la cama. --Buen día. Le devolví la sonrisa mientras me sentaba en la cama. En ese momento, agarró la bandeja y la puso a mi lado. Al instante, levanté una ceja e incliné la cabeza mientras miraba su hermoso rostro. Sus cejas espesas y negras enmarcaban sus hermosos ojos de color marrón oscuro. Su nariz era orgullosa y puntiaguda y sus labios eran rojos y finos. Parecía un chico malo y s*xy, incluso Damon Salvatore se avergonzaría de estar a su lado. Nadie tenía posibilidad alguna contra este hombre. --¿Qué es esto? ¿Un soborno? Me dejaste plantada anoche, chico malo --dije. Él no se rió. Exhaló un suspiro y colocó con suavidad mi cabello detrás de mis orejas antes de tomar mi mano y mirarme a los ojos. --Tengo algo que decirte. Al instante, sentí que mi corazón se aceleraba y pensé en nuestro bebé en mi útero. Tenía algo que decirme, yo también tenía algo que contarle. --¿Q-Qué cosa? --pregunté con voz temblorosa. De repente, dio un profundo suspiro y comenzó: --Sabes que eres importante para mí, ¿verdad? Asentí lentamente con los labios entreabiertos. No pude responder, tenía miedo de lo que estaba a punto de decir. Tenía un mal presentimiento. --Eras mi mejor amiga antes de casarnos. Eres una de las pocas personas que valoro… --prosiguió. Mientras hablaba, escondí mis puños cerrados debajo de la sábana. No sabía por qué me decía todo esto, pero ya podía sentir las lágrimas acumulándose en el rabillo de mis ojos. --Kelly... --hizo una pausa y cerró los ojos con fuerza antes de volver a mirarme a los ojos--. Creo que es hora de que nos divorciemos. --P-Pierce… --exclamé y sentí que mi corazón se apretaba. Él sonrió. --Sé que tú tampoco sientes nada por mí. Te casaste conmigo por mis abuelos, hiciste esto solo porque los amas. Ahora llegó el momento de nuestra verdadera felicidad, Kelly. Al oírlo, no pude evitar sacudir la cabeza. --¿De qué estás hablando, Pierce? --inquirí. --Lexi ha vuelto, Kelly. Mi primer amor ha vuelto. Capítulo 2 Punto de vista de Kelly--Llueve sobre mojado De inmediato, me levanté de la cama e intenté irme, pero Pierce me agarró la mano. Rápidamente me sequé las lágrimas que rodaban por mis mejillas antes de que él pudiera verlas. Luego, se paró frente a mí y me miró a la cara mientras yo intentaba con todas mis fuerzas mirar hacia abajo y evitar verlo a los ojos. Sentí que mi corazón se rompía en pedazos. Pensaba… pensaba que podría hacer que se enamorara de mí en esos tres años que pasamos juntos. Pensaba que sus sentimientos cambiarían y me vería como una mujer en lugar de solo su mejor amiga. Fui estúpida por tener esperanzas y soñar tan alto. Fallé. Sin importar cuánto lo intentara, su corazón pertenecía sólo a su primer amor: Lexi. --Kelly… En ese momento, contuve el aliento y me tragué el dolor mientras lo miraba. Luego fingí una sonrisa y dije: --Debo lavarme las manos antes de comer. Pero él me miró a los ojos como si intentara descubrir lo que estaba pensando. Yo sabía que él me conocía demasiado bien, así que traté con todas mis fuerzas de ocultar mi dolor y le sonreí. Finalmente, suspiró y soltó mi mano. --Bueno. Te esperaré aquí. Comamos y vayamos a trabajar juntos. ¿Juntos? ¿Por qué era tan cruel? ¿Quería que nos siguiéramos llevando bien como si no me hubiera pedido el divorcio? ¿Quería que nos quedáramos como estábamos justo después de decirme que su primer amor había regresado y quería divorciarse de mí? Oh Pierce, ¿qué estaba pasando por tu cabeza? Antes podía obligarme a mí misma a quedarme en el puesto de su mejor amiga mientras le deseaba felicidad, pero ya no tenía ese coraje después de los tres años que habíamos compartido. No había manera de que pudiera soportar esa tortura otra vez, en especial ahora que cargaba a su bebé. El bebé... en un principio pensé que era una buena noticia para nosotros, pero ahora... supongo que sería más bien una carga para él. Una carga que le impediría conseguir su verdadero amor y su libertad. Yo sabía muy bien cómo crecía un niño no deseado. Mis padres se divorciaron antes de que mi madre muriera y la nueva familia de mi padre me odiaba, lo que me dolía muchísimo. Por eso no quería que mi bebé experimentara lo mismo que yo sentí, así que debía mantener a mi bebé alejado de él. --No podemos --dije mientras fingía una nueva sonrisa--. Debo visitar el estudio para la sesión de fotos de nuestros nuevos modelos… --Iré contigo. --No --contesté y aparté su mano. Sus ojos siguieron mi mano antes de levantar la cara para mirarme de nuevo--. Tienes documentos que firmar. Nuestros horarios ya están organizados, ¿recuerdas? --Pero… --Tengo un conductor personal, Pierce. Estaré bien sola --afirmé. Finalmente, suspiró y asintió con calma. En ese momento, le di la espalda y entré al baño. Inmediatamente abrí la ducha y me paré bajo el agua fría. Las lágrimas cayeron en cascada por mis mejillas mientras me cubría la boca para reprimir los sollozos. Mis hombros temblaban mucho y cuando pensé en mi bebé, tragué saliva y traté de calmarme. Luego me limpié la cara y acaricié mi vientre. Debía ser fuerte y mantener la calma. No podía arriesgar la vida de mi bebé sólo porque me habían roto el corazón. Tenía que lidiar con esto de forma inteligente. Unos minutos después, tomé un respiro profundo y terminé mi ducha. Cuando salí del baño, me sorprendió ver que Pierce todavía estaba allí. Estaba luchando por arreglarse la corbata frente al espejo de cuerpo entero. También noté un par de zapatos y un vestido míos sobre la cama. --¡Ey! Elegí tu vestido para hoy --dijo. Como nuestro matrimonio no era público, Pierce dijo que haría pequeñas cosas para mí como marido. De hecho, lo había hecho bien y yo solía disfrutar de estos dulces momentos que me regalaba, pero ahora sentía que eso mismo me m**aría. Al segundo siguiente, agarré el vestido y entré al vestidor, sentiendo que me seguía. Volví a guardar el vestido blanco y elegí uno rojo. Cuando me di vuelta y lo tuve de frente, lo vi con la frente arrugada. --Hoy prefiero el rojo. Me sentiré hermosa con este vestido --expliqué con una sonrisa. Al instante, sus ojos se dirigieron al vestido que sostenía y su rostro inmediatamente se calmó. Al final asintió y caminó hacia mí. --Ya veo. Pero antes ayúdame a arreglar esto --me pidió. Sin dudarlo, puse mi vestido en su brazo y comencé a arreglarle la corbata. Podía sentir sus ojos mirándome intensamente y eso hacía que mi corazón latiera muy rápido. Respiré hondo y me mordí el labio inferior mientras luchaba por arreglar su corbata. De pronto, mi visión se volvió borrosa otra vez. ¡Maldición! --Kelly… No pude evitar sobresaltarme en shock. --¿Mmm? --¿Estás bien? --preguntó. Lo miré y sonreí: --Sí. --Tengo algo más que decirte. En ese instante, terminé de arreglarle la corbata y le quité rápidamente el vestido del brazo. Lo miré antes de pasar junto a él y dije: --Hablaremos después. Voy a llegar tarde. Lo escuché suspirar antes de volver a seguirme. Me vestí mientras él estaba detrás de mí. Estuvo en silencio todo el tiempo, como si estuviera pensando en algo. --Deberías desayunar antes de irte --comentó. Un segundo después, me paré frente a él y asentí. --Lo haré. Deberías irte ahora --respondí. --Kelly, estamos en la misma página, ¿verdad? --preguntó. Lo miré fijamente. No, Pierce. Nunca estuvimos en la misma página. Sólo fueron mis estúpidas fantasías. Pensaba que sentías algo por mí, pero estaba muy equivocada. --Si hablas del divorcio, lo entiendo, Pierce. Sé lo que tengo que hacer. Sólo dame algo de tiempo porque estoy muy ocupada con la empresa. No huiré. --Kelly, no estoy haciendo esto sólo por mí. También lo hago por ti. Has estado encerrada conmigo desde que nos casamos. Sé que no eres feliz porque en el fondo también quieres encontrar al hombre que te mereces. Alguien que realmente te ame, no yo. No alguien indiferente. --Entiendo lo que tratas de decir, Pierce --dije y traté de darle la espalda, pero antes de poder hacerlo, él me sujetó por la cintura y me mantuvo en el lugar. Luego hizo todo lo posible para captar mis ojos hasta que lo consiguió. Su mirada era de preocupación. --Eres mi mejor amiga. No quiero perderte, Kels. Eres una de las pocas personas… --Lo sé --lo interrumpí con frustración. Parecía sorprendido, así que me calmé--. Ya lo sé. No tienes que preocuparte. Simplemente estoy estresada por el trabajo, no es por el divorcio. En ese instante, sus labios se separaron, asintió lentamente y soltó un suspiro. Luego, caminó hacia mí y me congelé cuando besó mi frente con dulzura… --Gracias, Kelly --susurró. Al oírlo, mi corazón se apretó. Habían pasado tres años pero todavía era una cobarde. «¿Por qué no puedes simplemente decirle que lo amas, Kelly? ¡Él es tu esposo y estás llevando su bebé! ¡Díselo y tal vez cambie de opinión!» pensé. Con eso en mente, tragué saliva y estuve a punto de decírselo, pero justo en ese momento su teléfono sonó. Pude ver el identificador de llamadas. Era Lexi. --Me tengo que ir --afirmó y se rascó la cabeza a modo de disculpa, mientras las comisuras de su boca se curvaban hacia arriba--. Llamé a Luke. Te espera afuera. Come antes de irte, ¿sí? Con eso, salió de nuestra habitación. De repente, las lágrimas que había logrado reprimir hasta ese momento volvieron a brotar. ¿Por qué había pensado que podría tener una oportunidad? Él tomó su decisión en el momento en que me pidió el divorcio, ¿verdad? Siempre que se trataba de Lexi me abandonaba. Capítulo 3 Punto de vista de Kelly--Mantener la compostura Entré al estudio con tacones rojos de cinco centímetros y un vestido igualmente rojo. Todos miraron en mi dirección cuando entré caminando por el pasillo y me saludaron con una sonrisa, pero mantuve mi rostro estoico, sin mostrar emoción alguna. La conversación de esa mañana con Pierce todavía estaba en mi cabeza, pero no podía permitir que afectara mi trabajo. No podía fallar en mi trabajo después de haber fracasado en mi matrimonio. De modo que respiré profundamente para recomponerme. Un momento después, cuando entré a la sala de la sesión de fotos, noté que todos estaban sumidos en el caos. --¡No podemos! No responde las llamadas. ¿Qué debemos hacer? La vicepresidente viene hoy, se enojará. --Podemos simplemente decirle la verdad. Ella es amable. --¡No lo será con esta situación, Lily! Nos va a regañar... --¿Qué está pasando aquí? --pregunté mientras entraba a la sala. De inmediato, el personal me miró con expresiones preocupadas y entonces supe que había un problema. --B-Buenos días, señorita Monroe. Señorita Monroe. Por supuesto, nadie sabía que Pierce y yo estábamos casados ​​excepto nuestras familias. Sentí como si pellizcaran mi corazón con esa verdad. Dolía. Rápidamente, la miré sin comprender. --¿Qué ocurre? --T-tenemos un problema, señorita Monroe. La señorita Chen, nuestra modelo, no atiende nuestras llamadas. Dijo que escuchó que íbamos a cambiar de modelo así que… no quiere venir. Incluso... amenazó con presentar una demanda contra nosotros. Después de decir eso, inclinó la cabeza. Yo apreté los dientes y recorrí el lugar con la mirada. --¿Dónde está la directora de marketing? --inquirí. --E-Ella todavía está tratando de convencer a la señorita Chen, señorita Monroe. Luego de escuchar el problema, me masajeé la frente y cerré los ojos con fuerza. Un segundo después, me agarré del pelo y grité de ira. Sentí que todos a mi alrededor se sobresaltaban sorprendidos. Yo solo suspiré y tomé una gran bocanada de aire antes de mirar a mi alrededor. --Señorita Monroe... --¿Qué es todo esto, señorita Hayley? Tú eres la directora de marketing, ¿qué está pasando? --Señorita Monroe, no sé cómo sucedió, pero la señorita Chen escuchó que usted cambiará de modelo. Está a punto de presentar una demanda contra nosotros... ¿Cambiar de modelo? ¿Cómo es que yo no sabía nada al respecto? La señorita Chen siempre había sido nuestra modelo de confianza y, si no era necesario, cambiar de modelo para una sesión comercial con tan poca antelación sólo causaría muchos problemas a la empresa. Nunca permitiría un error como este. --Yo no pedí eso. Debe ser un error --la interrumpí para ahorrar tiempo--. ¡Arregla este desastre o tendré que despedirte! --Señorita Monroe... Fue el presidente quien nos pidió que la cambiáramos --explicó Hayley vacilante--. Lo ordenó ayer tan pronto como regresó de su viaje de negocios. Aquella verdad me golpeó con fuerza. ¿Fue orden de Pierce? ¿Por qué no me lo dijo? Solía ​​discutir conmigo cada decisión importante antes de tomarla. --No puede ser... --exclamé confundida. Pierce no era un hombre de negocios despistado. Siempre mantuvo una clara distinción entre el trabajo y la vida personal, razón por la cual siempre tuvo éxito. Y esa fue también la razón por la que decidió mantener nuestro matrimonio en secreto. --Sí, Kelly. Yo di la orden. --Su voz me hizo retroceder. --S-Señor Presidente… --saludó Hayley y se inclinó con respeto al ver al hombre que apareció de repente detrás de mí. --Pierce, ¡creo que me debes una explicación sobre este cambio de modelo! --dije con los dientes apretados mientras me giraba para interrogarlo. Él sabía perfectamente cuánto esfuerzo puse para ganar este proyecto. Estuve días sin dormir y la señorita Chen era la persona ideal para este trabajo. De hecho, él también estuvo de acuerdo. Pero ahora… simplemente cambió la modelo a su gusto sin avisarme con antelación. Eso fue como abofetearme con fuerza en la cara. --Continúen con el trabajo. Yo se lo aclararé --le indicó él al personal para calmarlos, ignorando la ira que estaba a punto de salir de mis ojos. --¡Contéstame, Pierce! ¿Por qué cambias de modelo tan de repente? --No pude contener mi enojo. Él simplemente me tocó el hombro y me susurró: --Este no es el lugar para discutir al respecto. Te lo explicaré en el auto. En ese momento, miré a mi alrededor y noté que los demás nos miraban furtivamente. Luego me quité sus manos de encima y caminé hacia el estacionamiento, pero durante el camino, sentía mi corazón cada vez más pesado. Tenía la sensación de que su explicación no iba a gustarme. --Vamos, dímelo --exclamé ni bien nos sentamos en su auto. Antes de hablar, me miró a los ojos como si sopesara mis emociones, pero yo aparté la mirada de nuevo. No podía soportar sus miradas, no podía soportar esos ojos que nunca me miraban como yo quería. Él no sentía nada por mí y eso me dolía mucho. --Yo-yo… --hizo una pausa y suspiró--. Reemplacé a la señorita Chen porque Lexi quiere ser nuestra modelo. Ella también encaja en el proyecto, así que estuve de acuerdo... --¿Qué? --pregunté con incredulidad. De pronto, apretó los labios y miró hacia otro lado. Luego se revolvió el cabello antes de sacudir la cabeza y tomar mi mano. --Lamento no haberte dicho antes, fue muy repentino. Ella me pidió un favor, no pude decirle que no. Rápidamente, retiré mi mano y lo miré con dolor y enojo. --No pudiste decirle que no, así que preferiste dañar a la empresa, a nuestra empresa. Me traicionaste, Pierce. --Kels, vamos. Sabes cuánto la amo. Ella es mi primer amor. Al oírlo, cerré los ojos con dolor. «Oh sí, ella es tu primer amor. Siempre la quisiste a ella, sin que te importen los demás. Si ella te frunce el ceño un poco, puedes hacer la vista gorda ante el dolor y el esfuerzo de los demás. Eres tan cruel, Pierce» pensé. --Bueno, ya lo has decidido. No tengo voz y voto en esto ya que tú eres el presidente. Ahora vete, estaré en la oficina --indiqué con frialdad mientras abría la puerta del auto para salir. --Kelly… En ese instante, lo miré a los ojos y dije: --Ve a casa temprano. Hablaremos de nuestro divorcio esta noche. Capítulo 4 Punto de vista de Kelly--Plantada Me encontraba jugueteando con el anillo de bodas en mi dedo mientras lo esperaba. Le había dicho que volviera temprano a casa, pero todavía no regresaba y ni siquiera contestaba mis llamadas. Bueno, ahora que Lexi había vuelto, probablemente ya no veía a esta casa como su hogar. De pronto, mis ojos se dirigieron a mi informe de embarazo que estaba sobre la mesa. Qué gracioso. Todavía era tan ingenua para albergar un rayo de esperanza de que las cosas podrían cambiar si le hablaba del bebé, pero este bebé estaba fuera de sus planes. Me sequé las lágrimas que se acumulaban en el rabillo de mis ojos y agarré el informe. Ya eran las cinco de la mañana cuando miré el reloj de la pared. Intenté marcar su número nuevamente, pero seguía sin responder. ¿En qué estaba tan ocupado? ¿Estaba h**iendo el a**r con Lexi? Debió haberla extrañado mucho, ¿verdad? Pronto, sin saber cuándo, me quedé dormida. Cuando sonó el despertador, inconscientemente toqué la almohada a mi lado. Frío como anoche, no había vuelto a casa todavía. Me burlé de mí misma al ver mi reflejo en el espejo de la cómoda. Los círculos oscuros bajo mis ojos se veían a simple vista y mi cabello era un total desastre, parecía un fantasma. De repente una oleada de náuseas inundó mi estómago y me di cuenta de que no había comido nada la noche anterior. De pronto, me sentí mal otra vez y rápidamente corrí hacia el lavabo y vomité. Escupí un líquido amarillento que sabía muy mal. De inmediato, me lavé la boca y miré mi propio reflejo en el espejo. Al verme, sacudí la cabeza y tomé mi frente en cuanto sentí ganas de vomitar de nuevo. Volví a escupir el líquido amarillento y mientras me lavaba la boca, sentí una cálida mano acariciando mi espalda. Inmediatamente levanté la cara y me encontré con un par de ojos marrones que me miraban a través del espejo. Detrás de mí con cara de preocupación estaba mi esposo Pierce. --¿Estás bien? ¿Te sientes mal? Debiste haberme dicho. Al instante, lo miré a través del espejo. --No respondiste mis llamadas --contesté. Ante aquellas palabras, la culpa apareció en sus ojos. --Lo lamento. Tenía cosas que hacer. Me quedé en la oficina toda la noche --afirmó. Rápidamente, me limpié la cara y pasé junto a él. Pierce me siguió mientras me sentaba frente al tocador y comenzaba a peinarme. --Kels… --Me desperté tarde. No pude preparar el desayuno. Mientras hablaba, intenté evitar sus ojos. Sentía que iba a perder los estribos y gritarle. En ningún momento sentí su egoísmo tan claramente como ahora. Decía que yo era su mejor amiga, pero nunca le habían importado mis necesidades, mis sentimientos. --Kels... sabes que no te pregunté eso. Estoy preocupado por tu salud... Kels, ¿todavía estamos bien? Ante aquella pregunta, dejé de peinarme y lentamente nuestras miradas se encontraron a través del espejo, otra vez. ¿De verdad me estaba preguntando eso? ¿Después de que me pidió el divorcio sin siquiera preguntarme si estaba de acuerdo? Él decidió por su cuenta sólo porque su primer amor había vuelto. No podía creer lo que hacía. Al final, fingí una sonrisa y dije: --No me siento bien hoy, Pierce, eso es todo. Un instante después, se puso de cuclillas a mi lado, lo cual no me resultó sorprendente porque sabía que realmente se preocupaba. Pero lo que sí me sorprendió fue que hacía todo esto después de enterrar una daga en mi corazón. --¿Estás bien? --preguntó mientras tocaba suavemente mi frente y mi cuello--. ¿Estás enferma? Dime cómo te sientes, Kels. --Mis sentimientos no importan --no pude evitar decir y parecía sorprendido por mis palabras. En ese instante, intenté evitarlo, pero me agarró de la muñeca y me hizo mirarlo. Su rostro ahora reflejaba su ira. Había perdido completamente la paciencia. --¿Qué te pasa, Kels? Has estado actuando así desde ayer. ¿Es por Lexi? ¿O porque no volví a casa anoche? --inquirió. Yo lo miré a los ojos, molesta. --¡Tú fuiste quien pidió el divorcio! Te pedí que regresaras temprano para hablar al respecto, pero me dejaste esperando toda la noche. ¿Pretendías que te diera la bienvenida con brazos abiertos después de eso, Pierce? --respondí. Al escucharme, apretó la mandíbula y sacudió la cabeza. --Kels, yo... --Ya basta. Hablaremos del divorcio después del trabajo. --¡Kels! --me llamó y me agarró de los hombros. La confusión y el dolor eran visibles en sus ojos--. ¿Estás... enamorada de mí? Aquello me desconcertó. ¿Enamorada? ¡Sí! Desde que estábamos en la escuela secundaria, desde que se convirtió en mi mejor amigo. ¿Quién no se enamoraría de alguien que te ha estado protegiendo desde entonces? Siempre he estado agradecida de tenerlo como mi mejor amigo y esposo, pero ahora… lo estaba perdiendo. Perdiéndolo irremediablemente. Decidí darle a nuestro matrimonio una última oportunidad, hacer un esfuerzo final... ...... ==== Casarse con su mejor amigo fue un sueño hecho realidad para Kelly, pero todo tiene realmente una limitación. Pierce es el primer amor de Kelly, pero como su mejor amiga, sabía bien que siempre había otra mujer en lo profundo de su corazón. Lexi Gilbert. Kelly finalmente se dio cuenta de que su feliz matrimonio de los últimos tres años era solo un hermoso sueño cuando Pierce pidió el divorcio solo porque Lexi regresó. Ella sólo podría ser su mejor amiga incluso si estuviera encinta de su bebé. ¿Por qué no merecía ser amada? ¿Qué sucederá en adelante? ¿Cómo podría Kelly salvar su corazón en esta batalla de amor y odio? Los capítulos disponibles son limitados aquí, haga click el botón abajo para instalar APP y disfrutar leyendo más contenidos maravillosos. (Al abrir el APP, directo accederá a este libro) &5& LEARN_MORE https://fbweb.manobook.com/14603375-fb_contact-spc Happy reading https://www.facebook.com/61566043183664/ 249 0 0 1969-12-31 18:00 0 0 0 0 0 0 Learn more 0 fbweb.manobook.com IMAGE https://fbweb.manobook.com/14603375-fb_contact-spcp25_2-1030-core1.html?adid={{ad.id}}&char=124213&accid=2029568687383448&rawadid=120214044473250700 1969-12-31 18:00 https://scontent-iad3-2.xx.fbcdn.net/v/t39.35426-6/465111883_1942770609554496_8027699383808217697_n.jpg?stp=dst-jpg_s60x60&_nc_cat=111&ccb=1-7&_nc_sid=c53f8f&_nc_ohc=FiD6pxYilNoQ7kNvgFxX3tT&_nc_zt=14&_nc_ht=scontent-iad3-2.xx&_nc_gid=AgB94W92t1pSfDzSOkbC_Qk&oh=00_AYDh3VJy9uH2afT061T8Rz2YrqCeiII7IyfzKnlX4_GDng&oe=6735CCB8 PERSON_PROFILE 0 0 0 Happy reading 0 0 1969-12-31 18:00 View Edit
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No 2024-11-09 18:51 active 1756 0 Seguir leyendo👉👉 Ella decidió divorciarse de su marido, que siempre había estado enamorado de su primer amor. Inesperadamente, él se negó a dejarla ir. Para empeorar las cosas, su hermanastro diabólico también intervino al mismo tiempo de manera dominante, ¡queriéndola para él! ===== ¿Lo había oído bien? ¿Estoy embarazada? ¡Estoy embarazada de un bebé de Pierce! ¡Mi mejor amigo y mi primer amor! --Qué bueno que haya sido cautelosa, pudo haber perdido a su bebé, señorita Monroe --me dijo el ginecólogo con seriedad al ver la sorpresa en mis ojos. En ese momento, me toqué el vientre inconscientemente, sin poder creer que hubiera un bebé acostado allí. Cuando salí del hospital, no podía esperar para contarle a Pierce sobre nuestro bebé. Me preguntaba cuál sería su reacción. ¿Gritaría de felicidad? ¿Me b**aría y todo eso? ¡Dios! No podía contener mi felicidad. Incluso tomé mi cara roja entre mis manos mientras fantaseaba. Pero en el momento en que sentí el frío del anillo en mi dedo, mi corazón que latía salvajemente se calmó. Casi olvidaba que Pierce no estaba interesado en tener hijos, menos considerando que nuestro matrimonio fue arreglado por su familia. Por supuesto, Pierce era un completo caballero, como amigo y como marido. Cada vez que teníamos relaciones s**uales, él era considerado y cauteloso, y decía que no era necesario agregar más ataduras si no estábamos listos. Este bebé, en cierto modo, estaba fuera de los planes. --Señora, ¿está todo bien? ¿Necesita que llame al jefe? --preguntó mi conductor privado, Luke, preocupado al notar mi ceño fruncido. Luke era confiable como un miembro de la familia, pero no quería contarle porque quería que Pierce fuera el primero en enterarse de esta noticia. Él era el padre de mi bebé. --No --dije y negué con la cabeza, dándole a Luke una sonrisa tranquilizadora--. Está en el vuelo. Hablaré con él más tarde --y así vería su respuesta yo misma en sus crudas expresiones. Siempre fui buena en eso. Finalmente, cerré los ojos y recordé el día en que nos conocimos. Su brillante sonrisa a la luz del sol era tan deslumbrante que parecía un príncipe. Me enamoré de él a primera vista, mucho antes de que nos convirtiéramos en mejores amigos. Pero era sólo un amor no correspondido y yo lo sabía bien. En ese instante, bajé la ventanilla del auto para tomar un poco de aire fresco y, sin quererlo, vislumbré nuestra antigua escuela secundaria. Ese sentimiento amargo llenó mi pecho una vez más... Pierce fue mi primer amor, pero yo no era el suyo. En la escuela secundaria, yo no era más que una nerd aburrida a los ojos de los demás, mientras que Pierce Anderson era el brillante mariscal de campo. Todos se sorprendieron de que pudiéramos ser amigos. Aunque las hostilidades hacia mí aumentaron, disfruté estar cerca de él y poco a poco me di cuenta de que no quería ser sólo su amiga. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de confesarle mis sentimientos, otra chica llegó a su vida. Sacudí la cabeza tratando de deshacerme de esos viejos y tristes recuerdos. Luego toqué el frío anillo de bodas en mi dedo y me dije que el pasado ya había pasado. Pierce dijo que habían terminado y que ahora yo era su esposa. Sí, yo era su esposa y además estaba embarazada de su bebé. Pronto, me sequé las lágrimas de las comisuras de los ojos y abrí la puerta de nuestra casa. Mi corazón se calmó al respirar el aroma de mi hogar, nuestra casa. Pierce y yo la decoramos juntos con nuestras propias manos. Lo disfrutamos. Sí, tal vez estaba pensando demasiado. Esa mujer había estado fuera de nuestras vidas durante mucho tiempo y los últimos tres años mi matrimonio con Pierce fueron tan hermosos como un cuento de hadas. Una vez dentro, miré el reloj de la pared. Para ese entonces, Pierce ya debería haberse bajado del avión. Estuvo más de un mes en viajes de negocios de nuestra empresa familiar. Pierce era el presidente de ADE, la empresa de revistas de moda líder en toda Asia, y yo era la vicepresidente de la compañía. No sólo éramos compañeros de vida, sino también buenos socios en el trabajo. En verdad lo extrañaba. De inmediato, marqué su número, pues tenía muchas ganas de escuchar su voz y saber cuándo llegaría a casa. Le prepararía una buena comida y él me premiaría con un dulce beso. Y luego podríamos... Vaya, en ese momento casi olvidé que estaba embarazada. Debía contarle eso primero y luego podríamos hacer otra cosa. Estaba imaginando felizmente nuestra encantadora reunión, pero mi corazón dio un vuelco cuando una voz de mujer cruzó la línea. --¿Hola? Al escuchar esa sola palabra, dejé caer mi teléfono, que se rompió al chocar contra el suelo, y mi cuerpo empezó a temblar incontrolablemente. ¡NO! ¡No podía ser ella! ¡No podía ser Lexi! ¡Ella ya estaba fuera de nuestras vidas! Debí haber escuchado mal. De inmediato, corrí hacia la nevera en un intento por calmarme con la ayuda de un poco de al**hol. Pero en el momento en que toqué la botella de v**o, recordé las palabras del médico sobre mi bebé. Debía tener cuidado por la salud de mi bebé, así que solo agarré una caja de leche y caminé hacia el sofá. En ese entonces, no sabía qué me hizo reconocer esa voz como la de Lexi. Nosotras nunca fuimos cercanas. Lexi Gilbert era la típica belleza rubia por la que los hombres se volvían locos. Ella era una animadora popular en la escuela secundaria, mientras que Pierce era el mariscal de campo estrella. Encajaba mejor con él que una nerd como yo, ¿verdad? No me sorprendió que se haya enamorado de ella. Mi orgullo no soportó ver al hombre que amaba volverse loco por otra mujer, así que una vez intenté alejarme de ellos en silencio, pero Pierce se negó a salirse de mi vida. Cada vez que me ahogaba en un mar de libros y estudios para olvidarlos, Pierce aparecía en mi puerta invitándome a salir. No podía decirle que no a su sonrisa encantadora y tampoco podía decirle que no porque afirmaba que era su deber como mi mejor amigo llevarme a disfrutar del mundo real. Para no arruinar nuestra amistad, oculté mi corazón roto y desempeñé en silencio el papel de su mejor amiga, siempre a su lado y observando su rostro feliz por otra chica. Finalmente, cuando supe que Pierce planeaba proponerle matrimonio a Lexi, me armé de valor y fui a estudiar al extranjero, sin saber que su abuela me llamaría para rogarme que regresara. Por supuesto, volví a toda prisa sólo para ver a Pierce sin vida. Lexi le había herido gravemente el corazón y el mío sufría por mi amado. Empecé a odiar a Lexi desde ese momento. Le había entregado a mi amado hombre, ¡cómo se atrevió a hacerle tanto daño! ¡Esa bruja! Pierce no le contó a nadie lo que pasó, excepto que había terminado con Lexi. Luego, la abuela arregló nuestro matrimonio. No entendí por qué estuvo de acuerdo hasta que un día lo escuché decir que casarse con cualquiera que no fuera Lexi sería lo mismo para él. Aquello me dolió mucho, pero aun así me casé con él sin pensarlo dos veces. Mi amado estaba destrozado y quería recomponerlo, sin importarme si eso me arruinaba a mí en el proceso. Me quedé dormida sintiéndome muy insegura y preocupada. Me desperté en medio de la noche cuando sentí que alguien acariciaba mi mejilla. Lentamente abrí los ojos y me di cuenta de que me había quedado dormida en la sala de estar. Alguien me levantó del sofá e inmediatamente reconocí su olor y tacto mientras lo miraba con los ojos entrecerrados. --Pierce… --Hmm --murmuró mientras caminaba hacia las escaleras--. ¿Por qué te dormiste en el sofá? Yo solo me quedé mirándolo a la cara y luego me dejó suavemente sobre la cama, acarició mi cabello y besó mi frente. Siempre fue tan gentil y por eso lo amaba tanto. Llevábamos más de un mes separados, mi cuerpo lo extrañaba y mi corazón lo anhelaba. --¿Dónde estabas? Te estuve esperando --dije mientras acariciaba su mejilla. --Acabo de encontrarme con un amigo. Dijiste que me estabas esperando, ¿es urgente? Al ver su rostro amable, de repente no quise arruinarle el momento, así que cerré mis labios entreabiertos y tragué la verdad para devolverla a mi estómago. Mañana, tal vez mañana tendría el coraje de afrontar todos los rompecabezas. De modo que solo sacudí la cabeza, hice un puchero y le dije que tenía sueño. Él se rió entre dientes y me dio un beso de buenas noches, pero en el momento en que estuvo a punto de dejarme, por alguna razón entré en pánico. Rápidamente lo agarré y lo b*sé con toda mi pasión... Lo extrañaba y lo quería. --Espera, Kels --dijo y me detuvo, sujetando mis locas manos sobre la cama--. Pensé que habías dicho que tenías sueño y que necesitabas descansar. --Sí, pero te extraño --exclamé y lo miré con inocencia. Pude captar el deseo brillando en sus ojos, pero se desvaneció de pronto y yo no comprendía por qué. Solía ​​​​ponerse feliz cuando yo tomaba la iniciativa. En ese instante, como si notara mi confusión, se rió entre dientes y me pellizcó juguetonamente la nariz. --Me daré una ducha. Huelo a al**hol --manifestó. Yo solo asentí y lo miré mientras caminaba hacia el baño. Pronto la somnolencia volvió a atacarme, así que cerré los ojos para tomar una siesta. Sin embargo, ya era de mañana cuando abrí los ojos nuevamente y Pierce estaba a mi lado, poniendo una bandeja con comida en la mesita de noche. --¡Ey! --lo saludé y sonreí cuando me di cuenta de lo que había hecho. Me había preparado el desayuno para llevármelo a la cama. Era tan dulce. Él sonrió y se sentó en la cama. --Buen día. Le devolví la sonrisa mientras me sentaba en la cama. En ese momento, agarró la bandeja y la puso a mi lado. Al instante, levanté una ceja e incliné la cabeza mientras miraba su hermoso rostro. Sus cejas espesas y negras enmarcaban sus hermosos ojos de color marrón oscuro. Su nariz era orgullosa y puntiaguda y sus labios eran rojos y finos. Parecía un chico malo y s*xy, incluso Damon Salvatore se avergonzaría de estar a su lado. Nadie tenía posibilidad alguna contra este hombre. --¿Qué es esto? ¿Un soborno? Me dejaste plantada anoche, chico malo --dije. Él no se rió. Exhaló un suspiro y colocó con suavidad mi cabello detrás de mis orejas antes de tomar mi mano y mirarme a los ojos. --Tengo algo que decirte. Al instante, sentí que mi corazón se aceleraba y pensé en nuestro bebé en mi útero. Tenía algo que decirme, yo también tenía algo que contarle. --¿Q-Qué cosa? --pregunté con voz temblorosa. De repente, dio un profundo suspiro y comenzó: --Sabes que eres importante para mí, ¿verdad? Asentí lentamente con los labios entreabiertos. No pude responder, tenía miedo de lo que estaba a punto de decir. Tenía un mal presentimiento. --Eras mi mejor amiga antes de casarnos. Eres una de las pocas personas que valoro… --prosiguió. Mientras hablaba, escondí mis puños cerrados debajo de la sábana. No sabía por qué me decía todo esto, pero ya podía sentir las lágrimas acumulándose en el rabillo de mis ojos. --Kelly... --hizo una pausa y cerró los ojos con fuerza antes de volver a mirarme a los ojos--. Creo que es hora de que nos divorciemos. --P-Pierce… --exclamé y sentí que mi corazón se apretaba. Él sonrió. --Sé que tú tampoco sientes nada por mí. Te casaste conmigo por mis abuelos, hiciste esto solo porque los amas. Ahora llegó el momento de nuestra verdadera felicidad, Kelly. Al oírlo, no pude evitar sacudir la cabeza. --¿De qué estás hablando, Pierce? --inquirí. --Lexi ha vuelto, Kelly. Mi primer amor ha vuelto. Capítulo 2 Punto de vista de Kelly--Llueve sobre mojado De inmediato, me levanté de la cama e intenté irme, pero Pierce me agarró la mano. Rápidamente me sequé las lágrimas que rodaban por mis mejillas antes de que él pudiera verlas. Luego, se paró frente a mí y me miró a la cara mientras yo intentaba con todas mis fuerzas mirar hacia abajo y evitar verlo a los ojos. Sentí que mi corazón se rompía en pedazos. Pensaba… pensaba que podría hacer que se enamorara de mí en esos tres años que pasamos juntos. Pensaba que sus sentimientos cambiarían y me vería como una mujer en lugar de solo su mejor amiga. Fui estúpida por tener esperanzas y soñar tan alto. Fallé. Sin importar cuánto lo intentara, su corazón pertenecía sólo a su primer amor: Lexi. --Kelly… En ese momento, contuve el aliento y me tragué el dolor mientras lo miraba. Luego fingí una sonrisa y dije: --Debo lavarme las manos antes de comer. Pero él me miró a los ojos como si intentara descubrir lo que estaba pensando. Yo sabía que él me conocía demasiado bien, así que traté con todas mis fuerzas de ocultar mi dolor y le sonreí. Finalmente, suspiró y soltó mi mano. --Bueno. Te esperaré aquí. Comamos y vayamos a trabajar juntos. ¿Juntos? ¿Por qué era tan cruel? ¿Quería que nos siguiéramos llevando bien como si no me hubiera pedido el divorcio? ¿Quería que nos quedáramos como estábamos justo después de decirme que su primer amor había regresado y quería divorciarse de mí? Oh Pierce, ¿qué estaba pasando por tu cabeza? Antes podía obligarme a mí misma a quedarme en el puesto de su mejor amiga mientras le deseaba felicidad, pero ya no tenía ese coraje después de los tres años que habíamos compartido. No había manera de que pudiera soportar esa tortura otra vez, en especial ahora que cargaba a su bebé. El bebé... en un principio pensé que era una buena noticia para nosotros, pero ahora... supongo que sería más bien una carga para él. Una carga que le impediría conseguir su verdadero amor y su libertad. Yo sabía muy bien cómo crecía un niño no deseado. Mis padres se divorciaron antes de que mi madre muriera y la nueva familia de mi padre me odiaba, lo que me dolía muchísimo. Por eso no quería que mi bebé experimentara lo mismo que yo sentí, así que debía mantener a mi bebé alejado de él. --No podemos --dije mientras fingía una nueva sonrisa--. Debo visitar el estudio para la sesión de fotos de nuestros nuevos modelos… --Iré contigo. --No --contesté y aparté su mano. Sus ojos siguieron mi mano antes de levantar la cara para mirarme de nuevo--. Tienes documentos que firmar. Nuestros horarios ya están organizados, ¿recuerdas? --Pero… --Tengo un conductor personal, Pierce. Estaré bien sola --afirmé. Finalmente, suspiró y asintió con calma. En ese momento, le di la espalda y entré al baño. Inmediatamente abrí la ducha y me paré bajo el agua fría. Las lágrimas cayeron en cascada por mis mejillas mientras me cubría la boca para reprimir los sollozos. Mis hombros temblaban mucho y cuando pensé en mi bebé, tragué saliva y traté de calmarme. Luego me limpié la cara y acaricié mi vientre. Debía ser fuerte y mantener la calma. No podía arriesgar la vida de mi bebé sólo porque me habían roto el corazón. Tenía que lidiar con esto de forma inteligente. Unos minutos después, tomé un respiro profundo y terminé mi ducha. Cuando salí del baño, me sorprendió ver que Pierce todavía estaba allí. Estaba luchando por arreglarse la corbata frente al espejo de cuerpo entero. También noté un par de zapatos y un vestido míos sobre la cama. --¡Ey! Elegí tu vestido para hoy --dijo. Como nuestro matrimonio no era público, Pierce dijo que haría pequeñas cosas para mí como marido. De hecho, lo había hecho bien y yo solía disfrutar de estos dulces momentos que me regalaba, pero ahora sentía que eso mismo me m**aría. Al segundo siguiente, agarré el vestido y entré al vestidor, sentiendo que me seguía. Volví a guardar el vestido blanco y elegí uno rojo. Cuando me di vuelta y lo tuve de frente, lo vi con la frente arrugada. --Hoy prefiero el rojo. Me sentiré hermosa con este vestido --expliqué con una sonrisa. Al instante, sus ojos se dirigieron al vestido que sostenía y su rostro inmediatamente se calmó. Al final asintió y caminó hacia mí. --Ya veo. Pero antes ayúdame a arreglar esto --me pidió. Sin dudarlo, puse mi vestido en su brazo y comencé a arreglarle la corbata. Podía sentir sus ojos mirándome intensamente y eso hacía que mi corazón latiera muy rápido. Respiré hondo y me mordí el labio inferior mientras luchaba por arreglar su corbata. De pronto, mi visión se volvió borrosa otra vez. ¡Maldición! --Kelly… No pude evitar sobresaltarme en shock. --¿Mmm? --¿Estás bien? --preguntó. Lo miré y sonreí: --Sí. --Tengo algo más que decirte. En ese instante, terminé de arreglarle la corbata y le quité rápidamente el vestido del brazo. Lo miré antes de pasar junto a él y dije: --Hablaremos después. Voy a llegar tarde. Lo escuché suspirar antes de volver a seguirme. Me vestí mientras él estaba detrás de mí. Estuvo en silencio todo el tiempo, como si estuviera pensando en algo. --Deberías desayunar antes de irte --comentó. Un segundo después, me paré frente a él y asentí. --Lo haré. Deberías irte ahora --respondí. --Kelly, estamos en la misma página, ¿verdad? --preguntó. Lo miré fijamente. No, Pierce. Nunca estuvimos en la misma página. Sólo fueron mis estúpidas fantasías. Pensaba que sentías algo por mí, pero estaba muy equivocada. --Si hablas del divorcio, lo entiendo, Pierce. Sé lo que tengo que hacer. Sólo dame algo de tiempo porque estoy muy ocupada con la empresa. No huiré. --Kelly, no estoy haciendo esto sólo por mí. También lo hago por ti. Has estado encerrada conmigo desde que nos casamos. Sé que no eres feliz porque en el fondo también quieres encontrar al hombre que te mereces. Alguien que realmente te ame, no yo. No alguien indiferente. --Entiendo lo que tratas de decir, Pierce --dije y traté de darle la espalda, pero antes de poder hacerlo, él me sujetó por la cintura y me mantuvo en el lugar. Luego hizo todo lo posible para captar mis ojos hasta que lo consiguió. Su mirada era de preocupación. --Eres mi mejor amiga. No quiero perderte, Kels. Eres una de las pocas personas… --Lo sé --lo interrumpí con frustración. Parecía sorprendido, así que me calmé--. Ya lo sé. No tienes que preocuparte. Simplemente estoy estresada por el trabajo, no es por el divorcio. En ese instante, sus labios se separaron, asintió lentamente y soltó un suspiro. Luego, caminó hacia mí y me congelé cuando besó mi frente con dulzura… --Gracias, Kelly --susurró. Al oírlo, mi corazón se apretó. Habían pasado tres años pero todavía era una cobarde. «¿Por qué no puedes simplemente decirle que lo amas, Kelly? ¡Él es tu esposo y estás llevando su bebé! ¡Díselo y tal vez cambie de opinión!» pensé. Con eso en mente, tragué saliva y estuve a punto de decírselo, pero justo en ese momento su teléfono sonó. Pude ver el identificador de llamadas. Era Lexi. --Me tengo que ir --afirmó y se rascó la cabeza a modo de disculpa, mientras las comisuras de su boca se curvaban hacia arriba--. Llamé a Luke. Te espera afuera. Come antes de irte, ¿sí? Con eso, salió de nuestra habitación. De repente, las lágrimas que había logrado reprimir hasta ese momento volvieron a brotar. ¿Por qué había pensado que podría tener una oportunidad? Él tomó su decisión en el momento en que me pidió el divorcio, ¿verdad? Siempre que se trataba de Lexi me abandonaba. Capítulo 3 Punto de vista de Kelly--Mantener la compostura Entré al estudio con tacones rojos de cinco centímetros y un vestido igualmente rojo. Todos miraron en mi dirección cuando entré caminando por el pasillo y me saludaron con una sonrisa, pero mantuve mi rostro estoico, sin mostrar emoción alguna. La conversación de esa mañana con Pierce todavía estaba en mi cabeza, pero no podía permitir que afectara mi trabajo. No podía fallar en mi trabajo después de haber fracasado en mi matrimonio. De modo que respiré profundamente para recomponerme. Un momento después, cuando entré a la sala de la sesión de fotos, noté que todos estaban sumidos en el caos. --¡No podemos! No responde las llamadas. ¿Qué debemos hacer? La vicepresidente viene hoy, se enojará. --Podemos simplemente decirle la verdad. Ella es amable. --¡No lo será con esta situación, Lily! Nos va a regañar... --¿Qué está pasando aquí? --pregunté mientras entraba a la sala. De inmediato, el personal me miró con expresiones preocupadas y entonces supe que había un problema. --B-Buenos días, señorita Monroe. Señorita Monroe. Por supuesto, nadie sabía que Pierce y yo estábamos casados ​​excepto nuestras familias. Sentí como si pellizcaran mi corazón con esa verdad. Dolía. Rápidamente, la miré sin comprender. --¿Qué ocurre? --T-tenemos un problema, señorita Monroe. La señorita Chen, nuestra modelo, no atiende nuestras llamadas. Dijo que escuchó que íbamos a cambiar de modelo así que… no quiere venir. Incluso... amenazó con presentar una demanda contra nosotros. Después de decir eso, inclinó la cabeza. Yo apreté los dientes y recorrí el lugar con la mirada. --¿Dónde está la directora de marketing? --inquirí. --E-Ella todavía está tratando de convencer a la señorita Chen, señorita Monroe. Luego de escuchar el problema, me masajeé la frente y cerré los ojos con fuerza. Un segundo después, me agarré del pelo y grité de ira. Sentí que todos a mi alrededor se sobresaltaban sorprendidos. Yo solo suspiré y tomé una gran bocanada de aire antes de mirar a mi alrededor. --Señorita Monroe... --¿Qué es todo esto, señorita Hayley? Tú eres la directora de marketing, ¿qué está pasando? --Señorita Monroe, no sé cómo sucedió, pero la señorita Chen escuchó que usted cambiará de modelo. Está a punto de presentar una demanda contra nosotros... ¿Cambiar de modelo? ¿Cómo es que yo no sabía nada al respecto? La señorita Chen siempre había sido nuestra modelo de confianza y, si no era necesario, cambiar de modelo para una sesión comercial con tan poca antelación sólo causaría muchos problemas a la empresa. Nunca permitiría un error como este. --Yo no pedí eso. Debe ser un error --la interrumpí para ahorrar tiempo--. ¡Arregla este desastre o tendré que despedirte! --Señorita Monroe... Fue el presidente quien nos pidió que la cambiáramos --explicó Hayley vacilante--. Lo ordenó ayer tan pronto como regresó de su viaje de negocios. Aquella verdad me golpeó con fuerza. ¿Fue orden de Pierce? ¿Por qué no me lo dijo? Solía ​​discutir conmigo cada decisión importante antes de tomarla. --No puede ser... --exclamé confundida. Pierce no era un hombre de negocios despistado. Siempre mantuvo una clara distinción entre el trabajo y la vida personal, razón por la cual siempre tuvo éxito. Y esa fue también la razón por la que decidió mantener nuestro matrimonio en secreto. --Sí, Kelly. Yo di la orden. --Su voz me hizo retroceder. --S-Señor Presidente… --saludó Hayley y se inclinó con respeto al ver al hombre que apareció de repente detrás de mí. --Pierce, ¡creo que me debes una explicación sobre este cambio de modelo! --dije con los dientes apretados mientras me giraba para interrogarlo. Él sabía perfectamente cuánto esfuerzo puse para ganar este proyecto. Estuve días sin dormir y la señorita Chen era la persona ideal para este trabajo. De hecho, él también estuvo de acuerdo. Pero ahora… simplemente cambió la modelo a su gusto sin avisarme con antelación. Eso fue como abofetearme con fuerza en la cara. --Continúen con el trabajo. Yo se lo aclararé --le indicó él al personal para calmarlos, ignorando la ira que estaba a punto de salir de mis ojos. --¡Contéstame, Pierce! ¿Por qué cambias de modelo tan de repente? --No pude contener mi enojo. Él simplemente me tocó el hombro y me susurró: --Este no es el lugar para discutir al respecto. Te lo explicaré en el auto. En ese momento, miré a mi alrededor y noté que los demás nos miraban furtivamente. Luego me quité sus manos de encima y caminé hacia el estacionamiento, pero durante el camino, sentía mi corazón cada vez más pesado. Tenía la sensación de que su explicación no iba a gustarme. --Vamos, dímelo --exclamé ni bien nos sentamos en su auto. Antes de hablar, me miró a los ojos como si sopesara mis emociones, pero yo aparté la mirada de nuevo. No podía soportar sus miradas, no podía soportar esos ojos que nunca me miraban como yo quería. Él no sentía nada por mí y eso me dolía mucho. --Yo-yo… --hizo una pausa y suspiró--. Reemplacé a la señorita Chen porque Lexi quiere ser nuestra modelo. Ella también encaja en el proyecto, así que estuve de acuerdo... --¿Qué? --pregunté con incredulidad. De pronto, apretó los labios y miró hacia otro lado. Luego se revolvió el cabello antes de sacudir la cabeza y tomar mi mano. --Lamento no haberte dicho antes, fue muy repentino. Ella me pidió un favor, no pude decirle que no. Rápidamente, retiré mi mano y lo miré con dolor y enojo. --No pudiste decirle que no, así que preferiste dañar a la empresa, a nuestra empresa. Me traicionaste, Pierce. --Kels, vamos. Sabes cuánto la amo. Ella es mi primer amor. Al oírlo, cerré los ojos con dolor. «Oh sí, ella es tu primer amor. Siempre la quisiste a ella, sin que te importen los demás. Si ella te frunce el ceño un poco, puedes hacer la vista gorda ante el dolor y el esfuerzo de los demás. Eres tan cruel, Pierce» pensé. --Bueno, ya lo has decidido. No tengo voz y voto en esto ya que tú eres el presidente. Ahora vete, estaré en la oficina --indiqué con frialdad mientras abría la puerta del auto para salir. --Kelly… En ese instante, lo miré a los ojos y dije: --Ve a casa temprano. Hablaremos de nuestro divorcio esta noche. Capítulo 4 Punto de vista de Kelly--Plantada Me encontraba jugueteando con el anillo de bodas en mi dedo mientras lo esperaba. Le había dicho que volviera temprano a casa, pero todavía no regresaba y ni siquiera contestaba mis llamadas. Bueno, ahora que Lexi había vuelto, probablemente ya no veía a esta casa como su hogar. De pronto, mis ojos se dirigieron a mi informe de embarazo que estaba sobre la mesa. Qué gracioso. Todavía era tan ingenua para albergar un rayo de esperanza de que las cosas podrían cambiar si le hablaba del bebé, pero este bebé estaba fuera de sus planes. Me sequé las lágrimas que se acumulaban en el rabillo de mis ojos y agarré el informe. Ya eran las cinco de la mañana cuando miré el reloj de la pared. Intenté marcar su número nuevamente, pero seguía sin responder. ¿En qué estaba tan ocupado? ¿Estaba h**iendo el a**r con Lexi? Debió haberla extrañado mucho, ¿verdad? Pronto, sin saber cuándo, me quedé dormida. Cuando sonó el despertador, inconscientemente toqué la almohada a mi lado. Frío como anoche, no había vuelto a casa todavía. Me burlé de mí misma al ver mi reflejo en el espejo de la cómoda. Los círculos oscuros bajo mis ojos se veían a simple vista y mi cabello era un total desastre, parecía un fantasma. De repente una oleada de náuseas inundó mi estómago y me di cuenta de que no había comido nada la noche anterior. De pronto, me sentí mal otra vez y rápidamente corrí hacia el lavabo y vomité. Escupí un líquido amarillento que sabía muy mal. De inmediato, me lavé la boca y miré mi propio reflejo en el espejo. Al verme, sacudí la cabeza y tomé mi frente en cuanto sentí ganas de vomitar de nuevo. Volví a escupir el líquido amarillento y mientras me lavaba la boca, sentí una cálida mano acariciando mi espalda. Inmediatamente levanté la cara y me encontré con un par de ojos marrones que me miraban a través del espejo. Detrás de mí con cara de preocupación estaba mi esposo Pierce. --¿Estás bien? ¿Te sientes mal? Debiste haberme dicho. Al instante, lo miré a través del espejo. --No respondiste mis llamadas --contesté. Ante aquellas palabras, la culpa apareció en sus ojos. --Lo lamento. Tenía cosas que hacer. Me quedé en la oficina toda la noche --afirmó. Rápidamente, me limpié la cara y pasé junto a él. Pierce me siguió mientras me sentaba frente al tocador y comenzaba a peinarme. --Kels… --Me desperté tarde. No pude preparar el desayuno. Mientras hablaba, intenté evitar sus ojos. Sentía que iba a perder los estribos y gritarle. En ningún momento sentí su egoísmo tan claramente como ahora. Decía que yo era su mejor amiga, pero nunca le habían importado mis necesidades, mis sentimientos. --Kels... sabes que no te pregunté eso. Estoy preocupado por tu salud... Kels, ¿todavía estamos bien? Ante aquella pregunta, dejé de peinarme y lentamente nuestras miradas se encontraron a través del espejo, otra vez. ¿De verdad me estaba preguntando eso? ¿Después de que me pidió el divorcio sin siquiera preguntarme si estaba de acuerdo? Él decidió por su cuenta sólo porque su primer amor había vuelto. No podía creer lo que hacía. Al final, fingí una sonrisa y dije: --No me siento bien hoy, Pierce, eso es todo. Un instante después, se puso de cuclillas a mi lado, lo cual no me resultó sorprendente porque sabía que realmente se preocupaba. Pero lo que sí me sorprendió fue que hacía todo esto después de enterrar una daga en mi corazón. --¿Estás bien? --preguntó mientras tocaba suavemente mi frente y mi cuello--. ¿Estás enferma? Dime cómo te sientes, Kels. --Mis sentimientos no importan --no pude evitar decir y parecía sorprendido por mis palabras. En ese instante, intenté evitarlo, pero me agarró de la muñeca y me hizo mirarlo. Su rostro ahora reflejaba su ira. Había perdido completamente la paciencia. --¿Qué te pasa, Kels? Has estado actuando así desde ayer. ¿Es por Lexi? ¿O porque no volví a casa anoche? --inquirió. Yo lo miré a los ojos, molesta. --¡Tú fuiste quien pidió el divorcio! Te pedí que regresaras temprano para hablar al respecto, pero me dejaste esperando toda la noche. ¿Pretendías que te diera la bienvenida con brazos abiertos después de eso, Pierce? --respondí. Al escucharme, apretó la mandíbula y sacudió la cabeza. --Kels, yo... --Ya basta. Hablaremos del divorcio después del trabajo. --¡Kels! --me llamó y me agarró de los hombros. La confusión y el dolor eran visibles en sus ojos--. ¿Estás... enamorada de mí? Aquello me desconcertó. ¿Enamorada? ¡Sí! Desde que estábamos en la escuela secundaria, desde que se convirtió en mi mejor amigo. ¿Quién no se enamoraría de alguien que te ha estado protegiendo desde entonces? Siempre he estado agradecida de tenerlo como mi mejor amigo y esposo, pero ahora… lo estaba perdiendo. Perdiéndolo irremediablemente. Decidí darle a nuestro matrimonio una última oportunidad, hacer un esfuerzo final... ...... ==== Casarse con su mejor amigo fue un sueño hecho realidad para Kelly, pero todo tiene realmente una limitación. Pierce es el primer amor de Kelly, pero como su mejor amiga, sabía bien que siempre había otra mujer en lo profundo de su corazón. Lexi Gilbert. Kelly finalmente se dio cuenta de que su feliz matrimonio de los últimos tres años era solo un hermoso sueño cuando Pierce pidió el divorcio solo porque Lexi regresó. Ella sólo podría ser su mejor amiga incluso si estuviera encinta de su bebé. ¿Por qué no merecía ser amada? ¿Qué sucederá en adelante? ¿Cómo podría Kelly salvar su corazón en esta batalla de amor y odio? Los capítulos disponibles son limitados aquí, haga click el botón abajo para instalar APP y disfrutar leyendo más contenidos maravillosos. (Al abrir el APP, directo accederá a este libro) &5& LEARN_MORE https://fbweb.manobook.com/14603375-fb_contact-spc Happy reading https://www.facebook.com/61566043183664/ 249 0 0 1969-12-31 18:00 0 0 0 0 0 0 Learn more 0 fbweb.manobook.com IMAGE https://fbweb.manobook.com/14603375-fb_contact-spcp25_2-1030-core1.html?adid={{ad.id}}&char=124213&accid=2029568687383448&rawadid=120214044502620700 1969-12-31 18:00 https://scontent-iad3-1.xx.fbcdn.net/v/t39.35426-6/465415965_480758128330061_1446889209029763260_n.jpg?stp=dst-jpg_s60x60&_nc_cat=101&ccb=1-7&_nc_sid=c53f8f&_nc_ohc=nrCmu7S06CMQ7kNvgFN7mZ6&_nc_zt=14&_nc_ht=scontent-iad3-1.xx&_nc_gid=AgB94W92t1pSfDzSOkbC_Qk&oh=00_AYBa3iDQ-B5gPrmlKMwQGQZMA3QNcvB-Ldg2ERgWwy1qpw&oe=6735B60E PERSON_PROFILE 0 0 0 Happy reading 0 0 1969-12-31 18:00 View Edit
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No 2024-11-09 18:51 active 1756 0 Seguir leyendo👉👉 Ella decidió divorciarse de su marido, que siempre había estado enamorado de su primer amor. Inesperadamente, él se negó a dejarla ir. Para empeorar las cosas, su hermanastro diabólico también intervino al mismo tiempo de manera dominante, ¡queriéndola para él! ===== ¿Lo había oído bien? ¿Estoy embarazada? ¡Estoy embarazada de un bebé de Pierce! ¡Mi mejor amigo y mi primer amor! --Qué bueno que haya sido cautelosa, pudo haber perdido a su bebé, señorita Monroe --me dijo el ginecólogo con seriedad al ver la sorpresa en mis ojos. En ese momento, me toqué el vientre inconscientemente, sin poder creer que hubiera un bebé acostado allí. Cuando salí del hospital, no podía esperar para contarle a Pierce sobre nuestro bebé. Me preguntaba cuál sería su reacción. ¿Gritaría de felicidad? ¿Me b**aría y todo eso? ¡Dios! No podía contener mi felicidad. Incluso tomé mi cara roja entre mis manos mientras fantaseaba. Pero en el momento en que sentí el frío del anillo en mi dedo, mi corazón que latía salvajemente se calmó. Casi olvidaba que Pierce no estaba interesado en tener hijos, menos considerando que nuestro matrimonio fue arreglado por su familia. Por supuesto, Pierce era un completo caballero, como amigo y como marido. Cada vez que teníamos relaciones s**uales, él era considerado y cauteloso, y decía que no era necesario agregar más ataduras si no estábamos listos. Este bebé, en cierto modo, estaba fuera de los planes. --Señora, ¿está todo bien? ¿Necesita que llame al jefe? --preguntó mi conductor privado, Luke, preocupado al notar mi ceño fruncido. Luke era confiable como un miembro de la familia, pero no quería contarle porque quería que Pierce fuera el primero en enterarse de esta noticia. Él era el padre de mi bebé. --No --dije y negué con la cabeza, dándole a Luke una sonrisa tranquilizadora--. Está en el vuelo. Hablaré con él más tarde --y así vería su respuesta yo misma en sus crudas expresiones. Siempre fui buena en eso. Finalmente, cerré los ojos y recordé el día en que nos conocimos. Su brillante sonrisa a la luz del sol era tan deslumbrante que parecía un príncipe. Me enamoré de él a primera vista, mucho antes de que nos convirtiéramos en mejores amigos. Pero era sólo un amor no correspondido y yo lo sabía bien. En ese instante, bajé la ventanilla del auto para tomar un poco de aire fresco y, sin quererlo, vislumbré nuestra antigua escuela secundaria. Ese sentimiento amargo llenó mi pecho una vez más... Pierce fue mi primer amor, pero yo no era el suyo. En la escuela secundaria, yo no era más que una nerd aburrida a los ojos de los demás, mientras que Pierce Anderson era el brillante mariscal de campo. Todos se sorprendieron de que pudiéramos ser amigos. Aunque las hostilidades hacia mí aumentaron, disfruté estar cerca de él y poco a poco me di cuenta de que no quería ser sólo su amiga. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de confesarle mis sentimientos, otra chica llegó a su vida. Sacudí la cabeza tratando de deshacerme de esos viejos y tristes recuerdos. Luego toqué el frío anillo de bodas en mi dedo y me dije que el pasado ya había pasado. Pierce dijo que habían terminado y que ahora yo era su esposa. Sí, yo era su esposa y además estaba embarazada de su bebé. Pronto, me sequé las lágrimas de las comisuras de los ojos y abrí la puerta de nuestra casa. Mi corazón se calmó al respirar el aroma de mi hogar, nuestra casa. Pierce y yo la decoramos juntos con nuestras propias manos. Lo disfrutamos. Sí, tal vez estaba pensando demasiado. Esa mujer había estado fuera de nuestras vidas durante mucho tiempo y los últimos tres años mi matrimonio con Pierce fueron tan hermosos como un cuento de hadas. Una vez dentro, miré el reloj de la pared. Para ese entonces, Pierce ya debería haberse bajado del avión. Estuvo más de un mes en viajes de negocios de nuestra empresa familiar. Pierce era el presidente de ADE, la empresa de revistas de moda líder en toda Asia, y yo era la vicepresidente de la compañía. No sólo éramos compañeros de vida, sino también buenos socios en el trabajo. En verdad lo extrañaba. De inmediato, marqué su número, pues tenía muchas ganas de escuchar su voz y saber cuándo llegaría a casa. Le prepararía una buena comida y él me premiaría con un dulce beso. Y luego podríamos... Vaya, en ese momento casi olvidé que estaba embarazada. Debía contarle eso primero y luego podríamos hacer otra cosa. Estaba imaginando felizmente nuestra encantadora reunión, pero mi corazón dio un vuelco cuando una voz de mujer cruzó la línea. --¿Hola? Al escuchar esa sola palabra, dejé caer mi teléfono, que se rompió al chocar contra el suelo, y mi cuerpo empezó a temblar incontrolablemente. ¡NO! ¡No podía ser ella! ¡No podía ser Lexi! ¡Ella ya estaba fuera de nuestras vidas! Debí haber escuchado mal. De inmediato, corrí hacia la nevera en un intento por calmarme con la ayuda de un poco de al**hol. Pero en el momento en que toqué la botella de v**o, recordé las palabras del médico sobre mi bebé. Debía tener cuidado por la salud de mi bebé, así que solo agarré una caja de leche y caminé hacia el sofá. En ese entonces, no sabía qué me hizo reconocer esa voz como la de Lexi. Nosotras nunca fuimos cercanas. Lexi Gilbert era la típica belleza rubia por la que los hombres se volvían locos. Ella era una animadora popular en la escuela secundaria, mientras que Pierce era el mariscal de campo estrella. Encajaba mejor con él que una nerd como yo, ¿verdad? No me sorprendió que se haya enamorado de ella. Mi orgullo no soportó ver al hombre que amaba volverse loco por otra mujer, así que una vez intenté alejarme de ellos en silencio, pero Pierce se negó a salirse de mi vida. Cada vez que me ahogaba en un mar de libros y estudios para olvidarlos, Pierce aparecía en mi puerta invitándome a salir. No podía decirle que no a su sonrisa encantadora y tampoco podía decirle que no porque afirmaba que era su deber como mi mejor amigo llevarme a disfrutar del mundo real. Para no arruinar nuestra amistad, oculté mi corazón roto y desempeñé en silencio el papel de su mejor amiga, siempre a su lado y observando su rostro feliz por otra chica. Finalmente, cuando supe que Pierce planeaba proponerle matrimonio a Lexi, me armé de valor y fui a estudiar al extranjero, sin saber que su abuela me llamaría para rogarme que regresara. Por supuesto, volví a toda prisa sólo para ver a Pierce sin vida. Lexi le había herido gravemente el corazón y el mío sufría por mi amado. Empecé a odiar a Lexi desde ese momento. Le había entregado a mi amado hombre, ¡cómo se atrevió a hacerle tanto daño! ¡Esa bruja! Pierce no le contó a nadie lo que pasó, excepto que había terminado con Lexi. Luego, la abuela arregló nuestro matrimonio. No entendí por qué estuvo de acuerdo hasta que un día lo escuché decir que casarse con cualquiera que no fuera Lexi sería lo mismo para él. Aquello me dolió mucho, pero aun así me casé con él sin pensarlo dos veces. Mi amado estaba destrozado y quería recomponerlo, sin importarme si eso me arruinaba a mí en el proceso. Me quedé dormida sintiéndome muy insegura y preocupada. Me desperté en medio de la noche cuando sentí que alguien acariciaba mi mejilla. Lentamente abrí los ojos y me di cuenta de que me había quedado dormida en la sala de estar. Alguien me levantó del sofá e inmediatamente reconocí su olor y tacto mientras lo miraba con los ojos entrecerrados. --Pierce… --Hmm --murmuró mientras caminaba hacia las escaleras--. ¿Por qué te dormiste en el sofá? Yo solo me quedé mirándolo a la cara y luego me dejó suavemente sobre la cama, acarició mi cabello y besó mi frente. Siempre fue tan gentil y por eso lo amaba tanto. Llevábamos más de un mes separados, mi cuerpo lo extrañaba y mi corazón lo anhelaba. --¿Dónde estabas? Te estuve esperando --dije mientras acariciaba su mejilla. --Acabo de encontrarme con un amigo. Dijiste que me estabas esperando, ¿es urgente? Al ver su rostro amable, de repente no quise arruinarle el momento, así que cerré mis labios entreabiertos y tragué la verdad para devolverla a mi estómago. Mañana, tal vez mañana tendría el coraje de afrontar todos los rompecabezas. De modo que solo sacudí la cabeza, hice un puchero y le dije que tenía sueño. Él se rió entre dientes y me dio un beso de buenas noches, pero en el momento en que estuvo a punto de dejarme, por alguna razón entré en pánico. Rápidamente lo agarré y lo b*sé con toda mi pasión... Lo extrañaba y lo quería. --Espera, Kels --dijo y me detuvo, sujetando mis locas manos sobre la cama--. Pensé que habías dicho que tenías sueño y que necesitabas descansar. --Sí, pero te extraño --exclamé y lo miré con inocencia. Pude captar el deseo brillando en sus ojos, pero se desvaneció de pronto y yo no comprendía por qué. Solía ​​​​ponerse feliz cuando yo tomaba la iniciativa. En ese instante, como si notara mi confusión, se rió entre dientes y me pellizcó juguetonamente la nariz. --Me daré una ducha. Huelo a al**hol --manifestó. Yo solo asentí y lo miré mientras caminaba hacia el baño. Pronto la somnolencia volvió a atacarme, así que cerré los ojos para tomar una siesta. Sin embargo, ya era de mañana cuando abrí los ojos nuevamente y Pierce estaba a mi lado, poniendo una bandeja con comida en la mesita de noche. --¡Ey! --lo saludé y sonreí cuando me di cuenta de lo que había hecho. Me había preparado el desayuno para llevármelo a la cama. Era tan dulce. Él sonrió y se sentó en la cama. --Buen día. Le devolví la sonrisa mientras me sentaba en la cama. En ese momento, agarró la bandeja y la puso a mi lado. Al instante, levanté una ceja e incliné la cabeza mientras miraba su hermoso rostro. Sus cejas espesas y negras enmarcaban sus hermosos ojos de color marrón oscuro. Su nariz era orgullosa y puntiaguda y sus labios eran rojos y finos. Parecía un chico malo y s*xy, incluso Damon Salvatore se avergonzaría de estar a su lado. Nadie tenía posibilidad alguna contra este hombre. --¿Qué es esto? ¿Un soborno? Me dejaste plantada anoche, chico malo --dije. Él no se rió. Exhaló un suspiro y colocó con suavidad mi cabello detrás de mis orejas antes de tomar mi mano y mirarme a los ojos. --Tengo algo que decirte. Al instante, sentí que mi corazón se aceleraba y pensé en nuestro bebé en mi útero. Tenía algo que decirme, yo también tenía algo que contarle. --¿Q-Qué cosa? --pregunté con voz temblorosa. De repente, dio un profundo suspiro y comenzó: --Sabes que eres importante para mí, ¿verdad? Asentí lentamente con los labios entreabiertos. No pude responder, tenía miedo de lo que estaba a punto de decir. Tenía un mal presentimiento. --Eras mi mejor amiga antes de casarnos. Eres una de las pocas personas que valoro… --prosiguió. Mientras hablaba, escondí mis puños cerrados debajo de la sábana. No sabía por qué me decía todo esto, pero ya podía sentir las lágrimas acumulándose en el rabillo de mis ojos. --Kelly... --hizo una pausa y cerró los ojos con fuerza antes de volver a mirarme a los ojos--. Creo que es hora de que nos divorciemos. --P-Pierce… --exclamé y sentí que mi corazón se apretaba. Él sonrió. --Sé que tú tampoco sientes nada por mí. Te casaste conmigo por mis abuelos, hiciste esto solo porque los amas. Ahora llegó el momento de nuestra verdadera felicidad, Kelly. Al oírlo, no pude evitar sacudir la cabeza. --¿De qué estás hablando, Pierce? --inquirí. --Lexi ha vuelto, Kelly. Mi primer amor ha vuelto. Capítulo 2 Punto de vista de Kelly--Llueve sobre mojado De inmediato, me levanté de la cama e intenté irme, pero Pierce me agarró la mano. Rápidamente me sequé las lágrimas que rodaban por mis mejillas antes de que él pudiera verlas. Luego, se paró frente a mí y me miró a la cara mientras yo intentaba con todas mis fuerzas mirar hacia abajo y evitar verlo a los ojos. Sentí que mi corazón se rompía en pedazos. Pensaba… pensaba que podría hacer que se enamorara de mí en esos tres años que pasamos juntos. Pensaba que sus sentimientos cambiarían y me vería como una mujer en lugar de solo su mejor amiga. Fui estúpida por tener esperanzas y soñar tan alto. Fallé. Sin importar cuánto lo intentara, su corazón pertenecía sólo a su primer amor: Lexi. --Kelly… En ese momento, contuve el aliento y me tragué el dolor mientras lo miraba. Luego fingí una sonrisa y dije: --Debo lavarme las manos antes de comer. Pero él me miró a los ojos como si intentara descubrir lo que estaba pensando. Yo sabía que él me conocía demasiado bien, así que traté con todas mis fuerzas de ocultar mi dolor y le sonreí. Finalmente, suspiró y soltó mi mano. --Bueno. Te esperaré aquí. Comamos y vayamos a trabajar juntos. ¿Juntos? ¿Por qué era tan cruel? ¿Quería que nos siguiéramos llevando bien como si no me hubiera pedido el divorcio? ¿Quería que nos quedáramos como estábamos justo después de decirme que su primer amor había regresado y quería divorciarse de mí? Oh Pierce, ¿qué estaba pasando por tu cabeza? Antes podía obligarme a mí misma a quedarme en el puesto de su mejor amiga mientras le deseaba felicidad, pero ya no tenía ese coraje después de los tres años que habíamos compartido. No había manera de que pudiera soportar esa tortura otra vez, en especial ahora que cargaba a su bebé. El bebé... en un principio pensé que era una buena noticia para nosotros, pero ahora... supongo que sería más bien una carga para él. Una carga que le impediría conseguir su verdadero amor y su libertad. Yo sabía muy bien cómo crecía un niño no deseado. Mis padres se divorciaron antes de que mi madre muriera y la nueva familia de mi padre me odiaba, lo que me dolía muchísimo. Por eso no quería que mi bebé experimentara lo mismo que yo sentí, así que debía mantener a mi bebé alejado de él. --No podemos --dije mientras fingía una nueva sonrisa--. Debo visitar el estudio para la sesión de fotos de nuestros nuevos modelos… --Iré contigo. --No --contesté y aparté su mano. Sus ojos siguieron mi mano antes de levantar la cara para mirarme de nuevo--. Tienes documentos que firmar. Nuestros horarios ya están organizados, ¿recuerdas? --Pero… --Tengo un conductor personal, Pierce. Estaré bien sola --afirmé. Finalmente, suspiró y asintió con calma. En ese momento, le di la espalda y entré al baño. Inmediatamente abrí la ducha y me paré bajo el agua fría. Las lágrimas cayeron en cascada por mis mejillas mientras me cubría la boca para reprimir los sollozos. Mis hombros temblaban mucho y cuando pensé en mi bebé, tragué saliva y traté de calmarme. Luego me limpié la cara y acaricié mi vientre. Debía ser fuerte y mantener la calma. No podía arriesgar la vida de mi bebé sólo porque me habían roto el corazón. Tenía que lidiar con esto de forma inteligente. Unos minutos después, tomé un respiro profundo y terminé mi ducha. Cuando salí del baño, me sorprendió ver que Pierce todavía estaba allí. Estaba luchando por arreglarse la corbata frente al espejo de cuerpo entero. También noté un par de zapatos y un vestido míos sobre la cama. --¡Ey! Elegí tu vestido para hoy --dijo. Como nuestro matrimonio no era público, Pierce dijo que haría pequeñas cosas para mí como marido. De hecho, lo había hecho bien y yo solía disfrutar de estos dulces momentos que me regalaba, pero ahora sentía que eso mismo me m**aría. Al segundo siguiente, agarré el vestido y entré al vestidor, sentiendo que me seguía. Volví a guardar el vestido blanco y elegí uno rojo. Cuando me di vuelta y lo tuve de frente, lo vi con la frente arrugada. --Hoy prefiero el rojo. Me sentiré hermosa con este vestido --expliqué con una sonrisa. Al instante, sus ojos se dirigieron al vestido que sostenía y su rostro inmediatamente se calmó. Al final asintió y caminó hacia mí. --Ya veo. Pero antes ayúdame a arreglar esto --me pidió. Sin dudarlo, puse mi vestido en su brazo y comencé a arreglarle la corbata. Podía sentir sus ojos mirándome intensamente y eso hacía que mi corazón latiera muy rápido. Respiré hondo y me mordí el labio inferior mientras luchaba por arreglar su corbata. De pronto, mi visión se volvió borrosa otra vez. ¡Maldición! --Kelly… No pude evitar sobresaltarme en shock. --¿Mmm? --¿Estás bien? --preguntó. Lo miré y sonreí: --Sí. --Tengo algo más que decirte. En ese instante, terminé de arreglarle la corbata y le quité rápidamente el vestido del brazo. Lo miré antes de pasar junto a él y dije: --Hablaremos después. Voy a llegar tarde. Lo escuché suspirar antes de volver a seguirme. Me vestí mientras él estaba detrás de mí. Estuvo en silencio todo el tiempo, como si estuviera pensando en algo. --Deberías desayunar antes de irte --comentó. Un segundo después, me paré frente a él y asentí. --Lo haré. Deberías irte ahora --respondí. --Kelly, estamos en la misma página, ¿verdad? --preguntó. Lo miré fijamente. No, Pierce. Nunca estuvimos en la misma página. Sólo fueron mis estúpidas fantasías. Pensaba que sentías algo por mí, pero estaba muy equivocada. --Si hablas del divorcio, lo entiendo, Pierce. Sé lo que tengo que hacer. Sólo dame algo de tiempo porque estoy muy ocupada con la empresa. No huiré. --Kelly, no estoy haciendo esto sólo por mí. También lo hago por ti. Has estado encerrada conmigo desde que nos casamos. Sé que no eres feliz porque en el fondo también quieres encontrar al hombre que te mereces. Alguien que realmente te ame, no yo. No alguien indiferente. --Entiendo lo que tratas de decir, Pierce --dije y traté de darle la espalda, pero antes de poder hacerlo, él me sujetó por la cintura y me mantuvo en el lugar. Luego hizo todo lo posible para captar mis ojos hasta que lo consiguió. Su mirada era de preocupación. --Eres mi mejor amiga. No quiero perderte, Kels. Eres una de las pocas personas… --Lo sé --lo interrumpí con frustración. Parecía sorprendido, así que me calmé--. Ya lo sé. No tienes que preocuparte. Simplemente estoy estresada por el trabajo, no es por el divorcio. En ese instante, sus labios se separaron, asintió lentamente y soltó un suspiro. Luego, caminó hacia mí y me congelé cuando besó mi frente con dulzura… --Gracias, Kelly --susurró. Al oírlo, mi corazón se apretó. Habían pasado tres años pero todavía era una cobarde. «¿Por qué no puedes simplemente decirle que lo amas, Kelly? ¡Él es tu esposo y estás llevando su bebé! ¡Díselo y tal vez cambie de opinión!» pensé. Con eso en mente, tragué saliva y estuve a punto de decírselo, pero justo en ese momento su teléfono sonó. Pude ver el identificador de llamadas. Era Lexi. --Me tengo que ir --afirmó y se rascó la cabeza a modo de disculpa, mientras las comisuras de su boca se curvaban hacia arriba--. Llamé a Luke. Te espera afuera. Come antes de irte, ¿sí? Con eso, salió de nuestra habitación. De repente, las lágrimas que había logrado reprimir hasta ese momento volvieron a brotar. ¿Por qué había pensado que podría tener una oportunidad? Él tomó su decisión en el momento en que me pidió el divorcio, ¿verdad? Siempre que se trataba de Lexi me abandonaba. Capítulo 3 Punto de vista de Kelly--Mantener la compostura Entré al estudio con tacones rojos de cinco centímetros y un vestido igualmente rojo. Todos miraron en mi dirección cuando entré caminando por el pasillo y me saludaron con una sonrisa, pero mantuve mi rostro estoico, sin mostrar emoción alguna. La conversación de esa mañana con Pierce todavía estaba en mi cabeza, pero no podía permitir que afectara mi trabajo. No podía fallar en mi trabajo después de haber fracasado en mi matrimonio. De modo que respiré profundamente para recomponerme. Un momento después, cuando entré a la sala de la sesión de fotos, noté que todos estaban sumidos en el caos. --¡No podemos! No responde las llamadas. ¿Qué debemos hacer? La vicepresidente viene hoy, se enojará. --Podemos simplemente decirle la verdad. Ella es amable. --¡No lo será con esta situación, Lily! Nos va a regañar... --¿Qué está pasando aquí? --pregunté mientras entraba a la sala. De inmediato, el personal me miró con expresiones preocupadas y entonces supe que había un problema. --B-Buenos días, señorita Monroe. Señorita Monroe. Por supuesto, nadie sabía que Pierce y yo estábamos casados ​​excepto nuestras familias. Sentí como si pellizcaran mi corazón con esa verdad. Dolía. Rápidamente, la miré sin comprender. --¿Qué ocurre? --T-tenemos un problema, señorita Monroe. La señorita Chen, nuestra modelo, no atiende nuestras llamadas. Dijo que escuchó que íbamos a cambiar de modelo así que… no quiere venir. Incluso... amenazó con presentar una demanda contra nosotros. Después de decir eso, inclinó la cabeza. Yo apreté los dientes y recorrí el lugar con la mirada. --¿Dónde está la directora de marketing? --inquirí. --E-Ella todavía está tratando de convencer a la señorita Chen, señorita Monroe. Luego de escuchar el problema, me masajeé la frente y cerré los ojos con fuerza. Un segundo después, me agarré del pelo y grité de ira. Sentí que todos a mi alrededor se sobresaltaban sorprendidos. Yo solo suspiré y tomé una gran bocanada de aire antes de mirar a mi alrededor. --Señorita Monroe... --¿Qué es todo esto, señorita Hayley? Tú eres la directora de marketing, ¿qué está pasando? --Señorita Monroe, no sé cómo sucedió, pero la señorita Chen escuchó que usted cambiará de modelo. Está a punto de presentar una demanda contra nosotros... ¿Cambiar de modelo? ¿Cómo es que yo no sabía nada al respecto? La señorita Chen siempre había sido nuestra modelo de confianza y, si no era necesario, cambiar de modelo para una sesión comercial con tan poca antelación sólo causaría muchos problemas a la empresa. Nunca permitiría un error como este. --Yo no pedí eso. Debe ser un error --la interrumpí para ahorrar tiempo--. ¡Arregla este desastre o tendré que despedirte! --Señorita Monroe... Fue el presidente quien nos pidió que la cambiáramos --explicó Hayley vacilante--. Lo ordenó ayer tan pronto como regresó de su viaje de negocios. Aquella verdad me golpeó con fuerza. ¿Fue orden de Pierce? ¿Por qué no me lo dijo? Solía ​​discutir conmigo cada decisión importante antes de tomarla. --No puede ser... --exclamé confundida. Pierce no era un hombre de negocios despistado. Siempre mantuvo una clara distinción entre el trabajo y la vida personal, razón por la cual siempre tuvo éxito. Y esa fue también la razón por la que decidió mantener nuestro matrimonio en secreto. --Sí, Kelly. Yo di la orden. --Su voz me hizo retroceder. --S-Señor Presidente… --saludó Hayley y se inclinó con respeto al ver al hombre que apareció de repente detrás de mí. --Pierce, ¡creo que me debes una explicación sobre este cambio de modelo! --dije con los dientes apretados mientras me giraba para interrogarlo. Él sabía perfectamente cuánto esfuerzo puse para ganar este proyecto. Estuve días sin dormir y la señorita Chen era la persona ideal para este trabajo. De hecho, él también estuvo de acuerdo. Pero ahora… simplemente cambió la modelo a su gusto sin avisarme con antelación. Eso fue como abofetearme con fuerza en la cara. --Continúen con el trabajo. Yo se lo aclararé --le indicó él al personal para calmarlos, ignorando la ira que estaba a punto de salir de mis ojos. --¡Contéstame, Pierce! ¿Por qué cambias de modelo tan de repente? --No pude contener mi enojo. Él simplemente me tocó el hombro y me susurró: --Este no es el lugar para discutir al respecto. Te lo explicaré en el auto. En ese momento, miré a mi alrededor y noté que los demás nos miraban furtivamente. Luego me quité sus manos de encima y caminé hacia el estacionamiento, pero durante el camino, sentía mi corazón cada vez más pesado. Tenía la sensación de que su explicación no iba a gustarme. --Vamos, dímelo --exclamé ni bien nos sentamos en su auto. Antes de hablar, me miró a los ojos como si sopesara mis emociones, pero yo aparté la mirada de nuevo. No podía soportar sus miradas, no podía soportar esos ojos que nunca me miraban como yo quería. Él no sentía nada por mí y eso me dolía mucho. --Yo-yo… --hizo una pausa y suspiró--. Reemplacé a la señorita Chen porque Lexi quiere ser nuestra modelo. Ella también encaja en el proyecto, así que estuve de acuerdo... --¿Qué? --pregunté con incredulidad. De pronto, apretó los labios y miró hacia otro lado. Luego se revolvió el cabello antes de sacudir la cabeza y tomar mi mano. --Lamento no haberte dicho antes, fue muy repentino. Ella me pidió un favor, no pude decirle que no. Rápidamente, retiré mi mano y lo miré con dolor y enojo. --No pudiste decirle que no, así que preferiste dañar a la empresa, a nuestra empresa. Me traicionaste, Pierce. --Kels, vamos. Sabes cuánto la amo. Ella es mi primer amor. Al oírlo, cerré los ojos con dolor. «Oh sí, ella es tu primer amor. Siempre la quisiste a ella, sin que te importen los demás. Si ella te frunce el ceño un poco, puedes hacer la vista gorda ante el dolor y el esfuerzo de los demás. Eres tan cruel, Pierce» pensé. --Bueno, ya lo has decidido. No tengo voz y voto en esto ya que tú eres el presidente. Ahora vete, estaré en la oficina --indiqué con frialdad mientras abría la puerta del auto para salir. --Kelly… En ese instante, lo miré a los ojos y dije: --Ve a casa temprano. Hablaremos de nuestro divorcio esta noche. Capítulo 4 Punto de vista de Kelly--Plantada Me encontraba jugueteando con el anillo de bodas en mi dedo mientras lo esperaba. Le había dicho que volviera temprano a casa, pero todavía no regresaba y ni siquiera contestaba mis llamadas. Bueno, ahora que Lexi había vuelto, probablemente ya no veía a esta casa como su hogar. De pronto, mis ojos se dirigieron a mi informe de embarazo que estaba sobre la mesa. Qué gracioso. Todavía era tan ingenua para albergar un rayo de esperanza de que las cosas podrían cambiar si le hablaba del bebé, pero este bebé estaba fuera de sus planes. Me sequé las lágrimas que se acumulaban en el rabillo de mis ojos y agarré el informe. Ya eran las cinco de la mañana cuando miré el reloj de la pared. Intenté marcar su número nuevamente, pero seguía sin responder. ¿En qué estaba tan ocupado? ¿Estaba h**iendo el a**r con Lexi? Debió haberla extrañado mucho, ¿verdad? Pronto, sin saber cuándo, me quedé dormida. Cuando sonó el despertador, inconscientemente toqué la almohada a mi lado. Frío como anoche, no había vuelto a casa todavía. Me burlé de mí misma al ver mi reflejo en el espejo de la cómoda. Los círculos oscuros bajo mis ojos se veían a simple vista y mi cabello era un total desastre, parecía un fantasma. De repente una oleada de náuseas inundó mi estómago y me di cuenta de que no había comido nada la noche anterior. De pronto, me sentí mal otra vez y rápidamente corrí hacia el lavabo y vomité. Escupí un líquido amarillento que sabía muy mal. De inmediato, me lavé la boca y miré mi propio reflejo en el espejo. Al verme, sacudí la cabeza y tomé mi frente en cuanto sentí ganas de vomitar de nuevo. Volví a escupir el líquido amarillento y mientras me lavaba la boca, sentí una cálida mano acariciando mi espalda. Inmediatamente levanté la cara y me encontré con un par de ojos marrones que me miraban a través del espejo. Detrás de mí con cara de preocupación estaba mi esposo Pierce. --¿Estás bien? ¿Te sientes mal? Debiste haberme dicho. Al instante, lo miré a través del espejo. --No respondiste mis llamadas --contesté. Ante aquellas palabras, la culpa apareció en sus ojos. --Lo lamento. Tenía cosas que hacer. Me quedé en la oficina toda la noche --afirmó. Rápidamente, me limpié la cara y pasé junto a él. Pierce me siguió mientras me sentaba frente al tocador y comenzaba a peinarme. --Kels… --Me desperté tarde. No pude preparar el desayuno. Mientras hablaba, intenté evitar sus ojos. Sentía que iba a perder los estribos y gritarle. En ningún momento sentí su egoísmo tan claramente como ahora. Decía que yo era su mejor amiga, pero nunca le habían importado mis necesidades, mis sentimientos. --Kels... sabes que no te pregunté eso. Estoy preocupado por tu salud... Kels, ¿todavía estamos bien? Ante aquella pregunta, dejé de peinarme y lentamente nuestras miradas se encontraron a través del espejo, otra vez. ¿De verdad me estaba preguntando eso? ¿Después de que me pidió el divorcio sin siquiera preguntarme si estaba de acuerdo? Él decidió por su cuenta sólo porque su primer amor había vuelto. No podía creer lo que hacía. Al final, fingí una sonrisa y dije: --No me siento bien hoy, Pierce, eso es todo. Un instante después, se puso de cuclillas a mi lado, lo cual no me resultó sorprendente porque sabía que realmente se preocupaba. Pero lo que sí me sorprendió fue que hacía todo esto después de enterrar una daga en mi corazón. --¿Estás bien? --preguntó mientras tocaba suavemente mi frente y mi cuello--. ¿Estás enferma? Dime cómo te sientes, Kels. --Mis sentimientos no importan --no pude evitar decir y parecía sorprendido por mis palabras. En ese instante, intenté evitarlo, pero me agarró de la muñeca y me hizo mirarlo. Su rostro ahora reflejaba su ira. Había perdido completamente la paciencia. --¿Qué te pasa, Kels? Has estado actuando así desde ayer. ¿Es por Lexi? ¿O porque no volví a casa anoche? --inquirió. Yo lo miré a los ojos, molesta. --¡Tú fuiste quien pidió el divorcio! Te pedí que regresaras temprano para hablar al respecto, pero me dejaste esperando toda la noche. ¿Pretendías que te diera la bienvenida con brazos abiertos después de eso, Pierce? --respondí. Al escucharme, apretó la mandíbula y sacudió la cabeza. --Kels, yo... --Ya basta. Hablaremos del divorcio después del trabajo. --¡Kels! --me llamó y me agarró de los hombros. La confusión y el dolor eran visibles en sus ojos--. ¿Estás... enamorada de mí? Aquello me desconcertó. ¿Enamorada? ¡Sí! Desde que estábamos en la escuela secundaria, desde que se convirtió en mi mejor amigo. ¿Quién no se enamoraría de alguien que te ha estado protegiendo desde entonces? Siempre he estado agradecida de tenerlo como mi mejor amigo y esposo, pero ahora… lo estaba perdiendo. Perdiéndolo irremediablemente. Decidí darle a nuestro matrimonio una última oportunidad, hacer un esfuerzo final... ...... ==== Casarse con su mejor amigo fue un sueño hecho realidad para Kelly, pero todo tiene realmente una limitación. Pierce es el primer amor de Kelly, pero como su mejor amiga, sabía bien que siempre había otra mujer en lo profundo de su corazón. Lexi Gilbert. Kelly finalmente se dio cuenta de que su feliz matrimonio de los últimos tres años era solo un hermoso sueño cuando Pierce pidió el divorcio solo porque Lexi regresó. Ella sólo podría ser su mejor amiga incluso si estuviera encinta de su bebé. ¿Por qué no merecía ser amada? ¿Qué sucederá en adelante? ¿Cómo podría Kelly salvar su corazón en esta batalla de amor y odio? Los capítulos disponibles son limitados aquí, haga click el botón abajo para instalar APP y disfrutar leyendo más contenidos maravillosos. (Al abrir el APP, directo accederá a este libro) &5& LEARN_MORE https://fbweb.manobook.com/14603375-fb_contact-spc Happy reading https://www.facebook.com/61566043183664/ 249 0 0 1969-12-31 18:00 0 0 0 0 0 0 Learn more 0 fbweb.manobook.com IMAGE https://fbweb.manobook.com/14603375-fb_contact-spcp25_2-1030-core1.html?adid={{ad.id}}&char=124213&accid=158964247257618&rawadid=120216736351240492 1969-12-31 18:00 https://scontent-iad3-1.xx.fbcdn.net/v/t39.35426-6/465269654_751483543832899_4451759713461262835_n.jpg?stp=dst-jpg_s60x60&_nc_cat=108&ccb=1-7&_nc_sid=c53f8f&_nc_ohc=Qgac5WfmNWAQ7kNvgFOfH4s&_nc_zt=14&_nc_ht=scontent-iad3-1.xx&_nc_gid=AgB94W92t1pSfDzSOkbC_Qk&oh=00_AYDGc_A2LGGuc1rgug1DD8_3tJz3r6CYAv0Xp4oimsvANQ&oe=6735EB10 PERSON_PROFILE 0 0 0 Happy reading 0 0 1969-12-31 18:00 View Edit
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